El Seeadler.

Operaciones navales.

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Fernando Cebrián
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El Seeadler.

Mensaje por Fernando Cebrián »

Muy buenas, aqui pongo un ladrillo que he parido sobre las andanzas del Seeadler. Espero guste a los parroquianos.

Hoy hablaremos de uno de los cruceros auxiliares de la Armada Alemana durante la I Guerra Mundial: el Seeadler.
Para el neófito en la cuestión, aclararle, que un crucero auxiliar es un buque mercante que por las necesidades de la guerra es armado y pasa a ser tripulado por la marina de guerra del país correspondiente. Sus misiones suelen ser dos, por un lado servir de escolta a los barcos mercantes propios, y por otro lado recorrer los mares en búsqueda de los barcos mercantes del enemigo.

El buque que hoy nos ocupa, vivió una aventura de otra época, que parece sacada de una novela de Salgari y los Tigres de Mompracem, pero puedo asegurar que la historia que cuento es verídica, punto por punto.

La historia de este buque es peculiar, y para contarla debemos remontarnos a 1916, en un momento en el que Inglaterra sometía al Imperio Alemán a un férreo bloqueo marítimo, al que ni siquiera los poderosos buques de batalla de la Armada osaban desafiar. Alemania había ya tiempo que había perdido sus colonias, Togo, Camerún, Tsing Tao en China, Nueva Guinea, las islas del Pacifico y Namibia, y tan solo en el interior de África resistían von Lettow y sus valientes. En esa tesitura el alto mando alema, deseoso de hacer a la mar un buque que pusiera en jaque las comunicaciones británicas, y que para tener que protegerla tuvieran que destacar parte de los buques que estaban estrangulando al Reich, no tenia muchas opciones. El buque que debían sacar, debía de permanecer en la mar, depredando a los británicos, con pocas o nula posibilidades de regresar a la patria y sin esperanza de apoyo en una base terrestre.
Ante este dilema, una mente lucida, se le ocurrió: ¿Por que no usar un velero?

En efecto, en 1916 los veleros, aunque ya desterrados de las marinas militares todavía era común verlos en su papel de mercantes. En aquella época todavía se podían ver grandes y elegantes buques de tres y cuatro mástiles recorriendo el globo con sus cargas de trigo australiano o te la India. El velero tenia la ventaja que no necesitaba reabastecerse de combustible, y pudiendo coger alimentos de eventuales presas, y agua de manantiales en desoladas islas en medio de la nada... su autonomía seria ilimitada. Claro que, en el otro sentido su escasa velocidad y difícilmente enmascarable silueta lo convertirían en buques muy vulnerables.

Finalmente en los puertos de Alemania languidecían gran cantidad de buques de todo tipo, que ante el bloqueo británico no podían hacerse a la mar. En última instancia el Almirantazgo germano decidió dar luz verde al proyecto, comenzando a aparejarse tal buque.

Cuando finalmente el buque estuvo listo, el Seeadler montaba como único armamento dos piezas de 105 mm, convenientemente enmascaradas, así como compartimentos escondidos en los mástiles destinados a albergar fusiles y granadas en caso de ser necesario un abordaje.
En el comedor el buque contaba con una habitación secreta, para en caso de que el buque fuera capturado, hombres ocultos en dicha estancia pudieran salir y capturar a la nueva tripulación mientras comía ajena al peligro escondido. Así las cosas el Seeadler, era un buque curioso, y a decir verdad poco contaba el mando, con que este buque propio de otra época tuviese algo de éxito en su misión.

Para comandar a semejante buque, se conto con el Conde von Luckner (1886-1966), un hombre tan especial como su hermoso navío. Hijo de una familia aristocrática, el pequeño Félix se escapo de casa siendo un mozalbete ante las malas calificaciones obtenidas en la escuela. Decidido como estaba a huir del posible castigo paterno se embarco como grumete en un navío mercante. Los años pasaron con el joven Félix convertido de grumete en marinero, en timonel y finalmente en contramaestre de la Marina Mercante. A lo largo de estos años Félix recorre los océanos, embarcado siempre en barcos veleros, en los que no pocas veces desafía la cólera de los mares, ya subido en las jarcias arriando trapo en medio de feroces tormentas, como en interminables noches, acostado en su coy en húmedos sollados, en un duerme vela, calado hasta los hueso por los rociones de las olas estrelladas contra el castillo de proa. Realmente no cuesta imaginarse la dureza de estos años. Como muestra citar la historia que apunto estuvo de costarle la vida: con ocasión de una súbita tormenta cuando servía a bordo del balandro ruso Niobe, Luckner fue requerido para subir a las jarcias a arriar velas. En el transcurso de su escalada una racha de viento precipito a Luckner al mar. Ante el estado de la mar el capitán se negó a arriar un bote por no arriesgar más miembros de la dotación. A pesar de la orden del capitán, el primer oficial desafío la orden de su capitán, que lo había amenazado con un arpón, y con ayuda de unos voluntarios arrió un bote salvavidas. Con la creciente oscuridad, el bote no lograba avistar el cuerpo, hasta que un albatros se vino a posar en el “cadáver”. El dolor del picotazo hizo que el semiinconsciente Luckner espantara al pajarraco, el cual asustado por la reacción del “muerto” empezó a batir sus gigantescas alas, lo cual hizo que los del bote se dirigieran hacia el y pudieran recogerlo. Mientras tanto su familia, hacia años que lo había dado por muerto, ya que el dada su humilde condición el joven Félix nunca se había querido presentar en el castillo paterno.
Durante sus 9 años de vagar, además de marinero se dedico a los mas variopintos trabajos: vendedor de libros del Ejercito de Salvación, farero en Australia, cazador de canguros, en el circo como mago, boxeador profesional (a causa de su gran fuerza), pescador, marinero, peón de ferrocarriles, tabernero, guardia de un pub, soldado en el Ejercito mejicano de Porfirio Díaz, e incluso estuvo un corto tiempo en prisión en Chile, acusado en falso de haber robado cerdos. En Jamaica incluso, enfermo, fue expulsado del cañonero alemán Panther debido a la pinta de pordiosero que tenia.


Una noche en el que su buque había recalado en puerto alemán, el, franco de servicio, decidió dar un paseo nocturno, cuando de pronto unos gritos le alertaron. Una persona había caído al canal y luchaba por no ahogarse. Sin vacilar nuestro protagonista se zambulló en las gélidas aguas hasta lograr rescatar con vida al afortunado accidentado.
Quiso la fortuna que este hecho llegara a oídos de un aristócrata local, que quiso conocer al héroe en persona. Durante ese encuentro, el noble pregunto a von Luckner si podía hacer algo por el, a lo que nuestro hombre imbuido de un fuerte y noble espíritu patriótico, contesto que le gustaría ingresar en la Academia Naval, a lo que el noble, con gusto contribuyo con sus influencias.
Solo entonces, terminados sus estudios y vestido de punta en blanco con su uniforme de alférez de la Armada Félix von Lucknow se presento en casa de sus padres los cuales no habían tenido noticias de su hijo desde hacia años. No nos cuesta imaginar la sorpresa y alegría que aquel día reino en la solariega mansión de los Luckner. Como coincidencia señalar que su primer destino fue a bordo del cañonero Panther ¡El buque del que fue expulsado en Jamaica en su primera juventud!

Este hombre, hecho de esta pasta fue el elegido para comandar la mas sorprendente nave de la Gran Guerra.

Para hacerse a la mar, el Seeadler eligió el disfraz de un buque noruego que se encontraba, en aquel entonces en el puerto de Oslo, de manera que de ser interceptado el buque por el bloqueo ingles, poder hacerse pasar por el buque noruego. Para ello además de papeles falsificados del buque y la carga, los tripulantes “visibles” durante un hipotético registro ingles serian de tipología nórdica, a los cuales se les había creado una doble vida en Noruega y dándoles fotos retocadas y hasta cartas personales con señas de Noruega. Un alemán, veterano de las expediciones noruegas al Polo y que hablaba perfectamente el idioma, haría las veces de primer oficial en caso de un registro.
Cuando todo estaba preparado para la salida, un jarro de agua fría cayó sobre los germanos: el buque noruego, había partido de Oslo y ya había atravesado la línea del bloqueo británico.
Inmune al desaliento, Luckner mando llamar al carpintero y le hizo romper con un mazo la claraboya de su alojamiento, para luego corregir el mismo los papeles falsificados. El nombre del buque seria ahora Inma, en honor a una novia de la juventud. Como la corrección la vería según sus palabras de postguerra “hasta un ciego”, mando arrojar varios calderos de agua salada por encima de los mismos, lo de la rotura de la claraboya no era más que por justificar el estado de los papeles, en caso de ser necesario, explicaría como un golpe de mar que había roto el cristal y arruinado los papeles, que ahora se veían muy borrosos. Como veremos el conde aun guardaba algún as más en la manga.

Finalmente el Seeadler largo amarras el 21 de Diciembre de 1917 con la intención de atacar el trafico mercante enemigo a lo ancho de los siete mares. El día de Navidad de 1916 al SO de Groenlandia, el Seeadler es detenido por el crucero auxiliar británico Avenger, un barco mucho más grande, rápido y armado que nuestro crucerito. El buque británico dio alto al velero. La comedia dio comienzo.
Una ballenera dio cuenta rápidamente de la distancia que separaban ambos buques, con el Avenger meciéndose a maquina parada apuntando con todas sus piezas al “Inma.” Al llegar al buque germano le fue tirada una escala de cuerda por la que subieron varios oficiales, siempre envarados, de la Royal Navy, que procedieron a registrar el buque. Al llegar al camarote del capitán en un fonógrafo sonaban tonadas tradicionales noruegas, es espectáculo era caótico, ropa a secar por doquier, cajones sacados y una claraboya rota y toscamente sellada con tablones. Cuando los papeles empapados le fueron entregados al oficial británico este no puso mucho interés en tratar de descifrar esos semiborrados documentos, sobre todo por que en el sofá estaba… la mujer del capitán con un horrible dolor de muelas…
En efecto, lector, un marinero aniñado y convenientemente disfrazado y caracterizado con algodón fingiendo un enorme flemón, yacía visiblemente molesto en el sofá del camarote, tapado con una manta. Sin más revisión los británicos se retiraron a su buque no sin antes advertir a Luckner que esperaran su autorización para reemprender viaje. Unos tensos minutos se viven en el Seeadler, ya que si los británicos consultan por radio, se darán cuenta, simplemente, de que el Inma, no existe. Finalmente por lámpara los británicos les trasmiten la autorización de marcha. Un alivio enorme pronto se extendió por el crucero germano, un alivio que pronto pasaría peaje a los británicos.
En efecto el Seeadler consigue su primera presa, el Gladis Royle de 3.268 toneladas, que trasportaba carbón británico hacia Argentina, el 9 de Enero de 1917. El buque fue hundido después de subir toda la tripulación a bordo.
El 10 de Enero captura el Lundy Island. Cuando la dotación de presa alemana sube a bordo, se encuentra con que la tripulación había abandonado el buque con el primer disparo, dejando solo a su capitán. Este, al ser llevado al Seeadler, comento de forma preocupada a von Luckner, que ya había sido capturado con anterioridad por un corsario alemán, y dejado en libertad bajo palabra de no participar en la guerra y temía que ahora los alemanes lo ahorcasen. Luckner lo tranquilizo, indicando que patronear un buque de carga no era “participar en la guerra”, y que ni en su buque ni en Alemania, se ahorcaba a nadie por eso.
El 21 de Enero captura el velero francés de tres mástiles Charles Gounod, de 2.199 toneladas. Que es incendiado después de rescatar a toda la tripulacion.
El 24 de Enero llega al turno al pequeño Perce, canadiense de 364 toneladas, hundido después de haber subido abordo a toda la tripulación, incluida la recién casada esposa del capitán, ante la que Luckner, un caballero se disculpo.
El 3 de Febrero el velero francés Antonin, 3.071 toneladas con carga de salitre es hundido después de capturar a toda la tripulación.,
El navío italiano Buenos Aires, 1.811 toneladas, cargado de salitre es hundido, después de poner a salvo a toda la tripulación.
El 19 de Febrero es detenido el Pinmore, bergantín de de 2.431 toneladas con carga de maíz. En este buque Luckner había estado embarcado en la ´´época de preguerra, y pidió ser llevado a bordo. Una vez en el Pinmore, recorrió los pasillos que tantas veces había recorrido a la carrera, visito el hasta entonces vedado camarote del capitán, visito bodegas y cocinas, tan familiares para el, en el sollado donde dormía aun encontró su nombre en un tablón, grabado a navaja en una noche de insomnio. Aquel buque que lo había llevado de forma fiel de puerto en puerto, a través de tormentas y tempestades, que le había dado seguridad y cobijo, y ahora el, en agradecimiento… todo esto paso por la cabeza del capitán germano, ya que después de dar la orden de hundirlo, se recluyo en su camarote, para que sus hombres no le vieran llorar por aquel pedazo de juventud que acababa mandar barrenar.
El 26 de Febrero es hundido después de subir a bordo a su tripulación el Yeoman británico, de 1.953 toneladas, Con una excelente carga de pollos y cerdos, muy bien recibidos por el cocinero y la tripulación alemanes.
El 27 de Febrero es hundido el bergantín francés de cuatro palos La Rochefoucauld, 2.200 toneladas. En este buque se produjo la simpática anécdota de que cuando el buque alemán le dio el alto identificándose como nave de guerra del Káiser, el capitán francés pensó que un colega estaba bromeando y se acerco a toda maquina a saludar al bromista. Es de suponer la cara que se le quedo, cuando su buque beso el fondo del Bentos ante sus atónitos ojos.
El 5 de Marzo es hundido el buque francés Dupleix, de 2.206 toneladas. En su entrevista con el capitán, este confesó a von Luckner, que tras la guerra nadie le daría el mando de un buque en Francia. Félix convido al francés a una copa de coñac, y le pregunto por que decía eso. El francés le dijo que en tierra había desoído los consejos de dos de sus colegas que le desaconsejaban esa ruta por los peligros que entrañaban los corsarios alemanes. Luckner le pregunto por el nombre de los buques de esos colegas suyos. Una vez contestada su curiosidad el capitán alemán mando llamar a los capitanes de los buques 3 y 7… la sorpresa el capitán galo fue mayúscula al encontrarse a bordo del crucero alemán a sus dos colegas. Con alegría acepto la copa que antes había rechazado al capitán germano y juntos brindaron por el fin de la guerra.

El 11 de Marzo el Seeadler captura a su presa mas difícil, el buque de vapor ingles Horngarth, 3.609 toneladas, mejor armado y mas veloz que el alemán. Para capturarlo, el Seeadler simulo un incendio, lo que hizo que el buque británico se acercara, y al hacerlo el Seeadler descubrió sus cañones e hizo fuego sobre la radio del británico. Un proyectil hizo blanco en una tubería, de la cual al salir vapor causo la muerte al único marinero que moriría en las andanzas de este buque corsario. Lejos de arredrarse el ingles mando acudir a los cañones de 152 mm con los que se encontraba artillado y comenzó a hacer fuego contra el peor armado velero. Viéndose en peligro, von Luckner, mando subir a las jarcias a marineros con megáfonos, los cuales gritaron ¡A los torpedos! Al oír esto los británicos comenzaron a agitar telas blancas, hasta el cocinero su delantal, para evitar el lanzamiento de tan temibles artefactos. Una vez subida a bordo el capitán monto en cólera al descubrirse que el Seeadler no tenía torpedos.
El 21 de Marzo capturaría al Cambronne, buque galo de 1.833 toneladas. Ante los problemas de alimentación que planteaban los 300 prisioneros que llevaba a bordo, todos fueron transferidos al buque galo, el cual fue puesto en libertad, una vez cortado uno de sus palos y quemadas varias velas para disminuir la velocidad del mismo, ya que al llegar a tierra alertarían de la presencia del buque alemán. Todo tiempo que pudieran ganar seria poco.
El 18 de Abril el buque dobla el Cabo de Hornos y entra en el Océano Pacifico.
El A. B. Johnson, 529 toneladas, de los Estados Unidos es capturado y hundido incendiado el 17 de Junio, y el de la misma nacionalidad R. C. Slade, de 673 toneladas, sigue el mismo destino al día siguiente.
El velero Manila, hundido el 8 de Julio fue la última presa del Seeadler antes de que von Luckner, deseoso de poder limpiar la obra viva del buque, ya que tras 8 meses en la mar las incrustaciones de todo tipo de crustáceos limitaba en gran medida la velocidad del buque, decidió arrumbar a la isla de Mopelia.
Mopelia es una olvidada isla situada en el archipiélago francés de la Sociedad. De unos 10 km2, esta olvidad isla era el lugar adecuado para realizar este mantenimiento, así como dar descanso a la tripulación y de paso esconderse un poco de la tenaz búsqueda a la que la Royal Navy venia sometiendo al afortunado corsario. Como curiosidad señalar que tras llegar a la abandonada isla de Mopelia se izo la bandera del Reich, siendo el único territorio del Pacifico Sur ocupado por los alemanes en la I Guerra Mundial.
Inopinadamente, un gigantesco rugido venido de la mar rasgo la calma del abandonado atolón el 24 de Agosto. La dantesca imagen del Seeadler levantado en una gigantesca ola y estrellado contra el atolón coralino se quedara para siempre impresa entre la dotación del Seeadler y sus 40 prisioneros. En efecto un tsunami acababa de destruir en cuestión de segundos el otrora orgulloso crucero de la Kaiserlacht.
Inasequible al desaliento von Luckner inicio las labores de salvar todo lo que pudiera ser de utilidad, salvando gran cantidad de víveres, armas y los dos botes del corsario. Con estos escasos mimbres nuestro capitán esbozo la idea e hacerse a la mar con unos de los dos botes, con la intención de alcanzar las Islas Fiji, capturar allí un buque y regresar por sus compañeros. Una travesía de ¡3.700 km en un bote descubierto!
Félix von Luckner se hizo a la mar con cinco de sus hombres, logrando alcanzar la isla de Aitu, en las Islas Cook donde se hicieron pasar por holandeses, que estaban cruzando el Pacifico por una apuesta. Aunque receloso, el residente neozelandés de la isla, les dio facilidades de reaprovisionamiento y les dejo continuar viaje. ¿Quien iba a sospechar que cinco desarrapados marineros eran en realidad cinco resueltos marinos de guerra del emperador?
Una vez repuestas las provisiones, los germanos se hicieron a la mar, logrando alcanzar la isla de Aitutaki, donde se hicieron pasar por noruegos. Se repitió la operación: engaño de parroquianos, suministros, y a la mar, logrando alcanzar la isla de Wakaya, ya en las Fiji, se iban acercando a un, en principio, irreal objetivo ¡Tal era la resolución de estos valientes!
La mayor parte de la gente en la isla acepto su historia de que eran náufragos noruegos, pero un sospechoso perspicaz paisano, dio aviso a la policía de la capital del archipiélago, que destaco un pelotón de policía en el ferry entre islas. El ferry encontraría a nuestros protagonistas y les conmino a subir a bordo. No deseando causar un derramamiento de sangre, y viendo la partida perdida, von Luckner y sus valientes se rindieron ante el atónito cabo de la policía fijiana.
Ante la tardanza de su jefe, planes alternativos se maquinaron en Mopelia. Y la oportunidad apareció cuando la goletita francesa Lutecia fondeo en la laguna, con el fin de abastecerse de agua en la isla de Mopelia. Habiendo escuchado por radio la captura de su jefe y no resignándose a seguir la misma suerte, el teniente de navío Kling capturo “la ultima presa del Seeadler” a punta de revolver. Todos los alemanes embarcaron en la ahora rebautizada Fortuna, logrando alcanzar Chile, país neutral, donde quedarían internados en el país hasta el final de la guerra. Los prisioneros del Seeadler fueron dejados en Mopelia con armas, provisiones y el otro bote igual al utilizado por Luckner en su inverosímil travesía. Con este bote los americanos lograron alcanzar la isla de Pago Pago a 1.600 Km de Mopelia, donde pidieron ayuda y todos los ex prisioneros del Seeadler fueron felizmente rescatados de la isla de Mopelia.
En el campo de prisioneros de Nueva Zelanda, von Luckner y sus bravos no resignaban al cautiverio. En efecto una noche robaron la lancha rápida del director del campo a la que montaron una ametralladora sustraída a los guardias, de esta forma armaron un nuevo corsario “el Perla” con el capturaron una pequeña goleta de 90 t, Moa, con la que se propusieron alcanzar las abandonadas islas de Kormadec. Lamentablemente para el los neozelandeses adivinaron sus propósitos, y allí fueron capturados el 21 de diciembre de 1917.
De nuevo prisionero de guerra, fue internado en varios penales neozelandeses, donde le llegaría el fin de la guerra en Noviembre de 1918.

Así termina una de las aventuras mas grandes del siglo XX, la de unos valientes marinos que a lo largo de sus andanzas, con bravura, caballerosidad y audacia causaron a sus enemigos 25.000.000 de Dólares en perdidas, una cantidad de dinero varios miles de veces el valor del barquito que tripulaban, y lo mas importante de todo, sin causar una sola muerte, bueno, una, aunque como hemos visto fue de forma accidental.
Y concluyo como comencé, aunque parezca ficción, toda esta historia es cierta, tanto como las otras, negras y abyectas que inequívocamente, en todas las guerras aparecen como contraste a estas otras, hermosas y nobles.

Fuentes:

"Corsarios alemanes en la Gran Guerra" Luis de la Sierra
http://www.deutsche-schutzgebiete.de/sm ... reuzer.htm
http://www.europe.canterbury.ac.nz/conf ... paper1.pdf
Enigmas de la IGM, de varios autores
Me dejo algunas, pero es que a veces voy cogiendo notas de sitios que leo, y no me acuerdo de poner la fuente, y al tiempo pues ya se me olvida :oops:


-¡Mi abuelo me dijo que los pilotos de hidroavión son las mejores personas del mundo, porque el mar y el cielo les limpia el corazón. Por eso son más valientes que los marineros y más abnegados que los aviadores de tierra!
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Blas de Lezo »

Me ha encantado esta historia de valientes. :dpm:
La guerra nos separa, la memoria nos une.
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Re: El Seeadler.

Mensaje por drakeland »

magnífica historia, compañero
Una victoria más y estamos perdidos (Pirro).
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Re: El Seeadler.

Mensaje por cañaytapa »

Sensacional... qué más decir
"El ajedrez es muy complicado" (Napoleón Bonaparte)
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Trancos-Alatriste »

Magnifica historia, magnifica...
"Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo." Plutarco.
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Hicks »

Gran historia de un caballero en unos tiempos cada vez más despiadados. En la segunda guerra mundial veria los ultimos de estos capitanes, pero creo que pocos podran igualarse a Von Luckner, en cualquier periodo de la historia. Y que decir del Seeadler, en honor a la verdad no imaginaba que los veleros aun se usasen en tal cantidad en la Gran Guerra.

Por lo que leo en la wiki, el buen Luckner tuvo algunos problemas en la segunda guerra mundial, (era francmasón), lo que impidio que Hitler lo utilizase propagandisticamente.
Tambie hay una serie de los germano-francesa de sus andanzas, grabada en los 70.
Los pilotos de caza hacen peliculas. Los de bombarderos, historia
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Triton »

Gracias Fernando. Es una gran historia :dpm:

Saludos.
........Y caminaré sin miedo por el valle de las sombras y la muerte y a nada temeré porque soy el mayor hijo de puta del valle.
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Re: El Seeadler.

Mensaje por pepero »

Buen tema Fernando.

No te plateaste hacer un articulo con un poco mas de información??.

Todo un caballero el capitan del corsario.

Saludos
Pepe
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Sirili »

Joroño, Fernando, que historia maravillosa... :dpm:
¡Ay! ¡Nikal Seyn ha muerto..., ha muerto ante Delhi!
¡Lanceros del norte, vengad a Nikal Seyn!
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Fernando Cebrián »

Joroba, ya en plan salsa rosa he leido en Internet que Luckner era tan fuerte que le gustaba, para entretener a sus amigos, cortar guias de telefono con sus manos desnudas. Al parecer esto era conocido, y en 1939 un semanario australiano publico una caricatura en la que se veía a Himmler cortando un papel con los derechos de los judios, a Hitler rasgando el documento de la neutralidad polaca, y a von Luckner rompiendo una guia de telefonos. El pie de la viñeta decía "... ellos tienen esa costumbre..."
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Akeno »

Buen trabajo compañero. Ha resultado una lectura más que interesante.

Aquí podemos ver los restos del SMS Seeadler en la isla de Mopelia:

Imagen

Para eso tenemos la Wikipedia ¿no? :wink:
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Que me odien, pero que me teman.
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Re: El Seeadler.

Mensaje por carloscomadreja »

He leído hace ya más de 40 años "El Último Corsario", escrito por el propio Conde Félix von Lückner. Este es un excelente resumen, Tte Cebrián. :Bravo Se da la circunstancia que si Dios quiere y la salud me lo permite, el año próximo viajaré a la Polinesia, y visitar Mopelia entra entre mis proyectos. Con equipo de buceo, por supuesto. Es un tributo a mi padre, fallecido el pasado año, quien fue gran admirador de ese bravo marino que fue el Conde de Lückner. Por cierto, ahora no puedo localizarlo pero hay en la red un artículo escrito por un marino chileno. La mayor parte de los marineros del Seadler que quedaron en Mopelia, tras capturar una goleta francesa y bajo el mando del segundo de a bordo, finalmente naufragaron en la isla de Pascua (Rapa Nui). Chile los acogio como internados hasta el fin de la guerra, pero varios de ellos se quedaron a vivir allí y formaron familia. Si encuentro el artículo adjuntaré el enlace en un próximo mensaje, y si concreto mi proyecto prometo enviar las correspondientes fotos. Espero que algo haya quedado que pueda aún verse
carloscomadreja
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Re: El Seeadler.

Mensaje por carloscomadreja »

Este es el enlace al artículo del que os había relatado http://revistamarina.cl/revistas/1996/3/berlinger.pdf
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Lutzow
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Lutzow »

Ese viaje suena de lo más interesante carloscomadreja, ya nos contarás si encuentras algún resto del SMS Seeadler... :dpm:

Te dejo un enlace al hilo de presentaciones por si deseas hacer lo propio: http://www.elgrancapitan.org/foro/viewt ... start=4710

Saludos.
Delenda est Putinlandia

Es mejor permanecer con la boca cerrada y parecer un idiota, que abrirla y confirmarlo...
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Rafa.Rodrigo (kappo) »

Me acaban de pasar el libro "El último Corsario" publicado en Barcelona en 1929.

La verdad es que es una (otra más) historia de película.

Imagen

La tripulación:
Imagen
[...] y 100 millones de ducados [...]
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Re: El Seeadler.

Mensaje por Lauterbach »

Para película de la buenas la propia vida de Luckner...
"El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar." (Sun Tzu)
"Mis tanques siempre vuelven..." (El niño de los tanques)
"Patriota es aquel que ama a su pais, nacionalista es el que odia a los demás."(D. Likhatchev)

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