Los japoneses del 10º Batallón
Publicado: 30 Abr 2016
Desde 1877 en que el primer inmigrante japonés llegó a Canadá, se produjo un goteo de inmigrantes nipones que se establecieron básicamente en Columbia Británica, donde formaron una pequeña pero sólida comunidad en medio de una cada vez más abundante inmigración asiática hacia el territorio más occidental de Canadá. Pronto la mayoría de origen europeo comenzó a inquietarse ante tanto asiático y comenzaron a promulgarse una sucesión de leyes tendentes tanto a impedir la inmigración asiática como a mantener en una situación de ciudadanos de segunda categoría a los originarios del otro lado del Pacífico. Hasta bien entrado el siglo XX, se hizo frecuente la promulgación de leyes tales como la que impedía la inmigración china o la que exigía una elevadísima tasa a los inmigrantes sijs. En este contexto, a los japoneses se les prohibió el derecho al voto por una ley de 1896.
Hasta bien entrado 1917, en que se estableció el servicio militar obligatorio, Canadá fue a la guerra con un ejército de voluntarios. A los japoneses que intentaron alistarse en Columbia Británica se les rechazó, por razones puramente raciales. En 1916 y decididos a conseguir plenos derechos como el resto de los canadienses, aunque para ello hubiera que luchar en las trincheras, 196 japoneses-canadienses viajaron a Alberta para alistarse y allí sí fueron aceptados.
Casi todos fueron encuadrados en el 10º Batallón (2ª Brigada de la 1ª División), que participó en todas las batallas importantes libradas por los canadienses en el Frente Occidental durante la guerra. Su valor en combate quedó acreditado por las 11 Medallas Militares conseguidas, además de por los 54 muertos y 92 heridos que sufrió el grupo.
A su regreso, en 1920, la comunidad japonesa-canadiense levantó un monumento en Stanley Park, Vancouver, inaugurado en el tercer aniversario de la Batalla de Vimy Ridge. Pero su reclamación del derecho al voto se enfrentó a la oposición de aquellos que querían un Canadá para blancos, lo que impidió que ésta saliera adelante en el Parlamento hasta 1931 y sólo por un voto de diferencia.
Pero el destino de los japoneses-canadienses tras conseguir el derecho al voto no mejoró demasiado. Con el estallido de la 2GM, casi todos ellos (unas 30.000 personas) fueron deportados e internados siguiendo la Ley de Medidas de Guerra. A los veteranos del 10º Batallón no les sirvieron ni sus medallas ni sus heridas de guerra para librarles del internamiento y de la confiscación y posterior venta forzosa de sus bienes. No fue hasta finales de la década de 1980 que el Gobierno de Canadá les ofreció una disculpa pública y una compensación económica parcial.
El sargento Masumi Mitsui en 1985, ganador de la Medalla Militar en Vimy Ridge y el hombre más a la izquierda en la foto de grupo. Fue el último soldado japonés-canadiense de la Gran Guerra, falleciendo en 1987.
Monumento en Vancouver y placa colocada en 1985.
Fuentes principales:
Wikipedia
http://jccabulletin-geppo.ca/featured/t ... -the-vote/
http://www.canadiannikkei.ca/blog/japan ... -timeline/
http://www.najc.ca/thenandnow/history6.php