Guerra y prensa libre
Publicado: 23 Oct 2007
En el otoño de 2006, ante la inminencia de las elecciones presidenciales americanas se produjo un recrudecimiento de los atentados terroristas en Irak, que provocaron la muerte a más de 70 soldados americanos sólo en el mes de octubre.
El general William Caldwell, portavoz militar en Irak, dijo que la insurgencia estaba tratando de influir en las eleciones americanas:
“No es coincidencia que la oleada de ataques contra fuerzas de la Coalición y el consiguiente aumento de bajas americanas coincida con el aumento de nuestra presencia en las calles de Bagdad y la proximidad a medio plazo de las elecciones americanas. El enemigo sabe bien que la muerte de gente inocente y de norteamericanos ocupará titulares en la prensa y creará en nosotros un sentimiento de frustración”
(It is no coincidence that the surge in attacks against coalition forces and subsequent increase in U.S. casualties coincides with our increased presence on the streets in Baghdad and the run up to American mid-term elections," he said. "The enemy knows that killing innocent people and Americans will garner headlines and create a sense of frustration.)
Fuente: http://www.militaryconnections.com/news ... ewsid=2166
Desde la guerra de Vietnam los enemigos de Estados Unidos han aprendido a utilizar los medios de comunicación libres como herramienta de guerra para indisponer a la opinión pública americana en contra de su gobierno.
Los medios de comunicación libres han resultado ser, sorprendentemente, buenos aliados de los regímenes dictatoriales.
El caso más famoso se dio durante la Ofensiva del Tet:
Eddie Adams, fotógrafo de Associated Press, recogió en una instantánea el 1 de febrero de 1968, en plena batalla, una imagen que se convirtió en el símbolo de los detractores de la Guerra de Vietnam, el general Loan, jefe de la Policía survietnamita, asesinaba de un disparo en la cabeza a un prisionero desarmado con las manos atadas a la espalda.
La fotografía ganó el premio Pulitzer en 1969 y causó un hondo impacto emocional en la sociedad americana.
Aumentó considerablemente el número de quienes estaban en contra de la intervención americana en Vietnam.
Es la fotografía más influyente de toda la historia de los conflictos humanos.
Sin embargo tras esta imagen se esconde una historia que los periodistas americanos no quisieron recoger.
El prisionero había matado a la familia de uno de los oficiales de policía.
Nguyen Ngoc Loan había comenzado su carrera militar como piloto de las Fuerzas Aéreas. Sin embargo el interés que sentía por las tareas de Inteligencia le encaminó hacia la Policía, un cuerpo plenamente militarizado y que participaba en los combates contra el Vietcong.
Como jefe de la policía survietnamita los brutales atentados del Vietcong contra objetivos civiles y su campaña de terror le indignaban personalmente. Entre los reporteros occidentales se hizo famoso por el empeño apasionado que ponía en evitar los ataques de la guerrilla contra los civiles.
De hecho uno de los pocos defensores con que contó Loan una vez que la foto le hizo inmensamente impopular en todo el mundo fue precisamente el fotógrafo, Eddie Adams, que desde el primer momento dijo que se malinterpretaba su fotografía y que no era una denuncia contra Loan.
El gobierno survietnamita defendió en un principio el acto del general: el preso no llevaba uniforme, llevaba armas y las había utilizado contra civiles, Loan y sus hombres se encontraban en situación de combate, en medio del caos de la Ofensiva del Tet, y Loan debía inspirar a sus hombres ánimos para resistir a ultranza, y respeto para lograr que le siguieran en esas circunstancias extremas.
Pero lo cierto es que los políticos a la primera oportunidad prescindieron de Loan. Tres meses después de la fotografía fue herido gravemente en combate. Fue trasladado a Australia, pero allí se organizaron tales protestas que tuvieron que enviarlo al Hospital Militar Walter Reed, en Washington. Perdió una pierna, y se aprovechó su convalecencia para sustituirlo en su puesto.
No volvió a ejercer un cargo público.
Nguyen Ngoc Loan
A la caída de Saigón pidió ser evacuado con su familia, pero los americanos hicieron oídos sordos a sus ruegos.
Pudo escapar en un avión de las Fuerzas Aéreas survietnamitas pilotado por él mismo y refugiarse en Estados Unidos.
Tras la guerra hubo un activo movimiento en América pidiendo su deportación a Vietnam para ser juzgado como criminal de guerra
Se instaló en Virginia anónimante, procurando pasar desapercibido, y abrió una pizzería. Atendiendo el negocio junto a sus hijos pudo sobrevivir sencillamente hasta que en 1991 la prensa divulgó su identidad y se quedó sin clientela.
Murió de cáncer en 1998. El fotógrafo, Eddie Adams, dijo entonces de él:
“Fue un héroe. América debe llorarle. Odio ver que se va de esta forma, sin que la gente sepa nada de él”
(The guy was a hero. America should be crying. I just hate to see him go this way, without people knowing anything about him.)
Fuentes:
http://www.wellesley.edu/Polisci/wj/Vie ... vcexec.htm
http://www.cs.brown.edu/courses/cs024/i ... tml#06.jpg
El enemigo al que se enfrentaba el general Loan era ferozmente despiadado en su lucha por lograr que la población civil vietnamita no se uniera al gobierno de Saigón. Sólo en el periodo de 1960 a 1965 el Vietcong, siguiendo un plan premeditado, asesinó a 7.500 personas porque podían ejercer algún liderazgo local y ganar el afecto de la población hacia el gobierno: médicos, sacerdotes, jueces, funcionarios públicos y especialmente maestros (los peores enemigos del Vietcong).
Todo aquel que pudiera representar en las aldeas una forma de liderazgo era asesinado por el Vietcong en un empeño por descabezar a la sociedad survietnamita y volverla dócil a la infiltración comunista.
Fuente: Michael Walzer, Guerras justas e injustas. Capítulo 12: la campaña de asesinatos del Vietcong. Págs. 274-275. Ed. Paidós, 2001
La guerrilla pudo matar a 7.500 personas pacíficas y desarmadas, dedicadas a tareas beneficiosas para la sociedad (y precisamente por su papel positivo en las aldeas los mataban, para que no ganaran el apoyo de la población al Gobierno) y la sociedad americana permaneció indiferente al hecho, no aparecían fotografías en primera plana ni se nombraba a los asesinos por su nombre. En cambio cuando el general Loan ejecutó a un asesino en pleno combate provocó el descrédito de su causa.
Otra fotografía famosa de la Guerra de Vietnam:
Kim Phuc era una niña de 8 años de edad cuando, el 8 de junio de 1972, su aldea fue bombardeada con Napalm.
La presencia de otro fotógrafo de Associated Press, Nick Ut, inmortalizó su conmovedora imagen.
Los aviones pertenecían a la Fuerza Aérea de Vietnam del Sur, si bien fue un asesor militar americano el que pidió el bombardeo de la aldea, ocupada por los norvietnamitas.
La niña, con la mayor parte de su cuerpo abrasado por quemaduras de tercer grado y pocas posibilidades de sobrevivir, fue internada en un hospital de Saigón donde pasó 14 meses y atravesó 17 operaciones.
Sobrevivió, y tras la caída de Saigón el gobierno norvietnamita la utilizó como símbolo propagandistico. Viajó por todo el mundo comunista relatando su terrible experiencia, pero en 1992, en una escala de su vuelo para repostar en Canadá se dio a la fuga y pidió asilo político.
En la actualidad vive en Ontario con su marido y sus dos hijas. Es doctora en derecho y trabaja para la UNESCO.
Su imagen es universalmente conocida, pero las denuncias que ha hecho contra el régimen dictatorial vietnamita no lo son tanto.
En 1996 en Washington, durante un acto de la Asociación de Veteranos de Vietnam, conoció a John Plummer, el asesor militar americano que pidió a la Fuerza Aérea survietnamita que bombardease su aldea. Plummer es ahora sacerdote.
Fuente: http://www.canadianidentity.com/wiki/index.php/Kim_Phuc
Kim Phuc
Los medios de comunicación democráticos han demostrado una extrema sensibilidad a las bajas civiles causadas por las fuerzas occidentales, al tiempo que prestan mucho menor eco a las brutalidades del enemigo.
Las guerrillas que emplean tácticas similares al terrorismo han aprendido a utilizar esa asimetría.
Saben donde golpear a los occidentales: en las pantallas de sus televisores.