Buenos días,
Con un ligero retraso, debido a incidencias con el acceso al foro estos días, desde Desperta Ferro os presentamos las novedades de marzo, que ya están a la venta en kioskos y librerías.
En primer lugar os traemos un libro de Jerry Toner sobre el mundo criminal romano
Roma no fue un imperio con la mejor de las reputaciones que digamos.
Desde sus brutales juegos a sus depravados emperadores, sus violentas turbas y sus despiadadas guerras, su nombre ha resonado a lo largo de los siglos como un grito en un callejón. Pero, ¿era realmente tan perversa? En Infamia. El crimen en la antigua Roma, Jerry Toner se embarca en una suerte de investigación detectivesca para descubrir el verdadero alcance del crimen en la antigua Roma. De los pecadillos sexuales de Tiberio y Nerón a las probabilidades de que te desvalijen la ínsula si la dejas sin vigilancia −bastante altas, sobre todo si las paredes son lo suficientemente delgadas como para hacer un butrón−, Toner remueve cielo y tierra para poner la Ciudad Eterna bajo su lupa. En Infamia. El crimen en la antigua Roma te toparás con toda una galería de villanos, sean emperadores, capos mafiosos o ladronzuelos de poca monta, descubrirás los principales problemas que padecían sus atormentados ciudadanos, explorarás las tentaciones de los excesos y comprobarás hasta dónde es capaz de llegar la plebe presa de la desesperación.
¿Roma: culpable o no culpable? ¿Una delincuente brutal, o la legítima gendarme del mundo? El veredicto, en el libro.
También iniciamos una nueva serie: Cuadernos de Historia Militar, cuyo primer número trata de la Legión española
La Legión española, un cuerpo de tropas con vocación de élite, formado para ser empleado en las misiones más importantes y en los combates más duros, cumple en 2020 sus cien años de existencia. Desde su fundación en 1920, el Tercio de Extranjeros, como fue llamado entonces, ha sido capaz de evolucionar y mantener al mismo tiempo la tradición, lo que lo convierte en un cuerpo armado singular: si, por un lado, se mantienen elementos del ideario original, por otro, la Legión ha renunciado a sus antiguos cometidos para recibir otros nuevos, propios del siglo XXI. Así, esta fuerza de choque creada para combatir en la Guerra del Rif (1911-1927), que intervino en la revolución de Asturias (1934) y en la Guerra Civil española (1936-1939), y que defendió las últimas posesiones españolas en Sidi Ifni y en el Sáhara hasta 1975, se ha reconvertido ahora en una fuerza de élite capacitada para intervenir en todo tipo de misiones internacionales, ya sean tanto en el marco de la ONU como en el de la OTAN. Cien años de la Legión 1920-2020 no solo conmemora el centenario de la Legión, sino que también inaugura una nueva colección, Cuadernos de Historia Militar, que pretende abordar temas y momentos clave a través del prisma que proporcionan los nuevos enfoques en torno a la historia militar que vienen desarrollándose en las últimas décadas. Una visión renovada de un aspecto tan antiguo como el hombre: la guerra.
En el número de Especiales Desperta Ferro de este mes os contamos más detalles sobre la Armada española
El descubrimiento español de América, en 1492, seguido de una rápida colonización de las tierras recién halladas, cambió el mundo para siempre. A los muchos Estados de la Monarquía Hispánica en Europa vinieron a sumarse amplísimos territorios en América y, más adelante, en Asia. Con la incorporación del reino de Portugal, en 1580, el imperio de los Austrias españoles se extendía por cuatro continentes separados por mares y océanos. Las armadas y flotas se revelaron claves en la articulación de este imperio, tanto para el movimiento de colonos y agentes de la monarquía como para el transporte y escolta de los metales preciosos y otros valiosos recursos desde los virreinatos americanos hacia Sevilla, sin olvidar las indispensables labores de protección de las vastas costas del imperio frente a corsarios y piratas, así como las grandes empresas militares con las que, sobre todo Felipe II, buscó afianzar su hegemonía en el Atlántico ante los desafíos de Inglaterra y Francia. Es este océano –el “Mar Océano”, como se decía en la época–, el que separaba los dos grandes núcleos territoriales de la Monarquía Hispánica, y es por ello que tras el Meditérráneo y la era de los descubrimientos, la tercera entrega de la serie que dedica Desperta Ferro a la Armada española pone el foco en el desarrollo de la potencia naval hispánica en el Atlántico durante el siglo XVI. Asistimos en esta época a cambios trascendentales: el nacimiento de rutas de navegación oceánicas estables, la transformación de las tácticas navales con la incorporación de artillería pesada en los buques, la evolución de las técnicas de construcción y un desarrollo técnico sin precedentes en todos los ámbitos náuticos. En las siguientes páginas desvelamos los entresijos del poder naval de la Monarquía Hispánica en el Atlántico: hombres, buques, cañones, conocimientos geográficos y técnicos, el entramado administrativo y logístico; las claves del desarrollo y la hegemonía del imperio más poderoso de la época.
Respecto a las revistas, en el número de Especiales Desperta Ferro de este mes os seguimos contando más detalles sobre la Armada española, esta vez en su actuación en al Atlántico durante el siglo XVI.
El descubrimiento español de América, en 1492, seguido de una rápida colonización de las tierras recién halladas, cambió el mundo para siempre. A los muchos Estados de la Monarquía Hispánica en Europa vinieron a sumarse amplísimos territorios en América y, más adelante, en Asia. Con la incorporación del reino de Portugal, en 1580, el imperio de los Austrias españoles se extendía por cuatro continentes separados por mares y océanos. Las armadas y flotas se revelaron claves en la articulación de este imperio, tanto para el movimiento de colonos y agentes de la monarquía como para el transporte y escolta de los metales preciosos y otros valiosos recursos desde los virreinatos americanos hacia Sevilla, sin olvidar las indispensables labores de protección de las vastas costas del imperio frente a corsarios y piratas, así como las grandes empresas militares con las que, sobre todo Felipe II, buscó afianzar su hegemonía en el Atlántico ante los desafíos de Inglaterra y Francia. Es este océano –el “Mar Océano”, como se decía en la época–, el que separaba los dos grandes núcleos territoriales de la Monarquía Hispánica, y es por ello que tras el Meditérráneo y la era de los descubrimientos, la tercera entrega de la serie que dedica Desperta Ferro a la Armada española pone el foco en el desarrollo de la potencia naval hispánica en el Atlántico durante el siglo XVI. Asistimos en esta época a cambios trascendentales: el nacimiento de rutas de navegación oceánicas estables, la transformación de las tácticas navales con la incorporación de artillería pesada en los buques, la evolución de las técnicas de construcción y un desarrollo técnico sin precedentes en todos los ámbitos náuticos. En las siguientes páginas desvelamos los entresijos del poder naval de la Monarquía Hispánica en el Atlántico: hombres, buques, cañones, conocimientos geográficos y técnicos, el entramado administrativo y logístico; las claves del desarrollo y la hegemonía del imperio más poderoso de la época.
En Desperta Ferro Antigua y Medieval iniciamos una serie sobre la Tercera Cruzada.
Tras el doble cataclismo de la batalla de Hattin y la conquista de Jerusalén por Saladino (julio y octubre de 1187 respectivamente), las comunidades cristianas de ultramar quedaron reducidas casi a la nada, lo que suscitó la llamada a una nueva cruzada (la Tercera) con el objetivo de reconquistar los Santos Lugares. A la llamada respondieron un emperador (Federico I Barbarroja) y dos reyes (Felipe Augusto de Francia y Ricardo Corazón de León, de Inglaterra). En este primer número dedicado a la Tercera Cruzada abordamos la espectacular campaña militar del primero de ellos, que le llevó a atravesar los Balcanes, Bizancio y la Anatolia selyúcida en un larguísimo viaje plagado de peligros, asedios y batallas y saldado con un sorprendente final.
Finalmente, en Desperta Ferro Contemporánea, os narramos el inicio de la Batalla de Berlín en 1945.
A efectos prácticos, el 15 de abril de 1945 la Segunda Guerra Mundial en Europa había terminado. Alemania, perdidos sus últimos aliados e invadida por el este y por el oeste, estaba acabada y todos eran conscientes de ello. Solo Adolf Hitler, enterrado en su búnker, se negaba a ver lo evidente, solo el soldado soviético, enterrado en su trinchera a la espera del asalto definitivo, trataba de olvidar que aún le quedaban ríos de sangre por cruzar pues frente a él se hallaba Berlín, la “guarida de la bestia nazi”, cuyos accesos estaban defendidos por hombres que sabían que tendrían que luchar hasta el amargo final. El presente número de Desperta Ferro Contemporánea, primero de los dos que dedicaremos a la batalla de Berlín en su 75.º aniversario, quiere narrar, precisamente, los combates y los hombres que lucharon en torno a la capital del Reich, como los encarnizados combates en los altos de Seelow, y cómo algunos se fueron retirando lentamente a la ciudad semicercada y cómo otros se dejaron la piel para escapar de la bolsa de Halbe, o para abrir camino a sus compañeros que huían hacia occidente. El próximo número, que también versará sobre esta batalla, será el que nos introduzca en las calles y plazas que fueron testigos de la caída de la ciudad y del final efectivo de la guerra en Europa.