EL PRESIDENTE JOHNSON (1963-1969)

[Pla]

Lyndon B. Johnson: La Gran Sociedad


"Construyamos una gran sociedad, un lugar donde el significado de la vida del hombre se corresponda con las maravillas de las obras del hombre. "
L. B. Johnson


UN ACTIVISTA SOCIAL

Lyndon Baines Johnson nació en 1908 en Stonewall, pequeña ciudad situada en la zona central Texas. Desde muy joven sintió la llamada del activismo social, dedicándose durante años a la enseñanza gratuita a la población texana de origen hispano. Allí, en su juventud, tomó conciencia de la necesidad apremiante para la sociedad norteamericana de romper los estereotipos del racismo, tan arraigados en la USA de los “wasp” (white, anglo-saxon, protestant = gente blanca, anglosajona y protestante), especialmente en un Estado sureño como Texas, en el que la discriminación alcanzaba casi más a los hispanos que a los negros.

Fueron esas inquietudes sociales, que tan tempranamente había sentido, las que le orientaron a dedicarse a la política. Desde principios de los años 30´, comenzó a militar en el Partido Demócrata. Un partido renovado casi enteramente bajo las dos Presidencias de Woodrow Wilson (1911-1919). El viejo Partido Demócrata fundado por Jefferson a finales del siglo XVIII, había sido el partido conservador frente a los federalistas y, luego, durante el siglo XIX, bajo el liderazgo de Andrew Jackson, se había convertido en el gran partido reaccionario que sostuvo la esclavitud y la secesión, sucesivamente, frente a los whigs (entre 1824 y 1856) y frente a los republicanos (entre 1856 y 1865). La crisis de la secesión y la Guerra Civil (1861-1865) significó un largo periodo de decadencia de los demócratas. Pero en los comienzos del siglo XX se empezó a originar una gran inversión de las situaciones que los llevó a ser, durante los años centrales del siglo XX, el partido de las grandes reformas sociales.

UN HOMBRE DEL NEW DEAL

Bajo la Presidencia de Theodore Roosevelt (republicano), el primer Roosevelt, el partido republicano había comenzado a acentuar sus tendencias más conservadoras, en un proceso que se profundizaría a partir de la Primera Guerra Mundial. Los republicanos pasaron a ser aislacionistas en política exterior y conservadores en política interior, frente a la cada vez más decidida orientación reformista de los demócratas. La llegada a la Presidencia de Franklin Roosevelt (demócrata), el segundo Roosevelt, en 1933, consagraría las tendencias social-reformistas del Partido Demócrata, sin por ello perder su implantación tradicional en el Sur, entre los elementos más racistas y reaccionarios. Johnson, en esa época, fue uno de tantos activistas sociales que se adscribieron, de corazón, a la política social del New Deal rooseveltiano.

Entre los demócratas fue, desde el primer momento, un ferviente partidario del New Deal y del Presidente Roosevelt. Sería precisamente en los años del New Deal cuando alcanzase por primera vez un escaño en la Cámara de Representantes, en 1936, en las elecciones que llevaron por segunda vez a Franklin Delano Roosevelt a la Presidencia de los Estados Unidos. Tenía entonces 28 años y se había casado en 1934 con Claudia Taylor (Lady Bird), en lo que el tiempo demostró que era un matrimonio muy sólido. En ese mismo año, por razón de su filantropismo, se había afiliado a la masonería.

En 1948, tras haber desempeñado seis mandatos en la Cámara de Representantes (recuérdese que el mandato de los congresistas es de dos años), alcanzó un escaño en el Senado, en las mismas elecciones en que fue elegido Presidente Harry Truman. Fue el más joven líder de la oposición en el Senado de toda la historia, hasta que, en 1953, tras las elecciones de 1952 (los republicanos habían ganado la presidencia, pero los demócratas ganaron las Cámaras del Congreso), se convirtió en el más joven líder de la mayoría senatorial de toda la historia. La supremacía demócrata en la política USA, mantenida desde las elecciones de 1932, se vio truncada en 1952 por la victoria del republicano Eisenhower en las elecciones presidenciales, que sería presidente entre 1953 y 1961. Pero entre 1961 y 1969, los demócratas vivirían sus últimos tiempos de esplendor.

CANDIDATO A VICEPRESIDENTE, CON KENNEDY

Johnson, se había ido transformando en un importante dirigente demócrata. Su origen sureño, su activismo social a través de la masonería y, sobre todo, su acción parlamentaria en la dirección de la mayoría demócrata en el Senado, entre 1953 y 1959, le habían hecho un hombre muy popular. Johnson supo combinar sus pretensiones reformistas con un espíritu práctico muy americano, que permitió al republicano Eisenhower desenvolverse en sus dos mandatos (1953-1957 y 1957-1961) con bastante comodidad. La habilidad del líder demócrata del Senado había hecho que el presidente republicano hubiese tenido que gobernar aplicando el programa demócrata, tanto en lo interior como en política internacional.

De manera que la Presidencia de Eisenhower, pese a ser un Presidente republicano, había sido intervencionista en lo exterior, en Corea, en Oriente Medio con la Crisis de Suez (1956) y en Viet- Nam, en Europa (apoyo a la España de Franco y al Portugal de Oliveira Salazar), y había seguido los programas sociales iniciados bajo Roosevelt, en lo interior. Por eso es posible afirmar que, pese al aparente receso republicano de Eisenhower, los demócratas habían gobernado en USA, casi ininterrumpidamente, entre 1932 y 1968.

Su hábil dirección de la mayoría senatorial demócrata bajo el republicano Eisenhower, unido a la posición central que ocupaba Johnson en las organizaciones de base del Partido Demócrata, le llevaron a ser nominado para la candidatura a la Vicepresidencia en las elecciones de 1960, junto al joven y brillante aspirante, John F. Kennedy. El sustrato popular demócrata tradicional se estaba resquebrajando ya, por la propia naturaleza de las cosas. El Partido Demócrata había gobernado desde 1932 sobre unas bases populares muy inestables. De un lado, los demócratas tenían sus bases electorales en el Norte, entre los obreros industriales, los negros, los judíos y las clases medias urbana; de otra parte, los demócratas recibían también los votos de los campesinos y terratenientes del Sur, muy reaccionarios y ligados a organizaciones tan dudosas como el Ku-Klux Klan. Johnson, durante su Presidencia (1963-1969), vio como se desmoronaba definitivamente ese conglomerado popular tan contradictorio de las bases demócratas tradicionales, pero en 1960, en las elecciones, la candidatura de Johnson aseguraba a Kennedy la cohesión de esa paradójica base electoral y, sobre esa base, podía soñar con alcanzar la Casa Blanca.

LA VICEPRESIDENCIA (1961-1963)

Fue Kennedy una figura muy controvertida. Su popularidad es inmensa todavía hoy en día, pero la revisión crítica de su figura, con el tiempo, ha ido descubriendo más sombras que luces en su trayectoria. Unas sombras que le corresponderían a él, particularmente, frente a unas luces que se deberían, más bien, a los políticos demócratas en los que apoyó Kennedy su acción de gobierno. Uno de estos fue, indudablemente, Johnson, un político avezado y hábil, así como un hombre de sólidos principios.

Y es que la Presidencia de Kennedy, tan trágicamente truncada en noviembre de 1963, en Dallas (Texas), resultó muy estéril en cuanto a realizaciones. En su mandato, Kennedy prodigó los gestos hermosos y los bellos discursos, pero apenas hizo nada tangible. En política exterior fue un hombre dubitativo, que precisó siempre del aliento de Johnson para afrontar las graves crisis de Berlín (1961), con la construcción del llamado “Muro de la Vergüenza”, de Cuba (1962), cunado el emplazamiento de los misiles soviéticos. Un espíritu dubitativo el de Kennedy que alcanzó sus máximos exponentes en la crisis de Bahía Cochinos (Cuba), en abril de 1961, y en su vacilante intervencionismo en Viet-Nam.

Pero es que en política interior, sencillamente, no hizo absolutamente nada. Y no es que no hubiese nada que hacer. Desde las elecciones de 1952, las exigencias reformadoras del New Deal requerían abordar el problema de la definitiva integración racial en USA. Harry Truman había lanzado en esa campaña, que perdió, la idea de una legislación de Derechos Civiles. Una legislación que asegurase a los negros y a otra minorías raciales que las primeras palabras de la Declaración de Independencia de 1776 (“Que todos los hombres son iguales”), o que las palabras de Lincoln en su discurso de de 1858 de La Casa Dividida (“Un negro, en cuanto a su libertad y sus derechos, debe ser igual que yo”) fuesen por fin una realidad en la República. Truman perdió la Presidencia en 1952, y Kennedy, entrte 1961 y 1963, prometió muchas cosas, pero no abordó ninguna.

MARTIN LUTHER KING Y JONHSON

En noviembre de 1955, en Montgomery (Alabama), la negra Rosa Lee Parks fue arrestada y procesada por haberse negado a ceder el asiento a un hombre blanco en un autobús. El arresto y procesamiento de Rosa desencadenó la rebelión de los negros en reclamación de su plena igualdad civil. Una rebelión que resultó ser definitiva. Uno de los activistas negros que más se destacó en la defensa del Caso Parks fue el joven pastor baptista, Martin Luther King, quien con el tiempo llegó a ser el principal líder del movimiento por los derechos civiles y Premio Nobel de la Paz en 1964.

Para King, era evidente que los procedimientos políticos normales no garantizarían la igualdad civil de los ciudadanos negros, al menos en el Sur, por lo que se lanzó desde 1960 a una enorme campaña nacional de marchas y denuncias, de gran repercusión en la opinión pública y en los medios de comunicación, mientras se extendía la violencia racial. Para Kennedy fue un motivo de preocupación. Para Johnson, fue la confirmación de que el programa demócrata de reformas sociales necesitaba resolver, de una vez por todas, la agria cuestión racial en Estados Unidos. Entre 1960 y 1963 se multiplicaron los actos de reivindicación de los activistas pro derechos civiles, que culminaron en la convocatoria de una marcha sobre Washington, para el 29 de agosto de 1963. Kennedy, una vez más, dudaba. Pero al final autorizó su celebración.

El 29 de agosto de 1963, más de 200.000 personas convergieron sobre la Capital Federal. Kennedy pasó el día con una amante. Johnson, junto a su esposa, acompañaron a Martin Luther King en la tribuna desde la que el líder negro lanzó su famoso discurso “I have a dream” (Tengo un Sueño):

“Hace cien años, un gran estadounidense, Lincoln, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia…

… Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el “sueño americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se podrán sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.”

LA PRESIDENCIA

En noviembre de ese mismo año de 1963, el asesinato de Kennedy le lleva a la Presidencia de los Estados Unidos. Tiene 55 años y su popularidad es grande. Pero no son menores su capacidad y su habilidad, acreditadas desde 1952, en que dirigió la mayoría demócrata del Senado. En las elecciones de noviembre de 1964 el triunfo fue arrollador. Fue la última vez que funcionó la contradictoria base social tradicional de los demócratas. Pero la escisión estaba al acecho. Para Johnson la cuestión del voto de los negros fue importante en una doble dimensión. En primer porque era la única manera de hacer frente, en el Sur, al paulatino declinar del voto demócrata entre los blancos. Pero sobre todo, porque su sueño de una Gran Sociedad precisaba de la integración real de las minorías raciales, no sólo de los negros, en la sociedad americana.

El 15 de marzo de 1965, pocas semanas después de tomar posesión de la Presidencia por segunda vez, propuso ante las cámaras la Ley de los Derechos del Voto, que aseguraba a los negros el acceso a las elecciones y afianzaba sus derechos civiles. El discurso presidencial de presentación de la Ley fue una respuesta directa al discurso de King de 1963. Johnson recogió el reto. Luther King había dicho que “cien años después de la Emancipación, la vida del negro estaba aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación”, y Johnson respondía ahora que “hace más doscientos años que se proclamaron los derechos de todos los norteamericanos a la libertad y a la igualdad, y que los tiempos de la espera ya han terminado”, así como que “un siglo ha pasado desde que se prometió la libertad y la igualdad a los negros y que el tiempo de la Justicia ya había llegado”.

Sin duda que la integración racial fue la mayor obra de la Presidencia de Johnson. Porque su acción de gobierno se amplió y extendió a la reforma de la Seguridad Social, a la puesta en marcha de los programas federales de ayuda a los negros y otra minorías, de la puesta en funcionamiento de los sistemas de “cuotas de minorías” y de “discriminación positiva”. Medidas que no sólo afectaron a los negros, sino también a las mujeres, a los hispanos y a las minorías de origen oriental (chinos, japoneses, hindúes), en un empeño de instauración de un peculiar Estado de Bienestar, que ha perdurado.

LA POLITICA EXTERIOR

En política exterior fue un demócrata típico. Fomentó el intervencionismo directo en el exterior, como en Santo Domingo (1965), donde desembarcaron los marines para evitar que el Presidente electo, Bosch, fuese investido. Y también intervino indirectamente en otros países, como Brasil (1964) o Grecia (1965) en apoyo de golpes militares anticomunistas. Pero su intervención más famosa fue en Viet-Nam, donde llegó a desplazar 500.000 soldados.

Durante los años 1965-1969, el Partido Demócrata se sumió en una grave crisis que lo apartaría de la Presidencia y de la mayoría de la Cámaras hasta casi la actualidad, ya que la Presidencia de Carter (1977-1981) fue muy efímera, y Clinton (1993-2001) ha sido el más republicano d elos prsidentes demócratas.

Lyndon Baines Johnson, falleció en 1973, unos días antes de que USA firmase la paz con Hanoi, en Viet—Nam, que tantos quebraderos de cabeza le dio durante su mandato.

Saludos

[Urogallo]

Jhonsson fué el primer idealista demócrata que se enfrentó a lo que todos los anteriores miembros de su partido habían creido imposible: Que el gasto presupuestario tenía límites. Pensaba que podría enfrentarse a la falta de oportunidades y a la discriminación en América y vencer en una guerra extranjera, pero los presupuestos, contra lo que el, alguién que siempre había dado por supuesta la existencia de cantidades inagotables de crédito, pensaba mostraron que no eran infinitos, y tuvo que ceder en sus políticas de integración a favor del gasto militar. Vivía en una permanente contradicción, el movimiento de los derechos civiles no cesaba, a pesar de que el lo apoyaba abiertamente, los norviednamitas no pedían la paz, a pesar de que el estaba dispuesto a lanzar programas de ayuda económica másiva, su propio partido no le apoyaba y los Kennedy le atacaban abiertamente por, en opinión del presidente, seguir la política de JFK. Ni siquiera en el partido repúblicano, cuya línea dura le acusaban de seguir, encontró apoyo alguno.

[Pla]

Fueron unos años terribles. En realidad se estaba produciendo un gran cambio social con la incorporación a la plena ciudadanía de toda la población de Estados Unidos, en un gesto de apertura realmente grandioso.

Fueron años de música inolvidable. Fueron unos años en que se impusieron en todo el mundo las nuevas melodías del rock&roll, que conoció el ascenso de cantantes y bandas que han devenido clásicos. Blancos y negros. Los Beach Boys, Sam Cook, Ottis Reding, Credence Clearwater Revival, Roy Orbison, Bob Dylan, Ray Charles o la sublime Janis Joplin. Y se mantenían los veteranos de los años 40´, los coetáneos de Glen Miller, Louis Armstrong o Duck Ellington. Y tantos y tantas otros. En 1968 se estrenó en Broadway la famosa Ópera Rock Hair (pelo), un vibrante alegato contra la guerra del Viet-Nam.

La idea de Jonhson no implicaba serias contradicciones, en principio. Se trataba de ampliar la base popular del gobierno, mediante la incorporación de sectores que eran rechazados contra su voluntad. Los negros que luchaban por sus derechos civiles aspiraban a incorporarse a la Gran Sociedad que preconizaba Johnson.

El problema surgió porque las cosas se torcieron en Viet-Nam. Si los norteamericanos hubiesen alcanzado allí alguna clase victoria, la cosa podría haberse mantenido. De hecho, la acticvidad bélica en Viet-Nam fue un poderoso elemento del tirón económico USA en esos años. El gasto público podría haber seguido creciendo sin problemas. El dolar era ya la la divisa universal, y eso concede notables ventajas financieras para la gestión del déficit presupuestario. Te escandalizarías de conocer algunos de los "trucos" que se emplean habitualmente por el Gobierno USA para minorar los pagos de su deuda externa. Una deuda que empezó a hacerse muy grande en esa época.

Por eso aplicó Johnson tanta fuerza en Viet-Nam. Por eso Viet-Nam ha marcado tanto a esa época. La guerra del Viet-Nam desarboló completamente la política de los demócratas.

Así, el proceso para llegar a la Convención Demócrata de julio de 1968 se efectuó en medio de sobresaltos y crímenes. En enero se había producido la ofensiva del Tet, que era toda una refutación del optimismo oficial de la Administración Johnson. El Presidente se había retirado de las primarias, no aspirando a la reelección, para lo que alegó el precedente de Theodore Roosevelt.

Robert Kennedy había sido asesinado el 5 de mayo de 1968, después de haber ganado las primarias demócratas de California, convirtiéndose en el candidato mejor colocado para obtener la nominación demócrata a la Presidencia. Y el 4 de abril de 1968, Martin Luther King había sido asesinado en Memphis (Tennessee).

Varios demócratas del Sur, como el Gobernador de Carolina del Sur, Wallace, o como el senador Barry Goldwater, encabezaban movimientos disidentes en el Partido Demócrata por la cuestión racial, contando entre sus partidarios con los siniestros hombres del Kuklux Klan.

Ya en la convención, miles de manifestantes contrarios a la guerra de Viet-Nam la intentaron sabotear. Un grupo de demócratas radicales (los Once de Chicago) abandonó las sesiones, originando una fractura. El candidato demócrata Eugene McCarthy no supo recoger los votos de los delegados kennedyanos y el moderado Hubert Humphrey se alzó con la nominación, en un ambiente de división y querella interna. En noviembre de 1968, el republicano Nixon se impuso a Humphrey claramente, obteniendo más del 60% del voto popular emitido.

Un triste final

Saludos

[Urogallo]

Un personaje que hay que traer de nuevo a la actualidad, cuando se cumplen 50 años de su investidura.

[MiguelFiz]

Y toca el turno de seguir desenterrando "muertitos"... ahora que estoy revisitando lo del conflicto de Vietnam, me tope de bruces con un articulo que da una imagen muy interesante de Johnson, cuando menos me hace pensar que en realidad el tipo era muchisimo mas complejo de lo que pensaba.

Ya aqui en este tema : http://www.elgrancapitan.org/foro/viewt ... 17&t=19304 sobre embusteros (principalmente Martin Caidin) tambien queda embarrado Johnson, esto a raiz de una condecoración que recibio mas que nada por cuestiones politicas (gracias al EM de McArthur), ahora expongo como era su trato ya de presidente con los militares (Obviamente el articulo debe de ser leido en el contexto y tomando en cuenta que el autor, un antiguo marine, definitivamente no creo que fuese muy partidario ni de Johnson ni de McNamara (¡Hayyyy, se me aparecio el diablo !


Ya que se menciona insistentemente en el articulo a los jefes del estado mayor conjunto de los EEUU en 1965, dejo esta portada de la revista TIME en donde podemos verlos :


Al frente y sentados, de izquierda a derecha, El almirante McDonald, el general Wheeler, el general Johnson. Detras, el general McConnell y el general Greene

http://historynewsnetwork.org/article/34024
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El día que desemboco en la guerra mas larga

Por el general Charles Cooper, Cuerpo de Infantería de Marina de los EEUU (retirado)

(El general Charles Cooper USMC (ret.) es el autor de “Cheers and Tears, a Marine’s Story of Combat in Peace and War” (2002), de donde se ha extraído este articulo. Dicho texto recientemente [2007] atrajo la atención nacional luego de ser publicado en MILINET. Se reproduce en “Historynewsnetwork” con el permiso del autor.)


”El presidente los vera a las dos en punto”.

Era un bonito día de otoño en Noviembre de 1965, demasiado bello para un día en la guerra de Vietnam para muchos de nosotros, que anticipándonos, le habíamos designado “el día del ajuste de cuentas”. No sabíamos entonces que acertado seria ese mote.

El pentágono es un sitio siempre en actividad. Su jornada de trabajo inicia muy temprano si, como dice el dice “hay una guerra encima”. Para las 7 AM, el EM del almirante David L. McDonald, el oficial de mas alto rango la marina y jefe de operaciones navales, había iniciado su jornada. Poco después de las 7, el almirante McDonald hizo acto de presencia y comenzó a hacer los últimos preparativos para una reunión con el presidente Lyndon Baines Johnson.

La guerra en Vietnam estaba en su primer año, y la dirección incierta en que se conducía preocupaba al almirante McDonald y a los otros comandantes. Habían tenido una serie de desacuerdos con el secretario de la defensa Roberts S, McNamara sobre la estrategia, y luego de ello solicitaron finalmente una reunión privada con el comandante en jefe [Johnson] siguiendo un procedimiento perfectamente legitimo. Ahora, luego de muchos retrasos, los jefes del estado mayor conjunto iban a tener esa reunión. Esperaban ellos que la misma pudiese determinar si los militares estadounidenses iban a continuar sin dirección aparente peleando una guerra terrestre prolongada, o si se tomarían medidas enérgicas que pudiesen llevar al conflicto a un final inmediato y victorioso. Las medidas enérgicas que ellos proponían era el aplicar poder aéreo masivo a la cabeza del enemigo, esto es, Hanoi, así como cerrar los puertos de Vietnam del Norte minándolos.

La situación no era sencilla, esto por varias razones. La mas importante era que Vietnam del Norte tenia un vecino encima que era simplemente la China comunista. Hacia solo 12 años que la guerra de Corea había terminado en empate. Los agresores en esa guerra habían sido los de Corea del Norte. Cuando la derrota de Corea del Norte parecía inevitable, la China comunista envió cientos de miles de sus “voluntarios” de su ejercito de liberación popular al rescate.

Ahora, en este otro conflicto, los agresores de Vietnam del Norte tenían el apoyo logístico de la URSS, y de forma mas preocupante, de su vecino, la China comunista. Aunque teníamos el poder aéreo y naval para paralizar Vietnam del Norte, debíamos considerar las posibles reacciones de los chinos y soviéticos.

Tanto China como la URSS acudieron al apoyo de Vietnam del Norte en su “Guerra de liberación nacional” en el entendido de que estaban peleando para reunificar al país dividido, y ambos tenían el potencial de causar mas problemas. Algo que no sabíamos era que es lo que podrían hacer los soviéticos si les impedíamos proporcionar bienes a su protegido comunista en Hanoi. Una pregunta aun mas importante concernía a la China comunista, vecinos de al lado de Vietnam del Norte. ¿Cómo reaccionarían los chinos ante un castigo masivo de su aliado?. Mas específicamente, ¿Entrarían al conflicto como habían hecho con Corea del Norte?, O dejarían a los vietnamitas, por siglos sus enemigos tradicionales, que se las arreglasen por si mismos?. Los jefes del estado mayor conjunto consideraron esas y preguntas similares, y le pidieron apoyo a la CIA para obtener respuestas y estimados.

La CIA fue de poca ayuda, aunque produjo volúmenes de textos, resúmenes ejecutivos de los textos, y resúmenes de los resúmenes, todo a nivel ultra secreto, todo con información sensitiva, y todo de poca utilidad. La conclusión principal era que no se podía saber o predecir con certeza que camino tomarían los soviéticos y chinos.

A pesar de la falta de un adecuado estimado de inteligencia, el almirante McDonald y los otros jefes del estado mayor conjunto hicieron su trabajo y llegaron a una conclusión. Decidieron de manera unánime que el riesgo de que los chinos o los soviéticos reaccionasen a medidas masivas tomadas contra Vietnam del Norte era aceptablemente bajo, pero solo si se actuaba sin retrasos. Desafortunadamente el secretario de la Defensa y su corte de tecnócratas civiles no estaban de acuerdo con el punto de vista de los jefes del estado mayor conjunto, y McNamara y su gente eran los únicos que realmente estaban haciendo estrategia militar. A la vista de los jefes del EMC, los EEUU estaba simplemente apilando tropas en Vietnam sin que se entendiese las consecuencias de ello. Para McNamara y su equipo de civiles, ellos estaban haciendo lo correcto. Esta era la disputa fundamental que hizo que los jefes del EMC pidieran el tipo de audiencia tan poco solicitada con el comandante en jefe a fin de presentar sus recomendaciones militares directamente. McNamara finalmente había endosado esa petición. Los integrantes del EMC de 1965 tenían amplia experiencia en combate. Cada uno estaba sirviendo en su tercera guerra. Quien presidia era el general Earle Wheeler, del ejercito, sumamente respetado por los otros miembros.

EL general Harold Johnson era el jefe de EM del ejercito. En la IIGM fue prisionero de los japoneses, era un hombre de voz suave, muy controlado y sumamente religioso. El general John P. McConnell, jefe de EM de la fuerza aérea, era un nativo de Arkansas y un graduado de West Point de 1932. El jefe de los marines era el general Wallace M. Greene, un infante de marina bajito y delgado conocedor de todo oficio. Greene era un graduado de la academia naval y un protector celoso del concepto del cuerpo de infantería de marina en relación a que este controlase sus propios recursos aéreos como parte de un equipo combinado.

Por ultimo pero no menos brillante era el almirante McDonald, hijo de un ministro protestante de Georgia, también un graduado de la academia naval, y un aviador naval. Mientras que el almirante McDonald era un líder capaz, también era un reacio guerrero. No veía con buenos ojos lo que se estaba convirtiendo en un compromiso nacional. Realmente no quería que los EEUU quedasen enredados en la guerra en tierra, considerando que la marina podía aplicar su fuerza de manera afectiva contra Vietnam del Norte mediante minado, bloqueo y ayudando en una campaña de bombardeo, y de esa manera logrando que el conflicto desembocase en una conclusión satisfactoria e inmediata.


Continuara...
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[MiguelFiz]

Situando mas en contexto lo que Cooper menciona, ya en el tema sobre la guerra aérea en Vietnam del Norte etc. estoy mencionando que en Julio de 1965 hubo una serie de reuniones de alto nivel en las cuales se definió que la mejor línea de acción era aumentar la cantidad de tropas norteamericanas y de naciones amigas del área (contingentes de Corea del Sur y Australia entre otros) en Vietnam del Sur, mientras que para el norte se continuaría con la estrategia de ataques aéreos en forma creciente, pero bajo un férreo control de parte de McNamara (¡Haaay, se me apareció el diablo! ) y el presidente mismo. Esto se hizo frente a alternativas que iban desde salirse de allí antes de que el asunto se pudriese hasta la línea “dura”, representada por el EMC, en que se postulaba actuar de manera enérgica pero inmediata.

Se tenia mucha esperanza en que con la llegada de mas tropas, entre ellas la 1ª división aeromóvil, las cosas en el sur se calmasen o cuando menos se vieran mejor. Al parecer los resultados inmediatos en Ia Drang (recomiendo mucho leerse los artículos de suso : http://www.elgrancapitan.org/foro/viewt ... ng#p714672 ) fueron el punto de inflexión que hizo que el EMC insistiese en la reunión que Cooper narra en sus memorias. Era obvio que, a pesar de lo que Hollywood quiso mostrar, la primer acción de dicha unidad no fue precisamente una maravilla, vamos pues, se demostró lo obvio, que en cuanto las tropas dejan de ser “aeromóviles”, es decir, cuando se bajan del "cuaco", pueden sufrir emboscadas y tener bajas igual que siempre, aunque tengan de líder a Mad Max o al mismo Chuck Norris.

Asi pues, continuemos:
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El EMC quería que los primeros temas de la reunión con el presidente fuesen materias del ámbito naval, como el minado y bloqueo del puerto de Haiphong y apoyo naval para una campaña de bombardeo sobre Hanoi. Por esa razón, la marina iba a llevar un mapa de situación, el cual era mi responsabilidad. Montamos un mapa a modo en una enorme pieza de contrachapado, luego lo recubrimos con laca transparente para que los jefes pudiesen marcar en el mismo con crayones durante la discusión. El mapa al completo pesaba como 15 kilos.

La oficina militar de la Casa Blanca estuvo de acuerdo en colocar un soporte en la oficina oval para sostener el mapa. Yo acompañaría al almirante McDonald a la Casa Blanca con el mapa, pondría el mapa en su sitio cuando la reunión iniciase, entonces me iría. No iba a haber “colados” en la reunión de los militares con Lyndon Johnson.

El mapa y un servidor estuvimos con el almirante McDonald en su coche oficial durante el corto trayecto a la Casa Blanca, un viaje memorable solo debido al silencio. Mi almirante estaba realmente preocupado.

La reunión del EMC con el presidente estaba programada para las dos PM, y el almirante McDonald y yo llegamos unos 20 minutos antes. Los demás jefes estaban esperando en una sala relativamente grande en la antesala de la oficina Oval. Puse el mapa en una silla muy bonita donde todos pudieran verla, deje dos crayones en el soporte asegurado en la parte baja del tablero, y Salí hacia el corredor. Uno de los jefes cerro la puerta y comenzaron a conferenciar en privado hasta que un empleado de la Casa Blanca les interrumpió unos 15 minutos después. Cuando ellos salieron, tome el mapa, y me uní a ellos en el corredor fuera de la oficina del presidente.

Precisamente a las dos el presidente Johnson emergió de la oficina oval y saludo a los jefes. Era el todo encanto. Era también muy alto, al menos media unos seis pies mas dos o tres pulgadas (1.90 mts. aprox.) y pesaria como 250 libras (unos 125 kilos), de manera que era mucho mas grande que cualquiera de los jefes. Personalmente les llevo a su oficina, todo mientras les mencionaba graciosos y agradables comentarios con un acento tejano mucho mas pronunciado que el que se escuchaba cuando hablaba por TV. Llevando el mapa conmigo mientras los jefes entraban, me cole entre ellos, tratando de ubicar el soporte del mapa. No había ninguno. El presidente me miro, se dio cuenta de la situación y me invito a quedarme, añadiendo “Tu puedes quedarte y sostenerlo aquí”. Me volví entonces un soporte para mapas con ojos y oídos.

A la derecha de la puerta, no muy lejos dentro de la oficina, enormes ventanas dejaban ver arbustos verdes creciendo en un jardín contiguo. El escritorio del presidente y varias sillas estaban acomodadas, diagonalmente a lo largo de la sala desde las ventanas. El presidente me coloco cerca de las ventanas, luego acomodo a los jefes en semicírculo en frente del mapa y su soporte humano. No les ofreció sentarse, ellos se quedaron de pie, quienes iban a hablar, como Wheeler, McDonald y McConnell, cerca del Presidente. Paradójicamente, los dos cuyos servicios iban a ser mas afectados por la acumulación de tropas terrestres en Vietnam, los generales Johnson y Greene quedaron mas lejos del presidente. El presidente Johnson quedo de pie cerca de la puerta, a unos 5 pies (metro y medio) del mapa.

En retrospectiva, el que no hubiese soporte para el mapa en su lugar, el colocar a los jefes casi en la puerta de la oficina, la falta de asientos, nada indicaba un buen augurio. Los jefes habían esperado que la reunión fuese corta, y eso si se les cumplió. Tambien creían que iba a ser un momento decisivo, e igualmente se les cumplió. Desafortunadamente, también resulto que la reunión iba a ser critica para lo que resulto ser la guerra mas larga, mas divisiva y menos conclusiva de la historia de nuestra nación, un conflicto que prácticamente dividió al país.

Cuando el general Wheeler comenzó a hablar, el presidente Johnson miro al mapa, en unos cinco minutos, el general resumió nuestra entrada en Vietnam, el estado actual de las fuerzas, y el propósito de la reunión. Entonces le agradeció al presidente por darles a sus asesores militares la oportunidad de presentar sus opiniones y recomendaciones. Finalmente, hizo notar que aunque el secretario McNamara no compartía sus puntos de vista, el coincidía en que se requería una decisión a nivel presidencial. El presidente Johnson, con los brazos cruzados, parecía estar escuchando cuidadosamente.

La esencia de la presentación del general Wheeler era que habíamos llegado a un temprano momento de la verdad en nuestro cada vez mayor compromiso en Vietnam. Teníamos que comenzar a emplear nuestras principales ventajas en cuanto a poder naval y aéreo para castigar a Vietnam del Norte, o estábamos en riesgo de quedar envueltos en otra prolongada guerra asiática en tierra sin prospectos de una solución satisfactoria. Hablando a nombre de todos, el general Wheeler ofreció un curso de acción fuerte que permitiría evitar prolongar la lucha terrestre. Propuso que aislásemos el puerto de Haiphong con minado naval, bloquear el resto de la costa de Vietnam del Norte, y simultáneamente comenzar a bombardear Hanoi con B-52.

EL general Wheeler entonces le pidió al almirante McDonald que describiese como la marina y la fuerza aérea combinarían fuerzas para minar las aguas de Haiphong y establecer un bloqueo naval. Cuando el almirante McDonald termino, el general McConnell añadió que la velocidad de ejecución seria esencial, y que debíamos hacer creer a los de Vietnam del Norte que podríamos aumentar el nivel de castigo si ellos no se iban por la opción de parlamentar.

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Continuara...

[apatrida]

Muy interesante este tema sobre Jonhson, me llama la atencion saber que fue un entusiasta partidario del New Deal. Supongo que le resultaría muy duro ser el presidente que enterró esta politica con la intervencion en República Dominicana en 1965. Otro interesante contraste de su personalidad. Por otro lado creo que demostró ser un hombre mas decidido y resuelto que Kennedy, cuyos titubeos impidieron la implicacion del ejercito americano y provocó el "fiasco" de Bahia de Cochinos y el establecimiento del comunismo en Cuba.

Esta intervencion, conocida como Operacion Power Pack la traté en el tema de la Guerra Fria en Latinoamerica:

En Abril de 1965 el presidente Lyndon B. Johnson, guiándose por los informes de su embajador en Santo Domingo W. Tapley Bennett, Jr, que afirmaba que producto al el golpe de estado de los Constitucionalistas existia el peligro de que el poder pasará a grupos cuyos objetivos se identifican con los de los comunistas; y alegando la necesidad de proteger vidas y propiedades norteamericanas, ordenó al ejército de Estados Unidos desplegarse en la República Dominicana para estabilizarla y evitar que el país cayera en manos de los comunistas.

Hay que decir que esta fue la primera intervención armada de Estados Unidos en un país de América Latina en tres décadas. En el momento en que Franklin D. Roosevelt entró en la Casa Blanca en 1933, la posición dominante de los Estados Unidos en el Caribe permitió al presidente evitar la diplomacia de las cañoneras e inaugurar la Política del Buen Vecino o New Deal. Las tropas estadounidenses se retiraron de Nicaragua y Haití, y los estadistas americanos renunciaron formalmente el "derecho" de intervenir militarmente en los asuntos de los países latinoamericanos.
La decisión de Jonhson, condicionada por la memoria aún fresca de la crisis de los misiles y el enfrentamiento con Cuba y la Unión Soviética, y por la guerra que se desarrollaba en Vietnam (algunas fuentes exponen que Jonhson declaró: “…si no podemos atajar el comunismo en República Dominicana ¿Qué esperamos hacer en Vietnam?”), significó una vuelta a la Doctrina Monroe, y la ruptura de las solemnes promesas hechas por sus predecesores desde la década de 1930 de no interferir en los asuntos internos de los países soberanos del hemisferio. En lo que se llamó por sus detractores la Doctrina Johnson los Estados Unidos se arrogaban el derecho a intervenir unilateralmente en cualquier país de América Latina que Washington juzgase en peligro por la amenaza de una inminente toma de posesión comunista.

Pronunció esta frase en un discurso el 2 de Mayo de 1965: “…las naciones americanas no deben, no pueden, y no permitirán otro gobierno comunista en el hemisferio Occidental.”
“The American nations cannot, must not, and will not permit the establishment of another Communist government in the Western Hemisphere. This was the unanimous view of all the American nations when, in January 1962, they declared, and I quote: "The principles of communism are incompatible with the principles of the inter-American system."
http://www.presidency.ucsb.edu/ws/?pid=26932

En esta cita Jonhson hace referencia a la conferencia de la OEA auspiciada por Kennedy donde se estableció unanimemente (habiendo expulsado a Cuba de la organizacion) que "..el comunismo es incompatible con los principios del sistema interamericano".

Operación “Power Pack”: Intervención norteamericana en Republica Dominicana:
http://www.elgrancapitan.org/foro/viewt ... &start=420

[apatrida]

Volante empleado en al guerra sicologica en Rep. Dominicana:


Aqui un folleto de la epoca con frases de Jonhson respecto a Dominicana:

[MiguelFiz]

Bueno, aqui dejo la tercera parte y final, en otro post añadire mis comentarios :

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Normalmente, el tiempo va erosionando nuestra memoria, pero en este caso no fue así. Mi recuerdo de Lyndon Johnson ese día permanece claro como el cristal. Mientras el general Wheeler, el almirante McDonald y el general McConnell hablaban, el parecía estar oyendo cuidadosamente, comunicándose solo con algún gesto ocasional. Cuando el general McConnell termino, el general Wheeler le pregunto al presidente si tenia alguna pregunta. Johnson espero un momento, luego volteo a ver a los generales Johnson y Greene, quienes habían estado callados todo ese tiempo, y les pregunto ¿Ustedes apoyan completamente estas ideas?. Luego continuo señalando que dado que ambos estaban a cargo de las tropas en tierra, por tanto ellos estaban aceptando que el ejercito y los marines eran los servicios que mas iban a ganar o perder como resultado de esta discusión. Ambos generales reiteraron su apoyo a la propuesta. Viéndoles fijamente, el presidente Johnson les dio la espalda por un minuto o dos, para, de pronto descartar la apariencia calma y paciente que había mantenido a lo largo de la reunión, giro para verles de frente y exploto.

Casi se me cae el mapa. El comenzó a gritar obscenidades, les maldijo personalmente, les ridiculizo por ir a su oficina para dar su “asesoría militar”. Ni mas ni menos que a el, quien estaba cargando el peso del mundo libro en sus hombros, les llamo estúpidos inmundos, zoquetes y pomposos buenos para nada y estuvo usando la palabra “M****” como adjetivo de manera mas liberal que un sargento de marines en el campo de entrenamiento. A continuación les acuso de querer pasarle la factura de la tercera guerra mundial a el. Era un espectáculo degradante y desconcertante.

Luego del berrinche, regreso a la apariencia calma y relajada que había desplegado antes y a continuación se encogió de hombros. Era como si luego de regañarlos y castigarlos, ahora quisiera controlarlos. Usando groserías mas suaves, les dijo algo así como que ellos sabían que las observaciones que ellos le dieran en cuestión militar no le interesaban. Luego de rebajar sus habilidades, les dijo que de ellos esperaba su ayuda.

Les sugirió que cada uno de ellos cambiase lugar con el y viera como cinco incompetentes habían precisamente dado esas “recomendaciones militares”. Les dijo que lo que les había hecho era precisamente lo que hacia siempre que idiotas le daban consejos estúpidos, añadiendo que el tenia que preocuparse por todo el mundo, y que era tiempo de ver “con que clase de tipos contaba”. Hizo una pausa, como para que eso quedase claro. El silencio era palpable, la tensión como la de una piel de tambor. Luego de unos 30 o 40 segundos de eso, volteo a ver al general Wheeler y le pregunto que le dijera que haría si Wheeler fuese el presidente de los EEUU.

El general Wheeler tomo una buena bocanada de aire antes de contestar. El no era un hombre fácil para impresionar, su calma respuesta puso el tono para los demás. El sabia al ir allí, igual que los demás, sobre que Lyndon Johnson tenia una personalidad excepcionalmente fuerte y que era un hombre muy sanguíneo y vengativo también. Además sabia que los momios eran altos, y ahora se daba cuenta de que McNamara había preparado a Johnson cuidadosamente para esa reunión, que se estaba develando como una charada.

Mirando a Johnson fijamente a los ojos, el general Wheeler le dijo que el entendía la tremenda presión y sentido de responsabilidad que Johnson sentía. Añadió que probablemente ningún otro presidente en la historia había tenido que tomar una decisión de esa importancia, y además recalco su respuesta añadiendo que, sin importar cuando sobre la presidencia el entendía, había muchas cosas acerca de ese puesto solo un ser humano podía entender: “Usted, Señor Presidente, es ese ser humano. Yo no puedo tomar su lugar, pensar como usted, conocer todo lo que usted conoce, y decirle que es lo que yo haría si fuese usted. No puedo hacerlo Señor Presidente. Ningún hombre podría hacer honestamente. Respetuosamente señor, es su decisión y solo suya.”

En apariencia sin inmutarse, Johnson le pregunto a cada uno de los otros lo mismo. Uno a la vez, ellos apoyaron al general Wheeler y su explicación. Para ese momento, mis brazos se sentían como si se fuesen a romper. El mapa parecía pesar una tonelada, pero el final parecía estar cerca. El general Greene fue el ultimo en hablar.

Cuando el general Greene termino, el presidente Johnson, que no era sino un consumado actor, les miro de manera triste un momento, de pronto volvió a encenderse, gritando y maldiciendo, otra vez empleando lenguaje soez que ni siquiera un infante de marina habría escuchado nunca. Les dijo que estaba disgustado con sus maneras ingenuas, y que no iba a permitir que algunos idiotas militares le llevasen rumbo a la tercera guerra mundial. Termino la conferencia gritando “¡Fuera de mi oficina!”.

El EMC había hecho su trabajo. Ellos sabían que la nación estaba cometiendo un error militar estratégico, y a pesar de las replicas de sus jefes civiles en el pentágono, ellos habían insistido en presentar el problema que veían a la autoridad superior así como recomendar soluciones. Ellos lo habían hecho, y fueron rechazados. Esa autoridad no solo los rechazo, sino que además les insulto y demerito. Cuando el almirante McDonald y un servidor regresamos al pentágono, le miro y dijo que el había tenido días duros en su vida, y algunos también muy tristes, pero “… esa fue la peor experiencia que alguna vez experimentase”.

Los EEUU permanecieron enredados en Vietnam por otro diez años. La ironía es que eso comenzó a terminar solo cuando el presidente Richard Nixon, luego de algunas maniobras detrás del escenario internacional, hizo precisamente lo que los jefes del estado mayor conjunto habían recomendado al presidente Johnson en 1965. ¿Por qué Johnson no solo no les hizo caso sino además les ridiculizo?. Quizá era que Johnson carecía de algo. Pudo ser previsión o audacia. Quizá sofisticación y entendimiento que hacen falta para tratar con complejos temas internacionales. O bien, dado que el claramente era un peleonero, pudo ser que le faltase coraje. Nunca lo sabremos. Pero de haber tenido el general Wheeler y los otros una mejor recepción, y si sus recomendaciones hubiesen tenido mas atención, los EEUU bien pudieron haber salvado las vidas de muchos de los 55,000 hijos que murieron en una guerra de la cual, su mayor arquitecto, Robert Strange McNamara, luego consideraría que fue un trágico error.
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[MiguelFiz]

Conocí del testimonio de Cooper luego de leer la obra de John Prados “Vietnam: The History of an Unwinnable War, 1945-1975“. Prados la da por buena, y creo que concuerda con otros testimonios que nos dan mas luz sobre como era en realidad el carácter de Johnson. Llama mucho la atención el comentario de Cooper respecto a que Johnson era “un gran actor”. A diferencia de Cooper, un servidor considera que en esos momentos de 1965, aun hubiera sido posible “zafarse” del conflicto si se hubieran revisado adecuadamente todas las variables envueltas y no estuviera en el ambiente ese temor tan irracional fomentado por la “teoría del domino”. Si concuerdo con Cooper en que a Johnson le faltaba seguramente mas agudeza para saber que a veces, aunque parezca cruel, las promesas y compromisos se pueden romper si su mantenimiento o cumplimiento representa a la larga un problema mayor a lo que se supone están resolviendo.

Ahora bien, Johnson pertenecía a la generación de políticos que habían presenciado como dejar las guerras en manos de los militares podían desembocar en situaciones francamente incontrolables. Creo que en el ambiente estaba todavía muy fresco el recuerdo de cómo el malogrado “Cesar Americano”, MacArthur, se había vuelto un problema en si mismo, llegando casi a extremos de insubordinación y llevando a Trumman a la nada envidiable posición de tener que relevarle. La pesadilla de que ocurriese algo similar a lo que paso en Corea, cuando cientos de miles de chinos voltearon la tortilla era algo que seguramente les quitaba el sueño a los políticos norteamericanos. Debemos de entender que cuando vemos a Johnson y a McNamara (haay, se me apareció el diablo ) en ese papel de querer dirigir hasta los menores detalles militares esta en mas de un aspecto el fantasma de Corea encima.