AFGANISTÁN 1842, LA MARCHA DE LA MUERTE
Publicado: 23 Feb 2009
LA MARCHA DE LA MUERTE, AFGANISTÁN 1842
Los últimos de la marcha en la “colina de los huesos”. Autor: William Barnes Wallen
En enero de 2002 llegaban las primeras tropas occidentales a Kabul tras el colapso del régimen talibán; aunque “las primeras” no es un término muy correcto, en todo caso, las primeras del siglo XXI. Entre estas se encontraba una unidad que ya estuvo allí hacia 160 años: el Royal Anglian Regiment (RAR). Pero entonces no se llamaba así, se le conocía por el 44th on Foot Regiment, después Essex Regiment y finalmente, en 1964, 3 RAR.
Esta unidad protagonizo entones, el 13 de enero de 1842, un hecho épico, la ultima resistencia de la columna masacrada durante la Primera Guerra Anglo-Afgana en su retirada hacia Jalalabad, “la Marcha de la Muerte”. Ese hecho es el que retrata el cuadro que abre este relato. Es bien sabido el culto que rinden los británicos a sus tradiciones y hechos bélicos; así que estos sucesores del regimiento sintieron la inquietud de localizar el punto exacto dónde el suceso tuvo lugar y rendir su particular homenaje a los caídos allí. Quién estas líneas escribe tuvo la feliz fortuna de coincidir con ellos y participar en el primer “battle tour” que organizaron. Pero las condiciones de seguridad impedían entonces muchas aventuras, y este recorrido histórico tuvo que limitarse al kabulino fuerte de Bala Hissar y al paso de Khurdkabul. En este último aun te rodeaban afganos que vendían las bayonetas originales capturadas en aquel entonces. Sus antepasados, fieros pastunes ghilzai, son los que acosaron la columna de la muerte en busca de sangre, mujeres, botín y prisioneros por los que pedir rescate. En dicho paso se erigió un monolito que solo aguanto una semana el furor anti-occidental de algunos pastunes actuales. Pero antes de seguir deberíamos dar un salto al pasado y conocer los antecedentes.
Afganistán fue durante el siglo XIX un estado tapón en el que chocaron los colonialismos expansionistas británicos y rusos, lo que Rudyard Kipling llamó “el gran juego”. El Emir Dost Mohamed regía el anárquico país en 1838 con claras simpatías hacia los rusos. Así que el Gobernador General de la India, Lord Auckland, lo depuso en octubre y mando una fuerza expedicionaria para sostener al nuevo Emir designado, Shah Shuja. El nuevo emirato solo conoció dos años de paz en Kabul. En marzo del 1841 llego el 44th on Foot, nuestro protagonista, la única unidad europea de la guarnición de la capital cuando estalló la revuelta en noviembre de 1941. El estadillo de fuerza de octubre del 41 del 44th on Foot da 25 oficiales y 684 de tropa. El resto, eran los regimientos de infantería nativa bengalí 2, 5, 27, 37, y 48, el 2 de caballería ligera bengalí y la artillería montada del Bengal Horse Artillery. Un total aproximado de 4.500 hombres. Solo 3 oficiales de toda la fuerza sobrevivirán. Precisamente el nombre de uno de ellos, el Teniente Souter, que salvo la Bandera Coronela del Regimiento (Regiment’s Colour), da nombre al acuartelamiento que el RAR estableció en Kabul en 2002, Camp Souter.
Como ya se ha dicho, en noviembre de 1841 estalla la revuelta. La dirige el hermano del Emir depuesto, Akhbar Khan. Se producen asesinatos de europeos y los británicos solo controlan el interior de sus dos cuarteles, el Fuerte de Bala Hissar y la colina de Sia Sang. Allí quedan cercados. El General Jefe de la Guarnición, el incompetente Elphistone, llega a un acuerdo con Akhbar Khan para abandonar la capital y dirigirse con toda la guarnición más 12.000 civiles (familiares de los militares, siervos y comerciantes llegados con ellos) hacia Jalalabad. A las 9 de la mañana del 6 de enero de 1842, en medio de un clima invernal extremo, con temperaturas bajo cero y una fuerte ventisca, la columna de 16.000 almas iniciaba la retirada de Kabul. En este primer día solo recorrieron 10 kilómetros, retrasados por los civiles, y al cruzar el rió Logar tuvieron que abandonar los carros de impedimenta. Los rezagados caían en manos de los pastunes que no tenían piedad de nadie, preludio del infierno que les esperaba al cruzar las nevadas montañas que les cerraban el paso. Muchos murieron congelados en esa primera noche al raso. Al día siguiente solo avanzan 8 kilómetros y sufren una gran cantidad de bajas por las congelaciones y las deserciones. Cuando cruzan el puerto de Khurkabul son constantemente tiroteados por los pastunes desde las alturas con sus precisas espingardas y sufre un ataque la retaguardia en el que mueren 500 militares y 2.500 civiles y una gran cantidad son capturados. El frio, el agotamiento y los rebeldes diezman la columna de modo que al último paso, Jagdalak, solo llegan 4.000 de los 16.000 iniciales el día 11. Una vez cruzado el paso, los pocos supervivientes, unos 500 civiles y 100 soldados, que ya habían superado las montañas y estaban a solo unas 55 kilómetros de la salvación, Jalalabad. Se encontraron un último obstáculo, el vado del río Shurk Ab está cerrado por una multitud de pastunes ghilzai. El acto final está cerca. Pero volvamos ahora al Kabul de 2002.
Los miembros del 1 RAR terminaron su despliegue y regresaron a Gran Bretaña con la espina clavada de no haber podido visitar la colina de Gandamack dónde sus antecesores lucharon hasta el final. Pero en 2003, sus compañeros del 2 RAR regresan a Kabul dispuestos a solucionarlo. El problema que se encuentran es el de localizar la posición exacta de la colina. Además de la ayuda inestimable del servicio cartográfico del US Army contaron con el relato del reverendo Male y las fotos de Burkes que visitaron la zona en 1878 y se encontraron con la colina ¡llena de huesos de los últimos 33 hombres de la columna! De ahí su nombre. Finalmente, en junio de 2003, 5 hombres del regimiento pudieron llegar a la colina con la ayuda de los boinas verdes americanos. Allí encontraron el monolito que se levanto en 1878, cuando Male descubrió los huesos, depositaron una corona y tocaron “oración en homenaje a sus héroes. Y no pudieron evitar que sus mentes volaran 160 años atrás y recordar cómo llegaron hasta allí para morir.
Habíamos dejado a los pocos supervivientes de la columna frente al vado de Shurk Ab, 4 millas al oeste de la colina de los huesos, y cerrado por los indómitos afganos. Era de noche. Seis oficiales a caballo tratarían de burlar la barrera para llegar a pedir ayuda a Jalalabad, a 50 kilómetros de distancia. Como ya veremos solo uno llegara. El resto, 100 soldados, se preparan para atacar y tratar de pasar en un intento desesperado. Pero antes hay que salvar las dos banderas regimentales: la “Regiment’s Colour” es escondida entre las ropas del teniente Souter y la “Queen’s Colour entre las del Colour Sergeant Carey. Este último muere en el intento y se pierde la bandera. Antes de que amanezca consiguen cruzar el río, pero ya solo son 45 hombres. Les rodean unos mil afganos y no les queda otro remedio que buscar la protección de un cercana colina que será su tumba. En la cima de la cota ofrecen dura resistencia, les invitan a la rendición y solo obtienen la respuesta de un sargento: “no bloody likely”. A mediodía solo 12 resisten pero están sin municiones y tan agotados que no pueden evitar la captura. Son tres artilleros, el Major Griffiths del 37 de nativos bengalíes, y del 44 son 6 soldados, el Lance Sergeant Fair y el Teniente Souter. La vida de los oficiales se respeta para obtener rescate. Al pagar el rescate de ellos le devuelven la bandera a Souter como parte del rescate. Actualmente se encuentra en la capilla regimental en Inglaterra.
La noticia llegara a Jalalabad a través del único hombre de la columna que no fue muerto o capturado, uno de los 6 que a caballo intentaron escapar, el oficial medico Brydon. El hecho es recogido en un famoso cuadro de Lady Butler.
Fuente: articulo del Major del RAR S.D. Etherington, publicado en la revista interna del British Army, “The Infantryman 2006”.
Los últimos de la marcha en la “colina de los huesos”. Autor: William Barnes Wallen
En enero de 2002 llegaban las primeras tropas occidentales a Kabul tras el colapso del régimen talibán; aunque “las primeras” no es un término muy correcto, en todo caso, las primeras del siglo XXI. Entre estas se encontraba una unidad que ya estuvo allí hacia 160 años: el Royal Anglian Regiment (RAR). Pero entonces no se llamaba así, se le conocía por el 44th on Foot Regiment, después Essex Regiment y finalmente, en 1964, 3 RAR.
Esta unidad protagonizo entones, el 13 de enero de 1842, un hecho épico, la ultima resistencia de la columna masacrada durante la Primera Guerra Anglo-Afgana en su retirada hacia Jalalabad, “la Marcha de la Muerte”. Ese hecho es el que retrata el cuadro que abre este relato. Es bien sabido el culto que rinden los británicos a sus tradiciones y hechos bélicos; así que estos sucesores del regimiento sintieron la inquietud de localizar el punto exacto dónde el suceso tuvo lugar y rendir su particular homenaje a los caídos allí. Quién estas líneas escribe tuvo la feliz fortuna de coincidir con ellos y participar en el primer “battle tour” que organizaron. Pero las condiciones de seguridad impedían entonces muchas aventuras, y este recorrido histórico tuvo que limitarse al kabulino fuerte de Bala Hissar y al paso de Khurdkabul. En este último aun te rodeaban afganos que vendían las bayonetas originales capturadas en aquel entonces. Sus antepasados, fieros pastunes ghilzai, son los que acosaron la columna de la muerte en busca de sangre, mujeres, botín y prisioneros por los que pedir rescate. En dicho paso se erigió un monolito que solo aguanto una semana el furor anti-occidental de algunos pastunes actuales. Pero antes de seguir deberíamos dar un salto al pasado y conocer los antecedentes.
Afganistán fue durante el siglo XIX un estado tapón en el que chocaron los colonialismos expansionistas británicos y rusos, lo que Rudyard Kipling llamó “el gran juego”. El Emir Dost Mohamed regía el anárquico país en 1838 con claras simpatías hacia los rusos. Así que el Gobernador General de la India, Lord Auckland, lo depuso en octubre y mando una fuerza expedicionaria para sostener al nuevo Emir designado, Shah Shuja. El nuevo emirato solo conoció dos años de paz en Kabul. En marzo del 1841 llego el 44th on Foot, nuestro protagonista, la única unidad europea de la guarnición de la capital cuando estalló la revuelta en noviembre de 1941. El estadillo de fuerza de octubre del 41 del 44th on Foot da 25 oficiales y 684 de tropa. El resto, eran los regimientos de infantería nativa bengalí 2, 5, 27, 37, y 48, el 2 de caballería ligera bengalí y la artillería montada del Bengal Horse Artillery. Un total aproximado de 4.500 hombres. Solo 3 oficiales de toda la fuerza sobrevivirán. Precisamente el nombre de uno de ellos, el Teniente Souter, que salvo la Bandera Coronela del Regimiento (Regiment’s Colour), da nombre al acuartelamiento que el RAR estableció en Kabul en 2002, Camp Souter.
Como ya se ha dicho, en noviembre de 1841 estalla la revuelta. La dirige el hermano del Emir depuesto, Akhbar Khan. Se producen asesinatos de europeos y los británicos solo controlan el interior de sus dos cuarteles, el Fuerte de Bala Hissar y la colina de Sia Sang. Allí quedan cercados. El General Jefe de la Guarnición, el incompetente Elphistone, llega a un acuerdo con Akhbar Khan para abandonar la capital y dirigirse con toda la guarnición más 12.000 civiles (familiares de los militares, siervos y comerciantes llegados con ellos) hacia Jalalabad. A las 9 de la mañana del 6 de enero de 1842, en medio de un clima invernal extremo, con temperaturas bajo cero y una fuerte ventisca, la columna de 16.000 almas iniciaba la retirada de Kabul. En este primer día solo recorrieron 10 kilómetros, retrasados por los civiles, y al cruzar el rió Logar tuvieron que abandonar los carros de impedimenta. Los rezagados caían en manos de los pastunes que no tenían piedad de nadie, preludio del infierno que les esperaba al cruzar las nevadas montañas que les cerraban el paso. Muchos murieron congelados en esa primera noche al raso. Al día siguiente solo avanzan 8 kilómetros y sufren una gran cantidad de bajas por las congelaciones y las deserciones. Cuando cruzan el puerto de Khurkabul son constantemente tiroteados por los pastunes desde las alturas con sus precisas espingardas y sufre un ataque la retaguardia en el que mueren 500 militares y 2.500 civiles y una gran cantidad son capturados. El frio, el agotamiento y los rebeldes diezman la columna de modo que al último paso, Jagdalak, solo llegan 4.000 de los 16.000 iniciales el día 11. Una vez cruzado el paso, los pocos supervivientes, unos 500 civiles y 100 soldados, que ya habían superado las montañas y estaban a solo unas 55 kilómetros de la salvación, Jalalabad. Se encontraron un último obstáculo, el vado del río Shurk Ab está cerrado por una multitud de pastunes ghilzai. El acto final está cerca. Pero volvamos ahora al Kabul de 2002.
Los miembros del 1 RAR terminaron su despliegue y regresaron a Gran Bretaña con la espina clavada de no haber podido visitar la colina de Gandamack dónde sus antecesores lucharon hasta el final. Pero en 2003, sus compañeros del 2 RAR regresan a Kabul dispuestos a solucionarlo. El problema que se encuentran es el de localizar la posición exacta de la colina. Además de la ayuda inestimable del servicio cartográfico del US Army contaron con el relato del reverendo Male y las fotos de Burkes que visitaron la zona en 1878 y se encontraron con la colina ¡llena de huesos de los últimos 33 hombres de la columna! De ahí su nombre. Finalmente, en junio de 2003, 5 hombres del regimiento pudieron llegar a la colina con la ayuda de los boinas verdes americanos. Allí encontraron el monolito que se levanto en 1878, cuando Male descubrió los huesos, depositaron una corona y tocaron “oración en homenaje a sus héroes. Y no pudieron evitar que sus mentes volaran 160 años atrás y recordar cómo llegaron hasta allí para morir.
Habíamos dejado a los pocos supervivientes de la columna frente al vado de Shurk Ab, 4 millas al oeste de la colina de los huesos, y cerrado por los indómitos afganos. Era de noche. Seis oficiales a caballo tratarían de burlar la barrera para llegar a pedir ayuda a Jalalabad, a 50 kilómetros de distancia. Como ya veremos solo uno llegara. El resto, 100 soldados, se preparan para atacar y tratar de pasar en un intento desesperado. Pero antes hay que salvar las dos banderas regimentales: la “Regiment’s Colour” es escondida entre las ropas del teniente Souter y la “Queen’s Colour entre las del Colour Sergeant Carey. Este último muere en el intento y se pierde la bandera. Antes de que amanezca consiguen cruzar el río, pero ya solo son 45 hombres. Les rodean unos mil afganos y no les queda otro remedio que buscar la protección de un cercana colina que será su tumba. En la cima de la cota ofrecen dura resistencia, les invitan a la rendición y solo obtienen la respuesta de un sargento: “no bloody likely”. A mediodía solo 12 resisten pero están sin municiones y tan agotados que no pueden evitar la captura. Son tres artilleros, el Major Griffiths del 37 de nativos bengalíes, y del 44 son 6 soldados, el Lance Sergeant Fair y el Teniente Souter. La vida de los oficiales se respeta para obtener rescate. Al pagar el rescate de ellos le devuelven la bandera a Souter como parte del rescate. Actualmente se encuentra en la capilla regimental en Inglaterra.
La noticia llegara a Jalalabad a través del único hombre de la columna que no fue muerto o capturado, uno de los 6 que a caballo intentaron escapar, el oficial medico Brydon. El hecho es recogido en un famoso cuadro de Lady Butler.
Fuente: articulo del Major del RAR S.D. Etherington, publicado en la revista interna del British Army, “The Infantryman 2006”.