Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes"

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Barcelo
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Barcelo »

Lo de las maderas era complicadísimo: había que cortar en determinada época del año para que el árbol estuviera bien y produjera la calidad de madera requerida.

Y luego había un largo y complicado proceso de "curación" de esa madera. Y "hacer trampas" en una cosa u otra se pagaba duramente en duración del navío.

Como sería la cosa que en la primera mitad el XIX se impusieron los cascos de hierro hasta en la marina mercante porque finalmente eran más baratos y fáciles de construir.

Saludos.


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Flavius Stilicho
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

Cierto, cierto; el control de calidad de todo el proceso desde la plantación hasta el ensamblaje tenía que ser muy riguroso.
En el siguiente artículo se pueden ver brevemente algunos de los aspectos que había que tener en cuenta respecto al uso de las maderas en la industria naval: http://secforestales.org/publicaciones/ ... /6407/6334
Asimismo, para quien le interese, se puede descargar un monográfico mas extenso sobre "La carpintería y la industria naval en el siglo XVIII" (monográfico 33) en la página de la Armada:
http://www.armada.mde.es/ArmadaPortal/p ... ction=goTo
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Ormuz »

El tema de las maderas influyó también en la elección de las plazas donde se iban a montar los astilleros. Parece que las maderas de galicia eran mejores que las de vascongadas, esto hacía que durasen más los barcos de ferrol, que fue el principal astillero de la península. En Andalucía había un tipo de haya que también era excelente para la construcción de buques, pero fuer rápidamente extinguida, por su continuado uso.

Tal como se ha dicho el principal astillero de la monarquía española fue el de la habana. Entre otras cosas por la calidad de las maderas de la región. Pero parece que éstas también fueron esquilmadas y cada vez hubo que traerlas de más lejos. Además había algunas partes que había que traerlas de pensácola (creo que los mástiles). Precisamente Pensácola había sonado como alternativa a la habana, pero se desestimó por lo insalubre del clima y la falta de mano de obra e infraestructuras. Otro lugar que sonó con fuerza fue campeche, pero parece que fue desechado porque el calado de la laguna no era adecuado para la construcción de grandes buques, por lo que habría que completarlos en otra parte, con el consiguiente engorro. Aunque parezca sorprendente, las mejores maderas de las indias, no estaban en ninguna de estas plazas, si no en Guayaquil. Los barcos construídos allí parece que eran los más longevos con diferencia. Pero obviamente no se eligió por estar situado en el pacífico.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

Otra madera muy interesante era la teca, debido a su gran resistencia, los británicos llegaron a construir un puñado de navíos de línea en Bombay usándola, empezando su construcción justo al final de las guerras napoleónicas; aunque en general se consideraba un madera mas propia de muebles y naves de lujo. Sin embargo parece que no les gustaba mucho el roble norteamericano, aunque los franceses si llegaron a construir un puñado de navíos en Quebec antes de perder Canada.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

El navío de 130 cañones: el “Santísima Trinidad”.

Como ya hemos visto, el Trinidad fue el primero de una serie continuada de tres puentes españoles construidos en la segunda mitad del siglo XVIII. Su diseño es obra de Mateo Mullan -siguiendo el sistema de Jorge Juan-, que murió en La Habana en 1767 sin verlo terminado. A su botadura en 1769 fue clasificado como navío de 116 cañones, pero mas tarde quedó agrupado con los “112s”. En ese momento se trataba de uno de los mayores navíos a flote, aunque era superado por el francés Royal Louis (1759-1773) y mas tarde volvería a ser superado por otro navío francés: el Commerce de Marseille (1788).
Desde el mismo momento de sus pruebas en el mar se le detectaron numerosos defectos: excesivos balances, tendencia a escorar y una batería principal que sólo se podía usar plenamente con vientos flojos. Como es normal tras las pruebas, se intentaron hacer unos ajustes pero estos no tuvieron efecto visible. En 1778 se tomó la decisión de someterlo a una cara y profunda reforma, en la que entre otras cosas se le bajó el centro de gravedad y se aprovechó para corregir algunos defectos de construcción que se le detectaron en el proceso. Se trataba de una gran inversión pero hasta cierto punto se puede entender que había esperanzas de solucionar los principales problemas y obtener un navío capaz sin necesidad de construir uno nuevo desde cero. Sin embargo el resultado fue desesperanzador ya que el Trinidad continuaba con sus problemas de estabilidad, escora y batería baja.


Imagen
Perfil del Santísima Trinidad, ilustración de Rafael Berenguer.


Lo lógico entonces hubiera sido darse por vencidos; a pesar de sus defectos no dejaba de ser un navío al que se podía sacar provecho -como así fue durante la Guerra de Independencia americana- y la entrada en servicio de nuevos y mejores navíos de tres puentes permitía que en unos años pudiera ser relegado a un papel secundario. Sorprende pues, que en 1795, cuando ya había numerosos tres puentes en servicio se decidiera volver a acometer una cara y aparatosa reforma, una reforma mayor que la de 1778. Se le cambiaron las formas y el navío resultante creció de 59,5 a 61,4 metros de eslora y su arqueo pasó de 2.650 a 2.935 toneladas; superando en arqueo aunque no en longitud al Commerce. A pesar de ello, el navío resultante continuó con sus defectos originales. El agrandado Trinidad pasó a ser clasificado como de 130 cañones, aunque en la realidad portaba 120 cañones (32x36, 34x24, 36x12, 18x8 libras) y 10 obuses (24 libras).
Tras la batalla de San Vicente (1797) el Trinidad regresó a puerto gravemente averiado. El teniente general Mazarredo era de la opinión de relegarlo a batería flotante en Cádiz pero sorprendentemente se optó por aprovechar para hacer una 3ª reforma. En esta ocasión se decidió “embonarlo”: aumentar la manga 60 cm clavando tablones sobre el forro, lo que debería darle más estabilidad. Sin embargo también se aprovechó para unir el castillo y el alcázar, poniendo regala corrida en la parte del combés y portas en lugar de red de batayolas, dando lugar a una “4ª batería”. Hay que señalar que algunas fuentes afirman que esta reforma que dio lugar a la 4ª batería tuvo lugar antes de la batalla de San Vicente y no después. En cualquier caso, el resultado práctico es que el navío seguía siendo defectuoso, tal vez porque unas de las alteraciones anularon los posibles beneficios de la otras.

Respecto a la 4ª batería, habría que señalar que el incremento en potencia de fuego fue insignificante -si es que la reforma de la batería tuvo lugar tras San Vicente-, ya que esta batería englobaría las piezas anteriormente situadas en alcázar y castillos, con el único añadido de 6 esmeriles de 3 libras, piezas ligeras “antipersonal” que como ya hemos dicho normalmente no se tenían en cuenta para clasificar un navío.
En su rearme para la campaña de Trafalgar se le añadieron otros 4 obuses de 24 libras y 4 pequeños de 4 libras, por lo que acudió a la batalla con 134 piezas gruesas (120 cañones y 14 obuses) y 10 piezas ligeras. En resumidas cuentas un armamento similar al de un 120 de otras armadas, hay algunas piezas más, pero si se comparan las baterías también se puede observar que el Trinidad lleva cañones de a 12 libras donde otros los llevan de a 18, y de 8 en lugar de los de 12.
Como es bien sabido el Santísima Trinidad se perdería en Trafalgar, hundiéndose a consecuencia de la tormenta posterior. Queda por saber que habrían hecho los británicos con él, de haberlo capturado; o en caso de haber sido represado por los españoles, si se hubieran atrevido a nuevas reformas.


Imagen
El Santísima Trinidad con los colores que supuestamente llevaba en Trafalgar, obra de Rafael Castex.


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Flavius Stilicho
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

Habiendo repasado ya los distintos tipos y modelos, a continuación pienso ir repasando año a año aquellas acciones (o en algún caso sólo sucesos) en los que estuvieron involucrados los navíos de tres puentes. Por comodidad ira indicando el porte "nominal" de los navíos (100, 112...) no el "real" que portaran en cada momento. Si encuentro el dato, indicaré el nombre del comandante. Respecto a los grados navales de la época si alguién tiene dudas puede preguntar o consultar las equivalencias en:http://3decks.pbworks.com/w/page/915750/Naval%20Ranks
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

1793.
En enero de 1793 España entraría en guerra con la Francia revolucionaria mientras que Gran Bretaña lanzaba un ultimátum que desembocaría en que Francia le declarara la guerra en febrero; algo en cualquier caso inevitable dada la situación internacional. La situación pintaba bastante mal para la Marine nationale francesa. Ahora veía como sus antiguos aliados españoles estaban ahora en el otro bando por lo que la superioridad naval aliada era abrumadora y no sólo eso, sus rivales estaban mucho mejor preparados en especial los británicos. La Royal Navy había aprendido de sus errores al inicio de la Guerra de Independencia americana y se había puesto a punto a conciencia. Movilizaciones como la de 1790 por el incidente de Nootka habían ayudado a la armada británica (y también a la española) ha flexionar los músculos, por lo que rápidamente podía volver a movilizar el grueso de su potencial. Por su parte la Marine se había visto seriamente afectada por los sucesos de la Revolución, resintiéndose enormemente su disciplina y operatividad. A ello se unía que la Francia revolucionaria ya libraba en tierra desde 1792 una lucha por su supervivencia.

Pero lo peor para la Marine estaba aún por llegar. Tolón, base de la escuadra mediterránea, se rebeló y la ciudad acabó en manos de los realistas que pidieron ayuda a los aliados. En agosto acudieron al puerto tolonés las escuadras de Hood y Lángara. Ambas escuadras contaban con tres puentes que vamos a detallar mas que nada a modo ilustrativo.
La de Lángara contaba entre sus 18 navíos de línea con los: Mejicano (112) (Tg. Lángara), San Hermenegildo (112) (JdE. Gravina), Salvador del Mundo (112) (Bg. Bustillo y Gómez), Reina Luisa (112) (Bg. Gómez Gayangos) y San Fernando (94) (Bg. de Quiroga y Ulloa).
La de Hood contaba entre sus 21 navíos de línea con los: Victory (100) (Va. Lord Hood), Britannia (100) (Va. Hotham), Windsor Castle (98) (Va. Cosby), Princess Royal (98) (Ra. Goodall), St. George (98) (Ra. Gell).

El comandante de la escuadra de Tolón, Trogoff, aceptó “rendir” sus navíos a los aliados. La escuadra se componía de 18 navíos de línea en servicio, entre ellos el Commerce de Marseille (118), insignia del propio Trogoff. Además había otros 14 navíos en el puerto, que estaban o bien inactivos o reparándose o en proceso de alistamiento; entre estos había un segundo tres puentes: el Sans Culotte (118). Finalmente en diciembre, las fuerzas republicanas -con participación destacada de un joven oficial de artillería con el nombre de Napoleón Bonaparte- recuperaron Tolón. Las fuerzas británicas antes de retirarse se llevaron varios navíos de línea como presa (4), entre ellos el enorme Commerce. Los aliados procedieron a pegar fuego al resto de los navíos junto a las instalaciones del puerto y valiosos almacenes de pólvora y suministros navales. Numerosos navío, incluido el Sans Culotte se salvaron, quedando indemnes o simplemente dañados, aunque se destruyeron 6 navíos de línea.


Imagen
El Commerce de Marseille, justo antés de la guerra, enarbolando las insignias borbónicas.


Mientras tanto, la escuadra naval de Brest: Armée navale de l'Océan, tenía sus propios problemas. Contra lo que pueda parecer no estaba bloqueada, aunque tampoco es que pudiera aventurarse muy lejos. De momento con sus 22 navíos de línea, el almirante Morard de Galles, se conformaba con destacar un escuadrón en la zona de la bahía de Quiberon, con la misión de dar cierta protección a los mercantes franceses rumbo a Brest y para dificultar que los rebeldes realistas de la región recibieran apoyo por mar. Entre sus navíos estaban los tres puentes: Terrible (110) (Va Morard de Galles), Côte-d'Or(118) (Montagne a partir de septiembre) (Ca. Landais) y Bretagne (110) (Révolutionnaire a partir de octubre) (Ca. Le Large).
Ya en junio hubo problemas cuando los Terrible y Bretagnese negaron a zarpar de Brest. Mas tarde las noticias de lo sucedido en Tolón, alteraron aun más el ánimo de las tripulaciones y los mandos franceses perdieron el control de la escuadrón destacado, obligando la marinería a que los navíos regresaran a Brest, a finales de septiembre, con la excusa de prevenir una potencial revuelta realista que entregara el puerto a los aliados. Las autoridades revolucionarias reaccionaron con una purga de oficiales navales de origen noble, que mantendría a la escuadra de momento inoperativa hasta que se volviera a restablecer la disciplina y se asentaran los nuevos mandos.


Imagen
El navío Terrible con una curiosa versión de la tricolor.


En resumen, debido a los problemas franceses agravados por la pérdida temporal de Tolón y el motín de Quiberón, el caso es que 1793 acabó como un año sin grandes enfrentamientos navales en los que pudieran brillar nuestros protagonistas, los tres puentes.
.......
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Lutzow »

Flavius Stilicho escribió:En su rearme para la campaña de Trafalgar se le añadieron otros 4 obuses de 24 libras y 4 pequeños de 4 libras, por lo que acudió a la batalla con 134 piezas gruesas (120 cañones y 14 obuses) y 10 piezas ligeras.
En su obra sobre Trafalgar, Jose Cayuela y Ángel Pozuelo señalan que los obuses de 24 libras serían 16, lo que sumaría la clásica cifra de 136 piezas en el Santísima Trinidad.

Saludos.

P.S. ¿Empiezan ya los cañonazos o qué? :lol:
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Poliorcetos »

Siempre me he preguntado por qué no nos quedamos con algún buque de Tolón, como hicieron los británicos. ¿Honor, escrúpulos?
Prometí también que no haré guerra ni paz ni pacto a no ser con el consejo de los obispos, nobles y hombres buenos, por cuyo consejo debo regirme.
IV Item. Decreta que Don Alfonso, Rey de León y de Galicia estableció en la Curia de León en 1.188
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

Poliorcetos escribió:Siempre me he preguntado por qué no nos quedamos con algún buque de Tolón, como hicieron los británicos. ¿Honor, escrúpulos?

Aunque a España no le interesaba pe se la destrucción de la flota francesa al confiar por entonces en una restauración monárquica y una vuelta a la tradicional alianza, hubiera sido bastante interesante quedarse con los navíos franceses y devolverlos si acaso cuanda Francia volviera "al redil". En el caso británico era lo contrario, pasara lo que pasara con Francia a nivel político, interesaba destruir/capturar la mayor cantidad de naves.

En teoría se había acordado en consejo de guerra quemar todos las naves francesas que no pudieran ser retiradas bien por falta de aparejo o bien por falta de gente. Sorprende ciertamente que los británicos se llevaran 16 y el restos de los aliados sólo 3: una fragata y dos "corbetas". Desconozco como se decidió quien se llevaba qué. Probablemente se debió a que toda la operación de evacuación fue un completo caos.
No había un plan claro de evacuación y varios contingentes nacionales (al parecer napolitantos y sardos) empezaron a evacuar antes de tiempo provocando una reacción en cadena por el que la defensa del perimetro se vino abajo antes de tiempo. El terror se extendió en la población en medio del caos que se lanzó en busca de los buques aliados; aquí las crónicas varian en como se comportó cada uno, los británicos defienden que evacuaron a muchos toloneses pero españoles y franceses tienden a señalar que fueron mas despreocupados al respecto que las naves de otros países.
Mientras los españoles y franceses acusan a los británicos de racionar un tanto su humanidad en lo que respecta a las evacuaciones, los británicos acusan a los españoles de chapuceros o directamente traidores en lo que respecta a la destrucción de la flota francesa, quedando buena parte a salvo. El comandante de la operación era todo un personaje: Sidney Smith, un tipo muy curioso y emperdenido aventurero; según los españoles, el problema es que Smith inició su parte de la operación antes de tiempo, por lo que el "comando" español aunque se unió a él el propio Smith se había quedado sin tiempo material, ya que el acceso a la zona que debía incendiar estaba bloqueado y defendido por ex-galeotes simpatizantes de las fuerzas republicanas. Aunque los cronistas ingleses suelen cargar contra los españoles, parece que Smith alabó el celo de su homólogo español: Cotiella y el propio Smith, uno de esos personajes que no acaba de encajar tampoco en su propia armada, recibió también critícas de otros oficiales navales británicos.


P.D. En el texto he cometido un error, fueron nueve los navíos de línea destruidos en Tolón y no seis. Me confundí poque seis fueron los navíos incendiados pero sólo en una parte del arsenal, no el total.

Respecto al sitio de Tolón se puede leer: http://www.todoababor.es/articulos/tolon.htm
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por cv-6 »

Tal vez no nos llevamos nada porque no disponíamos de gente para tripular los barcos capturados. Después de todo, la falta de personal entrenado era uno de los principales problemas de la armada española en aquella época ¿no?
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- Sí, pero es el capitán
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

cv-6 escribió:Tal vez no nos llevamos nada porque no disponíamos de gente para tripular los barcos capturados. Después de todo, la falta de personal entrenado era uno de los principales problemas de la armada española en aquella época ¿no?
Cierto pero por un lado la escuadra había podido operar en el mar varios meses continuados gracias a su alianza con Gran Bretaña y las dificultades francesas, por lo que los reclutas tendrían ya un mínimo de experiencia. Ademas estambos hablando de marinar un navio para una travesía de puerto a puerto, no se requería de una gran dotación y sólo un número limitado de veteranos ya que no se pretendía ni que las presas ni que los navíos que cedieran parte de sus tripulaciones tuvieran que afrontar las complicadas y rápidas maniobras que eran necesarias en un combate. Tal vez no una gran cantidad pero un decente puñado de naves creo que se podrían haber marinado sin peligro.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por zilus »

Fascinante!. Me encanta como esta relatado todo. Sigue asi.
"Un brigadista inglés les explicó después que lo que más le había
impresionado al llegar al país fue ver a un español, plantado en mitad de la
calle durante un bombardeo, que se hurgaba los dientes displicentemente
con una cerilla."
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

1794

Tras los sucesos de 1793, podría parecer que lo mejor que podía hacer la escuadra de batalla de Marine francesa era permanecer tranquilamente en puerto y limitarse a organizar “cruceros” contra el tráfico comercial aliado. Sin embargo en el invierno de 1793/1794 Francia sufría de una preocupante hambruna y las autoridades revolucionarias temían una sublevación de la población. Para aliviar el problema se había recurrido a la compra de una gran cantidad de grano en Estados Unidos, hasta llenar 117-130 mercantes. Se decidió que lo más seguro era traer todo el grano en un sólo convoy bajo escolta de un pequeño escuadrón (Ca. Vanstabel) que había partido para EE.UU. A finales de 1793, al que se uniría en el último tramo de trayecto un segundo escuadrón (Ca. Nielly) que zarpó de Brest el 10 de abril. La escolta combinada -formada por 7 navíos de línea y varias fragatas y corbetas- debía ser capaz de hacer frente/disuadir a los típicos destacamentos ligeros británicos en misión de “crucero” por el Atlántico. Evidentemente, los franceses eran conscientes de que sus enemigos no ignoraban la existencia del convoy por lo que la escuadra de Brest (Ca. Villaret de Joyeuse) recibió ordenes de zarpar (16 de mayo), patrullar el Golfo de Vizcaya con 25 navíos de línea e intervenir en caso de un intento de la escuadra enemiga por interceptar el convoy.
Como sospechaban los franceses, la amenaza al convoy vino por el lado británico. Estos se ocuparon primero de organizar la escolta de sus propios convoyes y una vez arreglado el tema, se ordenó a un escuadrón de 6 (mas tarde 9) navíos de línea (Ra. Montagu) patrullar la zona del Golfo de Vizcaya en busca del convoy francés. Por su parte la escuadra del Canal (Ad. Lord Howe) con 26 navíos de línea zarpó tanto para buscar el propio convoy como para prevenir una acción del grueso de la escuadra francesa, aunque al llegar a la altura de Brest recibió noticia de que la escuadra francesa ya había zarpado.
Escuadras y escuadrones surcaron de arriba a abajo las aguas tanto del Golfo de Vizcaya como las más próximas del Atlántico, tanto en busca del precioso convoy como en busca unos de otros, cruzándose durante un tiempo sin llegar a encontrarse, aunque al final los británicos se hicieron cierta idea de la situación tras recapturar unos mercantes previamente capturados por los franceses. Por su parte Villaret recibió noticia de la situación del convoy y cierta idea de la amenaza que se cernía sobre él. La intención de Villaret era acudir hasta el convoy, pero enseguida Howe se le echó encima.


Imagen
Maqueta del Montagne/Ocean, insignia de Villaret de Joyeuse.


La primera acción tuvo lugar el 28 de mayo, Howe localizó a los franceses y comprobó que estos no aceptaban batalla -a Villaret le bastaba con tener entretenidos a los británicos en una persecución-; visto lo cual despachó un escuadrón volante (Ra. Pasley) con 6 de sus “74s” más veloces a acosar la retaguardia francesa. Los franceses reaccionaron al peligro, haciendo intervenir al Revolutionnaire (110) (Cpt. Vaudangel) que se convirtió en la piedra angular de la retaguardia asumiendo el puesto de cola de la formación francesa.
El combate había empezado con un cañoneo a larga distancia sin mucha trascendencia hasta que el Bellerophon (74) (Ra. Pasley) consiguió acercarse lo suficiente como para obligar al Revolutionnaire a empeñarse en un mano a mano. Tras un duelo de unos 75 minutos, el Revolutionnaire obligó a retirarse al Bellerophon tras infligirle graves daños en su arboladura. A continuación intervinieron el Marlborough (74), el Russell (74) y el Thunderer (74) que a cierta distancia procedieron a su vez a causar estragos en la arboladura del Revolutionnaire, el cual parece que tenía dificultades en usar su batería baja por el lado de sotavento. Dos navíos británicos más se acercaron a la zona, dirigiéndose el Audacious (74) directo contra el Revolutionnaire, el cual parecía perdido ya que el resto de las naves francesas no parecen haber hecho un gran esfuerzo en apoyarlo, dejándolo atrás.
Aun así desde la distancia, Howe creyó que sus navíos corrían el riesgo de quedar cortados ya que al grueso de su escuadra le estaba costando acercarse a la zona del combate e izo la señal de retirada dirigida al escuadrón volante. El escuadrón de Pasley se retiró pero atrás se quedó el Audacious que estaba “trabado” con el Revolutionnaire; finalmente éste consiguió desarbolar por completo al francés y desengancharse, pero no sin antes sufrir fuertes daños que lo dejaron también fuera de combate. El Revolutionnaire se quedó aislado en la noche, desarbolado y con su capitán muerto, presto a rendirse al primer navío que intentara acercarse a él. A la mañana siguiente y navegando a duras penas con un aparejo de fortuna, fue recogido por otro navío de línea y una fragata que escoltaron al maltrecho navío a puerto, donde sus oficiales fueron recibidos en primera instancia con un poco acogedor encarcelamiento por el presunto delito de haber abandonado sin permiso la escuadra.


Imagen
El Queen Charlotte de Howe en la escaramuza del 29 de mayo.


Al día siguiente, 29 de mayo, habría una nueva escaramuza entre ambas escuadras. Villaret quiere alejar a Howe del convoy por lo que mantiene su línea deliberadamente un poco rezagada para incitar la persecución. La retaguardia francesa queda al alcance de la vanguardia británica y Howe hace un par de intentos de cortarla. En el 2º de ellos, el Queen (98) (Ra. Gardner) se encuentra 2º en la línea cuando el navío que le precede en el ataque, el Caesar (80), se niega a completar la maniobra de ataque y se retira sembrando la confusión en la línea británica. El Queen trata de seguir con la maniobra pero recibe un fuerte fuego de la línea francesa y se ve imposibilitado para realizar la maniobra de corte de línea teniendo que limitarse a intercambiar fuego con la línea francesa según esta va pasando.
Dada la confusión reinante, es el propio Howe con su Queen Charlotte (100) el que tiene que adelantarse hacia la línea enemiga, consiguiendo cortarla a la altura del Eole (74), al que consigue hacer fuego de enfilada. Mas navíos británicos acuden y 3 franceses quedan cortados, entre ellos el Terrible (110) (Ca. Bouvet) que se ha visto enfilado por el Bellerophon (74). El peligro es abortado por una buena maniobra de Villaret, que acude en rescate de sus navíos renunciando al barlovento y confiando en el desorden que intuye en la flota británica. Pronto es el Queen Charlotte el que está en riesgo de quedar copado y el que tiene que retirarse con premura.
Al final todo queda como una escaramuza. Además de los Queen y Queen Charlotte, por parte británica intervinieron otros navíos de tres puentes: los Royal George (100) (Va. Hood) y Royal Sovereign (100) (Va. Graves), sufriendo ambos daños menores; así como el Barfleur (98) (Ca. Bowyer) que fue uno de los navíos que consiguieron cortar la línea francesa. El único navío con daños de consideración acabaría siendo el Queen, estando entre sus bajas el capitán del barco. El Queen Charlotte escapó relativamente indemne, aunque Howe comprobó que el navío había embarcado una gran cantidad de agua en su batería principal debido a su baja altura. En los años siguientes el Almirantazgo insistiría con éxito en que los nuevos diseños tuvieran una batería mas “floreada”.


Imagen
Esquema de la batalla del Primero de Junio.


El punto culminante de la campaña “atlántica” tendría lugar el 1 de junio en la batalla que sería conocida como “Glorious First of June” por los británicos o como “Combat de Prairal” (“13 prairal an II”) por los franceses; o alternativamente como “Tercera Batalla de Ouessant”. Tras los días de escaramuzas e idas y venidas de escuadrones, la escuadra de Villaret se componía de 26 navíos de línea, entre los que había 3 navíos de tres puentes, ejerciendo cada uno de insignia de uno de los tres escuadrones: Terrible (110) (Ca. Bouvet) (vanguardia), Montagne (118) (Ra. Villaret de Joyeuse) (centro o “batalla”) y Republicain (110) (Ca. Nielly) (retaguardia). La escuadra de Howe se componía de 25 navíos de línea y era claramente superior en tres puentes, con 7 de ellos en sus filas: Queen Charlotte (100) (Ad. Lord Howe), Royal Sovereign (100) (Va. Graves), Royal George (Va. Hood), Impregnable (98) (Ra. Caldwell), Barfleur (98) (Ra. Bowyer), Queen (98) (Ra. Gardner) y Glory (98) (Cpt. Elphinstone).
En la batalla Howe tenía la ventaja del barlovento y no quería dar tiempo a que Villaret maniobrara y ganara una posición favorable que le permitiera retirarse tras una nueva escaramuza. Consciente de que la disciplina de fuego y maniobra francesa ya no era la de otros tiempos, Howe se decidió a cortar la línea francesa pero desdeñando el método tradicional de tratar de cruzar su propia línea con la rival; optando en su lugar por ordenar que una vez que la línea británica se hubiera acercado lo suficiente, cada navío girara a la vez y cayera “individualmente” sobre la línea enemiga buscando puntos de corte y pasando a sotavento para impedir la huida del mayor número de navíos enemigos posible. La maniobra no salió exactamente como Howe esperaba ya que bastantes capitanes no entendieron la orden o no la quisieron entender, por lo que no hubo una caída simultánea. Aun así giraron en primera instancia los suficientes y como esperaba Howe el fuego recibido en su aproximación final fue escaso y la línea francesa lo suficientemente porosa. La batalla degeneraría en una serie de duelos, algunos muy renombrados pero nos limitaremos a las acciones mas destacadas de los tres puentes.


Imagen
Enfrentamiento entre el Royal Sovereign y el Terrible. Ilustración de Oliver Hurst.


En la vanguardia el intento de corte del Royal Sovereign se vería frenado por el Terrible, ambos navíos empezaron a cañonearse primero a larga distancia y después mas de cerca, infligiéndose mutuamente importantes daños. El Terrible quedó desarbolado de palo mayor y mesana pero pudo retirarse remolcado por una fragata, mientras que a bordo del Royal Sovereign el contraalmirante Graves resultaba gravemente herido. Mas tarde el Royal Sovereign partiría en pos del Montagne de Villaret. Por su parte, el Impregnable también cruzó la línea francesa, encontrando escasa oposición aunque perdiendo en el proceso varias vergas.

En el centro, el Queen Charlotte de Howe se dirigió a cortar por la popa del Montagne, lo que consiguió pero su maniobra para colocarse paralelo a sotavento del insignia francés fue inicialmente frustrada por el Jacobin (80) que se había colocado protegiendo el flanco del Montagne. Tras cañonear al Jacobin por su popa y aleta de estribor y obligarle a separarse, el Queen Charlotte ya pudo colocarse para cañonear al Montagne por su costado, cañoneo al que el Montagne apenas respondió ya que al parecer tenía cerradas las portas de sotavento de la batería principal. Desasistido por sus matalotes (los navíos situados a proa y popa del navío principal en la línea de batalla) y habiendo perdido el trinquete, el Queen Charlotte tuvo que contemplar como se le escapaba el Montagne, conformándose con cañonear al Juste (80). El Juste recibió un duro castigo por parte del Queen Charlotte, al que se unieron ya mas navíos británicos, quedando desarbolado y rindiéndose al final de la contienda. Aun así en el proceso el Queen Charlotte perdió su palo mayor, con lo que a duras penas podía maniobrar.
Algo mas atrás, el Queen se dirigió contra el Northumberland (74), contra el que también se dirigió el navío Orion (74). El Queen venía maltrecho de las escaramuzas previas por lo que pronto dejo al mas rápido Orion el trabajo de subyugar al Northumberland, optando por enzarzarse en duelo con el Jemappes (74) al que desarboló pero no pudo forzar la rendición, al quedar también el propio Queen a la deriva.


Imagen
Estado de los Queen Charlotte y Queen tras la batalla, apunte del natural de Nicholas Pollock.


De la retaguardia británica, sólo dos navíos consiguieron cruzar la línea francesa y ambos eran de tres puentes: el Royal George y el Glory. Lo hicieron hacia el final de la línea cortando el Royal George detrás del Republicain y el Glory, algo mas lento, un puesto detrás entre el Sans Pareil (80) y el Scipion (80). El Republicain logra escapar del acoso británico mientras que tras un cruento duelo atrás (en el que intervinieron otros navíos) quedan desarbolados tanto los dos puentes británicos como los dos “80s” franceses.
En su marcha, el Republicain, llega a la altura de un dañado Queen Charlotte, pero tras recibir fuertes daños en su arboladura procedentes del fuego a larga distancia de varias naves británicas desistió de marchar sobre él y maniobra penosamente hasta poder ser recogido por Villaret.

Tras la gran melé la situación es confusa con muchos navíos desarbolados o gravemente dañados en ambos bandos y otros fuera de juego porque sus capitanes han fallado en cumplir las órdenes de sus respectivos almirantes, “yendo por libre”. Con gran esfuerzo Villaret consigue formar una nueva línea de batalla y maniobra para tratar de recuperar a parte de sus dañados navíos. No sólo eso sino que también se fija en el vulnerable Queen, a la deriva, y uno de los navíos británicos mas expuestos. Howe organiza rápidamente un “grupo de rescate” para el Queen, en el que además de su maltrecho insignia figuran el Barfleur -en el que el contraalmirante Bowyer había resultado herido-, y el Royal Sovereign, cañoneándose éste último con el Montagne.
A Villaret no le quedó mas remedio que retirarse, dejando atrás a 7 de sus navíos (uno de ellos se hundiría). Por su parte Howe se retiró a descansar, decidiendo no perseguir a la fugitiva escuadra francesa, debido a los fuertes daños que había sufrido su escuadra; hecho que sería muy criticado.

En su regreso a puerto, Villaret se tropezó con el escuadrón británico de Montagu que estaba a la busca del convoy de grano. Montagu, alarmado por la presencia de la escuadra enemiga y consciente de que otro escuadrón francés (Ca. Cornice) estaba próximo tuvo que alejarse de la zona.
El resultado es que a pesar de perder la batalla, el objetivo francés se cumplió y el convoy pudo llegar sano y salvo (con la pérdida de un único mercante en una tormenta), por lo que ambos bandos acabaron proclamando victoria. Los británicos celebraron su victoria táctica y los franceses su victoria estratégica.


Imagen
El Montagne rompe contacto para reformar la línea francesa, ilustración de Antoine Morel-Fatio. El Montagne era probablemente el único navío francés que portaba la nueva insignia naval completamente tricolor, en vez de la del cantón blanco con la tricolor.


Tras la batalla de junio, la siguiente gran salida de la escuadra de Brest sería el Croisière du Grand Hiver (Crucero del gran invierno). La intención era que un escuadrón (Ra. Renaudin) pasara de Brest a Tolón, tanto para reforzar el Mediterráneo como para llevar munición. A la vez otro escuadrón debía partir para el Caribe, donde una escuadra británica estaba de campaña para tomar las islas francesas de la región. La misión de la escuadra de Villaret de Joyeuse era escoltar un trecho estos escuadrones y después tratar de dañar el tráfico comercial aliado antes de regresar a Brest. La escuadra zarparía el 24 de diciembre y resultaría un desastre perdiendo varios navíos a causa de las tormentas o accidentes. La primera víctima sería precisamente un tres puentes: el Republicain (Cpt. Longer) que naufragó el propio día de partida de la escuadra, encallando en la zona rocosa de Mingant tras haber roto sus cables de ancla. Sólo se perdieron 10 hombres en el naufragio pero el pecio no pudo ser recuperado al ser destruido por una tormenta.


Imagen
El Republicain tras su choque con la roca Mingant


Respecto al Mediterráneo, este estaría mas tranquilo. Los franceses aun se atrevieron a hacer alguna salida con la reducida escuadra de Tolón, pero retirándose rápidamente a puerto ante la abrumadora superioridad aliada. Por tanto las escuadras británica y española se centraron cada una en misiones auxiliares: la británica, la toma de Córcega; y la española, la cooperación con el ejército en el frente de Cataluña. Por ejemplo, en el caso español tenemos al San Hermenegildo (112) como insignia de una división al mando de Gravina, cooperando en la defensa de Rosas y su posterior evacuación.
En el lejano Caribe, los británicos toman Martinica apoyados por la escuadra de Jervis, con insignia en el Boyne (98).

.....
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Barcelo »

Muy bien Flavius. ¿ y el balance de bajas humanas ?

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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Lutzow »

Ojo spoiler (y que me perdone Flavius): los franceses sufrieron más bajas... A finales del XVIII, ¿la superioridad artillera británica resultaba tan acusada como lo fue en Trafalgar? ¿Los disparos franceses se centraban más en alcanzar el aparejo que los cascos?... Muy interesante la Batalla del Glorioso Primero de Junio, junto a la de Camperdown un precedente del "toque Nelson"...

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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por cañaytapa »

Al parecer, franceses y españoles eran más de desarbolar al contrario. Frente a ellos,los británicos eran más de despejar la cubierta con los disparos de las carronadas.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Lutzow »

Así fue en Trafalgar, pero desconozco si tres lustros antes se seguía el mismo procedimiento artillero o este fue cambiando con el tiempo...

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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por cañaytapa »

En el caso español no me extrañaría que siguiese siendo así, dado que la prioridad de los barcos de guerra era proteger el convoy de las Indias, no hundir necesariamente al enemigo.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Barcelo »

Sobre eso hay mucho mito.

Españoles y franceses eran más de luchar a distancia media, los ingleses a corta, para aprovechar al máximo la energía de los cañones de entonces. Y hasta cargar con doble y triple bala, o combinaciones de bala y palanqueta, etc.

Y si españoles y franceses solían estar a sotavento, disparando sobre los ingleses que se acercaban desde barlovento, muchas veces reteniendo el fuego hasta el final, lo normal, con el balanceo de los buques, es que muchas balas fueran altas y al aparejo de los británicos.

Pero no hay mas que ver los cuadros e ilustraciones de la época, incluso en Trafalgar, para ver a los navíos aliados rasos como pontones...así que los ingleses también tiraban a desaparejar.

Los franceses, sin carronadas ni ninguna pieza equivalente, a corta distancia, intentaban el abordaje, pero eran barridos por las carronadas británicas.

Los españoles eran más de aguantar, entre otras cosas porque disponían de los obuses Rovira, una respuesta a las carronadas británicas.

Es curioso que en eso de luchar de cerca o a media distancia, en línea o atacando en columna, se invirtieron los papeles sobre lo que era normal en el siglo XVI y primera mitad del XVII.

¡ Las vueltas que da la Historia ! y las vueltas que da la táctica...

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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Poliorcetos »

Sobre Trafalgar he leído que la primera salva del Santísima y allegados contra el Victory se quedó corta por la gran distancia y el estado de la mar, así que en las siguientes tiraron "por todo lo alto" para evitar volverse a quedar cortos. Una vez a corta distancia, ni se lo pensaban, al casco. Esto puede ser parte del origen del mito. Opino que según qué circunstancias, sin poder generalizar.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

Barcelo escribió:Muy bien Flavius. ¿ y el balance de bajas humanas ?

Espero con verdadera ansia más y más...
Los franceses no dieron parte de bajas de la campaña atlántica de 1794, por lo que las estimaciones varian entre 2.000-3.000 muertos y heridos, a lo que habría que sumar mas de 3.000 prisioneros. Algunos autores elevan el conjunto a cerca de 7.000. Las británicas fueron en la batalla de 229 muertos y 724 heridos, mas poco más de 200 bajas en las escaramuzas previas.
El orden de batalla completo y un resumen de daños y bajas por navíos se puede ver en:
https://en.wikipedia.org/wiki/Order_of_ ... st_of_June
En el caso de los heridos hay que tener en cuenta que cada capitán solía tener sus propias reglas a la hora de contabilizar; generalmente según le interesara. Así se podían contar hasta los casos leves como los "contusos" o sólo los graves. Incluso en la cifra de muertos parece que podía haber variaciones, ya se eligiera hacer un listado con los muertos nada mas concluir la batalla o se acabaran incluyendo a aquellos desgraciados que gravemente heridos morían una vez terminada ésta.


Respecto al tema de la táctica de tiro, como dice Barceló hay mucho mito. Cada uno adapta la táctica a sus circunstancias. Como hemos visto en 1794 a Villaret le bastaba con escaramucear a distancia con Howe para cumplir con su objetivo. En ese tipo de combate sólo tiene sentido tirar a desarbolar. Vemos como mucho antes de Trafalgar, los británicos ya son conscientes de que pueden "cargar" contra la línea enemiga sin temor a recibir excesivos daños, aunque se dieron varios casos de "cargas" abortadas por el fuego francés. Una vez más cerca, la prioridad francesa sigue siendo desembarazarse de sus rivales para hallar una ruta de escape, y lo mejor es desarbolarlos a ellos antes que ellos a tí, y en algún caso tuvieron éxito.
En cualquier caso españoles y franceses eran perfectamente capaces de batirse a corta distancia, el problema es que generalmente esto ocurría con ventaja del adversario al haber aprovechado mejor el viento y como en Trafalgar ser capaz de poner varios navíos a la vez a combatir contra un rival.


El que al menos en España era común el tipo de fuego asociado a los ingleses, nos lo demuestra una curiosa anecdota de la Guerra de Independencia, en el combate de Puente Sampayo:
“El fuego se generalizó —dice—. Los marineros de mi batería introducían en los cañones, sobre la bala de a 24, una palanqueta y, sobre ella, un saco de metralla. La pólvora que tenía que vencer aquella carga monstruosa la despedía con detonaciones espantosas. Los artilleros del Ejército temían reventaran las piezas, pero los marineros decían que no aumentando la pólvora no hay peligro. El piloto me dijo —sigue Ruibal—: Esté usted sin cuidado, los cañones no revientan. En la guerra que tuvimos con los ingleses sostuvimos muchos combates navales, y cuando nos acercábamos al abordaje cargábamos siempre como usted ve, y nunca reventó un cañón. Créame, no aumentando la carga de pólvora, no hay cuidado; entre nosotros suele decirse: «pólvora, poca, y metralla, hasta la boca». Si podemos matar de un cañonazo diez enemigos, ¿por qué hemos de matar sólo cuatro?”. Sigue Ruibal: “Era tan violento el estruendo de las dos piezas que a cada disparo sentía un dolor intenso en los oídos. A mediodía yo y mis tiradores estábamos casi sordos”
http://www.todoababor.es/vida_barcos/can.htm


Como se ve, los marineros españoles consideraban algo común el cebar bien un cañón para combatir a la tripulación enemiga a corta distancia, para alucine de sus compañeros de tierra. Ya lo ha dicho Poliorcetos: "Pólvora poca y carga hasta la boca!"

Saludos.


P.D. Dado que este hilo va sobre los "tres puentes", el relato de batallas como la del Primero de Junio queda bastante cojo. En el tintero se quedan combates notables como la defensa del navío Vengeur del Peuple (74), muy celebrada en su día en Francia; y otras muchas acciones notables en las que sólo intervenieron navíos de dos puentes.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Poliorcetos »

Un pequeño apunte, puesto que es un magnífico hilo de tres puentes. En tierra la carga era al contrario. Se utilizaba 1/3 del peso de la bala en pólvora también, pero para tiro de brecha se aumentaba hasta 1/2, por lo cual para los artilleros terrestres no debía ser sorprendente reventar cañones. Los cañones navales españoles "avisaban" es decir, que eran malos pero al menos no estallaban sin previo aviso como los franceses.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Barcelo »

Muy bien Flavius, yo también recordaba la anécdota de los artilleros de Puente Sampayo.

Y lo del "Vengueur" convertido en mito por los franceses, bien apuntado.

Y magnífico el hilo.

Saludos.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por APV »

Flavius Stilicho escribió:Como se ve, los marineros españoles consideraban algo común el cebar bien un cañón para combatir a la tripulación enemiga a corta distancia, para alucine de sus compañeros de tierra. Ya lo ha dicho Poliorcetos: "Pólvora poca y carga hasta la boca!"
Creó que el problema no estaba tanto en donde apuntaban sino en el peso de la andanada (en función de la combinación de cañones de los barcos y las diferencias entre las medidas) y la velocidad en recargar las piezas.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Poliorcetos »

Bueno, lo del peso de la andanada, no sé yo. Aunque muchos de los navíos 3 puentes aquí citados tenían muchas piezas "menudas", no hay que olvidar que la batería principal era de 36lbs frente a la inglesa de 32 y que la libra francesa/española era de 0,4895Kg frente a la inglesa de 0,45359Kg. Esto era casi más un problema, pues los 36lbs eran verdaderos mastodontes muy difíciles de manejar y también influiría y mucho en los tiempos de recarga. Hay tablas y comparativas excelentes de eso.
http://www.todoababor.es/vida_barcos/navprinpast.htm
Problemas, pues muchos, sobre todo de personal, algunos de mando y control y otros que califico de psicológicos que daría para hilo nuevo.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por alejandro_ »

Excelente tema Flavius Stilicho, y muy didáctico. Se agradece que empieces el tema con batallas de las guerras revolucionarias, mucho menos conocidas que las campañas con Napoleón en el poder.

Un pequeño apunte. Si recuerdo bien, en la obra de Trafalgar de Mark Adkin se considera al Príncipe de Asturias el mejor navío de los que participaron en la batalla.

En el tema has cubierto los desarrollos de 3 puentes en Rusia y Turquía ¿Hubo en Dinamarca o Suecia algún navio del estilo? En la introducción mencionas varios diseños de estos países.

Saludos.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

Gracias Alejandro.
Suecia y Dinamarca tuvieron en su día varios tres puentes, alguno de ellos bastante grandes a pesar de que el Báltico no era precisamente un entorno naval favorable a los navíos de gran calado. De hecho bastantes batallas navales entre suecos y daneses en su época de lucha por el "dominium maris baltici" tuvieron lugar cerca de la costa, y con embarrancamientos de navios en el proceso.
Algunos ejemplos son:
http://felipe.mbnet.fi/html/stora_kronan_1668.html
http://felipe.mbnet.fi/html/konung_karl_1694.html
http://felipe.mbnet.fi/html/christianus ... _1683.html
http://felipe.mbnet.fi/html/fredericus_ ... _1699.html
Todos ellos pertenecientes a la primera época dorada de los tres puentes a finales del XVII. Sin embargo, Suecia y Dinamarca ya no participaron del "revival" de los tres puentes a finales del XVIII. Como ya dije, a Dinamarca le quedaba uno en servicio, irrelevante en la época que tratamos ya que acabó rápidamente relegado a batería flotante. La gran potencia naval en el Báltico había pasado a ser Rusia, que sí tenía "tres puentes", aunque las armadas sueca y danesa todavía eran respetables.

Respecto al Príncipe de Asturias en Trafalgar, también soy de la opinión de que su actuación fue de las más destacadas. Durante la batalla se le ve combatir duramente pero a la vez maniobrar que es lo que se supone que tiene que hacer un navío, apoyar y ser apoyado; recibir daños, retirarse y regresar al combate.
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Flavius Stilicho »

1795

A finales de 1794 habíamos dejado a la Escuadra del Océano (Va. Villaret) en su crucero de invierno, habiendo perdido por accidente a un tres puentes. Regresó a Brest en febrero tras 35 días de capear temporales y estando un tris de perder a otros dos navíos principales: el Majesteux (110) y el Revolutionnaire (110); estando el primero en tan mal estado que incluso una vez fondeado, se temió perderlo por la gran cantidad de vías de agua. Eso sí, el crucero no fue infructuoso ya que se capturaron cerca de 100 presas entre el tráfico comercial aliado.

En junio un escuadrón británico de 5 navíos de línea en misión de crucero, liderado por el Royal Sovereign (100) (Va. Cornwallis), hizo huir a otro francés de tres (Ca. Vence) que se refugió en Belle-Île. El gobierno francés ordenó a Villaret acudir rápidamente al rescate de Vence con los navíos que estuvieran disponibles en Brest, sin hacer caso de aquellos oficiales mas expertos que señalaron que la posición de Vence era difícilmente bloqueable por los británicos y que Vence tendría oportunidades de sobra de escapar sin ser molestado.
Villaret partió con 9 navíos de línea, incluido su insignia que era el recién renombrado Peuple (118) (ex-Montagne). Vence había escapado sin problemas, encontrándose con Villaret y dando lugar a la reunión de 12 navíos de línea (y 11 fragatas). La cosa hubiera quedado en anecdótica de no haber tropezado de vuelta a Brest con el escuadrón de Cornwallis, el cual regresaba a Belle-Île tras escoltar varias presas (16 de junio).
Cornwallis procedió a retirarse con la mayor rapidez posible que no era mucha ya que alguno de sus navíos no era muy veloz. En la mañana del 17, la división de vanguardia francesa alcanzó la retaguardia británica, teniendo lugar una escaramuza “en caza”; con algún que otro uso ocasional de un puñado de los cañones de banda tras breves maniobras. El resultado es que eran los dos navíos de cola británicos, Triumph (74) y Mars (74) los que iban acumulando progresivamente daños y en especial el lento Mars corría el riesgo de ser inmovilizado y cortado.
Finalmente, Cornwallis hizo virar en redondo al Royal Sovereign y éste, apoyado por el Triumph, dispersó a cañonazos a la división francesa. El Peuple con el grueso de la escuadra francesa, estaba todavía a cierta distancia y Villaret ordenó a su vanguardia regresar, creyendo que en las proximidades había refuerzos británicos.


Imagen
Thomas Luny: "Cornwallis retreat" (la retirada de Cornwallis).


Tras la escaramuza con Cornwallis, Villaret trató de regresar a Brest pero una tormenta le empujó de nuevo hacia Belle-Île. Este retraso dio tiempo a la aparición en la zona de la Escuadra del Canal, que había estado previamente escoltando un convoy. El ya mayor e indispuesto Howe (69 años) había dejado el mando activo de la escuadra en manos de Lord Bridport. Bridport contaba bajo su mando directo 14 navíos de línea, de los que 8 eran de “tres puentes”, una distribución bastante inusual. Eran los: Royal George (100) (Ad. Bridport), Queen (98) (Va. Gardner), London (98) (Va. Colpoys), Prince of Wales (98) (Ra. Harvey), Queen Charlotte (100) (Cpt. Douglas), Prince (98) (Cpt. Hamilton), Barfleur (98) (Cpt. Dacres) y Prince George (98) (Cpt. Edge). Aunque con sólo dos navíos mas (y sin contar con tres navíos de refuerzo mandados a buscar por Bridport) se trataba de una fuerza mas potente que el escuadrón francés.
La intención de Villaret era pues la de evitar en lo posible el enfrentamiento, retirando su escuadrón a través de la zona de la isla de Groix, la cual daría nombre al combate que se produjo a continuación.

Bridport organizó la persecución dividendo a su escuadra en dos divisiones: los “tres puentes” por un lado y los más veloces “dos puentes” por otro. Sin embarga en la mañana del día 23, el navío mas adelantado no era uno de los supuestamente veloces “dos puentes” sino el Queen Charlotte, cuyo capitán (Andrew Snape Douglas) había manejado su navío con extrema maestría durante la persecución, siempre eligiendo la mejor conformación del velamen de acuerdo a cada mínimo cambio en el viento reinante; dejando atrás a sus compañeros de tres puentes y adelantando ligeramente incluso a los de dos puentes, con sólo uno de ellos aguantándole el ritmo y navegando a su lado.

Los franceses navegaban en una formación dispersa y el Queen Charlotte pronto sobrepasó la altura del navío de cola francés, el muy lento Alexandre (74), dirigiéndose en su lugar contra el siguiente navío francés: el Formidable (74), el cual comandado por el capitán Linois, se defendió con fiereza, pero se enfrentaba también al Sans Pareil (80) por lo que acabó sometido por dos rivales de mayor entidad. El Queen Charlotte recibió en el combate daños que le impedían marchar en persecución de mas navíos por lo que optó por caer sobre el Alexandre que había quedado atrás y estaba a la espera de que algún navío lo rematara.
En otro lado de la batalla se formó una melé entre 4 navíos británicos, que incluía al London y al Queen, con 6 navíos franceses, entre los que estaba el Peuple. Los “98s” británicos logran la rendición del Tigre (74), al que el Peuple intenta rescatar. Finalmente aparece el insignia británico, Royal George, que descarga una andanada a distancia contra el Peuple y el ya rendido Tigre. Bridport reorganiza su escuadrón y desiste de continuar la persecución de los fugitivos franceses que han perdido tres navíos de línea y se refugian en el cercano fondeadero de Lorient. Pocos días después, bajo la protección de la escuadra británica, tiene lugar el desembarco de Quiberón, en apoyo de los realistas de la zona, expedición que acabaría en desastre.


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El combate de Groix, en un grabado de la época de Robert Dodd según un orignial del capitán Becher.



En el Mediterráneo, la escuadra francesa ya contaba a principios de 1795 con suficientes navíos operativos como para plantearse un mayor grado de actividad. En marzo, zarpó la escuadra compuesta por 15 navíos de línea, uno de ellos de “tres puentes”: el insignia Sans-Culotte (118) (Ca. Martin). Atrás se dejaron tropas preparadas para un desembarco en Córcega, probablemente a la espera de que Martin valorara a lo largo de su crucero la factibilidad de una expedición naval contra la isla. Al enterarse de la salida de la escuadra francesa, la anglo-napolitana con base en Livorno hizo lo propio, contando con 14 navíos de línea, entre ellos: Britannia (100) (Va. Hotham), Princess Royal (98) (Va. Goodall), St. George (98) (Va. Parker) y Windsor Castle (98) (Ra. Linzee).

El combate de Génova, empezó con una escaramuza el día 13 en la que los británicos aprovecharon para ver si podían hacerse con el Ça Ira (80) que había resultado dañado en un choque con otro “80” francés. El Sans-Culotte sería unos de los navíos que intercambiaría fuego con el puñado de navíos británicos que se aproximaron a la retaguardia francesa. Sin embargo durante la noche, el navío se extravió por alguna extraña razón, por lo que no participaría en el combate del día siguiente. Eso no impidió al contralmirante Martin dirigir la batalla ya que siguiendo unas curiosas ordenanzas francesas de 1794, al empezar la batalla se había visto obligado a trasladarse a una fragata, desde la que debía retransmitir sus órdenes con más soltura y seguridad que desde su propio navío.
El combate de Génova se saldaría con la perdida francesa de dos navíos de línea de la retaguardia francesa, a manos básicamente de la vanguardia anglo-napolitana, aunque un navío británico quedó tan dañado que se perdería en una tormenta un par de días después; así mismo, los franceses habían capturado un navío de 74 cañones al poco de salir de Tolón. La participación de los tres puentes británicos en el combate no fue especialmente llamativa, pero todos tuvieron bajas a bordo como muestra de su implicación, destacando el Windsor Castle con 37 de ellas.


En mayo la escuadra de Tolón sufrió un conato de motín al extenderse la desafección entre sus navíos. La cosa no fue a mayores debido a la presencia de un escuadrón “leal” recién llegado desde Brest y el esfuerzo de los autoridades. Las tripulaciones afectadas prometieron enmendar sus faltas con la sangre de los enemigos de la República, por lo que se aprovechó el ánimo del momento y los refuerzos llegados, para zarpar de nuevo. Esta vez eran 17 navíos de línea, y de nuevo el único tres puentes francés de la zona: el recién renombrado Orient (ex Sans-Culotte) (118) (Va. Martin). Su rival anglo-napolitana contaba ahora con 23 navíos de línea; 6 de “tres puentes”: Britannia (100) (Va. Hotham), Princess Royal (98) (Va. Goodall), St. George (98) (Va. Parker), Windsor Castle (98) (Va. Linzee), Victory (100) (Ra. Mann) y Blenheim (98) (Cpt. Bazely)
El encuentro tendría lugar el 13 de julio en el combate de Hyères. Con la escuadra aliada maniobrando para conseguir el barlovento, Martin optó por ordenar a la suya el retirarse provocando que Hotham ordenara “caza general”. Un cambio del viento propició que la vanguardia británica y la retaguardia francesa quedaran al alcance de la artillería y empezó el intercambio de fuego entre los 3 navíos franceses de cola y los 3 británicos de vanguardia, uno de ellos el Victory. Los tres navíos británicos alcanzaron al Alcide (74) al que redujeron, teniendo que “espantar” el Victory a un par de fragatas francesas que se aproximaron con intención de remolcar al dañado navío. Durante el combate, el Victory sufrió importantes daños en sus aparejos, aunque sólo tuvo 20 bajas. Hacia el final del combate, se unieron otros 4 navíos británicos a la lucha, uno de ellos el Blenheim. Un cambio en el viento permitió a Martin escapar sin mayores daños, por el que el grueso de ambas escuadras no llegaron a intervenir.


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El combate de Hyeres según Olaf Rahardt, en primer el Cumberland británico (74) y delante el Victory.


Esta sucesión de escaramuzas y pequeños combates entre las escuadras francesa y británica, fueron un tanto frustrantes para la Royal Navy, ya que los franceses se negaban a presentar batalla formal a pesar de no haber habido en varias ocasiones apenas diferencia en el número de navíos. De hecho varios oficiales británicos se planteaban si no sería el gran número de tres puentes británicos que hemos visto presentes algo contraproducente al intimidar “en exceso” a los franceses. En la realidad probablemente tenía mayor importancia la falta de confianza de los altos mandos franceses en la capacidad de la Marine; apuntándose en muchos informes de la época fuertes carencias sobre todo entre los oficiales, lo que provocaba que en combate no se obedecieran correctamente las órdenes.

Por lo que respecta a España, no parece que la actividad naval fuera especialmente destacada; y de todas formas la involucración española en la guerra terminó en julio de 1795. La escuadra de Lángara seguía operando en el frente de Cataluña, y el insignia: el Reina Luisa (112), se atribuyó la captura de una fragata francesa, la Iphigenie, a comienzos de año; aunque parece que el verdadero captor fue el navío Montañés (74), lo que habría sido más normal ya que en condiciones normales sería más veloz.

Reseñar por último que Gran Bretaña perdió en 1795 un tres puentes en un accidente. Se trataba del Boyne (98), vuelto del Caribe y anclado en Spithead. El 1 de mayo voló por los aires, tras incendiarse. El fuego parece que se originó en la estufa de la cámara de oficiales, a través de cuyo tubo habrían llegado chispas al camarote del almirante incendiando varios papeles. El incendio se descubrió demasiado tarde, cuando ya ardía la toldilla del barco. Afortunadamente se pudo salvar a toda la tripulación, excepto a 11 hombres.


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El incendio del Boyne.

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Barcelo
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Re: Leviatanes de la Guerras Napoleónicas: los "tres puentes

Mensaje por Barcelo »

Muchas gracias Flavius, siempre me sabe a poco...¿ será que quiero más y más ?
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