Batalla de Top Malo House, pelea de comandos

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Gral Fernando
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Batalla de Top Malo House, pelea de comandos

Mensaje por Gral Fernando »

Los Comandos argentinos despertaron muy temprano, aún oscuro. ¡ Estaban nuevamente sin frío después de haber dormido secos, recuperados físicamente; y mientras desayunaban con chocolate caliente y galletitas, comentaron lo que hubieran sufrido de haber permanecido en Monte Simons. Concluido el refrigerio todos comenzaron a alistar sus equipos, ya con buen ánimo para soportar otra jornada de marcha. Eran las ocho y empezaba a clarear
En ese momento oyeron ruido de helicóptero. Algunos especularon en un rescate anticipado: no estaban muy lejos de la capital era el día señalado el tercero de su misión- para ser recuperadas, y la zona era la probable. No era creíble que se tratara de un aparato británico; pero alguien acotó que los argentinos no volaban sin luz. Paso cerca, a unos cuatrocientos metros, y el sargento primero Pedrozo observó:
-Me pareció ver que no tiene la franja amarilla.
A causa de la bruma poco se distinguía, ni aun recurriendo a los visores nocturnos, y sólo se oían los motores · que al rato cesaron. Reinaba incertidumbre, pero se aceleraron los preparativos para abandonar el edificio. El capitán Vercesi, ya con su correaje colocado aunque sin la mochila puesta, se hallaba en la cocina, y echando rodilla en tierra, intentó comunicarse por radio. En el segundo piso el teniente Espinosa recorría el horizonte con la mira telescópica de su fusil. De pronto exclamo:
-¡Me parece que hay gente que viene avanzando!
No, mi teniente - opinó el sargento primero Helguero-, deben ser ovejas, que hay muchas por acá.
Un lúgubre presentimiento dominó a Vercesi. A su lado se hallaba el Sargento primero Sbert, a quien mucho apreciaba por haber compartido varios destinos anteriores, y ante la extrañeza de este, le tendió la mano:
-¡Suerte, Turco!
Los elementos del M. and A. W Cadre (Cuadro de guerra para la Montaña y el Artico) descendieron del helicóptero a mil metros de la posición argentina. El capitán Boswell colocó a los siete hombres de su grupo de apoyo comandado por el teniente Murray a ciento cincuenta metros de la casa, mientras con los doce del grupo de asalto la contorneó hacia el sur-este, protegido por una elevación. "Como son tropas especiales'', pensaba, seguramente tienen centinelas afuera''. El Sargento McLean, del grupo de apoyo, se aproximó a Boswell para transmitirle una sugerencia del teniente Murray: con pedazos de turba habian moteado sus uniformes para avanzar más disimulados, por cuanto estos oscuros sobre la nieve, los anunciarían a un centinela alerta. El capitán era consciente que el suelo por donde se movían estaba dominado por una ventana del piso superior, como un ojo que los vigilara''.
Cuando Rod Boswell consideró que estaba suficientemente cerca de casa y a la vista de su grupo de apoyo, dio orden de "calar bayonetas''. El sargento Stone musitó:
-Es un engaño: no hay nadie allí.
Ante el anuncio del teniente Espinosa del avance de hombres no identificados, el sargento primero Castillo subió la escalera: efectivamente distinguió bultos, pero sin precisar su naturaleza, pese a que ya se había levantado el sol y la claridad permitía distinguir mejor el campo. De pronto un haz de luz resplandeció sobre una de las presuntas ovejas: un soldado británico reflejaba el sol en el anteojo de campaña con el cual quiso observar mejor la casa.
-¡Ingleses! Ahí vienen!- fueron los instantáneos gritos que resonaron dentro.
Automáticamente el teniente primero Gatti, el radiooperador, sacó sus claves e instrucciones del bolsillo y las quemó. Todos se pusieron en movimiento para salir, Castillo gritó a Espinosa, mientras se abalanzaba hacia la escalera:
-¡Vamos mi teniente!
este le replicó:
- ¡No, yo me quedo! De acá tengo más campo de tiro!
En el mismo instante que abría el fuego, la casa tembló por la explosión de un proyectil antitanque Carl Gustav. y comenzaron los disparos de ambas partes. Los ingleses se incorporaron y avanzaron corriendo; varios de ellos utilizaban lanzacohetes descartables Law de 66 mm y fusiles lanzagranadas M-79 de 40 mm. Vibraba la estructura de la casa por los impactos sobro sus chapas exteriores, y cantidad de balas atravesaban las endebles paredes de madera.
Los Comandos argentinos no vacilaron en abandonar el edificio para luchar mejor desde el exterior. El capitán José A. Vercesi logró llegar corriendo hasta un alambrado colocado antes del arroyo, allí tomó posición de pie - no atiné a tirarme al suelo- y comenzó a hacer fuego y a recibirlo.
Salimos entre los dos, yo te apoyo - avisó el sargento primero Omar Medina al teniente Martinez. Al hacerlo, este último sintió que lo golpeaba fuerte en la espalda una granada caída dentro de la casa, y cayó al suelo. Comenzó a arrastrarse. El impacto había sido en la cocina, volteando un panel sobre Medina, al que tiró aturdido contra la pared. Pero también pudo salir y quedó contra un ángulo exterior, al lado de una ventana, oyendo los disparos y gritos.

El sargento primero Castillo se precipitó escaleras abajo, y al pisar el último escalón sintió la explosión de un cohete detrás, que destrozo e incendió la escalera. El humo comenzaba a invadirlo todo. Luego de Castillo quiso abandonar el edificio Helguero. pero una granada que explotó en la puerta, entre ambos, lo hirió en el pecho arrojándolo hacia adentro sobre Pedrozo, que venia atrás.

Una granada lanzada con fusil M-79 penetró por la ventana del piso superior, matando instantáneamente al teniente Espinosa. El estallido aturdió a Brun y Gatti, que estaban allí: un acre olor a pólvora se sintió en forma penetrante. La llamarada. el ruido y la sensación de vacío que produjo conmocionó a los dos oficiales sobrevivientes por unos instantes. La casa temblaba por los tiros y ya comenzaba a arder. Gatti se recobró del shock causado por la onda expansiva, tomó su fusil y fue hacia la escalera: ésta no existía, era un completo aro de fuego hasta abajo. Sin pensarlo saltó por medio de él.
El teniente primero Brun, al tiempo que Espinosa caía hacia atrás ensangrentado, sintió una esquirla que le cortaba la frente. Supo que la próxima explosión no lo perdonaría, e instantaneamente tomó su decisión: se zambulló a través del traga luz
A medida que caía podía oír los balazos que pegaban contra la pared enchapada. Cayó desde una altura no menor de cinco metros, procuran do cubrirse la cabeza, pero recibiendo tan fuerte golpe que quedó completamente aturdido. A merced a su excelente estado físico y a la inmediata reacción no fue muerto en esa oportunidad. A un tremendo dolor en la frente y en la cabeza toda se sumó que no veía bien: ; Dios mío perdí un ojo!, Pensé en el acto, aunque la falta de visión habrá sido producida por la pólvora que le quemó la cara, o la sangre que le caía en la frente.
Los Comandos argentinos hablan logrado en su mayoría abandonar Top Malo House. La abnegación de Espinosa, que con su resistencia atrajo el fuego enemigo hacia el segundo piso, y la reacción de aquellos de salir para combatir sorprendiendo a la tropa británica, habían impedido el total aniquilamiento de la patrulla. En forma descuidada disparando de pie con sus pistolas ametralladoras y lanzagranadas desde la cintura, sin cubrirse, los ingleses posiblemente no tuvieron en cuenta el impulso de la sección de Comandos.
Estos avanzaron corriendo hacia el arroyo, al tiempo que tiraban con sus fusiles. Las balas enemigas pegaban en el suelo siguiendo sus huellas. El teniente primero Brun pudo hacer algo más de cincuenta metros hasta que cayó sentado, atontado, sintiendo un constante zumbido en su cabeza a consecuencia de su violento golpe, De pronto vio venir derecho hacia él una granada: en forma instintiva la alejó con su mano al llegar, a tiempo que tornaba la cabeza. La granada explotó muy cerca, cubriéndole de esquirlas la espalda, y averiando su fusil. Brun sacó la pistola e hizo fuego contra un escalón británico que divisaba, pero a los pocos disparos se le trabo tomó entonces una granada y la tiró, pero por la conmoción sufrida olvidóse de quitarle el seguro. En esos momentos un tiro hizo impacto en su pantorrilla derecha.
EI teniente primero Gatti también había podido salir, llegando ileso a una zanja situada doscientos metros abajo de la casa, antes de alcanzar el arroyo Malo. Cerca del capitán Vercesi Gatti disparaba arrodillado. mientras veía cómo la munición enemiga levantaba el barro a su alrededor.
El teniente primero Horacio Losito estaba herido: al abandonar el edificio en medio del humo que lo envolvía y las balas que lo atravesaban, dirigiéndose por la cocina hacia el porch para alcanzar el arroyo, una granada había reventado contra la pared dos metros atrás, derribándolo ensordecido y lastimado en la cabeza. Un golpe quemante, un ardor fuerte, pero seguía dueño de sus movimientos. La sangre le caía detrás de la oreja y por la mejilla un grupo de cuatro ingleses ubicados a no más de veinte metros lo dieron por muerto y continuaron accionando sus lanzagranadas contra la casa sin prestarle más atención. Entonces Losito se levantó y medio agazapado vació contra ellos un cargador en automático: un soldado cayó tocado en una pierna y el resto echó cuerpo a tierra. El oficial argentino emprendió carrera hacia el arroyo, cambiando de posición y disparando a cada rato, perseguido por los proyectiles enemigos; esperaba a cada instante un tiro en la espalda. Era intención de Losito cruzar el curso de agua y trepar por la altura del frente - la casa estaba ubicada en una hondonada-, pero unos cuatro metros antes de alcanzar el Malo encontró la zanja decidió ocuparla. Al darse vuelta para hacer nuevos disparos, un impacto en su muslo derecho lo volteó de espaldas en la zanja. Herido dos veces, rodeado de enemigos que avanzaban haciendo fuego y sin posibilidad de reaccionar, se dio por muerto:
-¡Cristina. no voy a poder volver! -exclamó en voz alta.
El sargento primero Medina estaba resguardado en una esquina del edificio, cuando por encima dejas explosiones, oyó que arriba de él se rompían vidrios y vio tirarse a un hombre: era Brun. Un soldado inglés se aproximaba gritando; le hizo fuego y lo abatió. El suboficial enfermero Pedrozo y el sargento primero Helguero pudieron zafarse de la casa en llamas y abandonarla a través de una ventana, cayendo aturdidos por los estampidos, mas luego echaron a correr. A los quince metros Helguero se desplomó herido en el pecho. Omar Medina se dio cuenta que quedaba solo y que el enemigo estrechaba el cerco. Con la protección que le brindaba el fuego que el sargento primero Sbert hacia, alcanzó la zanja donde sus compañeros estaban tirados, y arrodillándose comenzó a disparar:
Los británicos se aproximaban a ellos, y estaban a cincuenta metros cuando Medina pudo hacer impacto en un inglés, al cual siguió tirándole ya caído por ignorar si había muerto, De repente Medina sintió un golpe en su pierna izquierda, que no creyó herida por no sentir dolor al tiempo que una granada reventaba tras de si matando a Sbert, Retrocedió Medina y pudo derribar a otro soldado enemigo. Pero la patrulla de Comandos estaba completamente aferrada.
Es indudable que a posición argentina pudo haber sido eliminada sin correrse riesgo atacándola con cohetes y bombas desde el aire. Quizá el M. and A. W Cadre haya imaginado que luego de sus primeros disparos, los refugiados en Top Malo House se rendirian que no saldrían a combatir afuera; pues lo cierto es que permitiéndoles abandonarla sin estar, rodeada por, completo -comenzaron a hacerle fuego desde un flanco mientras avanzaban- los militares argentinos opusieron una enérgica resistencia que ocasionó varias bajas al equipo de Boswell. Una "fiera y breve batalla'', la califican Hastings y Jenkins.
Con todo, por más ardoroso que fuera su ánimo, la primera sección de la Compañía 602 no tenia escapatoria. Ignoraban quienes calculaban poder replegarse cruzando el arroyo, que detrás de éste ocultos en la elevación que lo dominaba, permanecía al acecho la patrulla del Teniente Haddow que diera aviso, de la presencia de los Comandos.
EI teniente Daniel Martinez había guarecido en el cobertizo del fondo, arrastrándose en dirección al agua · en medio de los proyectiles que le pasaban por encima o pegaban cerca de él, disparó contra un par de soldados que iban corriendo, obligándolos a tirarse al suelo, Martinez notó que los ingleses tenían dirigida su atención a la zanja cercana al arroyo donde sus compañeros, en línea, respondían al ataque. Mientras tanto, un británico salió velozmente del depósito de atrás, disparándole, pero Martinez le abrió con una ráfaga de FAL y cayó a tres metros de distancia.
El fragor del combate se aumentaba por el ruido de las municiones que explotaban dentro de la casa en llamas.
El teniente primero Losito, caído sobre el extremo de lo precaria trinchera había podido observar cómo Medina se movía hacia Sbert al ser éste muerto por el estallido de una granada; y sabiendo que él también iba a sucumbir, reinicio sus disparos medio agazapado como estaba, dificultosamente, A veinte metros por, la derecha avanzaban dos ingleses con sus boinas verdes, a paso ligero, disparándole con sus pistolas ametralladoras Sterling: Losito derribó a uno de ellos, un hombre grande y rubio que recibió el impacto en el estomago y cayó hacia atrás.
En la otra punta de la línea, el capitán Vercesi vio llegar a donde estaba al teniente primero Brun, cubierto de sangre de la cabeza a los pies, quien cayó a su lado. Detrás de los tiradores británicos que avanzaban en cadena, pudo distinguir que cerca de la casa el enfermero, sargento primero Pedrozo arrodillado para cubrir a Helguero, agitaba un trapo blanco indicando que allí habla un herido y que no combatía. El jefe de la sección miró a Brun "con sus heridas espectaculares" y le dijo:
-Esto no va más...
El oficial le hizo eco:
-No, no va más.
Entonces el Capitán levantó su fusil ordenando cesar la lucha. con un setenta por ciento de bajas, no tenia sentido proseguir la briosa resistencia; sólo quedaban ilesos él mismo, Gatti y los sargentos primeros Castillo y Pedrozo. El teniente primero Gatti lo imitó:
-¡Alto el Fuego!, ¡alto el fuego!.
Miguel Angel Castillo no se conformó, e instaba:
-¡Todavía no se entregue, mi capitán!
No muy lejos, tirado en la zanja, Losito podía observar que continuaban rebotando impactos en torno a su compañero. posiblemente porque algunos ingleses no se habian percatado del gesto, y gritó desesperado:
-¡Gatti, cúbrase; no se rindan. carajo. porque nos van a matar!
-Mi teniente primero -le contestaba aquél-, no tire más que estamos totalmente rodeado
Horacio Losito no cejó. Dispuesto a morir peleando se preparó para disparar al otro soldado de la pareja que se le acercara, pero ya no pudo hacerlo: la pérdida de sangre se lo impidió y se derrumbó de espaldas al pozo. Plenamente conciente todavía, pudo ver que el enemigo, un hombre bajo, morocho de bigotes, se paraba con sus piernas abiertas sobre el borde apuntándole con su pistola ametralladora. un instante fugaz se encomendó a Dios, esperando morir rápido. Volvió a levantar los ojos y el ingles le intimó:
-¡Upyour hand!, ¡upyour hand! (Arriba las manos).
Losito estaba muy débil y el inglés lo notó: dejó su ametralladora, y quitándole el fusil, tomó al oficial por la chaquetilla para sacarlo, del fondo, con palabras de aliento.
-No problem. no problem, is the war (No hay cuidado, es la guerra)
Le hizo un torniquete en una pierna y le inyectó morfina de una jeringa descartable que sacó de su pecho, luego de lo cual le pintó una M en la mejilla. Enseguida pidió auxilio para transportarlo.
Sonaban todavía algunos disparos. El sargento primero Omar Medina, sordo por las explosiones y atenta sólo a su frente. mantenia el fuego, y GATT le grito:
-¡Medina, Gordo. dejá de tirar que nos matan a todos: no ves que nos rendimos!
Cuando el suboficial Levantaba sus manos, volvió a ser alcanzado en el muslo de la misma pierna izquierda por una granada: una herida impresionante, muy grande. Se acercó el cabo primero Valdivieso para ayudarlo y fue también alcanzado, cayendo al suelo.
El fuego cesé bruscamente, por ambos lados. Miguel Angel Castillo no quiso correr riesgos: "Yo me quedé tirado", me relato, "pensé que si me paraba me iban a poner fuera de combate, así que me quedé en el suelo con el fusil al costado". Hasta que llegaron dos tipos a mi lado: apartaron con su pie el fusil, me apuntaron, y por señas me indicaron que me levantara''. Todos los británicos avanzaron para tomarlos. Cada uno de los argentinos permaneció en el lugar en que se hallaba y los hombres de Boswell se apoderaron de su armamento y les hicieron quitar el correaje. Se oían quejidos.
-Finish the war, (Terminen la guerra) -repetía el jefe británico para abortar cualquier reacción desesperada, aunque el estado de los Comandos argentinos tornaba ilusoria alguna medida más.
A distancia. Top Malo House concluia de arder.
Al concluir el combate, desde el otro lado del arroyo apareció la otra patrulla británica, gritando, que abrazó los vencedores: 1a patrulla de Haddow, que había observado toda la batalla, avanzó corriendo, agitando una bandera británica como una señal para ser reconocido. No quisieron correr el riesgo de ser tiroteados por su propio bando en la excitación, con la adrenalina aún fluyendo'', indica el brigadier Thompson.
Los británicos ataron las manos de sus prisioneros mientras los revisaban, y luego volvieron a soltarlos. indicándoles que recogieran o sus heridos y muertos. Ellos también comenzaron a atender a los de uno y otro lado, juntando las armas y correaje de aquellos; algunos mantenían apuntados a los Comandos ilesos, El capitán Rod Boswell, con una libreta en la mano, pasaba lista a voces para conocer sus bajas. Éstas eran relativamente numerosas, dada la iniciativa del ataque y el armamento el lado: 5 muertos y ocho heridos, Algunos hombres lloraban en torno a un cadáver que posiblemente fuera el segundo jefe del M. and A. W. Cadre.
Los Comandos argentinos en mejor estado fueron a alzar a sus compañeros. Vercesi pasó junto a un herido inglés muy pálido, de bigote fino, alcanzado en el pecho, que se hallaba tirado en el suelo apoyado en el regazo de un camarada, quien lo saludó murmurando:
-Friends. friends. (Amigos).
Los que aparentaban estar más graves eran los tenientes primeros Brun y Losito, completamente cubiertos de sangre; el Teniente Daniel Martinez fue interrogado para saber si había sido tocado:
-No problem -contestó, ignorante del balazo que habla recibido en un pie. En un grupo estaban reunidos Medina, Valdivieso y algo alejado Losito: se acercó Pedrozo quien se había hecho reconocer como enfermero- con su brazalete ostentando la Cruz Roja colgado de la mano. acompañado de su custodio, y controlando el pulso de Omar Medina, y dijo:
-Quedate tranquilo; no tengo nada para darte ahora; esto está coagulando bien. Acordate de soltar el torniquete para que circule la sangre.
Al suboficial lo había vendado un inglés. Otro que se aproximó comenzó a tratarlo con un paquete de curaciones; la hemorragia hizo que el sargento primero se desmayara por un momento. Recuperado a poco, fue el teniente Martinez para cargarlo:
-Cómo pesás! A mi no me pasó nada- le explicó, desconociendo aún haber sido también herido, Pero ni llegar al lugar de reunión, Martinez,. Sintió un dolor como una torcedura''; asombrado, hizo un movimiento y pudo ver que salían borbotones de sangre'' según relata. Se quitó el borcegi y la media y comprobó que había alcanzado en el talón una bala de fusil M-l6, sin orificio de salida, uno de los militares británicos comenzó a hablarle, Pedrozo le tradujo:
-Dice que te tapes para que no se enfríe, porque te va a doler.
Daniel Martinez volvió a calzarse, ató bien su borcegui y se hizo un torniquete, sintiendo efectivamente mucho dolor: "y pasé a ser un herido más.
El suboficial enfermero tuvo una lucida actuación: sin elementos, trató de contener las hemorragias y de calmar a sus compatriotas. "Yo no empecé a temblar con chuchos por la pérdida de mucha sangre y estar muy mojado''. me refería el teniente primero Losito. "y él sacó al sargento primero Sbert que estaba muerto, su gabán de douvet y se lo coloco: se sentó en la nieve y me puso sobre su regazo, abrazándome para darme un poco de calor", Igual procedimiento empleó el teniente primero Gatti con el sargento primero Medina.
Los prisioneros, heridos e ilesos, fueron retenidos a un costado de la casa incendiada, hasta que helicópteros vinieran a llevarlos, El capitán Vercesi se detuvo al lado del cadáver del sargento primero Sbert, muy conmovido:
-¡Qué me has hecho. Turco!
Al teniente primero Brun lo animó el ver a Losito vivo, quien lo alentó:
-Tranquilo. Cachorro, no más. -
El médico británico revisó a todos, marcando con una M sobre la frente a los inyectados: con morfina, La pierna de Medina, desgarrada y con su fractura expuesta, presentaba mal aspecto; Helguero estaba muy preocupado por su herida sobre el corazón, porque ignoraba su profundidad. Vercesi se notaba sumamente afectado: pidió ir por el teniente Espinosa pero el capitán inglés meneó su cabeza y le dijo que era inútil. Conmovía a todos la suerte del abnegado oficial. el joven alegre siempre hablando de sus hijitas. Mirando la casa que terminaba de quemarse, Brun murmuro:
-Espinosa está ahi adentro...
La morfina y la atención los calmaron, y comenzaron a observar a sus vencedores, pintarrajeados sus rostros y tocados con boinas verdes.


Fuente: libro "COMANDOS EN ACCION" -I J Ruiz Moreno


No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (Oscar Wilde)
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Mensaje por betiquer »

Muy buen resumen del combate en la casa de "Top Malo".
Hay una versión bastante completa también (desde el punto de vista británico) en la colección "Cuerpos de Élite", de Planeta-Agostini.
Al final del relato, el 2º jefe del comando argentino en la casa le comenta a Boswell que había realizado cursos de especialización en Inglaterra y Boswell le grita enfadado "¿Por qué diablos no has aplicado algunas de las mladitas lecciones que aprendiste entonces?".
"Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla" (Demócrito)

"Cuando adviertas que para producir necesitas la autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y las influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando repares que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un sacrificio personal, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que tu sociedad está condenada." (Alissa Zinovievna Rosenbaum)
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Mensaje por Gral Fernando »

betiquer escribió:Muy buen resumen del combate en la casa de "Top Malo".
Hay una versión bastante completa también (desde el punto de vista británico) en la colección "Cuerpos de Élite", de Planeta-Agostini.
Al final del relato, el 2º jefe del comando argentino en la casa le comenta a Boswell que había realizado cursos de especialización en Inglaterra y Boswell le grita enfadado "¿Por qué diablos no has aplicado algunas de las mladitas lecciones que aprendiste entonces?".
También al final, en el interrogatorio el comandante británico le dijo: "nunca en una casa".
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Mensaje por betiquer »

Efectivamente, iba contra toda lógica y más en una unidad de comandos tan instruida y con gente veterana, prácticamente todos mandos creo recordar. Aunque a saber las inclemencias del tiempo que sufrían; pero como mínimo deberían haber dejado algún centinela/escucha afuera.
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"Cuando adviertas que para producir necesitas la autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y las influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando repares que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un sacrificio personal, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que tu sociedad está condenada." (Alissa Zinovievna Rosenbaum)
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betiquer escribió:Efectivamente, iba contra toda lógica y más en una unidad de comandos tan instruida y con gente veterana, prácticamente todos mandos creo recordar. Aunque a saber las inclemencias del tiempo que sufrían; pero como mínimo deberían haber dejado algún centinela/escucha afuera.
Los había sorprendido una lluvia, y por el clima no les quedó otra que instalarse en la casa para poder recuperarse.
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Mensaje por j. »

Si, pero resulta que se meten en una casa a 100m de la cual hay un equipo de observacion de los Royal Marines, a los que tambien pilla la lluvia, el frio, el mal tiempo...pero se entierran fuera de la casa...y descubren a los Comandos cuando se meten en el galpón. Realizan una llamada, y les tienden una emboscada antes que se den cuenta.
"Never in a house..." La famosa frase es de uno de esos mismos RM que los descubrió.
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j. escribió:Si, pero resulta que se meten en una casa a 100m de la cual hay un equipo de observacion de los Royal Marines, a los que tambien pilla la lluvia, el frio, el mal tiempo...pero se entierran fuera de la casa...y descubren a los Comandos cuando se meten en el galpón. Realizan una llamada, y les tienden una emboscada antes que se den cuenta.
"Never in a house..." La famosa frase es de uno de esos mismos RM que los descubrió.
Claro que los Royal no tenían su base a kilometros de distancia, por lo que no era absolutamente necesario que se instalen en la casa.
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (Oscar Wilde)
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vet327
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Re: Batalla de Top Malo House, pelea de comandos

Mensaje por vet327 »

Gral Fernando escribió:Los Comandos argentinos despertaron muy temprano, aún oscuro. ¡ Estaban nuevamente sin frío después de haber dormido secos, recuperados físicamente; y mientras desayunaban con chocolate caliente y galletitas, comentaron lo que hubieran sufrido de haber permanecido en Monte Simons. Concluido el refrigerio todos comenzaron a alistar sus equipos, ya con buen ánimo para soportar otra jornada de marcha. Eran las ocho y empezaba a clarear
En ese momento oyeron ruido de helicóptero. Algunos especularon en un rescate anticipado: no estaban muy lejos de la capital era el día señalado el tercero de su misión- para ser recuperadas, y la zona era la probable. No era creíble que se tratara de un aparato británico; pero alguien acotó que los argentinos no volaban sin luz. Paso cerca, a unos cuatrocientos metros, y el sargento primero Pedrozo observó:
-Me pareció ver que no tiene la franja amarilla.
A causa de la bruma poco se distinguía, ni aun recurriendo a los visores nocturnos, y sólo se oían los motores · que al rato cesaron. Reinaba incertidumbre, pero se aceleraron los preparativos para abandonar el edificio. El capitán Vercesi, ya con su correaje colocado aunque sin la mochila puesta, se hallaba en la cocina, y echando rodilla en tierra, intentó comunicarse por radio. En el segundo piso el teniente Espinosa recorría el horizonte con la mira telescópica de su fusil. De pronto exclamo:
-¡Me parece que hay gente que viene avanzando!
No, mi teniente - opinó el sargento primero Helguero-, deben ser ovejas, que hay muchas por acá.

Un lúgubre presentimiento dominó a Vercesi. A su lado se hallaba el Sargento primero Sbert, a quien mucho apreciaba por haber compartido varios destinos anteriores, y ante la extrañeza de este, le tendió la mano:
-¡Suerte, Turco!
Los elementos del M. and A. W Cadre (Cuadro de guerra para la Montaña y el Artico) descendieron del helicóptero a mil metros de la posición argentina. El capitán Boswell colocó a los siete hombres de su grupo de apoyo comandado por el teniente Murray a ciento cincuenta metros de la casa, mientras con los doce del grupo de asalto la contorneó hacia el sur-este, protegido por una elevación. "Como son tropas especiales'', pensaba, seguramente tienen centinelas afuera''. El Sargento McLean, del grupo de apoyo, se aproximó a Boswell para transmitirle una sugerencia del teniente Murray: con pedazos de turba habian moteado sus uniformes para avanzar más disimulados, por cuanto estos oscuros sobre la nieve, los anunciarían a un centinela alerta. El capitán era consciente que el suelo por donde se movían estaba dominado por una ventana del piso superior, como un ojo que los vigilara''.
Cuando Rod Boswell consideró que estaba suficientemente cerca de casa y a la vista de su grupo de apoyo, dio orden de "calar bayonetas''. El sargento Stone musitó:
-Es un engaño: no hay nadie allí.
Ante el anuncio del teniente Espinosa del avance de hombres no identificados, el sargento primero Castillo subió la escalera: efectivamente distinguió bultos, pero sin precisar su naturaleza, pese a que ya se había levantado el sol y la claridad permitía distinguir mejor el campo. De pronto un haz de luz resplandeció sobre una de las presuntas ovejas: un soldado británico reflejaba el sol en el anteojo de campaña con el cual quiso observar mejor la casa.
-¡Ingleses! Ahí vienen!- fueron los instantáneos gritos que resonaron dentro.



Horacio Losito no cejó. Dispuesto a morir peleando se preparó para disparar al otro soldado de la pareja que se le acercara, pero ya no pudo hacerlo: la pérdida de sangre se lo impidió y se derrumbó de espaldas al pozo. Plenamente conciente todavía, pudo ver que el enemigo, un hombre bajo, morocho de bigotes, se paraba con sus piernas abiertas sobre el borde apuntándole con su pistola ametralladora. un instante fugaz se encomendó a Dios, esperando morir rápido. Volvió a levantar los ojos y el ingles le intimó:
-¡Upyour hand!, ¡upyour hand! (Arriba las manos).
Losito estaba muy débil y el inglés lo notó: dejó su ametralladora, y quitándole el fusil, tomó al oficial por la chaquetilla para sacarlo, del fondo, con palabras de aliento.
-No problem. no problem, is the war (No hay cuidado, es la guerra)
Le hizo un torniquete en una pierna y le inyectó morfina de una jeringa descartable que sacó de su pecho, luego de lo cual le pintó una M en la mejilla. Enseguida pidió auxilio para transportarlo.


La morfina y la atención los calmaron, y comenzaron a observar a sus vencedores, pintarrajeados sus rostros y tocados con boinas verdes.


Fuente: libro "COMANDOS EN ACCION" -I J Ruiz Moreno
Bueno amigos,
creo que la primera frase refleja ya la problematica del ejercito argentino en la Malvinas : una gran diferencia de nivel con respecto a los ingleses.
Si hasta los comandos de élite buscaban el confort del chocolatito y de las galletitas en una casa, sin haber reconocido los alendaños, sin centinelas y en plena campaña de guerra......como podian esperar ganar ?

El valor individual es necesario pero no suficiente, hace falta PROFESIONALISMO y rusticidad, humildad y tenacidad.
Ils fûrent ici moins de soixante opposés à toute une armée...sa masse les écrassa...la vie plutôt que le courage abandonna ces soldats français le 30 avril 1863
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Gral Fernando
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Mensaje por Gral Fernando »

Creo que fué un error muy grave, de todas formas se supieron defender a pesar de que cómo los habían tomado. Los ingleses podían haber rodeado la casa para tener menos bajas pero no lo hicieron, por eso no se los puede culpar de falta de profesionalismo. Saludos!
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (Oscar Wilde)
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Hernan
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Mensaje por Hernan »

Si no me equivoco en esta acción hay una diferencia apreciable en la estimación de bajas de la parte contraria según la fuente.
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joalonpa
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-

Mensaje por joalonpa »

Gral fernando, fantástico relato.
Comentaros que los comandos argentinos
Fueron “creados”o mas diría rejuntados
No mucho tiempo de la invasión
Os ha consejo si tenéis la ocasión de leer
El libro que comenta gral fernando
Un saludo a todos
Que esto vuelva a ocurrir

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grandi
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Mensaje por grandi »

ese tubo en el subfusil, es un visor telescopico?
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Herr Oberst Moncha
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Mensaje por Herr Oberst Moncha »

joalonpa, los Comandos no fueron rejuntados. En esos años la aptitud de Comando se obtenia luego del curso, al cual se asistia desde una unidad normal. Una vez terminado el cuerso, y logrado el brevet, se regresaba a la unidad. Una razon de ello es que de esa forma el comando podia compartir parte de su adiestramento cpn sus camaradas, subalternos y superiores.

Al estallar la guerra de Malvinas, la Cia de Cdo 601 contaba con un grupo pequeño de instructores y se llamo a los oficiales y suboficiales de otras unidades con la aptitud de Comando para llegar al numero necesario, como tambien se hizo con la formacion de la Cia 602, formada con cuadros provenientes de otras unidades.
Rejuntados no es la mejor palabra para precisar lo que acabo de escribir...
Saludos
joalonpa
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Mensaje por joalonpa »

Herr Oberst Moncha escribió:joalonpa, los Comandos no fueron rejuntados. En esos años la aptitud de Comando se obtenia luego del curso, al cual se asistia desde una unidad normal. Una vez terminado el cuerso, y logrado el brevet, se regresaba a la unidad. Una razon de ello es que de esa forma el comando podia compartir parte de su adiestramento cpn sus camaradas, subalternos y superiores.

Al estallar la guerra de Malvinas, la Cia de Cdo 601 contaba con un grupo pequeño de instructores y se llamo a los oficiales y suboficiales de otras unidades con la aptitud de Comando para llegar al numero necesario, como tambien se hizo con la formacion de la Cia 602, formada con cuadros provenientes de otras unidades.
Rejuntados no es la mejor palabra para precisar lo que acabo de escribir...
gracias
Lo importante es siempre aprender.
joalonpa
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responderte

Mensaje por joalonpa »

grandi escribió:ese tubo en el subfusil, es un visor telescopico?
Es un subfusil argentino mod pa 3-dm com láser-lok
Lo importante es siempre aprender.
elmalvinense
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Mensaje por elmalvinense »

soldado de 1 escribio
Si, pero resulta que se meten en una casa a 100m de la cual hay un equipo de observacion de los Royal Marines, a los que tambien pilla la lluvia, el frio, el mal tiempo...pero se entierran fuera de la casa...y descubren a los Comandos cuando se meten en el galpón. Realizan una llamada, y les tienden una emboscada antes que se den cuenta.
"Never in a house..." La famosa frase es de uno de esos mismos RM que los descubrió a ver que te parese esta Durante la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba posicionado en con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la orden de atacar la Colinas de Boca House.

Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció a su superior la oportunidad que le daba de llevar acabo esta misión. Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada siguiente.

- "Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía "A", del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino".

Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además, tratándose de Estévez, eran innecesarios.

-"Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen" ...así fue la rápida arenga de Estévez.

Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y más hermosa orden que puede dar un Jefe: "Seguirme!". Pronto estarían inmersos en el combate.

- "Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza..." -diversas órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de la lucha; finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la presión ejercida por los ingleses.

- Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente Estévez.

- Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con un grito.

- Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería...- fue su última orden; un certero impacto en la cara, quizás de un tirador especial, lo desplomó sin vida.

- "Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo" - gritó Castro y continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su cuerpo."

- "Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan". - el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el ejemplo heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la guerra, impartió con firmeza su primera orden.

- Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria! - gritó con alegría, Carrascul, al ver la maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.

Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y heridos, la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la Misión.

El teniente Estévez dejó a sus padres esta conmovedora carta:

Querido papá:

Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡que misión! ¿ Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar la islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.

Lo único que a todos quiero pedirles es:

1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la tristeza, y muy importante,
3) Que recen por mi.

Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar en que vos sos el pilar.

Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.

Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡ O muerte !

Roberto.
caba agregar que el coronel seineldi al final de los acontecimientos le pregunto a un oficial ingles por que atacaron por atras y este le respondio por respeto a las fuerzas especiales fue en goose gren nos causaron muchas bajas y el coronel le respondio esas tropas eran en su malloria de 18 años con 2 meses de prparacion y un curso acelerado de fuerzas especiales.

dios y patria o muerte volveremos
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Re: Batalla de Top Malo House, pelea de comandos

Mensaje por RODRIGO1 »

A mi la palabra REJUNTADOS me parece la exacta en esas circunstancias.

La 602 pasa a las Islas a las pocas horas de formarse (lo de horas es literal, ya que Rico creo la compania el 21 de Mayo y esta paso a las islas el dia 27 de Mayo) El combate de mencion fue la maniana del 30.

En principio parecen validas las criticas profesionales al error de pernoctar en una casa, pero desmenuzando y siempre dando al razon a la gente que opera en el terreno, suena acertada.

Los dos hombres de la partida, Brun y Helguero, con experiencia en la Antartida indicaron al Jefe que otra noche a la interperie seria fatal. Yo asigno mucha importancia a los consejos de esos dos hombres, a los que no se puede motejar de bisonios en temas climatologicos.

Saludos.
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Re: Batalla de Top Malo House, pelea de comandos

Mensaje por RODRIGO1 »

Otra precision que olvide el dia anterior.

Las misiones de FF.EE. o Comandos, o como quiera llamarse suelen ser de dos tipos. La mas importante, pero menos espectacular, es CONSEGUIR INFORMACION (algo que los grupos de observacion de la Fuerza Aerea Argentina al parecer consiguieron mejor)

La otra mision, es de la de combate, la que nos muestran por lo general las peliculas.

Los Comandos tenina su base en Puerto Argentino, y eran trasladados a su destino de dia, aunque por lo general sobre el amanecer o el anochecer, eso hacia que hasta el mas torpe observador britanico los pudiera ver o intuir.

Los puestos de observacion britanicos estaban bien ocultos y abastecidos, sin necesidad de caminar por el dificil terreno de Las Malvinas, observaban y luego los extraian. Los que iban a combatir, como el CADRE, fueron trasladados en helicoptero al lugar de combate. Lease, ambas fuerzas britanicas, las de exploracion, y las de combate estaban relativamente resguardadas. Las fuerzas argentinas tuvieron que recorrir un terreno durisimo (para que vean, se recorre UN KILOMETRO POR HORA EN LAS MALVINAS si sos un tipo bien entrenado)

Saludos.
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