Secuestro del vuelo Air France 8969. El GIGN en acción.

[Hicks]

El 24 de diciembre de 1994, un Airbus A300 se prepara en el aeropuerto de Houari Boumedienne, en Argel, Argelia. Se trata del vuelo 8969 con destino Paris, con 227 pasajeros a bordo, más 12 tripulantes. En un momento dado, suben cuatro individuos que se identifican como policías, y empiezan a registrar el avión, pidiendo pasaportes; tras un confuso registro, los hombres muestran su identidad al grito de Ala es Grande. Cuatro terroristas del GIA (Groupe Islamique armé; Grupo Islamico Armado) encabezados por Abdullah Abdul Yahia, de 25 años; se hacen con el control del avión. Tres de ellos entran en la cabina, mientras el cuarto vigila con su Ak-47 a los pasajeros . No tardan en hacer utilizar la información adquirida en la revisión de pasaportes; cogen a un policía argelino fuera de servicio que estaba entre el pasaje y lo arrastran hasta la puerta del avión; allí, le descerrajan un tiro en la cabeza, pese a las suplicas del secuestrado, que dice tener esposa e hija, su cuerpo agoniza varios minutos en la escalera de acceso. Empiezan las negociaciones, mientras los terroristas se atrincheran; van armados con un Ak-47; un subfusil Uzi, y pistolas automaticas; asi como varias granadas caseras y dos paquetes con cartuchos de dinamita que colocan en él avión, en mitad del pasillo y en la cabina. Su fanatismo religioso también se hace vigente, obligan a todas las mujeres a llevar velo, recurriendo si es necesario, a mantas que había en el avión y recitan versos del Coran. Según recuerdan algunos secuestrados, fueron correctos en el trato, pero desprendían un halo de terror; una actitud y una mirada que solo una persona que no duda en matar tiene. Intentan tranquilizar a sus compatriotas argelinos, pero sin mucho éxito. Ante la negativa inicial de la torre de control de dejarles despegar, los secuestradores ejecutan a un vietnamita, agregado comercial de la embajada.
La reacción no tarda en llegar; la policía y el ejercito argelino rodean el aeropuerto, y el ministro del interior, Abderahmane Meziane-Cherif, empieza las negociaciones desde la torre de control. Los terroristas piden la liberación de arresto domiciliario del líder del FIS (Frente Islamico de Salvación), las negociaciones se suceden tras cuatro horas, al cabo de las cuales, se liberan a 63 rehenes, la mayoría mujeres y niños. Mientras, la policía sigue con el operativo; gracias a sistemas de visión nocturna otean en la noche del 24, consiguiendo identificar a Abdul Yahia como cabecilla. Se trata de una persona con ataques de violencia y salvajismo ocasionales, de limitada capacidad intelectual. Siempre acaba sus frases con “… por la gracia de Dios”. Se intenta presionarle llevando a su madre para pedir su rendición, ella implora a su hijo que libere a los rehenes, a lo que Yahia contesta, “Madre, nos veremos en el Paraiso”.
Mientras tanto en Francia, Alain Juppe, ministro de asuntos exteriores convoca un gabinete de crisis a mediodía del 24 junto al ministro del interior, Charles Pasqua. Tratan de disuadir a los argelinos de permitir la llegada de un equipo del GIGN (Groupe d´Intervencion de la Gendarmerie Nationale), unidad antiterrorista de la gendarmería con una ya probada eficacia en su historia, para, en teoría, “asesorar” a las autoridades argelinas en caso de asaltar el avión. Uno de los equipos es enviado a Palma de Mallorca, en espera, tras denegar su entrada en espacio aéreo argelino. Desgraciadamente, los argelinos tenían su propia idea de cómo manejar la crisis.
Ante las negativas de retirar la escalerilla y los calzos del avión, el GIA sigue presionando con la única arma que tienen, el terror. Escogen otro rehén, y le hacen hablar por teléfono. Se trata del cocinero de la embajada francesa, asustado y angustiado, el hombre lanza un mensaje; si no se les permite despegar a Francia en 30 minutos le mataran, durante minutos, hacen fuego con sus armas, asustando aun más a su rehén, que grita horrorizado, gritos que se escuchan en las radios de la torre de control y de AirFrance. Los franceses presionan para cumplir sus exigencias, pero el coronel argelino al mando se mantiene inflexible: “no lo harán, están fanfarroneando”… cinco minutos después de estas palabras, el cuerpo sin vida del cocinero yacia en la pista de despegue, y los terroristas continuaron las amenazas, otro rehén ejecutado cada media hora hasta permitir el despegue o cumplir sus exigencias. El primer ministro francés, Edouard Balladur, se muestra iracundo; las autoridades argelinas serán responsables del destino de los ciudadanos franceses. Los argelinos, por tanto, quitan la rampa y los calzos y permiten el despegue del Airbus. El avión llega a Marsella para repostar (realmente es desviado adrede tras recibir instrucciones el comandante del aparato), donde es inmovilizado; el GIGN llega de Mallorca a una base cercana al aeropuerto de Marsella minutos antes que el vuelo 8969.

[Hicks]

Las negociaciones se reiteran, nuevamente a través del comandante Delhemme, que hace de intermediario con los secuestradores. Los terroristas quieren 27 toneladas de combustible y via libre para volar hasta parís. Las alertas se disparan; para llegar a Paris solo se necesitarían 10 toneladas; se barajan dos hipótesis; la huida a un país islámico amistoso, como Iran o Sudan o bien, hacer explosionar el A300 cargado de combustible sobre la capital. Esta segunda hipótesis gana peso; informantes anónimos en Oran, Argelia, avisan de planes para utilizar el avión como un bomba aérea; mientras que los interrogatorios a los rehenes rescatados, confirma la sospecha de los expertos; las bombas están colocadas de forma que convertirían el avión en una mortal bola de fuego. Los hombres del GIGN, vestidos de mecanicos, inspeccionan el avión mientras hacen tareas de mantenimiento, intentan comprobar la existencia de trampas explosivas, utilizando a pie de pista y desde zonas de observación, todo una gama de sistemas de vigilancia y escucha. Yahia extalla, amenaza con detonar los explosivos si en 11 horas y media no le dejan despegar hacia Paris; las autoridades consiguen retrasar el ultimátum, enviando suministros al avión; comida, bebida y productos de higiene. No obstante, ante la aparente pasividad de los franceses, el líder del comando vuelve a amenazar, tienen hasta las 17:00 para despegar, si no tomaran acciones; quince minutos después del ultimátum, todo sigue como estaba, pasan ocho minutos de la hora y los terroristas hacen dos disparos que impactan en la torre de control. El GIGN obtiene autorización para entrar.

El miembro del GIGN que encabeza el asalto, Therry P. es testigo de excepción:
“Todo se acelera, todo va muy rápido, las órdenes descienden de la célula de crisis: "iniciar el asalto inmediatamente ". El comandante Favier transmite las órdenes y cada grupo se prepara sobre su pasarela (escalera móvil de pasajeros). Mis siete muchachos más el comandante están muy motivados. Nos entrenamos sobre el mismo modelo de avión durante dos horas esa misma mañana. Cada uno conoce su puesto, cada uno sabe lo que a de hacer una vez abierta la puerta. Cada uno comprueba su armamento; yo, compruebo una última vez el cargador de mi Manurhin. ¡La adrenalina comienza a subir, cuando, repentinamente, comienzan los disparos! El ruido característico del Kalashnikov se hace oír en sucesivas ocasiones en dirección de la torre de control. Desde donde estamos nosotros, vemos estallar los cristales de la torre de control por el impacto de las balas. Luego el Comandante gritó por la radio "Acción". En ese momento, las gargantas se estrechan, las caras palidecen y las pasarelas comienzan a moverse. Tenemos alrededor de 250 m que recorrer pero los segundos se harán muy largos. Hicimos 50 m cuando la puerta posterior derecha del avión se abre: un terrorista armado con su Kalashnikov comienza a disparar sobre todo lo que se mueve. Luego, en la puerta anterior derecha, la misma situación. Pero allí, estamos cubiertos y varios impactos vendrán a aplastarse sobre la pasarela sin afectar a nadie. Mientras que avanzamos hacia el avión, en sucesivas ocasiones le digo al comandante que baje su visera. Me explicará más tarde que hablaba por radio y que su visera le obstruía. A medio camino, nos observamos: nuestras caras ya no son las mismas; la angustia, la determinación, no sé quizá... las dos. ¿Allí, nos damos todos la mano, señal de estímulo o de despedida? Sabemos todos a dónde vamos. Estamos ahora en la puerta. La tensión está al máximo, luego todo va muy rápido. Pascal y Olivier están encargados de abrir la puerta, Eric está apoyando con su HK, yo apunto con mi Manurhin hacia la puerta. ¿Se bloquea, mierda, que pasa? Inmediatamente pienso en el terrorista que lo bloquea desde el interior. ¡"Eric, ten cuidado hay gente detrás de la puerta!" "En ese mismo momento, Feff, al volante de la pasarela, da un pequeño golpe de marcha atrás. La puerta se abre, uno de los agente que abría la puerta se resbala y se queda apoyado entre la pasarela y la puerta, hasta que recupera el equilibrio y se estabiliza en la pasarela, será entonces el último en entrar.


Yo entro, como en el entrenamiento de la mañana, por el pequeño pasillo que conduce a la carlinga. Oigo disparos, no sé de donde proceden. Pienso inmediatamente que son del equipo de Roland o Philippe que están entrando respectivamente por la puerta posterior izquierda y posterior derecha y que se habrán encontrado con los terroristas. En sólo tres pasos, llego a la entrada de la cabina. Me doy cuenta inmediatamente que de ahí es de donde proceden los disparos que oí: uno de los terroristas, vestido con chaqueta de azafato y con grandes gafas negras sobre la nariz, me apunta con una pistola automática. De rodillas, a la derecha de la puerta; frente a mi, otro terrorista en camisa blanca, con una pistola Uzi en la mano izquierda. A la derecha, sobre el asiento de detrás del copiloto, un tercero en camisa blanca con, me parece, otra pistola automática. Bernard, el comandante de a bordo, consigue acurrucarse sobre su asiento.

Todo se encadena como en el entrenamiento; es necesario analizar muy rápidamente la situación. Yo elijo neutralizar al terrorista de la Uzi primero, el de las gafas negras en segundo lugar y luego el de la camisa blanca tercero. ¡Y entonces comienza el choque! Un cuarto terrorista, a quien no había visto, sobre mi derecha, me dispara por encima. La primera bala me impacta en el hombro, un dolor horrible como si me hubieran chocado unas 38 toneladas a toda velocidad. Se me paraliza el cuerpo, mis orejas silban, no puedo moverme más. Sabré, varias semanas más tarde, por Jean Paul, el copiloto, que el terrorista se ocultaba bajo el estante del navegador mecánico. Dos, luego tres, luego cuatro, cinco, seis balas me impactan. El dolor de la primera era tan fuerte que se me anestesia todo. Durante estos segundos, mi vida pasa rápidamente en mi cabeza, mi novia, mis niños, mi familia y luego un agujero negro. Una última bala viene a impactarme a la cara, me salvará la vida: el impacto en mi visera me proyecta hacia atrás, fuera de la carlinga, sobre la espalda. Me acuerdo que en ese preciso momento me dije "quédate sobre la espalda, pero no permanezcas ante el pasillo". Con la poca fuerza que me queda, consigo arrastrarme hacia la puerta izquierda, fuera del campo de visión enemigo .


El terrorista viendo que yo estaba todavía vivo sigue vaciando su cargador en mi dirección, pero al azar, a través del WC y las paredes de cartón pasta. Frente a mi, veo las balas cruzar la pared y el asiento plegable de las azafatas a algunos centímetros sobre mi. En ese momento, creí que llegaba mi última hora. El tiempo me parecía interminable. ¿Pero qué hacen Roland y Philippe? En realidad, pasaron sólo quince segundos. Por último, la máquina infernal entra en acción: ¡salvado, los amigos llegan! Rápidamente se extienden los toboganes y en algunos segundos se evacua a los 171 rehenes. Roland es el primero en llegar a mi lado: ¿"Estás bien?" " "sí, pero ten cuidado, allí tienes todavia a un terrorista". Me siento mal, ya no siento mi brazo derecho, estoy bañado en mi sangre. Tengo la sensación que mi cabeza duplicó su volumen y que va a estallar. Los minutos pasan cuando de repente una voz grita "granada". Con un escalofrío de horror, oigo un objeto rodar mi lado. En un arranque de energía, consigo volverme ante la puerta anterior izquierda, esperando, impotente, la explosión; dos, tres, cuatro, explosión: un ruido ensordecedor y un dolor insoportable. Siento cada pedazo de metralla rasgar y penetrar mis nalgas y mis piernas. Un dolor horrible me recorre el cuerpo. Debí perder el conocimiento durante algunos segundos. Una mano pretende atrapar el cuello de mi uniforme, salgo de mi aturdimiento. Un amigo intenta extraerme hacia atrás. Intento como puedo ayudarlo, empujando con mis piernas que murieron y que ya no siento. Mi salvador consigue extraerme hasta la puerta izquierda, y allí, dos o de tres colegas incluído Jacky - reconocí su voz - me lanzan sobre el tobogán. Ahora, me deslizo suavemente en la frescura de la noche hasta donde están los médicos. Los disparos son cada vez más escasos, Marcel y Jacques están a mi lado. Los médicos del grupo, Dominica y Bernard, recortan mi uniforme y me colocan una transfusión. La morfina y la anestesia comienzan a hacer efecto, el dolor me abandona suavemente y, me duermo... ""”



Como describe Thierry, los GIGN lanzan un ataque simultaneo; dos equipos por las entradas traseras y otro por la delantera; un avión, debido a su estrechez y sus escasas entradas es uno de los peores escenarios para un rescate de rehenes. Los dos equipos de atrás, entran sin dificultad; el equipo delantero, se topa con un inesperado problema, a la dificultad para abrir la puerta se suma un fallo en la coordinación, que hace que la pasarela de marcha atrás, estando a punto de dar al traste con el ataque; sin embargo los hombres del GIGN se repone; y entran. Varios rehenes a través de las ventanillas habían observado el avance y se prepararon para lo peor. Los hombres del GIGN ordenan a los pasajeros cuerpo a tierra mientras buscan sus objetivos. Thierry hace fuego con su revolver tras identificar objetivos; es malherido, pero antes consigue matar a dos terroristas y herir a un tercero con su revolver. Los dos terroristas que aun presentan batalla, lanzan granadas y se refugian en la cabina. En el intercambio, varios pasajeros son heridos por la metralla. A continuación se sucede un intenso tiroteo, mientras los pasajeros son evacuados sanos y salvos por los toboganes de emergencia traseros; muchos de ellos, vienen reptando desde la zona delantera. Siguiendo el protocolo de rehenes, son tendidos en el suelo (el objetivo es impedir que algún secuestrador se este haciendo pasar por rehén, con el riesgo que eso conlleva), mientras algunos agentes mantienen sus armas sobre las salidas. Mientras, en la zona delantera, el tiroteo hiere a varios agentes, sus chalecos son inútiles frente a las balas de un Kalashnikov. Llama la atención el alto numero de heridos en las manos; sus armas reciben los impactos del Ak-47, estallando en sus manos. Se retira el equipo primero bajo el abrigo de los MP-5; y entra un segundo que es recibido con una lluvia de disparos; uno de ellos golpea la visera de uno de los agentes que cae hacia atrás, afortunadamente, indemne. Se lanzan granadas aturdidoras a través de la ventanilla de cabina, intentando cegar a los terroristas, que responden con sus granadas caseras. Uno de los pilotos consigue escapar, saltando desde la ventanilla, en la caída de más de 4 mt, se fractura la pierna. En un momento dado, el GIGN da instrucciones para que se traigan escopetas, escudos balísticos y más municion. El final, los dos terroristas supervivientes son abatidos tras lanzar granadas aturdidoras; aunque algunas fuentes, adjudican su muerte a tiradores de elite que habían estado martilleando incesantemente contra los cristales de cabina desde posiciones privilegiadas (se contabilizan entre 8 y 20 disparos por parte de los 8 tiradores). Todo acaba cuando se radia a la torre de control un alto el fuego; “Estan todos muertos, aquí solo quedan dos franceses” radia el comandante. Sorprendentemente, el piloto y el navegador, salen bien parados del intercambio, protegidos parcialmente por los cadáveres de los dos terroristas abatidos por Thierry y acurrucados en un lado de la cabina, habían aguantado el chaparrón de plomo que se había cernido sobre la cabina. Se contabilizaron más de 1.500 casquillos en el lugar, una cantidad de municion sobrecogedora, muestra de la feroz batalla.



La misión fue un éxito, a pesar de la obstinada resistencia de los terroristas. 13 pasajeros, 2 tripulantes y 11 agentes del GIGN resultaron heridos; el peor parado, Therry P. necesitaría meses de hospitalización; sobreviviría a sus heridas, pero le dejarían secuelas que lo apartarían del servicio activo.

Fuentes:
http://es.youtube.com/watch?v=iVRYgrwhhM8
Foro Fuerzas Especiales
http://fauerzaesp.org/foro/viewtopic.ph ... sc&start=0
Anatomy of hijack
http://www.time.com/time/magazine/artic ... 87,00.html
Revista ARMAS, especial nº7 Especial Profesionales.

[Tosk]

Gracias por el interesantísimo relato Hicks...un verdadero ejemplo de una operación con rehenes realizada de forma exitosa, sin pérdidas para pasajeros o fuerzas de seguridad, y con todos los terroristas muertos.

[resino]

Muy buen relato Hicks.
Que bueno que ningun GIGN muriera, lastima el que resulto gravemente herido.
¿Usan revolveres en vez de pistolas los miembros del GIGN?
Saludos.

[Hicks]

Gracias, me alegro de que lo encontreis de vuestro gusto.

Resino, segun tengo entendido, en 1992 se establecio que el GIGN debia portar dos armas cortas para sus intervenciones; la pistola SIG Sauer P228 de 9 mm Parabellum y el revolver Manurhin MR73 del calibre .357 Magnum. Esto es debido a la consideracion de seguridad; si una semiautomatica falla, lleva un proceso volver a armarla; en un revolver, lo unico que puede fallar es el casquillo, y se soluciona apretando el gatillo para hacer el siguiente disparo. Es con vistas a tener un arma corta secundaria fiable. Muchos agentes confian en sus revolveres por los motivos expuestos y por la potencia de su munición, y Thierry es un ejemplo de que sus desventajas quedan minimazadas en manos de un experto; el agente del GIGN no necesito una pistola semiautomatica con un cargador de 18 disparos para abatir a tres terroristas (y si llega a ver al cuarto, es posible que tambien llegase a alcanzarle).
Claro esta, estamos hablando del 92, hoy dia, tambien tienen revolveres Manurhin MR88 aunque en el aspecto de pistola no estoy seguro si han empezado a sustituir sus P228



De echo, incluso tienen accesorios para efectuar disparos de precision a distancias de aprox. 150 m cuando el entorno imposibilita la utilizacion de otras armas de cañon largo.

[resino]

Resino, segun tengo entendido, en 1992 se establecio que el GIGN debia portar dos armas cortas para sus intervenciones; la pistola SIG Sauer P228 de 9 mm Parabellum y el revolver Manurhin MR73 del calibre .357 Magnum. Esto es debido a la consideracion de seguridad; si una semiautomatica falla, lleva un proceso volver a armarla; en un revolver, lo unico que puede fallar es el casquillo, y se soluciona apretando el gatillo para hacer el siguiente disparo. Es con vistas a tener un arma corta secundaria fiable.

OK.
= el revolver tampoco es 100% fiable, un golpe en el guardamonte puede trabar la cola del disparador, se puede romper el percutor del martillo, etc...
Pero es verdad que en caso de una falla de munición, no tiene problemas.
Saludos.

[Hicks]

Cierto, no hay sistema 100% fiable; aunque el revolver, debido al tema de municion defectuosa, lo es mas respecto a una pistola (ya que esos fallos de que describes, como piezas que se partan, tambien pueden darse en el mundo de las pistolas).

[Rittmeister von Junzt]

No sé, no sé, comparado con el asalto del GSG9 alemán al avión en Mogadiscio en los años 70, me pareció cuando lo oí una chapuza, y ahora que leo con más detalle como transcurrió la operación me sigue pareciendo una chapuza y que tuvieron mucha suerte de que no muriera ningún rehén, las muertes en el equipo de asalto son bajas asumibles, para eso les pagan.

Pero como criticar es muy fácil, me voy a mostrar indulgente, parece que hubo que improvisar, que hubo mala suerte, y que no se pudo planificar la operación todo lo bien que se quisiera. El asalto de Mogadiscio fue modélico, pero vamos a admitir que los alemanes también tuvieron suerte.

[Torres_Delany]

Interesantísimo relato, Hicks. Lástima no disponer de más imágenes sobre la operación pero lo bien elaborado del texto suple esa falta.
Desde el punto de vista de los terroristas el error fue no utilizar explosivos. De haber dispuesto de chalecos explosivos adosados a sus cuerpos y del ánimo para hacerlos detonar en último extremo ante la perspectiva de un fracaso, la operación habría acabado en un baño de sangre.

[Hicks]

Torres, si miras las fuentes, hay un video de Youtube de la operación; espero que lo disfrutes

Rittmeister no puedo estar más de acuerdo contigo; la imagen del GIGN a punto de caer cuando separan accidentalmente la pasarela es casi comica. Hubo ciertas circunstancias (tambien llamado suerte) que ayudo; los terroristas no accionaron las cargas explosivas; se parapetaron en la cabina, disparando a tientas mientras los pasajeros agazapados huian a la parte trasera. Da la impresion que todo se precipito ante los disparos a la torre de control; parece que no tenian programado el asalto para una hora concreta, siendo obligados a intervenir ante la perdida de paciencia de los terroristas. No obstante, no podemos criticar la profesionalidad del GIGN por que sus hombres demostraron estar a la altura y recordemos que las circunstancias para un rescate exitoso no eran demasiado buenas. Creo que el acoso al que sometieron a los terroristas, haciendoles concentrarse en devolver el fuego, ayudo a que, por ejemplo, no utilizasen a la tripulacion de cabina como escudos humanos o los ejecutasen; sabian que si perdian una fraccion de segundo para hacer otra cosa que no fuese disparar, los hombres del GIGN aprovecharian ese segundo para eliminarles. Aunque esto es fruto de un fracaso, el manual manda que se debe suprimir el objetivo a la mayor brevedad posible; el fallo planificacion, o la mala suerte, propicio que dos terroristas pudiesen aguantar en la cabina, causando 11 bajas en el GIGN.

Aun con todos los puntos mejorables, nadie duda del exito de la operacion. Y como apunte curioso, si bien aqui un GIGN tuvo que hacer malabares en la pasarela, en la embajada Irani en Londres, un SAS se hizo un lio cuando baja por las cuerdas durante la operacion Nimrod. Ni los mejores estan exentos de contratiempos, que ahora son anecdotas, pero que entonces, hicieron maldecir a sus protagonistas, conscientes de que les podia haber costado la vida, o la de los rehenes.

[CASYD]

Muy interesante Hicks.
El error con la escalera y el problema al abrir la puerta delantera pudo originar una falta de coordinación en los equipos de asalto, hubo mucho intercambio de fuego para neutralizar a los terroristas y eso supuso un gran riesgo. Pero claro, las circunstancias mandan y aunque seas muy bueno nadie esta exento de sufrir ese tipo de imprevistos que pueden ser fatales para todos.
Respecto al revolver, el Manurhin es una auténtica piedra, robusto, fiable, preciso y resistente; podrías estar clavando puntas todo el día con él y seguiría igual, se han hecho pruebas de resistencia y ha aguantado 170000 disparos sin problema.
http://www.gunsworld.com/french/mr93_us.html

Usan el modelo de 5" 1/4, 4" y 8" además de los S&W calibre 38 especial y 357 Magnum, respecto a pistolas semiautomáticas, usan Sig, Glock, Beretta, H&K, Colt y la FN Five-seveN.
Aquí está el resto del "arsenal":

http://www.studentsoftheworld.info/sites/divers/947.php

[Hicks]

Ayer estuve viendo un documental del National Geographic; Catastrofes Aereas, donde relataban este suceso. Parece ser que en principio el GIGN queria tomar al asalto el Airbus de noche, tras preparar el escenario. Se convencio a los terroristas para dar una rueda de prensa, para lo que se vaciaron los asientos delanteros para preparar la entrevista; dejando via libre a los hombres del GIGN para tomar la cabina con más facilidad. Pero cuando, obviamente, se nego que los periodistas iban a ir, (con la excusa de que no estaban aun preparados), los terroristas obligaron a mover el aparato de sitio, obligando al GIGN a reubicar a sus agentes y sus tiradores. Despues, tras finalizar el ultimatum el desenlace es sabido por todos.

[Oskar Matzerath]

El equipo de asalto y los rehenes tuvieron bastante suerte en el hecho que los terroristas picaran el anzuelo de los periodistas. Eso alejó a los rehenes del lugar del enfrentamiento. Lo que parece claro es que el equipo de asalto tuvo que actuar de forma precipitada y sin una buena preparación, lo que destaca todavía más su profesionalidad. Me ha parecido entender que no sabían dónde estaban los terroristas en el momento del ataque. Si alguno hubiera estad en medio del avión hubiera podido hacer una carnicería antes de ser derribado. Pero cometieron el error de guarecerse en la cabina, con lo cual, si bien se complicó el reducirlos, también se evitaron más daños entre los pasajeros. Además, también cometieron el error de no detonar la dinamita de la que disponían. ¿O fueron los asaltantes quienes lograron evitarlo?

[Ditirambo]

Felicitaciones, muy buen hilo, creo que es verdad que hubo suerte, pero ésta generalmente acompaña a los que hacen bien las cosas y se atreven, toda operación por muy planificada que sea, tiene una ponderación fortuita, ya que de lo contrario sería suponer que la conducta humana es absolutamente previsible y por cierto que no lo es.