Este magnífico artículo, conciso y bien escrito, me ha descubierto un conflicto para mí hasta ahora desconocido y que si bien fue de escasa envergadura encierra importantes lecciones a tener en cuenta en las actuales guerras contra la insurgencia.
Sobre la guerra de Jebel Akhdar puede encontrarse en la red (en inglés) un informe bastante detallado realizado para el MARINE CORPS COMMAND AND STAFF COLLEGE por el comandante del USMC John B. Meagher, en la página
globalsecurity Sin embargo el excelente trabajo de jmunrev es de tal calidad que nada tiene que envidiar al del comandante Meagher, e incluso resulta más ameno por su mayor concisión y por la agudeza de las observaciones personales.
Gracias al trabajo de jmunrev la Guerra de Jebel Akhdar ya no es un pasaje de la Historia Militar inaccesible a los hispanohablantes.
Entre las lecciones que nos aporta esta pequeña guerra yo destacaría:
- Para derrotar a fuerzas irregulares muy motivadas ideológicamente, abastecidas desde el exterior y arraigadas en un territorio que conocen mejor que nadie no son suficientes los medios aéreos ni las tropas nativas, aunque cuenten con asesores o incluso oficiales occidentales. Se hace necesaria la presencia sobre el terreno de fuerzas especializadas o de elite capaces de actuar autónomamente.
- Las decisiones tácticas se deben dejar en manos, en lo posible, de los mandos de esas fuerzas especializadas, con las mínimas intromisiones de burócratas y estrategas de despacho, un ejemplo muy ilustrativo de ello es el fiasco de las mulas somalíes.
- Y estas fuerzas especializadas deben actuar con objetivos muy concretos, no como tropas de guarnición encargadas del difuso cometido de mantener el orden en un amplio territorio, sino que deben enfocar sus esfuerzos hacia objetivos muy concretos en el espacio y el tiempo, confiando el orden público a las fuerzas nativas.
- Para poder concretar esos objetivos es vital la labor de Inteligencia. En una guerra contra la insurgencia sin una eficaz HUMINT se deja toda la iniciativa en manos de los insurgentes.
Esta es una imagen de la guerra de Jebel Akhdar:
Dos reactores Venom del 8 Squadron, basado en Aden, en vuelo bajo sobre el desierto de Oman.
Fuente de la imagen
Resulta curioso que los británicos pensaran en un principio que podrían derrotar a los rebeldes empleando principalmente a la RAF. Ya en los años 30 la aviación había sido decisiva para sojuzgar a las tribus más díscolas de Arabia Saudí, y los ingleses creyeron poder repetir la experiencia empleando sus bombarderos cuatrimotores Shackelton y los reactores de Havilland Venom. Sin embargo los ataques aéreos resultaron totalmente inefectivos, e incluso uno de los venom se estrelló el 10 de agosto de 1957, falleciendo el piloto.
Allí do nde fracasaron los modernos aviones resultó imprescindible el humilde mulo. Ese detalle debería ser tenido en cuenta por quienes tomaron la decisión de que el Ejército español prescindiera de sus acémilas.
En Huesca se encuentra un hermoso monumento dedicado a nuestros mulos de montaña:
Por encima de la Disciplina está el Honor.