PEDRO GONZÁLEZ DE LUCENA. MILITAR Y POLITICO EN FILIPINAS.

"Personajes" que han dejado o pretendido dejar huella en la Historia siempre dentro de un contexto militar.

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laguno
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PEDRO GONZÁLEZ DE LUCENA. MILITAR Y POLITICO EN FILIPINAS.

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No tengo noticia de donde nació D. Pedro González de Lucena, pero es probable que fuera hijo de una familia gaditana y que viniera al mundo alrededor del año de 1668 - 1670

El caso es que sirvió al Rey durante 16 años y 104 días, en plazas militares y políticas de las Islas Filipinas, empezando a servirlo en plaza de artillero el ocho de marzo de 1690.

Pasó a ocupar plaza de soldado de la Compañía de Gobierno de las Filipinas el uno de septiembre siguiente, plaza que ocupó hasta el primero de mayo de 1693, que pasó a ocupar plaza de Alférez , por patente concedida por el Sr. Gobernador D. Fausto Cruzat y Góngora.

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Escudo de Manila

El primero de diciembre de 1694, obtuvo su patente de Capitán de una de las Compañías de esas Islas, ejerciendo dicho empleo hasta el treinta de noviembre de 1696, que pasó reformado a otra Compañía, en la ciudad de Manila, manteniéndose en ella hasta el primero de junio de 1697 que, por orden del antes citado Sr. Gobernador, pasó a ocupar los cargos de Alcalde mayor y Capitán a guerra de Calamianes y Alcaide y castellano de la fuerza de Santa Isabel de Paragua, sirviendo dichos empleos hasta el trece de octubre de 1699, que fue relevado.

El primero de abril del año de 1700, vuelve a ocupar la plaza de Capitán reformado hasta el primero de agosto de 1700, fecha en la obtiene el empleo de Capitán de los soldados de la guardia del Gobernador Cruzat, hasta el siguiente treinta de septiembre.

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Firma de D. Pedro

Tras toma posesión de su plaza el nuevo Gobernador de Filipinas, el Maestre de Campo D. Domingo Zabálburu de Echevarri, en diciembre de 1701, este le nombró Alcalde mayor y Capitán a guerra de de la provincia de Cebú, Alcaide y Castellano de la fuerza de San Pedro, en la ciudad del Santísimo Nombre de Jesús, General de la Armada de Pintados y Teniente de Gobernador y Capitán General de dicha provincia de Cebú, todo ello por título de fecha veintiocho de octubre de 1707, ejerciendo dichos empleos hasta el quince de enero de 1710.

Ya con el nuevo Gobernador desde el veinticinco de agosto de 1709, D. Martín de Ursúa y Arismendi, conde de Lizárraga, tomo los empleos de Alcalde mayor y Capitán a guerra de la provincia de Iloilo, y de alcaide y Castellano de la fortaleza de Nuestra Señora del Rosario, todo ello por título de veintiuno de de febrero de dicho año de 1710, ejerciendo dichos empleos hasta el cinco de marzo de 1716.

En el interín, se dio la circunstancia de que formó parte de la comisión formada por el cabildo de Manila para solicitar al Rey, en carta de cinco de julio de 1711, que se abriera una investigación exhaustiva acerca de los fraudes que habían estado cometiendo generales de la navegación Manila-Acapulco, sobre todo en los barcos Nª. Sra. del Rosario y el San Francisco Javier, con el consiguiente perjuicio causado a la Hacienda Real y al comercio, asunto que venía de largo y que el Tribunal de Cuentas de México no había resuelto satisfactoriamente.

El primero de junio de 1720, vuelve a ocupar plaza de Soldado reformado en la Compañía de Gobierno, hasta el trece de noviembre siguiente, que por orden del D. Francisco de la Cuesta, Arzobispo interino de Filipinas y Gobernador provisional de ellas, fue nombrado Alférez Gobernador de dicha Compañía de Gobierno, empleo que para finales de mayo de 1727 aun obtenía.

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Descipción del escudo

FUENTES DOCUMENTALES:

- Archivo General de Indias,INDIFERENTE,143,N.94 Para su hoja de servicios.
- Archivo General de Indias,FILIPINAS,187,N.17. Para fraude en los barcos, firma de Pedro y escudo de Manila oscuro
- Historia de las islas Philipinas. MARTÍNEZ DE ZÚÑIGA; Joaquín. p. 422. Sampaloc (Manila), 1803 Para Martín de Ursua Arismend, conde de Lizárraga.
- Informe sobre el estado de las Islas Filipinas en 1842, Volumen 1, p. 92. Madrid, 1843. Para Francisco de la Cuesta


"...como jueces de la competición están los dioses, que, naturalmente, se pondrán de nuestra parte, ya que nuestros enemigos han jurado en falso sobre ellos, mientras que nosotros, teniendo ante nuestros ojos tanta abundancia de posesiones, nos hemos mantenido firmemente apartados de ellas en virtud de nuestro juramento a los dioses" Jenofonte - Anábasis.
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