Saludo.
Lo cierto es que en el viejo hilo "Cuando es Italia la que ataca" se tocó someramente esta cuestión. Resumo lo que allí se expuso sobre los seis primeros meses de operaciones de la Regia Aeronáutica:
Los bombardeos del primer día, que tan bien ha relatado lonesomeluigi
, destruyeron 200 casas y causaron daños a otras 500, pero los muertos fueron sólo 30: 23 civiles muertos y 7 militares. La razón de esas escasas pérdidas humanos fue que los malteses se habían refugiado en subterráneos excavados en la roca que resistieron muy bien las explosiones.
¿Podían los italianos haber hecho un esfuerzo mayor contra la base británica? Ciertamente. El 21 de junio una fuerza de 285 bombarderos italianos atacó, con escaso resultado, las fortificaciones alpinas francesas. Los 137 bombarderos italianos presentes en Sicilia sin excesivo esfuerzo podían haber hecho dos/cuatro misiones el primer día (ni siquiera hubiesen tenido que respostar combustible, sólo cargar más bombas para el segundo ataque). Pero no se deseaba causar bajas innecesarias a la población civil de una isla que pronto sería italiana (y con cuyos minúsculos partidos independentistas Roma estaba en contacto). Ni tampoco causar grandes destrozos materiales que luego tocaría a Italia reparar. Tampoco gastar mucho combustible: Italia/Albania producía 130.000 toneladas al año y los gastos de las fuerzas armadas, en tiempo de guerra, llegaban a los 7.000.000 toneladas anuales.
Hasta el 25 de junio, que yo sepa, se suspendieron los bombardeos. Lo que sí fue significativo en ese período es la llegada el 24 de junio de los primeros aviones ofensivos aliados: una escuadrilla de nueve torpederos Swordfish que, como vimos en otro hilo, al prinicipio no se mostraron nada eficientes (a diferencia de los que operaban desde Egipto).
El 26 de junio, aumido ya que Gran Bretaña no se rendía, se reanudaron los ataques italianos. Hubo un potente bombardeo - a la escala italiana- por parte de 26 SM 79.
El 28 de junio llegaron 4 hurricanes, con lo que la ventaja tecnológica-cualitativa italiana se perdió.
El 30 de junio, incursión italiana de 16 aparatos.
El 6 de julio, 2 operaciones de bombardeo con un total de 36 aparatos.
El 7 de julio, otro ataque de la Regia, esta vez con el derribo de un SM 79. Ese día el submarino HMS Olympus (1.781 toneladas) fue dañado por las bombas italianas en el puerto. Quedó inactivo hasta diciembre. Para esta fecha también se había destruído ya el dique seco de La Valleta, pero ignoro en qué día.
Estos primeros ataques, aunque débiles, produjeron gran preocupación en las autoridades, que decidieron desembarazarse de civiles y personal portuario. El 9 de julio tres mercantes evacúaron a civiles británicos y a la mayoría de los estibadores y personal que trabaja en los muelles, que se consideraba serían más útiles en Alejandría.
Sin embargo, en ninguna de estas primeras incursiones el número de muertos excedió de 60. Las razones eran lo exiguo de los atacantes y el uso de bombas ligeras. Italia disponía de un artefacto explosivo de 800 kg, más adecuado contra las sólidas edificaciones de piedra de la isla que las bombas de 100 y 50 kg que lanzaban los SM 79. Pero la bomba de 800 kg no cabía en el SM 79. Es decir, se había adoptado como principal bombardero un avión que no podía lanzar la única bomba pesada del país. Parece obvio que los Fiat BR 20 debieran haberse utilizado contra la isla por su mayor precisión y capacidad para lanzar artefactos pesados, pero hasta 1941 no aparecieron por sus cielos.
El 10 de julio, primera pérdida italiana de importancia: 2 SM 79 fueron derribados de una formación de 24. El derribo de esos 2 bombarderos a manos de los cazas preocupó mucho a los italianos, que consideraban poco eficaz a su escolta de biplanos CR 42 frente a los nuevos Hurricanes. Me llama mucho la atención que se considerase inasumible el derribo de esos dos trimotores: estamos hablando de unas pérdidas puntuales que no llegaban al 8% de la fuerza empleada, graves pero que todos los países tenían que aceptar si se quería ganar la guerra. Pero ante esas dos bajas se iniciaron las operaciones nocturnas, intentando eludir a los Hurricanes en la oscuridad. Esta claro que la Regia debiera haber buscado su eliminación, porque de momento sólo eran un puñado.
El 13 de julio se produce un importante bombardeo nocturno, con un SM 79 que no vuelve.
Hasta el 21 no hay más ataques. Esa fecha, 6 SM 79 atacan Calafrana. El SM 79 fotográfico que vuela posteriormente para comprobar los daños es derribado.
A partir de esta fecha, los bombardeos son nocturnos y esporádicos: el 24 de julio (6 SM 79), el 27 de julio (8 SM 79), el 12 de agosto (8 SM 79)... acciones que se van espaciando cada vez más según avanza el otoño y el invierno.
A primeros de agosto llegaron 20 hurricanes más, con lo que la superioridad aérea quedaba en manos de la RAF. Los cazas monoplanos se instalaron en Luqa. La Regia se dio cuenta del peligro que suponían dos docenas de cazas modernos e intentó barrerlos en tierra, pero sus bombarderos sólo lograron destruir 3. También llegaron algunos Martin Maryland de reconocimiento y bombarderos pesados Wellington.
El 29 de agosto un nuevo tipo se sumó a los SM 79 en sus ataques. Una decena de Cant 1007 del 47 Stormo (basado en Trapani) lanzaron bombas sobre el aeródromo de Luqa. Pero como la unidad contaba únicamente con 33 Cant 1007, no se aumentó mucho la capacidad de ataque italiana. Estos aviones, más rápidos (460 km/h), se utilizaban sobre todo en operaciones de “disturbamiento”: se acercaban a Malta para hacer despegar a las parejas de Hurricanes y luego se volvían a Sicilia sin entablar contacto.
El 31 de agosto el mercante Cornwall que abastecía la isla es alcanzado e incendiado por los SM 79, pero puede llevársele hasta el puerto de La Valleta.
Un nuevo refuerzo opera desde el 4 de septiembre: los nuevos Ju 87 italianos. Esta unidad acababa de terminar su entrenamiento en Alemania y se consideraba de lo mejorcito de la Regia. Sus pilotos se habían seleccionado entre aviadores de caza con mucha experiencia, expertos todos en acrobacia. Pero el problema es que la unidad se componía sólo de 15 aviones (además de un prototipo de bombardero en picado de la empresa Savoya, que volaba junto a ellos pilotado por un civil para adquirir experiencia de combate; este piloto de pruebas acabó muriendo en combate con sus compañeros militares).
Operando desde Comiso, lanzaron el 4 de septiembre bombas contra el fuerte Delimara, depósitos de carburante, aeropuertos de Hal Far y Micala... Sin lugar a dudas, fueron la unidad italiana que operó con más brillantez en esta primera campaña (lo que dice mucho de las limitaciones de los aviones italianos). Pero tras bombardeos los días 4, 8, 13, 15 y 17, donde, además de destrozos en tierra, se les confirmaron tres aviones destruidos con fuego de ametralladora, la situación en el frente griego obligó a trasladarlos allí.
Tras su retirada, la ofensiva italiana contra Malta vegetó de nuevo, en parte por el mal tiempo otoñal. Pocos bombardeos nocturnos y muy escasos diurnos.
Para diciembre los sitiadores disponían de fuerzas nada apabullantes. Sólo había 120 aviones en Sicilia: 75 cazas y 45 bombarderos. No se trataba de que las unidades de la Regia hubiesen sufrido muchas bajas, sino que se les había retirado hacia Libia, Rodas y Cerdeña. Además muchos aviones estaban en tierra por falta de motores y piezas de repuesto.
Por esas fechas, la fuerza aérea de Malta era de 51 aviones: 15 cazas hurricanes, 12 torpederos Swordfish, 16 Wellington, 4 hidroaviones Sunderland y 4 Glenn Martin. Había, además, 18 cazas hurricane en tránsito ya hacia la isla, donde llegarían en enero.
Poca cosa, pero la fuerza de bombarderos por ambas partes resultaba muy similar y la superioridad numérica de cazas italiana no lograba imponerse al tratarse en su mayoría de biplanos incapaces de contender contra los hurricanes.