Bueno, el caso de Wittman en Caen no es el único /(aunque sí el más conocido). En varias ocasiones en el Frente del Este un pequeño número de carros detuvo a grandes formaciones blindadas causando severas pérdidas. En 1941 los T-34 y los KV-1 se paseaban entre los tanques alemanes casi impunemente. Véase por ejemplo el
combate de Krasnogvardeysk donde la 8ª Panzer cayó una emboscada perdiendo 43 vehículso a cambio de cinco KV-1, 22 de los tanques alemanes fueron destruidos por un único KV-1. En fases posteriores de la guerra fue al contrario y varios “ases” alemanes destruyeron 20 o más vehículos en un único enfrentamiento. Uno de los casos más llamativos fue el de
Karl Körner, que atacó con su Tiger II a una brigada acorazada y destruyó 39 vehículos.
En una guerra más reciente, destaca la defensa desesperada israelí en los Altos del Golán los dos primeros días de la guerra del Yom Kippur, en el que tuvo gran papel un personaje relativamente poco conocido pero del que ya se ha hablado en el foro, el teniente Zvika Greengolg. Greengold era descendiente de supervivientes del Holocausto y guerrilleros, teniente en la reserva del ejército israelí. Con las primeras noticias del ataque sirio se dirigió hacia el norte para incorporarse a cualquier unidad, encontrándose con una gravísima crisis: Los sirios, sabiendo la superioridad israelí, habían planeado un ataque masivo que les permitiese llegar al río Jordán antes que los israelíes pudiesen desplegar sus reservas. Para ello lanzaron un ataque masivo con dos divisiones acorazadas y varias brigadas independientes de tanques, un total de unos 1.500 T-54/55 y T-62, apoyados por mil cañones y cientos de transportes de tropas. Los israelíes disponían de unos 170 tanques en dos brigadas, parte Centurion y parte M51 (Sherman armados con un cañón de 105 mm). Las dos brigadas israelíes fueron casi destruidas y lso sirios rompieron el frente, avanzando hacia la escarpa sobre el río Jordán. De llegar a ella los sirios, podrían cerrar las pocas rutas de acceso a los Altos.
Fue entonces cuando llegó Grrengold. No había tanques disponibles. En un centro de recuperación hacía cuatro Centurion. Cuando dos de ellos fueron reparados los dirigió hacia el combate, formando la “Fuerza Zvika”. Ni los israelíes conocían el tamaño de esta “fuerza” porque Greengold evitó decir su verdadero potencial para engañar a los siros.
Los dos tanques se encontraron con una brigada independiente de tanques sirios, a la que atacó. Se juntó con otros dos tanques, pero uno fue destruido y Greengold destacó al otro para proteger a la dotación, y atacó con los dos restantes. En seguida perdió el contacto con el otro tanque y Greengold siguió en solitario. Sus superiores seguían sin conocer que la “fuerza Zvika” la formaba un único tanque y le ordenaron contener la ruptura de la línea ¡un tanque contra 150! Tras la noche se unió a una compañía de Centurion, pero cayeron en una emboscada, su tanque fue alcanzado por un cohete y Greengold sufrió graves quemaduras. Greengold apagó sus romas en llamas y cambió de tanque, quedándose de nuevo solo. Durante este tiempo los sirios consideraban que la “Fuerza Zvika” era de un batallón, y los israelíes creían que era por lo menos una compañía.
Los sirios siguieron avanzando hasta la base de Nafekh, don de un capitán que vio el combate mandó un parte que se ha hecho famoso en Israel: “Nafekh está perdida, sólo combate un Shot (Centurión), tripulado por locos, que no paran de ir de un lado a otro, buscando cobertura, y destruyendo carros sirios sin parar… los muy infelices no durarán mucho…”. Greengold pudo retrasar el ataque lo suficiente para que un contraataque israelí liberase la base de Nafekh. Greengold siguió el combate hasta que finalmente se encontró con un superior, y se derrumbó diciendo “señor, perdóneme, pero le juro que no puedo aguantar más”, tras 30 horas de combate en solitario.
Solo se le confi4rmaron 20 tanques destruidos, pero al parecer sus víctimas reales fueron entre 40 y 60, deteniendo el avance de la 5ª brigada acorazada siria, que en lugar de poder aprovechar la ruptura tuvo que defenderse de un solitario tanque. No olvidemos además que los jefes de carro israelíes combatían "a cuerpo limpio", sacando la cabeza y los hombros por la escotilla del tanque, lo que les exponía a las armas automáticas enemigas, a la metralla, y a la explosión del as armas antitanque que tocasen su vehículo aunque no lo penetrasen.
Saludos