Los SS contraatacan en Carentan.

Gran Bretaña, EE.UU. y aliados vs Alemania y aliados

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Koenig
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Los SS contraatacan en Carentan.

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NOTA PREVIA: El presente post es un tanto peculiar con respecto a otros publicados por este autor ya que mezcla realidad y ficción.
En el texto que sigue a continuación se deben separar los textos publicados en negrita, que son históricos, de los textos escritos en letra normal, que son recreaciones mas literarias basadas en memorias históricas de combatientes.
Espero que lo disfruteis.

LAS SS CONTRAATACAN EN CARENTAN
EL PRIMER GRAN COMBATE DE LA “GOTZ VON BERLICHINGEN”


INTRODUCCIÓN
El 11 de Junio de 1944 el comandante de la 17 SS Panzergrenadier División “Gotz von Berlichingen”, el SS-Brigadeführer Ostendorff, acompañado de su oficial de Operaciones (Ia), el SS-Hauptsturmführer Dr. Conrad y del oficial adjunto de la unidad de reconocimiento divisionaria, el SS-Unterstrumführer Papas, se dirigen a Carentan para informarse de lo que está pasando allí.
En el camino se encuentran con otro oficial, que sale de Carentan en dirección a su puesto de mando en Cantepie, se trata del Major de la Luftwaffe Von der Heydte, comandante en jefe del FJG Rgt 6.
La reunión entre los dos oficiales no puede ser menos que tensa.
Ostendorff explica a Von der Heydte que el regimiento paracaidista ha sido subordinado a la división SS, y que deben retener Carentan a cualquier precio. Pues llegan refuerzos.
Von der Heydte explica a Ostendorff que ha dado la orden de retirarse durante la noche a los dos batallones que defienden la ciudad, ya que su posición es insostenible, con la línea principal de resistencia rota en dos sitios.
La orden de subordinación no había sido comunicada a Von der Heydte, probablemente por una ruptura en la línea telefónica, así que este volverá a su cuartel general. Allí sus adjuntos, una vez reparada la línea, informarán al LXXXIV AK de la decisión de evacuar Carentan. A su vez recibirán la confirmación de la orden de subordinar el regimiento paracaidista a la división de granaderos panzer.
En su cuartel general Von der Heydte recibirá, al final del día, al jefe de estado mayor del LXXXIV AK, el Oberstleutnant von Criegem, que protestará por el abandono de Carentan. Pero no dará órdenes en contrario.
Ostendroff ocupará ese mismo tiempo en inspeccionar la ciudad, pero tampoco dará órdenes de que no sea abandonada.

El doce llegará la división “Gotz von Berlichingen”, a la vez que los americanos toman la ciudad, evacuada por los alemanes. El 13 de junio de 1944, se iniciará la reconquista.


DESPLIEGUE ALEMAN

El plan de ataque alemán se basará en la disposición de tropas que quedarán bajo el mando de la 17 SS Pzgr Div. “GvB”.
La división deberá ocupar un sector del frente que irá de Airel, sobre la Vire, a Le Moulinet, justo al O de Carentan (ambos inclusive). Las tropas se repartirán los subsectores de la siguiente manera:
- KG Heinz: Defendiendo el frente desde Airel, e incluso mas allá, hasta la altura de St. Pellerin, siguiendo el rió Vire desde Airel hasta que se cruza con la vía férrea, y la vía férrea hacia el oeste hasta las zonas inundadas. Su misión será evitar cualquier contraataque aliado que pueda llegar por el este o por el norte de sus posiciones.
- SS Pzgr Rgt 38: Al sur y dentro del arco formado por las defensas del KG Heinz se desplegará este regimiento, dispersando sus cuarteles por los pueblos de Le Mesnil-Angot, Raouline, St. Fromond (excluido) y La Goucherie. Esta unidad será una fuerza de reserva, dispuesta a contraatacar en el caso de que los aliados rompieran el frente del KG Heinz.
- FJG Rgt 6: Cubrirá la zona desde Le Mesnil, al otro lado de la zona inundada, hacia el Oeste hasta Le Moulinet. Luego hablaremos mas en detalle de sus funciones. Su CG se situará en Auvers.
- SS Pzgr Rgt 37: Irá incorporándose al frente a lo largo del 12 de junio, posicionándose al S y SO de Carentan, entre los paracaidistas y la zona inundada. Las armas pesadas llegan el 12 por la noche y se posicionan en una zona llana al S de la carretera de Baupte, protegidas por la 14 (Fla)./ 37 SS. Bajo el mando del SS Hauptsturmfuhrer von Seebach. El 6./ 37 SS se quedará mas atrás, sobre la carretera de Baupte como compañía de reserva. El Cuartel General regimental y el del primer batallón se situarán en Cantepie, listos para dirigir el ataque. Para ello contarán además con una compañía del SS Pz Abt 17 y una sección del SS Pzjgr Abt 17. Estos últimos se posicionarán en la zona de Donville (SE Carentan)

De todas estas tropas, sólo los paracaidistas y el SS Pzgr Rgt 37, con las unidades adjuntas citadas, participarán, en principio, en el ataque.

EL PLAN DE ASALTO
El plan de asalto fue definido en la orden de operaciones Nr 405/44, emitida sobre las 18:00 del día 12, que será complementada por la orden preparatoria que emanará de la conferencia de situación de las unidades implicadas, y será enviada a las 22:00.
Según estas órdenes:
El grueso del asalto correrá a cargo del SS Panzergrenadier Regiment 37, reforzado por una compañía del SS-Panzer-Abteilung 17 y una sección de la 3./SS-Panzerjager-Abteilung 17. Estas unidades se desplegarán al norte y al sur de Domville, durante la noche del 12, para atacar hacia el este, poniéndose en marcha a las 05:20. Deberán hacerse con Carentan y el terreno al oeste de Carentan. En caso de evolución favorable del ataque deberá girar y avanzar hacia el norte, hasta una línea entre Le Moulin y St. Come du Mont.
La orden preparatoria será mas explícita: el SS Panzergrenadier Regiment 37 atacará unicamente con su primer batallón, que deberá avanzar hacia Carentan siguiendo el costado izquierdo de la carretera nacional 171 (Carentan – Periers). Su primera misión, será llegar hasta el límite norte de Carentan.
Se ampliará el apoyo blindado a dos compañías, la 1 y 2 del SS Panzer-Abteilung 17. Equipadas con cañones de asalto Sturmgeschütz III.
Apoyando el ataque actuará el Fallschirmjäger Regiment 6, que avanzará cubriendo el flanco norte del regimiento SS. Su misión principal será ir ocupando posiciones defensivas cara al norte para permitir que los SS sigan avanzando. Se destacará un batallón para que controle la retaguardia del avance ante un eventual asalto aerotransportado.
En la orden preparatoria se define el rol de las unidades paracaidistas participantes. La 12./ FJG 6 avanzará por la derecha de la carretera nacional 171 (Carentan – Periers), es decir, en el extremo opuesto al resto de los paracaidistas, aprovechando que conoce bien la zona, reforzada por dos secciones de SS, presumiblemente del II/ SS 37. En el extremo oeste del asalto se situará el I/ FJG 6, que deberá apoyarse en los SS a su derecha para avanzar hasta cruzar la vía férrea que salde de Carentan hacia el NO. Mas a la izquierda permanecerá el II/ FJG 6, en misión de enlace y cobertura de flanco.
La unidad de retaguardia no será un batallón, sino una compañía, y se tratará de la 6./ FJG 6, que ya el día 12 había actuado cerca de Auvers para reducir una bolsa formada por elementos de la 101 Airborne.

Apoyo artillero:
Comandada por el jefe del SS-Artillerie-Regiment 17, los medios a disposición del ataque serán:
- Grupo de artillería Ernst (comandante del I/ Artillerie-Regiment 17)
- II./ Artillerie-Regiment 191 ( de la 91 Luftlande División)
- Dos baterías de artillería pesada de la 352 Infanteríe División.

La artillería deberá efectuar un fuego de barrera en los primeros momentos del ataque, que será alargado mediante el disparo de bengalas rojas. Después actuará a demanda.

¿Aparecerá la Luftwaffe?
Según los planes, debe intervenir en la batalla. Con bombarderos antes del ataque y con aviones de ataque al suelo durante. Parece que va en serio pues en la tarde del 12 de junio llega al CG del SS 37 un oficial director de operaciones para los aviones de ataque al suelo.
En realidad los aviones alemanes brillarán por su ausencia.

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Mapa 1

Imagen

12 de junio de 1944

Se puede ver.
- Líneas defensivas del KG Heinz
- Zona de concentración del SS Pzgr Rgt 38
- Zona de concentración del FJG rgt 6
- Camino de llegada del SS Pzgr Rgt 37, SS Pz abt 17 y SS Pzjgr Abt 17
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Mapa 2

Imagen

Plan de asalto para el 13 de junio de 1944

Se puede ver:
- Zonas de concentración y zonas a conquistar por cada una de las unidades participantes.
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EL DESARROLLO DE LOS COMBATES


05:30
Bruma.
Se inicia la preparación artillera
Sector del I/SS 37 Pzgr Rgt.


La humedad se pega a los hombres, en medio de la bruma, frías gotitas se desprenden de algún cabello suelto para caer por la frente hasta los ojos, dejando tras ellas una línea fina, como un escalofrío de sudor. Helmuth mira a un lado y a otro. Apenas puede ver nada, unos pocos compañeros, guarecidos como el en toscas trincheras y en pozos de tirador. Todo lo que pueda existir mas allá de unos pocos metros no existe: ni guerra, ni enemigo, ni patria, ni raza aria... Helmuth recuerda perfectamente los largos meses de entrenamiento, el centro de reclutamiento de las SS en Alemania, y luego el viaje a Francia, y más entrenamiento en Phartenay, cerca de Saumur. Aprender a desfilar, a marcar el paso, a limpiar las armas. Las mejores armas, los mejores uniformes, la mejor motivación. Ellos eran SS, el orgullo del Reich. Ellos eran los soldados definitivos, capaces de cualquier cosa. Kharkov, Kursk, sólo triunfos. Los demás no valían una mierda en comparación con ellos. Recordaba también las redadas antipartisanos, el miedo de aquellos hombres cazados en los bosques...
Oyó el estampido seco de las bocachas, el zumbido agudo de los proyectiles. Las explosiones, allá delante, donde debían estar los americanos. Simples comedores de chicle degenerados y racialmente inferiores. Había empezado el fuego artillero y pronto iniciarían el ataque.
Había llegado el momento.

05:45
Los hombres del SS Pzgr 37 lanzan las bengalas rojas: alargar el tiro de la artillería, se inicia el avance.


Helmuth temblaba ligeramente. Si al menos se pudiera ver algo. Pero nada, tan sólo la niebla blanquecina y las explosiones, allá delante, de los obuses de la artillería que caían sobre el enemigo. Al menos no caían sobre ellos. Había oído cosas terribles contadas por veteranos del frente del este. Como los oficiales de artillería, tranquilamente en la retaguardia, se preocupaban mas de su pellejo que de su trabajo. A ellos casi nunca les disparaba nadie. Tan sólo tenían que cuidarse del fuego de contrabatería. Si los localizaban, entonces simplemente se iban con los cañones, y la infantería se quedaba sola un rato, esperando, para luego volver a disparar desde otro punto, pero entonces las coordenadas no eran tan precisas. Y los obuses caían sobre los suyos... a veces.
¡Helmuth!
Había un suboficial junto a él ¿De dónde venía? No lo había oído llegar con aquel estruendo. El SS-Scharführer Petz, un tipo duro.
¡Dispara! ¡La bengala!
El SS-Scharführer tenía un reloj en la mano. Era la hora. Helmuth lo había olvidado. Su misión, una de ellas, era disparar la bengala cuando las tropas avanzaran, para que los artilleros alargaran el fuego y los obuses no cayeran sobre ellos al avanzar. Miró atontado a su alrededor, sus compañeros ya salían de sus escondites y avanzaban a saltos. Arriba, correr en zigzag, cuerpo a tierra. Un salto. Y ahora otro, y otro...
¡Helmuth!
El SS-Scharführer lo sacudió. Como un autómata Helmuth levantó el brazo y disparó la bengala. El fuego de la artillería se alejó de él. Lo habían visto.
¡Vamos!
Petz acababa de dar un gran palmetazo en la espalda, Helmuth se puso en pie.

Entretanto:
Los Sturmgeschutz del 1 y 2./ SS Pz Abt 17 avanzan tras los Pzgr.


¡Atención! ¡Adelante!
Apenas había estática en las radios esa mañana y la voz del comandante se oía perfectamente. Johannsen se concentró en las mirillas por las que podía ver, mas o menos, todo lo que sucedía alrededor de su Sturmgeschutz. Vio el carro del jefe de compañía sacudirse, como una bestia que sufre un estertor, y empezar a moverse.
¡Biecher! ¡Siga al comandante!
El conductor no se hizo rogar y la bestia en la que combatían se sacudió, como había hecho la de delante, cuando entró la marcha, y empezó a avanzar, profundizando con sus cadenas la huella de las cadenas del comandante.
Les iban a dar duro a esos americanos. En poco tiempo Carentan sería reconquistada, y luego los echarían al mar. Los americanos eran incapaces de enfrentarse a Alemania. Su desembarco “definitivo” había sido parado en seco. Estaban casi derrotados, pensó Johannsen para sí. Solo quedaba el último puntapié.

Mas tarde:
Las tropas avanzan al principio, pero cuando las compañías cruzan la carretera Carentan Domville los hombres empiezan a caer, la mayoría con disparos en la cabeza.


Bruno Linn saltó de su trinchera con toda la experiencia y todo el fatalismo de un soldado experimentado. Hacía mucho que combatía, años le parecían a él. Y días desde luego, desde que los despertara el Oberluetnant en sus cuarteles de Periers habían combatido sin tregua. Bruno dio unos cuantos saltos en zigzag y en cuanto vio el agujero de un obús, se tiró dentro para resguardarse.
Empezó a contar. 1, 2, 3... se oían disparos aislados aquí y allá, nada realmente serio. 9, 10, 11, 12... Los yanquis parecían no haber despertado de su letargo, tal vez los sorprendieran 17, 18, 19, ¡Ahora!
Bruno salió de su agujero, y de otros agujeros salieron media docena de soldados mas, lo que quedaba de su escuadra después de seis días de combates. Corrieron en zigzag mientras la escuadra de Adolph Huns los cubría, y nada mas llegar junto al seto se tiraron de nuevo al suelo.
Bruno observó lo que había al otro lado mientras los de Huns avanzaban cubiertos por sus hombres. Al otro lado había una carretera estrecha, metida entre dos setos. Por suerte el prado de enfrente era mas bajo. Parecía despejado, aunque a Bruno no le gustaban todos aquellos árboles que había al fondo.
Nosotros cruzaremos primero, Informa Huns.
Bruno levanta los hombros. A él le da igual. No es gloria lo que quiere, ya tiene mucha chatarra para colgarse del pecho. Sabe que los americanos son invencibles. Los ha combatido mucho y tiene experiencia. Adonde llegan, no hay quien los eche.
Los hombres de Huns están cruzando la carretera. Silban las balas. Huns cae abatido de un disparo en la cabeza. Bruno escupe con desprecio.
Desde donde se encuentra puede ver muy lejos, gracias a la carretera. El batallón avanza. Los hombres de Von der Heydte. La élite de la Luftwaffe. Están cayendo como moscas, abatidos por tiradores escondidos, casi todos en la cabeza.
¡Francotiradores! Grita el Hauptman Beyer
Ya era hora que alguien se diera cuenta. A Bruno no le gustan nada los árboles, ni la niebla, ni la maldita guerra.

**********
Mapa 3

Imagen


Puntas de ataque alemanas en la mañana del 13 de junio.

Se puede ver:
- Zona ocupada por los aliados.
- Franja ocupada y despejada efectivamente por los alemanes
- Puntas de ataque y penetraciones máximas de las distintas unidades alemanas.
- Tropas aliadas defendiendo Carentan.
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b]Mas tarde:
Se levanta la niebla y pronto se hacen visibles soldados americanos de la 101st Airborne, subidos a árboles. Se inicia contra ellos un eficaz fuego de ametralladora. [/b]

Otto se tiró al suelo y empezó a abrir frenéticamente una de las cajas de munición de ametralladora. Con los nervios le estaba costando horrores, y los gritos constantes de Hubert no ayudaban.
¡Munición! ¡Munición!
¡Ametralladora, a las copas de los árboles! Gritaba un suboficial, escondido tras el muro de piedra a unos pocos metros de ellos.
Por fin se abrió la caja y la larga cinta de balas para la MG 42 se desplegó. Insertarla fue más fácil. Pronto el peculiar sonido de tela rasgada sonó junto a ellos. A lo lejos la copa de un árbol se despeluchó, cayeron hojas, ramitas y un cadáver. Pero Otto no lo vio, estaba abriendo otra caja de munición. Era su función, lo habían entrenado para ello. Gracias al cielo no era como Hans, que en aquel momento llegaba corriendo desde la retaguardia con varias cajas mas. La yerba salpicaba a su alrededor, levantada por los piques de las balas que caían en torno a él.
Por fin había salido el sol.

Entretanto:
Algunos grupos de 101 se mantienen entre los rincones del ataque, y los tres 2cm Flak Vierling 38 del Flak-Zug de la SS Pz Abt 17 del SS-Hauptscharführer Dornacher los disperse disparando contra los árboles y los setos.


¡Allí! ¡Fuego!
No lejos de la carretera Albrecht y sus compañeros ponían frenéticamente en posición su pequeña pieza antiaérea de cuatro tubos. A unos 500 m al norte se desarrollaba el ataque y ellos no hubieran tenido que intervenir, salvo que había a su derecha, escondidos en un ángulo entre dos setos de piedra y ramaje, un grupo de tiradores enemigos que las tropas habían dejado atrás.
¡Rápido! ¡Rápido!
La pieza quedó en posición en un santiamén, el fruto de meses de práctica montando y desmontando aquello. Albrecht se sentó en el asiento del tirador y observó por la mirilla. Apretó el disparador e inmediatamente el seto se llenó de esquirlas de piedra y ramas rotas volando en todas direcciones. Era casi como un juego, hasta que en el escudo protector de la pieza empezaron a impactar los proyectiles que tiraban los americanos.
¡A la derecha! ¡Allí hay más!
Albrecht giró la pieza sin ser consciente de que con ello ofrecía su flanco, desprotegido, a los que habían sido su primer objetivo. Por suerte sus compañeros estaban allí para cubrirlo, disparando a los americanos mientras tuvieran munición y obligándolos a mantener las cabezas agachadas ¿Y luego? A pesar de todas las charlas de concienciación Albrecht no se consideraba un fanático, y no quería morir.

Mas tarde:
El combate contra los tiradores americanos habrá costado un tiempo excesivo.


Bruno observa los árboles con detenimiento. Llevan mas de una hora allí detenidos, disparando contra los árboles que crecen en los setos. Con su experiencia Bruno sabe que el peligro ha pasado, momentáneamente, delante de ellos. El fuego enemigo ha sido cada vez mas y más esporádico y apenas han muerto hombres en los últimos diez minutos.
El peligro ahora no proviene de delante, aún. Bruno sabe perfectamente que un tanque puede recorrer treinta kilómetros en una hora. Los americanos deben estar a punto de traer refuerzos.
¡Mierda! Bruno escupe de nuevo.
¿Qué pasa viejo? Le pregunta uno de sus hombres. Bruno lo mira, está pensando en contestar, pero se abstiene. Si le dice lo que va a pasar, el paracaidista se va a acojonar, y si se acojona entonces puede cometer una cobardía, por ejemplo no cubrirle el culo a él cuando tengan que avanzar de nuevo.
Nada grave ahí delante. Contesta Bruno por fin. El problema es en los flancos y detrás. Pero otros se encargan de ello.
Efectivamente el problema está en los flancos y detrás. Hay grupos de americanos en las líneas que no han sido eliminados. Y como tengan que hacer una retirada precipitada, los van a joder bien.
¡Adelante! ¡Avanzad!
Ha vuelto el momento. Un nuevo salto hacia Carentan.
Vamos muchachos, susurra Bruno. Sus seis hombres lo siguen. Aún no ha perdido ninguno.

Mas tarde:
Finalmente se está ganando mas terreno en las alas del ataque que en el centro.


Salto, correr en zigzag, cuerpo a tierra. Así una y otra vez. Pegado al suelo Helmuth trata de recuperar brevemente la respiración. Lleva un tiempo interminable haciendo eso. Y lo peor es que está convencido que apenas han avanzado. Si los primeros saltos fueron de varios metros, ahora apenas acierta a tirarse al suelo poniendo los pies donde antes tenía la cabeza.
Maldice de todas las maneras que sabe.
Otro salto mas y consigue avanzar una docena de metros, en un esfuerzo supremo de inconsciencia. No pensar, sólo avanzar. La raza superior ¿Es mortal? Eso no se lo han explicado en la escuela de SS. Sólo les han dicho que no hay mayor honor que morir por el Führer. Maldita sea. Si al menos el Führer estuviera allí para verlo.
Helmuth está pensando en un nuevo salto. Hasta que se da cuenta de que está solo. La niebla se ha levantado hace un rato. A su derecha y a su izquierda hay mas hombres. Puede verlos, arrastrándose, cubriéndose. Pero ¿Y el resto de su escuadra? Debería coordinarse con ellos. Hay dos a su derecha, y el Rottenführer está a su izquierda. No ve a mas ¿Detrás? Helmuth sabe que si mira hacia atrás será incapaz de avanzar de nuevo.
Disparar, disparar al enemigo. Gastar munición le ayudará. En ese momento se da cuenta de que aún no ha pegado un solo tiro. Desbloquea el seguro del fusil de asalto. Un último modelo. Y dispara. Peine tras peine, hasta casi agotar la mitad de su munición.
Entonces se tumba boca arriba y sin querer, al girarse, mira hacia atrás.
Tras él el mundo es tierra revuelta, reventada por los obuses, cuajada de cuerpos fríos muertos y moribundos, miembros arrancados y quejidos lastimeros. Allí al fondo, no muy lejos, puede ver la línea de salida. Y todo el camino está sembrado de terror. Puede ver las caras pálidas de sus compañeros, los mismos con los que diez días antes tomaba vino y se reía de las campesinas francesas. Los mismos con los que se había considerado superior, especial, mejor. Ahora muchos han muerto, otros buscan sus miembros amputados. Uno de ellos se levanta y corre, vacila, y se tira cuerpo a tierra junto a Helmuth. En su caída ha sucedido algo raro, su cuerpo ha girado sobre su eje, como si hubiera chocado con algo duro, su cabeza se ha curvado hacia atrás y se ha oído un crujido seco. Cuando el cuerpo toca el suelo el cadáver gira, y se queda tumbado mirando a Helmuth, en vez de ojos, de cara, queda un inmenso agujero supurante de sangre y seso.
Es demasiado...

Imagen
Sturmgeschutz en movimiento.

b]07:31
Sector del I/SS Pzgr Rgt 37.
El avance se efectúa en buenas condiciones a pesar de una fuerte resistencia enemiga. Los americanos se retiran de forma flexible. Grupos de enemigos se encuentran aún en rincones entre las líneas de ataque. Las pérdidas son medianamente elevadas. [/b]

En el cuartel general del regimiento un hombre grita inclinado sobre su emisor-receptor.
¡Tercera compañía! ¡Tercera compañía! Informen, cambio.
Dieter repite una y otra vez la frase. Necesita una respuesta del SS-Obersturmführer Wagner, para hacer el estadillo de la situación y pasárselo a su jefe, el SS-Sturmbannführer Häussler, que comanda el regimiento. Ya sabe como les va a las otras compañías, avance, aunque no excesivo, bajas tolerables.
Dieter piensa para si que está costando mas de lo previsto. No es el ataque rápido y fácil que habían pensado en el cuartel general. Pero claro, nunca lo es.
El principal problema es el de los pequeños grupos de enemigos que resisten entre unidad y unidad, causando bajas importantes al disparar a los flancos de las grupos de primera línea.
Finalmente consigue contactar con la tercera, y completar su informe. Deja la radio y se va a buscar a Häussler, que desde un bosquecillo, cincuenta metros mas al norte, dirige el avance.

09:00
I/SS Pzgr Rgt 37 Llega al límite SO de Carentan.


Otto se tira al suelo con rapidez, apenas justo antes de oír el zumbido de las balas pasar sobre su cabeza e ir a incrustarse en los troncos de los árboles, tras él. Ha faltado poco. Sonríe.
El ataque está siendo duro, pero han avanzado mucho desde que se inició, un kilómetro, o cinco. Otto en realidad no lo sabe. No siente el cansancio. Sólo la euforia ¡Están venciendo! Como les prometieron. Son SS, son imparables.
Ante él, se alzan los ojos ciegos de las ventanas de las casas. Carentan.
No tan ciegos. Algunos ven, y una ráfaga de un BAR vuela hasta él. Un picor en el hombro. Y una sensación de que algo pegajoso baja hacia su codo. Apenas duele. Pero acojona. El corte parece profundo.
¿Qué hacer? Mana mucha sangre, y los movimientos convulsivos de Otto en busca de su equipo de primeros auxilios no ayudan. No puede ser grave porque no duele. Debe ser muy grave porque sangra muchísimo. Su ánimo se divide entre ambos extremos.
¡Sanitario! Grita por fin. El que lo atiende es el servidor de la ametralladora.
No es para tanto. En apenas unos segundos le ha arrancado la manga del uniforme, dejando el hombro al descubierto. Entonces si duele. Y más aún cuando le echan agua, y sulfamidas para prevenir la infección. Pica horrores. El hombro y el orgullo. Su compañero se ríe. No es nada. Apenas un rasguño. Una vez colocado el apósito el picor se convierte en un calor sordo.
¡Munición! Grita el tirador ¡Rápido! El momento de intimidad y apoyo ha pasado. Hay que volver a la tarea.

Entretanto:
El II/FJG Rgt 6, del Hauptmann Mager llega a los terrenos de la estación. Allí la 12./FJG Rgt 6 intercepta algunos mensajes de radio.


Hans había sido ferroviario en la vida civil. De hecho, estuvo los cuatro primeros años de la guerra manejando trenes. Hasta que hicieron falta mas soldados. Y los trenes quedaron sepultados bajo las bombas de los cuadrimotores enemigos.
Hans era un hombre eminentemente práctico. Por eso había firmado por las SS. Mejor comida, mejor armamento, compañeros mas motivados, oficiales mas motivados. Una vez fuera del servicio ferroviario lo iban a enviar al frente, así que decidió que él mismo trataría de influir lo mas posible en su destino. Y quien sabía, a lo mejor lo destinaban a la intendencia.
A la intendencia destinaron a un óptico y un vendedor de casas que había conocido durante la primera instrucción. A él lo enviaron al segundo batallón del 37 regimiento de granaderos acorazados de las SS. A pegarse tripazos y a pegar tiros a los demás.
No obstante le brillaban los ojos aquella mañana al ver allí al fondo la estación de Carentan. Conocía las estaciones, siempre sentía algo especial cuando las veía. Las estaciones eran la llegada a casa. El descanso. El fin de las tribulaciones.
Habían destacado a su sección junto con una compañía de paracaidistas que conocían bien el terreno, y había resultado totalmente cierto. Habían llegado allí sin apenas bajas. Sólo faltaba tomar la estación y atrincherarse.
Hans se lanzó hacia delante animando a sus compañeros a que lo siguieran hacia aquella estación tan prometedora. Una ráfaga de ametralladora acabó con su vida antes de que pisara las vías.

Entretanto:
III/FJG Rgt 6 en el ala izquierda. Llega al límite de Carentan. Aún quedan fuertes grupos enemigos. Se solicita fuego artillero pues se oye ruido de carros.


Bruno Linn maldice fuertemente de nuevo. Acaba de ser baja Peter, uno de sus camaradas mas antiguos. El que se encargaba siempre de dar la bienvenida a los nuevos. Los americanos están disparando fuego de mortero contra ellos y una esquirla del tamaño de un puño ha segado la femoral de Peter. Han hecho lo que han podido, pero ha muerto en apenas un par de minutos.
Bruno escupe. Se sorprende a si mismo. Es uno de los escupitajos mas largos que recuerda.
Ante ellos están los suburbios de Carentan. Casas aisladas rodeadas por un huerto y una cerquita de madera blanca. Idílico. Si no fuera porque tumbados en el suelo tras las cerquitas, acuclillados tras las esquinas u ocultos tras las ventanas hay paracaidistas americanos con muy pocas ganas de morir y muchas ganas de matar.
El fuego continúa. A los morteros americanos se unen los morteros alemanes. La tierra vuela por los aires salpicando como si fuera agua. Es absurdo. El agua sólo moja, piensa Bruno para sí. Esa tierra mata. Peor, machaca.
Un ruido insistente se empieza a hacer cada vez mas nítido en medio del estruendo del combate. Es un motor. Es peor que un motor, es un cliqueo acompañado de un motor. Es una barra horizontal que asoma por el costado derecho de una casa de tres pisos.
¡Alarma! ¡Tanques! Grita Bruno incluso antes de que la mole metálica del sherman se haya hecho visible junto a la casa.
Como en una de esas películas antiguas, muy lentas. Bruno ve como el carro asoma el casco, y como la torre gira, lentamente, hasta que el ojo ciego de la boca del cañón lo mira fijamente. Casi espera que se corte la película y salga un cartel negro con “bum” escrito en blanco. Pero no es así. El ojo se incendia. Como si el párpado de un reptil se abriera y se cerrara, es apenas una fracción de segundo. Bruno se pega contra el suelo esperando morir, esperando el final de todo. Pero la explosión suena por detrás. Lo único que le llega es un racimo de tierra, como cuando un niño te tira una palada de arena encima en la playa. Y una piedra. El golpe es doloroso, incluso con el casco por medio.
Bruno se gira para volver a gritar su voz de alarma. No es necesario. El radio de la unidad está gritando frenéticamente en su auricular ¡Alarma tanques! ¡Necesitamos fuego de artillería en las coordenadas tal y cual!
Bruno no sabe leer las coordenadas. Por eso nunca ha aprobado un examen para suboficial. Sabe que si el tiene que dar las coordenadas los obuses pueden acabar perfectamente cayendo sobre las torres redondas de la catedral de Worms.
Pero el radio si sabe. Pronto la casa de tres pisos se desintegra en cientos de pedacitos, tocada de lleno por un obús de 155. No han dado al tanque pero da igual, una pared se derrumba sobre él y lo sepulta.
Pero el ronquido de motores y el cliqueo de las cadenas sigue. Ese tanque no es un vehículo aislado.

Imagen
Puesto de mando de una unidad menor de la GvB

Entretanto:
La 6./SS Pzgr Rgt 37 ha recibido la orden de avanzar tras la línea principal de ataque. Tras avanzar 800 m se encuentra con un grupo de SS y paracaidistas que se retiran precipitadamente a la altura de La Lande-Godard. El SS Obersturmfuhrer Tetzmann organiza una posición en semicírculo alrededor de La Mare des Pierres, al NE de Meautis.


¡Compañía, alto!
Gunther se detiene.
Llevan marchando unos diez minutos por la carretera que va de Meautis hacia el NE, y acaban de cruzar el caserío de la Lande-Godard. Gunther conoce bien la región porque antes de la guerra venía a Normandía a visitar a una novia que tuvo. A saber dónde estará ahora.
Por la carretera bajan grupos dispersos de soldados, SS y paracaidistas juntos. Se mueven envarados, cansados. Algunos tienen heridas, pero muchos no.
¿Qué sucede?
Gunther ve como el SS-Obersturmführer Tetzmann los retiene y habla con ellos.
El rumor se extiende por las líneas.
Derrota completa. Los americanos han reventado nuestras líneas, cientos de carros de combate. Historias.
Frente a ellos se extiende un pequeño caserío, la Mare aux Pierres. Tetzmann ordena a sus hombres que se muevan hacia él y se desplieguen.
Gunther corre cargado con su equipo hacia las posiciones asignadas, en medio de una región hermosa y que conoce bien. Enseguida caen sobre ellos los obuses de la artillería. Sin pensárselo dos veces abre de un patadón la puerta de una casa y entra en una cocina de techo bajo, por lo demás típicamente normanda. Dos mujeres lo miran aterradas. No hay ningún interludio romántico, ninguna de ellas es su antigua novia. Eso sólo sucede en relatos de mala calidad, piensa Gunther.
Con celeridad recorren todo el edificio. Él y toda su sección. Van a atrincherarse allí. Algunos tras las ventanas, rotos los cristales para evitar esquirlas y tapadas con muebles para cubrirlos de la metralla, dejando tan sólo finas troneras para ver y disparar al enemigo. Otros cavan con frenesí en el huerto, desenterrando patatas y zanahorias ante la mirada consternada de las dos mujeres. Lloran.
Los americanos os darán de comer en cuanto lleguen. Les dice un soldado.
Gunther, que lo ha oído, corre hasta el soldado y lo abofetea. Como suboficial es su obligación actuar ante un comentario tan derrotista.
¡Nombre y número! Ordena Gunther al soldado. El soldado se lo da.
Pasarás quince días de arresto por este comentario. A no ser que te comportes de modo que yo pueda olvidarlo durante el combate.
Si Herr Untersturmführer
Irás junto a aquel árbol de allí como avanzadilla.
Gunther sabe que lo condena a una muerte casi segura. Si consigue cruzar el prado a la ida, no podrá hacerlo a la vuelta, cuando lleguen los americanos. Pero no puede mostrar ninguna debilidad con un comentario derrotista de esa clase.
Mientras se preparan puede ver a su jefe de compañía, Tetzmann, en la carretera, tratando de conseguir, a punta de pistola, que toda esa columna de cobardes indignos vuelvan al combate.
Gunther teme por su superior. Pero Tetzmann es listo, todo un ejemplo. Sabe que si dispara esos hombres lo lincharán. Suplica y amenaza, pero no lleva a cabo ningún gesto violento por si acaso.

09:15
El ala derecha informa de que no es posible acabar con los norteamericanos sin apoyo blindado. Hasta las 09:00 el avance ha progresado tan sólo 500m.
Sector del I/SS Pzgr Rgt 37


Maximilian se esconde todo lo que puede. Agranda su pozo individual cavando con su pala, su machete, las uñas y los dientes. El fuego americano es infernal. Nada que sobrepase un milímetro por encima del muro de piedra tras el que se han guarecido sigue vivo.
¿Dónde están los blindados? Es la pregunta eterna del soldado en estas situaciones. Maximilian se imagina a las moles de acero avanzando delante de ellos. Parando los proyectiles con sus cuerpos indestructibles sembrando la destrucción con el fuego de sus cañones.
Maximilian está muerto. Un obús lo ha partido en dos. Su hermano puede verlo desde el puesto de mando de la compañía. Han avanzado tan poquito que ni ha hecho falta moverlo.

**********
Mapa 4

Imagen

Contraataque aliado a medio día del 13 de junio de 1944.

Se puede ver:
- unidades alemanas en combate.
- zona ocupada y asegurada por los alemanes antes del contraataque aliado
- unidades aliadas
- líneas de avance aliadas
- línea a la que se replegarán los alemanes tras el contraataque aliado.
**********

09:50
El I/SS Pzgr Rgt 37 informa de que detienen el avance sobre la ciudad, están sufriendo un fortísimo contraataque. Se trata de los blindados del CCA (Brigadier Rose) de la 2nd Armoured.


Junto a su puesto emisor-receptor de radio Dieter escucha y toma notas alucinado. Hacía dos horas el ataque progresaba. Las unidades llevaban un rato informando que pequeños destacamentos en el extremo de las puntas de ataque estaban llegando a Carentan.
En media hora Dieter ha oído derrumbarse la ofensiva. Mensajes de “objetivo alcanzado, alarguen el fuego de artillería”, se han convertido en “alarma, tanques” “necesitamos apoyo artillero” “¡Donde coño están los panzers” (con una voz muy parecida a la de Bruno Linn).
El ataque se desmorona mientras Dieter escucha y toma notas. De forma instintiva está lanzando golpes al aire, cada vez que un mensaje nuevo llega a su estación de radio. Maldice, anima, llora y rabia, y finalmente llama la atención.
¿Qué sucede Dieter?
Dieter, que estaba tomando notas de los mensajes a toda velocidad se cuadra de golpe ante la imagen que se presenta ante él. Se trata nada menos que del SS-Sturmbannführer Häussler. Para ellos Dios, muchos mas que un general, mucho mas que nadie. Es su amo supremo, mucho mas presente que el SS-Brigadeführer
Tanques, señor. Por todas partes. Las unidades están pidiendo ayuda.
Dieter ve como Häussler se queda en silencio. Recoge las anotaciones de Dieter y vuelve junto a su mapa, junto a sus oficiales. Dieter no deja de recibir y anotar mensajes. Pero nada importa ya. Häussler se ha dirigido a él. Es un día memorable. Pero Häussler está preocupado, es un día triste. Finalmente el SS-Sturmbannführer vuelve hasta donde están Dieter y los demás radiofonistas.
Comuniquen a todas las unidades. Se suspende el ataque. Que se comunique antes al cuartel general de la división.
Un silencio imponente cae sobre todos. La división ha fallado.

10:00
Los americanos atacan en la zona del 6./SS Pzgr Rgt 37, destruyendo un pak de 7,5cm que había disparado algunos obuses contra los sherman, que ahora pasan junto a la carcasa. Los americanos evitarán el pueblo pasando por el SO, a lo largo.


Gunther observa como el soldado cruza el campo, corriendo en zigzag, hasta el puesto de observación designado. Apenas llega empieza a hacer señales. Parece que va a volver, pero Gunther le ordena por gestos que se quede donde está y no se mueva. Lo ha visto desplazarse por campo abierto. Ese soldado es excepcional, es un veterano muy bien entrenado. Antes quería castigarlo. Ahora no quiere perderlo.
El gesto del soldado es inequívoco. Tanques.
Gunther envía de inmediato a un hombre a avisar a Tetzmann de que se acercan carros enemigos por el norte.
Todos los hombres se aprestan a combatir.
Repentinamente las moles de acero asoman entre los setos. Armados con dientes que los destrozan y abren inmensos boquetes, se abren paso entre la piedra y el ramaje, revientan las madrigueras de las pequeñas criaturas y tiran los nidos de los pájaros con sus huevos sin eclosionar. Sólo por eso merecen la muerte, se dice Gunther, que siempre ha amado la naturaleza.
Los SS esperan, atrincherados. Escondidos. Es innecesario disparar contra los tanques, no les harán nada. Si tan sólo tuvieran unos cuantos panzerfaust, pero andan muy escasos. Tan sólo minas, un par de docenas de ellas en el semioruga que está aparcado fuera. Gunther manda a algunos hombres a buscarlas.
Tras los tanques cruzan el seto los paracaidistas, por los mismos boquetes. Lo hacen de uno en uno. Corriendo, tirándose al suelo. Saltando y volviendo a correr. Unos avanzan mientras otros los cubren. Es absurdo. Los hombres de Gunther están bien camuflados y atrincherados. Los paracaidistas no pueden verles, y si los ven, no pueden darles, o muy difícilmente. Todo parece un ejercicio de instrucción.
Gunther espera a que avancen. Ya son plenamente visibles, en medio del prado. Entonces Gunther da la orden de abrir fuego. Los paracaidistas caen como trigo segado por las ráfagas de los fusiles de asalto. Se inicia la carnicería. Pero no es unilateral. No hay verdugo y masacrado, todo se mezcla.
Con calma, Gunther recorre sus líneas. Incluso se toma el tiempo de encender un cigarrillo para que sus hombres vean que está tranquilo. De vez en cuando ordena a un hombre que cambie de posición, ayuda a abrir una caja de munición para las ametralladoras o asigna un campo de tiro distinto a un grupo de fusileros. Todo con calma, como si fuera un ejercicio.
Los americanos responden. Los paracaidistas se han parapetado tras los shermans y se asoman de vez en cuando para devolver el fuego. Pero ellos no son el problema.
Los shermans giran sus torretas, las casas de la Mare aux Pierres se llenan de boquetes o revientan, una tras otra, de oeste a este.
Gunther ordena a dos grupos de tres hombres que salgan a descubierto con las minas y ataquen a los tanques. Si se quedan sin hacer nada los masacrarán a todos. Algunos de los soldados no parecen muy contentos por la orden, pero obedecerán, son SS. Pronto los grupos de tres se lanzan hacia el enemigo. Uno cubre por la izquierda, otro por la derecha, el tercero coloca la mina. La mina estalla y el tanque se queda inmóvil. Sus tripulantes salen corriendo por las escotillas y algunos mueren a manos de los hombres de Gunther. De los seis SS que han salido, cuatro no vuelven. Dos hombres por tanque es un buen cambio, piensa Gunther, y se dispone a lanzar a seis mas. Pero los Sherman dan marcha atrás. Se mueven hacia el oeste de la Lande-Godard, y de ahí hacia el sur. Gunther ya no los ve. Tetzmann seguramente si. Pero no envía órdenes.
Los que si permanecen allí son los paracaidistas.
Gunther se acuerda repentinamente del hombre enviado a vigilar. Mira hacia el árbol. Ve que tiene las manos sobre la cabeza y se lo llevan dos americanos. Usa sus prismáticos para ver mejor. Los tres van fumando. Los tres se ríen. Efectivamente el hombre es un veterano. Sabe bajarse de las guerras en el momento mas oportuno.

10:30
Carros americanos del CCA (Rose) entran en combate con los Sturmgeschutz de la SS Pz Abt 17, y comienzan a obligar a retroceder a los Pzgr. Los apoya con fuego artillero el 14th Field Art Bn


Tanques por el norte. Johannsen espera. Su Sturmgeschutz camuflado bajo un montón de ramajes y pegado al seto, orientado hacia el noroeste. Pronto llegarán los americanos, y podrán cazarlos, como se cogen las manzanas, uno a uno.
No tardan en llegar, siguiendo la carretera general de Carentan a Periers. Johannsen está furioso. Como todos en su unidad, ha recibido la orden de repliegue. Pero no se la cree. Cuando vea al SS-Sturmbannführer Häussler le va a pegar un tiro, luego lo va a llamar cobarde, así a la cara. Según pasa el tiempo sus intenciones se limitan a quejarse a su jefe de compañía. Finalmente una rabia sorda lo inunda. Una frustración que sólo puede superarse de un modo. Devolviendo el golpe. Por eso no deja de comprobar las mirillas, a la espera de los carros enemigos.
Por fin su deseo se cumple. Uno, dos, tres shermans aparecen en su campo de tiro. Rápidamente da órdenes al artillero. Primero el último, luego el de en medio y luego el primero, para beneficiarse del efecto sorpresa. Ningún tanque tiene ojos en el culo.
El cañón del Sturmgeschutz gira lentamente. Johannsen se desespera, pero no quiere agobiar a su artillero. El cargador introduce el obús en la recámara. Todo está listo.
¡Fuego!
El sherman estalla en llamas, tocado en pleno compartimiento trasero. La munición ha debido estallar. Son como fuegos artificiales que surgieran de un elefante mecánico, que se queda inmóvil.
El artillero está girando un poco mas su cañón para acertar al segundo sherman. Apunta ligeramente por delante. Espera, vigilante, a que el carro americano cruce su línea de fuego, y el obús sale disparado, impactando con precisión en el compartimiento del conductor. La mole de acero se detiene. Dos tripulantes salen por las escotillas. No, tres, uno de ellos va arrastrando a otro. Johannsen siente la tentación de utilizar la ametralladora, pero no lo hace. Puede descubrir su posición. Los americanos tienen suerte, vivirán para luchar otro día. O tal vez no todos, puesto que el compañero al que habían sacado por la escotilla es abandonado en el suelo. Debe estar muerto.
El cañón del Sturmgeschutz sigue girando ahora, mas hacia la izquierda, hasta que llega al final.
No llegamos, señor, hay que girar la pieza.
Conductor, gire la pieza.
El cañón de asalto vibra, su motor se revoluciona y la marcha muerde con sus dientes la transmisión. El blindado pivota ligeramente sobre su eje.
Listo.
Apunta. Ordena Johannsen a su artillero.
Listo.
Johannsen está a punto de dar la orden de fuego cuando un golpe inmenso en el costado derecho casi levanta el Sturmgeschutz. Es un impacto. Por suerte no parece munición antitanque, sino explosiva. Ha debido arañar un poco el blindaje pero nada mas. Lo malo es que han debido descubrirlos.
El tirador vuelve a apuntar contra el primer sherman, que parece saber lo que está pasando porque ha girado para ponerse de frente presentando su mejor blindaje, y da marcha atrás a toda prisa.
Listo. Avisa el artillero.
Johannsen está a punto de dar la orden de fuego cuando la temperatura en el interior del sturmgeschutz se vuelve infernal. Un chorro de llamas asoma por el costado y todo se llena de una luz roja y ardiente que traspasa el cuerpo del artillero y derrite, literalmente, al conductor. Miles de objetos convertidos en incandescentes meteoritos vuelan por el habitáculo. Johannsen puede sentir su piel cubrirse de llagas, hacerse una con su uniforme en llamas. Siente un dolor lacerante en los ojos y como sus dedos y sus manos parecen caerse de su cuerpo. No ve, no siente.
Johannsen conseguirá arrastrarse fuera del blindado de algún modo y sobrevivirá, mutilado, mudo, deforme y ciego, durante diez años, en una residencia hospitalaria para veteranos.

10:45
I/SS Pzgr Rgt 37 debe replegarse bajo una muy fuerte presión adversa.


Helmuth sigue agachado tras su tronco de árbol. La mayor parte de sus compañeros han vuelto ya a la línea de partida del ataque, pero él no consigue moverse. Está demasiado agotado. Sus nervios le impiden concentrarse en nada. Sólo ve sombras, sombras entre los árboles. Sombras a su alrededor. Sombras de tierra que se levanta en géiseres, sombras de balas trazadoras.
Helmuth sabe que está perdiendo la razón. Sabe que tanto terror y tanto horror lo están volviendo loco. No tiene a nadie a quien contárselo. Tan sólo si pudiera hablar con alguien. Si alguien compartiera esto con él, se reiría. Pero con él solo hay una cara que no está. Un agujero inmundo y terrorífico en una cara irreconocible.
Helmuth no puede evitar girarse y mirar. Increíblemente ya no hay agujero. Junto a él hay una cara blanca y amable, con el pelo, negro, peinado hacia un lado y un bigotito cuadrado sobre el labio superior. Tiene unos ojos azules profundos, magnéticos, que lo hipnotizan.
Helmuth. Eres un representante de la raza aria, la raza de los señores. Nuestro destino es dominar el mundo. Y pronto lo conseguiremos. Sé que eres granjero. Imagina lo que tendrás al final de la guerra. Hectáreas y hectáreas de la tierra más fértil de Ukrania. Allí cultivarás trigo. Tendrás a medio centenar de siervos para ayudarte a hacerlo. Tu serás como un padre para ellos. Y ellos serán tus hijos sumisos y devotos. Sólo te pido un esfuerzo más. Pronto tendremos armas nuevas, armas increíbles que destruirán a nuestros enemigos en medio del terror y el llanto. Pero mientras debes luchar con tu fusil de asalto. Levántate...
Helmuth no puede negar que Hitler es convincente, pues es el mismísimo Führer quien ha venido hasta él y le habla.
Mi Führer, debe volver a las líneas, yo le defenderé.
Y entonces Helmuth se levanta. Introduce un peine en el cargador de su fusil de asalto y, allí, entre los setos y los árboles, empieza a moverse como un tigre. Disparando cortas ráfagas que abaten a los americanos, ya muy cerca de su posición. Escondiéndose, saltando, jugando al gato y al ratón, al tigre y al ratón mas bien. Este juego dura una eternidad, los paracaidistas americanos dudan y se esconden, y aún así parece que Helmuth sea capaz de dar una trayectoria curva a sus balas y alcanzarles.
Finalmente un dolor lacerante inunda su muslo derecho, sube por la cadera y llega hasta su cerebro. Una ráfaga de ametralladora acaba de desgarrarle la pierna. Helmuth cae al suelo. Desde ahí sigue disparando, hasta que por detrás una mano se posa sobre su hombro. Esa mano tiene un brazal blanco con una cruz roja. Los sanitarios le quitan el arma, lo tumban en la camilla y salen corriendo hacia el sur en medio del tiroteo. Cuando Helmuth llega a sus líneas, sus compañeros lo aclaman con frenesí. Gracias a su heroísmo ha obligado a los americanos ha detenerse. Ha salvado la compañía.
En agosto recibirá la cruz de hierro. Morirá en Alsacia al final del año, tras haber conversado con Hitler muchas veces mas.

14:00
Los americanos inician el ataque general, con tropas blindadas del CCA /2nd Armoured y el 501st PIR. El contraataque alemán se ha quedado completamente sin fuelle y ya no tiene posibilidad alguna de lograr su objetivo. A esto debe añadirse la intervención de los “jabos” de la aviación aliada, omnipresentes. Uno de ellos abatido por la Flak Zug del SS Pz Abt 17.


Albrecht tira bruscamente de la palanca de su pieza de Flak. Por fin está haciendo lo que tiene que hacer. Cazabombarderos. Su cuello se ha adaptado ya a mirar siempre hacia el cielo. Sigue instintivamente las evoluciones de los aviones americanos. Sabe hacia donde van a ascender, virar o picar antes que los mismos pilotos.
Aprieta el gatillo y los cuatro tubos de 20mm ladran por turno sus proyectiles. El cielo se llena de trazadoras luminosas. Las líneas se acercan lentamente a uno de los cazabombarderos. Van a alcanzarle. Entonces el fuego cesa.
Albrecht aprieta mecánicamente el disparador. No hay munición.
Maldice e insulta. Pronto los asistentes han introducido cuatro peines nuevos y ya puede disparar de nuevo.
Allí está el cazabombardero americano. Vira. Albrecht aprieta el gatillo dos segundos, dos, y el avión se deshace en llamas.
Albrecht seguirá combatiendo hasta abril de 1945. Desaparecerá en algún lugar del frente del este.

Mas tarde:
Por estos motivos el SS-Brigadeführer Ostendorff ordena el final del ataque y la retirada a las posiciones de partida, para resistir allí contra los americanos y detener su contraataque.


Junto a su radio Dieter oye la orden que llega del cuartel general de la división. Detener el ataque y resistir donde se pueda. Tratar de conservar el terreno ganado. Retirarse un poco en última instancia si es necesario. Se confirma la orden del SS-Sturmbannführer Häussler. Una lágrima cae por su mejilla. Siente el fallo del contraataque como algo persona. Los americanos los han derrotado.
Dieter sobrevivirá a la humillación y a la guerra. Será capturado cerca de Mortain y volverá a su ciudad natal de Hamburgo en 1946. Desde le primer momento se afiliará a grupúsculos de ultraderecha, morirá en Hamburgo en 1984, totalmente frustrado y tras haber contado cientos de veces una historia inventada según la cual si le hubieran hecho caso el habría evitado la derrota de la división y conseguido que los aliados fueran echados al mar.

La división se va a retirar para establecerse sobre una nueva línea defensiva que pasará a 500m al N de Les Baleries – 500m al S de Meautis – Carretera Nacional (Carentan Periers) cerca de la bifurcación a Auvers – 1000m al N de St Quentin hasta la región inundada de la Taute, a la altura de su unión con el canal Taute-Vire.


14:30 aprox.
el 6/37 es retirado hacia la principal línea de resistencia y se coloca como compañía intermediaria el E de la Carretera nacional 171, justo en el extremo izquierdo del despliegue del II/SS Pzgr Rgt 37, batallón al que pertenece.


Gunther corre junto a sus hombres en paralelo a la carretera de Carentan a Periers, hacia Raffoville, el punto de partida de la compañía. Han sufrido casi un treinta por ciento de bajas y han tenido que retirarse pero han conseguido aguantar hasta que las demás unidades forman una nueva línea de resistencia.
Lo irónico es que mientras pasan corriendo, algunos de los que antes se retiraban, ahora nuevamente atrincherados, los llaman cobardes. Gunther ni se para a contestar.
Siguiendo las órdenes recibidas la compañía cruza la carretera general y allí se despliegan. A unos pocos metros del cruce con la carretera de Auvers. Allí cavan trincheras y una línea de pozos de tirador. Allí pueden descansar por fin. Los americanos han decidido no asaltar la nueva línea de defensa.
Mas tarde llegará comida caliente y chocolate. Un sueño deseado por todos ellos.
Gunther será herido en Alsacia y recogido por camilleros americanos. Tras la guerra será sometido al proceso de desnazificación por haber sido un suboficial de las SS. Se alistará en el nuevo ejército de la República Federal Alemana. Ya licenciado, será uno de los ancianitos que vimos bailar por la tele el día de la caída del muro de Berlín. Muere en su casa en 1998.

El I/SS Pzgr Rgt 37 se atrinchera a la izquierda de la carretera nacional 171

Otto se deja caer al suelo como un fardo. Está agotado. Un suboficial distribuye pastillas de cafeína, dos por persona. Una para ahora y otra por si hace falta luego. Otto se las toma las dos. Sabe que si no, no podrá resistir el cansancio.
Cavar trincheras, establecer posiciones, es la historia del soldado. Aún mas como ametrallador. Pronto el y sus dos compañeros se han construido una bonita posición. Han quitado algunas piedras del seto y han recortado un poco las ramas, lo suficiente para ver sin ser vistos. Y al lado han cavado un refugio por si hay un bombardeo, todo camuflado con ramajes y un trozo de red de camuflaje que han logrado agenciarse. Por suerte no hay mas combates esa tarde que algún tiroteo esporádico.
Por la noche llega cena caliente. Y la noticia de que no serán relevados del frente. Se organizan las guardias y Otto trata de dormir. Su hombro le tira, pero lo ha visto un médico que le ha dicho que no es grave. Y en efecto no lo será.
Otto sobrevivirá a la guerra sin ser capturado. En mayo de 1945 quedará en la zona asignada a los soviéticos. Se verá obligado a quemar su uniforme de las SS y ponerse el uniforme de un soldado muerto de la Wehrmacht. Tras rendirse a los soviéticos será enviado a Siberia, pero sobrevivirá. Aunque morirá tres años después de volver a Alemania. Nunca recuperará del todo la movilidad del hombro.


A su izquierda se une el FJG 6, hasta las llanuras pantanosas, con el Ost-bn 635 bajo su mando.

Bruno Linn escupe de nuevo. Aunque es innecesario. El suelo ya está suficientemente inundado. Están en medio de un terreno cubierto de grandes charcos cenagosos. Justo en la linde del pantano.
Bruno maldice. Pensar que el terreno está así porque ellos mismos han abierto las esclusas y lo han inundado. Y encima les dan la orden de cavar trincheras. Es absurdo. Cualquier agujero se llena de agua de inmediato.
Por suerte los sherman no pueden llegar hasta ellos. Uno de ellos hundido en el barro hasta medio casco es testigo mudo del intento. Han pasado bastantes horas desde el inicio del ataque y todos están agotados. No obstante hacen todo lo que pueden para construir una posición desde la que combatir el brutal contraataque americano.
Bruno piensa en la ironía. Por la mañana iban a retomar Carentan. Ahora están mas lejos que por la mañana, tratando de evitar que los arrasen. Es una movida de mierda.
Bruno se siente en el suelo y su uniforme chupa el agua cenagosa, empapándolo hasta la cintura. No le importa. Apoyado contra un parapeto de fortuna, se duerme.
Bruno Linn sobrevivirá a la guerra, pero jamás volverá a Breslau, que formará parte del nuevo territorio Polaco. Se establecerá en Bonn y se casará con la hija de un zapatero de la localidad cuya profesión y taller heredará. Por mucho que sus hijos y sus nietos se lo pidan, jamás contará sus experiencias de la guerra. Sigue vivo a fecha de hoy.


Con la batalla terminada, sólo quedará reubicar las líneas y los puestos de mando. El CG divisionario se quedará cerca de Raids, donde estaba antes del combate, el del SS Pzgr Rgt 37 se montará cerca de Neuville y el del FJG 6 cerca de Raffoville.

Los combates continuarán el 14 de junio por la mañana, un ataque a cargo del 502 y 506 PIR a lo largo de la carretera nacional 171, detenido en Picard y cerca de La Sadoterie será detenido por los hombres del II/SS Pzgr Rgt 37, en especial la 6ª compañía. Serán duros combates en un sector lleno de cercas con apenas ganancias para los atacantes.


Imagen
Los primeros prisioneros.

CONCLUSIÓN
Con este contraataque fallido terminará la primera gran acción en la guerra de la división “Gotz von Berlichingen”. Los motivos del fallo serán muchos, pero principalmente la falta de efectivos para llevar a cabo un ataque tan ambicioso, por no hablar de la ausencia de apoyo aéreo y el escaso apoyo blindado conseguido.
La división combatirá en el extremo oeste del frente normando hasta el final de la campaña, participando en el contraataque de Mortain, donde se distinguirá, aunque ya reducida a un kampfgruppe.
Será reconstruida y combatirá de nuevo en Alsacia y sobre la línea Sigfrido.


**********
Mapa 5

Imagen

Amanecer el 14 de junio de 1944

Se puede ver la línea de frente y las unidades de ambos bandos.
**********

Fuente principal de los datos históricos:
Jean Claude Perrigault y Rolf Meister: Album Historique "Gotz von Berlichingen". Vol I. Normandie. Heimdal 2005.

Fuentes que han inspirado las narraciones:
Innumerables entrevistas y extractos de diarios, extraidas de revistas y volúmenes, principalmente:
Hors-Serie de la Seconde Guerre Mondiale, de la editorial Histoire & Collections.
Hors-Serie Historica y revista 39/45, de la editorial heimdal
Revista Military Heritage.
Revista WWII Heritage
Volúmenes de las editoriales Crítica, Debate y Ariel.


Espero que os guste.

Koenig.


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Urogallo
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Mensaje por Urogallo »

No lo dudes un solo segundo.
"Adoro Alemania. Por eso me gusta que haya dos" Charles de Gaulle.
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Mensaje por Felipe82 »

buah.....impresionante!!!
El ignorante tiene valor; el sabio miedo
Si no puedes sorprender con brillanteces, desconcierta con gilipolleces.
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Mensaje por Migue »

Amigo Koenig, gracias por regalarnos este trabajo tan ameno e interesante.

Ahora estoy muy cansado, este finde me lo estudio con tranquilidad e iniciamos un debate.

Pongo un enlace de un trabajillo que publique hace tiempo sobre la GvB por si algun compañero lector del post le interesa.

http://www.elgrancapitan.org/phpbb2/vie ... php?t=7504

Un saludo a todos
Se que nací ayer, pero una mujer me hizo envejecer de repente. Desde entonces ni un amanecer me vio sereno.
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Mensaje por malarky »

Impresionado estoy... :dpm:
Fantástico trabajo.
“El hecho de ser japonés no es un crimen, sin embargo, mi mayor crimen es ser japonés”
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Mensaje por Vonderheydte »

Muy bueno Koenig. :dpm:


Por culpa del trabajo no puedo entrar con tanta asiduidad al foro.
El tema del 6FJR y Carentan es un asunto que tenía aparcado para poder hablar.
El problema es que no tengo nada de tiempo.
Os dejo una serie de fotos que tenía preparadas...

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Podemos comentar algo...
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Mensaje por Vonderheydte »

Los restos de la batalla...

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Saludos.
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Mensaje por Vonderheydte »

Mitiquísima fotografia de von der Heydte y el SS-Brigadeführer Ostendorff.

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[Acciones del 13 de junio.

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Me gustaría comentar algo pero no tengo tiempo... :x



Un saludete al foro.
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Mensaje por Koenig »

Buenas tardes.

Interesantes fotos las que aportas Vonderheydte.

La verdad es que la GvB es una de las divisiones SS "olvidadas" por decirlo de algún modo, ya que recibió la sombra de otras, no se si mas importantes, pero si que estuvieron en escenarios mas famosos.

Otro asunto interesante sobre el que me gustaría añadir alguna información, si tengo tiempo, es el abandono de Carentan por los hombres de Vonderheydte, que lo llevó a ser sometido a un consejo de guerra, que, por lo que sé, no concluyó en nada. Aunque si lo condecoraron por otra vía.

Agradezco los agradecimientos.

Un saludo.

Koenig.
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Mensaje por Werewolf »

"El proposito de la guerra no es morir por el pais,sino hacer que el otro bastardo muera por el suyo. Patton
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Mensaje por malarky »

Buenos Links, gracias :dpm:
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Esta foto me parece trucada :?
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Mensaje por Migue »

Koenig escribió:Buenas tardes.
La verdad es que la GvB es una de las divisiones SS "olvidadas" por decirlo de algún modo, ya que recibió la sombra de otras, no se si mas importantes, pero si que estuvieron en escenarios mas famosos.
Hola Koenig, precisamente por lo que comentas es lo que me animo a estudiar, sin profundizar en el tema, a la Division GvB. Lo cierto es investigando sobre este particular muchos historiadores catalogaban a esta unidad como de elite, a finales de 1944/45.
Koenig escribió: Agradezco los agradecimientos.
Koenig.
Que menos macho, gracias a ti por ofrecernos este trabajo y por tu tiempo.

Saludos a todos.
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Mensaje por Vonderheydte »

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Una pregunta compañeros.

http://www.foothill.net/~yergen/unit-cos.html


http://www.waffen-ss.no/ss-panzergrenad ... hingen.htm



En todas las listas de los comandantes de la citada división, vemos que en enero de 1945, el mando lo tenía el Oberst Gerhard Lindner, es decir un coronel del Heer.

¿Sabeis cual es el motivo de que un militar del Ejército Regular mandara una división de las Waffen SS?


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Saludos.
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Werewolf
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Mensaje por Werewolf »

Saludos¡¡


La verdad es que la Division hizo honor al caballero del cual recibio el titulo.Menudo elemento tuvo que haber sido este personaje.

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Gottfried (Gotz) Von Berlichingen.


Y esta una foto del Generalmajor Gerhard Lindner junto a su ficha personal y militar :

http://www.geocities.com/~orion47/WEHRM ... RHARD.html

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Generalmajor Gerhard Lindner.


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"El proposito de la guerra no es morir por el pais,sino hacer que el otro bastardo muera por el suyo. Patton
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Migue
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Mensaje por Migue »

Vonderheydte escribió: En todas las listas de los comandantes de la citada división, vemos que en enero de 1945, el mando lo tenía el Oberst Gerhard Lindner, es decir un coronel del Heer.

¿Sabeis cual es el motivo de que un militar del Ejército Regular mandara una división de las Waffen SS?
Saludos.
Es una cosa que tambien me llamo la atencion, pero si te fijas solo fue unos dias, seguramente hasta que se pudiera encontrar otro sustituto o que el comandante elegido para mandar la division estuviera disponible para tomar el mando.
Se que nací ayer, pero una mujer me hizo envejecer de repente. Desde entonces ni un amanecer me vio sereno.
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joseph_porta
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Mensaje por joseph_porta »

Excelente trabajo Koenig, muchisimas gracias por permitirnos la oportunidad de leerlo, me ha gustado mucho en serio. :wink:
_____________________


Saludos!!!


¿Que cada vez se lee menos en España? ¡Libros mas baratos y bien traducidos ya!
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Migue
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Mensaje por Migue »

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Uno de los StuG III del 17th Panzer Abteilung "Gotz Von Berlichingen". Notese su marca táctica.
Se que nací ayer, pero una mujer me hizo envejecer de repente. Desde entonces ni un amanecer me vio sereno.
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Vonderheydte
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Mensaje por Vonderheydte »

Hola amigos.
Me estaba acordando del capítulo titulado "Carentan" de la serie "Hermanos de sangre".
Concretamente el contraataque efectuado por la "GvB".
En él vemos, al unísono, un montón de Waffen SS y Fallschirmjager apoyados por un fuerte componente blindado atacando a los paracaidistas americanos...
Por lo comentado más arriba por Koenig, parece que eso no es del todo cierto... ¿Opiniones?



Saludos.
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Vonderheydte
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Mensaje por Vonderheydte »

He estado releyendo el libro "Les lions de Carentan" de Volker Griesser. En la página 59 cuenta un suceso para mí un poco sorprendente.

Tras el fallido contraataque de los soldados de la 17 SS Division sobre la ciudad de Carentan.
Von der Heydte, para hacerse una idea de la situación (recordad que su regimiento, el 6FJR, cubría el flanco de la división Waffen SS), avanza hacia la ciudad acompañado de la sección de asalto regimental.
Ante la cantidad de huídos de las Waffen SS decide juntar a todos los oficiales y SS-granaderos dispersos y unirlos a sus fallschirmjager.
El mayor von der Heydte inspecciona el grupo de SS y les hace rellenar unos papeles, para que cambien su pertenencia de las SS a la Luftwaffe y engancharlos como fallschirmjager.
Manda por correo la documentación al ministerio de la acviación del Reich. Y así de esta forma el 6 FJR es reforzado de forma reglamentaria.




He leído muchos libros sobre la 2GM y es la primera vez que oigo una cosa así.
Alguna vez he visto como unidades de combate son reforzados con unidades dispersas y con carácter temporal. Pero, hacerlo tan reglamentario y definitivo como lo dispuesto por von der Heydte, nunca.



¿Qué pensarían los Waffen SS asimilados a fallschirmjager?
¿Les gustaría laidea?
¿Es mejor estar al servicio del SS-Brigadeführer Ostendorff o del Major von der Heydte?




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En la foto superior vemos un grupo de paracaidistas del 6º FJR y granaderos Waffen SS de la 17 SS Division "GvB".

Saludos.
Última edición por Vonderheydte el 08 Jul 2006, editado 1 vez en total.
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Migue
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Mensaje por Migue »

Hola compañero, cuanto tiempo...

Esta informacion era totalmente desconocida para mi y me resulta un poco dificil de creer. Que un comandante regimental pudiera hacer eso me resulta un poco dificil de asimilar (ojo que no digo que sea falso).

Realmente confirmas este dato??

Un saludo vonder...
Se que nací ayer, pero una mujer me hizo envejecer de repente. Desde entonces ni un amanecer me vio sereno.
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Vonderheydte
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Mensaje por Vonderheydte »

Hola Migue.
Un fuerte abrazo, te añoro... :pre:
¿Dónde te has metido? ¿El curro?

Desgraciadamente por mi parte he cambiado de trabajo y dispongo de mucho menos tiempo libre. :cry:


Sobre la veracidad de lo dicho en el libro de Griesser, no sé que comentarte.
Personalmente me parece un poco fantástico, pero, es lo que pone... :o

¡Por el morro "tos" "pa" los fallschirmjager! ¡Viva von der Heydte y sus coj**nes bien puestos!
Imagínate la escena, el SS-Brigadeführer Ostenforf hasta los bu*vos, de un simple "Major" que le ha "chuleado" la retirada de Carentan; y ahora se entera de que el muy mal nacido le "chorea" sus soldados.
¡Todos al Consejo de Guerra! ¡Arrrr! :lol: :lol:



Saludos.
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Mensaje por Lt.Winters »

Buff, acabo de ver este post y es....increible :o . Impresionante trabajo Koenig FELICIDADES :dpm: , y gracias por dejarnos aqui tus historias.

Un saludo a todos
Alexander Suvorov

Mensaje por Alexander Suvorov »

Un post brillante desde todo punto de vista. Absolutamente enriquecedor. Muchas gracias Koenig. Fuertes abrazos.-
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Mezguer
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Mensaje por Mezguer »

Koenig excelente, muy bueno y que seguro te ha traído un montón de trabajo. Danke schön!
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Mensaje por peiper »

Muy guapo Koening , un gran trabajo , haber si me lustro un poco , que esta muy entretenido , conozco poco acerce de la 17 ss , casi no he leido nada .
Muy trabajado . Gracies.
Los hijos de Doom enseñaron a mi señor el camino hasta la montaña del poder. Le dijeron que tirara su espada y volviera a la tierra. Ya habrá tiempo para que retorne a la tierra para la tumba !!!
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Mensaje por Gral Fernando »

Muy bien Koenig, un trabajo fantastico!
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (Oscar Wilde)
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Mensaje por peiper »

A partir del 7 de Julio en la zona Carentan-St. Lo -Avranches, entra en juego Das Reich , cuando las tropas americanas de la 30 y 9 div. de inf. cruzan el canal Vire-Taute.

Son los tiempos felices de Ersnt Barkmann y su pantera 424 , que le valdran para ganar la cruz de hierro de los caballeros el 27 de Agosto de 1944.
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Urogallo
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Re: Los SS contraatacan en Carentan.

Mensaje por Urogallo »

¡La esquina Barkmann!

Pero antes la resistencia francesa había retrasado su traslado desde el sur.
"Adoro Alemania. Por eso me gusta que haya dos" Charles de Gaulle.
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