La ambición de Prasca y la operación Epiro

"Personajes" que han dejado o pretendido dejar huella en la Historia Militar de la Segunda Guerra Mundial.

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caracalla
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La ambición de Prasca y la operación Epiro

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Visconti Prasca era un oficial ambicioso e intrigante, que se hizo con el mando en Albania merced al patronazgo del subsecretario para la guerra, Ubaldo Soddu. Era impopular entre el Estado Mayor italiano porque a menudo hacía caso omiso de ellos y se ponía en contacto con Mussolini. Sospechaban, certeramente, que sus objetivos eran personales y que su ambición no conocía límites. Concibió la campaña contra Grecia como una procesión triunfal con una resistencia mínima griega. Antes de que sus tropas llegaran a Atenas se veía a sí mismo como mariscal de Italia. Pareció hipnotizar a Mussolini con su propio entusiasmo acerca de la guerra contra Grecia, que iba a consistir en una «serie de operaciones de acorralamiento contra las fuerzas griegas». Hablaba el lenguaje que le gustaba oír al dictador italiano: no el propio de la planificación minuciosa y calculada de la mentalidad militar, sino otro formado por frases como «liquidar las tropas griegas», «golpe contundente» o «voluntad de hierro».
Se encontraba ante el siguiente dilema: teniente general a los 57 años, situado en un lugar bajo del escalafón, era consciente de que si el mando de tropas crecía en exceso sería precedido por un oficial más antiguo. Su enemigo Roatta lo había insinuado así. En una conversación acerca del mando albano, Roatta había exclamado, «pero en el caso de que te nombraran general pasarías por delante de Rosi». En realidad, Rosi era más antiguo incluso que Roatta, por lo que existía el riesgo de que Prasca saltara por delante de ambos. Eso era en realidad lo que este último estaba intentando; Prasca había escrito a su amigo Soddu hablándole del uso de otros generales.
“Desde el punto de vista operativo, en las presentes circunstancias no es en absoluto necesario contar con su presencia, que constituiría una obstrucción más que una ayuda, aunque naturalmente serán bienvenidos todos aquellos que envíen las altas autoridades ... Tendrán su porción de gloria ... De acuerdo con lo dicho, tengo razones para pensar que existen deseos de usar la anticipación de otros jefes en la operación Epiro para disminuir, de forma camuflada pero directa, mi responsabilidad como comandante.”
Roatta se opuso con todas sus fuerzas al «trepador» Prasca e intentó que fuera reemplazado por Ambrosio o Vercellino, pero Mussolini sostuvo con firmeza al hombre que le había inspirado con una visión de las posibilidades militares de Italia. Escribió a Prasca el 25 de octubre en los siguientes términos: «Querido Visconti, como sabes, y si no te lo digo ahora, me he opuesto a todas las tentativas de retirarte el mando en vísperas de la operación. Estoy convencido de que los hechos y ante todo tus acciones me darán la razón. Ataca con la mayor determinación y violencia».
Se produjo la intervención del mariscal Badoglio, que puso en peligro los planes de Visconti Prasca. Badoglio consideraba que Prasca disponía de un número insuficiente de divisiones para la campaña y sugirió buscar refuerzos sustanciales.
Para invadir el país heleno, los italianos disponían de 8 divisiones en Albania, bajo el mando del general Visconti Prasca. Badoglio, jefe del Estado Mayor General del Comando supremo, indicó que si se quería invadir Grecia, debían emplearse 20 divisiones. Por lo tanto había que trasladar 12 a Albania, y esto requería 3 meses. Pero Mussolini, impaciente y auspiciado por la ambición de Prasca, dio 12 días de plazo para iniciar la operación..
El 26 de octubre debía comenzar la operación sin tardanza. A pesar de los reparos de Badoglio que se oponía a atacar Grecia sino era en las debidas condiciones, Visconti-Prasca convenció al Duce de que era posible conquistar al país en una “campaña relámpago”, de no más de un mes.
Pero aún esperó al 27 de Octubre de 1940 para que el Gobierno Italiano, a fin de cubrir las apariencias, pudiera enviar un ultimátum al Gobierno Griego exigiendo el paso a componentes del ejercito italiano a penetrar en territorio griego para perseguir bandas de insurgentes que estaban atacando dentro de territorio albanés, ahora bajo control de Italia, el gobierno griego negó toda ingerencia y el mismo 27 el Duce ordenó la entrada en guerra contra Grecia y Prasca, empecinado en sus ambiciones, no quiso contar con más tropas e insistió en que bastaba con cinco o seis divisiones.
La campaña, totalmente desastrosa, estuvo plagada de corrupción e ineptitud militar. Resultó evidente la precipitación en todos los departamentos, habida cuenta de que Mussolini intentaba un coup de main antes de que Hitler interviniera para pararle los pies; por su parte, Visconti Prasca buscaba la gran victoria antes de que Roatta le hurtara el mando militar que iba a colocarlo en lo «más alto del escalafón militar». La ambición de Prasca exigía que pasara a la acción antes de que sus tropas estuvieran listas, que subestimara la amenaza griega para poder seguir al frente de la campaña y no ser reemplazado, que rechazara refuerzos que hubieran hecho que el mando hubiera sido demasiado grande para un oficial de su rango y que exagerara la eficacia de su preparación y las cualidades bélicas de sus tropas para ganarse el apoyo de Mussolini. El resultado de tamaña operación dirigida a la promoción personal fue una catástrofe para las tropas italianas y la pérdida de miles de vidas en los crueles combates de la campaña invernal griega.
En apenas una semana de lucha, Mussolini reemplaza al General Visconti Prasca, por el General Ubaldu Soddu, temeroso de que los ingleses lleguen con ayuda si en un mes no han logrado la victoria. y los italianos decidieron enviar a Albania nuevas divisiones. Sin embargo, todas las tropas italianas combatientes en Grecia carecían de municiones, armas, víveres, material sanitario y ropa de invierno, lo que explica las enormes pérdidas sufridas por congelación, ya que el invierno ese año fue muy riguroso.
El cambio de mando resulta peor. Los avances son muy lentos y las bajas enormes. Aunque desde el comienzo la operación adolecía de apresuramiento, también influyeron en su fracaso el no reconocer, de antemano, en los mapas el terreno montañoso poco propicio para los carros de combate y atender al clima que se avecinaba en el mes que comenzaron las operaciones y la aparición de unos frentes fríos que trajeron importantes temporales, los cuales perjudicaron su avance desde un primer momento y anularon la actuación de la aviación. La frontera fue atravesada bajo una fuerte lluvia, que convertía los caminos en lodazales y agrandaba enormemente los ríos.
Pese a esto, los italianos avanzaron antes de que la movilización griega se completase. El ala izquierda, constituida por la D.I. alpina Julia, remontó el valle del Vojousa y el 2 de noviembre se apoderó de Vovoussa. Había recorrido 40km., y se hallaba al pie del Metzovo, entre Larisa y Janina. Los griegos contraatacaron y la obligaron a retirarse precipitadamente. A partir de ese momento finalizó su avance, y comenzó el contraataque griego el 14 de noviembre, y rompieron el frente en su ala derecha.
El 5 de diciembre ya estaban en Preneti, 37km. adentro de tierra albanesa. Por su parte, el ala izquierda de los ejércitos helenos había ocupado Saranda y Argyrocastro para el 8 de diciembre. A partir de entonces, el ataque se suspendió. Los griegos también habían sufrido grandes pérdidas, y sólo debían combatir en las montañas, pues carecían de tanques y cañones que pudieran destruirlos, mientras que en el bando italiano no había tal carencia. Eso explica porqué las tropas de Papagos siempre evitaban los llanos; las montañas no eran propicias para el empleo de carros de combate.
En abril de 1939 el Reino Unido había garantizado su apoyo a los griegos en el caso de que sufrieran un ataque alemán. No obstante, tras la invasión de Grecia por los italianos en octubre de 1940, el líder griego -Metaxas- no estaba demasiado dispuesto a aceptar apoyo militar por miedo a provocar la intervención alemana. En realidad, los griegos mantenían por sí mismos a raya a los incompetentes comandantes de Mussolini en Albania.
Salvo, las ofensivas, los griegos no detienen las operaciones. Toman posiciones defensivas aprovechando el mal tiempo y esperan. En su retaguardia, mientras tanto reciben ayuda de los británicos, que operan desde sus bases aéreas esparcidas en el sur de Grecia.
El día 9 de marzo, mejora el clima y los italianos lanzan una nueva ofensiva. Las cosas empeoran. La ayuda británica es muy efectiva y en una semana, cinco divisiones italianas son destruidas. Nuevamente se estanca el frente, ante la desesperación de Mussolini, pues han pasado casi cinco meses desde que se inició la ofensiva el 28 de octubre.
Los griegos habían movilizado 15 Divisiones, otras 4 Brigadas y una D.C. Éstas tropas estaban mandadas por un hábil jefe, el general Papagos.
Cualesquiera que sean las culpas del general Visconti Prasca en la campaña de Grecia la responsabilidad principal es atribuible, en última instancia, al Jefe del gobierno de Italia, Benito Mussolini. Y no sólo por lo de Grecia, también por lo de Libia, Africa Oriental, Rusia y en cuanta campaña en que entró en batalla el ejército italiano.
Agrava la responsabilidad en la derrota italiana de Mussolini el hecho de que durante muchos años ejerció simultáneamente los cargos de Jefe del gobierno y Ministro de Guerra, del Aire y de la Marina. No sólo encabezaba el gobierno, sino a todos los ministerios de las fuerzas armadas. Era un civil que había servido unos meses en la guerra, allá por 1916, y carecía de conocimientos castrenses. Eran los subsecretarios los que manejaban los ministerios pero con autoridad disminuida obviamente y además eran relevados frecuentemente. Así en 1940 las fuerzas armadas italianas no estaban preparadas para la guerra moderna.
Además el equipo italiano era heterogéneo, antiguo en su mayor parte (usaban mucha artillería de la I GM), y poco fiable. Pero este fenómeno le ocurría a todo el mundo. Con la excepción de aviones, tanques y camiones, casi todo el equipo de 1940 era sobrante de la Gran Guerra o construido posteriormente pero con los diseños anticuados. Apenas Alemania y la URSS, que habían quedado casi desarmadas tras sus crisis, equiparon sus ejércitos con equipos nuevos.


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Max Staub
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Mensaje por Max Staub »

menudo personaje... un tipico "trepa" de los que no les importan los muertos que deja por el camino con tal de alcanzar sus objetivos personales... y encima no logra nada "bueno" :dpp:

del Duce, ¿que decir?... se lo creia todo...
La verdad está ahí fuera... pero se está más calentito dentro
Cuando ya no puedes caminar, te arrastras. Cuando ya no puedes ni arrastrarte siempre hay algún compañero que puede cargar contigo unos metros más...
La felicidad no se compra con dinero. Yo solo pretendo alquilarla durante una temporada.
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MiguelFiz
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¡Bien!

Mensaje por MiguelFiz »

¡Bien!, muchas veces se tiende a atacar indiscriminadamente a las tropas italianas culpando a algun extraño e invisible fenomeno de torpeza intriseco a ellas, como si el haber nacido en determinado lugar o tener determinado pasaporte formara la eficacia combativa, trabajos como este abren los ojos a que la verdadera causa estaba en unos mandos que solo estaban a la altura de su lider, de clara incompetencia y mas interesados en juegos palaciegos que en el uso y destino de sus tropas.
Actualmente leyendo...
  • "The Impact of the Russo-Japanese War" de Rotem Kowner
    "The abyss. World War I and the end of the first age of globalization" de Niall Ferguson"
    "Lost at Nijmegen: A rethink on operation 'Market Garden'! de R.G. Poulussen
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...las tropas afganas tienen 300,000 elementos bien equipados, tan bien bien equipados como cualquier ejercito en el mundo, y una fuerza aerea, contra unos 75,000 talibanes. NO ES INEVITABLE la toma de Afganistan por los talibanes.

Respuesta a la pregunta de un periodista el 7/julio/2021 de Joe Biden, comediante, entrenador de amigos imaginarios y presidente aficionado
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Ab insomne non custita dracone
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