GUERRA FRIA EN LATINOAMERICA

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Mítines y desfiles de milicianos de estética castristas:








Caamaño dándose un baño de masas en su reducto de Ciudad Nueva:

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Los americanos por su parte no se quedaron atrás en la guerra psicológica: hasta una unidad del US Army especializada en este tema fue trasladada a Santo Domingo. Se repartieron folletos y volantes, incluso se lanzaron desde aviones, se pegaron posters, etc… El edificio de Radio Santo Domingo quedó en zona Constitucionalista, al norte del corredor ocupado por los americanos, algunos criticaron que no se hubiese capturado en su día y calificaron esto de error. La estación, capaz de ser escuchada en todo la isla, en manos de los rebeldes, se convirtió en una poderosa arma de propaganda, de hecho, en la "mayor espina clavada en el costado de los americanos”. Los americanos trataron de interferir sus emisiones desde buques de la Army Security Agency, pero sin resultado.

Volantes repartidos en República Dominicana en 1965:

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Pero la campaña más importante y más exitosa en este sentido lanzada por los americanos fue la de mejorar y aliviar las condiciones de vida de la población civil. Los servicios fundamentales se encontraban en un caos total, ya ellos que no funcionaban muy bien antes de la guerra, con los combates empeoraron o dejaron de prestarse. La basura y los cadáveres cubrían las calles, los cortes en la energía eléctrica eran frecuentes, el agua potable era escasa, y la población cansada de la guerra necesitaba de alimentos y atención médica. El ejército americano abrió sus hospitales a los enfermos civiles, y se llenaron de gente, con los médicos practicando a la luz de velas. Al principio, el ejército de los EE.UU. respondió a las carencias y sufrimiento humano de forma espontánea, compartiendo las raciones C con los dominicanos hambrientos o la prestación de tratamiento médico improvisado. El 3 de mayo, un Programa de Acción Cívica suplantó este voluntarismo. Los infantes de marina y la 82º División comenzaron la distribución de arroz, leche en polvo, harina de maíz, frijoles, aceite de cocina, agua y ropa a la población. A petición de la Embajada, Washington autorizó la distribución de alimentos a las personas de "ambos lados" en la guerra civil, siempre y cuando fuese personal desarmado. En total, más de 15.000 toneladas de alimentos y 7 de ropa fue repartida, no sólo en la capital Santo Domingo, sino en el campo también.
Los suministros médicos necesarios para trabajar las clínicas vinieron de los Estados Unidos, el primer lote llegó el 1º de mayo como el resultado de una petición de la Embajada, con envíos sucesivos que comenzaron el 5 de mayo.
Mientras las tropas de marina y del ejército dispensan alimentos y medicinas, ingenieros militares trabajaron para restaurar la energía eléctrica (la termoeléctrica de la ciudad, en la orilla Este del rio Ozama, sí que había sido ocupada por el US Army) y el agua a Santo Domingo y para reparar la incineradora de la ciudad para que la recolección de basura se pudiese reanudar. Con la ayuda de expertos civiles y militares, lograron poner las plantas en funcionamiento. Esto logró que muchos comenzaran a mirar con otros ojos a los invasores extranjeros, y les granjeó simpatias entre la poblacion civil, ya que de los americanos recibian atencion y bienes materiales, mientras que de los constitucionalistas solo palabras y promesas de mas sacrificios y mas lucha.

Médicos militares americanos atienden a civiles dominicanos:

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Repartiendo agua y comida:




Recogida de cadáveres:

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Curiosamente, esta campaña de recogida de basura de los americanos proporcionó a los comunistas uno de sus íconos históricos: una foto que ha simbolizado por muchos años (y aun hoy día) la “resistencia y la lucha del pueblo dominicano frente al invasor yanqui”:
Fotografía tomada por Juan Pérez Terrero en 1965, cuando él trabajaba en periódico dominicano El Caribe:


La realidad es mucho más prosaica:
En realidad la discusión no fue por ningún tema político ni el protagonista dominicano era de los rebeldes, la pelea vino por un tema de unas basuras que estaban en la calle, que el marine pretendía que el hombre recogiese (no se si las había tirado el o ya estaban allí), y este, envalentonado por el alcohol según su misma confesión años después, le plantó cara de mala manera al soldado. Se ve que el problema de la basura en la ciudad de Santo Domingo es crónico, tengo familia que estuvo en este mes allí de visita, y vio mucha tirada por las calles.

La historia tras la fotografía:
“Siguieron otras primera páginas en numerosos diarios del mundo y cada vez (cada aniversario de la revolución de Abril) El Caribe la reproducía, insistiendo en el gran éxito que había obtenido. Y así seguía hasta un domingo temprano cuando el protagonista de la foto llegó a la Redacción de El Caribe con un ejemplar en la mano izquierda y preguntó”:
-“¿Y hasta cuándo ven ustedes a seguir publicando la jodida foto esta que lo único que ha hecho es impedir que me visen en el Consulado de Estados Unidos?”.
“Quienes estábamos allí, -sigue narrando Radhamés-, nos quedamos petrificados. El hombre dijo que el día de la foto, él estaba tomando tragos y había salido a la calle a comprar más ron cuando el soldado trató de ponerlo a recoger basura. Él se negó. Discutieron, parece que el soldado advirtió las condiciones de nuestro hombre, y le permitió marcharse. Juan lo vio todo”.
http://www.alcarrizosdigital.net/?p=31436

Entrevista con el protagonista:
http://www.youtube.com/watch?v=y00ZKCa6RTE

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Los Boinas Verdes en Dominicana:

Una de las primeras misiones (principios de Mayo) de los Boinas Verdes fue la llamada Operación Green Chopper, que consistió en evaluar la situación en el interior del país, fuera de la capital. Tenían que conducir o volar vestidos de civil a cerca de 50 ciudades y pueblos en todo el campo, a menudo acompañados por personal de la embajada para dar credibilidad a una pantalla sobre la realización de encuestas económicas, de agricultura, o médicas. Trabajando encubierto, a menudo los Boinas Verdes establecieron su residencia en los pueblos asignados y comenzaron a recoger información, aunque esta fachada pronto se quebró ya que estaban armados, usando equipos del Ejército de Estados Unidos y fueron reabastecidos por
personal del Ejército de Estados Unidos que utilizan aeronaves militares. Los informes de las Fuerzas Especiales en la Operación Green Chopper confirmaron que el campo estaba tranquilo. No había insurgencia en el interior. El destino de la República Dominicana se determinaría en Santo Domingo.

Al tener dificultades para cruzar armas a traves de la zona americana, los rebeldes decidieron ir por debajo, a través del sistema de alcantarillado de la ciudad. Una táctica de gran éxito al principio, los estadounidenses finalmente se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y elaboraron contramedidas:
Un equipo de Fuerzas Especiales se infiltró en la zona constitucionalista y adquirió de unos archivos que allí habían un plano del sistema de alcantarillado. Otro equipo de Boinas Verdes también ayudó a la 82º División en misiones de reconocimiento en las cloacas (supongo que tendrían experiencia de los túneles con que tuvieron que lidiar en Vietnam), mientras que los ingenieros del Ejército emplazaron un serie de trampas explosivas que incluían minas, granadas, alambre de púas, bengalas, y, según algunas fuentes, agentes químicos. Durante estos preparativos, se producían con frecuencia tiroteos subterráneos.
Después de que los ingenieros instalaron los obstáculos al tráfico subterráneos, soldados por encima del suelo removieron las tapas de registro, bajaron luces, y comenzaron una guardia de 24 horas (en turnos de veinte minutos) en los agujeros. La infiltración subterránea decayó marcadamente después de eso.

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Soldado vigilando las alcantarillas. Trabajo aburrido, no? Y el mal olor que subiria por ahi...


Puntos de control: buscando armas ocultas, como a las mujeres no las podian cachear, aqui estan utilizando ¿un detector de minas? para buscar posibles armas ocultas:

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El 15 de Mayo de 1965, la guerra civil en Santo Domingo sufrió un nuevo repunte: ese día los militares “leales” lanzaron una ofensiva masiva, bautizada Operación Limpieza, para barrer a todos los rebeldes de la zona al norte del corredor trazado por las tropas americanas.
La mayoría de los funcionarios y militares de Estados Unidos en Santo Domingo sabían del inminente ataque y le dieron su bendición tácita, aunque las acusaciones de que las tropas estadounidenses ayudaron en la operación, ya sea de forma activa o permitiendo que las tropas de los “leales” cruzar a través de sus puntos de control nunca han sido corroboradas. Como regla general, los militares dominicanos eludieron la zona americana en el transporte de sus fuerzas al norte. Si algunos camiones pasaron a través fueron una excepción a la regla y y se hizo sin la aprobación de Palmer, quien temía que cuando los combates se acercaran se corriese el riesgo de disparar contra posiciones de Estados Unidos.
Contrariamente a las expectativas de los agentes estadounidenses, la ofensiva de los militares de San Isidro tuvo un rápido éxito, aunque a un costo muy sangriento en rebeldes y en vidas de civiles inocentes. La embajada americana pidió a Washington el envío de tropas estadounidenses al norte para establecer una nueva zona de interposición entre los leales y los constitucionalistas, de norte a sur que, al igual que la existente de este a oeste una, separara a los dos bandos. Aunque Palmer indicó que esto se podría hacer, se mostró escéptico sobre el envío de tropas estadounidenses en medio de una situación en la que podrían ser tiroteados por los dos bandos enfrentados. Al final resultó que la creación del nuevo corredor no pudo seguir el ritmo de los avances de los lealistas; mientras que Washington se estaba aún considerando la propuesta, los militares lealistas completaron su barrida del norte, y la limpieza de rebeldes y la captura de Radio Santo Domingo.
No obstante se tomaron medidas para que no fuesen empleados la Marina de Guerra o la Aviación en estos combates. En San Isidro, el batallón de EE.UU. encargado de la seguridad del aeródromo inmediatamente traslado obstáculos a la pista, incluso como algunos pilotos comenzaban a arrancar los motores de sus F-51, llegaron a emplazar ametralladoras apuntando amenazadoramente a los aviones. Quizá tuvo algo que ver que poco antes aviones procedentes de San Isidro habían atacado posiciones rebeldes al Norte, y habían disparado indistintamente sobre fuerzas rebeldes, leales y americanas. Todos respondieron al fuego, y uno de los aviones F-51 fue derribado, aunque su piloto posteriormente fue rescatado por un helicóptero.

El éxito de la Operación Limpieza tuvo varias consecuencias: En primer lugar se silenció Radio Santo Domingo; los rebeldes estaban ahora verdaderamente aislados en Ciudad Nueva y por tanto más receptivos hacia el proceso negociador que estaba llevando a cabo los USA; pero por otra parte los leales se sintieron más fuertes, y comenzaron a poner presión sobre los Estados Unidos para permitir que sus tropas cruzaran la zona americana, la única barrera que les impedía atacar la zona constitucionalista de Ciudad Nueva, y obtener una victoria total. Pero Washington no estaba de acuerdo, deseaba evitar una victoria militar de la junta que conduciría irremediablemente a la dictadura militar, y prefería una solución negociada que permitiese el retorno de la democracia..

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19 de Mayo: contraataque constitucionalista contra el Palacio Nacional:

El martes 27 de abril de 1965, el día de la batalla del puente Duarte, tras una encarnizada lucha, las tropas del CEFA llegaron a la orilla occidental del río Ozama, pero allí fueron derrotadas y no pudieron avanzar más.
Estas tropas estaban comandadas por el general Elías Wessin y Wessin, pertenecían a una facción del ejército llamada “Clan de San Isidro” por el nombre de la base aérea donde radicaban.
Ese día, el general Salvador Montás Guerrero, con los soldados del Batallón Mella había tomado el Palacio Nacional. Hay que decir que este oficial pertenecía a otra facción del ejército, llamada “Clan de San Cristóbal”, y había atacado a los constitucionalistas desde la dirección de Haina. Estas dos facciones, aunque en el mismo bando, eran opuestas, y existían recelos entre ambas.
Se ve que Montás, a quien se señalaba de “balaguerista”, detuvo su marcha y no siguió avanzando contra los constitucionalistas porque desconfiaba de Wessin y además de la rivalidad personal, tenían un problema de falta de coordinación y comunicación. Tampoco tenía comunicación con la Fuerza Aérea y las unidades navales.
Cuando se produce la intervención americana y se establece el área y el corredor de seguridad, la posición del Palacio Nacional quedo ubicada en la zona rebelde, pero ocupada por las tropas “leales”. El edificio estaba rodeado por tres lados por zonas abiertas que daban a la zona constitucionalista, y por el otro a las posiciones de una compañía de paracaidistas americana.
La tarde del 19 de mayo de 1965 los constitucionalistas deciden atacar y recuperar el Palacio Nacional, como una respuesta ante el avance de las tropas del CEFA y Wessin en la parte norte de la ciudad, la llamada “operación limpieza”. Se hacía necesario un golpe contundente que frente a la barrida del CEFA en la parte norte, restableciera la moral constitucionalista. Era un golpe psicológico, la toma del Palacio, símbolo del Poder político, compensaba la derrota en la parte norte. Además la revolución necesitaba obtener posiciones de fuerza que le proporcionara unas mínimas capacidades de negociación política.

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El ataque fue encabezado por los coroneles Manuel Ramón Montes Arache (jefe de los Hombres Rana) y Rafael Tomás Fernández Domínguez, quien había llegado al país pocos días antes enviado por Bosch a convencer al presidente Caamaño de renunciar y promover la salida negociada que desde hacía tiempo se buscaba por los enviados americanos. Cumplió con tramitar el mensaje, pero se ve que el presidente Caamaño lo convenció de que la mejor negociación era combatiendo y sumando territorios. Fernández Domínguez, por intrépidez o valentía, o por participar en la lucha, ya que la mayor parte de la misma estuvo en el extranjero, se prestó para encabezar la misión.
Los constitucionalistas se dividieron en 3 columnas y atacaron desde diferentes direcciones, apoyados por blindados y ametralladoras. La sorpresa no los acompañó, porque el movimiento de más de 200 hombres no pasó inadvertido, algunos revolucionarios han acusado a un helicóptero americano que sobrevolaba de haber dado información al respecto. El caso es que sobre los asaltantes cayeron morteros y fuego de ametralladoras.
La compañía de paracaidistas americanos, que habían establecido buenas relaciones con los soldados dominicanos dentro del vecino Palacio, los consideraban amigos si no aliados. Alegando que varios proyectiles constitucionalistas habían caído dentro de su posición, dispararon una andanada de lanzacohetes de 3,5 pulgadas y de lanzagranadas M79 en la dirección por donde los constitucionalistas atacaban el Palacio, una descarga devastadora que sin duda influyó en el resultado adverso para los atacantes en el combate.
En el fracasado asalto perdieron la vida entre otros muchos el Coronel Rafael Fernández Domínguez, a la sazón ministro de interior y policía del gobierno constitucionalista; Ilio Capocci, el italiano entrenador de los hombres ranas; y otros destacados cuadros de la Agrupación 14 de Junio, rama castrista dentro del movimiento constitucionalista, como: Juan Miguel Román; Euclides Morillo quien había participado en la infiltración guerrillera de 1963; y fue herido Amaury Germán Aristy, líder estudiantil encuadrado en la Agrupación 14 de Junio.

Los jefes militares de las FIP (Fuerza Internacional de Paz de la OEA) comprendieron la peligrosa situación del Palacio Nacional, un bastión aislado de varios cientos de soldados leales dentro del sector rebelde. Dada la importancia simbólica del control del edificio era muy posible que se precipitara otra confrontación por su control con más pérdidas de vidas o que terminara con el monumento nacional destruido. Para calmar la situación, entraron en negociaciones infructuosas la OEA y el Gobierno de Reconstrucción Nacional (donde se encontraba encuadrado Wessin y los “leales”). Se llega a un acuerdo, alcanzado el 1 de junio mediante el cual las fuerzas “leales” se retirarían, y las tropas brasileñas asegurarían el edificio y una zona desmilitarizada de nueva creación que lo rodearía. Al día siguiente, el acuerdo entró en vigor sin incidentes.

Fuentes: Periódico Listín Diario
Power Pack: U.S. Intervention in the Dominican Republic 1965-1966
por Lawrence A. Yates

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Coronel Rafael Fernández Domínguez, foto tomada años antes junto al entonces presidente Bosh:


Ilio Capozzi, veterano de la WWII y entrenador de los hombres rana dominicanos, otro de los caidos en el ataque contra el Palacio Nacional el 19 de Mayo de 1965:


Capozzi en 1º termino, interroga a prisioneros americanos:

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Palacio Nacional de Santo Domingo, 1965:

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Hemos mencionado que los americanos, bajo el paraguas de la OEA, conducían unas negociaciones con el objetivo de lograr un gobierno en Dominicana que lograse la estabilidad entre las dos partes enfrentadas, y que tuviese suficiente apoyo popular para reconducir al país hacia la vía democrática, alejando el peligro del comunismo y evitando una dictadura militar. Tarea difícil por la situación de guerra civil que mantenía exacerbadas las pasiones, y que era fuente de innumerables crímenes y abusos cometidos por ambos bandos enfrentados.

Esto significaba suprimir el gobierno de la junta militar de San Isidro, presidido por el coronel Benoit y cuyo hombre fuerte era el general Wessin -identificado por muchos dominicanos con la reacción y la represión-y la búsqueda de un gobierno alternativo que gozaría de apoyo popular. El emisario de Jonhson, John Bartlow Martin, con el apoyo del embajador Bennett, tomó el liderazgo de la negociación, defendiendo la candidatura del general Imbert, un hombre aún considerado por muchos dominicanos como un héroe nacional por su papel en el asesinato de Trujillo. Además Imbert había mantenido un distanciamiento con los militares y los funcionarios de San Isidro, incluyendo a Wessin, lo que lo convirtió en un candidato atractivo a los ojos de Martin. Este sabía que Caamaño nunca iba a tratar con Wessin, el hombre que la mayoría de los rebeldes consideraban culpable de iniciar la guerra civil. En cambio Martin creía que un acercamiento entre Caamaño e Imbert no era imposible.

El negociador americano John Martin se entrevista con Hector Aristy (llamado por muchos la "eminencia gris" del movimiento Constitucionalista) y con Caamaño:


De esta forma nace el Gobierno de Reconstrucción Nacional, presidido por el general Imbert. Pronto los americanos se dieron cuenta de que Imbert, un “tipo duro” que tenía un ejército privado de 2.000 hombres, era más partidario de la solución militar del conflicto, que de la negociada. De hecho, bajo su mandato no se desmanteló el entramado militar de San Isidro, y fue uno de los artífices de la “Operación Limpieza” que barrió a los constitucionalistas del Norte de Santo Domingo. A fines de Mayo, Imbert llegó a exigir a los USA que le permitieran atravesar el cordón de seguridad para arrasar con sus tropas Ciudad Nueva y acabar con Caamaño. Tropas y funcionarios de la Embajada americana tuvieron que emplearse a fondo para obligarlo a cumplir con el alto el fuego y no colaboró en nada con la búsqueda de una solución negociada.

Estaba claro que hacía falta otro gobierno provisional de amplia base, pero que no podía estar presidido por Imbert.

General vitalicio Antonio Imbert Barrera:

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El 18 de junio de 1965 el comité de observación de la OEA presentó a las partes en conflicto durante la Guerra de Abril un conjunto de proposiciones generales que pudieran servir como base para una solución negociada. Esta incluía la creación de un Gobierno provisional encabezado por Héctor García-Godoy, un político moderado y diplomático que era el candidato preferido de la OEA para Presidente interino, encargado de preparar unas elecciones. Pero ni los constitucionalistas ni el Gobierno de Reconstrucción Nacional (GRN) se apresuraron a aceptar la fórmula de la OEA.

Imbert proclamó que el propio Gobierno de Reconstrucción Nacional legalmente constituía un gobierno y que ya no hacía falta otro.

Entre los constitucionalistas, los elementos comunistas proclamaron su intención de seguir luchando incluso si el coronel Francisco Alberto Caamaño se aviniera a negociar. Mientras que desde Puerto Rico, Juan Bosch instó a sus seguidores entre los constitucionalistas a rechazar a cualquier otro presidente que no fuese el mismo.

La noche del 14 de junio, día en que se recordaba en Ciudad Nueva la caída de los combatientes de la expedición proveniente de Cuba del 14 de junio de 1959, un breve tiroteo estalló después que un grupo de rebeldes disparó contra una posición brasileña, en las cercanías de la Planta Eléctrica El Timbeque, ubicada en la margen occidental del río Ozama. Al parecer esta acción no fue autorizada por Caamaño, un coronel rebelde más tarde se disculpó con los brasileños y prometió cortes marciales para los instigadores. Dentro de la FIP (Fuerza Internacional de Paz de la OEA) se especuló sobre la discordia dentro del campo constitucionalista y la incapacidad de Caamaño para controlar a su gente, o que se tratara de acciones de presión en vistas de las negociaciones que se estaban desarrollando. La Planta Eléctrica quedaba muy cerca de las líneas constitucionalistas de Ciudad Nueva, y frecuentemente era objeto de disparos. Sin duda que su conquista daría a Caamaño un buen activo para negociar.

A la mañana siguiente volvieron a disparar contra posiciones brasileñas y fuerzas de los Estados Unidos. Estos devolvieron el fuego con armas pequeñas en lo que comenzó como cualquier otro tiroteo "de rutina". Pero cuando el 505 Batallón de Infantería sufrió una baja mortal, los paracaidistas en represalia aumentaron el fuego. Los rebeldes también intensificaron sus disparos empleando granadas de gas, ametralladoras de calibre .50, cañones de 20 mm, morteros, lanzacohetes, y disparos de tanques. La 82º División respondió con todas las armas permitidas por las reglas de enfrentamiento.

A las dos horas, una verdadera batalla urbana estaba en marcha. En la 82º division idearon apresuradamente un plan para limpiar la zona de los rebeldes, y entrada la mañana, recibió York (comandante de la 82º) permiso de Alvim (comandante brasileño de la FIP) y Palmer (comandante de todas las fuerzas americanas) para tomar la ofensiva. El 1º Batallón de la 508a se lanzó al ataque, con el apoyo del 2º Batallón de la 505a. Al moverse hacia el sur en territorio rebelde, el 1er Batallón encontró fuerte resistencia pero logró en un plazo de dos horas avanzar varios bloques.

La rapidez del avance y la aparente desintegración de los rebeldes, que huían abandonando armas y uniformes, hizo pensar a los jefes militares que podían tomar toda Ciudad Nueva y acabar con la crisis dominicana en 2 horas. Pero órdenes recibidas de Washington detuvieron el avance. Esto sentó muy mal a York, Palmer y Alvim. Las ordenes decían que se devolviese el territorio conquistado, se ve que Washington y la OEA no querían ninguna interferencia en las negociaciones, pero el general brasileño Alvim en calidad de comandante supremo de la FIP se negó, lo que provocó roces con Palmer. York por su parte se alegró de poder contar con un colchón de seguridad de varios bloques en torno a la Planta Eléctrica. La lucha continuó un día más, pero no hubo más avances por parte de la FIP. La 82º División tuvo treinta y un heridos, tres de los cuales más tarde murieron. Los brasileños sufrieron cinco heridos. Las bajas rebeldes según fuentes estadounidenses fueron estimadas en 99 muertos y más de 100 heridos. (Algunas fuentes sitúan las bajas rebeldes, incluyendo civiles, en 300)

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General brasileño Alvim, jefe de las FIP (a la izq) y el general americano Palmer, jefe de las fuerzas americanas en Santo Domingo en 1965:


El general York, jefe de la 82º division aerotransportada en Santo Domingo, 1965:

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Fuerzas latinoamericanas en Santo Domingo 1965:

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Acta de Reconciliación

Las bajas sufridas por los constitucionalistas el 15 de Junio los hizo más susceptibles a una salida negociada del conflicto, pero endureció la determinación del Gobierno de Reconstrucción Nacional (GNR) para obtener el reconocimiento como Gobierno provisional. Las tropas de Imbert y Wessin disparaban morteros contra la zona rebelde en clara violación del alto al fuego. Imbert se negó a discutir el asunto de su renuncia en favor de García Godoy, entonces el embajador de Estados Unidos ante la OEA, Ellsworth Bunker, fue a la casa de Imbert y le prometieron al líder del GRN que Estados Unidos no permitiría la desintegración militar de República Dominicana o la caída del país en manos de los comunistas; pero que si no renunciaba, dejarían de financiar y apoyar militarmente al GNR. De mala gana Imbert accedió a abandonar la presidencia, más tarde citaría la presión de EEUU como una de las razones de su decisión.

El 18 de Junio de 1965 la OEA presentó el Acta de Reconciliación donde se planteaba que los constitucionalistas y el GNR aceptarían el Gobierno provisional de García-Godoy como el “Gobierno único y soberano de la República Dominicana”, el desmantelamiento de las defensas rebeldes, la incorporación de Ciudad Nueva a la zona de seguridad, una amnistía general, entrega de las armas de los civiles al Gobierno, y, sin medidas punitivas, reintegrar a los miembros de las Fuerzas Armadas que habían desertado al bando rebelde. Además, tras la instauración de un Gobierno provisional, los militares “regresarían a sus cuarteles a las órdenes de su comandante en Jefe, el Presidente provisional”.

Fueron tres semanas de intensas negociaciones en que el Acta de Reconciliación fue revisada varias veces. Finalmente Imbert renunció el 30 de agosto. Caamaño firmó el Acta de Reconciliación un día después, el 31 de agosto, y el 3 de septiembre de 1965 Francisco Alberto Caamaño Deñó renuncia a la presidencia de la República Dominicana. Los jefes militares que habían servido a Imbert también firmaron el acta en nombre del GRN. Con el fin de los dos gobiernos paralelos oficialmente se daba por terminada la guerra civil, aunque las acciones violentas estaban lejos de terminar.

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Uno de los caidos por un disparo en la garganta el 15 de Junio fue Andre Riviere, otro asesor extranjero de los constitucionalistas, este frances que fue teniente de la Legión en Indochina, combatiente en Argel, condecorado y encomiado, pero separado por “insurrecto y rebelde del ejército”, al negarse con un grupo de oficiales a deponer sus armas, después de la decisión política de retirarse de la colonia francesa de Argelia.


Ver Listin diario dominicano:
http://www.listindiario.com/la-vida/200 ... junio-1965

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Para entonces, la retirada de unidades estaba reduciendo la contribución de Estados Unidos al FIP a una brigada de tres batallones (más unidades misceláneas) quedando aproximadamente 6.000 soldados estadounidenses en el país como parte de un total de 8.800 que componían la FIP, considerados suficientes por Palmer y Alvim para mantener el orden y proteger al gobierno provisional. Cuando el gobierno provisional se convirtió en una realidad, la FIP facilitó la circulacion a través de los puntos de control de las zonas de seguridad ocupadas por sus tropas, pero siguió bloqueando el extremo oriental del puente Duarte para evitar que las tropas del CEFA en San Isidro entrasen en Santo Domingo, en un intento de derrocar al gobierno y reanudar la guerra civil.

Parche y medalla de las Fuerzas Interamericanas de Paz en Santo Domingo:


El 5 de septiembre, el nuevo presidente abolió el CEFA como una fuerza separada (una directiva que fue ignorada) y pidió su integración en el Ejército de la República Dominicana. García-Godoy tenía que cumplir con la demanda constitucionalista de la destitución de Wessin, condición pactada previamente a la adhesión rebelde al Acta de Reconciliación.
Al día siguiente, Wessin celebró una conferencia de prensa para declarar su voluntad de liderar al país en una cruzada contra el comunismo, García-Godoy no pudo evitar lo inevitable. El día 8, con los jefes del ejército y el embajador americano Bennett presentes, el presidente dijo a Wessin cara a cara que tendría que abandonar el país.
Wessin como respuesta a la mañana siguiente comenzó a movilizar a sus unidades para una marcha sobre la ciudad. La FIP reaccionó de inmediato. Cuando las fuerzas y tanques del CEFA comenzaron a moverse, fueron rápidamente interceptadas y escoltadas a su base en San Isidro, donde quedaron confinadas.
Por orden de Palmer, las tropas de la FPI bloquearon la base, rodearon la Comandancia de Wessin, y realizaron un aterrizaje con helicópteros en el patio de las casas de los oficiales. Con las tropas en el lugar, Alvim, Palmer, y los jefes militares dominicanos procedieron a la casa de Wessin, donde Alvim y Palmer instruyeron sin rodeos al intérprete, "Usted dígale que no tiene otra opción; se va!” Palmer también transmitió a Wessin que la fuerza sería utilizada si era necesario.
Wessin cedió, si bien hubo algunos momentos de ansiedad que se produjeron cuando los americanos escoltaban a Wessin a través de un grupo enojado de guardias que temía que su jefe estaba siendo llevado para ser fusilado. Fue, en palabras de Palmer, una "delicada misión" porque Wessin "tenía blindados y soldados armados hasta los dientes. Fue una suerte de que algo no sucedió allí. Una chispa podría haber encendido esa cosa y no sé qué demonios habría ocurrido. "
Esa noche, después de una triste despedida de sus hombres en San Isidro, Wessin abordó un avión con destino a Panamá, una parada intermedia antes de proceder a Miami, donde se convirtió en el Cónsul general dominicano, un puesto de consolación. Según el general Palmer su partida "fue un duro golpe para los conservadores y extremistas de derecha." Después Wessin declararía que fue obligado a partir a punta de bayoneta, cosa que literalmente fue cierta.

El coronel Wessin y Wessin en medio de sus seguidores del CEFA (Centro de Enseñanza de las FFAA), en la Base Aérea de San Isidro, Santo Domingo. Podemos ver las siglas en alguna de las gorras, y otros las llevan de reves, sugerencia de los americanos para distinguirlos de los constitucionalistas, que vestian iguales uniformes.

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La partida de Wessin constituyó el primer paso hacia la desmilitarización de Ciudad Nueva, ya que los rebeldes temían que si deponían sus armas o salían del área protegida por los americanos sufrirían represalias de los extremistas de derecha encabezados por el expulsado coronel.

Para disminuir las posibilidades de conflicto y para proteger a los constitucionalistas de represalias, se propuso un plan que preveía la retirada de las fuerzas rebeldes bajo escolta de las FPI hacia un campamento militar en las afueras de la capital, llamado “ 27 de julio”. Caamaño aceptó el plan, y los días 13 y 14 de octubre, la policía militar y tropas de la 82 División evacuaron a los rebeldes.

Puestos de control establecidos alrededor del campamento aseguraron que sólo Caamaño y un puñado de selectos oficiales y sus guardaespaldas podían portar armas fuera del área del campamento.

Al mismo tiempo, la FPI desmanteló los puestos de control y barreras que habían separado hasta ese momento a los “leales” de los constitucionalistas en la capital dominicana.
No obstante, en Ciudad Nueva se mantuvieron varios grupos armados compuestos por comunistas y otros extremistas que se escapaban al control de Caamaño. La FPI elaboró un plan para desmilitarizar definitivamente el antiguo bastión constitucionalista. El presidente provisional García Godoy dudo mucho temiendo un derramamiento de sangre, pero finalmente dio su aprobación.
Al amanecer del 25 de octubre tropas de tres batallones de infantería y la compañía de tanques de la 82º División, y la Brigada Latinoamericana entraron en Ciudad Nueva desde todas direcciones. Solo encontraron poca resistencia dispersa y no sufrieron ni infligieron bajas, la zona quedó asegurada en una hora. Durante la operación se descubrieron algunos escondites de armas, y un botín de documentos incriminatorios comunistas.

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Asedio en el Hotel Matum, Santiago de los Caballeros:

Aún faltaba un último episodio de esta guerra civil: El domingo 19 de diciembre de 1965, Caamaño insistió, en contra de todos los consejos, asistir a una misa y un homenaje a la memoria del Coronel Rafael Fernández Domínguez, caído en el asalto al Palacio Nacional el pasado 19 de Mayo, y que estaba enterrado en Santiago de los Caballeros, ciudad al norte de la capital.
Después de la misa Caamaño y su séquito armado se dirigieron al cementerio acompañados por una manifestación de seguidores con carteles y gritando consignas, la situación en Santiago llegó a ser extremadamente volátil, ya que allí los “leales” contaban con gran cantidad de partidarios que se sintieron provocados.
Como podía preverse, un tiroteo estalló en el cementerio, pero al parecer se calmó. Luego Caamaño y más de 100 de sus seguidores fueron al cercano Hotel Matum para un almuerzo. Trescientos soldados ex leales estacionados en Santiago rodearon el hotel y abrieron fuego. Caamaño devolvió el fuego, y dio así comenzó una batalla que duró varias horas. Los huéspedes del hotel, incluyendo una troupé de un circo de Puerto Rico, se convirtieron en rehenes virtuales de los ex rebeldes. El cónsul americano destacado en Santiago entró en el Matum en un esfuerzo por mediar un alto al fuego, pero sólo logró sumar su nombre a la lista de rehenes. Un oficial de inteligencia militar de Estados Unidos que había observado estos acontecimientos telefoneó la mala noticia a Santo Domingo. Su informe decía que fuerzas leales estaban usando tanques y que había estadounidenses entre los rehenes.
Con la esperanza de evitar un baño de sangre en el hotel, García-Godoy autorizó a la FPI a despachar tropas a Santiago. Una compañía del 2º Batallón de Infantería 508a, partió una hora después de ser alertada. Se trasladaron en helicópteros hasta Santiago de los Caballeros, y aterrizaron en las cercanías del Hotel Matum. El comandante del batallón, el teniente coronel Juan Costa, se fue en jeep hasta el hotel, pasó a través de la línea de los enojados soldados que rodeaban el edificio y entró a hablar con Caamaño. El ex líder rebelde estaba visiblemente nervioso y en busca de una salida honorable, aceptó la palabra de Costa que la FPI lo protegería a el y sus hombres. Poco después, los rehenes fueron liberados.
Por entonces, la compañía americana de la FPI había llegado, y Costa la había colocado entre las dos fuerzas contendientes. También declaró que él era el encargado de la situación, para gran disgusto del comandante dominicano que quería asaltar el hotel. Varias horas de tensión pasaron, la disposición de las fuerzas se asemejaba a un modelo a pequeña escala de Santo Domingo durante el apogeo de la Intervención de EE.UU.. El mal tiempo retrasó el envío de más helicópteros desde la capital, pero una vez que llegaron la evacuación de Caamaño y su
grupo procedió pacíficamente el lunes. Un incidente que podría haber sumido al país de nuevo en la guerra civil se había evitado por poco, a pesar de las bajas sufridas por ambos lados (cuatro constitucionalistas y once leales muertos y otros dieciocho heridos).

Fuentes: prensa dominicana.
Power Pack: U.S. Intervention in the Dominican Republic 1965-1966
por Lawrence A. Yates

[apatrida]

Caamaño (centro) sale de la iglesia en Santiago de los Caballeros:


Manifestacion en Santiago de los Caballeros, a pesar de lo que pone la pancarta, los americanos tuvieron que acudir al rescate de Caamaño y sus cofrades.

[apatrida]

Quiza alguno pueda identificar el arma que empuña Caamaño durante el asedio al Hotel Matum:

[apatrida]

Los americanos al rescate:

[cañaytapa]

Parece que Caamaño empuña un g3.

[apatrida]

Parece que Caamaño empuña un g3.

A mi me parece que por el cargador pequeño quiza no sea un G3 (aunque segun testimonios se emplearon en el combate del Hotel Matum) ¿puede que sea un AR-18?

[apatrida]

Las negociaciones para la normalización de la situación en Republica Dominicana pasaban por el alejamiento de los principales líderes de ambos bandos, ubicándolos en puestos en el extranjero. Ya vimos el caso del derechista Wessin. Ahora le tocó el turno al ex presidente constitucionalista el Coronel Francisco Alberto Caamaño, quien al parecer escarmentado con el asalto y asedio que sufrió en el Hotel Matum de Santiago de los Caballeros, accedió a partir el 22 de enero de 1966 hacia Londres, nombrado por el gobierno provisional como agregado militar, Montes Arache y Lachapelle Díaz, que habían sido sus lugartenientes en 1965, fueron designados para las funciones de agregados militares en Francia y Holanda respectivamente.
Creo que este distanciamiento del escenario convulso de Santo Domingo estaba justificado, tanto para aplacar las pasiones como por la propia seguridad de los protagonistas, por ejemplo el general vitalicio Imbert Barrera, que permaneció en Santo Domingo, sufrió un atentado en la mañana del 21 de marzo de 1967, mientras viajaba en su coche por la capital dominicana. Iba acompañado de su guardaespaldas coronel Marino García cuando fue tiroteado desde la parte posterior. Ambos recibieron numerosos balazos en la espalda y el cuello. García quedó moribundo e Imbert, con un brazo casi inutilizado, hizo frente a los atacantes que huyeron. Rápidamente se reunieron numerosas personas. Con el vehículo casi completamente destrozado, los vidrios delanteros y traseros hechos añicos y un brazo casi inutilizado, Imbert Barrera logró poner a un lado a García, quien conducía el automóvil. Entonces él mismo condujo hasta una clínica Internacional donde ambos fueron auxiliados. A pesar de las graves heridas sufridas, lograron sobrevivir. El atentado fue achacado a trujillistas en busca de venganza por la muerte del dictador Trujillo.

El general Imbert es atendido de sus heridas:

[apatrida]

Finalizada la guerra civil de Abril de 1965, luego de la firma del Acta de Reconciliación que llevó a la presidencia provisional al doctor Héctor García Godoy, los Estados Unidos iniciaron los preparativos para la desocupación militar de la República Dominicana. El gobierno provisional comenzó de inmediato los preparativos para las elecciones generales, que fueron celebradas el 10 de junio y en la que salió triunfante el Partido Reformista y electo el doctor Joaquín Balaguer, quien ocupó la presidencia en la primera semana de julio de 1966. En estas elecciones salió derrotado el profesor Juan Bosch y su Partido Revolucionario Dominicano. Las fuerzas restantes de la FIP comenzaron a retirarse incluso antes de la toma de posesión de Balaguer el 1 de julio de 1966. El 21 de septiembre, las últimas unidades salieron del país y la intervención de Estados Unidos en la República Dominicana llegó a su fin después de 17 meses.

Fuente: Periódicos dominicanos Listín Diario y Diario3.

Carteles electorales dominicanos de la época:

[cañaytapa]

Pues ahora que lo dices puede tratarse de un Ar-18. Una versión del FAL creo que no es.

[apatrida]

Garcias a Cañaytapa por su colaboracion.


Bajas:



Según Wikipedia:
• Un total de 44 soldados estadounidenses murieron, 27 en acción. 172 fueron heridos en acción.
• Del personal FPI, 6 brasileños y 5 paraguayos resultaron heridos en acción.

En una página de internet brasileña al menos he encontrado el nombre de un muerto entre los soldados brasileños en República Dominicana: el cabo José Elías Bastos natural de Rio de Janeiro.

Según el libro Powerpack de Lawrence A. Yates: más de 3000 dominicanos habían muerto en la guerra civil la mayoría antes de la intervención americana. 27 soldados americanos murieron y otros 172 resultaron heridos.

En el libro UNITED STATES ARMY UNILATERAL AND COALITION OPERATlONS IN THE 1965 DOMINICAN REPUBLIC INTERVENTION su autor el Major Lawrence M. Greenberg suma a los muertos americanos 20 más, por accidentes. Entre las fuerzas latinoamericanas señala 17 heridos y un muerto en accidente.