El Ebro, ¿exceso de confianza?

Historia Militar 1936-1939.

Moderador: fco_mig

Avatar de Usuario
MENCEY
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 22658
Registrado: 04 Abr 2005
Ubicación: NIVARIA, EN LAS HESPERIDES
Agradecido : 11 veces
Agradecimiento recibido: 450 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por MENCEY »

La operacion del cruce del rio por sorpresa era de tal complejidad en todos los sentidos que el principal asesor Sovietico en España, el general Maximof, la desaconsejo totalmente, el paso de la via fluvial iba a ser un fracaso absoluto, descalifico de tal forma al EPR, ( no era capaz de hacer una operacion ofensiva de ese calibre) el plan de la maniobra, y al General Rojo en lo personal que este le presento su dimision a Negrin , que no acepto, faltando solo 3 dias para el asalto.

Para ser exactos, la 50 Division si contaba con una unidad de choque, la 18 Bandera de la Legion del comandante Alonso de Castañeda, pero era la unica, era mantenida como reserva divisionaria, siendo el resto de sus otros 13 batallones repartidos entre sus 2 brigadas de soldados de reemplazo.


Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
RODRIGO1
Comandante
Comandante
Mensajes: 3194
Registrado: 19 Feb 2017
Agradecido : 24 veces
Agradecimiento recibido: 4 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por RODRIGO1 »

Era una gran jugada. Bien por Rojo que confió en sí mismo.

Es una pena que la República no tuviera el "fondo" para sostener la ofensiva. Creo que fue demasiado ambiciosa. Lo digo reconociéndome inexperto en la GCE.

Saludos.
Para el Sabio no existe la riqueza. Para el Virtuoso no existe el poder. Y para el Poderoso no existen ni el Sabio ni el Virtuoso. (Roberto Fontanarrosa)
Avatar de Usuario
MENCEY
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 22658
Registrado: 04 Abr 2005
Ubicación: NIVARIA, EN LAS HESPERIDES
Agradecido : 11 veces
Agradecimiento recibido: 450 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por MENCEY »

El 22 de julio por la tarde el Cuartel General del Generalisimo comunica al General Jefe del Ejercito del Norte sus temores sobre la necesidad de extremar la vigilancia en todo el frente del Ebro.El ataque realizado en el sector de Sort podria ser una finta y prepararse uno principal en otro sector.

El General Davila, Jefe del Ejercito del Norte constesta horas despues, habia hablado con el general Yague,jefe del CE Marroqui, el dia anterior, de visita en el cuartel general.Yague le dijo al respecto que lo tiene todo controlado y muy vigilado , podia asegurar que no llegaria sorpresa alguna.Tenia a la 13 Division fuera de linea en reserva por la region de Gandesa y Caspe, y las que tiene en linea, la 40 y la 50, tienen batallones muy buenos y con mucho espiritu.Habia dado ordenes muy concretas, se ha fortificado mucho, en resumen su opinion en caso de producirse cualquier ataque era muy optimista.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
Lord Summerisle
Soldado
Soldado
Mensajes: 19
Registrado: 03 Abr 2017

Algunas ideas al respecto (II)

Mensaje por Lord Summerisle »

David L escribió:

¿Confianza franquista en sus propias fuerzas? creo que sí, aunque siempre teniendo a la vista de reojo la situación política internacional, es en este punto en donde podremos relacionar la ofensiva y la posterior contraofensiva, ambas relacionadas con la fragil situación diplomática que vivía Europa en esa fechas. Para Franco seguía siendo fundamental no provocar la ira francesa, de ahí que en marzo se opusiera a seguir la ofensiva del Segre hacia la misma frontera francesa; para Negrín, el Ebro era una baza necesaria para poder afrontar dos situaciones posibles:



1) continuar la guerra hasta el estallido de un conflicto general en Europa.



2) obtener un triunfo que sirviera de peso a la hora de entablar negociaciones de paz con Franco.



Ambos objetivos se verían condenados al fracaso tras la retirada republicana del Ebro en nov del 38 y el Pacto de Munich en sep del mismo año.
El problema de la explicación de la batalla del Ebro como enfrentamiento planteado para enlazar con una posible guerra europea que propiciara una intervención militar extranjera a favor de la República es que Franco sabía perfectamente que Francia no iba a atreverse a intervenir en España ni a enfrentarse a Alemania en solitario. Es más, Franco tenía mucha más simpatía entre el alto mando militar francés de la que el gobierno republicano pensaba. Cuando el 15 de marzo del 38, en pleno derrumbe republicano en Aragón y con los rescoldos de la reciente anexión de Austria al Reich, Blum consultó la posibilidad de intervenir militarmente en apoyo de la República con el Comité Permanente de Defensa Nacional, sólo uno de sus miembros -el almirante Darlan, que además ya era favorable desde el inicio de la sublevación rebelde- se mostró de acuerdo; el resto rechazó totalmente la propuesta, lo cual no es de extrañar, dado que la mayoría mostraba un ideario más cercano a la oficialidad franquista que a la de la República Española de esos momentos, que no había podido quitarse de encima todas las barbaridades acaecidas en su zona en el ardiente verano del 36. Lo sorprendente es que la conclusión de esa reunión francesa, que teóricamente era secreta, fue conocida por Franco apenas un día después. A pesar de saber que Francia no iba a hacer nada -el único rédito que sacó la República del Anschluss fue la apertura de la frontera francesa el 17 de marzo- Franco, para cabreo de propios y sorpresa de extraños, dio un giro estratégico sospechoso y viró hacia Valencia cuando Cataluña estaba a punto de nieve para ser conquistada fácilmente por sus divisiones.

Me parece evidente que mucho más peso a la hora de decidir la ofensiva del Ebro tuvo la situación angustiosa de los republicanos en la provincia de Castellón que el panorama internacional. De la crisis de los Sudetes se llevaba hablando desde mucho antes de la batalla del Ebro y para el momento cumbre de la nervenkrieg que fue esa crisis, que podemos fechar en torno a los días 20-22 de septiembre -en esos días hubo una movilización parcial de tropas en Francia e Inglaterra al rechazar Hitler el acuerdo inicial de unos Sudetes bajo control internacional y plantear su ultimátum de anexionarse la zona a las buenas o por la fuerza y entonces sí que pareció inminente el estallido de una nueva guerra europea- la batalla del Ebro ya tenía un claro color franquista, a pesar de su lento y costoso avance.
Por otra parte, si la maniobra salía bien, sería un espaldarazo a la política de resistencia de Negrín que permitiría a este acallar las voces contrarias a la misma, que ya se empezaban a multiplicar. Además, podría servir de rearme moral para el propio bando republicano, una especie de auto-demostración de que todavía la guerra no estaba perdida, y un éxito propagandístico en el extranjero.
David L escribió:Si Franco tomaba Valencia, capital en donde se hallaba el gobierno de republicano, la guerra podía dar un giro muy desfavorable hacia las armas del gobierno Negrín, de tal manera que las pocas posibilidades de dar un golpe de efecto que pusiera a la República en una mínima posición de fuerza ante una futura negociación de paz con los franquistas se basaban en aguantar en el terreno hasta el final, y así se hizo. Las órdenes republicanas fueron tajantes: ni un paso atras.
Desde el 31 de octubre de 1937 el gobierno de la República estuvo situado en Barcelona, cosa que no hizo ni pizca de gracia a algunos partidos políticos nativos. Allí estuvo hasta días antes de la caída de Barcelona. De allí fue a Peralada y Figueres. La Vajol fue el último pueblo donde estuvieron Azaña, Negrín, Martínez Barrio y otros con sus familias antes de pasar el 5 de febrero la frontera con Francia. Parece que después Negrín intentó situar el gobierno en Madrid, pero no le dejaron :shock -cosas de haber declarado semanas antes el Estado de Guerra, supongo-, de modo que volvió a establecerse en Valencia durante unos días hasta que finalmente se acantonó de forma repartida entre varias fincas de la zona de Elda y Petrel.

La importancia de Valencia era más económica que militar o política. Al conquistarla, Franco tomaría uno de los pocos grandes puertos que le quedaban a la República, la industria que no hubiera sido destruida por los bombardeos ni deslocalizada -la Siderurgia de Sagunto había sido desmontada y trasladada a la región de Murcia- y, desde luego, toda su huerta, con la fuente de divisas que supone su naranja. Además, para Madrid supondría pasar mayor hambre y para el gobierno conllevaría la crisis política habitual que se producía con cada gran derrota. Parece que Franco pensaba que una vez tomada Valencia, la zona centro se derrumbaría como un castillo de naipes y podría tomar Madrid sin pegar un tiro.

Sí que estoy totalmente de acuerdo en que Negrín necesitaba forzar la negociación del fin de la guerra de alguna manera y evitar la rendición incondicional; el problema es que no tenía ninguna baza para lograrla. El Ejército Popular había mejorado mucho a nivel de disciplina y podía batirse con ciertas garantías a los franquistas, pero se veía lastrado por su penuria material y logística.

Continuará...

Lord Summerisle
Blandiri cum blandiendum; Tundere cum tundendum. Lema familiar
Avatar de Usuario
Poliorcetos
General de División
General de División
Mensajes: 9076
Registrado: 29 Mar 2016
Ubicación: Ad Castra Legionis
Agradecido : 125 veces
Agradecimiento recibido: 141 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por Poliorcetos »

Excelente aportación. Lo del Almirante Darlan ¿Cómo se entiende viendo su posterior deriva?
Prometí también que no haré guerra ni paz ni pacto a no ser con el consejo de los obispos, nobles y hombres buenos, por cuyo consejo debo regirme.
IV Item. Decreta que Don Alfonso, Rey de León y de Galicia estableció en la Curia de León en 1.188
Avatar de Usuario
MENCEY
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 22658
Registrado: 04 Abr 2005
Ubicación: NIVARIA, EN LAS HESPERIDES
Agradecido : 11 veces
Agradecimiento recibido: 450 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por MENCEY »

En cuanto a la fase de preparacion de la Operacion, el 19 de junio, cinco semanas antes, se recibieron en los cuarteles generales de las grandes unidades ( Divisiones) las instrucciones para el cruce del rio.Al dia siguiente comenzaron los ejercicios preparatorios, comenzando por el reconocimiento del terreno y las fuerzas enemigas, tales como las zonas de concentracion, los itinerarios, las zonas de embarque y desembarque, sitios apropiados para tender puentes y pasarelas, etc.Tambien mediante una intensa observacion , reconocimientos , y exploracion, tanto de dia como de noche, se establecio el despliegue y medios de las fuerzas de los Nacionales con bastante exactitud ( puestos de vigilancia y de guardia, destacamentos,trincheras y alambradas, emplazamiento de armas de apoyo y artilleria, etc).Si acaso la unica pega es que logicamente no se pudo realizar un reconocimiento en profundidad del despliegue nacional, solo lo que se tenia enfrente, pero fue crucial para el exito de la maniobra del paso del rio.

Toda esa informacion, recogida durante casi una semana, fue luego procesada y analizada por los Estados Mayores ( secciones de Organizacion , informacion, y Topografia) y la Inspeccion de Ingenieros, con el resultado de tener un estudio bastante completo tanto de las fuerzas enemigas como del paso del rio y el terreno adyacente.Tras esa fase previa se realizaron los ejercicios tacticos sobre cruce de vias fluviales.

Si hubiera que poner nota a todo este trabajo preparatorio y de EM seria sin duda alta, fue bastante meticuloso para lo que se habia estilado en el EPR.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
Avatar de Usuario
MENCEY
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 22658
Registrado: 04 Abr 2005
Ubicación: NIVARIA, EN LAS HESPERIDES
Agradecido : 11 veces
Agradecimiento recibido: 450 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por MENCEY »

La postura del Almirante Darlan en el tema de la Guerra Civil se basaba en que lo que le preocupaba de verdad eran las comunicaciones maritimas entre la metropoli y las colonias del norte de Africa.Las islas Baleares en malas manos ( lease Alemanes o Italianos) amenazaban las comunicaciones entre Oran y Argel con Marsella.Ya el 30 de noviembre de 1936 tiene preparado un plan para atacar Menorca.

En la reunion del Comite Permanente de la Defensa Nacional( CPDN) el 15 de marzo de 1938, asisten 6 civiles, ministros o altos cargos de los ministerios del Ejercito, Aire, Marina , y Exteriores( Blum, Deladier, Boncour, Campinchi, Guy de la Chambere, y Leger) y 8 militares ( Mariscal Petain, Generales Gamelin, Colson, Jacomet, Vuillemin, y Jamet, y los Almirantes Darlan y Tavera).La renunion se convoca por Leon Blum a instancias del ministro de exteriores, Paul Bouncour, con 2 temas sobre la mesa, que ayuda se le podria prestar a Checoslovaquia en caso de ataque aleman, y una posible intervencion en España.

Entre los civiles solo es partidario de una intervencion, en el caso de que Franco rechace un ultimatum que se le mandaria, Blum y el ministro Bouncour, entre los militares solo Darlan.Se oponen de forma rotunda los generales Gamelin, Jefe del EM del Ejercito, y Vuillemin, Jee del EM del aire, no estaban preparados para enfrentarse con Alemania e Italia, partian de la base que una intervencion en España conduciria a una guerra general, dando cifras y razones sobre la inferioridad ( Gamelin da el dato de que dispone de 400.000 hombres contra los 900.000 Alemanes, y Vuillemin que cuenta con 500 aparatos utiles contra los segun el 5.000 germanos, la fuerza aerea no duraria ni 15 dias), ademas, cualquier ayuda material a la republica supondria el debilitar a las fuerzas propias.Solo Darlan esta a favor, para el la prioridad de la defensa esta en la conservacion de las comunicaciones maritimas, es apoyado por Bauncour, que le pregunta si es factible un ataque con exito sobre las Baleares, Darlan constesta de forma afirmativa, aunque advierta que es necesario el concurso de fuerzas navales y terrestres importantes .La postura de Deladier, ministro de defensa, apoyando las tesis de Gamelin y Vuillemon, resulta decisiva para el resultado, tomando las siguientes decisiones:

1.-Una intervencion en España podria desencadenar una guerra general

2.-Esta intervencion solo se podria realizar con el apoyo tacito de Gran Bretaña

3.-En el caso de realizarse los primeros objetivos debian ser el Marruecos Español y la destruccion de la Escuadra Nacionalista.

4.-Toda ayuda material que pudiera darse a los Republicanos seria en la medida que no disminuyera el potencial de las fuerzas armadas Francesas.

En definitiva, a efectos practicos no hacer nada y no molestar a Alemania e Italia.

Al parecer la filtracion a Franco y a la prensa, la reunion era de alto secreto, vino de la mano de Petain, por medio de Georges Lostanau-Lacau, un militar furibundo anticomunista, ayudante de campo y uno de sus hombres de maxima confianza, que la comunico de inmediato al coronel Ungria, jefe de los servicios de informacion de Franco.Ungria , diplomado de EM por la Escuela de Guerra Francesa, habia sido compañero de promocion de Lostenau-Lacau.

Junto con esa informacion de primera mano sobre la reunion del CPDN Frances, llego otra por medio de los servicios de informacion Alemanes.Sus conclusiones sobre ella fueron las contrarias y totalmente erroneos, segun ellos se estaban concentrando 5 divisiones Francesas en la frontera pirenaica, aconsejaban el concentrar algunas divisiones nacionales para afrentar la amenaza.

Blum aun no a su brazo a torcer, quiere recabar no obstante la opinion del Agregado Militar en España, Tte.Coronel Morel. Viaja de Barcelona a Paris y se entrevista con Deladier, ministro de defensa.Este le pide su opinion sobre la situacion militar en españa, aunque antes le da la suya, no partidaria de intervenir.Morel le dice que la situacion para los republicanos es desesperada, una intervencion clasica francesa, con grandes fuerzas no es lo que necesitan los republicanos para restablecer la situacion, es vital y urgente, para el dia siguiente, el envio de aviacion en masa, 300 aparatos como minimo, algo que en esos momentos Francia no se puede permitir.No es partidario de una intervencion general clasica en españa, preguntado por el ministro por una ayuda mas limitada, manifiesta que algunos aviones o baterias no cambiarian la cuestion militar en nada, aunque podrian tener algun impacto moral y sicologico.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
Avatar de Usuario
MENCEY
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 22658
Registrado: 04 Abr 2005
Ubicación: NIVARIA, EN LAS HESPERIDES
Agradecido : 11 veces
Agradecimiento recibido: 450 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por MENCEY »

En cuanto al titulo de este hilo, Yague en su charla con Davila el 21 de julio, que este transmitio al cuartel general del Generalisimo al dia siguiente, peco de cierto exceso de confianza.La realidad era bien distinta a lo que manifesto.

De sus grandes unidades la 13 Division era sin duda de las mejores del ejercito Nacional, la 105 era una buena division, pero la 50 era de las mas flojas, de la cola, recien formada y poco fogueada.Contra lo que informo, apenas se habia fortificado y organizado el terreno.Los preparativos republicanos, aunque se habian realizado con sigilo, habian dejado señales y evidencias que no fueron tomadas en cuenta o no se le dio importancia.A finales de junio alguna unidad del frente informo que de se estaban talando muchos arboles y construyendo pistas, alguna otra que se oia mucho ruido de camion, y ciertos movimientos, etc.Todo lo mas que se temia por parte de los Republicanos era algun golpe de mano en algun sector concreto propicio para vadear el rio, pero para nada una ofensiva general de gran magnitud.El 15 de julio y dias aiguientes en el cuartel general del ejercito del norte ( en nombre clave, ETAPA), se tiene constancia de movimientos de tropas enemigas al norte del Ebro, pero se piensa que las fuerzas de Yague cumpliran bien si los republicanos intentaran algo.

Tambien la aviacion nacional habia notado los movimientos republicanos y la concentracion de tropas y medios en sus vuelos de reconocimiento desde principios de julio.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
Lord Summerisle
Soldado
Soldado
Mensajes: 19
Registrado: 03 Abr 2017

Algunas ideas al respecto (III)

Mensaje por Lord Summerisle »

Lamento las disgresiones al tema principal de este hilo, creo que éste es el último post que dejo de lado el asunto que lo titula, al cual he respondido en primer lugar. Ahora sigo con mi folletín :)
David L escribió:
harry_flashman escribió:Pero en el caso de tener que ganar tiempo, la ofensiva no parece la opción más aconsejable, y menos aún mantenerla tras ver que no se alcanzan los objetivos previstos. Quizá hubiera sido mejor una estrategia conservadora y un ahorro de recursos.

Hay que tener en cuenta que en julio de 1938 la guerra no estaba perdida todavía para la República. La apertura en marzo de las fronteras francesas alivió en cierta medida el suministro de armas y dio alas al gobierno Negrín para intentar continuar la batalla. Uno, solamente con la perspectiva que nos ofrecen 70 años de acabada la guerra, puede llegar a pensar que una actitud más conservadora hubiera sido más lógica teniendo en cuenta el estado del bando gubernamental. Pero en julio del 38 todavía no se había producido la Conferencia de Munich, las negociaciones para la retirada de voluntarios extranjeros ya estaban muy avanzadas por aquella època, y la firmeza de Negrín en conseguir la ansiada Unidad social-comunista hacían de esta ofensiva una buena manera de aglutinar fuerzas de cara a afrontar la continuación de la guerra con cierto éxito. Franco también hace política al aceptar el embite de Rojo y no haber aprovechado la llegada del ejército nacional al Segre para haber continuado la ofensiva hacia Barcelona. Si la guerra es una manera de hacer política con las armas, las guerras civiles como la española son un buen ejemplo de ello. En la Batalla del Ebro se hizo mucha política.
Está claro que a toro pasado es fácil detectar fallos y demás, pero eso de que en julio de 1938 la guerra no estaba perdida todavía para la República... Discrepo totalmente. No llego al extremo de afirmar, como hizo Prieto, que la guerra la perdió la República cuando Franco consiguió traer a la península el Ejército de África, pero si los republicanos ya lo tenían mal una vez perdida la zona norte, con la división del territorio republicano en dos de manera que ninguna de las partes tuviera potencial suficiente para vencer por ella sola al ejército franquista, los republicanos ya no podían vencer. Con la farsa de la No Intervención, con los puertos mediterráneos bloqueados, las principales ciudades bombardeadas -en el caso de Madrid al borde de la inanición-, con la frontera francesa abierta o cerrada según el color de las autoridades francesas y las jugadas alemanas, con la industria catalana paralizada a tiempo parcial por los cortes de luz y la carencia de materias primas, con una retaguardia cada vez más desafecta y desmoralizada, con un gobierno con fisuras en el que casi todos están encabronados entre sí, en el que el jefe del Estado apenas se habla con el jefe del Gobierno y mientras cada uno lleva a escondidas del otro negociaciones secretas con el enemigo... En esas condiciones, Negrín no tenía ninguna posibilidad de negociar una paz favorable. Lo máximo que podía hacer era intentar alargarla en espera de que pasara algo en Europa, pero él mismo debería haber sido el primero en saber que una intervención militar extranjera en ayuda de la República en el marco de una nueva gran guerra europea era altamente improbable, que para eso contaba con los recursos del aparato diplomático del Estado, por si no eran bastante elocuentes las reiteradas bajadas de pantalones de Gran Bretaña y Francia frente a Alemania cuando ésta, además, todavía no había desplegado todo su potencial. Pocas ilusiones debería albergar acerca de una posible guerra europea cuando viera que los políticos ingleses y franceses eran los primeros en calmar los ánimos para evitarla, cosa totalmente distinta a los años previos a la Gran Guerra, cuando con cualquier crisis diplomática todas las grandes cancillerías europeas se venían arriba con maneras de macho alfa. Sin duda, el recuerdo de la Primera Guerra Mundial estaba muy fresco en Londres y, más todavía, en París; el trauma que supuso para Francia explica el seguidismo a la política británica de apaciguamiento, a pesar del prestigio y tamaño del ejército francés, que no era manco. Ni siquiera cuando los teutones se apoderaron del resto de Chequia en marzo del 39 pasó nada, aunque para entonces el bando republicano ya estaba en desintegración.

Por cierto, es verdad que la apertura de la frontera en marzo permitió organizar las fuerzas que después participaron en el Ebro, pero volvió a cerrarse el 14 de junio. Según los datos que manejo, la batalla se desarrolló con la muga cerrada, dependiendo por tanto de las reservas acumuladas y de lo que pudiera fabricar la industria regional. Ello supuso una mayor dificultad para restituir el armamento y material que se iba gastando o perdiendo.

Respecto a lo del influjo de la política en la Batalla del Ebro, es algo que considero muy obvio. Si tenemos en cuenta que el origen directo de la guerra está en el fracaso de un golpe de Estado -que como mínimo pretendía derrocar el Gobierno, un objetivo político- y la división de las Fuerzas Armadas pues es evidente. La marcha hacia Madrid, el desvío hacia Toledo y el responder a cada gran ofensiva republicana -salvo en Belchite- aun a costa de perder la iniciativa estratégica pueden considerarse acciones políticas en tanto que responden más a necesidades de ganar o afianzarse en el poder que por imperativos estrictamente militares. Por parte de los republicanos, el mismo hecho de no declarar el Estado de Guerra hasta el 23 de enero de 1939 ya es una decisión política, al igual que el empecinamiento en mantener lugares sin ningún tipo de importancia estratégica como Teruel o los montes de la Terra Alta a costa de perder hombres y material cada vez más irremplazables cuando ya estaba clara la suerte de las armas... y eso sin querer entrar en las particularidades políticas de las columnas milicianas de las diversas regiones de España que iban más o menos por libre hasta que de una manera u otra se integraron en el Ejército Popular, el cual contaba, por cierto, con un comisariado y la figura de los milicianos de cultura para politizar a los soldados.

Continuará...

Lord Summerisle
Blandiri cum blandiendum; Tundere cum tundendum. Lema familiar
APV
General de Ejercito
General de Ejercito
Mensajes: 17197
Registrado: 11 Abr 2006
Agradecido : 10 veces
Agradecimiento recibido: 594 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por APV »

MENCEY escribió: dando cifras y razones sobre la inferioridad ( Gamelin da el dato de que dispone de 400.000 hombres contra los 900.000 Alemanes, y Vuillemin que cuenta con 500 aparatos utiles contra los segun el 5.000 germanos, la fuerza aerea no duraria ni 15 dias)
Me parece que sobreestimaban la capacidad alemana, el rearme aún estaba en marcha y muchos mandos alemanes dudaban de la capacidad de enfrentarse a Francia (un par de años antes durante la ocupación de Renania un mínimo esfuerzo francés hubiera provocado la retirada general más allá del Rin).
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
Avatar de Usuario
MENCEY
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 22658
Registrado: 04 Abr 2005
Ubicación: NIVARIA, EN LAS HESPERIDES
Agradecido : 11 veces
Agradecimiento recibido: 450 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por MENCEY »

La cuestion es que la estrategia y el pensamiento de los mandos Franceses en los años 30, con Gamelin a la cabeza, eran muy pesimistas sobre el resultado de un enfrentamiento de Francia con Alemania, " a no ser con la ayuda de un aliado poderoso", es decir, Francia, inferior en poblacion e industria, para enfrentarse a Alemania con garantias dependia de alianzas con terceros que equilibraran las ventajas de esta.En esos momentos eran mas belicosos algunos lideres politicos que los generales del Estado Mayor.En el asunto de la intervencion en España, que podia acabar en un conflicto general, no se contaria con esos apoyos, Gran Bretaña ni que queria oir hablar del tema.La intervencion la habia pensado Blum como un ultimatum a Franco a la Alemana, exigiendole la retirada inmediata de todas las fuerzas extranjeras que combatian a su lado, se le daria un plazo de 24 horas , en caso de no hacerlo, intervenir.militarmente.

Los que fuerzan la reunion del CPDN y plantean el asunto el 15 de marzo son Blum, Presidente del Consejo, y Paul-Bouncour, su ministro de exteriores, a tener en cuanta que llevaban solo 48 horas en sus cargos ya que el gobierno se habia formado el 13.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
Avatar de Usuario
MENCEY
Capitán General
Capitán General
Mensajes: 22658
Registrado: 04 Abr 2005
Ubicación: NIVARIA, EN LAS HESPERIDES
Agradecido : 11 veces
Agradecimiento recibido: 450 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por MENCEY »

Un asunto que resulta hasta sorprendente y chocante es como los servicios de Informacion Nacionales en la zona de Cataluña, con cantidad de agentes y quintacolumnistas inflitrados a todos los niveles civiles y militares, no informaron de la operacion que se preparaba.

Segun comento el Coronel Ungria años despues, jefe de los Servicios de Informacion Nacionales, no solo indicios, todo el plan de operaciones del Ebro llego a estar en poder de agentes nacionales en Cataluña, lo elevaron a sus superiores en las red clandestina de espionaje, pero alguno de estos lo bloqueo no cursandolo a la zona Nacional.La conclusion que saco es que del mismo modo que su servicio estaba inflitrado sus contrarios republicanos tambien en el suyo, y que mucha de la informacion que se recibia estaba intoxicada o era falsa.El SIM Republicano habia desarticulado en Cataluña varias redes de espionaje e infiltrado hasta el tuetano en otras.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
RODRIGO1
Comandante
Comandante
Mensajes: 3194
Registrado: 19 Feb 2017
Agradecido : 24 veces
Agradecimiento recibido: 4 veces

Medallas

Parches

Re: El Ebro, ¿exceso de confianza?

Mensaje por RODRIGO1 »

La hipótesis más creible entonces es que el mando Nacional pensó que las informaciones eran intoxicaciones de la inteligencia republicana.

Saludos.
Para el Sabio no existe la riqueza. Para el Virtuoso no existe el poder. Y para el Poderoso no existen ni el Sabio ni el Virtuoso. (Roberto Fontanarrosa)
Lord Summerisle
Soldado
Soldado
Mensajes: 19
Registrado: 03 Abr 2017

Algunas ideas al respecto (IV)

Mensaje por Lord Summerisle »

RODRIGO1 escribió:
Suponiendo un total triunfo en el Ebro. ¿Cómo habría sido la explotación MILITAR del mismo?
Eso es algo que me pregunté muchas veces. En la mayoría de libros que he leído sobre esa batalla -que tampoco son tantos- y muy especialmente en las obras generales de nivel divulgativo, siempre se dice que sus fines eran paralizar el ataque franquista hacia Valencia y unir las dos zonas republicanas. El primer objetivo lo veo claro pero... ¿realmente se pretendía conectar Cataluña con la zona Centro? Leo, miro un mapa, cavilo y me asaltan serias dudas de ello. Muchas "circunstancias favorables" -y extraordinarias, añadiría yo- iban a tener que sucederse para unir Valencia y Barcelona lanzándose el Ejército del Ebro en dirección hacia Alcañiz. Con la mosca tras la oreja, acudo a los clásicos en busca de respuestas.

A nivel primario, Modesto, en la programación didáctica para el Ejército del Ebro del 23 de julio, incluye a modo de arenga (las negritas son mías):
Camaradas:
Nuestro cuerpo del ejército del Ebro pasa al ataque. La operación en la que vamos a participar es de una importancia fundamental.
El enemigo prosigue su ofensiva brutal en Levante y pretende conquistar Valencia. Los combatientes de aquel ejército resisten heroicamente y se cubren de gloria frente a los ejércitos invasores, pero es necesario y preciso ayudarles.
Ayudar eficazmente a Levante, alejar el frente de Cataluña, conquistar posiciones importantes que nos sirvan de punto de partida para pasar a una verdadera ofensiva y cambiar radicalmente nuestra situación militar... es demostrar a todo el mundo que nosotros no sólo resistimos sino que atacamos, que la República española sigue viva...
Hay tres factores fundamentales que en la primera fase de la operación lo deciden todo: a) la sorpresa, b) la rapidez, c) la decisión, resumido todo en una palabra: AUDACIA.
¡Por nuestra patria en peligro, por la independencia de España, por y para el pueblo, sintamos más que nunca el peso de la responsabilidad que tenemos ante nuestro pueblo y ante nuestro gobierno de Unidad Nacional!
Cuidad con cariño a los soldados, ayudad con todo el entusiasmo a los mandos, y ante una situación grave, seamos los que ocupemos los puestos de más peligro.
Rojo, al tratar en España Heroica la batalla que aquí nos ocupa, deja ya de entrada:
Tenía la mira ambiciosa de alcanzar Gandesa, Batea, Valderrobres… buscando una salida ofensiva al Ejército de Cataluña hacia el Sur, y ligar sus operaciones a las del Ejército de Levante; propósitos que la realidad de nuestras posibilidades iría restringiendo [hasta finalmente
conformarse con crear la cabeza de puente señalada en el plan oficial]
En ¡Alerta los pueblos! comenta que las ideas básicas de la maniobra del Ebro son crear una amenaza capaz de frenar la ofensiva franquista hacia Valencia, recuperar la iniciativa y mantener una base para ulteriores operaciones. No menciona nada de unir las dos zonas; en el otro libro esa opción la desecha porque no tiene los medios para llevarla a cabo. La finalidad parece ser organizar un foco que atraiga a las divisiones franquistas que atacan hacia Valencia y después ver qué pasa.

Cardona sostiene en Aunque me tires el puente que la maniobra del Ebro era una ofensiva limitada que acabó degenerando en la gran batalla que fue después sin que fuera la intención original de Rojo y compañía:
Suele afirmarse que la batalla del Ebro se inició para distraer los esfuerzos de Francos e impedirle que tomara Valencia, cuya pérdida habría resultado catastrófica para la República. Esta finalidad estratégica no parece probable. Las maniobras de distracción eran habituales en la estrategia del general Vicente Rojo. Pero si hubiera creído que el cruce del Ebro eliminaría la amenaza sobre Valencia, no habría mantenido allí toda la aviación, que más falta hacía para defender el paso del río. Si tan importante hubiera sido la nueva ofensiva, parte de los aviones habrían abandonado Valencia para marchar al Ebro. Sin embargo, no se movió un solo aparato y el paso del río se hizo sin cobertura aérea. Tampoco parece que los republicanos esperasen que su iniciativa en tierras de Tarragona se convirtiera en una gran batalla. Es decir, no creían que la maniobra del Ebro evitara el ataque de Franco a la ciudad del Turia. Hasta que el paso del Ebro se convirtió en una batalla mucho más importante de cuanto habían previsto. Entonces se llevaron la aviación de Valencia y la emplearon en el Ebro.
En ese sentido, resulta sintomático que Rojo, en España heroica, diferencie el paso del Ebro de la Batalla del Ebro propiamente dicha, como si fueran dos acciones distintas; de hecho, según él la batalla empieza el 1 de agosto -no el 25 de julio- como consecuencia de la maniobra de cruce.

Ciertamente, la ausencia de la aviación da que pensar. A esas alturas de la guerra ya había quedado patente la importancia de esa arma. Pretender mantener el paso de tropas y los puentes sin cobertura aérea es algo que a mí, experto jugador de videojuegos, no me entra en la cabeza, y sin embargo así se hizo hasta el 1 de agosto. Los únicos aviones republicanos que había en la zona eran una docena de bombarderos ligeros Grumman en Valls -fueron empleados durante el paso más como aparatos de reconocimiento que de ataque porque eran muy vulnerables frente a los aparatos franquistas, aunque realizaron algunos bombardeos simbólicos- y seis "chatos" (Polikarpov I-15) en Reus, usados para proteger esa área industrial de los bombarderos enemigos "mallorquines"; fuerzas, por tanto, insignificantes para cubrir eficazmente el paso del río. ¿Por qué? Vista la batalla a casi ochenta años de distancia, los interesados actuales tenemos una perspectiva completa del desarrollo de ese hecho histórico que nos dificulta entender con certeza las motivaciones de las decisiones de los actores de la historia, al mismo tiempo que conocemos las consecuencias que tuvieron; ellos desconocían el resultado de sus acciones de la forma absoluta que sabemos nosotros hoy. Desgraciadamente, sus protagonistas -Rojo, Modesto, Tagüeña, los biberones, etc.- siempre hablan de ella a posteriori y parece que no nos han legado diarios personales -o todavía no han salido a la luz; yo, desde luego, ignoro su existencia- en los que cuenten sus ideas "a tiempo real", a medida que se organizaba y desarrollaba la batalla del Ebro día a día sin saber el final.
De entre todas las burradas que me pasan por la cabeza -y algunas son verdaderamente imaginativas, créanme-, las únicas explicaciones razonables que encuentro a la falta de aviación son que el mando republicano contemplara dos escenarios posibles:

- La posibilidad de que Franco no mordiera el anzuelo, pasara de acudir al Ebro y siguiera su ofensiva hacia Valencia.
- La posibilidad de que el Ejército del Ebro fracasara desde el principio y no pudiera forzar el paso del río, lo que también implicaría que la ofensiva franquista en Castellón siguiera su curso hasta tomar la capital del Turia.

En los libros sobre la batalla se observa el tema de la paralización de la ofensiva franquista hacia Valencia como algo natural y automático pero... ¿hasta qué punto sabían los coetáneos -y Rojo, principalmente- que Franco iba actuar de la forma que lo hizo? Mirando las grandes broncas habidas hasta entonces, considero que había dudas razonables para pensar que Franco entrara al capote de la manera tan rápida como lo hizo. En Brunete, esa táctica de montar una ofensiva para frenar otra enemiga salió bien y se logró paralizar la marcha franquista por el norte hasta resolver la maniobra republicana. En cambio, en Zaragoza ya no salió el asunto tan bien y la ofensiva franquista norteña prosiguió a costa de perder algo de territorio perfectamente sacrificable. En Teruel, la maniobra republicana salió medio bien en tanto que logró suspender la ofensiva prevista hacia Madrid, pero eso solo ocurrió por una suma de subestimación del enemigo y negligencias por parte de los franquistas; Franco tardó días en responder seriamente al ataque republicano y sólo fue allí con todo una vez perdió Teruel. Con una reacción más rápida y sin que las agrupaciones franquistas del Turia -dos verdaderos cuerpos de ejército- se hubieran quedado como pasmarotes viendo como nieva a unos centenares de metros de los reductos resistentes la tarde del 31 de diciembre, posiblemente hubiera podido retomar el proyecto de Madrid, con permiso de alguna nueva intentona republicana y si para entonces seguía siendo su deseo. Entiendo, pues, que esa táctica solo salió bien sin ambages en Brunete, y para entonces ya había pasado un año, tanto para bien como para mal.
Si Franco por una vez hiciera caso a Vigón y a sus colegas italianos y alemanes y prosiguiera su avance hacia Valencia, confiando en que las reservas de la zona atacada en el Ebro y parte de la aviación -que era como Franco había actuado en Zaragoza y al principio de la Batalla de Teruel- bastaran para contener al Ejército del Ebro, con la situación delicada además en la que éste se encontraba, la ausencia de "la Gloriosa" del frente de Castellón hubiera facilitado todavía más el avance hacia la capital del Turia, cuya defensa era la máxima prioridad para Rojo y Negrín en esos momentos.

Respecto a la otra posibilidad, sabemos que los pesos pesados franquistas consideraban incapaz al Ejército Popular de crear y desarrollar con éxito una operación de paso de gran envergadura pero... ¿qué pensaban los propios organizadores del asunto? En este punto echo de menos información sincrónica de los protagonistas, dado que en todo lo que dispongo de ellos siempre hablan del tema a toro pasado. ¿De verdad creían que iba a salir bien?
Ya sabemos la opinión que tenía Maximov. Rojo comentó al respecto:
Conocíamos todos los riesgos que la operación comportaba; pensamos que podía fracasar en su mismo comienzo o en el curso de su desarrollo con gravísimas consecuencias; pero sabíamos también que el español es hombre audaz, vehemente, amante del peligro, de lo difícil, quizá también de lo imposible; es el hombre que se estrella ante cosas nimias y que no duda en lanzarse a empresas aventuradas, y ello no era una novedad ni un descubrimiento que hubiera hecho nuestra corta experiencia, sino enseñanza perenne de la Historia. Por ello, no obstante apreciar el carácter difícil de la empresa, no se dudó en abordarla desde el momento en que el éxito se consideró posible. Además, había otra razón decisiva para afrontar aquellos riesgos: la de ser la mejor maniobra, quizá la única, de posible ejecución con pocas tropas, para resolver la situación de Levante.
De Negrín, se dice que preguntó a los más reticentes:
¿Alguien tiene una idea mejor para demostrar que seguimos vivos y frenar el asalto a Valencia?
Se cuenta de Azaña -sin citar fuentes- que suspiró de alivio al recibir por telegrama las primeras noticias de que el cruce del Ebro iba bien. Me llama la atención que en su diario no recoja noticias de su preparativa y apenas mencione la batalla, aunque parece que por entonces ya estaba de vuelta de todo. Las primeras noticias que recoge sobre la movida del Ebro aparece en la entrada de 15 de agosto, cuando la bolsa de Mequinenza-Fayón ya había sido eliminada y se desarrollaban los combates en Pàndols:
(...) El coronel de Artillería Fuentes: Que lo del Ebro no ha salido mejor todavía, por falta de velocidad. Se hubiera llegado a Alcañiz.
Tomados al enemigo unos millares de fusiles y treinta piezas: "Ahora lo difícil es quitárselas a los amigos".

Por la noche, viene a cenar Hernández Saravia.
Las tropas del Ebro son buenas. Tienen impulso. El paso del río fue muy bueno. Dieron en blando. Ningún disparo de cañón enemigo; no le dieron tiempo. Se pudo ocupar Gandesa. No mejores resultados por falta de cuadros de mando. Confirma que no quieren entregar las armas capturadas. A todo esto, la división 42, desarmada a su tránsito por Francia, continúa sin fusiles. Modesto no quiere soltar los 5.000 o 6.000 fusiles de que se apoderaron. Tendría que meterlo en un castillo, o fusilarlo. ¡La que se armaría! Hernández Saravia se propone retirarle una división, y mandarle la 42 desarmada.
Casi todo el Ejército del Ebro es comunista. Hay una especie de disciplina interior en cada unidad.
Rojo le ha dicho que ya no hay republicanos. Que Hernández Saravia está en el siglo XVIII.
Rivalidades y disputas por los ascensos. Esto no tiene remedio.
Y ya no hay nada más relativo al Ebro hasta el día 16 de noviembre:
(...) Situación en el Ebro, después de repasar el río.[Negrín] No se fía del Ejército del Este, donde subsisten muchos de los antiguos defectos. Espera, para fin de año, nuevos arribos importantes de material, que permitirán sostener la guerra seis meses. Y se estudia la organización del contrabando (!) para el caso, que no prevé por ahora, de cerrarse la frontera.
(...)
[Saravia] se presentó aquí a cenar. Hablamos, entre otras cosas, del Ebro.
Perdida la sierra de Caballo, teóricamente inexpugnable, no podía sostenerse la situación. La sierra se perdió, como siempre, por un pánico, motivado por una infiltración de moros a retaguardia de las posiciones. Como siempre también, faltan mandos subalternos competentes. Rojo estuvo allí, y autorizó a Modesto para ordenar la retirada a la orilla izquierda cuando lo estimase necesario. ("Manera -dice- de eludir una responsabilidad.") Teniendo la autorización y con el río a la espalda, no han tardado en usarla. El paso a la orilla izquierda se hizo a las seis de la tarde. A Saravia, que es el jefe de todos, no se lo comunicaron hasta las tres de la mañana. Gracias a una orden de Saravia, se pasó a tiempo la artillería, que al día siguiente hubiera sido copada. Insiste en que él [Saravia] desaprobó la operación, que no tenía porvenir, proponiendo en cambio la de Lérida. El enemigo se encuentra ahora con siete u ocho divisiones libres. Lo del Segre ha dado poco resultado. No ha podido reducirse la cabeza de puente de Serós, por falta de celeridad y empuje. Ya la otra vez ocurrió lo mismo. Cree que ahora caerán sobre lo que ocupamos a la derecha del Segre. Optimismo. Porque sí. (Cuando uno quiere descubrir los motivos del optimismo, para adoptarlos, no encuentra nada.) Ha sido destituido El Campesino.
Finalmente, el 17 de noviembre:
(...) Por la tarde, presido el Consejo. Se ha conseguido calentar Pedralbes. Nota sobre las pérdidas del Ebro: tres mil y tantos muertos; 31.000 heridos; 75 aviones de caza; 8 de bombardeo. Poco material.
Informaciones como estas demuestran que los estudiosos de hoy estamos mejor informados que el presidente de la maltrecha República en las fechas de autos. Resultan llamativos algunos errores, como confundir la División 42 con la "Heroica" 43, que es a la que se refiere, y las bajas cifras que le presentan. En el diario se nota que Negrín le mantenía al margen del curso de la guerra. Así, en la entrada del 16 de diciembre de 1938 se lee:
- ¿Qué ha sido lo de Motril? -pregunto. (Sé, por Riaño, que la operación se inició y no prosiguió.)
- ¿Cómo sabe usted lo de Motril? -me responde [Negrin]
- Se habla de ello en los cafés -digo.
Resulta que ha habido una filtración de informes, que llegaron al enemigo, y se previno. Absurdo: las órdenes, además de los jefes militares, las firmaban los comisarios. Los cuales se pusieron a dar conferencias a la marinería, sobre la significación e importancia de lo proyectado...
Modesto y Tagüeña cuentan en sus memorias que su mayor preocupación no era el paso en sí, sino el mantenerse en el otro lado sin artillería ni líneas permanentes de suministros. Por lo demás, y como no podía ser de otra manera, comentan que la moral de la tropa estaba por las nubes y que se sentían muy capaces de lograrlo.

Por poner una nota de humor, y a pesar de que no tuvo capacidad de elección, no me resisto a citar el testimonio de Manolo Vázquez, un "biberón" destinado al Cuerpo de Ingenieros como aprendiz de pontoneros y que es todo un crack:
Entre Falset, la Torre de l'Espanyol, el Mas Roig... estaban todos los peces gordos del Estado Mayor. Estaban Modesto, Líster, el Campesino... Eran nombres que los soldados se sabían de memoria porque tenían una reputación de héroes de batallas.
Todos eran comunistas, y siempre iban con los comisarios del partido, que eran los que echaban las arengas a los soldados con eso de la revolución. Siempre revolución arriba y revolución abajo, todo igual para todo el mundo... Pero ellos, los que mandaban, bien que comían aparte.
A mí los que me impresionaban de verdad eran los comunistas extranjeros. Esos sí que se lo creían de verdad. Conocí a uno que era inglés, que me explicaba cómo lo había dejado todo, trabajo, familia... para ayudarnos a ganar la guerra contra el fascismo.
Yo, el primer día que me lo contó, pensé que era un chiste... joder, y hablaba en serio.
Quien más se movía era Líster, siempre arriba y abajo con sus acompañantes. Tenía fama de hombre duro y todos le respetaban. Con su chaqueta de cuero en pleno mes de julio... Ja, ja, ja, ¡qué chulo era ese tío! Su escondrijo estaba en Escaladei.
(...)
Sólo faltaba dar la orden, pero se palpaba en el ambiente que no se ponían de acuerdo. Nuestro capataz se reunía con el ingeniero jefe y era imposible colocar los puentes en seis horas sin ser vistos. Y todo era secreto... No sé cómo los de la otra orilla no escuchaban las peleas a pleno pulmón que se hacían sobre la ofensiva. Joder, ¡gritaban como locos!
Secreto, secreto... ¡Qué coño secreto, sería un secreto a voces!
El día 23 de julio, el día de mi cumpleaños, y por eso me acuerdo muy bien, llegó la orden: todos los puentes y las pasarelas a punto. Se iba a cruzar el Ebro... pero de momento sólo la infantería.
¡Joder! ¿Se han vuelto locos?
No sé yo quién fue la cabeza pensante que decidió cruzar el río sin puentes...
Pero Líster o quién fuera que mandara, lo tenía claro, clarito... y cuando llegó la hora, como dicen en mi pueblo, de cabeza al río. Madre mía. Me acuerdo que pensé: "la suerte está echada...".
También me gustaría saber si Rojo y compañía confiaban verdaderamente en la capacidad militar del Ejército del Ebro para realizar tamaña maniobra de forma exitosa. De Modesto y demás no me cabe duda que sí por razones obvias, pero ¿hasta que punto esa gran unidad daba garantías de éxito? Vale la pena examinar su composición.

El Ejército del Ebro (Modesto) estaba formado por tres cuerpos de ejército que integraban divisiones con larga experiencia en combate:

- El V Cuerpo de Ejército (Líster) contaba con las divisiones 11 (J. Rodríguez), 45 (Internacional, aunque cada vez menos; H. Khale) y la 46 ("el Campesino").
- El XV Cuerpo de Ejército (Tagüeña) encuadraba las divisiones 3 (E. Cabezos), 42 (M. Alvárez) y la 35 (también cada vez menos "Internacional"; P. Mateo).
- El XII Cuerpo de Ejército (E. Vega) sólo tenía dos divisiones -la 16 (M. Mora) y la 44 (Pastor)- y quedó como reserva de los dos cuerpos anteriores, que fueron la vanguardia del ataque.

Por nombres y sobre el papel, el contingente que debía ejecutar la maniobra era una fuerza respetable, dado que estaba compuesta por hombres que ya desde primera hora se había batido el cobre contra los sublevados y que incluso antes de la guerra ya se preparaban, más o menos militarmente, para una. Entre sus brigadas mixtas estaban algunas míticas, como las "Internacionales" -aunque insisto en que cada vez lo eran menos y excepto la BM 129, que quedó en la otra zona- y las divisiones de Líster y de "el Campesino" tenían fama de ser las más duras del Ejército Popular -lo que ya no tengo tan claro es si lo eran para el enemigo o para con sus propios soldados :) - Por su filiación comunista, eran las unidades mejor equipadas -dentro de los baremos del bando republicano, of course- y también las más mimadas por el Estado Mayor, el cual les consintió cosas que a otras de otro signo político no permitió y reprimió con dureza. El problema de esas divisiones, que podemos considerar de élite dada su disciplina, experiencia y potencia de fuego, es que tendían a ser destrozadas en cada gran batalla en la que participaban -y pasaron por todas, exceptuando las de la campaña del Norte, hasta quedar aisladas en la zona republicana oriental- y los reemplazos que cubrían sus bajas no siempre tenían el nivel cualitativo de aquellos que habían caído.
Las pérdidas humanas de las debacles de Aragón y Lérida fueron cubiertas por las quintas del "biberón" -la del 41, adolescentes sin rudimentos de videojuegos bélicos- y del "saco", que incluían los reservistas entre 35 y 40 años; también se sumaron delincuentes, los prisioneros convertidos a la causa -o eso parecía- y todos aquellos escaqueados hasta entonces que estaban dentro de las edades movilizadas. Semejante material humano no parece el mejor, al menos a priori.
Sobre los "biberones" se ha escrito mucho. Generalmente, abunda una perspectiva "sentimental" de ellos, considerándolos corderos enviados a un matadero sin que entendieran nada, pero algunos protagonistas los tratan de manera diferente. Así, Pons Prades -que era de esa quinta, pero llevaba como voluntario más tiempo- dice:
La mayor parte de ellos fueron reclutas aplicadísimos (algunos no habían cumplido todavía los dieciocho años), eran muy bromistas, eso sí. Y casi todos hervían en deseos de entrar en combate. Habiendo pasado por mis manos hombres de otras cuatro quintas (1937, 1938, 1939 y 1940), puedo asegurar que los que más ardientemente se convirtieron en combatientes fueron estos muchachos. Su intrepidez iba a la par con su inmadurez y con cierta dosis de inconsciencia.
Mateo Merino, jefe de la División 35 "Internacional", cuenta:
Aun sin tener la veteranía de las antiguas clases y soldados de la división, también los jóvenes catalanes incorporados como refuerzo (más de un tercio de los efectivos divisionarios) demostraron poseer una excelente escuela y altas virtudes militares. La mayor parte de ellos eran activistas entusiastas del movimiento en pro de una instrucción de campaña eficaz (...).
Mucho menos "ardor guerrero" demostraban los maduros del "saco", muchos de ellos casados y con familia, y el resto de movilizados, cuya voluntad de lucha era más que dudosa. Una férrea disciplina impuesta a base de medidas draconianas -la pedagogía del terror obra maravillas, yo siempre lo he dicho-, un buen rancho, un entrenamiento intensivo -especialmente a nivel físico; a nivel técnico, manejo de armamento y demás, fue bastante precario- y la dispersión de los nuevos reclutas entre los núcleos ya veteranos para paliar los defectos de su inexperiencia y asegurarse, de paso, de que no "chaquetearan" a las primeras de cambio, fueron los componentes que caracterizaron al que iba a ser el brazo ejecutor de la maniobra. Es común mencionar la falta de oficiales y suboficiales como un lastre para el Ejército Popular -y con mucha razón-, pero el Ejército del Ebro se benefició, al menos, de la hegemonía de los comunistas en sus cuadros de mando y oficiales. Tanto el jefe del Ejército del Ebro como los de los cuerpos de ejército que lo integraban, casi todos los jefes de división, la mayor parte de los jefes de brigada -24 de un total de 27- y todos los comisarios políticos eran miembros del PCE, lo que daba a esa gran unidad una cohesión de grupo pocas veces alcanzada en el Ejército Popular, tan desgarrado por luchas intestinas. Todos participaban de la idea de una resistencia a ultranza. Por otra parte, si hacemos caso al testimonio recogido por Ronald Fraser, tampoco parece que el bando franquista estuviera a esas alturas como para echar cohetes en la cuestión de oficiales:
Desde dentro, el ejército nacionalista a veces parecía menos profesional de lo que se creía que era. Un alférez provisional de 17 años que fue herido siete veces en las campañas del norte, la contraofensiva de Teruel, el avance hasta el mar, las ofensivas del Ebro y Cataluña, me dijo que, en lo que hacía a la infantería, había poco que elegir entre uno y otro bando. Ignacio Hernández: «En todo caso tenían mejores ametralladoras [checas] y fusiles automáticos; los de la infantería nacionalista cogíamos estas armas siempre que podíamos. A ambos ejércitos les faltaba capacidad de maniobra. En el nacionalista había muy pocos oficiales profesionales y el nivel de adiestramiento de los que encontré era deplorable. Recuerdo que un coronel extendió el mapa en el suelo y, sin medir con el compás, nos ordenó tomar una colina que nosotros sabíamos que estaba en dirección contraria a las líneas enemigas. Yo, a mis 17 años, mandaba una compañía. Contaba sólo con unas cuantas semanas de adiestramiento y no había hecho ninguna instrucción con armas. El batallón fue mandado por un alférez provisional durante mucho tiempo. El oficial de carrera que en teoría mandaba el batallón pasaba largas temporadas en la base del regimiento. Nos faltaba movilidad. Hicimos toda la campaña de Cataluña a pie… Lo que hizo que el ejército nacionalista ganase la guerra fue su superioridad en artillería y capacidad de bombardeo. Casi se podría decir que la guerra la ganó la Legión Cóndor». A todo esto habría que añadir que el mando nacionalista podía transportar refuerzos a los frentes amenazados con mayor rapidez que el Ejército Popular. En poco más de doce horas, por ejemplo, fuerzas nacionalistas fueron trasladadas del frente del norte a Brunete para contener el avance republicano en el verano de 1937.
Al fin y al cabo, también el ejército franquista tuvo sus bajas, por mucho que habitualmente fuera el bando republicano quien llevara la peor parte, y no creo que los cursillos de oficiales de Burgos fueran muy diferentes de los de las escuelas populares de guerra.

Ese ejército que hemos visto debía cruzar un río tan ancho y caudaloso como el Ebro -que aun en época de estiaje es muy respetable, y más si no sabes nadar como es mi caso-, superar y destruir las defensas enemigas, tomar nudos de carreteras y varios pueblos a decenas de kilómetros del punto de partida, limpiar la zona conquistada y después mantenerse y resistir la respuesta enemiga que se trataba de provocar sin artillería, ni blindados, ni parque móvil -salvo lo que pudieran capturar, y fue poco- y sin líneas de suministros ni comunicaciones seguras hasta afianzar el terreno tomado y los puentes pesados permitieran el paso del material suficiente para establecerse en la zona y ver después qué pasa.
Lo positivo del asunto es que se sabía ciertamente que la zona principal de ataque era muy vulnerable y la moral estaba alta, asunto nada baladí, como bien sabemos los aficionados del Valencia CF. Los oficiales comunistas habían conferido un concepto muy elevado de la disciplina, reforzada por el mejor adiestramiento que habían podido dar a la tropa dadas las limitaciones materiales, hasta el punto que se había generado una gran fe respecto a las posibilidades de triunfo en gran parte de los soldados y mandos de esa gran unidad.

Pero... ¿había razones objetivas para esperar el éxito en la infiltración en campo enemigo? Los resultados en las grandes ofensivas previas no eran muy alentadores. Tanto en Brunete como en Zaragoza el empuje duró lo que tardaron en toparse con un centro de resistencia organizado y/o "emparanoiarse" al perder de vista a sus colegas por los flancos. En Teruel, la cosa ya mejoró algo: enseguida cercaron la ciudad al tomar la línea Concud-San Blas-El Campillo y cortar tanto la carretera nacional como el ferrocarril, beneficiándose de las débiles defensas de esos sectores, que además las de Concud estaban a huevo para la infiltración; en cambio, los republicanos tardaron días en superar las defensas de los sectores de la carretera de Alcañiz-Corbalán y las de Puerto Escandón-El Castellar-Castralvo; las del sector de Villaspesa solo se tomaron cuando fueron abandonadas por los franquistas... y en ese teatro no había que vadear un río como el Ebro -como mucho el Guadalaviar/Turia y el Alfambra, ríos que no soportan la mínima comparación con él, como posiblemente algunos de la División 46 tuvieron la oportunidad de comprobar personalmente-. Las últimas ofensivas limitadas previas a la maniobra del Ebro en la zona oriental en torno a Sort, Tremp y Balaguer (mayo del 38) tampoco invitan a pensar que Rojo tuviera mucho optimismo, ya que fue muestra de los defectos habituales y del pobre entrenamiento que habían recibido las nuevas levas, aunque en su descargo hay que decir que algunos de los reclutas que entraron en primera línea apenas llevaban un mes en el ejército.
En fin, me parece que no hace falta estudiar en Potsdam -soy de la escuela prusiana para según qué cosas- para darse cuenta de que el esquema de las ofensivas republicanas se repite constantemente: ataque con factor sorpresa-choque con las resistencias franquistas y pequeñas ganancias-llegada de refuerzos franquistas y contraofensiva con superioridad de medios-derrota republicana con grandes pérdidas tanto humanas como de material, que era cada vez más difícil de reemplazar; ese modelo se repite hasta la náusea, salvo quizá en Belchite, y solo con recordar que uno de los objetivos de esa batalla era tomar Zaragoza ya me dan ganas de llorar. El Ejército Popular daba lo mejor de sí en maniobras defensivas, especialmente cuando se apoyaba en posiciones fortificadas en zona abrupta y cuando tampoco le quedaba otra, pero a nivel ofensivo quedaban descubiertas sus carencias.
Ahora ya sabemos que sí, que el Ejército del Ebro fue capaz de cruzar el río, superar el horror vacui que hasta entonces siempre atenazaba al Ejército Popular en las grandes ofensivas -por primera vez, que yo sepa- y lanzarse a una penetración profunda en campo enemigo andando con lo puesto, sin tanques ni aviación y con una artillería limitada al área de alcance de los cañones que quedaron en su orilla hasta que pudiera pasar -más lo que pudieran capturar-, pero en los días previos algunos miembros del Estado Mayor republicano no lo veían claro. Assumpta Montellà me cuenta:
La ofensiva del Ebro se había planeado con suficiente tiempo y todos tenían claro que sería un éxito, pero a la hora de la verdad todo eran incertidumbres.
A Rojo le entra el pánico y escribe una carta urgente a Negrín en la que le plantea las dudas y comenta los reproches de Maximov. Rojo está dolido y en caliente se plantea su dimisión.
Negrín se alarma mucho. Faltan tres días para la ofensiva y tiene ante la mesa una crisis que afecta de lleno a todos sus planes. Pero a Negrín, como siempre, no le tiembla el pulso y toma la decisión de seguir adelante (...).
En estas condiciones, me parece razonable pensar que el Estado Mayor no las tuviera todas consigo y decidiera mantener la aviación protegiendo la zona de Castellón por si todo salía mal, aunque a cambio hubiera podido hostigar los movimientos y concentraciones de tropas franquistas, facilitar el avance de la infantería y establecer un paraguas protector en torno a los vados que podría haber dificultado la acción de la aviación enemiga y contribuir, de esa manera, a acelerar el montaje de los puentes pesados, auténtico nudo gordiano del asunto, ya que la construcción de puentes permanentes que permitieran el paso continuo del armamento pesado y vehículos de suministro eran vitales para sostener a las tropas y mantener su empuje.

Continuará.

Lord Summerisle
Blandiri cum blandiendum; Tundere cum tundendum. Lema familiar
Responder

Volver a “Guerra Civil Española (GC)”