El submarino I-17 bombardea la costa oeste de EE.UU.
Publicado: 20 Abr 2018
Cuando el Capitán Kozo Nishino puso la proa de su submarino en dirección a la refinería de Ellwood (Santa Bárbara, California) debió pensar que la venganza es un plato que se sirve frío. El I-17 era un submarino de la clase B1, con un desplazamiento de 2.584 t, capaz de alcanzar 23 nudos en superficie, con una autonomía de 14.000 millas, armado con seis tubos lanzatorpedos de 533 mm y un cañón de 14 cm. Su primera misión de guerra consistió en patrullar las aguas alrededor de Pearl Harbor con el fin de torpedear a cualquier buque que intentase salir de la rada durante el ataque aéreo que dio inicio a la guerra entre Japón y EE.UU. Tras ello patrulló la costa oeste con el fin de atacar el tráfico mercante, logrando un único éxito el 20 de Diciembre, cuando localizó al petrolero de 6.900 t SS Emidio, al que atacó en superficie alcanzándole con cinco proyectiles de 14 cm, siendo abandonado por su tripulación, aunque no se hundió y a la deriva embarrancó en la costa, permaneciendo allí sus restos hasta que fueron desguazados en 1959.
Submarino I-15, de la misma clase que el I-17. Se puede contemplar el cañón de 14 cm ubicado en la popa.
Pero en la mente del Capitán Nishino estaba un hecho acontecido años atrás, cuando era Capitán de un mercante y recaló en la refinería de Ellwood, desembarcando para recibir la tradicional ceremonia de bienvenida, cuando tropezó y fue a caer entre unos cactus, llenándose de espinas y siendo la rechifla de los trabajadores que contemplaban la escena, agravada por la visión de los ayudantes del Capitán retirando las espinas de su trasero, hecho que Nishino vivió como una humillación. Dado que la patrulla contra el tráfico mercante no había obtenido los resultados pretendidos, el Capitán del I-17 decidió cambiar de estrategia y bombardear la costa, con el fin de causar los mayores daños posibles y aterrorizar a la población, ¿y qué lugar mejor que la refinería de Ellwood para ello?
El I-17 llegó frente a la misma en la noche del 23 de Febrero, y aunque el Capitán Nishino no hubiese conocido la zona tampoco hubiese tenido problemas en localizarla, pues permanecía iluminada como en tiempos de paz, confiados los estadounidenses de que ningún peligro acechaba sus costas. Nishino ordenó a la tripulación que preparase el cañón de 14 cm, y una vez que el arma estuvo lista, los artilleros apuntaron a un gran tanque de combustible de aviación. Se abre fuego sobre las 19:00 horas, pero no resulta sencillo apuntar desde el submarino mecido por las aguas y tampoco se puede corregir el tiro al no observarse la caída de los proyectiles, por lo que todos los disparos caen lejos del blanco elegido. En vista de ello se dispara contra otro depósito, con el mismo resultado negativo.
El pequeño equipo de guardia en la refinería escuchó la primera explosión, confundiendo el sonido con un accidente que habría causado una explosión de algún tanque de gasolina. No fue hasta que corrieron afuera que uno de ellos vio el I-17 justo frente a la costa, a escasos cien metros. Al darse cuenta de que estaban bajo ataque, se realizó una llamada frenética a la estación de policía local. Mientras tanto, el I-17 continuó bombardeando la refinería, alcanzando una torre de perforación de petróleo y un equipo de bombeo que resultaron destruidos, pero los tanques de combustible de aviación a los que apuntaba permanecieron intactos. Media hora más tarde, el I-17 cesó el fuego y abandonó el área. Los lugareños estimaron que el submarino japonés disparó unos 25 proyectiles esa noche.
Plano del ataque a la refinería de Ellwood.
Aunque varias personas habían llamado a la policía para informar sobre el submarino enemigo no se realizó ningún contraataque, pudiendo regresar el I-17 a Japón sin mayores percances.
Militarmente hablando, el ataque a la refinería de petróleo de Ellwood logró muy poco, el daño a la refinería fue leve y nunca cesó su producción Sin embargo, los efectos en la población local fueron mucho más dañinos. Miles de personas huyeron tierra adentro por temor a una invasión japonesa. Un pánico general se extendió a lo largo de la costa occidental de los Estados Unidos y varias personas indicaron que desde tierra se había avisado al submarino con señales luminosas, lo que conllevó al polémico internamiento de los residentes de origen japonés (incluyendo ciudadanos estadounidenses).
Otra consecuencia del pánico existente entonces entre ciertos sectores de la población estadounidense fue la denominada "Batalla de Los Ángeles", acaecida solo un día más tarde del bombardeo del I-17, cuando toda la artillería antiaérea del Condado de Los Ángeles abrió fuego, quizá confundida por la presencia de un globo meteorológico, llegando a disparar 1.400 proyectiles antes de que se ordenase el alto el fuego. Cinco personas murieron de forma indirecta a causa de este ataque de pánico, tres debido a accidentes de tráfico y dos a causa de sendos ataques al corazón.
Respecto al I-17 no tuvo una carrera especialmente brillante, siendo utilizado para misiones de suministro a Guadalcanal tras ser despojado de su cañón de 14 cm. Tras la batalla del Mar de Bismarck, en la que resultaron hundidos ocho mercantes japoneses, cuatro destructores y varios escoltas menores, consiguió recoger a 155 náufragos. En Mayo de 1943 torpedeó y hundió al petrolero Stanpac Manila, de 10.100 t, que resultó hundido junto a dos de las seis PT que llevaba como carga. Fue su último éxito pues el 19 de Agosto de 1943 es localizado por el arrastrero neozelandés HMNZS Tui, que le alcanza con cargas de profundidad obligándole a emerger, siendo rematado pro hidroaviones Kingfisher, hundiéndose junto a 91 hombres de su tripulación, de la que solo hubo seis supervivientes.
Corte esquemático de un submarino clase B-1.
Fuentes:
https://www.navygeneralboard.com/japane ... tes-coast/
https://en.wikipedia.org/wiki/Japanese_submarine_I-17
https://en.wikipedia.org/wiki/Bombardment_of_Ellwood
https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Los_Angeles
Submarino I-15, de la misma clase que el I-17. Se puede contemplar el cañón de 14 cm ubicado en la popa.
Pero en la mente del Capitán Nishino estaba un hecho acontecido años atrás, cuando era Capitán de un mercante y recaló en la refinería de Ellwood, desembarcando para recibir la tradicional ceremonia de bienvenida, cuando tropezó y fue a caer entre unos cactus, llenándose de espinas y siendo la rechifla de los trabajadores que contemplaban la escena, agravada por la visión de los ayudantes del Capitán retirando las espinas de su trasero, hecho que Nishino vivió como una humillación. Dado que la patrulla contra el tráfico mercante no había obtenido los resultados pretendidos, el Capitán del I-17 decidió cambiar de estrategia y bombardear la costa, con el fin de causar los mayores daños posibles y aterrorizar a la población, ¿y qué lugar mejor que la refinería de Ellwood para ello?
El I-17 llegó frente a la misma en la noche del 23 de Febrero, y aunque el Capitán Nishino no hubiese conocido la zona tampoco hubiese tenido problemas en localizarla, pues permanecía iluminada como en tiempos de paz, confiados los estadounidenses de que ningún peligro acechaba sus costas. Nishino ordenó a la tripulación que preparase el cañón de 14 cm, y una vez que el arma estuvo lista, los artilleros apuntaron a un gran tanque de combustible de aviación. Se abre fuego sobre las 19:00 horas, pero no resulta sencillo apuntar desde el submarino mecido por las aguas y tampoco se puede corregir el tiro al no observarse la caída de los proyectiles, por lo que todos los disparos caen lejos del blanco elegido. En vista de ello se dispara contra otro depósito, con el mismo resultado negativo.
El pequeño equipo de guardia en la refinería escuchó la primera explosión, confundiendo el sonido con un accidente que habría causado una explosión de algún tanque de gasolina. No fue hasta que corrieron afuera que uno de ellos vio el I-17 justo frente a la costa, a escasos cien metros. Al darse cuenta de que estaban bajo ataque, se realizó una llamada frenética a la estación de policía local. Mientras tanto, el I-17 continuó bombardeando la refinería, alcanzando una torre de perforación de petróleo y un equipo de bombeo que resultaron destruidos, pero los tanques de combustible de aviación a los que apuntaba permanecieron intactos. Media hora más tarde, el I-17 cesó el fuego y abandonó el área. Los lugareños estimaron que el submarino japonés disparó unos 25 proyectiles esa noche.
Plano del ataque a la refinería de Ellwood.
Aunque varias personas habían llamado a la policía para informar sobre el submarino enemigo no se realizó ningún contraataque, pudiendo regresar el I-17 a Japón sin mayores percances.
Militarmente hablando, el ataque a la refinería de petróleo de Ellwood logró muy poco, el daño a la refinería fue leve y nunca cesó su producción Sin embargo, los efectos en la población local fueron mucho más dañinos. Miles de personas huyeron tierra adentro por temor a una invasión japonesa. Un pánico general se extendió a lo largo de la costa occidental de los Estados Unidos y varias personas indicaron que desde tierra se había avisado al submarino con señales luminosas, lo que conllevó al polémico internamiento de los residentes de origen japonés (incluyendo ciudadanos estadounidenses).
Otra consecuencia del pánico existente entonces entre ciertos sectores de la población estadounidense fue la denominada "Batalla de Los Ángeles", acaecida solo un día más tarde del bombardeo del I-17, cuando toda la artillería antiaérea del Condado de Los Ángeles abrió fuego, quizá confundida por la presencia de un globo meteorológico, llegando a disparar 1.400 proyectiles antes de que se ordenase el alto el fuego. Cinco personas murieron de forma indirecta a causa de este ataque de pánico, tres debido a accidentes de tráfico y dos a causa de sendos ataques al corazón.
Respecto al I-17 no tuvo una carrera especialmente brillante, siendo utilizado para misiones de suministro a Guadalcanal tras ser despojado de su cañón de 14 cm. Tras la batalla del Mar de Bismarck, en la que resultaron hundidos ocho mercantes japoneses, cuatro destructores y varios escoltas menores, consiguió recoger a 155 náufragos. En Mayo de 1943 torpedeó y hundió al petrolero Stanpac Manila, de 10.100 t, que resultó hundido junto a dos de las seis PT que llevaba como carga. Fue su último éxito pues el 19 de Agosto de 1943 es localizado por el arrastrero neozelandés HMNZS Tui, que le alcanza con cargas de profundidad obligándole a emerger, siendo rematado pro hidroaviones Kingfisher, hundiéndose junto a 91 hombres de su tripulación, de la que solo hubo seis supervivientes.
Corte esquemático de un submarino clase B-1.
Fuentes:
https://www.navygeneralboard.com/japane ... tes-coast/
https://en.wikipedia.org/wiki/Japanese_submarine_I-17
https://en.wikipedia.org/wiki/Bombardment_of_Ellwood
https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Los_Angeles