El caso Peleus: el U-852 en Nüremberg
Publicado: 21 Abr 2018
Os dejo una reseña sobre un hecho poco conocido de la II Guerra Mundial, espero que os guste.
Mientras que muchos comandantes de submarinos pasaban a la historia o al imaginario colectivo como gente honrada y humilde en lo personal y eficiente en lo militar, hubo uno que se convirtió en todo lo contrario ya que fue juzgado con crímenes de guerra en 1945 y condenado a muerte con sus oficiales por los hechos acaecidos durante su primera patrulla al mando del submarino U-852. Tanto es así que fue el único comandante condenado a muerte por crímenes de guerra.
El protagonista de esta historia es Heinz-Wilhelm Eck, un joven de Hamburgo nacido en 1916 y criado en Berlín quien tras adquirir la mayoría de edad se alistó en la Kriegsmarine. Tras completar su entrenamiento en 1937 en barcos de minado y desminado, pasó a comandar uno en 1939 hasta 1942, momento en que pide su traslado al arma submarina. Tras ser aceptada su solicitud en junio, Eck recibe su entrenamiento de octubre de 1942 a febrero de 1943 de mano de Johannes Mohr a bordo del U-124 con la ventaja de que Mohr y Eck eran amigos ya que habían sido compañeros de la promoción de la Marina de 1934. Eck salió de patrulla el 25 de noviembre de 1942 con el U-124 desde Lorient en la que era la décima patrulla del sumergible con destino a América del Sur y apenas un mes después sumarían el primer hundimiento con el vapor-mercante británico Treworlas que cubría la ruta Eritrea – Capetown – Baltimore con una carga de manganeso. Tres días más tarde sería atacado con cargas de profundidad por un American Catalina por el que tuvo que sumergirse pero sin mayores consecuencias para él, hasta que llegó el día 8 de enero. El día 5 había salido de Trinidad un convoy con destino a Rio De Janeiro (ruta TB-1) compuesto por doce vapores mercantes en una formación de cuatro columnas de tres barcos y cuatro escoltas. Mohr que ya había visto el convoy decidió lanzar dos torpedos contra el SS Broad Arrow y lo mandó al fondo con una carga de más de 85.000 barriles de diesel y gasolina
Pasado el periodo de entrenamiento, Eck es asignado a la 4ª Flotilla de Entrenamiento ubicada en Stettin, actual Polonia. En estos casos los oficiales solían ser asignados mientras la nave estaba todavía en construcción, posteriormente venía la fase de Baubelehrung o entrenamiento de familiarización y se seguía con el Unterseebootsaabnehmenkommando o UAK donde, durante por un periodo de dos semanas se probaban todos los sistemas del buque, se hacían inmersiones de prueba y se terminaba con el Agru Front donde se recibía el entrenamiento táctico final. A la finalización de todos los procedimientos. Eck fue advertido por otros grandes comandantes muy experimentados como Adalbert Schnee y Karl-Heinz Moehle que el submarino que le habían asignado era uno de los modelos más lentos que tenía en servicio la marina de guerra alemana; el U-852 era un modelo IXD diseñado como buque de transporte con una gran autonomía con una velocidad de 6,9 nudos y una profundidad máxima de inmersión de 230 metros, en contraposición a los habituales VIIC que tenían una velocidad máxima de 7,6 nudos y una inmersión máxima de 250 metros. Al parecer esta charla que parece trivial en un principio tuvo mucha influencia en los hechos posteriores. Tras permanecer un año en la 4ª Flotilla de Entrenamiento, le ordenan a Eck poner rumbo al Océano Índico a sumarse a la manada de lobos Monsun por lo que parte de Kiel el 18 de enero de 1944, siendo consciente que cada vez hay más bajas entre los sumergibles alemanes.
SS Peleus
El 13 de marzo de 1944 tras casi dos meses de travesía, la tripulación observa un solitario barco mercante con bandera griega llamado SS Peleus que cubre la travesía entre Argelia, Sierra Leona y Buenos Aires y que había sido fletado por el Ministerio Británico de Transporte de Guerra. El comandante ordena seguirlo hasta que empieza a anochecer y entonces le lanza dos torpedos que impactan directamente, produciendo el rápido hundimiento del vapor en tres minutos. La tripulación del barco consigue llegar a dos balsas de salvamento, momento en que el submarino emerge y llama a bordo a un superviviente donde lo interroga acerca del nombre del barco, cargamento y dirección. Es en ese momento donde el KapitänLeutnant toma la decisión de acabar con todo rastro del mercante y de su tripulación a pesar de las protestas del jefe de ingenieros Hans Richard Lenz; Lenz por su parte anotó en los registros del submarino lo que había ocurrido y su negativa a seguir esas órdenes. A pesar de esto, Lenz llegó a arrebatar el arma a un marinero al que consideraba muy ineficiente y disparar él mismo contra algunos marineros ya que consideraba que un mal soldado no tenía derecho a quitar una vida. Desde el U-852 se abre fuego contra los supervivientes del hundimiento y sobre los restos que flotan en el Atlántico mediante ametralladoras y granadas para dificultar la búsqueda y localización del submarino y tras cinco horas de acoso, la nave deja la zona y sigue su camino al Índico. Aunque en ese momento no lo saben han quedado con vida tres testigos de su crimen: el primer oficial y un marino de nacionalidad griega ambos y otro marinero de nacionalidad británica; estos supervivientes pasarían 25 días en el agua hasta que fueron recogidos por el mercante portugués Alexander Silva.
Ajeno a esto, el U-852 prosigue su camino pacíficamente hasta que el 1 de abril de 1944 se encuentra frente a la costa de Ciudad del Cabo un mercante de bandera británica llamado Dahomian. El barco es torpedeado pero toda la tripulación salvo dos marineros consiguen ponerse a salvo y son desembarcados en Simonstown. Eck con esta nueva diana suma casi las 10 toneladas hundidas y mantiene su rumbo bordeando el Este de África pero llega mayo y todo lo bueno se acaba y más siendo submarinista alemán en 1944. El 2 de mayo de 1944 el sumergible es detectado e interceptado frente a las costas de Somalia por un avión Wellington perteneciente al 621 Escuadrón de la RAF que le lanza varias cargas de profundidad y posteriormente por otros 5 aviones Wellington del 5º Escuadrón. Seriamente dañado y sin posibilidad de despistar a sus perseguidores, se toma la decisión de embarrancar la nave e intentar salvar la vida. Una vez en tierra y con siete bajas, los marineros supervivientes fueron detenidos por el Somaliland Camel Corps británico e internados en un campo de prisioneros. Los restos del naufragio fueron inspeccionados aunque antes de revisar la documentación del submarino que no pudieron destruir, el ejército británico se entretuvo en un pequeño helicóptero que llevaba el submarino y que no habían visto nunca; era un autogiro con partes plegables y desmontables que se podía hacer plenamente operativo en veinte minutos.
Era la primera vez que las tropas aliadas veían algo parecido aunque se venía utilizando desde hacía más de un año. Este autogiro había sido diseñado debido a la necesidad operativa de los submarinos que al tener un perfil muy bajo, su visión era realmente reducida. Este autogiro se unía a la cubierta del submarino por un cable de acero que le permitía flotar a una altitud de 120 metros y ganar una visión de 46 kilómetros a 360 grados en vez de los 9 kilómetros que se veían desde la torre del submarino y se podía comunicar con el resto de la tripulación por medio de un teléfono. A pesar de que la idea era buena sólo se equiparon sumergibles que operaban en el Atlántico Sur o el Índico donde las patrullas aéreas no eran tan habituales como en el Atlántico Norte y sólo hay registros de que utilizase en tres submarinos: el U-177, u-181 y U-852.
Después y esta vez sí, tomaron el cuaderno de bitácora donde aparecían las anotaciones realizadas tras el incidente con el mercante griego y que sirvió de base para su acusación tras la finalización de la guerra.
Eck, Hoffman, Weisspfenning, Lenz y Schwender.
El juicio fue llevado a cabo por una Corte Marcial británica y fueron acusados formalmente cinco tripulantes de la nave: Kapitänleutnant Eck, Leutnant zur See August Hoffman, Marine Stabsarzt Walter Weisspfenning, Kapitänleutnant (Ing.) Hans Richard Lenz, Gefreiter Schwender. Varios marineros testificaron durante el juicio que les habían visto disparar a los marineros del mercante y a los restos. El capitán Eck justificó su decisión como motivos operacionales debido al alto número de hundimientos que se habían registrado en esa zona e incluso testificó a su favor el KorvettenKapitän Adalbert Schenee, quien había sido un exitoso comandante de submarinos y ostentaba un alto cargo en la organización de las flotillas y manadas de lobos. Schenee se refirió durante el juicio al caso Hartestein o “Incidente del Laconia” donde una nave estuvo a punto de irse a pique a pesar de haber ayudado a los náufragos y radiado su posición para su rescate. Este incidente desembocó en unas órdenes claras y estrictas a todos los comandantes: no se debe hacer ningún intento de rescate ni ayuda a los náufragos de los barcos hundidos de la misma manera que los aliados no tienen piedad de las mujeres y niños alemanes en sus bombardeos. Aun así, el fiscal insistió a Schenee sobre su posición en este caso y acabó reconociendo que él no hubiese tomado esa decisión.
El 20 de octubre de 1945 la Corte tomó una decisión sobre los cinco acusados: todos fueron hallados culpables de los cargos que se les imputaban. Eck, Hoffman y Weisspfenning fueron condenados a muerte por fusilamiento por haber disparado contra los supervivientes del buque griego; la Corte dictaminó que no se podían acoger a la obediencia debida ya que la orden recibida les obligaba a cometer un acto ilegal y eso convertía a la propia orden en ilegal. Además de esto Weisspfennig era el médico de a bordo y no tenía derecho a portar armas. El jefe de Ingenieros Hans Richard Lenz fue condenado a cadena perpetua ya que el magistrado no llegaba a entender cómo protestó contra la decisión de Eck para acabar siendo uno de los primeros en abrir fuego contra los náufragos arrebatándole el arma a Schwender. Lenz se libró de la pena de muerte debido a su confesión y arrepentimiento pero sería liberado en 1952. Schwender por su parte fue condenado a 15 años de reclusión mayor ya que aunque no disparó contra los marineros, sí lo hizo contra los restos del barco griego y sería liberado en 1951
Las sentencias fueron confirmadas el 12 de noviembre de 1945 y los fusilamientos se llevaron a cabo en Hamburgo el 30 de noviembre de 1945. En 1967 salió a la luz una novela escrita por Gwyn Griffin basada en este incidente titulada Una necesidad operacional que llegó a superventas.
https://www.uboat.net/men/commanders/232.html
https://ww2gravestone.com/heinz-eck-u-8 ... inking-ss/
http://www.worldcourts.com/ildc/eng/dec ... nt_Eck.pdf
https://archive.org/details/PeleusTrial
https://en.wikipedia.org/wiki/Heinz-Wilhelm_Eck
https://en.wikipedia.org/wiki/SS_Peleus
https://forum.axishistory.com/viewtopic.php?t=21491
Submarinos alemanes 1939-1945 – LIBSA
http://www.aukevisser.nl/mobil/id1139.htm
Mientras que muchos comandantes de submarinos pasaban a la historia o al imaginario colectivo como gente honrada y humilde en lo personal y eficiente en lo militar, hubo uno que se convirtió en todo lo contrario ya que fue juzgado con crímenes de guerra en 1945 y condenado a muerte con sus oficiales por los hechos acaecidos durante su primera patrulla al mando del submarino U-852. Tanto es así que fue el único comandante condenado a muerte por crímenes de guerra.
El protagonista de esta historia es Heinz-Wilhelm Eck, un joven de Hamburgo nacido en 1916 y criado en Berlín quien tras adquirir la mayoría de edad se alistó en la Kriegsmarine. Tras completar su entrenamiento en 1937 en barcos de minado y desminado, pasó a comandar uno en 1939 hasta 1942, momento en que pide su traslado al arma submarina. Tras ser aceptada su solicitud en junio, Eck recibe su entrenamiento de octubre de 1942 a febrero de 1943 de mano de Johannes Mohr a bordo del U-124 con la ventaja de que Mohr y Eck eran amigos ya que habían sido compañeros de la promoción de la Marina de 1934. Eck salió de patrulla el 25 de noviembre de 1942 con el U-124 desde Lorient en la que era la décima patrulla del sumergible con destino a América del Sur y apenas un mes después sumarían el primer hundimiento con el vapor-mercante británico Treworlas que cubría la ruta Eritrea – Capetown – Baltimore con una carga de manganeso. Tres días más tarde sería atacado con cargas de profundidad por un American Catalina por el que tuvo que sumergirse pero sin mayores consecuencias para él, hasta que llegó el día 8 de enero. El día 5 había salido de Trinidad un convoy con destino a Rio De Janeiro (ruta TB-1) compuesto por doce vapores mercantes en una formación de cuatro columnas de tres barcos y cuatro escoltas. Mohr que ya había visto el convoy decidió lanzar dos torpedos contra el SS Broad Arrow y lo mandó al fondo con una carga de más de 85.000 barriles de diesel y gasolina
Pasado el periodo de entrenamiento, Eck es asignado a la 4ª Flotilla de Entrenamiento ubicada en Stettin, actual Polonia. En estos casos los oficiales solían ser asignados mientras la nave estaba todavía en construcción, posteriormente venía la fase de Baubelehrung o entrenamiento de familiarización y se seguía con el Unterseebootsaabnehmenkommando o UAK donde, durante por un periodo de dos semanas se probaban todos los sistemas del buque, se hacían inmersiones de prueba y se terminaba con el Agru Front donde se recibía el entrenamiento táctico final. A la finalización de todos los procedimientos. Eck fue advertido por otros grandes comandantes muy experimentados como Adalbert Schnee y Karl-Heinz Moehle que el submarino que le habían asignado era uno de los modelos más lentos que tenía en servicio la marina de guerra alemana; el U-852 era un modelo IXD diseñado como buque de transporte con una gran autonomía con una velocidad de 6,9 nudos y una profundidad máxima de inmersión de 230 metros, en contraposición a los habituales VIIC que tenían una velocidad máxima de 7,6 nudos y una inmersión máxima de 250 metros. Al parecer esta charla que parece trivial en un principio tuvo mucha influencia en los hechos posteriores. Tras permanecer un año en la 4ª Flotilla de Entrenamiento, le ordenan a Eck poner rumbo al Océano Índico a sumarse a la manada de lobos Monsun por lo que parte de Kiel el 18 de enero de 1944, siendo consciente que cada vez hay más bajas entre los sumergibles alemanes.
SS Peleus
El 13 de marzo de 1944 tras casi dos meses de travesía, la tripulación observa un solitario barco mercante con bandera griega llamado SS Peleus que cubre la travesía entre Argelia, Sierra Leona y Buenos Aires y que había sido fletado por el Ministerio Británico de Transporte de Guerra. El comandante ordena seguirlo hasta que empieza a anochecer y entonces le lanza dos torpedos que impactan directamente, produciendo el rápido hundimiento del vapor en tres minutos. La tripulación del barco consigue llegar a dos balsas de salvamento, momento en que el submarino emerge y llama a bordo a un superviviente donde lo interroga acerca del nombre del barco, cargamento y dirección. Es en ese momento donde el KapitänLeutnant toma la decisión de acabar con todo rastro del mercante y de su tripulación a pesar de las protestas del jefe de ingenieros Hans Richard Lenz; Lenz por su parte anotó en los registros del submarino lo que había ocurrido y su negativa a seguir esas órdenes. A pesar de esto, Lenz llegó a arrebatar el arma a un marinero al que consideraba muy ineficiente y disparar él mismo contra algunos marineros ya que consideraba que un mal soldado no tenía derecho a quitar una vida. Desde el U-852 se abre fuego contra los supervivientes del hundimiento y sobre los restos que flotan en el Atlántico mediante ametralladoras y granadas para dificultar la búsqueda y localización del submarino y tras cinco horas de acoso, la nave deja la zona y sigue su camino al Índico. Aunque en ese momento no lo saben han quedado con vida tres testigos de su crimen: el primer oficial y un marino de nacionalidad griega ambos y otro marinero de nacionalidad británica; estos supervivientes pasarían 25 días en el agua hasta que fueron recogidos por el mercante portugués Alexander Silva.
Ajeno a esto, el U-852 prosigue su camino pacíficamente hasta que el 1 de abril de 1944 se encuentra frente a la costa de Ciudad del Cabo un mercante de bandera británica llamado Dahomian. El barco es torpedeado pero toda la tripulación salvo dos marineros consiguen ponerse a salvo y son desembarcados en Simonstown. Eck con esta nueva diana suma casi las 10 toneladas hundidas y mantiene su rumbo bordeando el Este de África pero llega mayo y todo lo bueno se acaba y más siendo submarinista alemán en 1944. El 2 de mayo de 1944 el sumergible es detectado e interceptado frente a las costas de Somalia por un avión Wellington perteneciente al 621 Escuadrón de la RAF que le lanza varias cargas de profundidad y posteriormente por otros 5 aviones Wellington del 5º Escuadrón. Seriamente dañado y sin posibilidad de despistar a sus perseguidores, se toma la decisión de embarrancar la nave e intentar salvar la vida. Una vez en tierra y con siete bajas, los marineros supervivientes fueron detenidos por el Somaliland Camel Corps británico e internados en un campo de prisioneros. Los restos del naufragio fueron inspeccionados aunque antes de revisar la documentación del submarino que no pudieron destruir, el ejército británico se entretuvo en un pequeño helicóptero que llevaba el submarino y que no habían visto nunca; era un autogiro con partes plegables y desmontables que se podía hacer plenamente operativo en veinte minutos.
Era la primera vez que las tropas aliadas veían algo parecido aunque se venía utilizando desde hacía más de un año. Este autogiro había sido diseñado debido a la necesidad operativa de los submarinos que al tener un perfil muy bajo, su visión era realmente reducida. Este autogiro se unía a la cubierta del submarino por un cable de acero que le permitía flotar a una altitud de 120 metros y ganar una visión de 46 kilómetros a 360 grados en vez de los 9 kilómetros que se veían desde la torre del submarino y se podía comunicar con el resto de la tripulación por medio de un teléfono. A pesar de que la idea era buena sólo se equiparon sumergibles que operaban en el Atlántico Sur o el Índico donde las patrullas aéreas no eran tan habituales como en el Atlántico Norte y sólo hay registros de que utilizase en tres submarinos: el U-177, u-181 y U-852.
Después y esta vez sí, tomaron el cuaderno de bitácora donde aparecían las anotaciones realizadas tras el incidente con el mercante griego y que sirvió de base para su acusación tras la finalización de la guerra.
Eck, Hoffman, Weisspfenning, Lenz y Schwender.
El juicio fue llevado a cabo por una Corte Marcial británica y fueron acusados formalmente cinco tripulantes de la nave: Kapitänleutnant Eck, Leutnant zur See August Hoffman, Marine Stabsarzt Walter Weisspfenning, Kapitänleutnant (Ing.) Hans Richard Lenz, Gefreiter Schwender. Varios marineros testificaron durante el juicio que les habían visto disparar a los marineros del mercante y a los restos. El capitán Eck justificó su decisión como motivos operacionales debido al alto número de hundimientos que se habían registrado en esa zona e incluso testificó a su favor el KorvettenKapitän Adalbert Schenee, quien había sido un exitoso comandante de submarinos y ostentaba un alto cargo en la organización de las flotillas y manadas de lobos. Schenee se refirió durante el juicio al caso Hartestein o “Incidente del Laconia” donde una nave estuvo a punto de irse a pique a pesar de haber ayudado a los náufragos y radiado su posición para su rescate. Este incidente desembocó en unas órdenes claras y estrictas a todos los comandantes: no se debe hacer ningún intento de rescate ni ayuda a los náufragos de los barcos hundidos de la misma manera que los aliados no tienen piedad de las mujeres y niños alemanes en sus bombardeos. Aun así, el fiscal insistió a Schenee sobre su posición en este caso y acabó reconociendo que él no hubiese tomado esa decisión.
El 20 de octubre de 1945 la Corte tomó una decisión sobre los cinco acusados: todos fueron hallados culpables de los cargos que se les imputaban. Eck, Hoffman y Weisspfenning fueron condenados a muerte por fusilamiento por haber disparado contra los supervivientes del buque griego; la Corte dictaminó que no se podían acoger a la obediencia debida ya que la orden recibida les obligaba a cometer un acto ilegal y eso convertía a la propia orden en ilegal. Además de esto Weisspfennig era el médico de a bordo y no tenía derecho a portar armas. El jefe de Ingenieros Hans Richard Lenz fue condenado a cadena perpetua ya que el magistrado no llegaba a entender cómo protestó contra la decisión de Eck para acabar siendo uno de los primeros en abrir fuego contra los náufragos arrebatándole el arma a Schwender. Lenz se libró de la pena de muerte debido a su confesión y arrepentimiento pero sería liberado en 1952. Schwender por su parte fue condenado a 15 años de reclusión mayor ya que aunque no disparó contra los marineros, sí lo hizo contra los restos del barco griego y sería liberado en 1951
Las sentencias fueron confirmadas el 12 de noviembre de 1945 y los fusilamientos se llevaron a cabo en Hamburgo el 30 de noviembre de 1945. En 1967 salió a la luz una novela escrita por Gwyn Griffin basada en este incidente titulada Una necesidad operacional que llegó a superventas.
https://www.uboat.net/men/commanders/232.html
https://ww2gravestone.com/heinz-eck-u-8 ... inking-ss/
http://www.worldcourts.com/ildc/eng/dec ... nt_Eck.pdf
https://archive.org/details/PeleusTrial
https://en.wikipedia.org/wiki/Heinz-Wilhelm_Eck
https://en.wikipedia.org/wiki/SS_Peleus
https://forum.axishistory.com/viewtopic.php?t=21491
Submarinos alemanes 1939-1945 – LIBSA
http://www.aukevisser.nl/mobil/id1139.htm