La historia surrealista de las S54 y S-61
Publicado: 18 Jul 2018
Hay historias que ocurrieron durante la segunda guerra mundial que son asombrosas o cuanto menos surrealistas esta que voy a contar no puede ser menos por el momento en que ocurre y por la audacia y osadía de sus protagonistas principales
A comienzos de septiembre de 1943 algunas unidades de la Kriegsmarine estaban estacionadas en puertos italianos. La mayor parte de la Regia Marina (tripulaciones y buques) y tras la proclama de Pietro Badoglio, se habían unido a los aliados, por ello, los alemanes recibieron la orden de evacuar los puertos italianos que no eran seguros, para evitar cualquier confrontación.
El 8 de setiembre de 1943 las lanchas rápidas alemanas S-54 y S-61 además de la Färhpram MPF 478 que transportaba 30 minas magnéticas de los tipos TMA y TMB salen de Tarento. Tienen la misión de fondear, al dia siguiente, en la laguna exterior del puerto. La operación tenía como objetivo impedir que las unidades italianas salieran de su base y al tiempo interceptar las eventuales aproximaciones de unidades aliadas. una vez cumplida la fase inicial de esa misión, la formación de esas tres unidades recibe la orden de ir rumbo al norte a través del Adriático en dirección a Venecia. El estado mayor alemán teme un desembarco aliado en la ciudad de las góndolas, las S-boote debían intentar evitar con rapidez que los aliados se hicieran con el control de la ciudad, todo ello después de comprobar las intenciones de las tropas italianas presentes en Venecia y exigir eventualmente su capitulación. El 9 de setiembre, las tres naves alemanas comienzan a remontar la costa dálmata en dirección a Raguse pero la baja velocidad de la Färhpram MPF 478 obliga al jefe de la expedición, comandante de la S-54, Klaus d. Schmidt a que el grupo conserve una velocidad demasiado baja. Hacia las 14:20 la pequeña formación alemana se percata de la presencia de un navío de superficie italiano. Se trata del moderno crucero Scipione el Africano cuya tripulación se ha adherido al nuevo gobierno dirigido por Badoglio.
Dada la baja velocidad de la MPF 478, Schmidt decide entonces transferir a la tripulación de la Färhpram a las dos S-boote y hundir la lenta nave para poder escapar de la posible actuación del crucero italiano. El la noche las S-boote llegan a la altura de Raguse y siguen su camino hacia el norte a velocidad reducida.
Teniendo en cuenta el gran número de minas diseminadas por la costa Dálmata , Schmidt se aleja de ella y se pone a navegar por el centro del Adriático que considera que es lo más seguro.
Al llegar a las proximidades del puerto de Ancona hunden un pequeño buque armado de 935 toneladas, el Aurora y acomodan a los 62 miembros de la tripulación a bordo de ambas S-boote tras lo cual siguen su rumbo.
Tras unos 30 minutos de navegación las S-boote interceptan un nuevo buque, es un transporte, el Leopardi de 4572 toneladas procedente de Fiume y que lleva a bordo 1500 personas entre civiles y militares los cuales se han adherido también al gobierno provisional de Pietro Badoglio. Temiendo que su navío sea enviado al fondo el capitán de corbeta Bariche, comandante del Leopardi decide negociar con los alemanes y una hora después un equipo de presa sube a bordo del buque italiano desarma a los soldados y se apodera del buque que es integrado a la exigua formación.
El 11 de septiembre, después de medio día el heterogéneo convoy se encuentra 30 millas al sur de Venecia. El Oberleutnant zür see, Schmidt escruta el horizonte con sus prismáticos y se percata de la presencia de un buque pequeño a unas dos millas de distancia que se dirige directo hacia el grupo alemán, es un torpedero italiano, el Quinto-Sella que viene de hacer reparaciones en el dique seco del Arsenal de Venecia, es media mañana y el pequeño buque italiano está haciendo pruebas de máquina tras las cuales va a dirigirse a Tarento. El encuentro con las S-boote va a ser fatal para él y para toda su tripulación. La S-54 de Schmidt se encamina a toda velocidad hacia el Quinto-Sella, que para su infortunio se le reproducen las averías en las máquinas lo que impide que maniobre de un modo eficaz y así oponerse mejor al previsible ataque de la S-54 a pesar de que el comandante de la nave italiana Corrado Cini realiza una maniobra desesperada el buque italiano recibe el impacto de dos torpedos que los envían al fondo en muy pocos minutos, los cuatro oficiales y los 27 tripulantes resultan muertos como resultado de la acción.
En adelante los alemanes tienen que atender únicamente al objetivo asignado y jugar sus cartas.
A bordo de la S-54, Klaus D. Schmidt con una tripulación reforzada (en total 40 hombres) se dirigen a la conquista de la prestigiosa e histórica ciudad de Venecia, detrás quedan la S-61 y el capturado Leopardi.
El plan de Schmidt es simple por único, la S-54 se detendrá en las proximidades de la Plaza San Marcos y del Arsenal, centro histórico de la ciudad de las góndolas, contactará con las autoridades y exigirá la rendición sin condiciones de la villa y de su guarnición.
Mapa del recorrido de las S-boote
La S-54 entrando en Venecia delante de San Marcos
En un día azul y despejado iluminado por un sol inmenso, la S-54 entra a velocidad reducida en la villa milenaria. A pesar de su determinación los alemanes y más concretamente el comandante Schmidt, están tensos. No saben cual será la reacción de los italianos, desconocen el estado de motivación de las fuerzas que se encuentran en Venecia. Después de varios minutos de navegación que parecen no acabar nunca la S-54 llega junto al Arsenal de Venecia después del mediodía. Schmidt desembarca enseguida y rodeado por la mitad de su tripulación armada, pide a los venecianos que se presente el comandante militar de la plaza. Aparecen el Almirante italiano Emilio Benta Jefe del Sector Nordadriático, le acompaña Zanoni sobre el cual recae la responsabilidad de coordinar el dispositivo militar italiano. Las negociaciones duran largo rato. El ultimátum de Schmidt es el siguiente, la guarnición de la ciudad debe deponer las armas y las unidades navales presentes en Venecia recibirán la orden de no actuar so pena de que entren en acción los aviones de la Luftwaffe que no vacilarán en bombardear la ciudad.
Dentro de esta peculiar “partida de poker” iniciada, Schmidt tendrá la osadía de decir que un importante grupo naval alemán se encuentra a pocas millas de Lido y que intervendrá inmediatamente si él (Schmidt) da la orden, bombardeando y causando graves perjuicios a la ciudad y a sus habitantes. Impresionados y desconcertados los italianos aceptan la capitulación incondicional.
En pocas horas 40 hombres llegados en una lancha torpedera hacen capitular a la ciudad de Venecia con todas sus unidades militares (5000 soldados y 40 buques sin disparar un solo tiro, es el 12 de setiembre de 1943
Fuentes:
http://s-boot.net/sboats-km-adriaticsea.html
http://s-boot.net/sboats-km-mediterranean43.html
La historia traducida procede del libro:
S-Boote
Les veddetes rapides de la Kriegsmarine
1939-1945
El autor es Jean-Philippe Dallies-Labourdette
Ediciones: Histoire & Collections
A comienzos de septiembre de 1943 algunas unidades de la Kriegsmarine estaban estacionadas en puertos italianos. La mayor parte de la Regia Marina (tripulaciones y buques) y tras la proclama de Pietro Badoglio, se habían unido a los aliados, por ello, los alemanes recibieron la orden de evacuar los puertos italianos que no eran seguros, para evitar cualquier confrontación.
El 8 de setiembre de 1943 las lanchas rápidas alemanas S-54 y S-61 además de la Färhpram MPF 478 que transportaba 30 minas magnéticas de los tipos TMA y TMB salen de Tarento. Tienen la misión de fondear, al dia siguiente, en la laguna exterior del puerto. La operación tenía como objetivo impedir que las unidades italianas salieran de su base y al tiempo interceptar las eventuales aproximaciones de unidades aliadas. una vez cumplida la fase inicial de esa misión, la formación de esas tres unidades recibe la orden de ir rumbo al norte a través del Adriático en dirección a Venecia. El estado mayor alemán teme un desembarco aliado en la ciudad de las góndolas, las S-boote debían intentar evitar con rapidez que los aliados se hicieran con el control de la ciudad, todo ello después de comprobar las intenciones de las tropas italianas presentes en Venecia y exigir eventualmente su capitulación. El 9 de setiembre, las tres naves alemanas comienzan a remontar la costa dálmata en dirección a Raguse pero la baja velocidad de la Färhpram MPF 478 obliga al jefe de la expedición, comandante de la S-54, Klaus d. Schmidt a que el grupo conserve una velocidad demasiado baja. Hacia las 14:20 la pequeña formación alemana se percata de la presencia de un navío de superficie italiano. Se trata del moderno crucero Scipione el Africano cuya tripulación se ha adherido al nuevo gobierno dirigido por Badoglio.
Dada la baja velocidad de la MPF 478, Schmidt decide entonces transferir a la tripulación de la Färhpram a las dos S-boote y hundir la lenta nave para poder escapar de la posible actuación del crucero italiano. El la noche las S-boote llegan a la altura de Raguse y siguen su camino hacia el norte a velocidad reducida.
Teniendo en cuenta el gran número de minas diseminadas por la costa Dálmata , Schmidt se aleja de ella y se pone a navegar por el centro del Adriático que considera que es lo más seguro.
Al llegar a las proximidades del puerto de Ancona hunden un pequeño buque armado de 935 toneladas, el Aurora y acomodan a los 62 miembros de la tripulación a bordo de ambas S-boote tras lo cual siguen su rumbo.
Tras unos 30 minutos de navegación las S-boote interceptan un nuevo buque, es un transporte, el Leopardi de 4572 toneladas procedente de Fiume y que lleva a bordo 1500 personas entre civiles y militares los cuales se han adherido también al gobierno provisional de Pietro Badoglio. Temiendo que su navío sea enviado al fondo el capitán de corbeta Bariche, comandante del Leopardi decide negociar con los alemanes y una hora después un equipo de presa sube a bordo del buque italiano desarma a los soldados y se apodera del buque que es integrado a la exigua formación.
El 11 de septiembre, después de medio día el heterogéneo convoy se encuentra 30 millas al sur de Venecia. El Oberleutnant zür see, Schmidt escruta el horizonte con sus prismáticos y se percata de la presencia de un buque pequeño a unas dos millas de distancia que se dirige directo hacia el grupo alemán, es un torpedero italiano, el Quinto-Sella que viene de hacer reparaciones en el dique seco del Arsenal de Venecia, es media mañana y el pequeño buque italiano está haciendo pruebas de máquina tras las cuales va a dirigirse a Tarento. El encuentro con las S-boote va a ser fatal para él y para toda su tripulación. La S-54 de Schmidt se encamina a toda velocidad hacia el Quinto-Sella, que para su infortunio se le reproducen las averías en las máquinas lo que impide que maniobre de un modo eficaz y así oponerse mejor al previsible ataque de la S-54 a pesar de que el comandante de la nave italiana Corrado Cini realiza una maniobra desesperada el buque italiano recibe el impacto de dos torpedos que los envían al fondo en muy pocos minutos, los cuatro oficiales y los 27 tripulantes resultan muertos como resultado de la acción.
En adelante los alemanes tienen que atender únicamente al objetivo asignado y jugar sus cartas.
A bordo de la S-54, Klaus D. Schmidt con una tripulación reforzada (en total 40 hombres) se dirigen a la conquista de la prestigiosa e histórica ciudad de Venecia, detrás quedan la S-61 y el capturado Leopardi.
El plan de Schmidt es simple por único, la S-54 se detendrá en las proximidades de la Plaza San Marcos y del Arsenal, centro histórico de la ciudad de las góndolas, contactará con las autoridades y exigirá la rendición sin condiciones de la villa y de su guarnición.
Mapa del recorrido de las S-boote
La S-54 entrando en Venecia delante de San Marcos
En un día azul y despejado iluminado por un sol inmenso, la S-54 entra a velocidad reducida en la villa milenaria. A pesar de su determinación los alemanes y más concretamente el comandante Schmidt, están tensos. No saben cual será la reacción de los italianos, desconocen el estado de motivación de las fuerzas que se encuentran en Venecia. Después de varios minutos de navegación que parecen no acabar nunca la S-54 llega junto al Arsenal de Venecia después del mediodía. Schmidt desembarca enseguida y rodeado por la mitad de su tripulación armada, pide a los venecianos que se presente el comandante militar de la plaza. Aparecen el Almirante italiano Emilio Benta Jefe del Sector Nordadriático, le acompaña Zanoni sobre el cual recae la responsabilidad de coordinar el dispositivo militar italiano. Las negociaciones duran largo rato. El ultimátum de Schmidt es el siguiente, la guarnición de la ciudad debe deponer las armas y las unidades navales presentes en Venecia recibirán la orden de no actuar so pena de que entren en acción los aviones de la Luftwaffe que no vacilarán en bombardear la ciudad.
Dentro de esta peculiar “partida de poker” iniciada, Schmidt tendrá la osadía de decir que un importante grupo naval alemán se encuentra a pocas millas de Lido y que intervendrá inmediatamente si él (Schmidt) da la orden, bombardeando y causando graves perjuicios a la ciudad y a sus habitantes. Impresionados y desconcertados los italianos aceptan la capitulación incondicional.
En pocas horas 40 hombres llegados en una lancha torpedera hacen capitular a la ciudad de Venecia con todas sus unidades militares (5000 soldados y 40 buques sin disparar un solo tiro, es el 12 de setiembre de 1943
Fuentes:
http://s-boot.net/sboats-km-adriaticsea.html
http://s-boot.net/sboats-km-mediterranean43.html
La historia traducida procede del libro:
S-Boote
Les veddetes rapides de la Kriegsmarine
1939-1945
El autor es Jean-Philippe Dallies-Labourdette
Ediciones: Histoire & Collections