El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

¿Que hubiese pasado si...? Situaciones hipotéticas de la Historia Militar.
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Este subforo está pensado para analizar sucesos históricos y el rumbo de los acontecimientos en base a decisiones que se tomaron o no. Aunque es hilo para teorías e hipótesis, siempre se ha de hacer con un mínimo de seriedad y lógica en base a la información real existente del periodo a analizar. Por abusos tomados por algunos usuarios, aquellos hilos que desemboquen en una dinámica de fantasía sin objetividad podrán ser cerrados sin previo aviso por el moderador correspondiente.
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Domper
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


¿Qué está pasando aquí?

Berlín, 27 de junio de 1940. 16:30.

Desde el viejo palacio de la embajada de España en Berlín se escuchan explosiones y disparos. Las calles están desiertas y de vez en cuando los aviones sobrevuelan la ciudad. A lo lejos se levantan columnas de humo. El embajador español, el almirante Antonio Magaz y Pers , está sentado al lado de la radio, junto a oficiales del ejército y la marina. Pero solo se emite música de Wagner. De repente se oyen unas sirenas estridentes, seguidas de una explosión que hace temblar el edificio.

—Abran esas ventanas antes que salten los cristales y tengamos alguna desgracia —ordena el embajador—. Secretario ¿ha conseguido hablar con el Ministerio de Exteriores?

—Excelencia, por fin he conseguido comunicación telefónica, pero la verdad es que no me he aclarado mucho con lo que cuentan. He hablado con alguien que me ha dicho dice que es un nazi leal, y que han destituido al ministro porque es un traidor al partido. Le he preguntado por los disparos que se oyen y me ha contestado que son policías persiguiendo a ladrones.

—Policías y ladrones dicen. No habré oído yo pocos cañonazos en mi vida —Magaz había luchado en Santiago de Cuba—. Esto es una batalla en toda regla. Rocamora ¿Ha conseguido hablar con sus amigos del ejército?

El agregado militar, el comandante Rocamora, contesta—. Excelencia, estoy a la espera de noticias. Me han dicho que me llamarán en cuanto sepan algo.

—Me sorprende semejante ensalada de tiros tras la victoria que los alemanes han logrado en Francia. No creo que sean los ingleses ¿Habrá otra purga en el partido nazi? —Entonces suena el teléfono varias veces— ¡Por Dios, Rocamora, conteste!

—Embajada de España, al habla Rocamora… —el agregado militar palidece mientras escucha—. Dios mío, no puede ser… Es inaudito… Sí, entiendo… Se lo comunicaré al embajador —cuelga—. Embajador, me ha llamado el coronel Von Manteuffel y las noticias son increíbles. Recordará que le conocí en España y hemos seguido teniendo algún trato…

—Abrevie, Rocamora.

—Von Manteuffel dice que Hitler ha desaparecido, y que Himmler ha intentado dar un golpe de estado empleando sus SS. El mariscal Goering ha ordenado al ejército y a la Luftwaffe que combatan contra los sublevados. Unidades de instrucción de paracaidistas y del ejército que estaban estacionadas en los alrededores de Berlín, junto con el batallón de guardia de los ministerios y una compañía de infantería de marina, han conseguido derrotar a los rebeldes. Dice el coronel que esperan reducir los últimos focos de resistencia en unas horas. Y lo más asombroso, me ha contado que corren rumores según los cuales Hitler ha muerto…

Mientras el comandante habla cambia la música de la radio y se oye la voz agitada de un locutor. El embajador obliga a los presentes a callar mediante un gesto con la mano y se acerca al aparato.

—Buenas tardes, camaradas alemanes. Voy a leer el comunicado que el Reichsmarshall Hermann Goering dirige a la nación:

«Alemanes, compatriotas, hoy es un día negro. Nuestro amado Führer, Adolf Hitler, ha sido asesinado. Traidores judíos infiltrados en el Nuevo Régimen han intentado destruir la obra del Partido, asesinando al Líder y secuestrando a la Nación. Traidores de las SS han matado al doctor Goebbels y han intentado apresarme. Pero nuestro glorioso ejército y nuestra potentísima aviación, luchando hombro con hombro, están defendiendo a la Gran Alemania. Mientras les hablo nuestros valientes paracaidistas están asaltando los últimos baluartes de la traición. Alemanes, la traición será castigada y nuestro amado Führer, vengado».

De un edificio en llamas situado a pocas manzanas de allí sale tosiendo un hombrecillo de gafas redondas, vertido con un fastuoso uniforme convertido en jirones. Un oficial de la Luftwaffe lo encañona.

—Herr Himmler , el Reichsmarshall desea verle —le dice antes de empujarle a un furgón.


(r) Diplomático español veterano de la guerra de Cuba que en 1940 era el embajador de España en Berlín.

(r) Agregado militar en la embajada de Berlín en 1940.

(r) Militar alemán que había participado como consejero en la guerra civil española y que en la realidad alcanzó gran fama en las fases finales de la guerra.

(r) Joseph Goebbels fue alcalde de Berlín y ministro de Propaganda, y uno de los más fieles seguidores de Hitler. A pesar de estar tullido tuvo romances con muchas aspirantes a estrella. Se ha sugerido que su esposa fue amante de Hitler. En 1945, tras el suicidio de Hitler, Goebbels y su esposa asesinaron a sus seis hijos y luego se suicidaron.

(r) Heinrich Himmler fue una de las ¿personas? más tenebrosas del partido nazi. Dirigió las SS y el programa de exterminio de judíos, gitanos y eslavos, por lo que es considerado uno de los peores asesinos de la historia. Era amante del esoterismo y buscó durante años el arca de la alianza, el santo grial y la lanza de Longinos. En 1945 recibió un mando militar demostrando ser, además de incompetente, un cobarde. Se suicidó poco después de ser capturado por los aliados.


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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Siento las explicaciones, ya que me imagino que cualquier visitante de este foro sabrá quién es Himmler o Goering. Son explicaciones destinadas a los que desconocen la SGM tan profundamente como los asiduos de estos foros. Decidí añadir esas explicaciones después de que una compañera de trabajo, en una conversación en la que surgió Mao, preguntó «¿Quién es? ¿Un escritor?». Le dije que sí, que había escrito un libro muy famoso con las tapas de color rojo, y decidí añadir todas estas explicacioens.

Por otra parte, y como se dice en la introducción, la mayor parte de los personajes están en su sitio y su lugar. Me ha costado encontrar algunos, pero han ayudado mucho la hemeroteca de ABC y el BOE, pues encontrar quién era el agregado militar en Berlín en 1940 no es tan sencillo.

Aun así, seguro que hay despistes (como lo del Comunne de París, gracias a APV) y agradezco infinitamente las correcciones.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Lutzow escribió: 07 Dic 2020 Sin Hitler, ¿no sería el momento de militares como Von Brauchitsch, Halder o Beck? Dado el personalismo del régimen nazi, con la desaparición del dictador ni Goering ni Himmler tenían fuerzas ni carisma para enfrentarse a la cúpula militar si esta decidía tomar las riendas del país...
Hace un lustro hubo en el foro una discusión similar para el caso de éxito del atentado de 1939, y la opinión era que Goering sería el sucesor.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Lo dicho: estaba en el cénit de su fama, era el número 2, había sido designado como sucesor, y el ejército entonces era un estóamgo agradecido. Aunque hubo antinazis que no cejaron desde el primer momento, la mayor parte descubrieron que servían a un régimen criminal cuando empezaron a sufrir derrotas.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Buscaglia »

Saludos.

Muy interesante y bien narrado. Personalmente sospecho que Magaz para informarse hubiese llamado a Lequerica, en París. En aquella fecha el peso de la diplomacia española (y los servicios secretos, Urraca Rendueles y compañía) gravitaba más en París que en Berlín.
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Ya, pero si en Berlín no sabían qué ocurría, en París, menos, aparte del posible corte de las llamadas a distancia.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Buscaglia »

Domper escribió: 08 Dic 2020 Ya, pero si en Berlín no sabían qué ocurría, en París, menos, aparte del posible corte de las llamadas a distancia.

Saludos
Saludos.

Como situabas su muerte en París, la práctica de las indagaciones de la época solían ser informarse sobre el terreno. Más que por teléfono, que estarían intervenidos, mandar a alguien a hacer pesquisas la embajada y que trajese un informe verbal de lo que se decía por París. Por cierto, creo que es en las memorias de Speer donde se relata la emoción de Hitler ante el Palacio de la Ópera.
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

En una situación así, lo normal es que se cortasen teléfonos y todo tipo de comunicaciones. Aparte que, en tiempos de guerra, ni era fácil viajar a París, ni se haría en unas horas. Cuando se restaurasen las comunicaciones ferroviarias, puede, pero en el verano de 1940 sería necesario viajar en coche por zonas en las que se había combatido pocos días antes, y aun habría muchos puentes destruidos.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Si Speer narra el viaje a Paris, precisamente Speer, Giesler y Breker (arquitectos y escultor) hacen de guías.

http://ww2diario.blogspot.com/2010/06/e ... 61940.html
https://ww2today.com/23r-june-1940-hitler-tours-paris
https://www.infobae.com/historias/2020/ ... la-supere/
https://www.lavanguardia.com/historiayv ... mania.html

El problema es la fecha, Speer habla del 28 de junio, en cambio otros dicen el 23.

La cuestión es si el atentado eliminó a otros personajes presentes en la visita (por la foto de la Torre Eiffel) como Keitel, Bormann, Speer, Brückner o Dietrich: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo ... Hitler.jpg
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Ya se hablará sobre la cuestión. Adelanto que Dietrich, Speer y Keitel salen más o menos librados.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Una agradable conversación

Berlín, 27 de junio de 1940. 17:50

El coronel general Ludwig Beck y el mariscal Hermann Goering esperan noticias. El mariscal, aunque cansado, muestra una sonrisa de satisfacción. Al fondo un mayor de las SS también sonríe. Sin embargo, el gesto del general es adusto.

—Reichsmarshall, me alegra informarle que los rebeldes en el ministerio del Interior se han rendido. Una camioneta trae hacia aquí a los cabecillas —dice el general Beck.

—Mi querido general, el Estado nunca podrá agradecerle la ayuda que le ha prestado —responde Goering.

—Aun estando retirado, mi deber siempre estará con Alemania...

—General, ha demostrado saber actuar ante una emergencia. Sin su actuación movilizando las unidades de reserva y de instrucción los conspiradores hubiesen podido conseguir sus objetivos. Mis paracaidistas no hubiesen bastado para derrotar a los SS. Dígame, general ¿cómo pudo llegar al estado mayor tan pronto?

—Mariscal, recibí una llamada del aquí presente, el mayor Schellenberg —el general Beck mira hacia el oficial de las SS—, informándome del asesinato del Führer y del intento de golpe de estado de Himmler, y rogándome que emplease mi prestigio para liderar a la guarnición de Berlín. Como al llegar a Bendlerblock me he encontrado con que las comunicaciones con Zossen estaban cortadas, he decidido ponerme al frente de las unidades leales.

—El mayor Schellenberg ha demostrado unas aptitudes y una lealtad que merecerán ser recompensadas en el futuro. —Goering inclina la cabeza hacia el mayor—. Por eso le he pedido que nos acompañe.

—Excelencia —dice el general—, creo que ya no me necesitará más. Si me disculpa, dejaré el mando a las autoridades regulares y me retiraré a mi domicilio. —Beck estaba todavía resentido por las intrigas del partido nazi que le habían forzado a dimitir dos años antes.

—General Beck, Alemania necesita sus servicios. Considérese reincorporado al servicio desde este mismo momento. Precisaré su ayuda y la del ejército para limpiar Berlín de canallas. Además, le anticipo que pronto adornará su cuello la Cruz de Caballero .

En ese momento un ujier abre una puerta. Goering asiente con la cabeza, y se presenta un capitán con el uniforme de combate de fallschirmjäger, los paracaidistas de la Luftwaffe.

—Reichsmarshall, siguiendo sus órdenes hemos traído al Reichsführer Himmler y al Reichssicherheitshauptamt Heydrich. Los hemos registrado y ahora esperan custodiados en otra habitación.

—Gracias, capitán ¿fue dura la lucha?

—No, mariscal. Esos cobardes asesinos saben conspirar, pero no combatir. Cuando mi compañía se presentó ante el Ministerio del Interior intentaron atraernos a su causa, pero en cuanto les ordené rendirse empezaron a disparar.

—¿Hubo muchas bajas?

—Afortunadamente fueron muy pocas, mariscal. Esos tipos disparaban como si la munición la regalasen, pero no le darían ni a un elefante a cuatro pasos. De todas formas, eran demasiados para mi compañía, por lo que solicité un ataque aéreo.

—Mis órdenes eran evitar las destrucciones. —Goering, además de ministro de economía, era el jefe de la Luftwaffe y sabía del poder de sus aviones.

—Reichsmarshall, los Stukas solo llevaban bombas de prácticas. Bastaron unas pocas en el tejado para que empezase a arder. El edificio se llenó de humo y los traidores se asustaron y se rindieron. Los bomberos ya están apagando las últimas llamas.

—Gracias, capitán. No hagamos esperar al Reichsführer.

Dos paracaidistas empuja a Heinrich Himmler y a Reinhard Heydrich . Los jerarcas nazis están tiznados por el humo, y sus uniformes solo son harapos desgarrados. Magulladuras y laceraciones muestran que los soldados no han derrochado amabilidad. Goering, sonriente, les saluda:

—Heini, mi buen amigo. Es un consuelo que hayas venido a verme tan pronto en un día tan triste. También me alegra que Reinhard te haya acompañado. He oído decir que tiene un archivo que podría sernos de gran ayuda. —Los dos prisioneros callan. Goering sigue hablando con tono zalamero—. Heini, como te decía, este es un día infausto. Esta mañana he sabido que nuestro amado Führer ha sido asesinado en París. Como las desgracias nunca vienen solas, una banda de asesinos ha intentado aprovechar el duelo de la Gran Alemania para destruirla. Afortunadamente el mayor Schellenberg ha seguido tus órdenes, y así he conseguido esquivar a los conspiradores que venían a matarme.

Heydrich descubre que Schellenberg está al fondo —¡Sucio traidor, todavía no he acabado contigo! —Se dirige ahora a Goering—. Reichsmarshall, tengo informes que serán de su interés.

Goering sonríe y dice burlonamente—. Sí, el mayor Schellenberg me ha hablado de ese archivo tan interesante que escondes en tu domicilio. Se ha ocupado de enviar una patrulla para protegerlo ¿Quieres que te traigan algo más de casa? —Heydrich mira con furia a Schellenberg mientras Goering sigue hablando—. Heini, tengo malas noticias.

—Hermann, no sé qué está pasando —llora Himmler—. En cuanto Heydrich me ha avisado del asesinato del Führer he enviado tropas para proteger los ministerios. Entonces el ejército se ha vuelto loco y ha empezado a disparar contra nosotros.

—Eso te iba a explicar —responde Goering—. Como te decía, esta mañana el mayor Schellenberg, siguiendo tus órdenes, me ha informado del intento de golpe de estado. He tenido suerte y he podido eludir a los asesinos; el doctor Goebbels y Bormann no han tenido tanta fortuna. Siento tener que decirte que acoges a una víbora. Hemos averiguado que Heydrich es el que ha orquestado el asesinato de Hitler, y que estaba planeando hacerse con el poder. Como precisaba controlar la Gestapo, ha tenido que matarte.

Himmler palidece. Heydrich grita— ¡Goering, acaba con esta farsa!

—Espera un momento, Reinhard, que todavía no os lo he contado todo. Como decía antes de tu interrupción, estás demostrando una ambición que puede ser peligrosa. No me gusta nada que hayas tenido que asesinar al pobre Heini —Himmler se derrumba—. Lo malo es que no estabas solo. Ahora estamos deshaciendo la madeja y cada vez se descubren más serpientes.

Heydrich, desafiante—. Hablaré ante el juez. No podrás mantener esa historia.

—Qué más quisiera que poderte juzgar. Un juicio y una ejecución pública es lo que merecería el asesino de nuestro amado líder. Por desgracia, te has suicidado antes de ser capturado. De un disparo en la cabeza. Lo mismo que le has hecho a mi amigo Heini. —Se dirige al oficial paracaidista—. Capitán, lleve a estas dos sabandijas al sótano y resuelva este enojoso asunto.

Heydrich intenta resistirse, pero un culatazo en los riñones lo derriba. Himmler se arrodilla llorando, pero lo sacan de la habitación a rastras.

—Reichsmarshall ¿Usted cree que esos dos han matado a Hitler? —pregunta Beck.

—Claro que no. Para esas ratas hubiese sido más fácil hacerlo en Berlín que en París. Supongo que no tenían ni idea de lo que iba a ocurrir, pero en cuanto han sabido del atentado, han aprovechado para intentar hacerse con el poder. Bueno, va a ser la ocasión para limpiar el Partido de las alimañas que estaban proliferando. La muerte de Goebbels es una desgracia, pero no voy a lamentar la de Bormann —se oyen disparos apagados.

—Sus muertes ¿han sido como estas últimas?

—Mayor Schellenberg, informe al general Beck de lo que sabe —ordena Goering.

—Coronel general, nuestras tropas los encontraron muertos cuando intentaron rescatarles. Goebbels, al parecer, se había suicidado al saber de la muerte de Hitler. Hemos encontrado el cadáver de Bormann en la sede de la Gestapo. No sabemos qué ocurrió. Yo creo que intentó unirse a Himmler, pero discutieron.

—Mayor —pregunta el general Beck— ¿Qué se sabe de la muerte de Hitler?

Schellenberg mira a Goering, que asiente—. Todavía no disponemos de demasiada información. Las SS en París han enloquecido, y sus tropelías no creo que ayuden a la investigación. Todo lo que sabemos es que una bomba estalló en la Ópera cuando Hitler visitaba el edificio. Todavía no hay nada sobre la autoría del atentado.

—Mayor, tengo una misión para usted —dice Goering—. Debe esclarecer lo ocurrido en París y encontrar a los culpables para que reciban el castigo que se merecen. Realizará esa investigación personalmente, y responderá exclusivamente ante mí. No debe tomarse la justicia por su mano, sino que deberá informarme de lo que descubra. Podrá disponer de todos los medios que pueda necesitar. Por si lo precisa, le entregaré la correspondiente autorización. Pero mayor, es imprescindible que la investigación se lleve con máxima discreción. Una vez capture a los autores, decidiremos que hacer con ellos. Puede retirarse —sale Schellenberg.

—Reichsmarshall, perdone mi intromisión, pero debe tener cuidado con ese hombre —dice Beck.

—Lo sé. Ha demostrado ser un jugador de cartas demasiado hábil. Todavía no sé por qué decidió traicionar a sus jefes y advertirme. Quiero creer que tiene alguna lealtad a Alemania, aunque también puede ser que vea más posibilidades de progreso conmigo que con Himmler. En cualquier caso, es demasiado joven y poco conocido como para ser una amenaza. Aparte que una persona así puede resultar muy útil.

—Pero vigílelo de cerca.

—Eso haré —sigue Goering—. General, voy a necesitar la ayuda del ejército y especialmente la suya. Los sucesos de hoy han demostrado que las milicias de partido son una amenaza para el estado. Cualquier intrigante puede utilizarlas en su provecho y no el de la patria. Ya hubo que destruir a las SA, y ahora las SS han resultado una amenaza aun peor. Voy a ordenar su disolución y su integración en los cuerpos militares regulares. Hasta que lo logremos el estado no podrá seguir confiando en el partido, y va a necesitar al ejército.

Beck está más relajado —Bien, hablaré con algunos conocidos ¿Mantendrá la estructura actual del ejército?

—Por ahora, sí, pero en el futuro ya veremos.

—¿Y qué va a hacer con las Waffen SS? Son varias divisiones con experiencia de combate —pregunta Beck—. Y por lo que nos ha dicho Schellenberg, en Francia están enloqueciendo.

—Por eso necesito su ayuda personal. Por ahora voy a mantener en secreto la intentona de Himmler. Mientras tanto, las unidades de las Waffen SS deben ser desarmadas y desmovilizadas. Sus miembros se incorporarán al ejército regular, y a sus oficiales también se les ofrecerá la integración tras ser depurados. Entenderá la importancia de la discreción para evitar una guerra civil que solo beneficiaría a los enemigos de la Patria. Coronel general, si cumple esta tarea adecuadamente, el bastón de mariscal será suyo.


El gran tamaño del ejército alemán hizo que hubiese muchos grados de general. Eran, de menor a mayor grado, Generalmajor (equivalente a general de brigada o brigadier, que equivalía a Konteradmiral, contraalmirante de la marina, o Brigadeführer en las SS, aunque en ellas la escala era algo diferente; téngase en cuenta que en el actual ejército alemán ha cambiado su nivel), Generalleutnant (general de división, equivalente a Vizeadmiral o a SS-Gruppenführer), General der Waffengattung (el equivalente a teniente general; podía ser General der Infanterie, der Kavallerie, der Panzertruppe, etcétera, según el arma, y equivalía a Admiral, o a SS-Obergruppenführer), Generaloberst o coronel general (equivalente a Capitán General, Generaladmiral en la marina, o Oberst-Gruppenführer en las Waffen-SS), y Generalfeldmarschall (mariscal de campo, rango que actualmente no existe en el ejército español; su equivalente naval es Grossadmiral, o Gran Almirante). Además, en 1940 Hitler creó el rango de Reichsmarschall para Goering.

(r) El general Beck fue un militar que inicialmente admiró al partido nazi y que llegó a ser jefe de Estado Mayor del ejército alemán (equivalente a jefe del ejército) con el apoyo de Hitler. Discrepó con él dictador por la creciente influencia de las SS y porque creía que la política hitleriana llevaría a Alemania a la guerra antes de estar preparada. Dimitió tras la invasión de Checoslovaquia, y fue obligado a retirarse a pesar de haberle prometido Hitler un mando importante. A partir de entonces participó en complots antinazis, y se suicidó tras el fallido atentado de 1944 contra Hitler.

La Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro (Ritterkreuz des Eisernen Kreuzes) era en 1940 la condecoración más preciada de Alemania. Había diferentes grados dependiendo de los méritos, o de su acreedor ya la tenía. Era más o menos equivalente a la Cruz Laureada de San Fernando, a la Cruz Victoria británica, o a la Medalla de Honor del Congreso norteamericana, aunque los requisitos de la condecoración alemana eran menos exigentes. Se concedía no solo por actos de valor, sino también por la dirección afortunada de operaciones militares.

La Luftwaffe, literalmente «fuerza del aire», era y es la fuerza aérea alemana, y durante el periodo nazi fue organizada y dirigida por Goering.

Reinhard Heydrich fue un oficial de la marina que fue expulsado por un asunto de faldas. Se unió a las SS actuando como mano derecha de Himmler, y participó en las luchas por el poder, para lo que confeccionó un completo archivo con los trapos sucios de políticos nazis y militares alemanes. Tuvo un papel clave en el genocidio. Murió en un atentado ejecutado por resistentes checos en 1942.

(r) Martin Bormann fue un jerarca nazi que ganó influencia en las fases finales de la guerra. Desapareció en 1945 y se le ha buscado por todo el mundo, aunque es casi seguro que murió en Berlín intentando escapar de los soviéticos.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Bormann estaba en Paris con Hitler, no puede estar en Berlin.

https://en.wikipedia.org/wiki/File:Bund ... Breker.jpg
https://commons.wikimedia.org/wiki/File ... e_1940.jpg

Se supone que está disponible el Ejército de Reserva (Ersatzheer) dirigido por Fromm.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Vaya. Tengo que cargármelo de otra manera. Qué pobre Bormann, ir a visitar la Ópera ese día.

Del ejército de reserva, se habla de que participa en la represión del golpe.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Ya sabes como era esa camarilla, no se apartaban de Hitler no fuera a dejarles de lado.

La escapada de Hitler a Paris el 23 llevaba como importantes a Keitel, Bormann y Speer, entre otros. A Bormann que le gustaba ir pegado a Hitler siempre le puedes aplicar el tratamiento Freisler y tirarle una columna de la opera encima.

De todas formas todo el que era alguien andaba por Francia esos días, piensa que en Compiegne el 22 estaban con Hitler: Keitel, Goering, Raeder, Hess, Jodl, Ribentrop, von Brautchich.
Que Goering volviese a Berlin, bueno no es descartable.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


¿Qué está pasando allí?

Londres, 29 de junio de 1940

—Respuestas, necesito respuestas ¿Alguien sabe qué diablos está pasando en Berlín? —El recientemente nombrado Primer Ministro, sir Winston Churchill interrogaba a sus asesores. No era para menos. Dos días antes había sido interceptada una transmisión de Radio Berlín informando de la muerte de Hitler y de incidentes en la capital. Desde entonces, la radio alemana había sido parca en noticias. Tan solo se difundían loas a la figura del canciller, así como mensajes a la nación Goering, el jefe de la Luftwaffe, que había declarado ser el sucesor.

—Sir Winston, estamos recabando lo que podemos, pero no tenemos informes directos de Berlín, salvo los que las potencias neutrales quieran pasarnos—respondió el mariscal John Dill , jefe del estado mayor imperial—. Ha sido la norteamericana la que más nos ha ayudado. El embajador Kennedy ha llamado para decir que, según su embajada en Berlín, tras la muerte de Hitler, Himmler había liderado una intentona para hacerse con el poder, que ha sido sofocada por el ejército.

Era significativo que fuese Dill y no secretario del Foreign Office, el presente en la reunión, pero Churchill se había enfrentado con Lord Halifax, que era partidario de llegar un acuerdo con los alemanes.

—Ya sabemos pues lo que ha ocurrido en Berlín —dijo el Premier— pero ¿qué ha pasado con Hitler? ¿Lo han matado o se ha atragantado con esas incomibles kartoffen ? ¿Qué está ocurriendo en París? ¿Sabe usted algo, Menzies? —Sir Stewart Menzies , director del Secret Intelligence Service británico, habitualmente conocido como MI6, se estaba convirtiendo en uno de los colaboradores predilectos de Churchill.

—Tampoco puedo decirle mucho. Por desgracia las comunicaciones están cortadas, incluso para las embajadas de países neutrales. Por lo poco que conocemos, parece que han asesinado a Hitler con una bomba, y sus SS han tomado la ciudad. Pero se trata tan solo de rumores. Aun no tenemos nada firme.

—¿Hemos sido nosotros? —preguntó Churchill.

—Qué más quisiéramos —suspiró Menzies—. Su excelencia sabe que en París siempre hemos tenido una red de informadores…

—Bien hecho. Hay que vigilar al enemigo, pero aun más a los amigos —interrumpió Churchill.

—Pero tras la invasión alemana y la evacuación de la Embajada —siguió Menzies— hemos perdido contacto con la red. Se ha ordenado a nuestros agentes que permanezcan a la espera hasta que podamos enviar a alguien. Sin embargo, es demasiado pronto, y todavía no hemos restablecido la comunicación.

—¿No sabemos nada más? ¿Algo sobre movimientos de tropas o las intenciones del enemigo?

Menzies suspiró, pues parecía no querer decirlo todo—. Bueno, de un poco nos hemos enterado. Como le expliqué hará unos días, hemos conseguido una fuente en el OKW —contó mientras miraba a Churchill, que entendió la indirecta: los criptógrafos ingleses habían logrado descifrar la clave secreta que los alemanes usaban en sus mensajes enviados por radio, pero para no comprometer su hallazgo, la operación atribuía sus éxitos a unos espías que en realidad no existían —. Según nos ha informado, se están efectuando importantes cambios en el ejército alemán. Las divisiones SS están siendo desmovilizadas, aunque no sin incidentes. En algunos lugares ha sido precisa la intervención de la Luftwaffe para que se sometiesen.

—Mientras se peleen entre ellos, mejor.

—Sir Winston, esos cabezas cuadradas no han discutido mucho —replicó Menzies—. Por lo que sabemos las aguas se han calmado y el ejército ha tomado el control.

—¿Qué sabemos del fantoche de Goering?

—No se equivoque, sir Winston. Aunque a ese gordo le gusten los uniformes pintorescos, no es un incompetente. Ha convertido a la Luftwaffe en la fuerza aérea más potente del mundo, como hemos podido comprobar en carne propia. Por lo poco que sabemos, se ha hecho con el control de Alemania en un par de días.

—Bueno, a lo nuestro —dijo Churchill— ¿Qué hay de la flota francesa?

La marina del país derrotado se estaba convirtiendo en la gran preocupación del gabinete. Era numerosa y moderna, y en manos alemanas significaría una gravísima amenaza para el Imperio. Sumada a la flota italiana haría imposible mantenerse en el Mediterráneo. Dos días antes el gabinete había ordenado la operación Catapult , es decir, el intento de neutralizar la flota francesa.

—Ningún cambio. Los barcos franceses permanecen anclados —respondió el almirante sir Dudley Pound—. Sir Winston ¿no sería mejor posponer Catapult mientras vemos cómo evoluciona la situación?

—Señores, si proseguimos con la operación siempre podremos anularla. Pero si la flota francesa cae en manos alemanas, la suerte del Imperio correrá peligro. Almirante, le ruego que siga adelante. Ya daremos contraorden de ser preciso.


Sir Winston Churchill, escritor y político, fue el líder de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial, disfrutando de un papel clave en los primeros años que le han dado fama mundial. Sin embargo, su carrera previa no era tan atractiva. Era un alcohólico, y como político todos recelaban de él, pues había cambiado varias veces de partido. Había tenido sonoros fracasos como Primer Lord del Almirantazgo y como ministro de Hacienda. Mientras estaba en ese cargo quiso emplear el ejército contra los huelguistas. Posteriormente fue relegado, aunque siguió siendo miembro del Parlamento. En 1939 volvió a ser nombrado Primer Lord del Almirantazgo y sucedió a Chamberlain tras el desastre de Noruega. La voluntad y la oratoria de Churchill lograron imponerse a los que pretendían ceder ante Hitler, como Lord Halifax. Sin embargo, sus decisiones no siempre fueron afortunadas y a partir de 1943 su papel fue menor pues tanto sus subordinados como los aliados lo consideraban un viejo excéntrico. Perdió las elecciones de 1945, antes de acabar la guerra, pero volvió a ser primer ministro en 1951, implicando a su país en las guerras de descolonización. Tuvo que dimitir en 1955 por cuestiones de salud, falleciendo en 1965. Además, Churchill fue periodista al principio de su carrera, y escribió varias obras históricas. En 1953 recibió el premio Nobel de Literatura, pero más por su carrera política que por sus cualidades como escritor (aunque no eran pocas).

(r) El mariscal Sri John Dill fue nombrado jefe del Estado Mayor Imperial (jefe de las fuerzas armadas inglesas) en mayo de 1940, pero era un militar rutinario y obstruccionista y además sus relaciones con Churchill fueron malas, por lo que en 1941 fue enviado como representante a Washington, donde sirvió como diplomático hasta su muerte en 1944. En ese papel rindió mejor que como militar.

Patatas en alemán.

(r) El general Graham Stewart Menzies fue uno de los artífices de la victoria aliada en la guerra al actuar como director del MI6, el servicio secreto de inteligencia británico. Consiguió descubrir a toda la red de espías alemanes en Inglaterra, que empleó para engañar a Hitler, y su departamento de criptografía fue capaz de romper las claves alemanas.

El Oberkommando der Wehrmacht (OKW, se traduce como «alto mando de las fuerzas armadas») fue uno de los organismos que dirigieron las fuerzas armadas alemanas durante la guerra (el otro fue el OKH, Oberkommando der Heer, es decir, del ejército; Hitler tendía a crear organismos que rivalizaban para poder controlar el poder).

La ruptura de la clave de Enigma fue una de las principales causas de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, aunque permaneció en secreto hasta los sesenta. Durante los años treinta Alemania desarrolló un sistema de cifrado electromecánico, la máquina Enigma. Era de funcionamiento simple: el operador escogía la clave, tecleaba el mensaje en el aparato, que parecía una máquina de escribir, y obtenía el mensaje cifrado. Para descifrarlo el procedimiento era el inverso. Internamente, había varios rotores que sustituían unas letras por otras, y había tantas posibilidades que parecía imposible descifrarla. A pesar de ello, un equipo polaco lo logró poco antes de la guerra, y algo después lo hicieron también franceses e ingleses, hasta tal punto que leían los mensajes secretos antes de que llegasen a sus destinatarios. Era tan importante mantener el secreto de tal hallazgo que se hacían todo tipo de fintas para ocultarlo, como atribuir los hallazgos a redes de espías, existentes o no, incluyendo la famosa «Orquesta Roja». Los alemanes no llegaron a saber que sus claves habían sido rotas, aunque a veces lo sospecharon.

Tras el armisticio de Francia con Alemania Churchill temía que Francia entregase su potente flota a los alemanes y ordenó que se tomasen acciones contra ella. Los buques franceses en puertos británicos fueron asaltados (y entregados posteriormente a los franceses libres de De Gaulle) y en Alejandría o en el Caribe se llegó a acuerdos, pero el acorazado Richelieu fue torpedeado en Dakar. En Mers-el-Kebir (la antigua Mazalquivir, situada junto a Orán, en Argelia) la flota británica atacó a la francesa. El acorazado Bretagne estalló y el Dunkerque fue hundido, muriendo más de mil marinos franceses. Varios ministros pidieron al mariscal Pétain que declarase la guerra a Inglaterra, pero el mariscal se negó; es probable que esa decisión fuese clave en la victoria aliada.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Proclama

Berlín, 1 de julio de 1940

El centro de Berlín está tomado por el ejército. Centinelas armados cubren las calles, y carros blindados vigilan las intersecciones de las avenidas. Pero los soldados no llevan uniformes de campaña sino de gala con brazaletes negros. Las banderas ondean a media asta, y las bandas de música tocan marcas fúnebres. Una larga fila de berlineses desfila ante el ataúd de Hitler, que está expuesto en la cancillería. Los más observadores podían apreciar que el rostro del Führer era una máscara de cera, ya que no había sido posible recomponer los destrozos que la bomba había hecho en sus famosas facciones.

En un cruce ante la cancillería un oficial alemán mantiene una máscara de imperturbabilidad mientras sonríe para su interior. Es un hombre fornido con buena forma física, al que el uniforme le sienta como un guante. El casco oculta su incipiente calvicie, pero no esconce la marca que le cruza la cara. Es una cicatriz recta, limpia, del tipo que todavía lucen algunos aristócratas prusianos que mantienen la tradición de los duelos a sable. El oficial está contento porque no solo ha conseguido terminar con la bestia, sino también escapar con vida del caos en que se había convertido París. Ahora esperará para ver el devenir de la nueva Alemania.

No muy lejos de ahí, en su despacho de la Prinz–Albrechtstrasse, otro oficial coteja fichas y fichas, apartando las que le parecen más interesantes, mientras medita lo que hacer con ellas.

Bastante más lejos, un niño llamado Waltraud Schneck ni sonríe, ni juega con fichas. Todo su universo se reduce al hambre y al trabajo agotador al que son sometidos los sinti, los gitanos que tienen la desgracia de vivir en Alemania. En el campo de Sachsenhausen no hay alegría ni esperanzas.

Al mismo tiempo en el Reichstag, el parlamento alemán, Goering se dirige a la nación. Su discurso es retransmitido por todas las emisoras y se sigue por todos los rincones del país. También en Polonia, Noruega, Francia y en todos los rincones a los que había llegado Alemania. Además, es oído con atención en las capitales europeas y especialmente, desde Londres. Winston Churchill, junto con Menzies, escucha una traducción del discurso.

«Ciudadanos alemanes, hace cuatro días la traición se llevó al líder de Alemania. Incluso a la sombra de su gigantesca figura el judaísmo internacional pudo encontrar esbirros. Pero el gran ejército alemán, sus heroicas fuerzas aéreas y su gloriosa marina, luchando hombro con hombro, derrotaron los planes judíos y aniquilaron a sus sicarios…»

—Sir Winston, fíjese como ha cambiado el tono de los discursos. Se ha referido a los alemanes como ciudadanos y no como camaradas. No ha nombrado al partido nazi, pero sí a las fuerzas armadas alemanas. Como le comenté ayer, parece que Goering se ha apoyado en los militares para conseguir el poder.

«Frente a los restos mortales del líder, declaro que solo habrá un Führer, y que ese título solo podrá ser el de nuestro perdido líder. En lo sucesivo ostentaré el título de Statthalter , el lugarteniente del guía que nos señaló el rumbo de la nueva Alemania».

Churchill refunfuña—. Morralla para la galería. Lugarteniente, virrey, sátrapa o como se quiera llamarse, se traduce por dictador.

Menzies interrumpe a Churchill—. Espere, excelencia, ya verá lo que sigue diciendo.

«Como sucesor designado del guía, yo seré el primer Statthalter. Pero yo no tengo la potestad que la fuerza de Alemania daba al Führer. Solo los ciudadanos de la Gran Alemania podrán otorgarme el derecho de sucederle. Por eso os pediré vuestra aprobación en un plebiscito que se celebrará el último domingo de este mes. Os ruego, hermanos alemanes, que ese día me otorguéis la misma confianza que distéis a nuestro llorado Führer ».

—Puede ver que ese tipo quiere organizar un refrendo amañado que le dé la legitimidad que nunca conseguiría en unas elecciones. No es tonto, no, porque tras la votación ya no dependerá de las fuerzas armadas para seguir en el poder.

«Pero hoy no solo es día de dolor, es también día de venganza. Los asesinos del Führer han pagado con la vida su crimen, y no conseguirán destruir su sueño. Hitler murió luchando por una Europa unida que derrotase a la conspiración judía que quiere dominar el mundo. Desde esta tribuna pido a toda Europa que se una a Alemania en su esfuerzo. Ofrezco mi mano a las naciones amigas, pero también a las que siguieron a líderes equivocados y conocieron la derrota ante el gran ejército alemán. Ofrezco la mano a nuestros aliados italianos, a nuestros amigos españoles, balcánicos, nórdicos, griegos, suizos. Ofrezco la mano a los valientes franceses, belgas, holandeses y noruegos. Ofrezco la mano también al pueblo inglés, que desde el otro lado del mar escucha y teme la voz de Alemania».

—Dios mío ¿Qué está queriendo decir ese tipo? —dice Churchill— ¿Quiere negociar?

«Pero los traidores que compraron la lealtad del asesino Heydrich se esconden en Londres. Desde esta tribuna exijo al pueblo inglés que entregue a los asesinos y se una a Alemania. Unidos los pueblos inglés y alemán, la victoria será nuestra. Pero si rechazan mi mano abierta, conocerán el puño de la venganza».

«Siguiendo la voluntad de nuestro líder, convoco a todos los pueblos libres de Europa a una gran asamblea de la que saldrá una Europa fuerte y unida. Alemanes, en estos momentos los embajadores de Alemania están entregando a los gobiernos europeos una solicitud para que acudan a Berlín a una gran conferencia que siente las bases del sueño de Hitler. También enviaré a Inglaterra un avión desarmado, pintado de blanco y con cruces verdes , para entregar al pueblo inglés la invitación a unirse a la Europa Unida. Pido al pueblo inglés que reciba mi embajada de paz…»


—Ese hijo de perra —exclama Churchill— nos exige que nos rindamos, y si no lo hacemos, unirá a toda Europa contra nosotros. Bien, pronto aprenderá la fuerza del Imperio. Por de pronto, si ese condenado avión se acerca, quiero que se le reciba a cañonazos. Por otra parte, está claro que ese gordinflón quiere hacerse con la flota francesa. La operación Catapult debe seguir adelante.



(i).

(i) Statthalter es un título inventado que se traduce por lugarteniente.

Führer se traduce por jefe. Empleado con mayúscula, designaba a Hitler.

En realidad, las cruces verdes eran el símbolo de rendición japonés. La delegación que acudió a negociar con los aliados voló en aviones con cruces verdes.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Buscaglia »

Saludos.

La trama toma un giro muy original. Esperaba ver que los nazis o el Ejército tomaban la batuta de la dirección de Alemania. Pero parece que se han fusionado en algo novedoso: un Ejército que habla de ciudadanos, pero mantiene elementos nazis progres (paneuropeísmo) y tradicionales (antisemitismo).
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Bueno tanto como progres, la idea de Mitteleuropa ya llevaban décadas manejándola.

Curioso el título de Statthalter.
Existió en el segundo imperio el Statthalter des Reiches que era el administrador de Alsacia y Lorena (que no creo que allí tenga buen recuerdo) y en la Alemania de Hitler los Reichsstatthalters que era los procónsules en los estados alemanes (y luego en las áreas anexionadas). Precisamente Goering ya era Reichsstatthalter de Prusia desde 1935.

Como detalle Rudolf Hess era Stellvertreter des Führer (lugarteniente o delegado o vicario o sustituto depende de como se traduzca).

De todas formas pese a su hedonismo, vanidad, drogadicción, aspecto campechano, populismo,... Goering era un político con cierta habilidad, capacidad de dirección, un actor en lo público y no le temblaba la mano en eliminar personas.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

APV escribió: 12 Dic 2020De todas formas pese a su hedonismo, vanidad, drogadicción, aspecto campechano, populismo,... Goering era un político con cierta habilidad, capacidad de dirección, un actor en lo público y no le temblaba la mano en eliminar personas.
Como animal político sí, pero como en el campo militar ayudó mucho no solo a cargarse al Luftwaffe, sino también la Kriegsmarine... ¿Estaría capacitado para dirigir la Wehrmacht? La respuesta en los próximos capítulos...

Saludos.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Si, como militar deja que desear, en parte por el encasillamiento de las ramas militares y la competencia, aunque tiene más formación que Hitler.
Pero se presenta como el empresario, el organizador industrial con contactos entre la alta burguesía, y al mismo tiempo cultiva una imagen de cercano al alemán medio, alguien que puede aparecer en fiestas populares,...

Por cierto sobre un libro del quien es quien en el régimen: https://elpais.com/diario/2006/12/04/cu ... 50215.html

En todo caso Churchill (que tampoco era tan genio militar) tiene razón, el régimen es más o menos lo mismo.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Goering tenía una inestimable cualidad: era un vago. Vividor y vago. Mientras no amenazasen su poder, prefería delegar sus responsabilidades. De hecho, la gestión diaria de la Luftwaffe quedó en hombres como Milch, Jeshonek o Udet. Si consolida su poder, es decir, no se siente amenazado, es probable que ceda el control de las operaciones a militares, de los que había muy competentes.

Recuérdese que en este escenario, Goering ya no tiene que buscar el favor de Hitler, algo que probablemente condicionó muchas de sus decisiones, y tampoco tiene rivales en el partido. Ahora ya manda, y para mantenerse en el poder tiene otras herramientas (palo y zanahoria: servicios secretos y premios).

Para acabar, Goering cometió errores, pero no menores que sus enemigos. Si miramos la lista de sinsentidos de los aliados nos echaríamos las manos a la cabeza. Por ejemplo ¿Qué sentido tuvo construir medio millar del pésimo Armstrong Whitworth Albemarle? ¿Por qué cesó la campaña contar el petróleo? ¿Por qué se dilapidaban miles de aviones sobre Alemania y no se enviaba un puñado al Coastal Command para luchar con los submarinos? La Luftwaffe de Goering, a pesar de tener deficiencias, lo hizo bastante bien los primeros tres años. Después fue derrotada por la fuerza del número.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Capítulo 2. Cambio de rumbo

Comunicado


Berlín, 4 de julio de 1940

«Al alevoso ataque británico contra la flota de su antigua aliada Francia, se une el desprecio a cualquier norma internacional. Hoy hemos sabido que el avión de Lufthansa D-AETA ha sido derribado por aviones de caza británicos.

En el avión derribado viajaba el camarada Rudolf Hess como enviado plenipotenciario del Statthalter Goering. El aparato, que no podía ser confundido porque estaba pintado de blanco y llevaba cruces verdes, se ha estrellado en el canal de la Mancha. Cazas británicos han atacado a dos hidroaviones alemanes enviados en búsqueda de supervivientes.

Con esta acción, el gánster Churchill demuestra que está dominado por la conspiración judeomasónica internacional, que sigue fracasando en su empeño de destruir el Nuevo Orden Europeo.

Como consecuencia el Statthalter Goering promete que los criminales serán castigados. Alemania declara la guerra total a Churchill y su banda de asesinos, y pide a los pueblos de Europa que se unan a ella. El Statthalter Goering pide también al pueblo inglés que repudie a los criminales que los dirigen, y que escuche a las mentes sensatas que quieren que Inglaterra se una a la gran obra europea».


(r) Rudolf Hess fue uno de los primeros seguidores de Hitler y alcanzó puestos de responsabilidad en el partido. En 1941 voló a Inglaterra, supuestamente para negociar la paz, pero fue capturado y apresado. Fue juzgado en Núremberg y condenado a cadena perpetua, y se suicidó en la prisión de Spandau de Berlín en 1987. Se ha especulado que Hess fue un enviado de Hitler, pero hay indicios de que sufría esquizofrenia paranoide.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Buscaglia »

APV escribió: 12 Dic 2020 Bueno tanto como progres, la idea de Mitteleuropa ya llevaban décadas manejándola.
Saludos.

El “juego” paneuropeo de los alemanes como factor de política exterior -y en su caso, bélico- se había iniciado en 1912, cuando se creó la Office Centrale des Nationalités, donde Berlín jugaba un papel importante. Pero el Ejército había ido desligándose de ella, lo mismo que el Ministerio de Exteriores. Ellos hablaban de "estados" y "países", pero el discurso lo ha redactado Domper utilizando "pueblos libres" y apelando a "asambleas". Eso es "völkisch", que desde la década de 1920 era la ideología que abanderaba el ala más progresista -léase revolucionaria- de los nazis, a través del Comité de los Pueblos Oprimidos (CPO). La ideología völkisch apelaba a una “nueva Europa” de estados étnicamente homogéneos: siendo Francia, Gran Bretaña y Rusia vielvölkerstaat, es decir, estados multiétnicos,  sus minorías tenían derecho a la autonomía o a la independencia. Y Alemania, a su vez, debería crecer asumiendo en su estado las minorías germanas fuera de sus fronteras.
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Soy el primero en reconocer que el cambio de política germana, tanto interior como exterior, es demasiado brisco, y se trata del aspecto más débil de la historia. Pero es cuestión de salud: me pondría a vomitar escribiendo una historia de nazis. Uno de los placeres de escribir es que se puede poner a personajes históricos en el lugar que les desearíamos. LO de morir quemado, siempre es un consuelo tratándose de Hitler. De Himmler, es que no se me ocurría forma plausible de torturarlo un ratito. Pena que haya que perdonar a Goering por bien de la plausibilidad de la historia.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Buscaglia »

Domper escribió: 14 Dic 2020 Soy el primero en reconocer que el cambio de política germana, tanto interior como exterior, es demasiado brisco, y se trata del aspecto más débil de la historia.

Saludos
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En otro caso sería brusco, pero con los nazis no. El "oportunismo" es señal de identidad de todos los fascismos y eso justifica cualquier cambio verosímil.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Prinzregent »

Siempre podías haber sido un poco más retorcido y que Hitler sufriera heridas graves que lo dejaran inconsciente y muriera por una infección como le ocurrió a Heydrich...
“¿No es extraño?; los mismos que se ríen de los adivinos se toman en serio a los economistas”. Anónimo

“Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río”. Nikita Jruchev

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


León Marino

6 de julio de 1940

La reunión en la cancillería se había prolongado demasiado y los ánimos se estaban calentando. Tras el fracaso del tímido intento de negociación, el Statthalter Goering había reunido a las cúpulas de las tres armas para planificar las posteriores acciones contra Inglaterra. Pero las posiciones del ejército y la marina eran cada vez más distantes. El ejército, recordando los baños de sangre de la Gran Guerra , era partidario de un desembarco en un frente amplio, desde Ramsgate hasta el Lyme . Así se podrían eludir las fortificaciones que los ingleses estaban levantando a toda prisa en la orilla del Canal. Una vez en tierra, el avance en un frente extensoextenso impediría la concentración de las reservas inglesas, facilitando la ofensiva decisiva que superase la línea del Támesis.

Pero a los representantes de la marina se les erizaban los pelos con solo pensar en esa operación. Tras las operaciones de Noruega, la Kriegsmarine se había quedado sin barcos: los más afortunados estaban siendo reparados en el astillero, pero demasiados se habían perdido. Los que seguían en servicio no bastaban ni para escoltar a un puñado de mercantes, y de ninguna manera podrían apoyar una operación como la que pretendía el ejército. Este quería desembarcar en una zona del Canal demasiado amplia, y con los medios de fortuna disponibles, la operación duraría más de un día. Durante las horas de luz tal vez la Luftwaffe pudiese proporcionar alguna cobertura, pero luego la Royal Navy podría campar a sus anchas, y en Narvik ya se había apreciado la decisión con la que usaban sus destructores. Por eso la marina proponía una operación en un frente estrecho, asaltando un único punto entre Dover y Hastings . En esa zona el canal tenía menos anchura y se podría cruzar durante el día, bajo la sombrilla de los Stukas , y con la protección de campos de minas, lanchas rápidas y submarinos. Aun así, la operación se consideraba muy arriesgada, pues los ingleses podrían plantar sus propios campos minados. Pero era lo único posible con los limitados medios que tenía la marina alemana.

Huelga decir que el Ejército estaba horrorizado por la propuesta de la marina. Los reconocimientos aéreos mostraban que en Dover se estaban cavando trincheras, tendiendo alambradas, construyendo blocaos y emplazando cañones. Un asalto frontal, aun contando con la sorpresa, lanzaría a la infantería alemana a una batalla como la de Verdún. El ejército no quería saber nada de eso, y seguían pidiendo una operación más amplia. Porque, decían ¿qué diferencia había entre un río ancho y el Canal de la Mancha?

Durante las dos últimas horas la discusión había pasado de los argumentos a los enfrentamientos personales. Ahora el comandante en jefe de la Marina, el Grossadmiral Erich Raeder , y el del estado mayor de la Wehrmacht, el generaloberst Wilhelm Keitel , se acusaban el uno al otro.

—Un río ancho —Raeder estaba indignado—. Ustedes se han montado en un bote en el Spree y se creen que saben navegar. Repito que cruzar el Canal por donde están diciendo es suicida. Si se encuentran con una flotilla inglesa, acabarán todos en el fondo. La Kriegsmarine no tiene buques pesados con los que apoyarles.

El general Keitel, que aun llevaba los vendajes que ocultaban las quemaduras recibidas en París, parecía aun más enfadado—. Si ustedes no tienen buques es porque los malgastaron en Noruega. Para compensar su ineptitud quieren que lancemos a nuestros soldados a una picadora de carne. Yo no sabré navegar, pero ustedes no saben nada de la guerra. Durante la anterior, mientras lso marineros bebían cerveza en Kiel, mis soldados morían en las trincheras —Keitel había sido gravemente herido en Bélgica en 1914—. La operación que nos propone es criminal.

—General, usted dispondrá del apoyo de los aviones del Statthalter —dijo Raeder—. El ejército se ha paseado por Francia y Bélgica y ha derrotado a los ingleses. Si superaron la línea Maginot ¿Cómo no van a poder hacerlo con unas pocas trincheras?

—Almirante, ese paseo por Francia ha costado ciento cincuenta mil hombres a Alemania —respondió Keitel—. A mis soldados ya les gustaría poder combatir protegidos por medio metro de hierro, como lo hacen los marinos las pocas veces que salen al mar.

Cansado de la discusión, Goering intervino:

—Caballeros, esto no está llevando a nada. Les voy a formular una pregunta que deben responderme con total sinceridad. El futuro de Alemania puede depender de lo que digan. General Keitel, ¿Sería posible superar las defensas de Dover? Cuente con todo el apoyo de la Luftwaffe y con que los paracaidistas tomen un aeródromo.

—Statthalter, incluso así sería una operación muy arriesgada. Ya tuvimos bastantes bajas durante el asalto a la línea Weygand , pues los franceses ya habían adquirido experiencia y en lugar de desbandarse ante los Stukas los soldados se escondían y aguantaban el chaparrón. La Luftwaffe puede causar muchas bajas entre los defensores, pero si los ingleses no se desmoronan bajo las bombas las tropas que encabecen el asalto serán masacradas. Tengo que recordarle lo que ocurrió en Galípoli en 1915, cuando los aliados intentaron desembarcar y tomar los estrechos de los Dardanelos. En algunos puntos no consiguieron avanzar ni un kilómetro, y eso a pesar de que los turcos carecían casi por completo de artillería y de ametralladoras. Ahora se enfrentan a los ingleses que, aunque hayan perdido montañas de equipo en Bélgica, están llevando lo mejor que tienen y todo lo que fabrican a Dover. Es posible que nuestros soldados no logren ni llegar a tierra. Suponiendo que, por un afortunado azar, consigan hacerse con una cabeza de playa, se quedarán atascados en un terreno estrecho y pantanoso, batido por la artillería, y cercado por las fortificaciones. No conseguirán enlazar con los paracaidistas antes que las reservas inglesas los destruyan, y ni siquiera confío en que puedan resistir un contrataque.

—¿Usted cree que los ingleses derrotarían a los paracaidistas, a pesar de la ayuda de la Luftwaffe?

—Sí, Statthalter. Los aviones no pueden operar de noche, y durante el día solo pueden permanecer unos minutos sobre el campo de batalla. Necesitaríamos el apoyo artillero de todos esos barcos que están en el fondo del mar gracias al almirante…

A Goering ya le molestaban esas discusiones—. General, no siga por ahí. La invasión de Noruega fue necesaria, y sin ella Alemania no tendría el acero que se precisa para los pánzer. Entiendo que el ejército se niega a un ataque en Dover.

—Negarnos, no —respondió Keitel—. El ejército hará lo que usted ordene. Pero si vamos a Dover, seremos derrotados .

—Entiendo —dijo Goering—. Almirante Raeder, es su turno ¿La marina podría apoyar un ataque a Inglaterra en otro punto del Canal? No un ataque amplio, sino una operación como la que proponen en Dover, pero en otro lugar. Le garantizo que la Luftwaffe impedirá que los barcos ingleses aparezcan.

El almirante Raeder también se había cansado de esos aficionados a la guerra naval. Como Jefe de estado mayor del almirante Hipper, jefe de la marina alemana durante la Primera Guerra Mundial, había participado en todas las acciones del mar del Norte. Había visto demasiados combates como para que unos pisahormigas le pretendiesen enseñar a nadar. Cruzar un río ancho… Iba a darles una lección de navegación.

—Statthalter, por mucho que lo desee, no podemos detener el tiempo.

—Almirante, no se vaya por las ramas. Explíquese, por favor —dijo Goering.

Raeder respondió con el tono de un viejo maestro que enseña a sus discípulos—. A eso iba. Para el asalto a Inglaterra se necesitarán varias divisiones en el asalto inicial ¿no es así, general?

Keitel respondió como un alumno aplicado—. Desde luego, se requerirán por lo menos cinco en la primera oleada.

—Para esas cinco divisiones se van a precisar, como poco, mil lanchas de invasión. Que no tenemos, pero que podemos preparar modificando barcazas de los canales. Esas barcazas, en mar abierto, no pueden moverse a más de cinco nudos .

Keitel pensó que había pillado al almirante—. Bueno, en agosto el día dura quince horas, y en ese tiempo sus barquitas podrían recorrer… espere que calcule… ciento cuarenta kilómetros. Es decir, que podrían salir al amanecer de Boulogne , estar en Brighton a media mañana y volver aun de día.

Raeder, con la expresión del profesor que acaba de pillar al alumno, le contestó—. Claro, eso se podría hacer si de alguna manera consigue meter todas esas barcazas en Boulogne ¿Sabe que es un puerto pequeño en el que apenas caben unos trasbordadores? Además, no ha tenido en cuenta a los destructores, remolcadores, dragaminas, minadores , a todos los barcos que son imprescindibles para una invasión. Será necesario distribuir la flota por todos los puertos entre Ostende y Le Havre. Para realizar ese asalto en Brighton que el general Keitel comentaba, los barcos tendrán que salir del puerto, organizarse en convoyes, cruzar el estrecho rezando para que la artillería costera inglesa no se dedique al tiro al pato, reunirse ante Brighton y desembarcar. Salvo que el Statthalter pueda detener el sol como hizo Josué, necesitaremos dos días completos para situarnos ante la costa inglesa ¿Sabe cuánto puede recorrer un crucero en un día? ¡Mil doscientos kilómetros! Podría salir de Portsmouth al atardecer, masacrar sus barcazas durante la noche y volver a la base a tiempo de a tomarse una pinta, antes que ningún Stuka pueda aparecer. Salvo que la Luftwaffe sea capaz de aniquilar a la Royal Navy en sus puertos, cosa que dudo.

Goering estaba molesto, pero no lo aparentó. Ya había decidido que sería imposible trabajar con Raeder y con Keitel. Pero antes de tomar ninguna decisión, necesitaba saber si el desembarco en Inglaterra era factible.

—Almirante —dijo el Statthalter—, entiendo que la marina solo podría organizar un desembarco en el estrecho de Dover. General Keitel ¿qué condiciones precisaría el ejército para que el asalto triunfe?

—El desembarco solo sería posible si los ingleses estuviesen desmoralizados, y no parece que sea así —respondió Keitel.

—Luego recomienda que no lo intentemos.

El generaloberst Beck, silencioso hasta entonces, intervino— Statthalter, permítame que les interrumpa. El generalleutnant Von Manstein tiene algunas ideas interesantes.

Goering recordaba a Von Manstein. Antiguo protegido de Beck, había propuesto la maniobra de las Ardenas que había derrotado a los aliados. Durante la campaña de Francia se había distinguido al frente de un cuerpo de ejército . Había sido muy crítico con el modo con que Rundstedt había llevado las operaciones, diciendo que había dejado escapar a los ingleses. Tal vez tuviese algo que aportar.

—Statthalter, entiendo los argumentos del Grossadmiral —saludó a Raeder, que devolvió el gesto— y del generaloberst —Keitel no estaba satisfecho de la intervención de un subordinado—. Pero la invasión de Inglaterra, aunque sea arriesgada, es la única forma rápida de acabar la guerra. Propongo que la Luftwaffe consiga el dominio aéreo mientras el ejército y la marina preparan el asalto. Almirante ¿cuál sería la fecha límite?

Raeder, más relajado, respondió—. El Canal es famoso por sus temporales. Si no efectuamos la operación en septiembre, habría que posponerla hasta el año que viene. Ni siquiera puedo asegurar que en septiembre el tiempo sea favorable. Sería mejor que se hiciese en agosto, pero reunir los medios de desembarco y prepararlos será un problema.

—Entiendo— dijo Manstein—. Aparentemente no se va a poder efectuar la operación este año, salvo que, como ha dicho el generaloberst, la moral inglesa se hunda. Por otra parte, me parece arriesgado retrasarla mucho, ya que los ingleses se estarán rearmando y fortificando febrilmente. De ahí que yo recomendaría que se preparase la invasión con una fecha límite… digamos que para el treinta y uno de agosto. Si para entonces no es factible, habría que posponerla para la próxima primavera.

Goering intervino—. Ustedes hablan muy alegremente, pero tengo que señalar que desplegar todas esas fuerzas en el norte de Francia afectará a la economía alemana.

—Sí, Statthalter —respondió Manstein—. Comprendo el sacrificio que implica mantener al ejército movioizado. Pero si no preparamos la invasión, los ingleses tendrán las manos libres para usar sus escasos recursos contra nuestros aliados. Sin embargo, si organizamos la operación, aunque al final no se lleve a cabo, los ingleses se verán obligados a defender sus costas, y seremos nosotros los que conservemos la iniciativa y la libertad de acción. A fin de cuentas, para esa operación se necesitará a la mayor parte de la Luftwaffe, pero solo a una fracción del ejército. Con el resto de nuestras fuerzas podríamos actuar contra los intereses ingleses. Si podemos lanzar la invasión, mejor, pero solo si tenemos garantías de triunfar. Si no es así, me parecería mejor posponerla, pero manteniendo la amenaza para que los británicos tengan que seguir fortificando sus costas. Mientras, podríamos usar nuestras fuerzas para atacar sus comunicaciones, estrangular su economía y hacerles pasar hambre. Además, recomendaría invadir sus colonias. El imperio colonial enemigo no está en su mejor momento y muchas de sus posesiones solo necesitan un empujón para rebelarse. Si con eso no basta para que pidan condiciones, la primavera próxima estarán a nuestros pies .

Goering estaba satisfecho—. Gracias, general. Me gusta su propuesta. Es la única que he oído que ofrece una vía para la victoria. Pero primero hay que meditarla seriamente. Me gustaría que encabezase un grupo de trabajo que la estudie. Designaré a un alto cargo de la Luftwaffe para trabajar con usted, y la marina deberá hacer lo mismo. Almirante —dijo a Raeder— ¿Cómo se llamaba ese almirante suyo que hundió al portaaviones inglés? Creo que está disponible

—El almirante Marschall actuó en contra de mis órdenes y ha sido relevado del mando.

—Si no tiene un destino, será perfecto. Ordénele que se presente ante mi pasado mañana. General Von Manstein, espero volver a verle pronto.



Seelöwe (león marino) era el nombre en clave de la proyectada invasión de Inglaterra por los alemanes.

En la época se conocía a la Primera Guerra Mundial como la «Gran Guerra». Se usarán los dos términos indistintamente.

Ramsgate es una localidad cercana a Dover, la parte más estrecha del Canal de la Mancha. La bahía de Lyme está en el extremo occidental de la costa sur de Alemania.

Kriegsmarine se traduce como marina de guerra, y es como se conoció a la flota de la Alemania nazi. Alemania se había visto obligada a desarmar su flota en 1919 conservando solo unos pocos barcos; aunque Hitler potenció la Kriegsmarine, era mucho menos fuerte que la Royal Navy inglesa. Durante las operaciones en Noruega sufrió pérdidas muy graves que hicieron inviable la operación León Marino.

Durante la invasión de Noruega, el vital puerto de Narvik fue tomado por tropas de montaña transportadas en destructores. Sin embargo, el barco que debía llevar el petróleo necesario para la vuelta fue hundido por la Royal Navy en la boca del fiordo y, posteriormente, una flotilla de destructores al mando del capitán Warburton-Lee (que ganaría la Cruz Victoria a título póstumo por esta acción) atacó a los barcos alemanes, y a pesar de estar superado tres a uno, les causó daños tan graves que no pudieron zarpar. Tres días después, los destructores supervivientes alemanes fueron aniquilados por un acorazado y nueve destructores británicos. En total, la mitad de la fuerza alemana de destructores se perdió en Narvik.

Es la parte más estrecha del Canal de la Mancha, de unos 34 kilómetros de anchura.

Stuka es la abreviatura de Sturzkampfflugzeug, «bombardero en picado», como se conoció al avión Junkers Ju 87. Los Stuka, que debutaron en España, atacaban picando casi verticalmente y cuando eran pilotados por veteranos lograban una precisión comparable a las modernas armas guiadas. Sin embargo, resultaron muy vulnerables a los cazas enemigos.

Von Manstein fue uno de los generales que creían que cruzar el Canal de la Mancha era igual que hacerlo con un río ancho. En la realidad, mientras que cruzar un río era relativamente sencillo pues gracias a la artillería se podía alejar a los defensores de las orillas, para cruzar el Canal y desembarcar en Normandía los aliados necesitaron cinco mil barcos y diez mil aviones.

(r) El Grossadmiral (gran almirante) Erich Raeder mandó la Kriegsmarine entre 1928 y 1943. Fue de los pocos militares que se atrevían a discutir con Hitler y logró mantener a la marina fuera de la influencia nazi. De todas maneras, algunas de sus decisiones, como el retraso en la construcción de portaaviones, fueron erróneas.

(r) El mariscal Wilhelm Keitel fue el jefe del OKW entre 1937 y 1945. Fue apodado lakeitel (lacayo) por seguir las instrucciones de Hitler, incluso las más disparatadas, adelantando la derrota de Alemania. En 1946 fue condenado y ejecutado como criminal de guerra.

El ejército alemán fue el primero en emplear paracaidistas (fallschirmjäger) en combate durante las invasiones de Noruega y de Holanda, adquiriendo gran fama. Sin embargo, durante la invasión de Creta en 1941 tuvieron tantas bajas que los alemanes no volvieron a lanzar asaltos aerotransportados masivos.

La línea Weygand (por Maxime Weygand, jefe del ejército francés en 1940) fue una línea de fortificaciones de campaña que se construyó para defender París después de la derrota de Sedán y la evacuación de Dunkerque. Aunque la línea Weygand cayó en pocas horas ante los alemanes, estos sufrieron muchas bajas en el ataque.

La estrategia de frente amplio o frente estrecho fue en la realidad un punto de fricción entre el ejército y la marina alemanes. El ejército no quería un ataque en un frente estrecho (en Dover) pues como se relata en el texto, sería muy difícil superar las defensas inglesas y supondría un baño de sangre. Se prefería un ataque en un frente amplio para rodear las defensas, pero la marina no quería ni oír hablar de ello al saberse muy inferior a la Royal Navy. No se llegó a tomar una decisión.

En la realidad se reunió y se modificó gran número de barcazas, pero al estar diseñadas para navegar por ríos y canales, navegaban muy mal por el tormentoso Canal de la Mancha.

Uno de los puertos de la costa francesa del canal de la Mancha donde se concentraron barcazas modificadas, mercantes y otros medios para la invasión.

Localidad turística del sur de Inglaterra.

Diferentes tipos de buques de guerra. Los destructores de la época eran barcos relativamente pequeños, de mil quinientas o dos mil toneladas, muy rápidos y armados con cañones y torpedos. Los minadores colocaban minas submarinas (cargas explosivas destinadas a hundir barcos, las había de diversos tipos) y los dragaminas tenían la misión de limpiar la costa de las minas que plantase el enemigo.

(r) Von Manstein, protegido de Beck, había sido apartado a un puesto secundario por el nuevo jefe del ejército, el mariscal Von Brauchitsch. En 1940 fue nombrado jefe de uno de los cuerpos de ejército de infantería que superaron la línea Weygand, la última línea defensiva de Francia.

En la realidad la llamada «estrategia mediterránea» se le propuso a Hitler, pero este prefirió escuchar a Goering, que creía que podría obligar a rendirse a los ingreses solo con aviones. Posteriormente la estrategia mediterránea fue descartada ya que Hitler decidió atacar a la Unión Soviética.

(r) El almirante Marschall mandó los acorazados alemanes y consiguió hundir el portaaviones británico Glorious, pero se había arriesgado demasiado a juicio de Raeder, que le criticó por las averías sufridas por el acorazado Scharnhorst (torpedeado por un destructor inglés). Cuando poco después los dos acorazados alemanes, el Gneisenau y el Scharnhorst, fueron torpedeados por un submarino, Raeder relevó a Marschall.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Prinzregent escribió: 14 Dic 2020 Siempre podías haber sido un poco más retorcido y que Hitler sufriera heridas graves que lo dejaran inconsciente y muriera por una infección como le ocurrió a Heydrich...
Como unas buenas quemaduras... Además una muerte lenta significaría una sucesión más o menos reglada, y no casaría con la toma del poder de Goering tras enfrentarse a parte del partido nazi. Quitar a los nazis de encima es cuestión de salud mental.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Prinzregent »

He de preguntar ¿las culpas de que el Graf Zeppelin se quedase amarrado al puerto no tuvo también que ver con la ambición personal del Montero Mayor del Reich de controlar cualquier cosa que pudiera ser empleado por aviones y/o combatirlos?
“¿No es extraño?; los mismos que se ríen de los adivinos se toman en serio a los economistas”. Anónimo

“Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río”. Nikita Jruchev

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

Domper escribió: 14 Dic 2020—El almirante Marschall actuó en contra de mis órdenes y ha sido relevado del mando.
En realidad Marschall fue destituido como Jefe de la Flota precisamente el día posterior a tu exposición, el 7 de Julio (el 8 según otras fuentes), aunque en cualquier caso Lutjens ya actuaba como Jefe interino...
Domper escribió: 14 Dic 2020Cuando poco después los dos acorazados alemanes, el Gneisenau y el Scharnhorst, fueron torpedeados por un submarino, Raeder relevó a Marschall.
Cuidado con este pie de nota, el Gneisenau fue torpedeado por un submarino bajo el mando de Lutjens, mientras el Scharnhorst no pudo serlo porque aún estaba pendiente de reparaciones tras el impacto del HMS Acasta...

Saludos.
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