LA AVENTURA DE FIUME

Principios del siglo XX y periodo de Entreguerras.

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caracalla
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LA AVENTURA DE FIUME

Mensaje por caracalla »

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En 1915 Italia había entrado en la guerra, contra los imperios centrales, convencida por los acuerdos secretos de Londres que le prometían compensaciones territoriales. En 1918 las potencias victoriosas establecen en Paris las nuevas fronteras europeas; Italia recibe Trento y Triestre, pero no la Dalmacia y el puerto de Fiume, concesiones a las que se opone el presidente norteamericano Wi1son. La representación diplomática italiana ha abandonado las negociaciones el 24 de abril de 1919, pero ante la inutilidad de su postura, regresan a París el 5 de mayo.

Fiume permanece ocupada por tropas de las cuatro potencias aliadas, franceses, ingleses, norteamericanos e italianos. Mientras que la población se manifiesta decididamente en favor de la anexión a Italia, el Gobierno francés prefiere su incorporación al recién creado Estado yugoslavo. La situación se agrava considerablemente con los incidentes que se producen entre los habitantes de Fiume y las tropas francesas. En julio las hostilidades provocan nueve muertos y catorce heridos. Ahora, los soldados italianos ya se declaran contrarios a la presencia de tropas de otras potencias. En París se decide que los Granaderos de Cerdeña deberán abandonar Fiume, que así lo hacen el 25 de agosto. La población les despide con lágrimas en los ojos; los soldados se marchan con la promesa de volver: «Fiumanos, los granaderos os llevamos en el corazón. No os abandonaremos, ¡volveremos, no lo olvidéis! ».

Y la promesa se convierte en juramento en una reunión secreta de oficiales, celebrada en Monfalcone el 31 de agosto. Sobre sus puñales, los oficiales se comprometen: «En nombre de todos los muertos por la unidad de Italia, juro ser fiel a la causa de Fiume y no permitir jamás, con todos los medios, que se niegue a Fiume la anexión completa e incondicional a Italia. Juro ser fiel al lema: ¡Fiume o muerte!». Los conjurados necesitan un líder, y el capitán Sovera marcha a Venecia, a entrevistarse con el poeta Gabriele DAnnunzio en la casa roja que éste posee. D'Annunzio, a quien los siete oficiales le han enviado una declaración de sus intenciones, ya había evidenciado su oposición al Gobierno cuando éste le prohibió el 24 de mayo pronunciar un discurso en Roma. Acepta dirigir la toma de Fiume, después de asegurarse de que verdaderamente los deseos de su población son la anexión a Italia. El 11 de septiembre abandona Venecia, y se reúne con los sediciosos en Ronchi, donde se halla el Regimiento de Granaderos.

Desde Ronchi, partirá la madrugada del 12 la expedición de los insurrectos, los cuales ya han conseguido reunir algunos vehículos blindados y varios camiones, y que se conocerá como Marcha, de Ronchi.

A las 11.45 de ese 12 de septiembre, entran en Fiume D’Annunzio y sus legionarios. La Multitud congregada en la avenida XVII de Noviembre, les da la bienvenida. Se vitorea a D'Annunzio, al libertador, Y a Fiume libre. Los voluntarios llegados de Ronchi desfilan, aclamados por la muchedumbre. Horas después, cuando descansa en el hotel Europa D'Annunzio es informado de que ha sido nombrado gobernador de la ciudad. Por la tarde, desde el Palacio del Gobierno, habla a la población entusiasmada:

«¡Italianos de Fiume! En el mundo loco y vil, Fiume es hoy el signo de la libertad; en el mundo loco y vil hay una sola cosa pura: Fiume; allí hay una sola verdad: y éste es Fiume; allí existe un solo amor: y éste es Fiume. Fiume es como un faro luminoso que resplandece en un mar de vileza. Yo soldado, yo voluntario, yo mutilado de guerra, creo interpretar la voluntad de todo el sano pueblo de Italia, proclamando la anexión de Fiume».

D'Annunzio, quien ahora se hace llamar el Comandante, comprueba en esas primeras horas cruciales que ninguno, de sus dos objetivos al conquistar Fiume se han cumplido. Objetivos que eran: la anexión de la ciudad a Italia, o la dimisión del Gobierno con la consiguiente crisis política que lleve a la presidencia del Gobierno a otro político más cercano al viejo intervencionismo. Su acción despierta todas las reacciones que él espera; la sublevación que debía tener lugar en Dalmacia, no se produce. Airado, escribe a Benito. Mussolini protestando por no recibir, inmediatamente refuerzos. «¿Dónde están los combatientes, los artiti, los futuristas... »

Las tropas norteamericanas e inglesas embarcan y abandonan Fiume, a donde comienzan a llegar los primeros voluntarios d'annunzianos. Da comienzo un largo asedio.

Mussolini conoce la aventura d'annunziana desde su inicio. Mantiene relación de amistad con el poeta desde enero de 1919, cuando, mediante una carta, le expresaba su admiración. Junto a Filippo Corridoni, los dos hombres fueron los principales defensores de la intervención de Italia en la guerra contra Austria-Hungría, acaudillando D'Annunzio a los nacionalistas, Corridoni a los sindicalistas revolucionarios, y Mussolini a los socialistas heterodoxos, en las tumultuosas jornadas de manifestaciones patrióticas.

A pesar de albergar ciertos recelos, el futuro Duce apoya evidentemente la acción en favor dela anexión de Fiume. Su periódico «Il Popolo d’Italia», se convierte en el órgano oficial de la península de los partidarios de la anexión, abriendo una suscripción que ayude económicamente a los sitiados, y sirviendo de blanco para la censura gubernamental. En poco más de un mes, la cifra recaudada por la campaña fascista, supera los 2 millones de liras.

El 6 de octubre Mussolini vuela en aeroplano hasta la ciudad semisitiada para entrevistarse con el Comandante. Al día siguiente regresa a Italia donde es detenido durante, unas horas. Durante el encuentro Mussolini ha presentado a D'Annunzio, un plan para extender la revolución: marchar sobre Trieste y declarar abolida la monarquía, nombrar un directorio presidido por D'Annunzio, preparar elecciones y desembarcar, tropas fieles en la Romagna y en los Abruzos, que inicien la sublevación republicana. Aunque nada de ello se llevará a la práctica, durante mucho tiempo pesará sobre la política italiana el fantasma de que la rebelión de Fiume se extendiese a la península.

El 20 de septiembre de 1919, el Consejo nacional de Fiume otorga a D'Annunzio plenos poderes en la administración de la ciudad. El general Badoglio, que ha instalado su cuartel en Trieste, redacta un ultimátum: los soldados que secundan a D'Anunzio deberán deponer su actitud, y abandonar la ciudad, o, de lo contrario, serán considerados desertores y reos de amotinamiento.

La ciudad comienza a organizar su vida con caracteres de independencia y autonomía. Su política práctica es la de la imaginación al poder.

El puerto es minado. Para solucionar el problema del avituallamiento, al capitán Mario Magri se le encarga formar un grupo de filibusteros, que resuciten la piratería en el siglo XX. La idea salvará del hambre a los sitiados en momentos de verdadera carestía, como cuando se apoderaron del mercante «Trapani» o del buque húngaro «Barone Fejerwary» con 6.000 toneladas de trigo. Toda iniciativa puede resultar válida, y cuando los legionarios descubren que el Ejército enemigo posee caballos, se los roban como si de cuatreros del Far West se tratase. El 25 de septiembre tres batallones completos de bersaglieri, con todo su armamento, evitan el bloqueo y al ritmo de sus himnos entran en Fiume uniéndose a los legionarios. En octubre, la nave «Persia» cargada de armas y, municiones, desvía por decisión de su capitán su rumbo, y acude al puerto de Fiume, entregando su cargamento a los rebeldes.

El año 1919 es despedido en un ambiente de fiesta, y el 31 de diciembre D'Annunzio pronuncia un discurso en el que, entre otras cosas, dice: « Contra la Europa que se asusta, vacila y balbucea; contra la América que tampoco cierta a desembarazarse ni de la mitad de una mentecatez sobreviviente a enfermedades vengadoras; confía la Italia "incaporettata" (alusión a la derrota de Caporetto), contra todos y contra todo, nosotros tenemos la gloria de dar nombre a este año de fermento y tormento...».

A comienzos de 1920 se reanudan en París las negociaciones interaliadas, a las que asiste el propio presidente. Nitti. D'Annunzio envía en avión una representación, pero tanto Nitti como el presidente francés Clemenceau, les niegan el derecho a participar en las reuniones. Giovanni Giurati, el jefe de la delegación Plumo, idea, entonces la creación de una Liga de pueblos oprimidos que dé a Fiume una misión universal, y, obtiene la adhesión de un pachá egipcio, de los autonomistas irlandeses, de los independentistas hindúes, y del poeta belga Leone Kochnitzky, entonces ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica.

A su vez, D'Annunzio proyecta hacer causa común con los nacionalistas croatas, marchar con ellos sobre Zagreh, y levantar en armas a los pueblos balcánicos. Grotesca historia, si, pero también romántica aventura, llena de atractivo. Y mientras. unos y otros, aquí y allá esbozan, y planean salidas a la situación de Fiume, los legionarios sitiados no permanecen inactivos, haciendo realidad cualquier idea factible. Tan pronto una escuadrilla sobrevuela Trieste, lanzando proclamas del comandante, como hostigan a los sitiadores. Un ejemplo espectacular: el rapto, del general Nigra, uno de los jefes militares del asedio.

El 12 de agosto de 1920, Gabriele D'Arinunzio proclama, en su discurso en el teatro Fenice, el Estado de Fiume, que adopta la denominación de Regencia italiana del Carnaro. Uno de los más próximos colaboradores del comandante, el sindicalista revolucionario Alceste De Ambris, consejero político de D'Annunzio desde enero de 1920, está insistiendo desde marzo en la necesidad, de sentar las bases ideológicas de este Estado autónomo. El 27de agosto, D'Annunzio presenta a las autoridades locales la nueva Constitución, la Carta de Carnaro.

Se trata de un texto constitucional de avanzado sentido social. «La Regencia italiana de Carnaro es un Gobierno genuino, del pueblo -“res populi”- que tiene por fundamento la potencia del trabajo productivo, y por ordenamiento la más amplia y la más variada forma de autonomía.» «Sostiene sobre cualquier otro derecho los derechos de los productores; deroga el centralismo excesivo de los poderes constituidos, de forma que del juego armónico de la diversidad, se realice siempre vigorosa y más próspera la vida común.»

La teatralidad que caracteriza Fiume, se mantiene hasta el final. El 12 de septiembre se celebra con solemnidad el primer aniversario de la marcha desde Ronchi. Días después, llega en barco el físico Marconi, quien ofrece al comandante una emisora de radio desde la que éste lanza un mensaje a todos los hombres y Estados libres para que reconozcan la Regencia del Carnaro. En noviembre, el célebre piloto Guido Kefier, legionario en Fiume desde el inicio de la aventura, sobrevuela Roma y lanza un orinal sobre Montecitorio, la sede del Parlamento. El maestro Arturo Toscanini visita a los asediados y les ofrece unos conciertos; el poeta le da la bienvenida celebrando un banquete.

En noviembre el Gobierno italiano firma el Tratado de Rapallo, por el que Dalmacia es entregada a Yugoslavia, y Fiume quedará independiente. Los deseos de anexionar la ciudad a Italia son por ahora irrealizables. Nitti -DAnnunzio le llamaba públicamente «su indecencia la degeneración adiposa»- ha cedido en junio la presidencia del Gobierno a Giovanni Giolitti, y para éste se hace imprescindible poner fin a la cuestión de Fiume, a cualquier precio.

La noche del 28 al 29 de diciembre, D'Annunzio dimite de, sus cargos políticos en Fiume para evitar a sus habitantes «la ruina y la muerte total con que el Gobierno. de Roma le amenaza». El balance de la Navidad sangrienta da el mismo número de víctimas en ambos bandos: 22 legionarios y 5 civiles muertos entre los sitiados, y 25 soldados y dos civiles entre los sitiadores. El 31, D'Annunzio celebra una misa en honor a sus caídos. El 4 de enero parten los primeros legionarios el 13 ya sólo queda el comandante y algunos oficiales. El 18, después de una ceremonia de despedida, ellos también abandonan Fiume.

La aventura ha llegado a su fin, después de 16 meses que se iniciase en Ronchi. Fiume permanecerá independiente algunos años hasta que en enero de 1924 Mussolini negocie con los yugoslavos su anexión a Italia.


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signifer
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Mensaje por signifer »

Un tema muy poco conocido. Es de agradecer el esfuerzo que has hecho. Me ha parecido muy interesante :dpm:

Siento no heberlo visto antes.

Saludos
Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería.. (Miguel de Cervantes)
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Mensaje por Vonderheydte »

Unas fotos sobre el tema. Vemos a D´Annunzio entrando en Fiume.

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Por último una página interesante...

http://digilander.libero.it/comunedifiume/espanol.htm


Localización de Fiume en la costa de Dalmacia.

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Saludos.
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COLL962
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Mensaje por COLL962 »

Muy interesante y poco conocido el tema, parece mentira los estados no atienden en muchas ocasiones a los deseos del pueblo.
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Bruno Stachel
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Mensaje por Bruno Stachel »

Vaya, se me había pasado este hilo por alto!!!!

D'Annunzio es una figura pintoresca, por no decir casi ridícula. Declaró Fiume como un estado constitucional independiente, presagio del futuro fascismo italiano e intentó organizar una alternativa a la Liga de Naciones para las naciones oprimidas (y selectas) del mundo (como Fiume) e intentó realizar alianzas con varios grupos separatistas de los Balcanes sin demasiado éxito, para acabar ignorando el Tratado de Rapallo y declarando la guerra a Italia.

Que tuviera que rendirse en diciembre de 1920 después de que la armada italiana bombardeara la ciudad le da el perfecto toque de sinsentido trágico a esta extraña y absurda aventura.

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El Duce D'Annunzio en Fiume
Palo Dixit: posible Anticristo, Cule y Salido que provoca manifas por donde pasa y vacalentacialano parlante.

"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.

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jlchinchilla
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Mensaje por jlchinchilla »

Bruno Stachel escribió: D'Annunzio es una figura pintoresca, por no decir casi ridícula.
No es que me vaya yo a poner ahora a defender a D´Annunzio, pero desde luego yo nunca lo calificaría de personaje ridículo, aunque sólo sea por la cantidad de condecoraciones por acciones de guerra que poseía y el demostrado valor personal del individuo.
Ridículos resultaron otros muchos personajes del protofascismo o del fascismo establecido, que eran maestros en hacer poses delante de la cámara o que presumían de ser antiguos arditi cuando nunca dispararon un tiro.
¿Qué mejor manera de morir puede tener un hombre, que la de enfrentarse a su terrible destino defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?
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Bruno Stachel
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Mensaje por Bruno Stachel »

Sin intención de comenzar una dicusión, admito que valeroso no cabe duda que lo era, pero entestarse en una aventura tan absurda como al de Fiume me recuerda a acciones similares a las de Mussolinni, que se inspiró en D'Annunzio.

Si tal vez calificarlo de ridículo es demasiado duro, rectifico y simplemente diré que D'Anunnzio era de un quijotismo singular.

Y ciertamente, en el fascio abundan personajes -o mejor, personajillos- más lamentables y ciertamente ridículos que D'Anunnzio,
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"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.

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frates milites
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Mensaje por frates milites »

interesante el tema....gracias por la aportacion...

al calificar de ridiculo o no...uno y otro entrais en puntos de vista personales....ya que por mucha condecoracion que tubiera hay acciones que se se ganan a pulso dicho calificativo....

y no lo digo solo por D'Annunzio si no por cuialquier personaje de la historia...

saluten
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Mensaje por Alain de Boissieu »

Interesante el tema, y el personaje en sí también. Me llama mucho la atención la mentalidad de D'Annunzio y sus legionarios, que en parte ya hacían prever el fascismo, sobre todo por su estética (aventureros, voluntariosos, deportistas, amantes del riesgo extremo). Una vez vi en Italia una foto que me hizo mucha gracia, D'Annunzio agradece no se que cosa a la Fiat y lo hace enviando una foto de él en un avión antes de hacer un raid sobre Trento en la Primera Guerra Mundial, y pone: " a la Fiat, en reconocimiento al dios motor que me llevó hasta Trento" :)

Saludos!!!
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Re: LA AVENTURA DE FIUME

Mensaje por Urogallo »

¡Gabriel el anunciador!

No creo que D´Anunzzio fuese un personaje ridículo, escogió combatir durante la PGM sin necesidad de hacerlo. Simplemente tenía otro estilo.
"Adoro Alemania. Por eso me gusta que haya dos" Charles de Gaulle.
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