Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

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Flavius Stilicho
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Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

1. Hacia la aerostación militar.
Aunque hubo varios precursores, la aerostación “levanta el vuelo” con los Montgolfier en 1783. Estos hermanos, hijos de un fabricante de papel, consiguen hacer ascender un pequeño globo experimental, a finales de 1782. Entusiasmados por el éxito, deciden darlo a conocer y continúan experimentando con globos mayores. Se trata de globos recubiertos de tela y papel, que son impulsados por aire caliente obtenido por la quema de paja y lana.
Los experimentos se suceden a la vez que se extiende la fiebre por la aerostación con multitudinarias demostraciones.. En el propio 1783 se produce el primer ascenso tripulado -por el químico Pilâtre de Rozier acompañado por el marqués d'Arlandes-; así como la invención del primer globo propulsado por hidrógeno, obra del químico Jacques Charles asistido por los hermanos Robert.


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Ilustración de algunos de los primeros aerostatos y sus ascensiones en 1783 y 1784.

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Inflado de un globo de hidrógeno del físico Charles y los hermanos Robert.


Desde un primer momento se especuló con un potencial uso militar de las novedosas máquinas. Si hacemos caso a lo que declaró Joseph-Michel Montgolfier, fue la lectura de las noticias sobre el prolongado sitio de Gibraltar (1779-1783) lo que les estimuló a pensar que si no se podía tomar la impregnable plaza por tierra o por mar, tal vez se pudiera hacer desde el aire.
Benjamin Franklin, testigo de uno de los primeros ascensos de 1783, también especuló en una carta con la idea de operaciones aerotransportadas en una visión que implicaba el empleo de 5.000 globos con 2 tripulantes cada uno, que permitirían situar tropas más allá de las líneas enemigas.

Más futuro tenían aquellos que vislumbraron en los aerostatos un medio de señalización y observación; algo tempranamente apuntado por varios personajes en Francia y Gran Bretaña. Iba a ser España la pionera en ese campo, ya que en 1792 se experimenta con un aerostato con clara misión militar, auspiciado por el conde de Aranda:
“... con el objeto premeditado de tener en campaña y en qualquiera situación, y hora del día una atalaya fija, o ambulante a voluntad, y susceptible de mucha elevación para descubrir los terrenos del contorno de un exército, y los movimientos como evoluciones del enemigo en la disposición de un ataque, y durante él las variaciones que intentase. Con igual aplicación al registro interior de una plaza, o de ella hacia fuera”.
Considerado el cuerpo de artillería como el más adecuado para el uso inteligente del aerostato, sería el Real Colegio de Artillería de Segovia el encargado de construir y experimentar con él. En la propia academia se encontraba de hecho dando clases el reconocido químico francés Joseph Louis Proust, que antes de trasladar sea España ya había sido uno de los pioneros franceses de la aerostación. Dirigidos por Proust, un grupo de oficiales, cadetes y artilleros se encargaron de realizar experimentos a lo largo de 1792 que concluyeron con una demostración ante el rey y sus ministros, realizada en noviembre de ese año en San Lorenzo del Escorial.
La demostración fue un éxito, y el concepto de aerostato militar visto como prometedor. Sin embargo acabaría quedando en el rincón de proyectos olvidados.


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Ascensión de un montgolfière en Aranjuez en 1784 (obra de Antonio Carnicero)

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Ascenso del aeronauta italiano Lunardi en Madrid en 1793, repetición de una realizada el año anterior. Lunardi hizo demostraciones aeronáuticas a lo largo de varios países.


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Flavius Stilicho
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

2. La Ciencia en defensa de la “Patrie”.
Sería el estallido de las guerras revolucionarias el que diera un empujón definitivo a la aerostación militar. En 1793 la “defensa nacional” recae en el recién creado Comité de Salud Pública, que entre otras cosas se esfuerza por reclutar a los científicos franceses para la causa de la guerra. De hecho varios científicos que ya estaban involucrados en política, decidieron dar un paso atrás y centrar sus talentos en la investigación militar.
Fue el matemático Gaspard Monge el que propuso al Comité el explorar el concepto de aerostación, encargándose un primer informe al químico Guyton de Morveau, que ya tenía experiencia práctica en el tema.

Uno de los miembros del Comité de Salud Pública era el talentoso ingeniero militar Lazaré Carnot, que acabaría siendo apodado “el organizador de la victoria”, que apoyó con entusiasmo la idea. Así se decidió la creación de una comisión científica en la que aparte de los propios Monge y Guyton de Morveau figuraban otros académicos como el destacado químico Lavoisier.
La comisión determinó la viabilidad del uso del aerostato para misiones de observación, señalización y propaganda. Durante el sitio de Condé (abril-julio de 1793) ya había habido un intento fracasado de utilizar globos para enviar mensajes a la guarnición.
Para uso militar se acabó considerando más apropiado el globo (cautivo) de hidrógeno frente al “montgolfière” de aire caliente. El propio Lavoisier junto al teniente Meusnier había desarrollado en 1784 un nuevo método para obtener hidrógeno: haciendo reaccionar un flujo de vapor de agua con hierro metálico a través de un tubo de hierro incandescente calentado al fuego.

Una vez asentadas las bases por parte de la comisión de eminencias, tocaba elegir a un “ejecutor” capaz de llevar las ideas a la práctica. El elegido fue un modesto físico: Jean-Marie-Joseph Coutelle, de 45 años de edad. Tras un primer experimento, en el que Coutelle demostró que era capaz de fabricar suficiente hidrógeno como para inflar un globo en las Tullerías, se le dio el visto bueno para continuar adelante.
Como indispensable colaborador se incorporaría al proyecto algo más tarde el físico y químico Nicolas-Jacques Conté, que se centraría en en el diseño de “generadores” de hidrógeno y en la creación de un taller de fabricación de globos.
Como base de operaciones es elegido el château de Meudon, antigua residencia del Delfín. La elección de Meudon se debe a Choderlos de Laclos, comisario de guerra y experto en balística que ya se había apropiado de la residencia para realizar sus propios experimentos. A nivel anecdótico señalar que Laclos es mas conocido por ser el escritor de “Las amistades peligrosas” que por sus avances en la munición para obús.


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Jean-Marie-Joseph Coutelle (1748-1835).

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Nicolas-Jacques Conté (1755-1805).


La descomposición del agua para generar hidrógenos se hacía en un horno levantado a tal efecto. Conté sería el encargado de refinar el modelo de horno “generador”, que mas o menos acabó consistiendo en un horno en el que insertaban 7 tubos metálicos de 3 metros de longitud y 30 cm de diámetro en cuyo interior había unos 200 kg de limadura de hierro. El horno contaba con una especie de extractor para retirar el hidrógeno que previamente era purgado para eliminar el carbono, y parece que incluso tenía algún tipo de aparato para controlar la temperatura (algo muy avanzado para la época). A través de un tubo flexible se conectaba el horno con el globo, que se iba inflando lentamente.
El proceso para producir hidrógeno e inflar un globo era largo, pudiendo durar cerca de 36-40 horas según algunas fuentes; aunque otras reducen a unos más “cómodos” 15 el tiempo necesario para producir el hidrógeno para un globo.
No dejaba de ser un trabajo peligroso, rodeados de productos químicos y volátiles. Conté perdería el ojo izquierdo cuando un día una corriente de aire arrastró cierta cantidad de hidrógeno hacía una lámpara, produciéndose la consiguiente explosión.


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Horno “generador” de hidrógeno, esquema ilustrado por el propio Conté.

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Alimentando el fuego de un horno generador.


Las primeras pruebas se hicieron usando un globo requisado de entre los bienes de un “emigré”, que pronto hubo que reemplazar por globos ya producidos en el taller de Meudon.
El envoltorio del globo se realizaba con tafetán, rechazándose “decorarlo” con pintura o aplicar blanqueantes a la tela, con el objetivo de que el tejido conservara mejor su fuerza y resistencia. Eso sí, el tejido debía ser impermeabilizado (por ambos lados) con un barniz especial, para impedir la pérdida de hidrógeno.

Los globos, del tipo “l´Entrepenant”, eran esféricos con un diámetro de 27 pies (franceses) y 10.300 pies cúbicos de volumen. Están diseñados para ascender con dos hombres en una góndola hasta 300 metros de altura y llevar un lastre de 120-140 libras de peso. Se trataba de globos cautivos, que contaban en principio con dos cables que sujetaban 10 hombres en tierra, aunque se podía a su vez aumentar el número de cables hasta uno por persona en tierra. La comunicación entre el aerostato y la tripulación de tierra se hacía mediante señales simples indicadas por banderines de tres colores: rojo, blanco y azul; o bien mediante mensajes que se hacían descender por uno de los cables.

El modelo de globo esférico del Entrepenant, sería a la postre el triunfante; pero Conté experimentó con otros tipos de globos. Guyton de Morveau propone la construcción de globos con forma cilíndrica (de 19 pies de diámetro) terminada en dos semiesferas, forma que se confiaba fuera más apta para acompañar la marcha de los ejércitos. Se construyeron 3: le Martial, le Céleste y l´Emule. Sin embargo las pruebas de vuelo del modelo fueron un fracaso, al demostrarse difícil de manejar en el aire.
A su vez con l´Agile, se experimentaría con un globo elipsoide de 14 pies de diámetro. También se pensó en pequeños globos de 9 pies de diámetro para lanzar propaganda. Estos serían el experimental le Précurseur y los Svelte y le Vétéran.
Eventualmente se construirían en Meudon cerca de una docena de aerostatos: l´Agile, le Celéste, l´Emule, l´Entrepenant, l´Hercule, l´Industrieux, l´Intrépide, le Martial, le Précurseur, le Svelte, le Telémaque y le Vétéran.


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Ilustración de Conté dedicada al barnizado y revisado de la envoltura de un aérostato.

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Esquema del proceso de inflado del Entrepenant
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por lonesomeluigi »

Realmente interesante esos detalles de los comienzoas de la "aerostática" :dpm:
Mölders era conocido por su gran carácter. Sus hombres lo apodaron "Vati" (papaito), en reconocimiento a su actitud paterna hacia ellos y también por el cuidado que tuvo en su bienestar. Era una persona devotamente religiosa que exigía que todos los aviadores aliados capturados por aquellos bajo su mando fueran tratados civilmente, y que a menudo invitaba cuando podía a estos pilotos capturados a cenar con él.
"Era un táctico maravilloso. Mi admiración por él era ilimitada. Tenía un gran ingenio y una gran personalidad. Era el hombre con más principios que jamás haya conocido".
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

Gracias. La verdad es que tenía preparadas un par de láminas sobre el tema para poner en el foro de imágenes, pero buscando un poco de información por ahí para poner como comentario me ha parecido que era mas interesante dedicarles su propio hilo. Espero que sea de interés.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

3. 1794: Fundación y ascenso a la gloria.
El 2 de abril de 1794 se crea finalmente la compagnie d´aérostiers; formada inicialmente por un capitán (Coutelle), un teniente (Delaunay), un sargento mayor (Lhomond), un sargento, dos cabos y 20 soldados.
El ejército agraciado con la nueva compañía era el ejército del Norte (armée du Nord). Ya en octubre de 1793, Coutelle se había presentado en el cuartel general de dicho ejército, comandado por Jourdan, con una carta del Comité de salud pública. Un escéptico Jourdan se vio obligado a recibirle, aunque protestó que prefería recibir un “bataillon” (batallón) antes que un “ballon” (globo) acabaría aceptando la idea y realizó algunas observaciones acerca de “requisitos militares” para la nueva arma.

En cualquier caso, formada la compañía, ésta partió para el frente con su equipamiento y uno de los primeros nuevos globos: “l´Entrepenant” (el emprendedor). La compañía se dirige hacia la fortaleza de Maubeuge, situada a ambos lados del río Sambre y con el enemigo en una de sus orillas. Se instalan en el terreno de un colegio universitario y construyen un horno para producir hidrógeno. Para supervisar el debut de la compañía y asegurarse de que se cumplía la voluntad del Comité de salud pública, se presentó en Maubeuge el propio Guyton de Morveau.

El primer ascenso tiene lugar el día 2 de junio de 1794. Coutelle y el ayudante Radet ascienden con el objetivo de observar a las fuerzas enemigas (austriacas y holandesas) que asedian la ciudad. El primer ascenso en misión militar de un aerostato es acompañado por los gritos de ánimo de la guarnición y cañonazos de saludo. Fuera de la ciudad, el enemigo observa estupefacto al Entrepenant; muchos soldados no saben lo que es un globo e incluso correr rumores de brujería.
Mas allá del valor práctico militar de reconocer las disposiciones enemigas, el ascenso demuestra tener un incalculable efecto moral en ambos bandos. Efecto que está a punto de invertirse cuando en uno de los siguientes ascensos dos balas de cañón perdidas pasan cerca del aerostato; una rozando la góndola y la otra cerca de la parte superior de la cubierta. También se comprueban los peligros del viento y del hecho de ascender dentro de una ciudad, ya que el Entrepenant está muy cerca de chocar contra el campanario de una iglesia cercana.


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El ascenso sobre la ciudad de Maubeuge (en realidad era una fortaleza fortificada en su día por Vauban).

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La primera ascensión militar, sobre Maubeuge.


Tras los ascensos sobre Maubeuge, l´Entrepenant es requerido en Charleroi, a 45 kilómetros de distancia. Se considera poco practico desmontar todo el equipamiento ya instalado en Maubeuge y volver a empezar de cero en Charleroi, dado que requiere mucho tiempo volver a levantar un nuevo horno para inflar el globo. Por su parte l´Entrepenant está pensado como globo cautivo así que está fuera de cuestión simplemente dejarlo “volar” hasta su objetivo. Tampoco había un “carruaje” capaz de transportar el globo inflado.
La solución fue bastante pedestre, nunca mejor dicho. El Entrepenant fue conducido por su compañía, con los aerosteros sujetando sus cuerdas durante la marcha, y el globo flotando a una docena de metros por encima. Sin duda una curiosa visión y una penosa marcha para los miembros de la compañía.

El 24 de junio, frente a Charleroi, les esperaba un impaciente Jourdan, que había asumido el mando de varias fuerzas que se iban a convertir en el nuevo Armée de Sambre-et-Meuse en unos pocos días. Había iniciado una ofensiva contra los ejércitos aliados y quería mas información sobre la capacidad de resistencia de la guarnición aliada de Charleroi.
Coutelle realiza 3 ascensiones, acompañado en al menos una ocasión por el general Morlot, tomando buen detalle de las defensas de la ciudad. Al día siguiente, se lanza un ultimátum que la pequeña guarnición acepta sospechando que los franceses han podido observar su relativa debilidad e ignorantes de que hay tropas aliadas acudiendo a su rescate.


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Sacando al Entrepenant de Maubeuge

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Traslado del Entrepenant de Maubeuge a Charleroi



Tras su misión del 24, la compañía de aerosteros acompaña al cuartel general de Jourdan, ya que se prevé una inminente batalla con el ejército aliado del príncipe de Coburgo, que se aproxima a Charleroi. La batalla entre los dos grandes ejércitos tiene lugar el día 26 en Fleurus, y le da al Entrepenant una oportunidad única de tomar parte en una batalla campal; participación que le encumbrará a la fama.
L´Entrepenant realiza su ascenso en la batalla, con el general Morlot -del estado mayor- a bordo. Se anota lo que se puede distinguir sobre las disposiciones de los ejércitos y las notas son transportadas usando sacos de lastre que cuentan con un anillo para deslizarse por los cables; abajo esperan para transmitir la información al propio Jourdan. Cuando se requiere mover el aerostato, se usan unos banderines para indicar las direcciones.
Tras diez horas de batalla, Coutelle recibe la orden de realizar un nuevo ascenso pero en esta ocasión debe desplazarse hacia el ala derecha francesa para informar sobre su crítico estado. De hecho la compañía en su marcha hacia su nuevo punto de observación se cruza con algún que otro batallón en retirada. Cinco horas más tarde, la batalla acaba en victoria tras rozar los franceses la derrota al verse fuertemente presionados en ambas alas. Durante nueve de dichas horas, el aerostato ha estado en el aire anotando disposiciones y movimientos.

Queda la cuestión de hasta que punto fue el Entrepenant importante para la victoria francesa. Guyton de Morveau estaba convencido de que el aerostato había sido fundamental en la disposición de las fuerzas de Jourdan; y más de uno se llegó a convencer de que la batalla había sido dirigida desde el aire.
Sin embargo es discutible lo bien que se podían distinguir los movimientos de las diferentes tropas desde el aire rodeadas como estaban del caos y humo de una batalla. Jourdan relativizó la importancia del papel del aerostato en la batalla, aunque no dejó de dar una cierta muestra de gratitud: haciendo imprimir la figura de un globo a suerte de logo en las cartas oficiales del ejército. Más tarde llegaría a afirmar que al menos en una ocasión Morlot le había transmitido una información completamente errónea: que la derecha francesa estaba siendo victoriosa cuando en realidad estaba retrocediendo, y emitiría un informe negativo sobre la continuidad de los aérostiers al considerar sus servicios inútiles.
Coutelle afirmó que era lógico que ante algo nuevo se tendiera a exagerar su importancia pero defendió que a pesar del balanceo provocado por el aire fue capaz de reconocer cuerpos de infantería y caballería, parques de artillería y los movimientos en general de las masas de tropas. A su vez estaba convencido de que su aerostato “molestó” a los austriacos, al sentirse permanentemente vigilados y dio confianza a las tropas propias.


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El estado mayor francés, junto al “molino de Fleurus”, contempla los preparativos para la ascensión de Coutelle y Morlot.

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L´Entrepenant en el aire durante la batalla de Fleurus.


El Entrepenant siguió al cuartel general de Jourdan en la marcha del ejército hacia Bruselas. Por el camino se realizan varias ascensiones de observación, llegando a subirse el propio Jourdan el 4 de julio durante el combate de Sombreffe, deseoso de hacerse una idea con sus propios ojos de lo que se podía ver desde el cielo.
Poco después, el 6 de julio, se ven claramente las limitaciones del aerostato. Habiendo tomado campamento ante el mal tiempo, la tienda protectora del Entrepenant no resulta suficiente y el globo es arrastrado y acaba desinflado. A falta de un generador “móvil” de hidrógeno, toca regresar a Maubeuge, a reparar y repostar.

En septiembre el Entrepenant viajaría a Lieja. Allí también fue enviado para pruebas un aerostato cilíndrico experimental que demostró ser muy difícil de manejar, siendo retirado. Según la fuente que se consulte, el susodicho aerostato fue el Martial o el Celéste, siendo incluso probable que se llegaran a enviar los dos para pruebas.
En cualquier caso, el único aerostato operativo seguía siendo el Entrepenant, pero en su viaje de Lieja a Bruselas sufriría otro percance por lo que hubo que devolverlo a Meudon, quedando la compañía inactiva durante varios meses hasta recibir reemplazos. De momento lo único que pudo hacer es establecer un cuartel de invierno en la villa de Borcette (Burtscheid) donde se instaló un taller aerostático ya que se se pretendió hacer de la villa una base avanzada.


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Ilustración dedicada a la maniobra de un aerostato con dos o mas cables, así como muestra a un globo “en reposo” con una rudimentaria tienda protectora.

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Ilustración de Conté en la que se ve como montar una carpa protectora para un aerostato cuando éste descansa en tierra.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

4. 1795-1796: Ampliación y agrio descenso.
Ya unos días antes de la batalla de Fleurus, se había decretado la formación de una segunda compañía de “aérostiers”. Ahora el éxito, lleva a reforzarlos con la creación en octubre de la Ecole nationale aérostatique en el propio Meudon. Su director será Conté y la formaran 60 alumnos aérostiers, incluyendo los que ya se encontraban en Meudon para la formación de la nueva compañía.
Cada compañía pasa a estar formada por 54 hombres: 1 capitán, 3 tenientes, 6 suboficiales y 44 aerosteros.

La 2ª compañía está lista para activarse en marzo de 1795. Coutelle es llamado para hacerse cargo de su traslado al frente. Su destino es el ejército del Rin y el Mosela (armée du Rhin et Moselle), de Pichegru. Entre su equipamiento iba el reparado Entrepenant, y lo propio sería que hubiera contado un 2º globo, aunque es posible que de momento no hubiera ningún globo apropiado disponible.
La misión de la 2ª compañía es colaborar con las fuerzas francesas que bloquean la fortaleza de Mainz. La compañía elige la villa de Cretusnach para instalar su horno generador de hidrógeno y el taller de reparaciones. El sitio de Mainz, que había empezado a finales de 1794, se prolongaría hasta finales de octubre de 1795, sin éxito.

De los ascensos realizados ante Mainz -a lo largo de mas o menos un mes-, es famoso uno realizado por el propio Coutelle en un día de mal tiempo. Su aerostato es zarandeado de un lado para otro y los hombres que sujetan los cables en tierra se ven incapaces de hacerse con él. Se masca la tragedia, e incluso los austriacos mandan a varios oficiales bajo bandera de tregua a expresar su preocupación, quejándose de que se “obligue” a un oficial a arriesgar su vida de una forma impropia de las costumbres de la guerra. Al final, el tiempo se calma, y Coutelle puede descender tras hacer sus observaciones. Los propios austriacos le felicitan y le acabarían trasladando una invitación del mando austriaco a inspeccionar el cuartel general enemigo desde dentro a cambio de que les ilustre sobre aspectos técnicos de la aerostación, en concreto sobre el inflado del globo. Coutelle se muestra favorable a ello, pero para cuando llega la oportuna autorización ya era hora de retirarse de Mainz.
Tras retirarse de Mainz, la 2ª compañía se retira para establecer sus cuarteles de invierno en Frankenthal.


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Asedio de Mainz.

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Encuentro ente los aérostiers franceses y oficiales austriacos.


En 1796, la 2ª compañía seguirá acompañando al ejército del Rin, ahora dirigido por Moreau. Coutelle ha sido nombrado jefe de batallón y deja el mando directo de la compañía, trasladándose a Borcette para dirigir a ambas compañías. La compañía queda bajo el mando del capitán Delaunay.
Esa primavera, cerca de Mannheim, su aerostato -en principio el propio Entrepenant- es objeto de un sabotaje nocturno. Los centinelas oyeron una detonación y llamaron a las armas, encontrándose el globo agujereado. No encontraron a nadie, pero probablemente se trató de algún agente austriaco usando algún trabuco cargado de metralla que se infiltró a través de un río cercano.

En agosto se elevaran sobre Donauwörth para inspeccionar la disposición del ejército enemigo que se retirado a la otra orilla del Danubio. De ahí pasan a Augsburgo, para mas tarde unirse a la retirada del ejército del Rin hacia Estrasburgo, estableciéndose la nueva base de la compañía en la localidad de Mollsheim.


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Uniforme de un aérostier (R. Knötel). El equipamiento típico eran dos pistolas y sable.


Por su parte, la 1ª compañía, tras la marcha de Coutelle había quedado en manos del capitán Lhomond. Tras un periodo de inactividad y habiendo recibido dos nuevos aerostatos: Hercule e Intrépide, fue reasignada al ejército del Sambre para su campaña por el Rin (1795-1796). En dicho ejército se reencontró con Jourdan. Se realizan ascensiones en Mannheim, Worms y Ehrenbreitstein; en esta última ocasión Lhomond ascendió en su aerostato en medio de una lluvia de bombas.

Sin embargo se abate sobre ellos la mala suerte; acompañan al ejército hasta Würzburg, donde Jourdan es derrotado (3 de septiembre). Durante la retirada, la compañía es capturada. Los austriacos de paso se quedan con al menos uno de los globos aerostáticos galos como trofeo. Los aerosteros de la 1ª permanecen prisioneros hasta la firma del tratado de Leoben, al año siguiente.

El lugar de la 1ª compañía en el ejército del Sambre es ocupado por una reasignada 2ª compañía. Sin embargo la compañía va a permanecer inactiva en su base de Mollsheim durante la breve campaña de 1797. El nuevo comandante de dicho ejército, Hoche, no ve utilidad alguna en los aerostatos e incluso solicita desprenderse de dicha unidad. Parece que parte del problema es la mala opinión que se hace Hoche del capitán Delaunay, un competente constructor pero al que algunas crónicas califican de falto de energía para dirigir una unidad.


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La captura del Intrépide, según Karl von Blaas. Una alegoría en la que la cesta del aerostato aparece rodeada de otros trofeos de la batalla como banderas y armas capturadas.

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El capturado l´Intrépide expuesto en el Heeresgeschichtliches Museum de Viena. Hay voces discrepantes que indican que este globo sería en realidad su compañero: el Hercule.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

5. 1797-1799. Último intento de remontar y disolución.
Con la 1ª compañía capturada y la 2ª condenada al ostracismo, las esperanzas de la aerostación se trasladan a otros frentes diferentes al alemán.
Aunque no había una compañía asignada al ejército de Italia (armée d´Italie) de Napoleón Bonaparte; éste solicitó un globo aerostático para emplearlo en el prolongado asedio de Mantua. En diciembre de 1796 llega un destacamento de aerosteros con el Telémaque, el último aerostato construido en Meudon. Era capaz de montar en su cesta al menos tres personas, ya que se relata que ascendió en alguna ocasión con un aeronauta y dos generales. El Telémaque prestaría servicio hasta la rendición de Mantua en febrero de 1797. Su papel no parece que fuera excesivamente relevante pero al menos no le ganó la animadversión de Bonaparte, ya que iba a contar con los “aérostiers” en su próxima campaña.


Imagen
Ilustración de la rendición de Mantua (2 de febrero de 1797) en la que se puede observar a un globo que quiere representar al Telémaque. En realidad ese día, el globo no ascendió y tampoco tenía exactamente las características que se muestran.


Tras la paz con Austria, el proyecto de Bonaparte era emprender una expedición al “exótico” Egipto. Como parte del armée d´Orient, figuraba la ya liberada 1ª compañía de “aérostiers”. Al frente de ella marcha el propio Coutelle y junto él tanto Conté como Lhomond; o sea la plana mayor del cuerpo aerostático. Una expedición en la que también viajan un buen número de académicos de distintas disciplinas, en lo que no deja de ser una curiosa expedición científico-militar a mayor gloria de Francia.
Sin embargo la mala suerte sigue persiguiendo al cuerpo aerostático. Nada más llegar a la bahía de Abukir, el transporte Patriote naufraga (4 de julio de 1798) y con él se pierde invaluable material científico entre el que figura el material especializado de la unidad aerostática. Al menos un globo permanece a salvo en la nave insignia de la escuadra francesa: el Orient. Sin embargo al no tener los medios para levantar un taller operativo, permanece a bordo hasta que el Orient vuela por los aires durante la batalla naval del Nilo.
Privados de su material, los “aérostiers” lo más que lograran es lanzar al aire algún montgolfière de aire caliente, mas que nada para impresionar a los egipcios y celebrar festejos como el aniversario en 1799 de la batalla de Rivoli.
Eso sí, no se les va a permitir permanecer inactivos a unos hombres que no dejan de ser especializados. Durante su instancia en Egipto construirían obras necesarias para un ejército aislado como talleres, molinos.... Conté se dedica a diseñar una red telegráfica para el ejército mientras que Coutelle se dedica a recorrer Egipto como miembro de la Comisión de Artes y Ciencias, y entre otras cosas propone un método para transportar los obeliscos de Luxor a Francia, idea que sería recuperada 3 décadas más tarde.


Imagen
Expedición de Egipto: un “aérostier” (derecha) junto a un artillero y un “ouvrier”.


En enero de 1799, perdida ya toda ilusión por el valor de la aerostación, el Directorio suprime las compañías de aérostiers, aunque en el caso de la 1ª su disolución no se hará efectiva hasta su vuelta de Egipto en 1802. Los aérostiers no dejaban de ser un cuerpo extraño dentro del propio ejército, e incluso los ingenieros militares no acababan de verlos como algo propio para salir en su defensa.

A la disolución de los aérostiers, el aerostato Telémaque es enviado a la Escuela de ingenieros de Metz, junto a algunos miembros del antiguo cuerpo aerostático. La idea era preservar la aerostación en el más mínimo grado, manteniendo un globo con el que poder practicar. Sin embargo no hubo mucho interés en el tema y pronto los especialistas se marcharon de la academia y el Telémaque acabó abandonado.
En 1802 el material aeronáutico que queda en Meudon es vendido, y el aeronauta Etienne Gaspar Robertson compra el ilustre Entrepenant, con el que realizará varios ascensos.


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Uniformes de los “aérostiers”, según Liliane & Fred Funcken. El del centro correspondería a un aérostier en 1794, mientras que los de la izquierda corresponderían a los de la compañía que participó en en la expedición a Egipto. El oficial y soldado de la derecha, no serían propiamente aérostiers sino miembros del cuerpo de ingenieros, del que los aerosteros eran técnicamente parte.
Última edición por Flavius Stilicho el 27 Dic 2016, editado 1 vez en total.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Schweijk »

Muy curioso e interesante Flavius. :dpm:
"No sé lo que hay que hacer, esto no es una guerra".

Lord Kitchener

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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

6. Epílogo.
Como hemos visto no fue el propio Napoleón el que disolvió los “aérostiers”. Sin embargo su ascenso al poder no traería buenas perspectivas para recuperar la aerostación militar. La rapidez de movimientos que impulsaba Napoleón en sus ejércitos provocaba que todavía quedara más patente la escasa movilidad de un aerostato con sus complejos preparativos de puesta a punto y dificultad de moverse de un lado a otro. Ni siquiera parece que mereciera mucho la pena su existencia a cuenta de unos asedios de fortalezas que se preveían cada vez más escasos o al menos de menor relevancia frente a los movimientos de una dinámica Grande Armée en busca del grueso del ejército enemigo.
A Napoleón no dejaron de llegarle propuestas para usar globos como medios de invasión de Inglaterra; propuestas rechazadas con bastante tino tras consultar a asesores científicos como el propio Gaspard Monge.

En Dinamarca también jugarían con la idea de la aerostación militar. Hubo una propuesta para usar globos contra la armada británica en 1807, pero finalmente todo quedó en el uso de globos para llevar propaganda al otro lado de los estrechos daneses incitando a la población a alzarse contra los suecos.


Imagen
Famosa ilustración de la época en la que se especula con diversos y fantasiosos medios para invadir Inglaterra, incluidos globos.


Una de las ideas ofrecidas a Napoleón era la de construir dirigibles. Ya Meusnier en 1784 había jugado con el concepto de dirigible. Como tantos otros proyectos no llegó a nada, pero dio pie a que en 1812 el zar Alejandro se dejara convencer por el constructor alemán Franz Leppich (o Leppig) para construir uno. Leppich aseguró que podía construir un dirigible (impulsado manualmente) capaz de llevar a 50 hombres y bombardear al enemigo. Mas de uno vio en el dirigible un arma ideal para atacar al propio Napoleón si se localizaba su cuartel general en campaña. Se reunieron a cerca de 500 trabajadores en un campamento fuertemente custodiado para mantener el secreto, pero todo el proyecto acabó en un enorme fracaso -el prototipo fue incapaz de despegar- y una importante pérdida de dinero para el tesoro zarista.

A pesar de todo, un último globo militar se llegaría a alzar en Francia en 1814. El veterano Carnot, en su día uno de los padrinos de la aerostación militar, fue puesto a cargo de la defensa de Amberes por parte de Napoleón. Para conocer mejor las intenciones de los sitiadores, Carnot se haría construir un globo dentro de la propia ciudad.


Imagen
Reconstrucción del dirigible de Leppich.


Bibliografía & enlaces.
Airships, past and present – A. Hildebandt (1908)
Les aérostats – L. Figuier (1882).
La campagne de 1794 à l'armée du Nord – VV.AA. (1905)
Les aérostiers militaires – G. Bethuys (1889).
Swords around a Throne; Napoleon´s Grande Armée - J.R. Elting (1997)
Taking Flight: Inventing the Aerial Age, from Antiquity through the First World War – Richard P. Hallion (2003).
http://napoleon-monuments.eu/ACMN/Coutelle.htm
http://www.realcolegiodeartilleria.es/w ... globo.html
Última edición por Flavius Stilicho el 27 Dic 2016, editado 1 vez en total.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

Gracias Schweijk. Es un placer que hay sido de interés.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por APV »

Si los globos tenían un problema claro sobre todo a medida que el ejército francés más libre de las estrategias del S. XVIII adopta la maniobra como su elemento clave. Para un asedio podían servir, pero no podían seguir el ritmo del ejército y sobre todo de la caballería ligera para la exploración; en especial con un Napoleón que tiene a sus ejércitos en continuo movimiento a gran velocidad para superar a sus enemigos.

Se recuperarían los globos en guerras más fijas como el asedio de Paris en 1871, las guerras de trincheras,... y con el desarrollo de sistemas de inflado más rápidos y móviles.

Flavius Stilicho escribió:Se masca la tragedia, e incluso los austriacos mandan a varios oficiales bajo bandera de tregua a expresar su preocupación, quejándose de que se “obligue” a un oficial a arriesgar su vida de una forma impropia de las costumbres de la guerra. Al final, el tiempo se calma, y Coutelle puede descender tras hacer sus observaciones. Los propios austriacos le felicitan y le acabarían trasladando una invitación del mando austriaco a inspeccionar el cuartel general enemigo desde dentro a cambio de que les ilustre sobre aspectos técnicos de la aerostación, en concreto sobre el inflado del globo. Coutelle se muestra favorable a ello, pero para cuando llega la oportuna autorización ya era hora de retirarse de Mainz.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Lutzow »

Magnífico e instructivo trabajo, hay que ver lo que puede dar de sí una lámina... :dpm:

Saludos.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Monteger »

Excelente esta información, habrá que discutir la efectividad de los globos. Muy buena la información Flavius ha sido un placer leerte.

Saludos. :lol:
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Sir Weymar Horren »

Un tema delicioso. Felicidades :dpm:
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

Gracias a todos por el interés.
APV escribió:Si los globos tenían un problema claro sobre todo a medida que el ejército francés más libre de las estrategias del S. XVIII adopta la maniobra como su elemento clave. Para un asedio podían servir, pero no podían seguir el ritmo del ejército y sobre todo de la caballería ligera para la exploración; en especial con un Napoleón que tiene a sus ejércitos en continuo movimiento a gran velocidad para superar a sus enemigos.

Se recuperarían los globos en guerras más fijas como el asedio de Paris en 1871, las guerras de trincheras,... y con el desarrollo de sistemas de inflado más rápidos y móviles.
Así, es; los globos están fuera de su época tal como eran. En épocas anteriores en que los movimientos de los ejércitos eran mas pausados y la lucha por fortalezas mas común e importante, podrían haber jugado un papel reseñable a pesar de su lentitud estratégica. El Entrepenant tuvo mucha suerte de poder asistir a la batalla de Fleurus, pero la situación que lo propició iba a ser cada vez mas una anomalía en vez de algo probable.
Si no me equivoco también fueron utilizados globos ya durante la Guerra Civil americana, contando con generadores móviles para poder inflar en el campo de batalla. Lo que no se es hasta que punto fueron considerados o no útiles dichos globos.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por APV »

Un detalle, no olvides a Sophie Blachard, aeronauta de los festejos oficiales y jefa del ministerio del aire de los globos, nombrada por Napoleón tras el fallo de Garnerin en su coronación. Parece que se opuso también a los planes de invasión aérea porque los globos podían fallar por el viento.

En la Guerra de Secesión hubo momentos en que dieron buen servicio (Lowe no lo hizo mal), pero al estar en manos civiles y el desinterés de algunos mandos acabó con ellos.
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Re: Compañías de “aérostiers” (1794-1799)

Mensaje por Flavius Stilicho »

APV escribió:Un detalle, no olvides a Sophie Blachard, aeronauta de los festejos oficiales y jefa del ministerio del aire de los globos, nombrada por Napoleón tras el fallo de Garnerin en su coronación. Parece que se opuso también a los planes de invasión aérea porque los globos podían fallar por el viento.
Buen apunte. Sophie Blanchard era todo un personaje, convirtiéndose en la aeronauta "oficial" de Francia durante el Imperio y la Restauración. Aunque su cometido era preparar y participar en el componente "aéreo" de los festejos oficiales, acumuló una enorme experiencia práctica en aerostación realizando además de "vuelos de entretenimiento" otros tanto a gran altitud como a gran distancia. Muy cercana a Napoleón, no es extraño que fuera una de las personas de las que se recabara su opinión.
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