El edificio llamado “La Periquera”, conocido hasta entonces como “Casa Rondán” por el apellido de su propietario, está situado frente a la céntrica Plaza de Armas de la ciudad de Holguín, capital de la provincia del mismo nombre, en el este de Cuba.
La noche del 29 al 30 de octubre de 1868, al comienzo de la llamada Guerra Grande o Guerra de los Diez Años, las fuerzas insurgentes cubanas dirigidas por Amadeo Manuit y Julio Grave de Peralta iniciaron el asalto de Holguín, ocuparon posiciones alrededor de la ciudad y enviaron parlamentarios para entrevistarse con el teniente gobernador, Francisco Camps y Feliú, y exigirle la rendición; cuando este se negó tajantemente comenzó el ataque.
Los mambises encontraron una fuerte resistencia en el centro de la ciudad y a pesar de su superioridad numérica fueron rechazados con gravísimas pérdidas, quedando sus fuerzas dispersas tras un contraataque español con epicentro en la Plaza de Armas. Ante semejante descalabro los insurgentes se retiraron con intención de reorganizarse.
El 17 de noviembre los independentistas volvieron a la carga con más hombres y nuevos bríos y tras una lucha encarnizada lograron controlar la mayor parte de la ciudad, incluyendo uno de los dos puntos fuertes de la defensa española, la iglesia de San José, con lo cual quedó como principal núcleo de resistencia la “Casa Rondán”.
Los defensores de Holguín pertenecían en su mayor parte al Cuerpo de Voluntarios que en aquellos tiempos no tenía un modelo común de uniforme (más adelante adoptaron el famoso “rayadillo” al igual que el resto de las tropas españolas en Cuba); por aquel entonces sus unidades solían lucir uniformes rojos, azules o verdes, con los vivos de los cuellos y bocamangas también en tonos diversos, además se adornaban con escarapelas con los colores de la bandera de España; por ese motivo se dice que los independentistas gritaban a los sitiados: "¡salgan de la jaula, pericos!", relacionando sus vistosos uniformes con el plumaje de dichas aves y, al parecer, desde aquel momento la casa comenzó a ser conocida popularmente como “La Periquera”.
Los insurrectos situaron cuatro cañones frente a la casa y la bombardearon insistentemente pero no consiguieron abrir brecha; el 24 de noviembre tuvo lugar una conferencia entre Manuit y Camps sin que se llegara a ningún acuerdo. El líder independentista Carlos Manuel de Céspedes decidió sustituir a Amadeo Manuit por el dominicano Luis Marcano, el 2 de diciembre este llegó a Holguín para intentar lo que su antecesor no había conseguido.
El 4 de diciembre, en celebración del día de Santa Bárbara, los mambises volvieron a cañonear sistemáticamente “La Periquera” y ante la falta de resultados se cuenta que su propietario, el septuagenario Rondán, decía orgulloso: "tiren, tiren, qué no se cae".
Como último recurso y dado que las descargas de artillería y de fusilería no daban resultado, los atacantes lanzaron objetos incendiarios contra el edificio pero no lograron que las llamas se propagaran.
Finalmente, el 6 de diciembre, ante las noticias de que los españoles habían desembarcado refuerzos en Gibara con el propósito de socorrer a los sitiados, Marcano y Grave de Peralta ordenaron la retirada sin haber podido conquistar “La Periquera”.
Terminado el Sitio de Holguín, Francisco Rondán calculó el coste de los daños a su casa en unos doce mil pesos de oro que reclamó al gobierno español. El gobierno colonial asumió entonces la tarea de reconstruir el edificio y además alquiló el ala izquierda como sede de la Casa de Gobierno, función en la que permaneció durante largos años; actualmente es Monumento Nacional y Museo de Historia.
"La Periquera" de Holguín.
Uniformes de los voluntarios españoles en Cuba en 1868.
