Resultado de imagen de leyenda negra

La Leyenda Negra es un conjunto de relatos que sobre la historia de España han difundido personajes, españoles y extranjeros, y aunque no siempre fuese su intención, han contribuido a la creación de una leyenda negativa para un país, que menoscaba la reputación de un país.

Estos relatos, están basados en exageraciones y tergiversaciones sobre la política seguida por España, principalmente en la época en que mayor poderío económico y militar tuvo su Imperio. 

La Leyenda Negra, no es sólo una visión negativa de España y de los países hispánicos que se difunde en Europa durante la Edad Moderna, sino que se ha transformado en parte del imaginario colectivo vigente en la cultura hoy dominante en Occidente. Más aún, se ha producido por ello una “interiorización” de la misma en España e Hispanoamérica, una asunción por nuestra sociedad de muchos de los postulados falsamente históricos sobre nuestro propio pasado en que tal imagen se fundamenta.

Esta pervivencia y generalización de la Leyenda Negra, resulta un elemento perturbador en el conocimiento de nuestra propia Historia, y como tal, un elemento negativo en el desarrollo de nuestra sociedad en aquellos aspectos que implican un trasfondo histórico, y al mismo tiempo es un factor perjudicial en las relaciones de España con los pueblos hermanos de América, e incluso en las relaciones con otras potencias, como se demostró en los últimos problemas jurisdiccionales o territoriales sufridos por España.

La Leyenda Negra sobre España, se complica cuando hay por medio multitud de proyectos históricos enfrentados, más si éstos son de naturaleza política, pero aún más si cabe, cuando distan en el tiempo y son transplantados a la política actual.

Esta puede ser una de las principales claves para entender por qué en muchos países iberoamericanos se abandonan los proyectos políticos que apelen a la unidad hispana.

La Leyenda Negra, hoy día, es un lastre fundamental para la posible confirmación de una política española estable en el Continente Iberoamericano, la cual menoscabaría la labor de dos siglos de política “intervencionista” estadounidense.

La mayoría de los autores, reconocen que España, era un Imperio con influencias políticas en multitud de países. Pero además de ser el primero, era “generador” de civilidad, es decir, que como anteriormente los romanos, pretendía extender su modo de vida al resto de los países, y en especial a los territorios americanos recién descubiertos.

En este contexto, desde 1992 (V centenario de la llegada de Colon), ha surgido con fuerza un movimiento indigenista, fuertemente apoyado por la “leyenda negra”, con interés político, y algunos fundamentalismos democráticos.

¿Imperio español?

Felipe II y los posteriores reyes de España no fueron emperadores, dado que en la época, en Europa sólo se reconocía como "Emperador" al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Carlos V, gastó mucho dinero para ser elegido, pero el título no era hereditario. Cuando murió Carlos V, su hijo Felipe II heredó Borgoña, los condados italianos, el reino de las dos Sicilias y las colonias americanas, pero el título imperial derivó hacia los hijos de Fernando II, hermano de Carlos V, que reinaba en las posesiones alemanas de los Austrias.

Sin embargo, las argumentaciones de los enemigos de España no carecían de lógica, al reinar en el trono de España, el rey controlaba muchos territorios, en América y en Europa, es decir, como reza la Real Academia de su lengua en su Diccionario era “imperio” .

Pero las bases humanas en las que se asentaba el “imperio” eran muy débiles. La población de los dos reinos peninsulares era minúscula, en comparación con la de potencias europeas. Hacia 1600, España no llegaba a los 6 millones de habitantes, mientras que Francia se situaba en los 20 millones, e Inglaterra rondaba los 12 millones de habitantes. Además de la creciente despoblación derivada de la emigración a las nuevas colonias.

El “problema” judío. ¿Xenofobia?

La Inquisición Medieval, de la que derivan todas las demás, incluída la española, fue fundada en 1184 en Francia para combatir la herejía albigense . Otro hecho medieval inquisitorial francés (últimamente con creciente fama) fue el proceso contra la orden religiosa-militar de los Templarios .

La Inquisición Española, se instituyó para mantener el orden público en una época en la que la moral estaba íntimamente unida a la religión . En 1478, cuando la reconquista estaba casi terminada, los Reyes Católicos pidieron al papa la instauración en España de un Tribunal independiente de dicha institución. La iniciativa partió de los que luego serian llamados “cristianos nuevos” (conversos del judaísmo), que querían evitar las presiones que sobre ellos ejercían los judíos no convertidos, para así no verse envueltos en las revueltas cada vez más numerosas.

También resulta curioso, cuando se critica la acción de los RRCC sobre la expulsión de los Judíos, que España había recibido hebreos previamente expulsados de otros países, por lo que la problemática se acrecentó. Dado que la mayoría de los judíos no quisieron convertirse (y en la época era importante una unión religiosa para evitar que ciertas diferencias morales, canalizadas entonces a través de la religión, fueran fuentes de conflictos sociales para estados cada vez más centralizados), la única solución fue, emulando otros países, la expulsión de 1492, que además fue aplaudida por el resto de potencias de la época.

Las cifras de la expulsión, han constituido una autentica polémica. Las limitaciones de las fuentes, las conversiones y los retornos dificultan los intentos de precisar el volumen de judíos expulsados. Por lo cual existe mucha disparidad entre los historiadores.

La pérdida demográfica, que significó la expulsión fue muy relevante, aproximadamente entre un 2 y un 3 por 100 de la población conjunto de las coronas de Castilla y Aragón, además, es de destacar la desigual incidencia que tuvo en los distintos territorios.

Frente a los historiadores que ven el antisemitismo español, y los decretos de “limpieza de sangre” el origen del racismo, hay que destacar que España estaba igual que el resto de países, y su expulsión en un punto temporal intermedio , incluso tardío. La grafica demuestra que las expulsiones fueron llevadas a cabo anteriormente a España por los principales argumentadores de la crítica a España.

El odio económico cultural a los judíos en Inglaterra, se manifiesta mucho más temprano que en España. En 1290, Eduardo I acabó por expulsar los dieciséis mil judíos de las islas.

En Francia se extorsionó económicamente a los judíos, tras ello eran expulsados, para posteriormente volver a permitirles la entrada. Este proceso lo llevaron a cabo tres reyes de Francia, Felipe Augusto (1181), Felipe el Hermoso (1321) y Luis X (1394).
En Sajonia fueron expulsados en 1349.

En Hungría (1092) los judíos controlaban la recaudación impositiva del país, lo que les confería excesivo poder para el gusto del monarca. En 1360 fueron expulsados, se les dejó regresar y en 1582 fueron expulsados nuevamente.

En Bélgica fueron expulsados en 1370, unos pocos se asentaron nuevamente en 1450.

Fueron expulsados de Praga en 1380, muchos volvieron en 1562. En 1744 Maria Teresa los expulsó nuevamente.

En Austria fueron expulsados en 1420 por Alberto V.
En Europa, en contra de lo sucedido en España, se expulsó a los judíos sin permitirles la “conversión” .

La siguiente cronología grafica demuestra la realidad antijudaica que imperaba en Europa, de la que España no era “primera línea”.

También han sido acusados los estatutos de “limpieza de sangre” españoles como “racismo en la edad moderna”. Esto es simplemente propaganda, ya que los conceptos que regían la secesión social de la España moderna no estaban basados en la pseudo-ciencia racista, como en los siglos XIX y XX. Así pues, no puede considerarse que sean el germen del racismo posterior.

No obstante, cabría destacar que los judíos eran tratados con desprecio por todos los países de la época, lo cual encontraba adecuado y lógico la mayor parte de la población.

De hecho, cabe destacar la representación que hace de ella el eminente literato británico, William Shakespeare, en su obra “el Mercader de Venecia”. Donde Shakespeare (en su comedia, que así es catalogada), nos retrata la Venecia del siglo XVI, considerada una ciudad-estado de las más poderosas y liberales de Europa. Shakespeare, también nos retrata a los judíos que eran obligados a vivir en un ghetto amurallado fuera de la ciudad, y durante el día debían llevar un sombrero rojo para identificarlos.

Así pues, William Shakespeare nos introduce con “El Mercader de Venecia” en aspectos históricos, culturales y sociales de la propia Inglaterra de la época, como son la discriminación racial hacia los judíos, la discriminación sexual de la mujer, la legalidad de las acciones estado, la venganza, la represión religiosa, la diferencia entre las clases sociales. El tema principal de la obra es el odio vengativo que un judío (Shylock) siente hacia un cristiano (Antonio), refleja el antagonismo entre las religiones judía y cristiana .

No obstante, cuando se habla de “expulsión de los judíos” e intolerancia, siempre sale como primera y principal referencia la expulsión española.

Simple búsqueda Web :
Aproximadamente 751.000 de EXPULSION JUDIOS ESPAÑA. (0,34 segundos)
Aproximadamente 69.900 de EXPULSION JUDIOS FRANCIA. (0,32 segundos)
Aproximadamente 30.600 de EXPULSION JUDIOS INGLATERRA. (0,29 segundos)

Pero no solamente en castellano, que podría ser achacado a la tradicional autocrítica española, aunque ciertamente se observa un aumento considerable de entradas sobre las otras potencias.

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about 313,000 for JEWISH EXPULSION BRITAIN. (0.23 seconds)

La otra expulsión española que ha traído grandes críticas ha sido la expulsión de los moriscos.

Los moriscos, buscaban alianzas con los otomanos (o con Francia) e incluso apoyaban las razzias de los piratas berberiscos. El fin deseado por los moriscos era reconquistar la Península . La situación del Levante Español, se hacía insostenible. Finalmente, fueron expulsados por Felipe III, aunque fuese a su pesar y medio despoblando la zona.

La Inquisición

Como hemos dicho en el punto anterior, la inquisición estaba presente en toda Europa, y la Española no fue la primera, pero como reza la frase de Julián de Juderías:

"La fama del Santo Oficio español, tal como fue instituido por Fernando e Isabel, a finales del siglo XV a tendido a ocultar a los ojos de la mayoría el hecho de que el Santo Oficio actuaba en muchos otros países además de en España y de que existió mucho antes del siglo XV."

Su origen, habría que buscarlos en el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense .

Así pues, ya en 1231 queda constituido en Roma el tribunal de la Inquisición, o del "Santo Oficio" y su constitución fue encomendada la orden dominica. El primer inquisidor había sido Domingo de Guzmán quien predicó ante los albigenses ya en 1208.

Es de destacar, que el rey de Aragón, Pedro I, (donde se había extendido la herejía albigense) murió en la batalla de Muret, en 1213, frente a las fuerzas cruzadas comandadas por Simón de Montfort (general francés). Es irónico, constatar que Pedro I, que había participado en la cruzada de las Navas de Tolosa, moriría a manos de otros cruzados defendiendo a sus vasallos albigenses.

La Inquisición Española duró 356 años, y “ajustició” en la hoguera a la no poco impresionante cifra de unas 2.000 personas, la mayoría de ellos judíos, y en los primeros años. También se ejecutó (sin contar los ajusticiados en efigie) a unos 280 moriscos, 150 protestantes, 130 acusados de sodomía y tan solo a una treintena de “brujas” .

No obstante la creación de estadísticas en el caso de las condenas por la inquisición es especialmente difícil, ya que no es posible evidenciar un numero real, ya que los estudiosos han barajado multitud de cifras, por ejemplo, los números que da Llorente (ex secretario inquisidor de la época napoleónica) son evidentemente exagerados . Habla de trescientos mil, pero Henri Charles Léa, no menos desfavorable a la Inquisición que él, lo desmiente tras cuarenta años de minuciosos estudios. Por su parte, Testas habla de dos mil condenados a muerte sobre cien mil casos juzgados durante los quince años del inquisidor más famoso de la “leyenda” Fray Tomás de Torquemada.

Los historiadores modernos, han emprendido el estudio de los fondos documentales de la Inquisición. En los archivos de la Suprema, actualmente en el Archivo Histórico Nacional, se conservan, en los informes que anualmente debían remitir todos los tribunales locales, las relaciones de todas las causas desde 1560 hasta 1700. Ese material proporciona información de 49.092 juicios, que han sido estudiados por Gustav Henningsen y Jaime Contreras. Según los cálculos de estos autores sólo un 1,9% de los procesados (menos de 1.000) fueron quemados en la hoguera. Este dato habría que extrapolarlo y ponderarlo frente a los procesos no documentados ya que anteriormente a 1560, tan solo se guardaban en los tribunales locales, y en el paso del tiempo han ido desapareciendo. García Cárcel estima que el total de procesados por la Inquisición a lo largo de toda su historia fue de unos 150.000. extrapolando el porcentaje de ejecutados que aparece en las causas de 1560-1700 (1.9%), se arroja una cifra aproximada de 3000 víctimas mortales. Sin embargo, muy probablemente esta cifra deba corregirse al alza si se tienen en cuenta que los porcentuales del primer periodo de los tribunales de Toledo y Valencia, son mas abultados (judaizantes y moriscos). Es probable que la cifra total esté entre 3.000 y 5.000 ejecutados, o incluso pueda llegar a los 7.000.

Sobre los procedimientos de acusación, detención y enjuiciamiento hay que decir, entre otras muchas cosas que, en contra de la leyenda, no se solían usar aparatos de tortura. Esta maquinaria pertenecía a los tribunales civiles, utilizada contra criminales ordinarios. La inquisición era, en los estándares de la época, muy cuidadosa en el trato de los acusados . Sólo en casos muy contados se aplicaba tortura y con atención médica. Y si, en estos casos, los encausados no confesaban, no se les juzgaba. También cabe destacar que al contrario de la Inquisición en otros países, el proceso contaba con “garantías judiciales” y el acusador o delator, podía a su vez pasar a ser acusado por vía ordinaria si se demostraba mala fe.

Pero lo más destacable es que la Inquisición Española evitó que estallasen conflictos de religión, que asolaron otros países.

Otras inquisiciones, y persecución religiosa por “tribunales civiles”.

En España, como hemos comentado, el miedo a la inquisición evitó los disturbios religiosos.

En el caso de las persecuciones por religión en el resto de Europa, existe aún un mayor problema con las fuentes, ya que en ningún momento existió un centro de la Administración de las “justicias” protestantes, y en el caso francés aun es mayor el caos, ya que hubo varios movimientos semi-populares heréticos, que incluso llegaron a ostentar poderes terrenales, “un estado dentro del estado”, dando lugar a una guerra civil.

En Francia, en la noche de San Bartolomé las luchas entre hugonotes y católicos se llevaron 15.000 protestantes. En el reinado de Luis XIV se persiguió a los calvinistas, a los que se les quitaban los hijos para educarlos en el catolicismo. Durante el reinado de Luis XV, a los protestantes se les castigaba “a galeras” .

En Inglaterra, Enrique VIII en virtud de la Ley de Supremacía, fue reconocido cabeza de la Iglesia y obligó a sus súbditos a convertirse al anglicanismo . Así, El Acta de traiciones, convirtió en alta traición, castigada con la muerte, desconocer la autoridad del Rey, que ordenaba la conversión . Se calcula que “ajustició” a unas 200.000 personas (principalmente tras la revuelta catolicista de la “peregrinación de gracia”, 40.000 “traidores” ). Cromwell, redujo la población católica irlandesa a la esclavitud . Así pues, la dominación de Cromwell en Irlanda, tuvo como consecuencia la muerte o exilio de más de 600.000 personas, cerca de un tercio de la población anterior al dictador. Aun así, los puritanos y presbiterianos consideraban que la Iglesia de Inglaterra no era “suficientemente” protestante.

En Alemania, Lutero incitó a los campesinos a la rebelión religiosa, que después fueron reprimidos. Mueren aproximadamente cinco mil campesinos luteranos . En las represiones de Suabia, Turingia, Franconia y Alsacia mueren más de 100.000 personas, incluidos caballeros de baja nobleza .

El régimen de Calvino en Suiza vigilaba también la religión de los súbditos. Así pues, Calvino no dudó en dirigirse a Eduardo Seymour para exhortarle a “reducir a los hombres a la pura obediencia de Dios” y a “reprimir por medio de la espada” no sólo a los anabaptistas sino a los católicos que quisieron “apoyar las basuras y abominaciones de su ídolo romano”. Mandó a la hoguera a más de 500 personas . Aquí hay que hacer mención del español Miguel Servet, que había sido convencido por la propaganda de la “libertad” protestante). En Holanda, el calvinismo, destruyó más de 400 conventos e Iglesias, matando a cuantos católicos encontró .

Así, podemos trazar un esquema de la represión religiosa en Europa, haciéndonos una idea de la situación convulsa en la que se vivía, a la que España no era ajena, pero dista mucho del hecho presentado con “realidad” de la “leyenda negra”.

Datos de población extraídos de:
http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2010.htm

Brujería

En el caso de la brujería, existe tanta confusión de datos como sobre la Inquisición, con la que esta evidentemente emparentada.

No hace aún mucho tiempo, que los historiadores coincidían en culpar a la Inquisición del surgimiento de la persecución de la brujería. Joseph Hansen eminente historiador, estableció que la primera quema de una bruja habría tenido lugar en 1275, cuando la Inquisición de Toulouse condenara a una tal Ángela de la Barthe por haber comido carne de niños y tenido relaciones con el demonio. De hecho de este autor surge la idea de que la Inquisición, tras haber exterminado a cátaros, valdenses y templarios, se volcó sobre las brujas para no quedarse inactiva. La investigación más reciente, ha demostrado algo totalmente distinto. Todos los datos sobre la sangrienta caza de brujas en el sur de Francia se remontan a un libro de divulgación escrito por el novelista francés Lamothe-Langon (1829). A mediados de la década de 1970, dos historiadores Cohn (1975) y Yieckhefer (1976), independientemente uno de otro, demostraron que las fuentes medievales presentadas por Lamothe-Langon jamás existieron, sino que las había inventado para dar veracidad a su obra. En realidad, el primer proceso por brujería que está documentado tuvo lugar en Kilkenny, Irlanda, entre 1324 y 1325 .

Los primeros aunque escasos informes validados actualmente datan de 1360. Y no fue la Inquisición, quien inició la persecución, sino la justicia civil en Suiza y Croacia. Parece ser, que la legalización de la caza de brujas tuvo su origen en las exigencias del pueblo, que presionaba a dichos tribunales civiles. Se trataba sólo en parte de una acción eclesiástica contra la herejía, principalmente se trataba de un fenómeno de histeria colectiva, que convirtió la magia y la superstición en un delito. Así pues, en los estudios recientes se demuestra que en realidad, de un cálculo aproximado de 1000 causas, el 63% era juzgado por las autoridades civiles, el 17% correspondería a tribunales episcopales, mientras que el 20% correspondería a la Inquisición . Existen multitud de estudios, sobre la persecución de la brujería, pero dado que uno de los principales y que aun no ha sido contestado, nos centraremos en el realizado por los profesores Jerouscheck y Behringer, titulada “Der Hexenhammer” en 1998, que incluye sus trabajos sobre “La densidad de persecución de brujas en Europa” y la traducción del libro “El Malleus Maleficarum” , o “Martillo de las Brujas”.

La Inquisición española vió en la mayor parte de los casos que se le presentaban de brujería (menos en el caso de Burgos donde murieron 34 personas), superstición y locura, mientras las Inquisiciones Europeas, veían en ellas posesiones demoníacas y adoración satánica. De hecho, y como ejemplo esclarecedor estaría el hecho del problema que se encontraron los teólogos españoles sobre el supuesto vuelo de las brujas. Según la noción popular sobre brujería, el alma de la bruja abandona el cuerpo, que yace como sin vida. Esta explicación era inaceptable para los teólogos. Puesto que si una persona no esté muerta, el alma y el cuerpo son inseparables. Si el demonio fuese capaz de extraer el alma del cuerpo de la bruja y devolverla luego a éste, junto con su vida, sería un milagro comparable al milagro de la Resurrección.

Por el contrario, Lutero resultaba un claro partidario de la pena de muerte para la brujería, especialmente con las mujeres (misógino). En su prédica del 6 de mayo de 1526, Lutero afirma cinco veces “deben ser ajusticiadas”.

Sin embargo, en la actualidad se ve en muchos casos el interés político de represión de clase, o de adversarios políticos.

En Francia, "los demonios de Loudun" (1634), el sacerdote Urbain Grandier fue acusado de brujería por las monjas ursulinas. En este caso hubo claras motivaciones políticas, ya que Grandier, era un conocido opositor al cardenal Richelieu. El acusado murió en la hoguera tras haber sido torturado.
En Inglaterra, Matthew Hopkins en los condados de Suffolk y Essex, entre los años 1644 y 1646, en plena Guerra Civil Inglesa, se calcula que Hopkins envió a la muerte a unas 200 brujas.

En Nueva Inglaterra, es famoso el proceso donde los puritanos de Salem en 1692, “ajusticiaron” a 200 personas de una aldea.

En Friul, en el norte de Italia, tuvieron lugar entre los años 1575 y 1580, varios procesos a miembros de una secta conocida como los "benandanti", que afirmaban ser cazadores de brujas.

Los territorios que sufrieron con mayor intensidad la caza de brujas fueron los sometidos a la autoridad del Sacro Imperio Romano Germánico, para los cuales se barajan cifras de entre 20.000 y 30.000 ejecuciones. En Bamberg (Alemania) se “ajusticiaron” por delito de brujería 600 personas, en Wurzburgo (Alemania, también) 900, y en Ginebra (Suiza) 500, y en el resto de la confederación helvética aproximadamente 10.000. En Lorena, un solo juez se enorgullecía de haber condenado a muerte a 800 brujas .

El historiador Levack ha calculado para Escandinavia mas de 5.000 procesos.

En Reino Unido, durante los reinados de María Tudor y Jacobo I fueron “ajusticiadas” por brujería 17.000 personas en Escocia y 40.000 en Inglaterra.

En Francia, el Parlamento de Toulouse sentenció en un solo proceso a 400 brujas.

Aunque el listado es mucho más largo. En el caso francés, estos procesos fueron llevados a cabo por una Inquisición Católica.

Pero todas estas cifras de procesos y ejecuciones no ponen de manifiesto hasta qué punto fue un hecho de medidas desproporcionadas y la presión que llegó a ejercer.

Así mismo resulta interesante y esclarecedor el trabajo de Behringer.

La densidad de persecución de brujas en Europa (Behringer, 1998)

La conquista de América. Trato a los indígenas.

Para entender la forma de Conquista española de América, hay que contextualizarla. Los odios entre las tribus, que se encontraron los conquistadores, fueron el principal factor para que Cortés o Pizarro pudiesen conquistar tan vastos territorios con tan pocos medios humanos y materiales.

Está muy difundido el tópico de que la conquista española de América se logró con facilidad gracias a la superioridad tecnológica de las armas de fuego, las armaduras y los caballos, lo que es por completo falso.

Las armas de los siglos XVI y XVII no otorgaban a los europeos superioridad tecnológica contra los indios, menos aún contando con la inferioridad numérica con que lucharon los conquistadores.

Las desventajas de utilizar las pesadas armaduras en un clima tropical eran tan grandes, que los conquistadores usaron las protecciones rellenas de algodón a la manera Azteca, como la que se ve en el dibujo a la derecha.

Lo que no se suele tratar tanto, es el uso de perros de guerra , hecho que también supuso para los indígenas un choque, ya que ellos los usaban de ganado.

Los nativos conocían mejor el terreno, eran más numerosos y con frecuencia pertenecían a culturas que practicaban la guerra con regularidad y habituadas a combatir , no eran el paradigma del “buen salvaje”.

Para someter a los indios, resultó mucho más útil la diplomacia, con frecuencia los españoles se aliaron con unas tribus para enfrentarse a otras. También es de destacar en aquellos momentos las superioridades táctica y estratégica, de la cual sacaban partido por aquel entonces tanto en Europa como en América las tropas españolas .

Hay que resaltar que el arcabuz y la ballesta son armas de disparo único en combate cerrado, cuya utilidad está en la potencia de traspasar la armadura del caballero medieval. Es decir, no tiene utilidad contra un indio desnudo.

El papel táctico de la caballería del medievo, es el de choque en masa para romper la formación enemiga. Los indios ya luchaban de forma desorganizada, incluso de forma ritual, con lo que resultaba innecesaria dicha táctica como tal. Además no habían suficientes caballos para una misión de carga de choque , y ningún cronista describió ninguna carga de caballería.

En el imperio azteca, cada año se sacrificaba a miles de personas , extraídas de las tribus vasallas o esclavos criados específicamente para ello . Así pues, los conquistadores canalizaron las rivalidades entre las tribus enemigas, dirigiendo la rebelión de las tribus indígenas sometidas. Por ello Hernán Cortés conquistó Tenochtitlán, con unos 500 españoles, el resto de su enorme ejercito eran los aliados totonacas, cempoalenses y tlaxaltecas. Es de destacar que algunos historiadores argumentan que los imperios precolombinos los conquistaron los indios para los españoles.

Una de las mayores críticas hacia España, fruto de la leyenda es el despoblamiento del continente, según la propaganda, por expediciones “genocidas” de los españoles. Así pues, el trato a los indígenas hispanoamericanos también requiere un proceso de cribado de datos, ya que ha habido multitud de estudios dirigidos tanto a culpabilizar a España de las muertes de los indígenas como a absolverla.

De hecho existen multitud de libros que pretenden indagar, apoyándose en textos históricos de la época, las motivaciones de la conquista de América. Evidentemente escritos por interesados, novelistas e historiadores ampliamente influídos por la leyenda, se centran en la búsqueda del oro y de esclavos, así como en la explotación del trabajo de los indígenas que se consideran, fueron los objetivos básicos que animaron a los conquistadores.

Si bien los investigadores varían en sus estimaciones sobre la cantidad de habitantes que existía en América a la llegada de los europeos y el porcentaje en que disminuyó la población desde entonces, hay un consenso general en que, efectivamente la población americana disminuyó en el primer siglo de la conquista de América, y que esa disminución fue grande.

Más allá de ese consenso general los investigadores se han dividido en minimalistas y maximalistas (e incluso intermedios) según propongan cantidades más bajas o altas, tanto para la población precolombina como para la mortalidad posterior.

Steven Katz, en su libro “El Holocausto en el contexto histórico (2004)”, ha establecido una metodología de acción “genocida” respecto a los indígenas de todas las potencias “conquistadoras” atribuyendo mayor densidad a unas que a otras, pero considerando a todas como germen del posterior “holocausto judío”.

En la línea, el investigador norteamericano H. F. Dobyns ha calculado que un 95% de la población total de América murió en los primeros 130 años. Así mismo, el historiador peruano Villanueva Sotomayor sostiene que la zona del imperio inca tenia 15 millones de habitantes a la llegada de los españoles, y que su población era de seiscientos mil en 1620, lo que supone un descenso del 96%. Por el contrario, los profesores Cook y Borah afirman que la población en México disminuyó menos del 3%.

Se ha abordado muchas veces la acción de los “conquistadores” como brutal, una acción genocida, llevada a cabo para la destrucción de los indígenas. Para ver el terrible efecto en la población se pueden observar las muertes producidas en la conquista de México .

La densidad de muertos, si bien más alta, no choca con las cantidades reflejadas en las guerras de la misma época en Europa (por ejemplo una sola batalla: Pavia arrojó la cifra de 20.000 bajas ). También es de destacar que frente a la población estimada de México precolombina, no deja de ser una cifra de bajas porcentualmente “relativamente“ baja, para ser una guerra de “exterminio”.

Sin embargo, desde la década de 1980, existe un amplio consenso entre los investigadores sobre la influencia de las epidemias introducidas por los europeos en el rápido declinar de la población nativa americana. Las cifras manejadas van desde un 3 a un 96% de la población que existía antes de la llegada de los europeos.

Incluso el historiador británico, Henry Kamen, (en parte sostenedor actual de la Leyenda negra), analiza, en su obra, la debacle demográfica de la América Española. Así, considera que la crueldad de los españoles fue indudable, pero señalando aún así que para los españoles, el exterminio de los nativos no era el fin buscado, pues no les convenía. Así pues también afirma que tal crueldad no pudo ser la causa de la catástrofe demográfica que asoló la población nativa, dada la escasez de población española en la zona. Por su parte, Jared Diamond, en su obra, estima el impacto de las enfermedades introducidas por los europeos en un 95% de la población indígena.

También hay autores que afirman, en línea con las argumentaciones de Steven Katz, que se produjo un exterminio sistemático de las poblaciones indígenas, auspiciado por los gobiernos, aunque no sitúan a España a la cabeza de dicho exterminio en los siglos posteriores al XVI. Por ejemplo, André Flahaut, afirma que la debacle demográfica se debió al asesinato y el exterminio y minimizó el papel de las epidemias. O también el periodista y escritor Eduardo Galeano, afirmando que los indígenas americanos fueron objeto de genocidio en nombre de la religión.

Así pues, si bien sin consenso, el colapso demográfico padecido por los pueblos originarios americanos, se considera que fue a causa de las enfermedades traídas desde Europa , que en algunos casos llegó a exterminar casi la totalidad de la población. El perfil epidemiológico de América se complementó, con el aporte de enfermedades de origen africano, siendo las principales la malaria y la fiebre amarilla. Respecto a la enfermedad venérea, sífilis, autores poco escrupulosos, del siglo XVI, afirmaron que la sífilis era originaria de América, y que por tanto, España la había importado por practicas libinidosas . La realidad es que en 1495, en Nápoles, se desató la primera epidemia de sífilis que luego se propagó a Francia y desde aquí al resto de Europa, y fue llamado “el morbo gálico”. Incluso se sospecha de casos mucho más antiguos, como el emperador romano tiberio. Para los médicos de la época resultaba muy difícil distinguir entre la sífilis y la gonorrea, incluso también hay una teoría que trata sobre la posible recombinación de una enfermedad tropical de la piel y los huesos con la venérea europea.

También resulta interesante respecto a las enfermedades en el nuevo mundo, el trato dispensado por el general británico Jeffrey Amherst, primer uso de “guerra bacteriológica” , que distribuyó mantas y ropas infestadas con viruela, logrando una hecatombe en los indígenas del valle Ohio.

Las Casas y el Expolio.

Otro punto interesante sería que las denuncias de Bartolomé de Las Casas fueron tomadas totalmente en serio por la Corona Española, lo cual la impulsó a promulgar severas leyes en defensa de los indios (1542, Leyes Nuevas) y, más tarde, a abolir la encomienda, es decir, la concesión temporal de tierras a los particulares, con lo que causó graves daños a la economía de los colonos.

A su vez, la brevísima del padre las casas, motivo la Junta de Valladolid (1550-51), con Juan Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas como principales teólogos. Esta Junta, podría considerarse el primer tratado de derecho internacional, y en el que se busca tomar en cuenta los derechos de los conquistados (derechos humanos).

Frente a la leyenda, favorecida por Fray Bartolomé De Las Casas, de que los españoles sólo buscaron depredar y expoliar las riquezas indias, cabe decir que las cifras no expresan eso, tal como afirma el historiador Guillermo Céspedes del Castillo:

“Es falsa, pues, la imagen de una Nueva España como colonia de explotación, puesto que la minería de metales preciosos no ocupa más del 0,5% de la mano de obra, ni rinde más del 11,9% del valor total de su producción”.

Quevedo afirma, en uno de sus versos satíricos:

“Solo Castilla y León y el noble reino andaluz llevan a cuestas la cruz”.

No Obstante la producción de oro y plata de las colonias era particularmente grande. Las siguientes tabla y graficas ilustra las cantidades extraídas de metales preciosos en el siglo XVI .

Hay que matizar que una buena parte se quedaba en América, ya que el progreso que imprimió la Corona a las colonias, progresivamente disminuyó la necesidad de importaciones europeas, generando un intercambio comercial más equilibrado, una clase comercial criolla de autonomía creciente y una integración racial y social de toda la población.

De hecho, y en contraste con las otras potencias, desde un principio, España considera a los indígenas seres humanos y con alma, cosa realmente importante en la época, especialmente en un país que se acusa de “fundamentalista religioso” , lo cual no era aceptado por las potencias protestantes.

Así pues, la llamada “revolución de los precios” del siglo XVI, relacionada habitualmente con la llegada de los metales preciosos, también debiera considerar el propio crédito como estímulo a la inflación, así como la alta tasa de dicha inflación que existía ya antes de la llegada de los metales, los cuales, evidentemente acrecentaron aun más.

Respecto a la mezcla interracial, ya en 1503, Nicolás de Ovando , gobernador de La Española, recibe la ordenanza de los reyes recomendando el fomento de los matrimonios interraciales.

Indígenas americanos bajo otras potencias.

Para los colonos protestantes, los indios no eran almas a las que había que instruir en la fe, sino pecadores que no habían usado correctamente las tierras que Dios les había dado, por lo que había decidido readjudicarlas a sus fieles hijos anglosajones.

La muestra del trato que se les dispensaría a los indígenas de Norteamérica serian las palabras del 26º presidente de los EEUU, Theodor Roosevelt.

“Si se hubieran dejado a los indios, por humanitarismo, sus terrenos de caza, ello hubiera significado abandonar amplios contingentes de tierras a disposición de los salvajes; cosa inconcebible. No quedaba otra alternativa; había que desplazarlos”.

Por su parte las declaraciones del general Sheridan (que sometió a los Siux) aun resultan más clarificadoras.

“Los únicos indios buenos son los que están muertos”.

Las creencias religiosas de los protestantes se vieron más tarde reforzadas con las teorías del darwinismo social, al ver a los indios como inadaptados e inferiores.

Como vemos, los países protestantes aplicaron el exterminio cuando pudieron. Un ejemplo, el caso de “acción de gracias”. Los sacerdotes puritanos citaron la Epístola a los Romanos 13:2 , cuando lo Pequot no accedieron a entregarles a los guerreros que habían matado a dos colonos que habían penetrado en sus tierras en busca de esclavos. Los gobiernos coloniales reunieron una fuerza armada de 240 hombres bajo el mando de John Mason. A ellos se unieron mil guerreros Narragansett. El historiador Francis Jennings determina que: "Mason propuso evitar un ataque a los guerreros Pequot, que podría resultar negativo a sus tropas inexpertas y de poca confianza. La batalla es una de dos formas de destruir la capacidad de luchar de un enemigo. La masacre puede cumplir el mismo fin con menos riesgo ". El ejercito colonial rodeó la aldea de los Pequot en el rió Mystic. Al amanecer, cuando todos dormían, le prendieron fuego . Otro ejemplo sería, Rohil Kund en la India, más de 100.000 personas abandonaron sus hogares y huyeron del gobierno de los ingleses . En otros casos, se mantuvo el apartheid hasta finales del siglo XX (Sudáfrica).

A principio del siglo XVII, algunos historiadores atribuyen aproximadamente entre 8 y 10 millones de habitantes indígenas para la zona de Estados Unidos, aunque no existe coincidencia en las cifras. Los mismos autores sitúan esa población entre 850 mil y un millón y medio en 1800.

Como hemos visto, las Naciones Indias no encajaban en los planes del nuevo Estado Independiente. Detrás de una fachada pacífica y respetuosa, las olas colonizadoras, apoyadas por fuerzas armadas, fueron ganando territorios hacia el Oeste.

A partir de 1780 los trece estados de la Unión quedaron libres de indios. Los Mahican y los Delaware fueron deportados al oeste de los montes Alleghanys, los iroqueses obligados a ceder porciones de sus tierras a los Estados de Nueva York, Pensilvana y Ohio en 1784. A partir de 1790, se produjo la guerra con los Shawnee, como consecuencia de la negativa de éstos a renunciar a sus tierras en beneficio de los colonizadores. Finalmente, fueron derrotados y debieron ceder dos tercios de los territorios de Ohio y parte de Indiana.

Los primeros 20 años del siglo XIX, el Estado Norteamericano seguía conquistando silenciosamente los territorios de la costa atlántica sin contemplaciones con los indígenas, convirtiendo en héroes nacionales a los que luchaban contra los indios. El desequilibrio era tan grande y la desproporción del enfrentamiento entre las tropas estatales y los indios tan mayúsculo, que en 1876 Sioux y Cheyenes, sólo pudieron formar un ejército de 2.000 guerreros. La historia estadounidense, recuerda el hecho como el gran desastre de su ejército frente a los indios, la derrota de Little Big Horn, en la que murieron 260 soldados del general Custer. En 1886, Jerónimo, jefe de los apaches-Chiricahuas, huía por Nuevo México de varios regimientos que le perseguían con una tropa de 5.000 hombres. Los indios “peligrosos” eran 25, con sus mujeres y niños.

Los nuevos Estados que se secesionaban de España, consideraron como "territorios desérticos" las zonas habitadas por poblaciones indígenas autónomas y automarginadas de los procesos organizativos de los criollos. Los movimientos independentistas que dieron lugar a esas nuevas Naciones, sólo reconocían límites en las tierras ocupadas por otros Estados.

El expansionismo de los nuevos Estados, fue el motivo principal para el desarrollo de "campañas" para ocupar los territorios "vacíos". Así pues, se llevaron a cabo las campañas de ocupación de la costa atlántica de Centroamérica, el litoral norte de Brasil, parte de la selva amazónica, la selva del Orinoco, la meseta del Matto Grosso, el Chaco, casi toda Colombia y todo el sur patagónico del continente.

De hecho, El General Victorica, jefe de la campaña en el Chaco central y boreal explica claramente los objetivos de la conquista:

"Privados del recurso de la pesca por la ocupación de los ríos, dificultada la caza de la forma en que lo hacen, que denuncia a la fuerza su presencia, sus miembros dispersos se apresuraron a acogerse a la benevolencia de las autoridades, acudiendo a las reducciones o a los obrajes donde ya existen muchos de ellos disfrutando de los beneficios de la civilización. No dudo que estas tribus proporcionarán brazos baratos a la industria azucarera y a los obrajes de madera, como lo hacen algunos de ellos en las haciendas de Salta y Jujuy."

Y sobre los “métodos”, el padre Agostini describió el siguiente panorama:

"El principal agente de la rápida extinción fue la persecución despiadada y sin tregua que les hicieron los estancieros, por medio de peones ovejeros quienes, estimulados y pagados por los patrones, los cazaban sin misericordia a tiros de winchester o los envenenaban con estricnina, para que sus mandantes se quedaran con los campos primeramente ocupados por los aborígenes. Se llegó a pagar una libra esterlina por par de oreja de indios. Al aparecer con vida algunos desorejados, se cambió la oferta: una libra por par de testículos."

Otro tanto se puede aplicar a Julio Argentino Roca y su “campaña del desierto” . Su plan consistía en una ofensiva final a cargo de un poderoso ejército equipado con los últimos adelantos de la industria militar. Suprimió los sables y lanzas y los reemplazó por modernos fusiles a repetición Remington.

La campaña dejó un saldo de miles de muertos y más de 14 mil prisioneros. Lo importante para Roca y su campaña política no eran las víctimas que ni siquiera eran consideradas como tales por la sociedad argentina de la época, sino los millones de hectáreas "recuperadas" a los indios y su consecuente prestigio político militar. Roca volvió de la campaña con el título de "Conquistador del Desierto"

Encomienda y Mita

Dada la poca población española en las colonias (y probablemente su poca disposición al trabajo), la organización económica y social, descansó sobre la fuerza de trabajo indígena.

Sin embargo conforme a la voluntad de la Corona y posteriormente al papado, los indígenas americanos debían ser súbditos libres, no sujetos a ninguna prestación forzada. Según este principio, los indígenas debían incorporarse al proceso económico en calidad de asalariados, no de esclavos. Por otra parte, tanto España como el Papa requerían la conversión a la fé cristiana de los indígenas, por lo que se llegó al establecimiento de la institución de la Encomienda.

La Encomienda fue la principal institución privada de la colonización española en América. Legalmente, era el derecho que daba el Rey a un súbdito español, llamado encomendero, en compensación de los servicios que prestaba a la Corona, para recibir los tributos o impuestos por los trabajos que los indios como súbditos, debían pagar al estado. A cambio el español debía cuidar de ellos tanto en lo espiritual como en lo terrenal, preocupándose de educarlos en la fe cristiana. El tributo se pagaba forma de trabajo en las plantaciones o minas de los encomenderos.

Hubo dos disposiciones principales para tratar de regular la encomienda, las “leyes de Burgos (1512)” y las “leyes nuevas (1542)” , que como rezaban sus títulos:

“...gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los indios”.

Pero las disposiciones solían quedar en una “declaración de intenciones”, ya que dichas legislaciones resultaban inaplicables, convirtiéndose en fuente de resistencias e incluso de rebeldías ante la ley. Las autoridades encargadas de hacerla cumplir optaban por un acatamiento teórico declarando suspendida su vigencia. Así pues, en multitud de casos el Virrey disponía al final del texto la célebre frase:

“Se acate pero no se cumpla”.

Inicialmente no había control tributario y por tanto los encomenderos abusaban de sus indígenas buscando el mayor beneficio. Con el paso del tiempo se establecieron controles tributarios a través de funcionarios. Se establecieron las tasaciones, que de manera dispositiva, establecía con más seguridades la persecución del abuso. Pero es de destacar que este abuso, si bien “suavizado” prosiguió.

Finalmente, la Encomienda fue abolida en 1718, dado que resultaba ya innecesaria la “cultivación de la fé”, así como que la población “blanca o parda” se había convertido en minoría “mayoritaria”.

La mita era un servicio público obligatorio ya en la sociedad Inca. Durante el imperio inca, el servicio público fue requerido para la agricultura, así como en proyectos de trabajos públicos como la construcción de caminos, o el servicio militar.

Fue usado en la sociedad colonial por colonos que no tenían a cargo una encomienda. Los caciques de indios tenían que prestar una parte de su población al servicio de mita. Al igual que la encomienda, fue rigurosamente regulado, pero mal usado, especialmente en las minas.

Esclavitud

Al principio de la etapa colonial, la mayor fuente de riqueza, no era el oro ni la plata, dado que aun no se habían descubierto las minas, sino los cultivos de caña de azúcar.

España, como hemos visto, insistía en que el indio no podía ser esclavizado por tratarse jurídicamente de súbditos de la corona. Además se dio el hecho de la gran despoblación y mortandad de los primeros tiempos. También se destaca, como hizo el Padre Las Casas, que el indígena no era físicamente “suficientemente” fuerte. Como el propio Las Casas sugirió, la solución era la importación de “negros” físicamente más aptos.

La legalidad de la esclavitud “negra” descansaba en la independencia de los reyes indígenas africanos que vendían “sus” esclavos. Los europeos compraban esclavos, que ya lo eran antes de ser vendidos a los traficantes.

Las potencias europeas participaron en la trata de diversas maneras. España no realizaba la trata, ya que obtenía sus esclavos de negreros de otras naciones con quienes contrataba el “derecho de asiento”. Así pues, la América Española obtuvo sus esclavos de tratantes holandeses, franceses, ingleses y portugueses. Pero, las colonias de otras potencia también fueron abastecidas de esclavos, pero se legislo para que los tratantes fuesen de su misma nacionalidad.

Además se estima que el 20/30 por ciento de los esclavos moría en el trayecto.

La abolición de la esclavitud en España se produjo en 1837, pero continuo en las colonias hasta 1873, con gran descontento entre los miembros de “Liga Nacional” antiabolicionista. España fue la última potencia en declara “abolida” la esclavitud.

¿Quedan indígenas?

Los españoles, contrariamente a lo visto, desde los primeros tiempos intentaban “integrar” a los indígenas. Así pues, ya en el siglo XVI, se tradujo la Biblia a doce Idiomas indígenas. Se puede acusar a España de un tanto fundamentalista religiosa, pero los españoles transplantaron a América las técnicas, instituciones y ventajas, de las que disponían en la propia península, llegando algunas incluso antes a las américas que a la metrópoli. Por ejemplo la primera vacunación de viruela del Dr.Belbis en 1806, en un buque que recorrió las posesiones españolas partiendo desde Manila. O el primer tramo de tren español, construido en cuba en 1837 . Demostración de todo ello institucionalmente que se consideraron desde un principio como “provincias”, incluso en la constitución de Cádiz (1812) se les doto de “diputaciones provinciales”, declarándose en el “Art. 1.La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios” . En comparación, nunca se observo por parte de otra potencia ese tipo de reconocimiento hacia sus “colonias”.

En cualquier caso, al margen de la teoría y los hechos puntuales, tratemos de establecer las poblaciones indígenas anteriores y posteriores a la llegada europea a las ameritas.

Usaremos las poblaciones de la enciclopedia Encarta , aunque otras fuentes las cifran menores:

Unos 10 millones en el actual territorio de Estados Unidos y Canadá, 30 millones en México, 11 millones en Centroamérica, 445.000 en las islas del Caribe, 30 millones en la región de la cordillera de los Andes y 9 millones en el resto de Sudamérica.

Actualmente , se puede trazar un mapa de los porcentajes de población indígena . Donde resulta evidente que la zona donde más despoblada de indígenas resulta ser la colonizada por Reino Unido.

Además, como dice la enciclopedia encarta:

La mayoría de los latinoamericanos son mestizos y juntos representan un 85% de la población de México, Bolivia, Panamá y Perú, un 90% de la de Ecuador y casi la totalidad en Chile, Honduras, El Salvador y Paraguay. La América Latina moderna tiene, por consiguiente, una deuda notable con respecto a su herencia indígena.

¿Cómo surge la Leyenda Negra?

Tanto Rómulo Carbia como Julian Juderias, opinan que el personaje que más contribuyó a la aparición de la Leyenda Negra fue fray Bartolomé de las Casas, quien publicó su “Brevísima historia de la destrucción de las Indias” en 1542, donde se relatan crímenes y atropellos que cometen los españoles sobre los indios, algunos relatados de forma macabra, y con dosis de inventiva. Esta inventiva era habitual en la época, famosos son “el dorado”, la fuente de la eterna juventud, o los monstruos variados. La inventiva (o exageración) del dominico, estaba encaminada a hacerse escuchar por el Rey y el príncipe.

Bartolomé de las Casas fue uno de los primeros colonos, llegando a la española en 1502. En 1504 recibe una encomienda, hasta que en 1510 es ordenado sacerdote. En 1514 recibió otra encomienda donde los indios trabajaban en la minería. En 1516, ya como “protector de los indios” y como regidos de Cumaná, introdujo la Inquisición en América, en contra de la opinión del propio emperador Carlos V. Otro aspecto controvertido del padre de las casas es su faceta de inventor de la esclavitud moderna cuando, compadecido de la debilidad de los indios del Caribe, convenció al emperador de que sería conveniente traer negros de África, más resistentes, para sustituir a los indios en las tareas más duras.

También resulta destacable la obra de Reginaldo Gonzalo Montanés, ”Exposición de algunas mañas de la Santa Inquisición española”, editado en 1567. Reginaldo era un protestante español refugiado en Francfort y protegido por los príncipes protestantes alemanes. Su libro fue muy traducido durante la segunda mitad del siglo XVI al inglés, alemán, francés y holandés.

Otros personajes que contribuyeron de manera eficaz a la creación de la Leyenda Negra fueron Antonio Pérez, secretario de Felipe II, y el príncipe Guillermo de Orange, su hombre de confianza en los Países Bajos.

El secretario de Felipe II, ávido de poder y riqueza, traficó con informaciones privilegiadas, y lideró un ala política de la corte. Cuando los el rey le destituyó e intento encarcelarlo tras haber sido engañado haciéndole creer que su hermanastro (Juan de Austria) era traidor, cos que degenero en el asesinato de Juan Escobedo . Pérez prestó servicios en Francia y en Inglaterra contra España . La persecución de este reo, causó el primer gran problema de jurisdicción territorial entre el rey y Aragón (revuelta del Justicia de Aragón, 1591). Pérez, se dedicó a la escritura, llegando a publicar dos importantes obras que tuvieron un destacado efecto negativo en la figura de Felipe II: las Relaciones y las Cartas .

A la ceremonia de abdicación, Carlos V, anciano y enfermo, entro en el salón del palacio de Bruselas apoyándose en el hombro de Guillermo de Orange. Felipe II, nombró a Guillermo miembro del Consejo de Estado, asesor de la princesa Margarita de Parma, y le concedió la importante orden del Toisón de Oro. Era en suma, al igual que el duque de Alba, servidor de ambos reyes. En 1579 inicio un proceso que llevaría a un “golpe de estado” (1567) aunando los descontentos con el gobierno español. El resultado en tablas de la asonada, y el desavenemiento entre la aristocracia, el patriciado (burguesía neerlandesa) y el pueblo, le hizo continuar su política de enfrentamiento, buscando la unión en la lucha contra España, por su personificación del mal. Así pues, adelantándose a su tiempo utilizó la propaganda como medio de guerra.

El denominador común de Pérez y Orange es que sus obras, cuyos relatos acabaron confluyendo con los de Las Casas, es que son una crítica centrada en la persona de Felipe II, a quien se acusa, de ser el responsable de la muerte de su peculiar hijo , y primogénito Don Carlos , y de estar también tras el fallecimiento de su mujer Isabel de Valois , así como de una multitud de crímenes, y de una vida lasciva (cuando, por el contrario, era bastante ascético).

Pero en la formación de la Leyenda Negra fue fundamental el papel jugado por los impresores protestantes, que tradujeron y cambiaron el título a la obra de fray Bartolomé. Sus intenciones quedan manifiestas, como demuestra el hecho de que de otro protagonista de entonces, Bernal Díaz del Castillo , no publicaran nada.

De dichos editores hay que destacar a B. Picart y, sobre todo, a Teodoro de Bry, artista grabador flamenco, que montó en Frankfurt su propia editorial, y entre 1590 y 1625 publicó la colección de grandes y pequeños viajes por las Indias de autores principalmente protestantes, muchos de ellos piratas a las órdenes de las naciones enemigas de España. A la obra de Las Casas se le añadieron unos grabados que supusieron una auténtica revolución en los sistemas de comunicación y conocimiento de entonces. Grandes masas de personas que no sabían leer, y de distinta condición social, pudieron “ver” lo que hacían los españoles en América.

Autores contemporáneos

Son herederos directos de los impresores protestantes alemanes los ilustrados y masones de la Francia del siglo XVIII. Personajes como Voltaire, Montesquieu o Raynal dedican buena parte de su vida a editar obras críticas con la Iglesia católica, asociada especialmente con España.

En la época de Carlos IV y de su valido Godoy buena parte de la burguesía española, desilusionada por la perdida paulatina de poder, termina adoptando como propias las ideas sobre España de los ilustrados franceses, y acaba por colaborar de manera activa con ellos facilitándoles apoyo material cuando en su momento Napoleón decide invadir España. Es la época de la “leyenda amarilla” , etiqueta que pone García Cárcel a la "folklorización" romántica de lo español. Lo que antes se consideraba negativo y despreciable, ahora se ensalza como virtud privada, pero que causa la decadencia y el atraso del Imperio. Por ejemplo, la imagen del soldado español, que enfatizan en el siglo XV su miseria, crueldad y fanatismo, se convierte con las guerrillas antinapoleónicas, en harapiento, valeroso y abnegado patriota.

De la confrontación con un igual (siglo XV) se pasa a la crítica y la educación del inferior, en línea con el espíritu Ilustrado. La imagen es la de un Imperio decadente, sumido en una profunda crisis. Desde el exterior la intención a la hora de hablar de España no es tanto la de ensañarse, como la de señalar sus problemas con una intención pedagógica. Se crean dos corrientes: francesa, satírica e inglesa moralizante.

En la literatura se darán fundamentalmente tres tipos de personajes típicamente españoles: el soldado (enemigo del "buen salvaje"), el noble conservador y anacrónico, y el sacerdote fanático.

Cuando Napoleón fue derrotado, la leyenda ya había calado profundamente en el sentir español, es decir era asumida por muchos españoles americanos y peninsulares.

Muchos liberales de Cádiz, como el sacerdote Muñoz Torrero, Ruiz de Padrón, o el Conde de Toreno ensalzaban a Cromwell o arremetían contra la Inquisición basándose en los relatos de Montesquieu, Voltaire o Rayna. Manuel José Quintana, poeta de aquella generación (1772-1857), empapado de filosofía sobre la “tolerancia ilustrada”, fue biógrafo de Las Casas e hizo una encendida defensa de los Comuneros (“oda a Juan Padilla”) , menospreciando las obras del Imperio, tal como expresa en su rechazo al panteón de El Escorial, al que considera “infamia del arte y de los hombres” .

La Masonería, según Vidal, fue un importante instrumento al servicio de la propagación de la leyenda y contribuiría a la desmembración del Imperio, católico , español.

Estos sentimientos anti-hispanos, y la difusión de “principios humanistas” son los bloquearon los posibles proyectos de unificación o coordinación de las naciones iberoamericanas con bases hispanas.

Según Vidal eran masones el cura Hidalgo, José San Martín, Simón Bolívar, Bernardo O'Higgins, José Rizal o José Martí. Otro tanto dice Vidal de William Brown o Pedro I de Brasil.

En España son también destacables los casos de Moratín, de Tomás de Iriarte, del duque de Rivas o de Núñez de Arce. De políticos como Ruiz Zorrilla, Moret, Prim , Manuel Becerra, Sagasta, Martos, Pi Margall o Emilio Castelar, todos ellos protagonistas políticos de las Cortes de 1868 y de la I República. La mayoría detestaba la España imperial, y Castelar, en el más famoso de sus discursos (tal como recogerá Ramiro de Maeztu en “Defensa de la Hispanidad” ) llegó a decir:

“No hay nada más espantoso, más abominable, que aquel gran imperio español que era un sudario que se extendía sobre el planeta. No tenemos agricultura porque arrojamos a los moriscos…; no tenemos industria, porque arrojamos a los judíos… No tenemos ciencia, somos un miembro atrofiado de la ciencia moderna… Encendimos las hogueras de la Inquisición, arrojamos a ellas nuestros pensadores, los quemamos y después ya no hubo de las ciencias en España más que un motón de cenizas”.

Como precisa Rómulo D. Carbia, la Leyenda Negra fue profusamente difundida en Hispanoamérica . Con la Ilustración caló en las mentes de muchos “libertadores” como San Martín, Bolívar o Martí. Esta lucha “liberadora” contra una España que impediría el “progreso” la expresa también el poeta ecuatoriano José Joaquín Olmedo (1772-1847) que, como contrapartida, ensalza a Las Casas y a los Incas. De poco sirvieron las advertencias del almirante Alcalá Galiano contra esta corriente de “desespañolización”. El antihispanismo no sólo renegaba de todo lo que hizo el Imperio, sino que muchos buscaban, cuando había pasado el tiempo suficiente para oscurecer más fácilmente la realidad del pasado, la vuelta al supuesto Paraíso de la Pachamama, a pesar de que tales corrientes contribuyen a romper su propia identidad hispánica, incentivando la multiplicación de naciones, como buscan sus enemigos (divide y vencerás).

En la medida en que la Leyenda Negra ha ido fortaleciéndose, los enemigos de país retrógrado y oscurantista son vistos con buenos ojos, no sólo por parte de los extranjeros, sino también de los compatriotas, como podemos comprobar actualmente en cualquier enfrentamiento internacional en el que se vea envuelto España.

Según Juderías, que ofrece una amplísima Bibliografía en su obra, de los mas de 1000 libros escritos por extranjeros sobre “viajes por España” en el siglo XIX, sólo 100 son mínimamente serios. Algunos autores, como Santiago Aragó, ni siquiera había pisado España para escribir su obra. Y actualmente el autor de prestigio y fama, Dan Brown , en su novela La Fortaleza Digital, ambientada en Sevilla a finales del siglo XX, describe unos hospitales sevillanos "tercermundistas" con olor a orina y en la que los enfermos están en catres y no en camas.

Una de las que más influencia tuvo fue La Biblia en España, de George Borrow, traducida por Manuel Azaña. En el islamismo, enemigo creador de España, encontraba Borrow muchas similitudes con el protestantismo que él mismo difundía por España. Él mismo contó que el cónsul inglés tuvo que desengañarle acerca de su visión idílica del Islam. La obra del británico fue contestada en su día por Juan Varela, que también lo hizo con las obras del norteamericano John W. Draper , que dedicó su obra a dar origen científico al sentimiento antiespañol. Hoy lo llamaríamos “racismo científico”.

También se maneja desde ciertos campos de la filosofía el "determinismo histórico", que esta siendo usado para justificar determinadas condiciones de pobreza del mundo hispanoamericano.

Es cierto que las costumbres van pasando de generación en generación. Así pues elementos culturales importados como la religión, el lenguaje, o determinadas costumbres, se mantienen en Hispanoamérica, combinados también con las tradiciones y costumbres que fueron heredadas de las culturas indígenas, produciendo un mestizaje.

Pero en realidad dichas condiciones previas no son determinantes para en que un país "fracase" o "prospere", mayor peso tienen el fomento a la educación y la creación de infraestructuras, así como la garantía de resultar un estado sólido, que permita la estabilidad.

También resulta manida la argumentación que aboga por la pobreza en el momento de la independencia de las colonias hispanas. No es cierto en ningún modo, ya que tanto Thomas Jefferson , Humboldt , y muchos otros estudiosos y economistas contemporáneos a la independencia, tomaban muy en serio la competición que les podía generar la producción agrícola y ganadera de las nuevas republicas. De hecho, uno de los principales factores detonantes del interés emancipador de las clases burguesas hispanoamericanas fue “librarse” de las leyes proteccionistas españolas para poder vender sus productos en otros mercados, lo cual chocaba con la política que luego siguieron, auspiciada por EEUU y Reino Unido.

Final de Siglo XX y XXI

Entre las distintas generaciones de izquierdas se ha producido una tendencia a identificar a “España” con Franco y este a su vez con el imperialismo, con lo que se crea un silogismo entre España y su antiguo Imperio, que según su leyenda es algo rechazable. Por tanto se apoyaran y alentaran el antiespañolismo, para hacer progresar España desde el europeismo.

V centenario. El movimiento indigenista y el intervencionismo EEUU.

En España se vivió la celebración del V centenario de la llegada a las américas bajo el síndrome de la Leyenda.

El indigenismo americano aprovechando la ocasión, se situó en contra de la celebración. El indio Ginés Serrán Pagán, asesor antropólogo de las Naciones Unidas, contabilizaba en treinta y cinco millones los indios supervivientes en América, de los más de 200 millones que considera que había antes de la llegada de Colon. Así pues, las organizaciones indigenistas se convirtieron en movimientos de protesta y contestación. Ofrecieron la imagen ante la opinión pública internacional que en 1492 no hubo tal Descubrimiento, sino la agresión a un continente.

Finalmente, una organización indigenista boliviana denominada Tribunal de los Derechos Indios presentó ante el "tribunal de los derechos humanos", denuncia del genocidio de la colonización y la violación continua de los derechos fundamentales de los indígenas en los 500 años, contra España y el Vaticano.

En febrero de 1992, se reunió en Santo Domingo la Asamblea Paritaria ACP–CEE, con asistencia de numerosos representantes de países de África, el Caribe, Pacífico y de la Unión Europea: en aquella reunión, considerando que la llegada de Cristóbal Colón a América supuso como consecuencia el genocidio de las poblaciones locales, y la explotación de sus riquezas en beneficio de Europa, estimaron que la celebración del 500 aniversario del Descubrimiento de América debería llevar al reconocimiento de la gran responsabilidad de Europa en la matanza y explotación de las poblaciones de América y África. Y pedían a los gobiernos a pagar reparaciones por los daños causados y a devolver los bienes culturales robados. Tuvo como uno de sus principales difusores al escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien recoge todos estos planteamientos en su libro “Las venas abiertas de América Latina”.

La Comisión Mexicana para el V Centenario redujo el "Descubrimiento" a "Encuentro" de dos mundos. estableció que el 12 de octubre de 1992 se celebraba un encuentro más entre el viejo y nuevo mundo. Ya que consideraron el primer viaje de Colón como el décimo de los supuestos viajes a América de los europeos durante la Edad Media.

Esta versión, manipulada desde Washington a través de numerosas publicaciones, abrió un verdadero proceso crítico sobre ese "encuentro" de los españoles con el Nuevo Mundo, ya que no eran descubridores. Así pues, terminaron por controlar las reinvicaciones de los movimientos indigenistas y reorientarlas hacia la conquista y evangelización de América por los españoles.

A esta campaña contra la Iglesia Católica se unió el Consejo Nacional de Iglesias de los Estados Unidos, de confesión protestante. En 1990 votaron un documento de denuncia contra "la explotación, el genocidio y el ecocidio provocado por la conquista y colonización de América por los españoles".

El centro “Cristianismo y Justicia de Barcelona”, en su manifiesto sobre el V Centenario, exigía que durante el año 1992 las instancias oficiales de España y del Vaticano, pidiera perdón públicamente por la conquista y colonización.

Algunos organismos oficiales de la Iglesia trataron de separar conquista y evangelización. Para salvar a la Iglesia de las criticas, y liberarla responsabilidades. Así señalaban la acción de la Santa Sede en defensa de los derechos del indio contra la crueldad y el racismo de los españoles.

No obstante, salieron voces que reactivaban las acusaciones contra la iglesia, como el “progresismo católico” del obispo brasileño Erwin Kräuler o el prelado Nobert Herkenrath, (MISEREOR), recordaba que Estado e Iglesia llevaron a cabo la conquista en estrecha colaboración.

Así pues como vemos, el V Centenario del Descubrimiento degeneró en una lucha entre triunfalistas y derrotistas, entre los que creen que todo fue bueno y heroico (leyenda rosa), y los que dicen que todo fue malo y denigrante (leyenda negra).

En el fondo de estas actitudes hispanas, existe un debate político y cultural tanto en Hispanoamérica como en la propia España, sobre el problema de su propia identidad, tendente a la búsqueda de sus raíces ancestrales.

En este sentido resulta muy interesante el debate suscitado por el trabajo de Samuel Huntington , El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Una lectura desapasionada de las opiniones del autor, nos presenta a Occidente enfrentado a una decadencia y a una serie de peligros. Los peligros más relevantes para Occidente son, según el autor, la explosión demográfica del Islam y la creciente potencia económica de los países de Asia. Respecto de Latinoamérica, ésta es considerada como fuera de Occidente, y potencialmente dado el crecimiento del sentimiento indigenista, también un posible adversario. Así pues, si se deja a Ibero América fuera de Occidente, se tiene que dejar necesariamente, tanto a Portugal como a España. Esto tiene una clara motivación político-económica, dirigida a enfrentar emocionalmente a Hispanoamérica con España, dejando así a los países “latinos” como socios menores dado que resultan “bárbaros incivilizados”, respecto de los norteamericanos y “occidentales”.

Pero esta línea, no solo la han seguido los norteamericanos, el filósofo mexicano, Leopoldo Zea, incluso escribió un libro, en el que trataba de demostrar que tanto Rusia como España nunca han formado parte de Europa . Esto explica la incapacidad de Hispanoamérica, desde la argumentación del autor, para lograr estabilidad democrática y económica, como herederos de un Imperio Español bárbaro en sí mismo.

Pero probablemente, el caso más curioso y que podría servir como ejemplo de todo lo expuesto, lo protagonizó la premio Nóbel Rigoberta Menchú que llegó a falsificar su propia biografía para demostrar un ambiente oprimido por las consecuencias del colonialismo español e imperialista de las familias terratenientes .

Pero como afirma Stoll, “el libro de la señora Menchú no puede ser el relato-testimonio que pretende ser”, porque la Premio Novel de la Paz repetidamente describe “experiencias que nunca vivió”.

El robo del oro. ¿Devolución?

Respecto al "robo" de las "riquezas" como objetivo de la conquista y colonización existen varios puntos interesantes:

El oro y la plata no tienen un valor inmutable. El valor del oro y la plata, como el de tantas otras cosas, es una convención socio-económica de la ley de oferta y demanda, así pues solo en las culturas con “escasez” de metales, estos eran usados como “moneda”.

Los metales preciosos no eran moneda para los pueblos precolombinos (de hecho casi todos practicaban el trueque o usaban el caco), eran de uso religioso o suntuoso, por lo que no daban “valor” a dichos metales.

También hay que tener en cuenta cuando y con que técnicas se explotaron los yacimientos. Por ejemplo, las vetas de plata de las famosas minas del Potosí se descubrieron en 1545, después de la conquista, y la plata sólo se podía extraer con las técnicas mineras españolas.

La corona hizo grandes inversiones en fundaciones de ciudades, universidades , y demás infraestructuras, con lo que las riquezas en gran medida se usaban para las “mejoras” en las propias colonias. Queda patente incluso en las palabras de Eduardo Galeano, gran critico con la época colonial española:

“En Potosí la plata levantó templos y palacios, monasterios y garitos, ofreció motivo a la tragedia y a la fiesta, derramó la sangre y el vino, encendió la codicia y desató el despilfarro y la aventura...”

Conclusiones y opiniones.

No se puede seguir pensando radicalmente en términos de Leyenda Negra. Porque como dijo el Premio Nóbel Octavio Paz:

“El descubrimiento y la conquista estuvieron llenos de horrores, pero también de gestas gloriosas que no podemos dejar de lado, y creo, sin temor a equivocarme, que quienes lo definen como la conmemoración del genocidio de los pueblos americanos cometen un grave error, porque es históricamente falso y ahistórico por definición".

Así pues, como conclusión, me hago extensible la opinión que se publicó como balance crítico de la polémica del 92 (que engloba “la leyenda negra”) a principios de 1993 el profesor Julián Marías:

"Se ha conseguido convertir uno de los hechos más importantes y gloriosos de la historia universal en algo negativo que proyecta una luz siniestra sobre el Nuevo Mundo, antes continente de esperanza.
Se ha cedido, con extraña pasividad o docilidad, a una alianza de tres elementos: ignorancia, estupidez y malevolencia.
Se ha dejado la iniciativa a grupos minúsculos, por lo general bien organizados, repliegue de los que, desplazados del horizonte de la historia, se han refugiado en otras trincheras; los elementos oficiales españoles han estado en primera fila en esta cesión.
Se ha premiado repetidas veces a autores mediocres cuyo principal mérito parece ser su antiespañolismo, que desemboca en un desdén por todo lo hispánico.
Se ha dado resonancia a casi todo lo que mostraba escasa inteligencia y menor veracidad, mientras se la regateaba a lo que merecía ser conocido, como la obra de unos cuantos historiadores en España y América.
Se ha aceptado y aplaudido, sin crítica, todas las manifestaciones que veían como desastre la incorporación del continente americano a la civilización más creadora de la historia, utilizada por el resto del mundo, incluso para combatirla.
Se ha añorado el politeísmo, los sacrificios humanos, la multiplicidad de lenguas que aislaban a una gran parte de la Humanidad, que ahora habla en tres, compartidas con medio mundo dos, y el desconocimiento de ese mismo continente americano, del cual sus habitantes no tenían la menor idea hace quinientos años".
 


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