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En 1930, el almirante Sir Ernle Chatfield, veterano de Jutlandia, tomó el mando de la Flota británica en el Mediterráneo. En su memoria aún pervivía el recuerdo de cómo en la lejana noche del 31 de mayo de 1916, la Hochsee Flotte había conseguido escabullirse de una destrucción segura amparándose en la protección de la noche después de castigar duramente a la Home Fleet británica, más poderosa y numerosa e incluso lograba golpear nuevamente a su enemigo durante la oscuridad nocturna. Y paradójicamente, el almirante en jefe de la flota británica, Sir John R. Jellicoe, no había cometido ningún error de bulto, simplemente los cánones navales del momento estimaban que durante la noche no era posible entablar combate con grandes unidades, dejando el camino expedito para la acción de destructores y torpederos.


Chatfield, comandante del Lion, aquella aciaga noche estaba convencido de que los adelantos tecnológicos desarrollados durante esos 14 años (alzas directoras, proyectores luminosos, telémetros, periscopios de observación, etc.) eran suficientes para solventar los inconvenientes derivados de la falta de luz diurna y asegurarse de que ninguna escuadra enemiga pudiese escabullirse al amparo de las sombras de la noche.
Sería necesario adiestrar a las tropas e imbuirles una nueva mentalidad, pero si se llevaba a cabo se conseguiría tener una ventaja decisiva en cualquier situación bélica futura.

Así, esta doctrina, unida a la voluntad de vencer y adelantos técnicos como el radar perfilaron en la flota británica una especialidad única en este hemisferio. El empleo de grandes buques en combates nocturnos, hasta el punto que no es que no lo rehuían, sino que lo buscan para hacer valer su diferenciación.

En 1925, el almirante Paolo Thaon di Revel fue cesado de su puesto como Ministro de la Marina por oponerse a la unificación de las fuerzas aéreas de la marina con las del ejercito bajo el mando del nuevo Ministerio del Aire. Di Revel que defendía la necesidad de que la Armada Italiana contase con portaviones y que la naturaleza de las misiones de la fuerza aérea de la Marina no tenía nada que ver con las de la Regia Aeronáutica, exigiendo una especialización y tácticas distintas, con disponibilidad inmediata, tripulados por personal naval con su mentalidad propia y que acompañen en todo momento a las unidades de superficie convirtiéndose en paraguas defensivo ante ataques de su misma naturaleza o brazo ejecutor para ataques a larga distancia.

Si bien en 1925, la mayoría de los almirantes italianos consideraron que no era necesario para la Regia Marina contar con portaviones, en 1928, 1932 y 1936 si solicitaron la necesidad de estos siendo rechazados por la tesis de la Regia Aeronáutica apoyadas por Benito Mussolini.

La Regia Marina continuó considerando que los combates navales eran imposibles entre grandes unidades y siguió dedicando a estos menesteres torpederos y destructores. Las grandes unidades, en las maniobras mantenían tincadas a crujía su artillería durante la noche y los grandes cañones no disponían de pólvora antillamas ya que no sería necesaria y lo mismo sucedió con todas las medidas, técnicas y aparatos útiles en combate nocturno. Pero quizá lo más grave fue la carencia de radar, telémetro o cualquier otro mecanismo de detección a distancia.

El 28 de Marzo de 1941, estas dos concepciones navales se iban a enfrentar al oeste del cabo Krios, en el extremo de sus cañones, el futuro del mediterráneo occidental y quizá el desenlace de la Segunda Guerra Mundial

Los comandantes
ANGELO IACHINO

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(Sanremo 4 de Abril de 1889 – Roma 3 de Diciembre de1976).
Participó en las guerras coloniales italianas en Libia. Tomó parte en la Primera Guerra Mundial, al mando de un torpedero.
En el período de entreguerras, participó en varias misiones en el extranjero, estuvo al mando del crucero Armando Díaz, éste último durante un viaje propagandístico en el extranjero, su primer destino de importancia como comandante de la Academia Naval de Livorno.

Iniciada la Segunda Guerra Mundial, asumió el mando de la Segunda Escuadra, formada por cruceros pesados, participando con dicha escuadra en la batalla de Cabo Teulada en noviembre de 1940.

El 9 de diciembre de 1940 fue nombrado nuevo comandante en jefe de la Flota italiana, en sustitución de Inigo Campioni. Luchó contra los británicos de la Royal Navy, Andrew Cunningham o Philip Vian, que asumieron el mando de la flota británica del Mediterráneo, así como contra Somerville (comandante de la Fuerza H británica con base en la isla de Malta).
Angelo Iachino estuvo al mando de la flota italiana durante la batalla del cabo Matapán, y también en la primera y segunda batallas del golfo de Sirte. En abril de 1943 fue reemplazado por Carlo Bergamini.

En 1954, tras haber logrado el ascenso a almirante, abandonó el servicio activo. Falleció en Roma el 3 de diciembre de 1976.

ANDREW BROWNE CUNNINGHAM,

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Rathmines, 7 de enero de 1883 – Londres 12 de junio de 1963).

Hijo de un profesor de anatomía, escocés y hermano mayor del General Alan Gordon Cunningham.

Sirvió en los cruceros HMS Fox y HMS Doris. En el Cabo de Buena Esperanza. En 1900 participó en la Guerra de los Borres. En 1903 fue asignado al acorazado HMS Implacable en el Mediterráneo, y posteriormente al destructor HMS Locust. En 1904 fue ascendido a teniente y transferido Scylla y posteriormente al Suffolk en el Mediterráneo.

En 1910 fue nombrado comandante de uno de los nuevos destructores de la Clase Beagle el HMF Scorpion donde le sorprendió la PGM. En 1929 recibió el mando del HMS Rodney, y el 24 de septiembre de 1932 fue nombrado Contralmirante. En 1936 fue ascendido a Vicealmirante y en 1938 fue nombrado Comandante en jefe de la Flota británica en el Mediterráneo.

Calabria, Tarento.y el Cabo Matapán fueron testigos de su pericia. En 1942 comandó la escuadra británica de la Operación Torch En 1943 fue nombrado Primer Lord del Mar.

En junio del 46 pasó al retiro después de más de 50 años de servicios. En 1951 publicó sus memorias "A sailor's odyssey". Andrew Cunningham murió súbitamente el 12 de junio de 1963. Fue sepultado en el mar, en una ceremonia a bordo del HMS Hampshire en Nab Tower, Portsmouth.

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A principios de 1941 la situación en África para las tropas italianas allí estacionadas era cada vez más complicada, ya habían perdido Tobruk y Bengasi y nada en el horizonte parecía aventurar un cambio en el devenir de la guerra. Pero un hecho ajeno a los transalpinos vino a darles un respiro. Los británicos, seguros de su superioridad en el continente negro, centran su atención en defender Grecia, amenazada desde Bulgaria.

Por esas paradojas que se dan a veces en la vida y especialmente en la guerra, al mismo tiempo que los ingleses empiezan a trasladar tropas desde Libia a Grecia, un menudo general al frente del ejército expedicionario alemán en África desembarca para reforzar a las desmoralizadas tropas italianas. Inmediatamente los vientos del a guerra cambiaron y ahora son los británicos los que se baten en retirada ante las sorprendentes tácticas del Zorro del Desierto.

Preocupados por la acumulación de tropas en la península Helénica, los alemanes piden a los italianos que la Regia Marina bloquease el paso de los convoyes desde África a Europa, asumiendo una táctica ofensiva que, por otra parte, era para lo que se había diseñado a costa de grandes sacrificios para el pueblo italiano su marina de guerra.

Por una mala labor de inteligencia, los alemanes hacen llegar a los italianos la noticia de que solo el Valiant se encontraba en el Mediterráneo, (lo cierto es que eran tres y no uno, el Warspite y el Barham estaban completamente operativos, los acorazados con los que contaba la Mediterranean Fleet) y que no se esperaba que ni las fuerzas navales británicas en el Atlántico ni la fuerza H (Gibraltar) incursionasen en el Mediterráneo Oriental, por lo que la flota italiana solo se debería enfrentar con una disminuida Mediterranean Fleet. Estas noticias, junto con el ultimátum disfrazado de sugerencia alemán para que acosaran a la flota británica, hicieron que Supermarina (el Estado Mayor de la marina Italiana) decidiese que ya era hora de mostrar la valía de la Marina de Guerra italiana y que saliese a buscar al enemigo.

De inmediato se prepararon planes de intervención, tan de inmediato que aspectos vitales de la operación se apresuraron o sencillamente se obviaron para no retrasar más la operación. Aspectos que después se revelarían como ineludibles, pero que en aquellos victoriosos meses de 1941 no preocuparon a los almirantes de Supermarina

"Orden de operación de Supermarina a las fuerzas navales para la misión de Gaudo y Matapán: Supermarina 51106.

Vittorio Veneto y la I - III - VIII División naval con destructores de escolta, efectuarán el día 'X' por definir (el día X era el 27 de Marzo de 1941) ataque al trafico marítimo enemigo en la zona al sur de Gaudo y en la zona Occidental del Egeo. Grupo Vittorio Veneto incluida la III División naval, calcule sus movimientos en modo de dejar el estrecho de Messina a las 06:30 del día 'X-1' y encontrarse a las 20:00 del mismo día en lat. 34°56’ y long. 19°16’ (180 millas por 350° de Bengasi) y a las 07:00 del día 'X' en punto a 20 millas de Gaudo. Desde este punto dirigirse para encontrarse a las 13:30 del día 'X' a 100 millas a poniente de Cabo Krio y luego regresar a la base.

Grupo Zara, compuesto por la I y VIII División naval, deje la base en las primeras horas del día 'X-1' y calcule sus propios movimientos en modo de encontrarse a las 20:00 del día 'X-1' aproximadamente a 52 millas por 17° del punto asignado al Vittorio Veneto, dirijase luego para pasar a las 04:00 del día 'X' entre Cerigotto y Cabo Spada. Prosiga por Levante hasta el meridiano Cabo Tripite y luego hacia el Escollo Karavi (aproximadamente 30 millas al sur de Stampalia) donde se tendrá que llegar a las 08:00 del día 'X'. Desde este punto dirijase para pasar de nuevo entre Cabo Spada y Cerigotto y luego al punto 90 millas a poniente de Cerigotto donde llegará a las 13:30 día 'X' y luego regresará a la base.

En caso de avistamiento de unidades enemigas atacar solo si están en condiciones favorables en relación de fuerzas.
Con órdenes a parte se dispone la exploración y escolta aérea con aviones nacionales y alemanes.

Comandante superior en el mar, Almirante Angelo Iachino".

Las dos flotas italianas deberían moverse dentro de zonas dominadas por los aviones británicos basados en Creta, por lo que al no contar con portaviones, deberían depender de el paraguas protector de la aviación propia basada en tierra, desde los aeródromos de Rodas y Scarpanto.

La Regia Aeronáutica contaba en la zona con 16 bombarderos, 5 torpederos, 23 cazas y 8 aviones de Reconocimiento. Pero la marina italiana, solicitó además la participación de la Fliegerkorps X, cuyos aparatos tenían mayor radio de acción que los italianos, aún contando con el handicap de que estos aparatos sólo podían operar desde los aeródromos de Sicilia. Esta operación además iba a ser pionera en la colaboración entre la Regia Marina y la Luftwaffe, por lo que de salir bien podía ser el embrión de futuras colaboraciones, muy necesarias considerando el cariz que estaba tomando los acontecimientos en Grecia.

Pero más importante aún era el conocimiento de los movimientos de la Mediterranean Fleet, para lo que era vital un reconocimiento aéreo efectivo
El plan de operaciones para los días venideros sería el siguiente:
• El día 26 de marzo, (día de comienzo de la operación) aviones alemanes e italianos reconocerían Alejandría y Suda, el Egeo y el Mediterráneo Oriental.
• El día 27 se volverían a reconocer estas áreas y Malta, además durante las horas de luz diurna, los aviones alemanes extenderían una sombrilla protectora sobre las dos agrupaciones
• El día 28, la Regia Aeronáutica exploraría la zona comprendida entre sus bases y el cabo Matapán, bombardear los aeródromos de Creta y tener dispuestos sus bombarderos y torpederos sitos en el Dodecaneso. Así mismo, darían escolta de cazas a los buques durante la mañana del 28.
Por su parte, la Fliegerkorps X reconocería las aguas entre Creta y la costa Africana
Este concienzudo plan, dejaba de lado la misión más importante de todas y que a la postre supuso la derrota italiana. No se consideró el reconocimiento del puerto de Alejandría
Zarpa la Flota
Iachino hizo que embarcarán en el Vittorio Veneto radiotelegrafistas de la Luftwaffe para las necesarias comunicaciones con el Fliegerkorps y un equipo de desencriptadores que tan buenos servicios prestarían en el transcurso de las operaciones.


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Vittorio Veneto


A las 21:00 del 26 de Marzo, el Vittorio Veneto escoltado por los destructores Maestrale de la X escuadrilla zarpó del puerto de Nápoles (estos destructores serían relevados por la XII Escuadrilla “Granatiere” para asegurar la autonomía de estos buques). Dirigiéndose al encuentro de los cruceros más allá del estrecho de Messina en la formación típica para navegación nocturna, cuatro destructores en cabeza distanciados dos mil metros con el acorazado, cuatro mil metros a popa

A las 21:00 partieron del puerto de Brindisi la VIII División de cruceros a las ordenes del Almirante Antonio Legnani (Abruzzi y Giuseppe Garibaldi) con nueve destructores de la XVI Escuadrilla (incluyendo Da Recco, Emanuele Pessagno) y del puerto de Tarento a las 23:00 la I División de Cruceros bajo el mando del Almirante Cattaneo (Zara, Pola y Fiume) con la escolta de los 4 destructores de la clase “Oriani” que conformaban la IX escuadrilla de destructores (Alfredo Oriani, Giosué Carducci, Vincenzo Gioberti y Vittorio Alfieri).

Del puerto de Messina, a las 05:30 zarpó la III División de Cruceros comandada por el Almirante Luigi Sansonetti (Trieste, Trento y Bolzano) escoltada por 3 destructores de la XII escuadrilla clase “Soldati” (Ascari, Corazziere y Carabiniere).

A las 11:00 de la mañana, las cuatro formaciones se habían unido y comenzaron su peripecia con los mejores augurios.

Pero un doble golpe esperaba al almirante Iachino en la mañana del 27, la cobertura aérea proporcionada por los alemanes no se llevaría a cabo y sobre todo la presencia de un Sunderland que avistado por el Trieste llevaba al almirante italiano a la conclusión de que el factor sorpresa se había perdido. Esta mala noticia fue confirmada por los especialistas del servicio criptográfico que interceptaron un mensaje del hidroavión a su base notificando la presencia de la Tercera División de Cruceros. Supermarina tardó más de cinco horas en notificar a Iachino la existencia del mensaje del avión ingles, lo cual por una parte debió satisfacer al almirante por su idea de embarcar a los especialistas a bordo del Vittorio Veneto, pero por otra parte le tuvo que consternar ya que cualquier noticia que los hombres embarcados no pudiesen captar le sería notificada cuando ya fuese tarde.

En el Veneto, el avistamiento del hidroavión supuso un golpe, ya que al saberse descubiertos pensaron que los ingleses suspenderían los convoyes y que su acción sería infructuosa, que lejos estaban de conocer las intenciones de los británicos.

Esa misma tarde, ser recibió un mensaje proveniente de Rodas señalando que habían sido avistados en el puerto de Alejandría tres acorazados, dos portaviones (los averiados Eagle e Ilustrious) y varios cruceros, además de destructores.

A bordo del Vittorio Veneto se estimó que al solo haberse detectado al grupo del Trieste y puesto que Supermarina no ordenaba la suspensión de la operación, la respuesta de los británicos no sería muy importante por lo que se decidió seguir adelante.

Esta errónea apreciación fue motivada en parte por el comunicado del Fliegerkorps X a Supermarina de que sus aviones había alcanzado a dos acorazados ingleses a cien millas del cabo Krios el 16 de Marzo y por lo tanto sólo un acorazado estaba en condiciones en el Mediterráneo Oriental y al desconocimiento por otra parte de que el 24 de marzo los alemanes habían detectado (y comunicado a Supermarina) a tres acorazados ingleses (dos “Queen Elizabeth” y un “Barham” y un portaviones tipo “Formidable”.

Por su parte, Supermarina ordenó al Almirante Cattaneo suspender el raid previsto con las divisiones I y VIII y unirse con Iachino
Pero mientras tanto, ¿Qué hacían los ingleses?

A las 19:00 horas del 27 de Marzo, la fuerza A de Cunninghnam formada por los acorazados Warspite, Valiant y Barham junto con 9 destructores (HMS Greyhound, HMS Griffin, HMAS Stuart, HMS Jervis, HMS Janus, HMS Mohawk, HMS Nubian, HMS Hotspur y HMS Havock) dejaba Alejandría.

La fuerza B del Almirante Pridham-Wippell, compuesta por los cruceros ligeros (HMS Orion, HMS Ajax, HMAS Perth y HMS Gloucester) y cuatro destructores (HMS Hasty, HMS Hereward, HMS Ilex, HMAS Vendetta) abandonaba el puerto del Pireo.

Los planes británicos preveían que las dos formaciones se uniesen en la madrugada del 28 al sudeste de Gaudo, por una coincidencia del destino las dos flotas se encontrarían a la misma hora en el mismo punto del Mediterráneo. ¿O no era una coincidencia?

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Warspite tta, Malta.


Gracias a que Supermarina había pedido apoyo aéreo a los alemanes y que estos utilizaban la máquina Enigma para cifrar sus ordenes Cunninghnam conocía perfectamente los planes italianos y sólo había enviado al Sunderland como tapadera de su fuente, para que los miembros del Eje no sospechasen al encontrarse las dos flotas al Sur de Gaudo.

Cunninghnam, hace todo lo posible para disimular su conocimiento y la pronta salida de la flota esperando la llegada de la noche para hacer salir sus barcos excepto el Formidable, que estima se oculta mejor saliendo de día (cierto, aunque eso no lo podía saber él, la salida diurna del portaviones hace que no sea detectado por los aviones de reconocimiento italianos, que de haberlo avistado seguramente hubiesen alertado urgentemente de su presencia y ahí se habría acabado todo.)

El objetivo de Cunninghnam era:
1. Atraer a la flota italiana lo más lejos de sus bases
2. Organizar ataques aéreos para disminuir su superior velocidad
3. Desarrollar entonces la batalla naval y destruir la flota trasalpina
Para conseguir esto, pretende utilizar la fuerza B (claramente inferior a la armada italiana) como cebo para atraerlos a los dominios de la Fuerza A, donde cambiarían las tornas y se conseguiría el objetivo deseado.


Enfrentamiento en Gaudo

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Sobre las 7 horas de la mañana del 28 de Marzo, Cunninghnam empieza a tener noticias de la flota italiana, un avión señala la presencia de 4 cruceros y cuatro destructores, otro de 4 cruceros y 7 destructores y un tercero 3 acorazados y 4 destructores. (Con la llegada de estas noticias, el almirante británico debió tener un buen susto ya que esta flota sería mucho más importante de lo que esperaba y que la suya misma), pero Cunninghnam, aún sospechando que la flota italiana se encontraba cerca, no conoce ni la composición de la misma ni su situación concreta y no lo sabrá hasta que recibe noticias de que los cruceros de Pridham-Wippell están siendo atacados por los cruceros italianos de Sansonetti, que alertado por un RO43 había comunicado la posición de los cruceros ligeros británicos a la división del Trieste.

En este momento se produce una de esas situaciones de incertidumbre que pueden decantar la batalla naval que se avecina a favor de aquel que resuelva más rápidamente el escenario bélico con la información disponible.
• Por una parte los italianos desconocen la presencia de la Fuerza A con los tres acorazados británicos y el Formidable.
• Por otra parte los ingleses ignoran que el Vittorio Veneto y los cruceros pesados de la I división están también presentes en el área

Evidentemente, las fuerzas “fantasma” que eran desconocidas por el otro bando, juegan a favor de los británicos ya que sus formaciones son muy superiores a las italianas, pero un apercibimiento rápido de la situación podía hacer intervenir a los aviones basado en Sicilia y Rodas golpeando duramente a unos desconcertados ingleses.

Las fuerzas de vanguardia (los cruceros ligeros de Pridham-Wippell, frente a los cruceros pesados y ligeros de Sansonetti) obedecían al mismo cometido, simular una retirada para emboscar al enemigo con la fuerza principal de sus respectivas flotas.

Pridham-Wippell inmediatamente cambiaron de rumbo e intentó poner mar por medio al tiempo que Sansonetti se lanzaba en su persecución. En descargo de Sansonetti podríamos decir que si bien no sospecho de la falta de compatibilidad británica, en contradicción con la actitud observada en los británicos durante toda la guerra, hay que reconocer que su superioridad era manifiesta (tres cruceros pesados y dos ligeros junto con trece destructores contra cuatro ligeros y cuatro destructores de su contraparte británico), y quizá pensó que el ánimo británico se había truncado al fin.

Fuera como fuese, lo cierto es que Iachino no pico el anzuelo y ordeno al vicealmirante italiano suspender la persecución y dirigirse hacia el oeste. Pero, quizá para sorpresa de Sansonetti, los británicos también invirtieron el rumbo y comenzaron a perseguir a los latinos. La precaución de Iachino, estaba justificada, los británicos guardaban un as bajo la manga. Eran las 08:55 del 28 de marzo de 1941, el panorama comenzaba a clarificarse.

Sobre las once, ante la perseverancia de los británicos de perseguir a los cruceros italianos, Iachino opto por rodearlos y cogerlos entre dos fuegos. De pronto sobre los cruceros ingleses se desencadenó el fuego del acorazado trasalpino y si a este se hubiese sumado el de los cruceros de la I y VIII división la suerte de estos hubiese estado sellada. Pero Cunningham no permaneció ocioso. Temiendo por la destino de los cruceros de la Fuerza B, ordenó el ataque de los Albacore del Formidable creando una curiosa confusión a su llegada, los ingleses los tomaron por italianos e hicieron fuego antiaéreo contra ellos, Iachino pensó también que eran CR42 con base en Rodi. Cuando fue evidente que los biplanos se dirigían contra los buques italianos, Iachino ordenó el cese del ataque contra la Fuerza B y aprestarse a la defensa antiaérea.

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El Veneto abre fuego


Si bien el ataque aéreo no tuvo ningún resultado, tuvo dos consecuencias de mediana importancia, de un lado, la fuerza B pudo retirarse sin problemas y por otro el comandante italiano considerando que la escolta aérea no aparecería ordenó a sus buques retirarse, aún desconociendo la presencia del portaviones en el área y estimando que los torpederos provenían de las bases enemigas de Grecia y Creta.

Cunningham por su parte continuó la persecución del enemigo a distancia, considerando que si bien tenía pocas posibilidades de alcanzarlos por la mayor velocidad de la flota italiana, no debía dejar la oportunidad de aprovechar cualquier circunstancia que le favoreciese. Y es que a menudo, la fortuna favorece a los audaces.

Sobre las 14:25 Iachino recibe las primeras noticias de la presencia de grandes unidades británicas en la zona al interceptar un mensaje de la base de Rodi a Supermarina informando del avistamiento por parte de un avión de reconocimiento estratégico de un acorazado, un portaviones, seis cruceros y cinco destructores a levante del Veneto. Iachino desconfía de la verosimilitud de esta información ya que sus exploradores no habían descubierto a esa formación y espera confirmación por parte de Supermarina, que tampoco la cree y no da curso a la misma para evitar confusión. Ambos centros italianos supusieron que los exploradores habían confundido formaciones amigas, tomándolas como enemigas, pero como pudieron confundir un portaviones con uno amigo si no existía.

En realidad el avistamiento de la Fuerza A no provenía de un avión de exploración sino de dos torpederos que incluso habían atacado al Formidable sin éxito y el obviar esta información es un error achacable tanto a Iachino como a Supermarina que tenían medios para confirmar la noticia y tendría consecuencias funestas para la Regia Marina.

Frente a la ignorancia de la situación táctica de Iachino, Cunningham si posee un cuadro completo del escenario en el que se movía, tan solo desvirtuada por la suposición de que tal vez, junto al Vittorio Veneto podrían hallarse dos Giulio Cesare, y bajo tal visión comenzó a trazar una estrategia.

Cunningham era consciente de que no podía alcanzar a buques más veloces y que además el tiempo corría en su contra ya que cuanto más se acercase a las bases italianas, más posibilidades tenía de sufrir un ataque de aviones italianos o alemanes y menor cobertura aérea podría tener de sus propios aviones con base en Creta o Grecia. Su única posibilidad consistía en un ataque de los torpederos de Formidable que alcanzasen a una nave capital italiana que hiciese aminorar la marcha de la escuadra italiana dando tiempo a sus acorazados de situarse en posición.

Fiel a este pensamiento, el almirante británico lanzó un ataque consistente en cinco torpederos (3 Albacore y 2 Swordfish) y algunos cazas con la finalidad de servir de distracción a la defensa antiaérea y dar cobertura a los torpederos en el supuesto de que llegasen aviones hostiles. El capitán Dalyell-Stead, al mando de la operación se colocó junto con otros dos torpederos en abanico frente al acorazado y a 1000 metros del Leviatán lanzó su torpedo, justo antes de ser derribado. Su sacrificio no fue vano, el torpedo toco la popa explotando a la altura de la hélice izquierda. Cuatro toneladas de agua entraron en el casco, bloqueando el timón y deteniendo la nave. Cuando consiguieron volver a ponerla en movimiento, gobernada con el timón de mano, habían pasado 6 interminables minutos, la flota enemiga se encontraba a 55 millas y la base más cercana a 420 millas y lo peor de todo, la velocidad, la mejor arma de los acorazados italianos, aquella carta a la que se había sacrificado armamento y protección se había reducido a 15 nudos. La tragedia comenzaba a mascarse.


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HMS Formidable


Los ataques aéreos continuaron y a pasadas las 15:00 horas seis Blemheims de la RAF bombardean sin éxito al Zara y al Garibaldi y otros cuatro atacaron al Trento y al Bolzano con idéntico éxito. A las 16:45 se repiten los ataques sobre Cattaneo y a las 17:00 sobre Sansonetti, ningún ataque de los comentados tuvo el menor fruto pero si los comento es por que en todo este tiempo de aprensión para los italianos ni los aviones alemanes ni los de la Regia Aeronáutica hicieron acto de presencia. Llegado este momento, Iachino decide que ya estaba bien, que la misión era imposible y que había que regresar a puerto antes de que el daño fuese mayor

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El Vittorio Veneto tocado


Para Iachino, la misión había cambiado radicalmente, de cazador había pasado a presa y sabía que los lebreles británicos no iban a abandonar la caza fácilmente. Su primera prioridad pasó a ser la supervivencia de su buque insignia y ordenó al resto de la flota adoptar una formación defensiva en torno al acorazado. Situó a sus fuerzas en cinco columnas con el Vittorio en el centro con un destructor a popa y otro a proa, a la izquierda el Trento, el Trieste y el Bolzano. A la derecha el Zara, el Fiume y el Pola, como piquete exterior los destructores, tres a la izquierda y cuatro a la derecha. El Garibaldi y el Abruzzi recibieron permiso para dirigirse por sus medios a su base.

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Swordfish painting by Dennis Andrews - see www.warshipart.com


El HMS Warspite se prepara para recoger el Swordfish del capitan Bolt

El capitán de corbeta Bolt, observador personal de Cunningham, después de realizar un vuelo de reconocimiento de la zona del ataque señaló que el Vittorio Veneto seguramente había sido alcanzado y navegaba a 12 nudos.

En realidad, los italianos marchaban a 19 nudos y los ingleses a 20, para los italianos, dada la similar velocidad de las dos escuadras y la cercanía de la noche, no había motivos para temer complicaciones mayores. Iachino sospechaba que los ingleses estaban tras su pista, pero no tenía forma de comprobar sus sospechas.


La batalla del Cabo Matapán

Con la puesta de sol, los mediterráneos se sintieron más seguros ya que pensaron que la oscuridad les protegería de los ataques aéreos. Para los británicos la cuestión pintaba diferente. Si no aprovechaba los minutos que quedaban del ocaso la flota enemiga se les escaparía hasta situarse bajo el amparo de los bombarderos propios. Pero poco podía hacer, sus acorazados no tenían la suficiente velocidad para alcanzar al enemigo y mandar a sus cruceros al ataque hubiese sido una barbaridad. Sólo le quedaba por tanto volver a jugar su mejor baza y esperar que la fortuna le volviese a sonreír.

A las 19:30 los torpederos alcanzaron la formación italiana, con las luces del crepúsculo lanzaron su décimo ataque sin que ningún avión enemigo entorpeciese su labor, durante quince minutos maniobraron entre el fuego enemigo y lanzaron sus torpedos, luego se retiraron. Ninguna unidad reportó daños y el combate podría darse por fracasado. La flota italiana podía darse por salvada.

Pero a las 20:11 el Vittorio Veneto intercepta un mensaje del almirante Cattaneo, que desde el Zara interrogaba al Pola sobre su situación. Un torpedo había tocado al Pola y lo había inmovilizado, en principio se pensó que el impacto había sido a proa, por lo que el daño no seria excesivo y Cattaneo solicita a Iachino permiso para que dos destructores escolten al Pola hasta que este recupere su andar.

Mientras los británicos seguían acercándose, Iachino ordenó a los cruceros Zara y Fiume junto con los destructores Alfieri, Gioberti, Carducci y Oriani que se acerquen al Pola para socorrerlo.

La primera división de cruceros invierte entonces el rumbo y se apresta a socorrer a su gemelo herido, pero al hacerlo, si hasta entonces mantenían la formación típica en forma de T con los destructores en vanguardia formando una línea de ocho mil metros de ancho y los dos cruceros detrás a cuatro mil metros, al invertir el sentido de la navegación, los cruceros quedan al frente, con los destructores a popa

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R.M. Pola


Como no se espera la presencia del enemigo no se recupera la formación reglamentaria, encaminándose confiadamente a su destrucción
El Orión detecta al Pola, confundiéndolo con el Veneto, con su radar y transmite su posición al resto de la flota mientras continua la persecución del resto de los italianos, situados ya a menos de 10 millas de los cruceros británicos. El Pola ignorante de la cercanía de los buques enemigos llegó incluso a lanzar una bengala para señalar su posición a los barcos que se acercaban para remolcarlo.

Los navíos italianos prosiguen tranquilos su camino sin aprestar sus armas para el combate. Los cañones llevaban los tapones metálicos bloqueando las bocas de sus cañones como mandaba el reglamente en navegación nocturna.

A las 22:30, el Valiant detecta al Pola y los ingleses se aprestan a disparar su artillería pesada contra el inmóvil crucero. En este momento, cuando todavía los cañones no han abierto fuego, desde el Warspite detectan al Zara y al Fiume que se acercan confiados por estribor. Cunningham ordena apuntar a los nuevos enemigos presuponiendo certeramente que el Pola no va a escapar y al tiempo que los reflectores iluminan a los incautos cruceros, el fuego combinado de los cañones de los tres acorzados converge contra los dos cruceros. A menos de 3500 metros, el impacto fue devastador, catorce proyectiles de 381 mm alcanzaron al Zara y tres al Fiume, igualmente fueron destruidos dos de los cuatro destructores que seguían a los cruceros.

El resto, ya es sabido, terminada la cacería, Cunningham se acordó del Pola, al comprobar que estaba inmovilizado y que por una avería eléctrica tampoco podía defenderse se procedió al abordaje. Al subir a bordo, la impresión no pudo ser más penosa para cualquier marinero fuese de la nacionalidad que fuese, sobre la cubierta, entre docenas de botellas vacías y montones de ropa, los marineros del Pola deambulaban desnudos y borrachos. (Esta deprimente escena tiene una explicación menos ominosa para los italianos de lo que pudieron pensar los marineros de la Royal Navy al subir al buque italiano, al recibir el primer torpedo, gran parte de la marinería se lanzó a las heladas aguas en plena noche, una vez a bordo utilizaron el vino para calentarse).

A las 3:40, una vez trasbordados los últimos marineros a bordo del Jarvis, este torpedeó al Pola hundiéndolo.

Mucho se ha debatido sobre la idoneidad de Iachino de mandar sus barcos sobre sus pasos, para socorrer al Pola, aduciendo que debía haberlo dejado a su suerte e incluso apuntan que Cattaneo sospechaba algo al pretender socorrer al Pola solo con dos destructores, pero considerando que no se esperaba la presencia de la flota británica en esas latitudes, se me antoja adecuada la respuesta que me dio un amigo comentando este hecho:”Entonces que ibas a hacer lince, dejar un estupendo buque de 11.500 toneladas a merced del enemigo porque te persiguen cuatro cruceros ligeros y cuatro destructores, al llegar a puerto te hubiesen despellejado, y con razón”. Ahora sabemos que estas apreciaciones eran incorrectas, pero esa no era la información con la que contaba Iachino. Los errores aquí expuestos y otros más omitidos por no hacer más prolijo el relato condujeron al debacle de la Regia Marina, pero en mi opinión, los errores más relevantes no están limitados a esta acción por importante que pudiese ser, no es que a Iachino se le facilitase mala información esos aciagos días, sino que era la base doctrinal misma de la Regia Marina la que estaba terriblemente equivocada y no era apta para luchar en un conflicto mundial en 1940.


A modo de corolario

Si Iachino hubiese podido contar con un portaviones, habría podido tener un reconocimiento decente primero y defenderse después de los torpederos británicos. Si al menos hubiese habido en Italia una Aviación Naval digna de tal nombre, las carencias antes expuestas se podrían haber mitigado un poco. Si la doctrina naval italiana hubiese previsto el combate nocturno, sus buques no habrían navegado dócilmente hacia su destrucción y seguramente se habría desarrollado algo parecido al radar, permitiéndole detectar anticipadamente a la flota enemiga a distancia suficiente para defenderse o ponerse a salvo. Pero todo esto no ocurrió y ello no puede ser imputado al almirante mediterráneo.

La acción que pretendía devolver la iniciativa a la Regia Marina y poner de manifiesto su potencial, le había costado tres cruceros, dos destructores, uno de sus mejores acorazados averiado y 2.303 victimas humanas (782 en el Zara, 813 en el Fiume, 328 en el Pola, 211 en el Alfieri y 169 en el Carducci). A los ingleses, el Albacore del capitán Dalyell-Stead junto con los tres miembros de su tripulación, derribados al torpedear al Vittorio Veneto.

Pero además había dejado clara la posición naval de cada país, los británicos con sus técnicas de combate nocturno, su radar y el apoyo de sus portaviones serían los dueños del Mediterráneo durante toda la guerra. Los italianos, sin aviación embarcada y con una doctrina naval propia de la Primera Guerra Mundial no volverían a disputar la supremacía naval en el mar que orgullosamente habían querido volver a denominar “Mare Nostrum”.

Iachino, en su informe a Supermarina, escribe:
« Nonostante le dolorose perdite subite, nessuno di coloro che hanno preso parte all'operazione di Gaudo si sente abbattuto e depresso. Nessuno si sente vinto. »
« Tutti hanno l'intima certezza di aver compiuto il loro dovere fino ai limiti del possibile, e di aver fatto del loro meglio nelle difficili con. dizioni in cui si sono venuti a trovare. »
El propio Mussolini, al recibir a Iachino en el Palacio de Venecia, reconocía su error con estas palabras:
“Riconoscendo anzi che, in gran parte, lo scontro di Matapan era la conseguenza dell'insufficienza della protezione aerea alla Squadra, e degli errori della ricognizione a distanza, egli ordinò di trasformare subito due grossi piroscafi in navi portaerei (l'Aquila e lo Sparviero), colmando cosi una grave lacuna che la Marina lamentava invano da anni”.
Una tercera dificultad vino a ampliar la desventaja italiana conforme avanzó la guerra y no fue otra sino la falta de combustible, pero este perjuicio también hay que achacarlo a la falta de previsión latina. Con un país que habría de recibir sus suministros por vía marítima, con territorios a ambos lados del Mediterráneo, enclavado en un mar cuyos dos extremos estaban dominados por una potencia extranjera y tal vez enemiga, la concepción naval italiana se basó en mantener una flota a la par, aunque superior, con la francesa, ignorando cualquier comparación con la británica. Y esto siguió siendo así aún cuando tras el incidente de Abisinia, los ingleses cerraron el Mediterráneo a los buques italianos, dando clara muestra de su poder y de sus intenciones si alguna vez era necesario.


FAIREY “ALBACORE”, el verdugo de Matapán


Resultado de imagen de FAIREY “ALBACORE”
Tripulantes: 2 tripulantes.
Tipo: Avión bombardero-torpedero basado en tierra o portaviones.
Motores:1 motor "Bristol" Taurus XII de 14 cilindros en doble estrella y 1.130 CV.
Velocidad máx.:257 km/h.
Subida inicial: A 1.830 m. En 8 minutos.
Techo máximo: 6.310 m.
Autonomía: 1.497 km.
Pesos: 3.269 kg. en vacio / 5.670 kg al despegue
Medidas:
Envergadura: 15,23 m.
Longitud: 12,18 m.
Altura: 3,81 m.
La voz del protagonista.
Reflexiones de Iachino en 1962 rememorando la batalla de Matapan
L 'operazione di Gaudo, colla sua tragica conclusione, fece naturalmente una grande impressione in Marina e nel Paese; da allora essa è stata molto discussa, ma spesso anche giudicata con scarso senso di obiettività.
Soprattutto mi pare che non siano stati sufficientemente apprezzati i suoi aspetti a noi favorevoli, quali:
• l'aver spinto le nostre forze navali in una azione offensiva nel Mediterraneo orientale;
• l'aver manovrato, nella seconda fase della battaglia di Gaudo, in modo da tentare di prendere tra due fuochi il nemico;
• l'aver per due volte obbligato gli incrociatori inglesi a battere in ritirata sotto il preciso tiro delle nostre artiglierie;
• l'aver evitato tutte le bombe e quasi tutti i siluri degli aerei nemici, pur non avendo alcuna protezione dall'alto;
• l'aver improvvisato una efficace difesa intorno al Vittorio Veneto ferito durante il grande e violento attacco aereo al crepuscolo;
• l'aver fatto fallire la ricerca notturna di 8 C. T. nemici, appoggiati da incrociatori muniti di radar.
Alcuni scrittori, anziché questi aspetti dell'operazione che tornano a onore della nostra Marina ne hanno messo in rilievo soltanto gli episodi meno favorevoli.
Inoltre, senza tener conto delle insufficienti ed errate informazioni da me avute prima e durante l'operazione, e senza rilevare la mancanza del radar sulle nostre navi e le eccezionali coincidenze di tempo e di luogo che portarono la I Divisione a scontrarsi con l'intera forza di Alessandria (che nessuno, a bordo o a terra, sapeva fosse in mare e cosi vicina a noi), quegli scrittori hanno condannato senza riserve la decisione di inviare quella divisione a soccorrere il Pola.

Tale decisione fu da me presa perché, in base alle informazioni che possedevo, ero convinto che Cattaneo non potesse, nel corso della sua missione, incontrare pericoli maggiori di quelli ordinari di guerra.
D'altra parte, mi sembrava inumano e mi ripugnava abbandonare il Pola al suo destino senza nemmeno far esaminare se fosse possibile tentarne il salvataggio.
Riconosco che si poteva decidere in modo diverso, dando minor valore all'aspetto morale della questione; ma mi conforta quanto hanno scritto in proposito eminenti ammiragli stranieri.
Anzitutto il Cunningham, che, nel suo libro di memorie, ha detto : « ...la decisione dell'ammiraglio Iachino di distaccare lo Zara e il Fiume per soccorrere il Pola non può essere discussa (cannot be questioned). »
L 'ammiraglio francese R. de Belot, che, dopo aver esaminato, nel suo libro La guerre aeronavale en Mediterranee, le ragioni che mi avevano suggerito di inviare la I Divisione in aiuto al Pota, ha concluso :
« Queste ragioni hanno molto valore, e sarebbe ingiusto rimproverare al comaridante in capo italiano di aver accettato dei rischi per salvare una delle sue migliori unità. Se egli non l'avesse fatto, gli sarebbe stata rimproverata la sua inerzia. »

Infine, l'ammiraglio Weichold, rappresentante della Marina germanica a Supermarina, che, in una sua lettera alla Rivista Marittima (agosto-settembre 1956), ha scritto:
« L 'apprezzamento della situazione fatto la sera del 28 marzo dal comandante della flotta italiana si basava sui dati della ricognizione ae- rea: e quindi non poteva essere che errato. In tali circostanze, i Tedeschi non hanno mai criticato la decisione del comandante della flotta Dopo il siluramento, il Vittorio Veneto naviga, forte. mente appoppato, verso la base di Taranto di distaccare gli incrociatori Zara e Fiume. »

Guardando poi all'operazione di Gaudo da un punto di vista più generale, e rettificando in parte i giudizi troppo parziali espressi da Pack nel suo libro su Matapan, il critico navale del Times ha cosi concluso (23 febbraio 1961):
« Lasciamo dunque che Matapan sia riconosciuta come un'azione piena di successo e ben fruttuosa, ma tributiamo anche onore alla Marina italiana, quando questo onore le è indubbiamente dovuto. »

Io vorrei che anche da noi non ci si limitasse a ricordare l'operazione di Gaudo soltanto per il doloroso sacrificio di tante giovani vite, ma si ricordasse anche, e con giustificato orgoglio, quanto di lodevole, di valoroso e spesso anche di ammirevole compirono le nostre navi e i no- stri equipaggi prima di cadere nella tragica trappola di Matapan. http://digilander.libero.it/shinano/Battaglienavali/Matapan/Matapan%20italiana%20-%20conclusioni.htm


Las Flotas Enfrentadas:
• Regia Marina
Acorazados

Resultado de imagen de vittorio veneto acorazado
Vittorio Veneto 35.000 tn 30.5 nudos 9x15" + 12x6"

Cruceros

Resultado de imagen de cruiser Trieste 1941
Trieste 10.500 tn 35 nudos 8x8" + 8x21" torp
Trento 10.500 tn 35 nudos 8x8" + 8x21" torp
Bolzano 10.500 tn 35 nudos 8x8" + 8x21" torp


Resultado de imagen de rm fiume 1941
Pola 11.500 tn 32 nudos 8x8"
Fiume 11.500 tn 32 nudos 8x8"
Zara 11.500 tn 32 nudos 8x8"

Resultado de imagen de rm Garibaldi  1941
Abruzzi 7.874 tn 35 nudos 10x6"
Garibaldi 7.874 tn 35 nudos 10x6"

Destructores

Resultado de imagen de rm De Recco  1941

De Recco 1.628 tn 39 nudos 6x 4.7"
Pasagno 1.628 tn 39 nudos 6 x 4.7"
Vicenzo Gioberti 1.568 tn 39 nudos 4x4.7"
Vittorio Alfieri 1.568 tn 39 nudos 4x4.7"
Oriani 1.568 tn 39 nudos 4x4.7"
Giosue Carducci 1.568 tn 39 nudos 4x4.7"
Maestrale 1.640 tn 32 nudos 4x4.7"
Libeccio 1.640 tn 32 nudos 4x4.7"
Scirocco 1.640 tn 32 nudos 4x4.7"
Gragale 1.640 tn 32 nudos 4x4.7"
Granatieri 1.710 tn 32 nudos 5x4.7"
Fuciliere 1.710 tn 32 nudos 5x4.7"
Bersagliere 1.710 tn 32 nudos 5x4.7"
Alpino 1.620 tn 39 nudos 5x4.7"
Corazziere 1.620 tn 39 nudos 5x4.7"
Carabinieri 1.620 tn 39 nudos 5x4.7"
Ascari 1.620 tn 39 nudos 5x4.7"


• Mediterrean Fleet


Portaviones


Resultado de imagen de HMS Formidable 1941
HMS Formidable 23.000 tn 30.5 nudos 16x4.5"

Acorazados


Resultado de imagen de HMS Barham 1941
HMS Warspite 30.600 tn 24 nudos 8x15" + 8x6"
HMS Barham 30.600 tn 24 nudos 8x15 + 8x6"
HMS Valiant 31.250 tn 24 nudos 8x15" + 20x4.5"

Cruceros


Resultado de imagen de HMS Ajax 1941
HMS Orion 7.215 tn 32.5 nudos 8x6"
HMS Ajax 6.985 tn 32.5 nudos 8x6"
HMS Perth 7.165 tn 32.5 nudos 8x6"
HMS Gloucester 9.100 tn 32.3 nudos 12x6" 6x21" torpedos

Destructores

Resultado de imagen de HMS Jervis 1941

HMS Jervis 1.760 tn 36 nudos 6x 4.7" 10x21"
HMS Janus 1.760 tn 36 nudos 6x 4.7" 10x21"
HMS Mohawk 1.960 tn 36.5 nudos 8x4.7"
HMS Nubian 1.960 tn 36.5 nudos 8x4.7"
HMS Stuart 1.530 tn 36.5 nudos 5x4.7"
HMS Greyhound 1.350 tn 35.5 nudos 4x4.7"
HMS Griffin 1.350 tn 35.5 nudos 4x4.7
HMS Havock 1.340 tn 35.5 nudos 4x4.7"
HMS Hotspur 1.340 tn 35.5 nudos 4x4.7"
HMS Ilex 1.370 tn 36 nudos 4x4.7"
HMS Hasty 1.340 tn 35.5 nudos 4x4.7"
HMS Hereward 1.340 tn 35.5 nudos 4x4.7"
HMS Vendetta 1.340 tn 35.5 nudos 4x4.7"
HMS Juno 1.760 tn 36 nudos 6x 4.7"
HMS Jaguar 1.760 tn 36 nudos 6x 4.7"
HMS Defender 1.960 tn 36.5 nudos 8x4.7"

BIBLIOGRAFIA
Memorias de la SGM, Winston Churchill
La Guerra Naval en el Mediterráneo, Luís de la Sierra
A la guerra en biplano, Charles Lamb
Navíos y Veleros, Planeta de Agostini
La II Guerra Mundial, ABC – Prensa Española
http://www.navytrieste.com/Storia/Incrociatori_italiani.htm
http://www.regiamarina.it/
http://www.exordio.com/
http://www.regiamarina.net
http://www.warshipsww2.eu
http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Cape_Matapan
http://digilander.libero.it/shinano/novita%20dell'anno%202003.htm
http://www.historynet.com/air_sea/naval_battles/3029406.html
http://digilander.libero.it/planciacomando/WW2/mata1.htm


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