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Las Fosas de Katyn: Un crimen sin castigo

Krew zolnierzy i obywateli polskich, gdziekolwiek byla ona przelana, wola o zadoscuczynienie do sumienia wolnych narodow swiata.

La sangre de los soldados y los ciudadanos polacos, dondequiera que haya sido derramada, clama ser expiada ante la conciencia de los pueblos libres del mundo.

 Parte de un anuncio del gobierno polaco de 17 de abril de 1943.

 

Orígenes:
Durante la invasión soviética a Polonia en septiembre de 1939, entre 250.000 y 454.700 soldados polacos fueron capturados e internados en campos de concentración en la URSS: Jukhnovo, Yuzhe, Kozelsk, Kozelshchyna, Oranki, Ostashkov, Tyotkino, Starobielsk, Vologda y Gryazovets. Ante la avalancha de prisioneros, el 19 de septiembre de 1939 Lavrenty Beria –Comisario del Pueblo para Asuntos Internos y Comisario para la Seguridad del Estado- , ordenó al NKVD (Narodny Kommisariat Vnutrennikh Del) formar el Comisariado para Prisioneros de Guerra, que fue dirigido por el capitán Pyotr K. Soprunenko.
Se realizó un esfuerzo por separar a los oficiales en grupos. Primero, a los de mayor rango, que fueron internados con centenares de doctores polacos –todos ellos reservistas- en Kozielsk; suboficiales, profesores y políticos –asimismo reservistas- en Starobielsk, y, finalmente, guardias de frontera, policías y funcionarios públicos –todos ellos reservistas- en Ostashkov. Líderes religiosos fueron internados en los tres campos. En total, estos campos contenían 15.400 prisioneros, a cargo de la NKVD, y funcionaron desde septiembre-octubre de 1939 hasta abril mayo de 1940. Durante estos seis meses de internamiento, los prisioneros fueron investigados cuidadosamente, y en numerosas ocasiones, a diferentes horas del día y de la noche, asesorándose sus inclinaciones y simpatías políticas, orígenes sociales, cualificaciones de trabajo, su opinión sobre la guerra, sus conocimientos sobre la URSS y, en particular, si habían participado en la victoria polaca sobre los bolcheviques en 1920. Asimismo, se intentaba determinar la posibilidad de convertir a los prisioneros al comunismo. Las evidencias demuestran que sólo 6 se unieron a las fuerzas soviéticas. Estas actividades incluían la circulación de rumores de que pronto los prisioneros serían liberados y enviados a casa.

De repente, entre abril y mayo de 1940, durante cinco semanas, la NKVD estuvo transportando oficiales polacos desde campos de concentración en Starobielsk, Kozelsk y Ostashkow hacia un lugar en la carretera Smolensk-Vitebsk, con rumbo a otros campos como paso previo a una posible liberación. Trasladados en grupos –200 a 300 prisioneros eran transportados al día-, los prisioneros fueron listados para la transferencia, apuntándose los particulares sobre ellos según los trámites habituales, que incluían las huellas dactilares. Rumores sobre la detención de entre 400 y 500 oficiales polacos en Pavlishchev Bor y Griazovetz causaron una cierta incertidumbre, pues se temía que iban a ser fusilados –posteriormente se supo que fueron enviados a Pavlishev-Bor porque se esperaba que podrían ser convertidos fácilmente al comunismo-. Irónicamente, estos fueron los únicos supervivientes de la legión perdida. Posteriormente, en Octubre de 1940 estos 400 supervivientes fueron escogidos por los rusos para formar los cuadros de un ejército polaco en la URSS. Del resto de los prisioneros no se supo más. De repente, la correspondencia que llegaba de estos prisioneros internados en Kozielsk, Starobielsk y Ostashkov a través de la Cruz Roja se interrumpe a finales de marzo de 1940. Sólo hay noticias de los 400 de Griazovtez: 15.170 hombres se habían volatilizado.

Stefan ANTONOWICZ, doctor en física, maestro, teniente del ejército polaco. Asesinado en katyn.

Barbarroja.
Cuando Barbarroja comienza en junio de 1941 Stalin se encontró en la paradójica situación de tener como aliados a los polacos que habían sido sus enemigos poco tiempo atrás, al tener ambos países un común enemigo, la Alemania de Hitler. Así las cosas, el gobierno polaco en el exilio en Londres pidió a los rusos la puesta en libertad de los prisioneros polacos capturados tras la agresión soviética a Polonia, con el objeto crear un ejército para combatir a los alemanes. Una comisión, dirigida por Joseph Czapski, viajó a Rusia para reclutar soldados entre los ya ex-prisioneros para prepararlos e integrarlos en las diferentes unidades a crear. Dicha comisión descubrió que no se conocía el paradero de varios miles de prisioneros, internados en los campos de Kocielsk, Starobielks y Ostashkov y que luego habían sido trasladados hacia un destino desconocido, sin que nadie, ni sus familiares, recibieran más noticias de dichos prisioneros. Cuando el teniente coronel Z. Berling, del Estado Mayor General polaco habló con el segundo jefe de la policía secreta soviética, Merkulov, al referirse a que con los internados en los campos de Kozelsk y Starobielsk se podrían formar los cuadros del nuevo Ejército polaco, Merkulov, de forma harto impulsiva replicó: "¡No, esos no! Hemos cometido un grave error con ellos."
Sobre la base del informe redactado al respecto por Czapski, el profesor Jan Kot, embajador polaco en Moscú, pidió una entrevista con el ministro de exteriores ruso, Andrei Vichinsky, el 6 de octubre de 1941 para tratar de las desapariciones y con el objeto de que le ayudara en la búsqueda de los soldados desaparecidos. Vichinsky aludió a la situación caótica existente en Rusia para intentar desentenderse del asunto, añadiendo que los prisioneros liberados estarían perdidos por algún lugar desconocido. Kot le indicó que si alguno de los prisioneros indicados estuviera libre se habría puesto en contacto con las autoridades polacas. Al no haberlo hecho, consideraba que era imposible imaginarse que los aludidos no estuvieran en Rusia. Vichinsky, no sabiendo que decir, despidió a Kot, pero este, no dándose por vencido, pidió otra entrevista. Pero esta vez fue más arriba, esta vez pidió hablar con Stalin.

En el encuentro Kot expuso que a comienzos de 1940 habían sido transferidos 40 000 oficiales polacos de los campos de concentración de Starobielsk y Kozelsk a otros centros desconocidos y que no se conocía el paradero de esos hombres. Asimismo, le recordó que había concedido la amnistía a soldados polacos y que pidió al gobierno ruso colaboración para localizar a todos los que aún no habían aparecido. Stalin se extrañó por la petición y dijo que ordenaría una investigación. Kot, hizo referencia a la urgencia de dar curso a la petición para organizar el ejército polaco, a lo que Stalin replicó preguntando al embajador si tenían listas de los prisioneros, contestando Kot que sí y que las tenían de un modo detallado y por orden alfabético. Entonces Stalin llamó al jefe de la policía y le pidió información urgente. Estuvieron un rato hablando de otros temas hasta que llamó de nuevo el jefe policial a Stalin. Éste, una vez escuchó las explicaciones del policía, continuó con la conversación que tenia sin mencionar a los prisioneros. Desde aquel momento el gobierno polaco envió hasta 49 notas diplomáticas al gobierno ruso relacionadas con el tema. Entre agosto y octubre de 1940 la Cruz Roja polaca envió no menos de 500 cuestionarios referentes a oficiales individuales al gobierno ruso. Ni unos ni otros obtuvieron respuesta.
En encuentros celebrados el 22 de octubre de 1941, entre Kot y Molotov, y el 14 de noviembre de 1941, entre Kot y Stalin, con la invasión de Soviética en marcha, aún se aseguraba que todos los prisioneros polacos habían sido asegurados, sin hacer referencias a la posibilidad de que los alemanes hubieran podido capturar a alguno de ellos. Tampoco en los siguientes encuentros entre Anders y Kot con Molotov, Vishinsky, y Stalin se hizo referencia a esa posibilidad. Asimismo, el gobierno polaco en Londres hizo uso de sus contactos en los campos de prisioneros para intentar descubrir si alguno de estos prisioneros polacos había sido vuelto a capturar por los alemanes. Los resultados fueron negativos. Hasta que las fosas de Katyn no fueran descubiertas el 13 de abril de 1943 los soviéticos no hicieron la primera referencia a que los oficiales polacos habían sido trasladados al área de Smolensk en la primavera de 1940 y que habían sido posteriormente capturados por los alemanes. Esta evidencia prueba que el gobierno soviético o bien mentía a los polacos durante 1941 y 1942, cuando negaron cualquier conocimiento sobre el destino de los oficiales polacos, o bien mentían en sus informes de 1943 y 1944, cuando aseguraban los traslados a Smolensko y posteriormente capturados por los alemanes. El general de división Kaczkowski y el capitán Eugene Lubomirski, directores del departamento que examinó las cartas de los familiares de los desaparecidos a sus familiares testificaron que las ultimas cartas y noticias de los oficiales desaparecidos llegaron en abril y mayo de 1940. Asimismo comentaron que todas las cartas enviadas por los familiares a los oficiales desaparecidos con posterioridad a mayo de 1940 fueron devueltas por las autoridades soviéticas con la inscripción de que se desconocía el paradero de esos oficiales. ¿El poderoso NKVD desconocía por completo el paradero de los 15.000 oficiales? ¿Qué estaba pasando?

Desaparecidos en 1941
En diciembre de 1942 el jefe del gobierno polaco general Wladislav Sikorsky, decidió de acuerdo con el presidente de la república polaca Raczkievick, discutir el problema personalmente con Stalin y se fue a Moscú acompañado del general Ladislav Anders, nuevo comandante del ejército polaco. Stalin estuvo evasivo añadiendo que en territorio ruso no había ni un solo polaco prisionero y además que quizás habían huido a algún lugar después de concedida la amnistía; Anders pregunto que adonde podían haber ido y Stalin contestó que probablemente a Manchuria. Entonces llegó el golpe demoledor: el 13 de abril de 1943 Radio Berlín, tras las noticias de lo que ocurría en los diferentes frente, informó que en Smolensko la población local había indicado a las autoridades alemanas de la zona el lugar donde la NKVD había cometido asesinatos en masa de 10.000 oficiales polacos y que en Kosogory y más concretamente en el bosque de Katyn cerca de Gneizdovo a 18 kms de Smolensk, en la carretera Smolensk-Vitebsk, habían encontrado una fosa de 28 metros de larga por 16 de ancha llena con doce capas de cadáveres de oficiales polacos con un total de casi 4.143 cuerpos, todos con el uniforme militar y las manos atadas, y presentando todos heridas de bala en la nuca causadas por pistola. La identificación no presentaba grandes dificultades ya que estaban enterrados con su documentación. El descubrimiento de enormes fosas comunes en Katyn, cerca de Smolensk, Rusia, con gran cantidad de cadáveres de oficiales polacos asesinados en masa por las fuerzas soviéticas. El Ministerio de propaganda de Goebbels sindicó como autor del crimen en masa, al NKVD, quien habría actuado por órdenes directas de Stalin.

En 1942, unas brigadas de la Organización Todt que trabajaban en la zona de Katyn, tuvieron noticia por un campesino de la zona, que entre las estaciones de Katyn y Gnesdowo se encontraban unas tumbas. Las brigadas excavaron en el lugar señalado y encontraron restos humanos, pero volvieron a cubrir los restos y colocaron en el lugar una cruz con ramas de abedul. Luego de la limpieza del bosque y cuando las fuerzas de ocupación tenían totalmente asegurada la zona, no había razones para revisarla nuevamente. Probablemente, nunca se hubieran hallado las fosas que ocultaban el crimen en masa, de no ser por un hecho fortuito que rebelaría uno de los crímenes de guerra más sonados del siglo 20.
A comienzos de ese año, una jauría de lobos, que azotaba la zona, era rastreada por un oficial subalterno del Regimiento de Transmisiones 537, estacionado en el Bosque de Katyn en Rusia. En su búsqueda, se tropezó con lo que parecía una parte escarbada del terreno, al lado de una cruz hecha con ramas de árbol. En los alrededores había huesos. Reportó el hallazgo a sus superiores, quienes enviaron una patrulla que incluía al médico de la unidad. El médico confirmó que se trataba de huesos humanos. Para identificar los restos, se hicieron investigaciones con personal médico del Grupo de Ejércitos Centro, quienes realizaron excavaciones en los alrededores de lo que parecía una fosa común y confirmaban que se trataba de osamentas humanas. Se encontraron más huesos, correspondientes a varios cadáveres, lo que obligó a extender la búsqueda. Lo que hallaron fue espeluznante. Se trataba de enormes fosas con miles de cadáveres apilados, todos con uniformes polacos. Al lugar fueron enviados médicos forenses alemanes y polacos, grupo al que más tarde se unieron prestigiosos profesionales de varios países, para formaron un equipo de investigación dirigido por la Cruz Roja Polaca. Su misión era, elevar un informe completo sobre lo sucedido en la zona. Después de desenterrar todos los cadáveres y hacerles la autopsia, se contabilizó un total de 4143 oficiales y profesionales polacos y se determinó, que eran los cadáveres de prisioneros procedentes de campos de concentración soviéticos, cuya población, a partir de un traslado, habían sido declarados desaparecidos. Las autoridades polacas, que participaron en las investigaciones, confirmaron que había suficientes evidencias que determinaban que los soviéticos fueron quienes cometieron el asesinato de todos los militares y civiles.