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LOS BOUS ARTILLADOS Y EL COMBATE NAVAL DEL CABO DE MACHICHACO

El bou es un arte de la pesca de arrastre, consistente en una especie de barco tirado por dos barcos. El bou sería, también, el barco poderoso especialmente bien dotado para la pesca. Los bous de nuestra historia son barcos de hierro, grandes rápidos, capaces de afrontar los mares arbolados del Cantábrico o del Gran Sol y los hielos de Terranova.

El Bou Gipuzkoa

Ante la penuria de buques que sufrieron las dos marinas enfrentadas en nuestra guerra civil muchos de estos barcos fueron artillados y empleados como unidades auxiliares. Su peripecia es bien. desconocida, en consecuencia con el escaso relieve que la bibliografía de la guerra civil ha dado a la guerra en el mar.
En su gesta hay casos tan peregrinos como el del Galerna, un bacaladero de 1.204 toneladas, que amenazó al Hood con hundirle si no se apartaba de su ruta. El crucero Almirante Cervera trató de interceptar al mercante británico Mac Gregor cuando se hallaba a 10 millas de la costa. Se lo impidió con su sola presencia el crucero de batalla británico Hood clasificado por entonces como acorazado (41.000 toneladas y 8 piezas de 381 mm.). Intervino en ese momento el bou Galerna, que acompañaba al crucero español.- cortó el rumbo del mercante con un cañonazo a proa y, aunque no consiguió su presa por la intervención del destructor británico Firedrak, asombró al Hood cuando con señales de banderas le pidió que no interceptase su rumbo bajo amenaza de hundirle.
Sin embargo, el papel de los bous excedió, a veces con mucho a las esperanzas que sobre ellos se depositaron.
Sin embargo, ninguna acción bélica de los bous puede compararse a la que protagonizaron cuatro pesqueros vascos de la marina auxiliar de Euzkadi el día 5 de marzo de 1937, cuando las tropas de Franco preparaban su ofensiva sobre el frente vasco y cuando Bilbao comenzaba a sufrir los efectos del bloqueo impuesto por los sublevados, por más que tal bloqueo tuviera más agujeros que un gruyere.
El día 4 de marzo se hicieron a la mar rumbo a Bayona los bous Gipuzkoa (1.200 toneladas, 12 nudos de velocidad y 2 piezas de 101 mm.), Nabara (1.200 toneladas, 12 nudos y 2 piezas de 101 mm.), Donostia (287 toneladas, 12 nudos, 1 pieza de 76 mm. y otra de 47 mm.) y Bizkaya (1.200 toneladas, 12 nudos y 2 piezas de 101 mm.) con la misión de escoltar al mercante Galdarnes, un vapor que navegaba bajo la bandera republicana y que embarcaba a unos 200 pasajeros, 5 toneladas de moneda de Euzkadi acuñada en Francia y carga general.
A las 20 horas, ya de noche, los 4 bous llegaron frente al puerto de Bayona, de donde salía ya el Galdarnes. Cuando el mercante (3.700 toneladas y 8,5 nudos de velocidad, que con mal tiempo bajaban a 4, llegó a la altura de los bous, éstos se situaron por parejas a babor y estribor: Nabará y Donostía por el Norte; Gipuzkoa y Bizkaya, por el Sur, formando un cuadrado en cuyo centro navegaba el Galdarnes. Estas operaciones de contacto y encuadramiento concluyeron a las 21,10 horas. En este momento, el convoy vasco se encontraba a 3 millas al noroeste de Bayona. El tiempo era tranquilo y los capitanes confiaban en entrar en el puerto bilbaíno de El Abra hacia las 12 de la mañana del día 5, después de una singladura de 90 millas, necesariamente alargada (en línea recta de Bayona a Bilbao no hay más de 70 millas), para alejarse de la costa guipuzcoana ocupada por los nacionales.

Plano de la Batalla de Machicaco

Las cosas comenzaron a complicarse poco después. A unas 8 millas de Bayona se levantó marejadilla del Oeste y comenzó a menguar la velocidad del convoy. Una hora más tarde, hacia las 23, el mar estaba ya en fuerte marejada, evolucionando hacia mar gruesa. El Galdarnes apenas puede ya rebasar los 4 nudos de velocidad y deriva lenta, pero inconteniblemente, hacia el Norte, obligando a los bous Donostia y Nabará a perder el rumbo original para mantenerse en escolta. Entre tanto, el Bizkaya y el Gipuzkoa, que seguían la derrota prevista, perdieron el contacto con el convoy al no poder romper el silencio radiofónico. Pero el temporal era esa noche menor enemigo que el cazador que a esas horas abandonaba la base naval de El Ferrol. El espionaje franquista acababa de informar que el mercante Mar Cantábrico navegaba cargado de armas hacia un puerto republicano del Norte y se envió al Canarias, la más potente unidad naval española de la época (10.000 toneladas, 30 nudos de velocidad, 8 piezas de 203 mm., artillería secundaria de 120 y 102 mm. ), a interceptarle.