El CSIR en Barbarroja 1941: Organización, llegada y primeros avances. (I)
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- Escrito por Tigre
Infantes italianos con tropas de la SS Wiking sobre el Dnieper - agosto de 1941.
Organización, transferencia, zona de reunión.
Inmediatamente después de la declaración de guerra a la ex-URSS (23 de junio) el Duce se apresuró a proponer al Führer el envió de una fuerza expedicionaria italiana. Esto no sólo por razones de prestigio internacional, pero sobre todo para continuar con la cooperación militar en todos los frentes después de la intervención alemana en África y los Balcanes. La respuesta de Hitler llegó el 30 de junio: "Acepto con gratitud su oferta generosa, Duce, de enviar un Cuerpo italiano y aviones de combate italianos al frente oriental".
Incluso antes de que llegara la respuesta de Berlín, ya se habían reunido en Cremona las primeras unidades del Cuerpo Expedicionario. Al final de su constitución, el C.S.I.R. (Corpo di spedizione italiano in Russia), en términos generales tenía esta composición:
un comando de Cuerpo de Ej. (CE), que entre las formaciones subordinadas directamente unidad tenía tres escuadrones para la observación aérea (61° Gruppo di aviazione Osservazione aerea) y otros cuatro de combate (22° Gruppo di aviazione Caccia terrestre), además de una legión CC.NN. (63a Legione Camicie Nere Tagliamento) como contribución activa del partido fascista en la guerra contra la Unión Soviética; dos divisiones, "Pasubio" (79° y 80° Rgt. Fanteria y 8° Rgt. Artiglieria) y "Torino"(81° y 82° Rgt. Fanteria y 52° Rgt. Artiglieria), definidas como "autotrasportabili", ya que no disponían de un número suficiente de vehículos de transporte terrestre, una División "Celere" (la 3ra, "Principe Amedeo Duca d'Aosta" - PADA) con el 3º Regimiento de Bersaglieri, los Regimientos de Caballería "Savoia Cavalleria" e "Lancieri di Novara", un Grupo de tanques ligeros L/3 y un regimiento de artillería a caballo; nueve elementos de apoyo, repartidos entre las diversas unidades de la Fuerza Expedicionaria, una Intendencia del este, con diversos servicios. Un total de 2.900 oficiales, 58.800 hombres (suboficiales y tropa), 5.500 vehículos, 51 aviones de combate, 22 aviones de reconocimiento y 10 aviones de transporte S81.
El movimiento comenzó el 10 de de julio de 1941: de Roma, la División "Torino"; de Verona, las divisiones "Pasubio" y "Celere"; desde Cremona, el Comando del CE. Por transporte ferroviario se alcanzaron las ciudades de Marmaros Sziget, Felsoviso y Borsa, en el este de Hungría; luego las divisiones continuaron por sus propios medios a territorio rumano a Hormolui, Falticeni y Suceava, mientras que el Cdo del CE. se instaló en Botosani. El movimiento para el transporte de toda la Fuerza Expedicionaria duró 27 días, requirió el uso de 216 trenes, divididos en cinco bloques, y terminó el 5 de agosto.
La distancia de la zona de descarga ferroviaria, de 80 km de profundidad, hasta la zona de reunión distaba alrededor de 280 km. Durante la transferencia, el 13 de julio, el Comandante de la Fuerza Expedicionaria, General Francesco Zingales, se vio obligado a interrumpir el viaje y tuvo que ser hospitalizado en una clínica de Viena, afectado por una congestión pulmonar. El 17 de julio fue reemplazado por el General Giovanni Messe, quien llegó directamente a Marmaros Sziget. El Comando de la aviación expedicionaria (Coronel Carlo Drago) se estableció en Tudora el 29 de julio de 1941.
El Clan de los Hōjō de Odawara (V y final) Hōjō Ujimasa y Hōjō Ujinao: el crepúsculo de los Hōjō (1571-1590).
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- Escrito por Flavius Stilicho
Combate entre los ashigarus de Ii Naomasa y los del regimiento negro de los Hōjō, Odawara 1590 (Howard Gerrard).
Hōjō Ujimasa, el diplomático.
Ya hemos visto como Ujimasa (nacido en 1538) había asumido nominalmente el mando del clan en 1560, compartiéndolo de facto con su padre a pesar de su supuesto retiro. Lo mismo sucedería entre Ujimasa y su hijo Ujinao (nacido en 1562). Ujimasa abdicaría en 1580 pero de facto seguiría al frente del clan hasta su fin, compartiendo el liderazgo con su hijo.
Una vez sólo, Ujimasa tuvo que emprender el camino de la diplomacia, algo que inicialmente dio sus frutos. Se logró la ansiada paz con los Takeda que supuso un alivio después de años de estragos, aun a costa de enemistarse de nuevo con Uesugi Kenshin que volvió a realizar incursiones en territorio Hōjō Como parte de la alianza con Shingen, Ujimasa tuvo que despachar 2.000 hombres en 1572 a asistir en la campaña contra Ieyasu Tokugawa.
En general Ujimasa pudo dedicarse a consolidar la posición de su clan durante buena parte de la década de 1570. Shingen moriría en 1573 y Kenshin en 1578. La muerte de este último supuso la vuelta del conflicto. La disputa por la sucesión dentro del clan Uesugi (Kenshin no había tenido hijos) enfrentó a Uesugi Kagetora con Uesugi Kagekatsu.
El clan Hōjō apoyó a Kagetora, ya que este había nacido dentro del propio clan antes de ser adoptado por Kenshin, en el marco de unas negociaciones de paz. Tradicionalmente se ha presentado a Kagetora como Hōjō Ujihide, el hijo mas joven de Ujiyasu; aunque parece que hay evidencias de que esto es un error, pudiendo haber sido por ejemplo un hijo de Hōjō Tsunanari. Por contra Kagekatsu encontró apoyo exterior en el nuevo daimyō takeda: Takeda Katsuyori, lo que supuso la ruptura de la alianza Hōjō-Takeda. La sucesión se resolvió a favor de Kagekatsu, que consiguió reunir mayor apoyo interno dentro del clan e imponerse a Kagetora.
Los Takeda y los Hōjō se enfrentarían durante varios años a lo largo de la costa de Izu, con participación tanto de fuerzas terrestres como de fuerzas navales. La principal batalla tuvo lugar en Omosu (1580) cuando las fuerzas de Ujimasa atacaron a las de Katsuyori, aunque se habla de una victoria hōjō parece que la batalla estuvo lejos de ser decisiva.
En cualquier caos, los Takeda tenían las horas contadas y desaparecerían en 1582 cuando sus territorios fueran invadidos y conquistados por un ejército Oda-Tokugawa.
Desembarco español en Kinsale, Irlanda, 1601
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- Escrito por Barcelo
La larga lucha entre España e Inglaterra seguía cada vez más pausadamente, tras la muerte de Felipe II en 1598 y los palpables cansancio de ambos contendientes unidos a los problemas internos en Inglaterra, evidenciados en el intento de golpe de estado de Essex, antiguo amante de Isabel Tudor, y su inmediata ejecución. Y en ese estado, aún pudo España intentar un nuevo golpe en el flanco más débil de sus enemigos.
Una durísima guerra seguía en Irlanda, encargándose al general Carew (presente en Cádiz en 1596) la pacificación de Munster, cosa que logró combinando la negociación y la fuerza. A Londres envió los dos principales cabecillas locales, encerrados en la Torre de Londres y muertos allí en circunstancias no aclaradas.
Mientras, el jefe supremo inglés en la isla, Mountjoy, iba reduciendo a sangre y fuego la rebelión en el Ulster, haciendo recaer buena parte de la represión sobre la población civil.
Y cuando ya parecía todo a punto de perderse, llegó el tan esperado socorro español, tras años de contactos, embajadas, planes y llegadas clandestinas de buques con armas, dinero y asesores.
El Clan de los Hōjō de Odawara (IV) Organización militar de los Hōjō
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- Escrito por Flavius Stilicho
Estandartes del kuro-sonae (“regimiento” negro). En torno a 1559 estaba bajo el mando de Tame Mototada, un general de confianza de los Hōjō que fue encargado de defender el estratégico castillo de Hirai.
Liderazgo.
Los clanes japoneses eran organizaciones feudales en las que eran frecuentes las disputas entre los miembros de la familia (sobre todo a la hora de la sucesión); así como también que los principales vasallos utilizaran su poder para interferir dentro del clan, rebelarse o incluso en ciertos casos llegar a suplantar a la familia principal. En ese sentido el clan Hōjō fue modélico ya que se libró de disputas internas de entidad. El hecho de comenzar desde “cero” (Sōun y sus seis samuráis) sin tener una “familia” de vasallos ya establecida, le permitió ir tomando medidas para evitar los problemas que a veces aquejaban a otros clanes.
El estilo de liderazgo de los Hōjō, hizo hincapié en la “unidad familiar”. Las sucesiones se llevaron a cabo sin problemas, varias veces organizándose en vida del líder, el cual pasaba el testigo formal a su heredero pero seguía activo. Los (en otros clanes problemáticos) hermanos, se mostraron aquí leales y capaces, asignándoles los puestos de mayor responsabilidad y confianza. Así vemos de manera frecuente que las principales campañas o la defensa de fortalezas importantes están en manos de miembros de la familia; siendo algunos de ellos adoptivos, como el caso notable de Hōjō Tsunanari.
Junto a estos miembros de la familia, hay una serie de vasallos de confianza, a los que también recurrir. Aunque el sistema hōjō vigila que no cobren suficiente fuerza como para crear su propio “clan”; por ello no es extraño que entre ellos no surgieran grandes figuras (“generales de renombre”) ya que no se dio pié a ello.
Lo normal era dividir o recolocar a los vasallos samuráis, con redistribuciones de tierras según se iban conquistando territorios. A los considerados más fiables se les asignaba a los castillos de la cambiante frontera pero con la prevención de que mantuvieran tierras en zonas interiores, tierras que perderían en caso de cambiarse de bando.
Una forma adicional que practicaron los Hōjō de obtener vasallos de confianza, fue la de ofrecer el status de samurái a aquellos “jefes de aldea” que se mostraban dispuestos y más o menos capaces.
Revista Universitaria de Historia Militar. Vol. 6, Núm. 11 (2017)
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- Escrito por Rafa
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Guerra y competencia entre Estados en el Mediterráneo Medieval (siglos XIV-XV)
El próximo año 2018 se cumplirán dos décadas desde la publicación de Guerre et concurrence entre les États européens du xiv siècle au xviiie siècle, un trabajo colectivo coordinado por Philippe Contamine y editado por Presses Universitaires de France como parte de una gran colección dedicada a los orígenes del Estado moderno (siglos xiv-xviii). Durante todo este tiempo, la historiografía no ha dejado de profundizar en las cuestiones planteadas en aquella obra, de modo que actualmente la cantidad de publicaciones dedicadas a la organización de los ejércitos terrestres, la logística o la diplomacia –por citar tan sólo tres cuestiones clave– se ha multiplicado significativamente. El objetivo de este dossier consiste en reunir una serie de estudios originales dedicados a analizar el papel de la guerra en la evolución de los Estados feudales durante los dos últimos siglos de la Edad Media, a la luz, precisamente, del cuestionario planteado en aquella obra y de su desarrollo por parte de la historiografía más reciente. El contexto escogido para ello es el mundo mediterráneo, concretamente la Corona de Aragón y una selección representativa de los Estados surgidos en la Península Itálica, que incluye el reino de Nápoles, la república de Génova y los dominios de las Casas de Este (Ducado de Ferrara) y Visconti (Señorío de Milán).
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Presentación
El Gran Capitán Historia Militar es una comunidad de amigos con un interés común, la Historia Militar de todas la épocas. No tenemos afinidad a ninguna ideologia presente ni pasada y no queremos rendir culto a ninguna. El entorno que queremos crear es de entendimiento, respeto mutuo y democracia. Todo esto no es contradictorio con el análisis objetivo de lo que cada cual piense y exprese que fue la Historia. Buscamos un marco de diálogo sobre temas que puedan ser o no polémicos