En la mañana del día 20 los destructores rusos Voiskovoi, Donskoi Kazak y Moskvityanin, se hicieron a la mar a petición de las baterías en Tachkona, que ante la desesperada situación en la isla de Dago, fueron autorizadas a destruir sus posiciones y desplazarse a los muelles junto a los restos del 427 Regimiento. El avance alemán no fue demasiado rápido y la mayoría de las tropas pudieron ser evacuadas a la isla de Worms, solo 450 cayeron prisioneros cuando al anochecer los germanos alcanzaron los muelles, para un total de 750 en la isla, aunque se hicieron con una gran cantidad de material que los rusos habían dejado atrás en su precipitada huida.
Dos de los cuatro cañones de 305 mm en la batería de Tachkona, al parecer tras la captura por los alemanes, aunque no se aprecian daños visibles en las piezas.
En el mar, el submarino británico C-32 atacó a un transporte germano al Sur de Moon lanzando dos torpedos, que pasaron por la popa sin alcanzarle, y nuevamente el submarino emergió durante un instante tras el lanzamiento de forma indeseada, siendo avistado por los torpederos S176 y V186, quienes lanzaron contra el mismo varias cargas de profundidad, sufriendo diversos daños, entre ellos una fuga de agua en la torre de mando. Aunque logró zafarse del ataque y alcanzar el continente, en vista de los daños y conociendo que los alemanes ocupaban ahora las dos salidas del Golfo de Riga, su Comandante decidió destruirlo.
Mientras la Armada germana había convertido Arensburg en su base, protegida por campos de minas y redes antisubmarinas, pero dado que el Káiser había rechazado la Operación Norte, el Almirantazgo propuso disolver la Unidad Especial y el Vicealmirante Schmidt estuvo de acuerdo. No obstante, durante el transcurso de la noche del 21 de Octubre, el Alto del Ejército solicitó al Estado Mayor del Almirantazgo que ocupara temporalmente la isla de Kyno y realizara frecuentes manifestaciones contra la costa lituana con sus buques. La Armada accedió y la tarea fue encomendada al Segundo Comandante del III Escuadrón de Batalla, Contralmirante Seiferling, a quien se le asignaron el acorazado SMS Markgraf, el crucero ligero Strassburg, cinco torpederos y la Tercera Media Flotilla de Dragaminas. La manifestación estaba programada para los días 25 y 26 de Octubre, mientras que otra propuesta para ocupar la isla de Worms fue rechazada. Aproximadamente a las 10:00 horas del 25 de Octubre, la unidad atravesó los buques anclados en Kuiwast Roads que servían para señalizar los canales libre de minas y tomó rumbo Sur. Frente a Larina Bank, la III MSHF se colocó en vanguardia con sus paravanes desplegados, y sobre las 16:00 el SMS Markgraf llegó a la posición propuesta para el bombardeo, a tres millas náuticas del faro de Kyno. Poco después el acorazado abrió fuego con su batería secundaria de estribor a distancias de entre 4.800 a 5.200 metros, y al día siguiente se desplazó hasta Hainasch contra la que disparó otros 17 proyectiles de 15 cm desde unos 11.000 metros. Tras ello se ordenó virar hacia el Oeste y en ese momento el dragaminas T-65 chocó con una mina que le deshizo la popa, pero permaneció a flote durante veinte minutos antes de zozobrar, lo que permitió rescatar a toda la tripulación.
El Ejército solicitó nuevas operaciones de bombardeo contra la costa continental en manos rusas, no tanto por el efecto material que estos pudiesen tener, sino para minar la moral enemiga, al ser conscientes las tropas de que su flanco marítimo podía ser atacado impunemente cada vez que los alemanes así lo deseasen. La Armada volvió a dar su aprobación, pero deseaba que los clase Konig regresaran al Mar del Norte y que fuesen sustituidos en estas operaciones por la I Escuadra de Batalla, por lo que solo mantuvo en el Golfo de Riga al SMS Markgraf hasta que llegase el relevo, mientras enviaba a los SMS Konig y Kronprinz de regreso a casa, en un viaje accidentado debido a una tormenta, durante la cual sufrieron leves averías en el casco al tocar fondo debido al oleaje. Se esperaba que los SMS Ostfriesland y Thuringen estuvieran en Arensburg el 30 de Octubre, de modo que el día anterior el Vicealmirante Schmidt también envió al SMS Markgraf hacia Kiel, pero no había avanzado mucho cuando chocó con dos minas en un canal supuestamente libre de ellas. Ambas estallaron en el costado de estribor dentro de la ciudadela, de modo que el mamparo antisubmarino resistió las explosiones y solo tres compartimentos resultaron inundados, con un total de 260 toneladas de agua, sin que se sufriese ninguna baja, aunque el buque tuvo que estar del 6 al 23 de Noviembre en el dique seco del astillero imperial de Wilhelmshaven para reparar sus averías. Tras este incidente se decidió que no tenía sentido seguir arriesgando barcos capitales en operaciones secundarias cuando todos los objetivos iniciales se habían cumplido, de modo que también se dieron órdenes al I Escuadrón de batalla para que regresara al Mar del Norte. El Vicealmirante Ehrhard Schmidt se despidió de los hombres que habían tomado parte en la operación transmitiendo el siguiente mensaje:
“Estoy agradecido por el compromiso contra las Islas Bálticas y ahora entrego el mando y me retiro como 'Jefe de la Unidad Especial'. ¡Total reconocimiento y agradecimiento a los líderes y hombres! ¡Honor y gloria a los que perdieron la vida! Están con Dios, nuestro misericordioso Señor de la Guerra y nuestra amada Patria”.
La Operación Albión, la conquista de las Islas Bálticas, había resultado un éxito incondicional, las predicciones del Grossadmiral Prinz Heinrich se habían cumplido y todos los objetivos se habían logrado e incluso superado. No solo había sido un éxito táctico y estratégico, tal vez influyendo en gran medida en el deseo ruso de continuar la guerra, sino que la Operación Albión y las operaciones posteriores en Finlandia demostraron que la Flota de Alta Mar y la Kaiserliche Marine en su conjunto, no solo eran unidades de combate exitosas, sino también un decisivo instrumento político, capaz de influir en el futuro de las naciones y la guerra de acuerdo con los objetivos políticos del Gobierno, como el apoyo a la independencia de Finlandia, que solo pudo realizarse gracias a la conquista de las islas en el Golfo de Riga.
Las Armadas imperiales, tanto rusa como alemana, podrían estar orgullosas de sus respectivos logros, pero estos tuvieron un costo. Las pérdidas alemanas fueron siete dragaminas, nueve arrastreros y botes más pequeños y un torpedero, además de varios buques dañados por las minas, incluyendo tres acorazados. La Kaiserliche Marine sufrió 156 muertos y 60 heridos, mientras que el Ejército solo tuvo que lamentar 54 muertos y 141 heridos, lo que demuestra que las guarniciones rusas no habían estado a la altura. Los rusos y los aliados perdieron el pre-dreadnought Slava, el destructor Grom, el submarino C32 y numerosos vapores. Los alemanes habían hecho 20.130 prisioneros y capturado 141 cañones y 130 ametralladoras. Si bien la cooperación entre el Ejército y la Armada de Rusia había sido casi inexistente, los alemanes podrían estar muy satisfechos con la cooperación entre su Armada y el Ejército Imperial; la batalla por las Islas Bálticas representó un punto particularmente alto en la historia de la Kaiserliche Marine.