La evidente brillantez táctica, la energía en la ejecución e inspiración en el liderazgo, demostrados por el Mariscal de Campo Erwin Rommel en los desiertos del Norte de África en 1941-42, fueron indudablemente soberbios y merecedores halagos incluso de sus enemigos.
Considerado por muchos historiadores como el jefe de tropas Panzer por antonomasia y ejemplo a seguir por su capacidad táctica y operativa, fuera de dichas áreas sin embargo, la competencia de Rommel como jefe mostraba deficiencias que bordeaban peligrosamente la incompetencia.

Erwin Rommel
Tras numerosos y brillantes éxitos Rommel fue finalmente derrotado en el desierto occidental del Norte de África. Frecuentemente su derrota se atribuye casi exclusivamente a la abrumadora superioridad en recursos humanos y materiales de los Aliados. Sin embargo la mayoría de la gente no es consciente del alcance que con sus propias acciones contribuyeron a la inferioridad numérica de sus tropas.
En el periodo de tiempo comprendido entre Octubre de 1941 y Diciembre de 1942 Rommel lucho en muchas acciones famosas: Crusader, la retirada y contraofensiva de Enero del 42, la captura de Tobruk, primera batalla de El Alamein, Alam Halfa, y la decisiva derrota en la segunda batalla de El Alamein.
Durante este mismo periodo de tiempo, la enfermedad fue responsable de aproximadamente el 75% de las perdidas de personal de personal del Afrika Korps. Los datos sanitarios nos indican que, de los 40.867 soldados alemanes evacuados por motivos médicos desde el Norte de África en 1942, 28.488 lo fueron por enfermedad. Debido a enfermedades Rommel perdió temporal o permanentemente, un número de personal equivalente al doble de su fuerza media. Durante la decisiva segunda batalla de El Alamein, la primera causa de perdida de recursos humanos fue caer prisionero y la segunda fue la enfermedad. La disentería, la hepatitis, el paludismo, y las enfermedades cutáneas fueron las enfermedades mas importantes entre la tropas de Rommel . Los datos oficiales de bajas por enfermedad solo dan cuenta de los soldados que fueron hospitalizados. Sin embargo muchos soldados que estaban enfermos no fueron hospitalizados y por tanto no están incluidos en los listados oficiales de bajas por enfermedad, si bien su capacidad operativa era inferior. Muchos soldados además, sufrían recaídas que originaron largas estancias hospitalarias.

Sacando agua de un pozo. Ese agua seguro que traia una buena gastroenteritis
La experiencia británica en el mismo periodo de tiempo y en el mismo escenario nos indica que Rommel podría haber reducido significativamente las bajas alemanas producidas por enfermedad.
Cuando se comparan las tasas de bajas por enfermedad del Afrika Korps con las del 8º Ejército británico entre Octubre de 1941 y Diciembre de 1942, los datos indican que un soldado alemán tenía 2,6 veces más probabilidades de caer enfermo que un soldado británico. En los dos meses anteriores a la segunda batalla de El Alamein más de un 20% de los soldados alemanes había enfermado, y sus unidades habían sido diezmadas por la enfermedad. Por ejemplo la 15 Panzer Division, con un personal en plantilla de más de 10.000 hombres, solamente disponía de 3.840.
Britanicos y alemanes combatian en el mismo ambiente hostil, y sin embargo estos últimos estaban mucho mas afectados por la enfermedad. Las enfermedades que estaban debilitando a las tropas del Afrika Korps eran prevenibles mediante medidas sencillas y claras. Los datos oficiales británicos nos indican que las fuerzas británicas y sus servicios sanitarios eran plenamente conscientes de la importancia de la medicina preventiva en ambientes hostiles. Mientras tanto el Estado Mayor de Rommel no vio o no quiso ver estos peligros. Como paradoja, el por otra parte excepcionalmente disciplinado Afrika Korps presentaba una pésima disciplina en los aspectos relacionados con la higiene en campaña, lo que ocasiono unas tasas excepcionalmente altas de enfermedades gastrointestinales. En el siguiente informe del Coronel británico H.S. Gear segundo jefe de higiene en Oriente Medio, se expone la negligencia de Rommel en lo referente a las medidas básicas de prevención de enfermedades en campaña:
“Las posiciones defensivas enemigas eran evidentes por la cantidad de heces en suelo…. Este desprecio por la higiene se convirtió en tal peligro para el enemigo que llego a afectar al 40-50% de sus tropas de primera línea, como se puso de manifiesto en los interrogatorios de oficiales médicos prisioneros…..El enemigo parece no tener idea de las medidas de saneamiento mas elementales, y sufre una tasa de disentería tan superior a la nuestra que se cree que el deficiente estado físico de estas tropas jugó una parte importante en la reciente victoria en El Alamein”

Dentista del Afrika Korps. Imaginad como serian las infecciones.
La conducta de Rommel hacia los temas relacionados con las enfermedades que sufrían sus hombres es realmente difícil de entender, ya que mientras él se movía por el campo de batalla ejecutando las hazañas por las que se hizo famoso, sus tropas estaban literalmente pudriéndose. Puesto que las tasas de los afectados por enfermedades eran perfectamente conocidas, o sus jefes sanitarios o los de personal deberían haberle señalado el problema que para la operatividad del Afrika Korps suponían las enfermedades. Para desgracia de sus tropas Rommel mostró una muy vaga conciencia del desastre que a causa de las enfermedades sufrían sus tropas. El diario de Rommel contiene solo dos citas a la magnitud del problema de la enfermedad. El 2 de Agosto de 1942 escribió “Un montón de enfermedad”. Y en Septiembre de 1942 escribió “En mis visitas al frente continuamente me relataban el crecimiento de los apuntado a reconocimiento por raciones en mal estado”. Rommel debía haber sido muy consciente del problema de la enfermedad ya que el mismo fue evacuado dos veces a Alemania a causa de la hepatitis y también perdió por enfermedad a muchos miembros de su Estado Mayor.
Rommel, o nunca aprendió a emplear eficazmente a su personal sanitario, o no estaba interesado en los aspectos sanitarios de la protección de sus soldados. No hay o al menos yo no conozco evidencia reconociera la responsabilidad del jefe en lo referente al estado sanitario de sus tropas, ni de la capacidad de la sanidad militar para mantener operativa la fuerza de combate.
Un jefe de la experiencia y capacidad de Rommel debía, como mínimo haber reconocido la importancia táctica de sus perdidas, temporales y permanentes de recursos humanos debidas a la enfermedad.
Saludos