Vamos pues, que el libro debía ser una maravilla. De portada, una foto ya clásica, de un estadounidense posando en Guadalcanal rodilla a tierra, con el fusil con bayoneta calada (claro que la foto es de un soldado del ejército, no de la infantería de marina, pero bueno, como dije, es una foto ya clásica.
Con su talento habitual. Michel Hérubel, también autor de La Batalla de las Ardenas, publicado en español por esta misma editorial, nos relata la vida cotidiana de los hombres que combatieron en Guadalcanal, Japoneses y estadounidenses, a miles de kilómetros de sus hogares, en un ambiente absolutamente hostil y en condiciones morales y materiales espantosas, bajo un cielo plomizo y una humedad insoportable, en el barro, y sometidos a un permanente diluvio de fuego y metal.
En su investigación, Hérubel visito archivos estadounidenses, británicos y japoneses y se entrevistó con centenares de supervivientes de la batalla. Y fue a partir de todos esos testimonios, sobre los que construyo este magnífico libro de historia militar que, al mismo tiempo, se erige como un impactante estudio sobre el hombre en combate.
Reviso la bibliografía, muy corta, demasiado corta, me llama la atención que a pesar de ser un libro publicado en su edición original en francés allá por 1988, prácticamente todos las fuentes, secundarias por cierto, son sobre todo generalistas y ya desfasadas (como “The Pacific War” de Costello, “The Rising sun” de Toland, “La guerre du Pacifique” de Millot, “Les Porte-avions…” de Antier, etc.), ¿Por qué no se da alguna indicación siquiera de los “archivos estadounidenses, británicos y japoneses” que el autor visito… o de las entrevistas que efectuó… misterio.
Pero bueno, comencé a leer, y en el capítulo “1” titulado “El Desembarco”, pagina 12, inicia una narración interesante, donde se menciona como la flota aliada se apresta a desembarcar en la mañana del 7 de agosto de 1942, a poco de la mitad de dicha pagina, se hace referencia a los “flushdeck” y como se espera de una buena obra, se deja una cita a pie de página donde se aclara que ese es un término con el que se designaba a ciertos destructores con la cubierta corrida y que se empleaban en ese momento como transportes. Muy bien. La cita termina con (N. del E.) que quiero pensar que sigue significando Nota del Editor.
Lo malo es que el párrafo completo dice :
Y allí acabo todo.. en la primera pagina… Rangers... en Guadalcanal… eso basto para sentirme como Kurtz en "Apocalipsis Now" el horror, el horror… lo que significa el horror... no se puede describir con palabras...
Entre los navíos de transporte, varios antiguos destructoresflushdeck 1 de la primera guerra mundial, especialmente aparejados para embarcar a los batallones de Rangers, se dirigieron hacia las islas.
continuara...