JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

"Personajes" que han dejado o pretendido dejar huella en la Historia siempre dentro de un contexto militar.

Moderador: Hans Joachim Marseille

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JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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No es fácil encontrar en los periódicos o literatura datos, información o historia relativa a la presencia española en el norte de África, siendo la mayor parte de la información presentada relativa a Melilla y Ceuta, y muy de vez en cuando de Vélez de la Gomera, Alhucemas, Chafarinas, Perejil y Alborán.

Si de las antes mencionadas hay poca literatura a disposición del ciudadano de a pie, menos aun la hay sobre otras plazas que en algún momento de la historia formaron parte de nuestra España, bien por mucho tiempo, bien por poco y, así, tenemos que lugares como Orán, Bujía, el Peñón de Argel, Mazarquivir, Larache (antes del Protectorado), etc.

De entre todas estas, las que más tiempo formaron parte de la corona española, fueron las plazas de Mazarquivir y Orán, las cuales desde 1505 la primera y desde 1509 la segunda permanecieron indisolublemente unidas a España hasta 1792, en que debido a unos tremendos terremotos que las asolaron, se decidió abandonar, dejando así de formar parte de la historia española.

Hay que hacer notar que entre 1708 y 1732, ambas plazas estuvieron en posesión de los turcos, pero esa es otra historia.

Como decía antes, es muy poca la literatura acerca de estos enclaves norteafricanos y de su devenir histórico en cuanto que plazas españolas, pero ello no es óbice para que buscando se encuentre información interesante, como es el caso de lo que a continuación voy a desarrollar, que no es otra cosa que el informe que el gobernador accidental de Orán envió a Carlos IV tras el terremoto de los días 8 y 9 de octubre de 1790. Dicho gobernador no es otro que Joaquín Mayone y Ferrari, coronel del regimiento de Navarra acuartelado en esa plaza africana, quien hubo de hacerse cargo del mando por muerte del gobernador que había durante el terremoto, Manuel Pineda de la Torre y Solís.

Joaquín Mayone Ferrari no solo hubo de hacer frente al gobierno de Orán, mantener la paz y el orden y el correcto suministro de alimentos, medicamentos, ropas, etc., sino que también hubo de hacer frente al ataque que dieron los moros del bey de Mascara el siguiente día diecisiete. Fue sucedido en el cargo por el teniente coronel Juan Luis Francisco Courten y Missonet.

La relación que motiva este artículo -de la que solo transcribiré lo estrictamente militar- da, sin ningún género de duda, para hacer una gran película por la tensión que acumula, por los sucesos que se suceden en ese lugar durante tres semanas y por la demostración de que en España tenemos argumentos sobrados para realizar grandes producciones cinematográficas que pongan en valor nuestra larga, fructífera y heroica historia

Antes de pasar a transcribir la relación enviada por Joaquín Mayone, primero haré una breve semblanza biográfica sobre este militar, tras la cual vendrá la relación.
Última edición por laguno el 05 Ene 2021, editado 3 veces en total.


"...como jueces de la competición están los dioses, que, naturalmente, se pondrán de nuestra parte, ya que nuestros enemigos han jurado en falso sobre ellos, mientras que nosotros, teniendo ante nuestros ojos tanta abundancia de posesiones, nos hemos mantenido firmemente apartados de ellas en virtud de nuestro juramento a los dioses" Jenofonte - Anábasis.
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Re: JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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Nació en la Villa y Corte el nueve de febrero de 1738, siendo sus padres el brigadier Juan Luis Mayone González y Antonia María Ferrari y Porro, terceros condes de Cumbrehermosa.

Ingresó en el ejército el diecisiete de octubre de 1742, a la edad de cuatro años y con el empleo de teniente del regimiento de infantería de Cantabria, gracia real concedida por haber levantado su padre, a sus expensas, el tercer batallón de dicho regimiento. El siguiente veintiocho de noviembre de 1744, obtiene su patente de capitán de fusileros en el regimiento de Bravante.

No fue hasta 1762 que tuvo contacto directo con el combate, pues se halló presente en los compases finales de la guerra con el vecino reino de Portugal, participando del sitio y rendición de la plaza de Almeida y en el socorro prestado por las tropas ligeras en Ascalos de Asima (Escalos de Cima)
Cuatro años más tarde, el veintiocho de junio de 1766 recibe su patente de capitán de granaderos, con destino al regimiento de Navarra, en la plaza de Orán y una vez en ella participó en cuantas salidas se dieron contra los moros en ese tiempo, obteniendo el veintiuno de diciembre de 1769 el grado de teniente coronel.

Continuó en dicha plaza prestando sus servicios y en 1775 fue llamado a participar en la empresa de Argel, siendo de los que se hallaron en el desembarco de la malhadada jornada del ocho de julio, mandando su compañía de granaderos, perdiendo dicha compañía la mitad de sus hombres.

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Armas del apellido Mayone (para este linaje)

En agosto de 1776 es nombrado sargento mayor de su regimiento de Navarra y con dicho empleo, el veintidós de agosto de 1778 es destinado a La Habana, embarcando para dicha plaza en el puerto de El Ferrol. Una vez allí, el siguiente enero de 1780 obtiene su patente de teniente coronel efectivo y con este empleo y bajo las órdenes del malagueño Bernardo de Gálvez, asiste a los dos ataques a Pensacola, el de marzo de 1780 y el siguiente y definitivo de mayo de 1781, que la plaza fue rendida a las armas españolas.

Tras estos hechos, regresa a La Habana y por sus méritos, el siguiente veintitrés de agosto obtiene el grado de coronel, pasando a continuación a España.

Continuó prestando sus servicios como teniente coronel del regimiento de Navarra hasta el veintitrés de febrero de 1789, que fue nombrado coronel de ese regimiento, y el siguiente diecinueve de septiembre obtiene el grado brigadier y con estos empleos, el veintitrés de diciembre embarca en Cádiz rumbo a Orán, que se hallaba asediada por los moros argelinos, consiguiendo mantenerlos a raya.

Cuando en la madrugada del nueve de octubre de 1790 se produjo el terrible terremoto y sus muchas réplicas que devastaron Orán se hizo cargo del gobierno de esa plaza por fallecimiento del gobernador que la obtenía, tomando las disposiciones necesarios para mantener el orden y la correcta distribución de los suministros, así como hacer frente a los ataques inmisericordes que dieron los moros contra los españoles, logrando, no sin grandes pérdidas, mantenerlos a raya a pesar de la abrumadora superioridad numérica de los moros.

En la relación que transcribo después de esa biografía, se puede conocer como transcurrieron los sucesos en las tres semanas posteriores a los terremotos.

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Escudo del regimiento de Cantabria
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Re: JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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Escudo del regimiento de Navarra

Entregó el mando del gobierno de Orán a Juan Courten y Missonet, probablemente en agosto de 1791, tras lo cual regresó a la Península, pero con el grado de mariscal de campo, que le había sido concedido el anterior veintiséis de febrero de ese año.

Una vez en la Península, tomó parte en la guerra contra Francia, encuadrado en el Ejército de Navarra, siendo a teniente general el cuatro de septiembre de 1795 y con este nuevo empleo, el siguiente veinticuatro de diciembre fue enviado a Cádiz con el cargo de gobernador político-militar y el dieciséis de enero de 1796 ocupó plaza como corregidor de esa ciudad atlántica, debiendo hacer frente durante su mandato a los ataques que dieron a dicha plaza los ingleses en 1797.

Permaneció en Cádiz hasta el siguiente diecinueve de diciembre de 1799, que fue llamado a la Corte, donde permaneció donde permaneció en situación de cuartel hasta el nueve de junio de 1804, que fue destinado al Ejército de Valencia.

Contrajo matrimonio dos veces. La primera fue en Santo Domingo de la Calzada el doce de junio de 1759, con María Ana Medrano Acedo, con quien tuvo tres hijos, una mujer, de la que solo sabemos que se llamaba María de la Concepción y que en 1791 ingresó como religiosa en el Convento Concepción Real de Madrid de la Orden de Calatrava, y dos varones, Fernando y Antonio, que ejercieron la carrera militar al igual que su padre.

Falleció esta primera mujer el tres de septiembre de 17771. Tras permanecer viudo algo más de una década, el dieciocho de agosto de 1783, contrae matrimonio con Josefa Luque, viuda del capitán Juan de Álava, con quien no tuvo hijos.

Fue IV conde de Cumbrehermosa desde el tres de junio de 1783 y Gentil hombre de cámara con entrada. Testó el dieciséis de marzo de 1779 y falleció en Murcia el nueve de mayo de 1805, a los sesenta y siete años y tres meses.
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Re: JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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Como indiqué antes, solo transcribo a este foro lo estrictamente militar. Lo que omito de la relación son las circunstancias en que se vio la ciudad tras suceder el terremoto, los destrozos, víctimas mortales y heridos, situación de alimentos y medicinas, etc. Así mismo, se omite la última parte de la relación, relativa a consideraciones de tipo sentimental, moral o de recuperación del pulso de la ciudad tras haber logrado rechazar con éito los embates de los moros.

Quiero hacer notar que esto que pongo no se trata de un simple "copiar y pegar", se trata de que he cogido el teto y lo he pasado a máquina, cambiando algunos signos de puntuación por otros o cambiando alguna palabra o expresión por otra para adaptarlo al lenguaje de hoy. Espero haberlo conseguido

Relación hecha por el Gobernador de Orán al rey sobre los terremotos y destrucción de Orán

... Y para reparar los daños que seguían en la ciudad, determiné impedir la entrada en ella a toda clase de personas y repartir patrullas para desalojar cuantos se hallasen dentro. Este despojo [desalojo] fue imposible, ya por los que maliciosamente se ocultaron, ya porque infinitos escombros mal sostenidos, las paredes desplomadas y la repetición de terremotos impedían el perfecto escrutinio. Hízose lo posible dejando únicamente las guardias que por necesidad debía guarnecer el recinto de la plaza.

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Parece que su D. Mag. [Divina Majestad], dejándonos con alguna defensa, con molinos útiles y algunos víveres, alzaba la mano del general exterminio con que al principio nos amenazó, pero apuraba por otros lados hasta los términos de la angustia el cúmulo de desterrados que libres por necesidad se hallaban hambrientos y la fatiga tan continua que tenía la tropa (como después se verá) estaba exánime con el poco alimento, con no poco cuidado y a la vista del enemigo.

La destrucción de todas las casas, la franqueza del de las vistas que dieron a la plaza por varias partes de las que miran a lo interior y a la imposibilidad de atender a la reserva de estos puntos, menos interesantes que los que miran al enemigo, presentó ocasión a toda la gente de mal vivir para que se dedicase al saqueo de los más ricos y principales efectos de las casas que estaban abandonadas de sus dueños: en términos de que si el enemigo hubiese entrado al botín no hubiera aniquilado más a estos habitantes, ni los repetidos prontos castigos, ni los ejemplares de ellos ni la vigilancia y persecución de los malhechores bastaba a contenerlos, de forma que esta la creo parte del castigo con que Dios nos regala.

Otra de general cuidado y trascendental a la soberanía nos presentaron los enemigos, que apenas amaneció se nos pusieron delante en la eminencia por todas partes, excesivos en número y espías, que reconocieron nuestra triste situación, la que creída por ellos aun más fatal [de lo] que realmente lo era, les dio fundamento para creerse dueños de la plaza y aun de nuestra libertad.

Con este objeto, apenas oscureció cuando empezaron tentativas generales por todas partes y puestos arriesgados acercándose a Tremecén toda su muralla hasta la Campana (que estaba arruinada), Conducto Real, Barrera, castillo de Santa Cruz y [de] San Gregorio, fuerte de San Pedro, torre del Nacimiento y aun La Línea. Aunque únicamente teníamos 1626 hombres de armas, se habían reforzado todos los puestos arriesgados y defendiéndose vigorosamente se les hizo ver que no estábamos en los términos que presumían, rechazándoles con espíritu.
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Re: JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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Más como los terremotos continuaban causando muchos estragos y las torres de las huertas no podían guarnecerse como se hacía anteriormente por su mal estado y falta de gente, continuaron los moros hostigándonos algo de día, pero de noche repitiendo frecuente y vigorosamente sus tentativas y destruyendo con picos y otros instrumentos las puertas y maderas, que todas las saquearon y llevaron todo el maderaje, sin que nuestros fuegos les permitiesen derribarlos como lo intentaban.

Como todas estas tentativas eran de noche y todas las gentes se mantenían al raso y sin abrigo contra las balas y el fuego era tan continuo, angustiaba más y más a los espíritus acobardados con tanto cúmulo de lamentables acontecimientos. Muchas brechas, infinitos puntos que atender y pocas gentes eran malos compañeros para vigorizar la defensa, pero poniendo ya nuestros cuidados a perfeccionarla, se construyeron baterías en los llanos de la Horca y San Felipe, conduciendo la artillería que en otros puestos era poco necesaria, aunque útil, reforzándose las brechas, ya separando los escombros y profundizando los fosos, ya formando salchichones* de ellos mismos con la mayor actividad y esfuerzo en medio de la hambre que con la escasez del pan dominaba a los trabajadores y a fuerza de toda fatiga y desvelo nos hallamos vigorizados por todas partes para recibir al bey de Mascara, que con la mayor celeridad de gente y artillería de las parcialidades de su mando se nos presentó al frente con un gran campamento.

Empezaron las escaramuzas y todos los días reconocían nuestro campo por todos los puntos más elevados, pero sin empeño vigoroso has el día 25, que juntos ya en el campo como 10 o 12 mil hombres empezaron muy de mañana un ataque general, empeñándose con mayor obstinación contra la Torre del Nacimiento, arrojándose a ella por el Barranco de la Sangre en número considerable.

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Llegaron hasta sus muros y arrimando escala quisieron violentar la puerta, en cuya vista y que no bastaban los fuegos de los castillos a contener tanto ardor y empeño ni por medio alguno podía desalojarlos de aquel sitio, determiné que las partidas de fusileros o desterrados armados, sostenidos de algunas compañías de granaderos, hiciesen una salida. Apenas se les insinuó, se arrojaron con el mayor esfuerzo, cogiéronse las avenidas del Barranco de San Fernando y apostadero de San Carlos y cargando repentina e intrépidamente contra el enemigo, se les desalojó con mucha pérdida suya y quedó nuestra gente dueña del campo, con la de un subteniente de Córdoba y un granadero de Lisboa muertos, 2 subtenientes de Córdoba y 3 soldados heridos, un soldado de Lisboa, el oficial que comandaba las partidas de fusileros heridos. Notáronse muchos muertos de los moros y en su anhelo de recoger sus cadáveres, les aumentó no poco el número [de muertos], con lo que se retiró en orden y llena de gloria nuestra gente.

Desde este día empezaron a notarse varios trabajos del enemigo. Por toda nuestra circunferencia veíanse trincheras formadas, dos en la Celada de Games, una al frente de San Fernando, otra al oriente del nacimiento de la 2ª agua, otra más a la derecha y otra en la meseta, junto a la cortadura, pero los enemigos se mantuvieron retirados sin incomodarnos hasta el día 23, que antes de romper el nombre, nos tiraron tres cañonazos y dos granadas, que aunque no hicieron daño alguno, nos pusieron en observación y cuidado, porque la batería estaba dominante a nuestro acampamento [campamento] y grarecida [¿guarnecida?] de todos nuestros fuegos.


* Salchichón: Similar a la fajina realizada con ramas gruesas y de cuatro o tres pies de diámetro, están rellenas de piedras y se utilizan para cegar el foso de agua formando un paso a la galería del minador.
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Re: JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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Continuaron haciéndonos algún fuego en los días siguientes, tanto con los cañones como de fusil, acercándose de noche al castillo de Santa Cruz, con varios designios y ademanes que hicieron observarlos con el mayor esmero. Y con efecto, habiendo oído el ruido de trabajos y sospechando dirigiesen alguna mina contra el castillo, dispuse que con toda precaución y la posible seguridad se hiciese una salida y reconocimiento de toda la circunferencia del castillo, en la que se encontró u principio de mina con algunas agujas, barrenas y una porción de pólvora y mistos metido en cueros de cabra, como unas 10 ¿?, lo que se recogió y [se] deshizo la obra completamente.

En el día 26 intentaron los moros nuevo ataque a la misma torre del Nacimiento, que sin duda conceptuaron punto más fácil de vencer y de mayor resguardo para ellos por la proximidad de los barrancos, ocupando antes los de la cantera de particulares, que están a la espalda de nuestra gente, si salía como el día 21, persuadidos a que esto sucedería y nos cogerían entre dos fuegos. Pero bien reforzada nuestra torre y huyendo de lo que el enemigo esperaba, les frustré su intento, suspendiendo la salida y rechazándolos desde nuestros fuertes, castillos y estacadas, guarneciéndose de las torres de nuestras huertas, con lo que, y la obstinación con que se empeñaron, sostuvieron un vivísimo fuego por espacio de 5 horas.

Se reunieron para este ataque como unos 18 o 20 mil hombres, entre cuya multitud hizo nuestro fuego mucho y visible estrago, al paso de que de nuestra parte solamente resultaron heridos 2 soldados del regimiento de Orán, 3 de Córdoba, 1 de Lisboa, otro de Mallorca, otro de Asturias, un artillero, un oficial de fusileros y 5 de estos, todos levemente, sin embargo de comprenderse en ello los que desgració un cañón de hierro que reventó en San Andrés, que fueron tres, y otro a quien maltrató su propia escopeta, que igualmente reventó.

Estos hechos los hace más gloriosos la constitución en que se halla esta tropa y gentes a impulso de la fatal catástrofe que hemos experimentado, pues además de los personales sustos, fatigas, hambre, cansancio y desvelos, a todos acosaba la pena de las gentes propias que echaban de menos, pues aunque sería imposible justificar el número de personas que han fallecido, tengo descubiertas de positivo 36 oficiales en esta forma: el comandante general, un teniente coronel, un sargento mayor, 7 capitanes, 9 tenientes, 15 subalternos, 2 cadetes.

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[De] Sargentos, cabos y soldados, 30 de artillería, 4 de Lisboa, 145 de Asturias, 9 de Navarra, 60 de Orán, 2 empleados en el hospital, 13 fusileros, 83 desterrados, 9 moros de paz, 283 paisanos inclusas las familias, 22 dependientes de utensilios y 2 de contaduría principal de Hacienda.

No obstante esta opresión del ánimo, han manifestado los vasallos de V. M. a vista de que solos 1626 de armas que se hallaban en esta plaza a la mañana del 9 ha cubierto por si solos todos los puestos de ella que ocupaban diariamente 1290 hombres sin los oficiales, pero por la noche se ponían todos al arma, de forma que ni uno solo descansaba, según resulta de los estado de distribución de guardias hasta el 16, en que llegaron los regimientos de Mallorca y Córdoba, que ayudaron con 300 hombres, pues aunque tenían 700, no dieron más útiles por entonces para el servicio.

La fatiga era en dichos días continua, porque de día y de noche se hacía fuego, aumentándose el cuidado y vigilancia a la hora del sosiego.

Quedaban de plantón muchos guardias y el alimento estaba muy escaso por defecto de útiles para la cochura de menestral y composición del pan. Resistieron, sin embargo, constantes y animosos todos los otros trabajos repeliendo nuestros [a] enemigos.
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Re: JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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Bueno, qué, ¿da para hacer una estupenda película de aventuras? ¿una película histórica, a la altura de cualquiera otra? Yo estoy seguro que este argumento en manos de un buen director de cine se podría convertir en un peliculón. A ver, pongámonos en situación:

Una ciudad situada en territorio hostil se ve violentamente sacudida por un terremoto que casi la la reduce a escombros, llevándose por delante la vida de cientos, o quizás miles, de personas y dejando al resto sin prácticamente comida y con pocos medicamentos con los que hacer frente a los numerosos heridos y la guarnición ve reducidos significativamente sus efectivos y para completar el cuadro, los enemigos se conjuran para acabar con el puñado de españoles que se hallan entre las ruinas: veinte, treinta mil moros se dan cita en los campos y alturas que rodean a la ciudad dispuestos a arrojarse sobre ella y apoderarse de tan codiciada presa. Los más, ya pensando en el botín y en los numerosos esclavos que podrán vender en los mercados.

Todo parecía estar de cara para los enemigos, dios les había sonreído, la tierra había juagado a favor de los verdaderos creyentes y no dudarían en lanzarse a por tan codiciada presa.

Pero, ¡ay!, 1600 soldados dirigidos por un Leónidas, por un Escipión, por un Cortés se interponían entre ellos y la gloria. 1600 soldados mal alimentados, mal armados, maltrechos muchos de ellos, tristes y apesadumbrados los más por la pérdida de seres queridos, que lucharían a cara de perro por defender lo suyo, defender la vida, el honor, los sagrados valores de la religión, de la patria y de la milicia. 1600 hombres a los que la adversidad convirtió en titanes, en héroes.

Bueno, repito, ¿da para una gran película o no?

Fuentes Documentales

Archivo Municipal de Elche. Colección de Pedro Ibarra. Arques Jover: Papeles de la Merced. 1794. “Destrucción y terremotos de Orán. Relación hecha por el gobernador de Orán al rey sobre los terremotos y destrucción de Orán”. Sign.: b 60, ff. 2-11.

http://dbe.rah.es/biografias/53771/joaq ... -y-ferrari

http://dbe.rah.es/biografias/69627/juan ... y-missonet

Diccionario biográfico del generalato español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833) p. 231 y 554. Alberto Martín-Lanuza Martínez. Navarra, 2012.

Revista de historia y de genealogía española. Ps. 252, 253 y 254. Madrid, 15-6-1914.

Mercurio histórico y político. Agosto 1776, p. 408

Estado Militar de España 1778, p.

Mercurio histórico y político. Enero 1780, p. 87

Mercurio histórico y político. Agosto 1781, p. 400

Estado Militar de España 1782, p. 29.

Archivo Histórico Nacional, OM-RELIGIOSAS_CALATRAVA,Exp.202

Revista Hidalguía. Nº 76, p. 335. Madrid, mayo-junio 1966.

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Re: JOAQUÍN MAYONE FERRARI Y EL TERREMOTO DE ORÁN DE 1790

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Una de las cosas que tiene de bueno esta Relación para legos en la materia como yo, es la de que nos da noticia de los nombres de diferentes puntos, tanto de la ciudad como del entorno más inmediato, aunque algunos ya los conocía. De esta manera, tras leer la Relación entera, he sacado unos cuantos nombres, los que paso a relacionar:

- Muralla de Canastel
- Apostadero de San Carlos
- Torre del Nacimiento
- Torres situadas en las huertas, aunque no da razón de si están en la muralla o exentas
- Real Alcazaba
- Contaduría, Tesorería, Casa del Ministro de la Real Hacienda
- Cuartel de Asturias (aunque habría más, como el del regimiento fijo de Orán)
- Baluarte del Príncipe
- Baluarte de la Princesa
- Castillo de Santa Cruz, que parece ser que era impresionante, situado en lo ato de un risco casi inaccesible y con vistas a la ciudad y gran parte de
su campiña, parte del litoral y el puerto de Mazalquivir (1)
- Castillo de San Gregorio
- Castillo de Rosalcázar, que vigilaba el espacio comprendido entre el mar y el castillo de San felipe (1)
- Castillo de San Andrés, que controlaba el camino de Tremecén (1)
- Castillo de San Felipe, que protegía los accesos a Orán desde la meseta (1)
- Llano de la Horca
- Llano de San Felipe
- Nacimiento de la segunda aguaLa Cortadura, junto a la meseta
- Celada de Gámes (¿o Gámez?)
- Barranco de la Sangre
- Barranco de San Fernando

Si alguien quiere conocer más nombres de lugares, sobre todo de fortificaciones, de Orán, lo puede ver en el PDF que se descarga en la siguiente dirección: https://dialnet.unirioja.es/servlet/art ... go=1706023

Así mismo, sobre un poco de historia de la Orán española, lo puede leer en la siguiente dirección de internet:
https://www.abc.es/estilo/gente/abci-bu ... gle.com%2F

Imagen (2)

1) Un ejemplo de conjunto histórico-arquitectónico en liquidación. El sistema de fortificaciones españolas en Orán (1504-1791) JUAN BAUTISTA VILAR (Universidad de Murcia) y MIKEL DE EPALZA (Universidad de Alicante) Aldaba: revista del Centro Asociado a la UNED de Melilla, Nº. 26, 1995, págs. 345-366.

(2) Archivo General de Simancas. Sig. MPD, 11, 036. Ubicación Anterior GYM, 02340 Diseño demostrativo del emplazamiento de la Ciudad de Orán y de sus castillos (1675)
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