El último viaje del ARA Santa Fé

[Bruno Stachel]

La guerra de las Malvinas de 1982 es recordada, entre otras cosas, por el hundimiento del crucero ARA General Belgrano, el misil Exocet y el primero uso en combate de los submarinos de propulsión nuclear y de los cazas V/STOL. Casi olvidado permanece el uso en combate de submarinos de la segunda guerra mundial.

La clase Balao fue responsable de muchas de las desgracias niponas durante la segunda guerra mundial. Eran submarinos que combinaban los motores diese y diesel-eléctricos que le daban una velocidad máxima en superficie de 20 nudos y de 8 sumergido, aunque lo nromal es que sólo pudieran navegar a dos nudos y por poco tiempo, unas 90 millas náuticas por la poca duración de las baterías.

Estaban armados con diez tubos lanzatorpedos de 533 mm, seis a proa y cuatro a popa, transportando 24 torpedos Mk14. Además disponía de dos cañones de 5 pulgadas y dos antiaéreos, de 20 mm o 40 mm en cubierta o en la torre.

Nuestra historia comienza con el USS Catfish, un submarino de esta clase, partiendo de Connecticut el 4 de mayo de 1945 y llegando a Hawaii el 29 de junio. Su primera misión en la guerra hubiera sido mapear un supuesto campo de minas en la costa de Kyushu, pero estando en ruta hacia su objetivo, HirtoHito anunció la rendición nipona y la misión del USS Catfish fue anulada. El submarino retornó a puerto dos días después de terminar la guerra.

Tras el final del conflicto, muchos de los submarinos de las clases Balao y Tench permanecieron en servicio con la US Navy y a finales de los años 40 se decidió modernizarlos con el programa GUPPY (Greater Underwater Propulsive Power, mayor potencia propulsaria submarina) para mantenerlos al día en la guerra fría. Existieron siete grupos GUPPY, perteneciendo el USS Catfish, elfuturo ARA Santa Fe, al segundo.

Para mejorar la hidrodinámica del barco, se elimintaron todos los cañones y todas las protuberancias y salientes. La proa fue redondeada, la torre reemplazada por una estrecha y alta estructura denominada "vela", que tenía puentes "seco" y "superior", que albergaba los periscopios, los mástiles y un nuevo snorkel.

Los submarinos de la clase Balao carecían de un snorkel y tenían que emerger para recargar sus baterías. Combinando tecnología alemana capturada y americana, se propbó un snorkel en el USS Irex (SS-482) en 1947, que fue adaptado para el GUPPY II. Sin embargo, con este sistema sólo se podían recargar dos de los cuatro motores por los volúmenes de aire requeridos por el snorkel.

La gran mejora fue el aumento de tamaño de la batería de los GUPPY II. La nueva batería refrigerada por aire, la G1, era un 40% más que el modelo Sargo al que reemplazaba. De manera que las dos baterías de 126 celdas fue reemplazado por una de 504 dividida en dos secciones, con lo que la mayor potencia aumentó la velocidad navegando sumergido a 16 nudos durante 34 minutos. El agotamiento de la batería era no linera, de manera que por cada nudo menos, se ahorraba una cantidad despropocionada de la carga. Por ejemplo, a 14 nudos y medio la batería duraba más de una hora y a 5 nudos el submarino podía navegar un día entero sin necesidad de recargar.

El USS Catfish fue modernizado más allá de la fase GUPPY II, incluyendo refinar la vela, añadir aire acondicionado adicionales, reemplazar los sonars de la segunda guerra mundial por un sonar pasivo AN/BQR-2 y uno activo AN/BQS-4 ; se instaló un sistema de comunicaciones submarinas AN/WQC-2 y un radar SS-2 reemplazó a los anteriores. El sistema de control de tiro también fue mejorado, pudiendose usar torpedos posteriores a la segunda guerra mundial en el compartimento de proa, aunque no en el de popa,

Pese a lo que se cree hoy, los GUPYT no era muy silenciosos. Comparados con los submarinos diesel de los años 50 y 60, no eran mejores ni peores a poca velocidad sumergidos. En los años 80, los modernos sonares pasivos simplemente no encontraban rival en un GUPPY.

[Bruno Stachel]

El USS Catish, antes de las reformas GUPPY, visita Portland en 1946


El antes y el después


El USS Catfish en unas maniobras con la marina australiana en 1962


El USS Catfish en su configuración final en 1969, con la que fue transferida a Argentina

imágenes:
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[Bruno Stachel]

A finales de los años sesenta, Argentina necesitaba más modernos submarinos. Por ese entonces, la US Navy retiraba de servicio sus submarinos GUPPY, que eran una opción muy atractiva. Así pues, en julio de 1971, el USS Catfish fue transferido a Argentina, que envió una tripulación para hacerse cargo del submarino en San Diego, California. A bordo del barco se encontraban 14 torpedos Mk 14, de los que se comprarían más posteriomente (EEUU construyó tanto Mk 14 durante la segunda guerra mundial que cuando Reagan llegó a la presidencia aún tenían torpedos de ese tipo en sus almacenes navales=.

Tanto el ARA Santa Fe como el ARA Santiago del Estero fueron comprados como medidas "temporales", ya que en 1973 Argentina compró dos modernos sumarinos Tipo 209 a Alemania Occidental. (Durante la guerra de las Malvinas, los aviones ASW de la Royal Navy acumularon 6.847 horas de vuelo buscando sin éxito al ARA San Luis). Se planeó en 1980 la compra de seis submarinos de la clase TR-1700 para reemplazar a los d os GUPPY entre 1982 – 1985, como parte del plan de refuerzo de la flota, que incluiría nuevos destructores, fragatas, aviones y misiles Exocet.

Tras esta decisión, hubo poco interés en el mantenimiento de los GUPPY, por lo que su condición fue deteriorándose. En 1981 las baterías del ARA Santa Fe empezaron a dar problemas, pues eran de los años 60. Algunas de sus celdas se habían "muerto" y otras no aceptaban una carga total, por lo que el sumergible tenía que navegar a snorkel o en superficie más de lo deseado. La profundida máxima quedó reducida a 400 pies. A comienzos de 1981 el Santa Fe chocó con un banco de arena que dañó la cúpula del sonar. Tanto el ARA Santa Fe como el ARA Santiago del Estero fueron a parar al dique seco, donde el segundo fue usado para mantener y restaurar al Santa Fe, que recuperó su capacidad combativa mientras el Santaigo del Estero quedó convertido en un "viejo ciego".

Durante estos trabajos, un tornillo maestro que controlaba el movimiento de los planos de inmersión del Santa Fe fueron retirados y perdidos por el astillero. Se supo entonces que los EEUU no tenía piezas de repuesto, y que incluso era muy complicado encontrar los planos originales de la segunda guerra mundial para el tornillo. Al final los maquinistas argentinos hicieron una maravilla de ingienería reversa del tornillo y el Santa Fe fue declarado operativo en el otoño de 1981.

[Bruno Stachel]

El Santa Fe en Puerto Belgrano en 1972


La cúpula del sonar del Santa Fe.

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[Bruno Stachel]

Que la guerra de las Malvinas se planeó con unos objetivos políticos y no estratégicos en mente es harto sabido. Además llegó en un mal momento, pues, según los planes, 1982 era un año de transición. Con nuevos destructores y fragatas, determinadas unidades (el desafortunado crucero ARA General Belgrano) y los destructores de la segunda guerra mundail (como el ex-USS Perkins -DD-877/ARA Comodoro Py -D-27 o los dos Allen M. Sumner, el ARA Bouchard (D-26)/USS Borie (DD-704) y el ARA Piedrabuena (D-29)/ USS Collett (DD-730)) estaban a punto de ser retirados de servicio.

Peor que a nadie, 1982 era el peor momento posible para la Armada Argentina. De sus dos modernos submarinos Tipo 209, el ARA Salta estaba en el dique seco, completeamente fuera de servicio, y el ARA San Luis luchó toda la guerra con problemas en sus torpedos y en su electrónica. Los GUPPY, huelga decirlo, aún estaban peor: ARA Santiago del Estero carecía de sonar, como ya hemos visto y ya había sido eliminado de la lista activa y el ARA Santa Fe estaba en malas condiciones mecánicas y le iba a seguir los pasos a su gemelo a finales de año. La mayoría de los mejores submarinistas estaban en Alemania Occidental, entrenándose con los TR-1700.

Durante marzo de 1982, el ARA Santa Fe participó en “Cimarrón”, un ejercicio conjunto con la armada uruguaya, el último compromiso previsto del submarino antes de ser retirado de servicio. Con “Cimarrón” en curso, se ordenó al submarino que regresara a Argentina de manera inmediata tras finalizar las maniobras y que se preparara para entrar en combate.

De vuelta en la base de Mar del Plata, sólo se subieron cuatro torpedos Mk14 en la sala de torpedos de proa del submarino, el resto del espacio y toda la sala de popa fueron asignados a un comandos de catorces hombres, sus botes y sus armas.

La primera fase de la operación “Goa”, el operativo “Rosario” llevó al Santa Fe a cumplir con dos objetivos: “Zulu”, asegurar una pista de a viación cerca de Stanley y el faro de San Felipe; “Roja” señalar con balizas la zona de desembarco.

El submarino partió de su base el 27 de marzo, con la hora H fijada antes del amanecer del 2 de abril. En ruta, "Zulú" fue cancelada y el faro convertido en un objetivo secundario de “Roja”. Hacias las 21:00 del 31 de marzo, el ARA Santa Fe cruzó las aguas territoriales británicas cerca de la isla oriental de las Malvinas. Hacia las 22:00 se divisió a un mercante británico, el M/V Forrest, que estaba muy cerca del ARA Santa Fe. El Forrest no estaba ahí por casualidad. Su capitán, civil, estaba sigiendo las noticias internacionales y había decidido ponerse ahí con su barco privado para vigilar. Temiendo que su periscopio había sido avistado, el capitán del submarino ordenó seguir adelante con su misión. De hecho, Forrest no lo había visto.

Fue entonces cuando falló la radio del Santa Fe. Podía recibir, pero no transmitir. La tripulación trabajó contra el reloj y a las 01:53 del 2 de abril se restauraron las comunicaciones. El submarino iba con retraso, pero se le ordenó seguir adelante, a pesar del peligro de haber sido descubierto. Por si acaso, el punto de inserción de los comandos fue apartado de zonas populadas hasta un lugar a un poco más de un kilómetro de la deshabitada isla Kidney. A las 02.25 el submarino emergió y los submarinos partieron en sus botees. En cuanto el último se huboi alejado, el submarino se sumergió. A las 03.300, los comandos comenzaron a colocar sus balizas en la zona de desembarco. "Roja" había sido completada. Se acercaron al faro y lo tomaron sin incidentes. A las 06:30 dos compañías argentinas desembarcaron en las playas previstas.

Este gran éxito pudo terminar en desastre. Durante los breves instantes que el submarino estuvo sumergido, fue detectado por el destructor lanzamisiles ARA Hercules ide la flota de invasión. Como el ARA Santa Fe estaba fuera de su punto de inserción original, el destructor pensó que era un barco de la Royal Navy y se preparó para atacar. El desastre fue evitado cuando el Santa Fé usó el UWC para "llamar" al sonar del sonar del ARA Hercules y avisarlde de que eran amigos.

Tras n viaje de vueltae de cinco días, el ARA Santa Fe llegó a Mar del Plata el 7 de abril de 1982.

Con toda la rapidez posible se le preparó para seguir operativo, aunque no estaba en buena forma: la radio estaba funcionando a medias, el RATT (la máquina que automáticamente escribía mensajes en código) no estaba operativa, los motores diesel daban problemas y las bombas de achique sólo funcionaban a nivel de periscopio o emergidos. De postre, las baterías estaban en peores condiciones todavía.

No era nada extraño. Después de todo, incluidas las maniobras, este submarino, de 40 años de edad, llevaba un mes y medio de operaciones ininterrumpidas.

[Bruno Stachel]

El faro de San Felipe, que todavía existe hoy en día.


El ARA Bouchard, ex USS Borie (DD-704), que sufrió un impacto kamikaze en 1945.

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[Bruno Stachel]

En Mar del Plata, el ARA Santa Fe fue elegido para una misión de dos partes y que tomaría unos 60 días, como máximo. La primera parte era transportar dos docenas de marines a Georgia del Sur para reforzar a la guarnición, junto con varias toneladas de armas y suministros. La segunda parte era una clásica patrulla submarina contra el grupo naval de la Royal Navy.

Una disputa entre el Reino Unido y unos chatarreros argentinos le había dado a la Junta la excusa para lanzarse a la guerra. El 3 de abril de 1982 la isla cayó en manos argentinas después de que una compañía de infantería argentina derrotara a los 2 marines británicos. Entre los suministros que el submarino transportaba figuraba un cañón antitanque sin retroceso, que no fue fácil de meter dentro del submarino. Para la patrulla, el ARA Santa Fe recibió 23 torpedos: 20 Mk14 y 3 modernos Mk37. Todos estaban destinados para la segunda parte de la misión; el submarino no debía atacar a ningún buque en ruta, ni aunque le atacara.

Toda la misión de refuerzo, por cierto, era la idea personal del almirante Jorge I. Anaya, pues los otros dos miembros de la Junta no parecían muy favorables a ello. Además, usar un submarino de la segunda guerra mundial para tal misión... era algo más que cuestionable. Al menos la segunda parte de la misión tenía algo más de sentido. No atacaría el grueso de la flota enemiga (de eso se ocupaba el ARA San Luis). El Santa Fe atacaría los mercantes, transportes y la parte más vulnerable de la fuerza.

Debido a los constantes problemas del sistema de control de tiro, se estimaba que los torpedos Mk 14 no podía ser disparados desde más allá de una milla náutica. Los Mk 37 serían usados sólo en caso de defensa propia contra una contraataque.

El 16 de abril, el ARA Santa Fe partió de Argentina por última vez. En ruta una tormenta le obligó a sumergerse. El plan original era navegar en superficie, donde el submarino era más rápido, mientras estuviera bajo la protección de los aviones propios.

Al amanecer del 24 de abril, el ARA Santa Fe emergió en las cercanías de Georgia del Sur. Se acercaría al anochecer a Grytviken, aprovechando que no habría luna, y descargaría a toda velocidad, retirándose antes de que amaneciera de nuevo. Ahora el capitán no estaba tan segur ode que fuera un buen plan, pies sólo disponía de un visor nocturno, de la época de la guerra de Vietnam. La tripulación tenía problemas para identificar la costa y no se podía usar el radar para evitar ser detectado por los británicos. El capitán sentía el riesgo de embarrancar sobrepasaba el presentado por navegar en superficie. La idea erea proceder hasta la ensenada de King Edward y allí usar un bote del servicio antártico británico para llevar las tropas a Grytviken.

Demasiado tarde se dieron cuenta de que no se hbía acordado un protocolo de radio con la guarnición, así que recurrieron a una frecuencia de radio internacional pocpo segura para contactar con Grytviken. Las dos partes implicadas intentaron usar una jerigonza al hablar, para disimular el mensaje final. Pero, como el informe de lo sucedido presentado por el HMS Antrim indicaba que el destructor tenía conocimiento de la presencia de un submarino en Grytviken, por lo que el mensaje tuvo que ser interceptado.

A las 23.45 del 25 de abril comenzó la descarga. El bote hizo tres viajes, bastante complicados por lo voluminoso del cañón sin retroceso y los misiles Bantam . La operación, que debía haber finalizado hacia las 03:59 no acabó hasta las 05:00. De inmediato el ARA Santa Fe puso rumbo norte y se alejó con rumbo a alta mar. La primera parte de camino se tuvo que hacer lentamente y con cuidado, y no finalizó hasta las 05.44. Una vez finalizada esta parte, el capitán ordenó navegar a toda velocidad. Tenía que curzar una zona poco profunda antes de llegar a una que le permitierae sumergirse. El capitán confiaba que esto le costaría unos 70 minutos. Así el ARA Santa Fe estaría todavía emergido a las 06:14, cuando los primeros rayos del sol empezaran a hacerlo visible, e incluso también a 06:56, cuando amaneciera.

[Bruno Stachel]

Hacia las 06:00 el sonar pasivo del destructor HMS Antrim, a unas 50 millas náuticas del ARA Santa Fe, captó el sonido de los motores diesel de un submarino de la clase Balao. Por ello el capitán del HMS Antrim decidió enviar a un helicóptero ASW de patrulla con las primeras lucespara lo que se puso en el aire un Wessex HAS.3, que tardó menos de diez minutos en estar listo. La confianza en el sonar pasivo era tal que el HMS Antrim cesó de usar su sonar activo para no alertar al objetivo. El Wessex era un modelo de los años 60, e incluso el mejorado HAS.3 estaba anticuado en 1982. El HMS Antrim todavía llevaba un HAS.3 porque era demasiado pequeño para aceptar un Sea King.

La aproximación del helicóptero estuvo ayudada por la oscuridad decreciente y por nubes muy bajas que redujeron la visibilidad a media milla. El ARA Santa Fe fue detectado por el radar a unas cinco millas de distancia por el Wessex del HMS Antrim a las 06:55, cinco minutos antes de la hora prevista por el capitán del submarino para sumergerse. El helicóptero lo detectó desde el sur, a la pora del submarino, que navegaba con rumbo norte a 310° a unos 8 nudos, según el piloto del Wessex (es posible que fuera más rápido).

El helicóptero sobrevoló directamente al ARA Santa Fe a 150 pide y lanzó dos cargas de profundidad Mk.XI Mod3, con las espoletas listas para detonar a la profundidad mínima. Los testigos difieren en el estallido de las cargas. Unos dice que cayeron a ambos lados del sumergible, otros que en el lado babor con una rebotante en la cubierta y cayendo al agua.

De cualquier manera, ambas cargas detonaron a la vez. La popa del ARA Santa Fe se levantó unos instante por encima del agua y el submarino pareció perder su curso, lo que da a entender que había perdido el control de la dirección.

Los daños, no es ninguna sorpresa, eran graves. El eje de la hélice de babor se rompió, aunque importó poco porque la propulsión de ese lado quedó destruida. Uno de los depósitos de combustible sufrió una ruptura y uno de los tanques de lastre del lado de babor quedó dañada. Aparte de la electrónica quedó fuera de combate por la onda expansiva. Se desconoce el estado de las baterías, pero estaban dañas con toda seguridad. Sorprendentemente, nadie resultó herido.

Era obvio que la guerra se había acabado para el ARA Santa Fe. Una vez recuperó el control, el capitán dio la vuelta y puso al submarino de retorno a Georgia del Sur. Tenía varias opciones: ir directamente a Grytviken, anclar y desembarcar a la tripulación o dar la vuelta a la isla y embarrancar el submarino en la costa sur, donde los británicos nunca se le ocurriría buscar. Acabada la guerra (con victoria argentina, esperaba), podría ser remolcado en superficie de vuelta a casa.

[Bruno Stachel]

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Las Mk XI reemplazaron a las cargas de profundidad de la 2a Guerra Mundial durante la Guerra Fría.
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[Bruno Stachel]

Un Lynx de la HMS Brilliant ya estaba en el aire. Estaba armado con un torpedo guiado por sonar Mk46.

El Mk 46 era un diseño de la guerra fría de EEUU para enfrentarse a los submarinos atómicos soviéticos capaces de sumergirse a aguas muy profundas. A ningún estratega se le ocurrió que podría nadie enfrentarse a un submarino en superfície.

El Lynx lanzó el Mk46 contra el dañado ARA Santa Fe, pero por el escaso calado del Balao, el Mk 46 pasó inofensivamente por debajo. Sin más armamento, el Lynx comenzó a disparar contra el sumergible con su ametralladora de dpuerta, mientras los marinos argentinos abrían fuego desde el puente con sus fusiles. A la vez helicópteros Wasp armados con misiles aire-superficie AS.12 despegaron desde las fragatas HMS Plymouth y HMS Endurance. Alcanzaron al ARA Santa Fe cuando éste se aproximaba a Georgia del Sur de nuevo. Como mínimo cuatro, tal vez cinco, misiles AS.12 alcanzaron la vela del ARA Santa Fe, que era de fibra de vidrio y una aleación ligera. Frente al AS.12 no tenía ninguna oportunidad. Uno la atravesó de lado a lado sin explorar.

Otro alcanzó donde estaba el mástil del snorket. El último penetró la delgada piel de la torre e hirió a varios marinos argentinos, uno de los cuales sufrió una amputación parcial de la pierna. Aunque la guarnición argentina no tenía armamento AA, abrieron fuego con sus armas ligeras contra los Wasps. Incluso dispararon un misil antitanque Bantan contra un Wasp, pero sin éxito. Los británicos decidieron no arriegarse más y se retiraron.


La vela del ARA Santa Fe
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Tras anclar en Grytviken, donde se desembarcaron a los heridos, el capitán del sumergible, Horacio Bicain, se enfrentó a qué hacer a continuación. Su oficial operativo sugirió llevar al submarino a aguas más profndas y hundirlo allí, pero el capitán pospuso la decisión hasta que anochecera. Debido a los daños recibidos, la capacidad de movimiento del submarino era limitada, pero, con un poco de suerte y con la oscuridad de su lado, podría llegar a Argentina en la superficie. Pero no tuvo esa oportunidad.

A las 17:00 del 25 de abril de 1982, con la operación “Paraquet” (la recuperación de Georgia del Sur por los británicos) en marcha, el capitán de la guarnición argentina informó al del ARA Santa Fe que se iba a rendir. Estaba escaso de armas y munición, sin esperanza de recibir ni apoyo ni socorro. Su situación era desesperada.

Tras la rendición, un equipo de demolición del HMS Brilliant colocó una pequeña carga explosiva en el timón del ARA Santa Fe para evitar que no fuera usado nunca más. El submarino, de todos modos, era n peligro, porque el más mínimo chispazo podía provocar una explosión y, a bordo del Santa Fe se encontraban todavía 23 torpedos. Y el sumergible estaba anclado en Grytviken.

Por eso se usó uno de los motores eléctricos del ARA Santa Fe junto a un remolcador para mover al submarino. También era una oportunidad perfecta para hundirlo durante la maniobra, y por eso los británicos vigilaban con ojo de águila al responsable argentina de la maniobra, Felix Artuso. Lo que sucedió es confnuso. Según parece, el soldado que vigilaba a Artuso pensó que intenaba hundir el sumergible cuando en realidad seguía los procedimientos típicos de un buque de la segunda guerar mundial, diferentes a los de uno moderno. Otra explicación fue que el soldado se asustó por la rapidez con la que Arturso manejaba los controles. Fuera lo que fuera, le disparó, matando a Artuso en el acto.

El capitán Bicain se enfure3ció al saber lo sucedido y canceló la maniobra. La investigación británica exoneró al soldado. Artuso fue enterrado con honores militares por los británicos en Grytviken. Irónicamente, al interrumpir la maniobra de Artuso, lo que se logró fue que entrara más agua en el submarino y que este, en la tarde del 27 de abril, se hundiera hasta tocar el fondo, dejando sólo la vela por encima del agua.

El submarino permaneció en Grytviken, con sus 23 torpedos, hasta junio de 1982, cuando fue llevado a una milla de Grytviken a un lugar llamado Moraine Fjord y, el 20 de febrero de 1985, durante la operación“Okehampton”, tras sellar las salas de torpedos, el submarino fue hundido en las profundas aguas del Atlántico.

Así llegó el final del USS Catfish.

[Bruno Stachel]

Félix Oscar Artuso (5 de julio de 1945 — 26 de abril de 1982), maquinista y suboficial primero de la Armada Argentina. Su primer destino como submarinista fue en el el ARA Santa Fe (S-11) en 1969. En 1976 fue destinado al ARA Salta (S-31) y en 1980 fue destinado al ARA Santa Fe (S-21)
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Remolcando al Santa Fe
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La última foto del Santa Fe antes de hundirse
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