Verdades y falsedades sobre el radar italiano

Alemania, EE.UU, Gran Bretaña, Italia, Balcanes, Africa del Norte..etc

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Verdades y falsedades sobre el radar italiano

Mensaje por Buscaglia »

Saludos.

La creación y desarrollo del radar en Italia son todavía cuestiones polémicas del conflicto. Cuestiones que se han tergiversado mucho en dos direcciones. La primera, exculpatoria: "En Italia nada se sabía del radar hasta la catástrofe de Matapán... luego, las derrotas navales y aéreas eran lógicas e inevitables y no hay que buscar responsables más allá de nuestros egoístas aliados alemanes que nada nos advirtieron". La segunda, laudatoria: "En Italia, una serie de geniales técnicos realizaron radares de primera calidad en época temprana. Pero no se produjeron en serie debido a la dejadez y corrupción del Fascismo".

Aquí vamos a intentar aclarar los hechos objetivos, siguiendo estas dos fuentes: La guerra di Radar de Piero Baroni y la Difficile realizzaziones del rada in Italia de Francesco Matessini.

Sin entrar en las primeras tentativas históricas para hallar un localizador por ondas, que nos llevarían a Tesla, y ciñiéndonos a Italia, en 1920 Marconi (que en la Gran Guerra había estudiado mucho el asunto de la radiogoniometría) intentó crear un dispositivo para captar objetos en movimiento. Pero hasta 1935 no se emprendió un estudio sistemático. Ese año, a cuenta del Regio Ejército, se realizaron dos ejercicios de radiolocalización por parte de Marconi, a los que asistió el mismo Mussolini. Dado el visto bueno, se emprendieron los trabajos para el radiolocalizador en 1936. Se creo una Commissione Internazionale per la Radio Detector Telemetro, dirigida por el ingeniero Ugo Tiberio, que estudiaba las ondas hercinianas desde hacia tres años para el Istituto Militare Superiore delle Trasmissioni. Pero, algo muy italiano, era una comisión prácticamente decorativa porque no se la dotó apenas de personal ni presupuesto.

Ese mismo 1936 Tiberio en el Regio Istituto Elettrotecnico e delle Comunicazioni creo un primer radiotelemetro artesanal de onda continua modulada en frecuencia, denominado EC 1. Pero era un aparato experimental y limitadísimo, muy lejano de las prestaciones necesarias. Con los escasos medios de que contaba, no podía hacer más. Así que, para llamar la atención de las autoridades, el 6 de noviembre 1936 el ingeniero Tiberio advirtió que “existe la posibilidad de que, en caso de guerra, la Marina se enfrente a un enemigo provisto de medios para el tiro nocturno, el antiaéreo y el naval a gran distancia”.

Y es que, en efecto, desde 1934, nada menos que siete países estaban estudiando el radar: Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, la URSS, Francia, Japón y Holanda. Todos con ventaja frente a Italia. ¿Cuáles eran sus realizaciones en concreto?


Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

"Caperucita y otros relatos vascos de terror"
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Re: Verdades y falsedades sobre el radar italiano

Mensaje por Buscaglia »

Saludos.

Lo cierto es que Italia iba muy retrasada. Para 1934 Francia había sacado su seudo-radar del laboratorio y ya instaló un “aparato para descubrir obstáculos” en el mercante Oregon. En el 37 los ingleses montaron un radar operativo en el acorazado Rodney. Para 1940 los franceses habían progresado tanto que el 12 de junio de 1940 uno de sus radiolocalizadores en Túnez descubrió a los bombarderos italianos a 80 kilómetros de Cabo Bon y al día siguiente la estación de Tolón detectó la formación de bombarderos BR.20 a 125 kilómetros de distancia. En Estados Unidos la fase de laboratorio se inició en 1922 y la de construcción de aparatos operativos en 1936.

Frente a ello los primeros aparatos experimentales italianos, en 1936-37, alcanzaba solo los 2.000 metros. Muy lejos aún de lo requerido y de funcionamiento aleatorio. Italia avanzaba muy lento porque no se había trabajado apenas en el campo de las ondas ultracortas y, además, la industria nacional no fabricaba componentes adecuados. Estaba en una situación de inferioridad incluso respecto a potencias menores como Holanda quien, a través de la Phillips, podía conseguir componentes civiles avanzados aplicables a la investigación militar. Así que los prototipos italianos se montaron con piezas de uso civil. No todas existían en Italia y algunas se importaban de Alemania si el presupuesto y las autoridades germanas lo permitían. Las piezas que no existían en el mercado se realizaban artesanalmente.

Hasta que se declaró la guerra en 1940 no comenzaron los test sistemáticos, todavía con aparatos experimentales, en la base naval de La Spezia. El almirante Iacchino hizo el requerimiento de lo que necesitaba la Marina: un radar de detección naval y otro de aeronaves. Una año después estaba preparado el prototipo de detección naval y el 20 de abril de 1941 se hicieron pruebas con el aparato experimental EC.3/ter, de 70 centímetros de onda en las que detectó mercantes de tonelaje medio a 10.000-12.000 metros. Esto era similar a lo logrado por los ingleses. Pero la diferencia era que los ingleses disponían ya de esos radares operativos fabricados en serie y embarcados. Italia tenía un prototipo experimental en tierra que no se podía fabricar en serie por no existir los componentes.

Estaba claro que habría que esperar años para conseguir un radar operativo propio fabricado en serie y se intentaron quemar etapas recurriendo a Alemania. Así que ese mismo mes de abril se hizo la petición oficial de ayuda. La respuesta alemana fue “sí, pero no”. Accedían a ceder un único DETE para embarcarlo en el Vittorio Veneto, pero bajo control de un ingeniero alemán. Se aceptaría también formar algunos técnicos italianos en Alemania si se enviaban bajo el estatus de “alto secreto”. Pero Italia debía comprometerse a no estudiar ni, mucho menos, reproducir el DETE alemán por su cuenta. El Jefe de Supermarina, almirante Riccarsi accedió, en la esperanza de que, en el futuro, los alemanes estuviesen dispuestos a ceder sucesivos radiolocalziadores...
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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Re: Verdades y falsedades sobre el radar italiano

Mensaje por Buscaglia »

Saludos.

Queda claro con lo relatado hasta ahora el cinismo de los almirantes Iacchino o Fioravanzo, que escribieron en la posguerra de forma exulpatoria que en Italia nadie supo de la existencia del radar hasta la batalla de Matapán e incluso acusaron a los alemanes de haberles ocultado su mera existencia. Italia tenía su programa de radar, sabían que en otros países se trabajaba en esa misma dirección e incluso del 14 al 28 de junio de 1940 una comisión naval italiana fue informada de las características de telémetros y radares en Alemania. Allí se les informó que se podían detectar objetos hasta a 150 km. Los italianos incluso pidieron entonces dos ejemplares, pero Berlín afirmó que, de momento, no podía cederlos.

Para lograr mejorar su radar. Italia buscó asesoramiento científico del aliado y en junio de 1941 una comisión de técnicos alemanes examinó el prototipo italiano. Los germanos se sorprendieron favorablemente: los principios teóricos y las soluciones técnicas adoptadas en ambos países eran similares. En ambos casos se había avanzado en investigación de una forma paralela pese a no haber existido intercambio de información. La razón de la inferioridad del aparato italiano se debía no a causas conceptuales, sino a una menor potencia y fiabilidad provocada porque los componentes electrónicos no eran específicos, como en el caso alemán, sino adaptados a partir de otros existentes en el mercado. Por ejemplo, los tubos electrónicos utilizados por los italianos eran comprados a empresas civiles alemanas. Precisamente por ello no podía mejorarse el modelo a no ser que Alemania suministrase los componentes... algo que no pensaba hacer

Visto lo cual, para julio de 1941 se prepararon de forma artesanal los dos primeros prototipos operativos italianos capaces de ser embarcados, los EC.3/ter “Gufo” de 70 cm. Uno debía de instalarse en un acorazado de la clase Littorio y el otro en el torpedero Giacinto Carini. Pero el del Carini tras dos meses hubo de desembarcarse en septiembre ante a imposibilidad de probarlo operacionalmente. Los técnicos que lo calibraban no podía trabajar porque el torpedero se utilizaba constantemente como escolta y ellos no podían actuar en misiones de combate. El del acorazado decidió no instalarse aún a la espera de la nueva versión, el "Gufo" E.C. 4. Ya vemos, la dinámica habitual italiana: diríase que no había prisa por dotar a la Marina de radares.


Mientras había llegado el DETE alemán y, tras consultar con Berlín, se considero que mejor que instalarlo en un acorazado, cuya capacidad de detección podía quedar desvirtuada por la propia escolta, se montaría sobre un destructor que navegaría en descubierta. Se escogió el Legionario, un buque de la clase Soldati. Pero el barco estaba aún en el astillero de Livorno. De nuevo, se trataba el asunto del radar como una cuestión secundaria, sin urgencia alguna.

Y, entre una cosa y otra, llegó el año 1942 sin que los italianos llevasen radar alguno a bordo.

Paralelamente, el radar italiano para detección aérea iba avanzando aún más lento, en este caso por las limitaciones técnicas. La Marina había dado prioridad al de detección naval y la Regia Aeronáutica no había logrado que sus investigadores de la Direzione Radioelettrica Studi ed Esperienze di Guidonia (coronel de Ingenieros Marino Algeri) fabricase nada útil. Hasta noviembre de 1941 no estuvo preparado el primer prototipo experimental de radar de vigilancia aérea pero las pruebas revelaron que, de momento, no escrutaba más allá de 80 kilómetros, del todo insuficiente. Nuevamente se recurrió a Alemania y el 25 de octubre de 1941 consiguieron la cesión de 10 radares Würzburg y de 5 Freya, que los alemanes ordenaron se instalasen en Sicilia, donde operaba su Aviación. Los Freya, con alcance de 150 km, permitían descubrir distancia y velocidad de los aviones y los Würzburg, con 40 kilómetros, la altitud concreta.

Los italianos deseaban instalarlos con diferente criterio táctico en Lampedura, Trípoli, Pantelaria Cabo San Antonio (Cerdeña) y Roma. Hubo que formar los equipos técnicos que los operasen, de la Regia Aeronáutica, la Marina y la Milicia Contraaérea, para lo que se organizaron academias en Nettunia y Ostia. Entre una cosa y otra el primero no se instaló hasta mayo de 1942 en Pantelaria, aunque a partir de esa fecha la cosa se aceleró. Llegaron más de Alemania y para septiembre existían una rudimentaria red de 24 radares: los cedidos originalmente y 10 Würzburg de una versión anticuada que llegaron en julio. Roma pidió comprar 65 para densificar la red, pero de momento no era posible. Y, para esas fechas, la ofensiva contra Malta o el destino del norte de África estaba decidido...
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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