El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

¿Que hubiese pasado si...? Situaciones hipotéticas de la Historia Militar.
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El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Como mucho sabréis, estoy publicando entregas de una saga de historias alternativas, de las que la primera parte se titula «El Visitante», la segunda «Los generales» (el título no es definitivo) y la tercera «Asesinos» (menos aun).

La historia comenzó tras un debate con Eriol, un asiduo forista, que discutía sobre la «estrategia mediterránea», es decir, lo que hubiese podido ocurrir si los alemanes, en lugar de empecinarse en el verano de 1940 en el cruce del Canal de la Mancha, y luego decidiesen atacar a la URSS, se hubiesen dirigido contra el imperio británico.

Por cuestiones de salud mental, cualquier supuesto que implique a Alemania debe comenzar, en mi opinión, enviando a Hitler y sus esbirros a disfrutar de las calderas de Pedro Botero. De hecho, Hitler sobrevivió a varios atentados, y tanto en 1939 como en 1944 se salvó por los pelos. Pero hubo más intentos ¿Podría llegar alguno a buen fin? ¿Qué ocurriría? De eso trata la historia.

Como he dicho, el relato se ha publicado ya en dos foros, pero este es una versión se supone que previa a su publicación. Espero críticas… pero pocas y bienintencionadas.

Saludos


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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

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El visitante



Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial



A esas dos mujeres maravillosas sin las que no sería nada. A mi esposa y a mi hija.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo.

Proverbio chino



Por la falta de un clavo fue que la herradura se perdió.
Por la falta de una herradura fue que el caballo se perdió.
Por la falta de un caballo fue que el caballero se perdió.
Por la falta de un caballero fue que la batalla se perdió.
Y así como la batalla, fue que un reino se perdió.
Y todo porque fue un clavo el que faltó.


George Herbert



Escoger un camino significa abandonar otros. Si pretendes recorrer todos los caminos posibles acabarás no corriendo ninguno.

Paulo Coelho
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

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Prólogo

¿Y si los persas hubiesen vencido en Maratón? ¿Y si Julio César hubiera perdió la batalla de Munda? ¿Y si el Islam venciera en Poitiers? ¿Y si la Armada Invencible lograse desembarcara en Inglaterra? ¿Y si Carlos II no fuera un retrasado mental? ¿Y si Napoleón hubiera perecido durante el Terror? ¿Y si…?

Cuando el lector curioso se sumerge en un libro de Historia, antes o después se encuentra con sucesos relevantes que hubiesen podido ocurrir de una forma u otra. Sucesos que no dependen de las acciones de los protagonistas, sino de hechos fortuitos con repercusiones enormes ¿Y si el invierno ruso de 1812 no se hubiese adelantado y la Grande Armée hubiese conseguido retirarse de Moscú con pocas pérdidas? ¿Y el 17 de junio de 1815 no hubiese llovido tanto y Napoleón hubiese podido adelantar unas horas el ataque a Wellington en Waterloo? Tantas cosas que pudieron suceder y no sucedieron, fueron las que moldearon la Historia y nuestro mundo. La falta de una «Teoría Científica de la Historia» impide analizarlas. Podemos suponer lo que le pasará a un barco si sustituimos el acero del casco por hierro forjado, si el avión no lleva suficiente combustible, o si al enfermo no se le dan antibióticos. Pero no podemos estudiar lo que pudo haber ocurrido de morir Lenin en su exilio en Siberia. El efecto de estos cambios resulta tan fascinante que ha creado su propio género literario, la ucronía o historia alternativa, en la que los autores imaginan mundos en los que Aníbal conquista Roma o Mahoma se convierte al cristianismo.

Si ha habido un acontecimiento que ha moldeado los últimos ochenta años ha sido la Segunda Guerra Mundial. Las fronteras europeas siguen todavía las líneas que se trazaron sobre los mapas en las conferencias entre los Tres Grandes. Solo en el siglo XXI, tras el hundimiento del imperio soviético, empiezan a difuminarse, que no borrarse por completo, las consecuencias de esa guerra. Un suceso de tal repercusión que ha llevado a que bosques enteros se convirtiesen en libros que relatan o especulan sobre el conflicto. Porque lo más asombroso, para cualquier aficionado a la historia militar, es la derrota del Eje. Alemania y Japón consiguieron una increíble serie de victorias que las llevaron al confín del mundo. Los aliados necesitaron años de sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor para derrotar a Alemania y Japón. Para los estudiosos la superioridad demográfica y económica de los aliados, especialmente de Estados Unidos y la URSS, hacían que la victoria del Eje fuese imposible ¿O no? Porque el hecho es que en el verano de 1942 Alemania llegó a Asia, y los barcos japoneses amenazaban la India y Australia ¿La victoria aliada era indefectible?

La mayor parte de las ucronías que imaginan un triunfo alemán en la Segunda Guerra Mundial parten de un momento crítico: el verano de 1940. Fue cuando Inglaterra decidió resistir a los alemanes, cuando estos fracasaron en la Batalla de Inglaterra, y cuando Hitler decidió atacar a Rusia sin destruir antes al Reino Unido. La «mejor hora» de Churchill fue realmente la del Tercer Reich, que había aniquilado a sus enemigos, dejando a Inglaterra casi indefensa, y cuando Estados Unidos y la URSS eran todavía neutrales. Para Alemania se abría un mundo de oportunidades, y probablemente escogió la peor.

La peor elección para Alemania, o la mejor para el mundo. Porque no podemos olvidar que la Alemania hitleriana fue un régimen demoníaco que utilizó los medios que proporcionaba el desarrollo científico e industrial para el asesinato masivo. Asesinato no solo de opositores, no solo de enemigos, sino de seres humanos que tan solo habían cometido el delito de existir. Por desgracia, el Holocausto no ha sido ni el primer ni el único genocidio, y el terrible siglo XX ha conseguido superar incluso la pavorosa cifra de víctimas de la Alemania nazi. Pero entre todos esos horrores el genocidio alemán destaca por haber sido la única vez que un estado moderno creó una organización dedicada exclusivamente al exterminio de sus semejantes.

Para el autor, cualquier obra que trate de la Alemania nazi requiere un esfuerzo especial. Porque no se puede olvidar que tras esos bonitos aviones y los arrolladores pánzer (1), tras la fanfarria y el oropel, se esconde la mayor degradación de la historia humana. Los fascinantes uniformes no pueden hacer olvidar los infiernos de Treblinka o Sobibor. Es por ello que he intentado confeccionar una hipótesis en la que los peores crímenes de ese régimen repugnante no se producen. Si lo he conseguido o no, si es creíble mi tesis, deberá juzgarlo el lector.

Por eso la única forma en que puedo imaginar una Alemania victoriosa pasa por un vuelco del régimen, en el que un pequeño clavo, una mariposa aleteando en París, cambia la historia del mundo.

Espero que disfruten de estas páginas.



(1) Pánzer (panzer) quiere decir coraza en alemán, pero es como los alemanes llaman a los «carros de combate» (denominación de origen francés) o «tanques» (de origen británica). La palabra Tank en realidad no tiene relación ninguna con los tanques, sino que fue adoptada en 1915 para no dar pistas a los alemanes sobre el desarrollo de carros de combate, siendo posteriormente usada por los anglosajones. El ejército español emplea el término «carro de combate». Los tres se emplearán indistintamente en la obra. El término Pánzer también sirve para designar a las divisiones acorazadas (panzerdivision o división pánzer), cuerpos (panzerkorps) o ejércitos acorazados (panzerarmee).
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Guía de lectura

La mayor parte de los personajes que aparecen en estas páginas existieron en la realidad, sobre todo los que tuvieron un grado igual o superior a coronel (o su equivalente en otras ramas de las fuerzas armadas). Se han insertado notas que informan sobre su vida en la realidad, aunque animo al lector que aproveche los medios que Internet pone a su disposición para conocer su vida, muchas veces más fascinante que la mejor novela. Sin embargo, lo que se dice de ellos en estas páginas (no en las notas) depende únicamente de la imaginación del autor, es decir, de la mía. He intentado ser fiel a lo que creo que hubiesen hecho, aunque, obviamente, son solo elucubraciones; pido disculpas por cualquier error que haya podido cometer.

También se citan hechos pasados; todos los sucedidos antes de junio de 1940 corresponden con la realidad, pero debido a la dificultad que a veces puede tener distinguirlos, también he insertado pequeñas notas explicativas sobre ellos. Para distinguir lo sucedido en la realidad de lo que sea fruto de la imaginación del autor (es decir, de la mía) en esos casos se emplea en las notas la abreviatura «r» (real). Por el contrario, si se trata de un hecho o un personaje inventado lo marco con «i» (imaginario). Si no se indica nada se presupone que es real, salvo que se deduzca lo contrario por el texto.

Esta obra ha sido escrita en español, pero emplea gran cantidad de términos procedentes de otras lenguas. Bien en el texto, bien en notas al pie, se explica su significado.

He incluido gran número de notas aclaratorias. El autor, es decir, yo, entiende lo molesto que es acudir una y otra vez a las notas; además muchas de esas serán innecesarias para los aficionados a la historia militar. En esos casos, mi recomendación es no interrumpir la lectura, que siempre habrá tiempo para echarle un vistazo a las notas al final. Con todo, como no todo el mundo sabe lo que fue un Messerschmitt Bf 109 o quién fue sir Stewart Menzies, esas notas ahorrarán más de una visita a Google. Como sé que para muchos lectores esas acotaciones parecerán excesivas, les pido disculpas por adelantado por su paciencia.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

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Introducción

Junio de 1940

Diez meses duraba ya la Segunda Guerra Mundial. Y en esos pocos meses Alemania había conseguido una serie de victorias que emulaba los sueños napoleónicos.

Entre 1914 y 1918 Europa había vivido la peor aberración de su ya sangrienta historia: la guerra a gran escala entre estados modernos. Los estados nación europeos, formados tras siglos de guerras fronterizas, dirimieron sus diferencias en un conflicto a una escala tal que minimizaba los acaecidos hasta entonces. Las potencias industriales surgidas del siglo XIX se movilizaron, y decenas de millones de sus ciudadanos fueron reclutados, armados y enviados a los campos de batalla. Mientras, en la retaguardia, sus compatriotas trabajaban para fabricar las montañas de armamentos, municiones y explosivos que la guerra moderna necesitaba. Ese esfuerzo condujo a batallas de proporciones inimaginables. En la batalla de Cannas , en la que Aníbal destruyó el ejército romano y casi aniquila a Roma, y que fue una de las mayores de la Antigüedad, lucharon ciento treinta mil soldados durante medio día. En Austerlitz , los setenta mil soldados de Napoleón ganaron la guerra al vencer a ochenta y cinco mil austríacos y rusos en un día de combate. Pero en Verdún , un millón de soldados de cada bando se enfrentaron durante once meses por unos metros de fango. En esa batalla murieron un cuarto de millón de soldados y otros tantos quedaron mutilados, como si todos los jóvenes madrileños en edad militar pereciesen o perdiesen alguna extremidad en esos meses de metralla y horror. Esas titánicas batallas se libraron por terrenos minúsculos. La batalla de Verdún se combatió en una extensión de terreno menor que la de los parques de Londres. En la batalla del Somme tres millones de soldados lucharon y trescientos mil murieron para conseguir un avance máximo de doce kilómetros. Doce kilómetros que supondrían un agradable paseo vespertino, del que cada paso costó las vidas de veinticinco jóvenes.

Finalmente, Alemania fue derrotada no por brillantes maniobras militares que el tremendo poder de las armas hacía imposibles, sino por agotamiento, cuando casi todos sus soldados habían caído, cuanto ya no podía fabricar más cañones y cuando las familias perecían de hambre. Pero la derrota, cosechada no en las trincheras sino en los talleres, dejó un regusto amargo que sería la semilla para la siguiente gran catástrofe. Las duras condiciones impuestas por los vencedores en el Tratado de Versalles condenaron a la naciente democracia alemana, que acabó sucumbiendo ante el empuje de un partido radical que propugnaba la superioridad de la raza germana. La nueva Alemania, dirigida con mano de hierro por su líder, recuperó la potencia industrial y militar ante la pasividad de ingleses y franceses. Tras destruir la oposición interna, después de apresar o asesinar a sus enemigos, fuesen reales o supuestos, los nazis se lanzaron a la conquista de Europa. Usando la amenaza militar se apoderaron sin disparar un tiro de Renania, Austria y Checoslovaquia, cuyos sus hombres y fábricas se pusieron al servicio del nuevo poder. Alemania empezó a presionar a la vecina Polonia reclamando provincias fronterizas, pero esta vez Inglaterra y Francia amenazaron con declarar la guerra a Alemania si esta atacaba a Polonia. La garantía dada a Polonia por los aliados no detuvo las ambiciones nazis. En agosto de 1939 el mundo se asombró al conocer que Alemania y la Unión Soviética, hasta ahora enemigos irreconciliables, habían firmado un pacto de no agresión que en realidad era un nuevo reparto de Polonia. Y el primero de septiembre de 1939 la guerra volvió a los campos europeos cuando los ejércitos nazis invadieron Polonia. Fieles a la promesa que habían hecho, Francia e Inglaterra declararon la guerra a Alemania: la Segunda Guerra Mundial había empezado.

Los ejércitos aliados se prepararon para luchar la misma guerra que habían librado sus padres. Se enterraron en profundas trincheras y se encerraron en casamatas de hormigón, esperando destruir a los soldados alemanes con la combinación de alambre de espino, ametralladoras y cañones que se había mostrado letal una generación antes. Pero los mandos del ejército alemán habían recapacitado después de la derrota de 1918 y desarrollado un nuevo arte militar . Repetir la guerra de trincheras era garantía de derrota, ya que los enemigos de Alemania tenían más hombres y más armas, y gracias a sus poderosas marinas podrían bloquearla hasta que muriese de hambre, igual que en 1918. Para evitar esa trampa los militares germanos se habían preparado para una nueva forma de combatir aprovechando los desarrollos técnicos, especialmente los proporcionados por la industria de la automoción y la aeronáutica. Gracias a ellos conseguirían la combinación de potencia y velocidad que derrotaría a sus enemigos. Era la Blitzkrieg, la guerra relámpago.

Los aliados vieron con horror como los aviones y los tanques alemanes rompían defensas consideradas inexpugnables. El ejército polaco, forjado en la guerra con la Unión Soviética en los años veinte y que tenía que resistir seis meses, fue derrotado en dos semanas. Unos meses después, Dinamarca y Noruega fueron conquistadas con tal facilidad que el escándalo hizo caer a Chamberlain , el primer ministro inglés. Fue sustituido por un viejo político que desde finales de los años veinte estaba retirado: Winston Churchill. Pero cuando el viejo león llegaba a Downing Street, llegó el turno de Francia. Aunque esta vez los aliados tenían mayor confianza. Sus ejércitos tenían más tanques y más cañones que los alemanes, y además estaban apostados tras la mayor cadena de fortificaciones del mundo, la Línea Maginot , un conjunto de fuertes subterráneos construidos durante los últimos veinte años, potentemente armados y guarnecidos por un poderoso ejército.

El ejército alemán no menospreciaba la Línea Maginot y sabía que un ataque directo sería costoso y podría estar abocado al fracaso. Por eso había planeado una alternativa. Fue el Fall Gelb o Plan Amarillo , que era una repetición del Plan Schlieffen , es decir, una ofensiva a través de la neutral Bélgica que permitiese rodear las fortificaciones aliadas de la frontera. Pero en 1914 el Plan Schlieffen había fracasado cuando los aliados consiguieron reagruparse tras la derrota inicial, derrotando a los invasores en la Batalla del Marne. En esta ocasión, el Estado Mayor Alemán confiaba que sus nuevos tanques y aviones no permitirían recuperarse a los aliados. Aunque tampoco estaba confiado, ya que los aliados habían desplegado sus mejores ejércitos en la frontera franco-belga y llevaban diez meses cavando trincheras. La experiencia de tres mil años de guerra decía que un ataque frontal contra posiciones preparadas podía abocar a una derrota. Un asalto frontal que era justo lo que los alemanes estaban planeando.

Mientras los ingleses y los franceses esperaban confiados en sus fortificaciones, un general alemán poco conocido, Eric von Manstein , concibió una alternativa que evitaría atacar de frente. Según su nuevo plan, el ejército alemán atacaría las neutrales Bélgica y Holanda, esperando que los aliados saliesen en su defensa. Entonces una gran masa de tanques y aviones los atacaría por detrás y los rodearía.

El 10 de mayo de 1940 Alemania lanzó su ofensiva y, como en una cuidada coreografía, todo salió como se había previsto. Los paracaidistas alemanes tomaron los fuertes y los puentes que defendían las dos pequeñas naciones, y los tanques desbordaron sus defensas. Los ejércitos aliados salieron de sus trincheras y entraron en Bélgica para enfrentarse a los germanos, solo para ser sorprendidos por un gran ataque alemán que, tras atravesar el supuestamente impenetrable bosque de las Ardenas, rompió el frente francés en Sedán. Diez días después, los pánzer llegaron al canal de la Mancha y medio millón de soldados, lo mejor de los ejércitos franceses y británicos, quedaron atrapados en Bélgica. Una serie de errores alemanes permitieron que gran parte de ellos fuesen evacuados en Dunkerque . La Royal Navy consiguió rescatar 350.000 soldados, aunque apenas pudieron llevarse sus fusiles. Inmediatamente después, una nueva ofensiva alemana hizo saltar lo que quedaba del ejército francés. París fue conquistado en unos días, la Línea Maginot quedó rodeada, y finalmente el gobierno francés tuvo que pedir la paz. Solo Inglaterra resistía, pero sus soldados habían escapado literalmente con lo puesto. En las playas francesas habían sido abandonadas montañas de equipo militar, y en la isla no quedaban armas para los soldados evacuados, hasta tal punto que se llegaron a fabricar lanzas con las que se pretendía luchar contra los paracaidistas alemanes. Únicamente la Royal Navy , que seguía manteniendo la supremacía de los mares, impedía que el ejército alemán desfilase por Londres igual que lo había hecho por Varsovia, Oslo, La Haya, Bruselas o París.

Mientras tanto, el orgulloso líder de Alemania, recordando sus tiempos de artista frustrado en Viena, quería culminar su sueño: conocer París . Ciudad que también iba a recibir a un visitante…


La batalla de Cannas fue una de las más famosas de la Antigüedad. Librada en el 216 a.C, en ella Aníbal destruyó un ejército romano dos veces mayor. Se considera un ejemplo clásico de como un ejército de menor fuerza, gracias al genio del general que lo manda, puede destruir a otro superior.

(r) Dirigente cartaginés que fue uno de los mejores generales de la historia.

Tal vez la victoria más famosa de Napoleón, en la que derrotó a los ejércitos austríaco y ruso.

Batalla de la Primera Guerra Mundial (o Gran Guerra) en la que los franceses vencieron a los alemanes con un coste enorme en vidas.

Batalla librada poco después de la de Verdún, en la que oleadas de soldados ingleses fueron masacradas por las ametralladoras y la artillería de los alemanes.

Uno de los tratados que pusieron fin a la Primera Guerra Mundial en la que los aliados impusieron condiciones muy duras a Alemania.

El Tratado de no Agresión entre Alemania y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, conocido como Pacto Ribbentrop-Mólotov, fue una alianza temporal entre la Alemania nazi y la URSS y conllevó el reparto de Polonia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Tras la desmilitarización impuesta en el Tratado de Versalles Alemania solo pudo conservar el Reichswehr, un ejército de cien mil hombres que fue empleado para experimentar nuevas tácticas. Al Reichswehr se destinaron los oficiales que se habían distinguido en la Primera Guerra Mundial, y dirigidos por Hans von Seeckt, estudiaron como superar la «parálisis militar» de la guerra de trincheras.

Al acabar la Primera Guerra Mundial se produjeron varios conflictos en el este de Europa, del que el principal fue la guerra entre Polonia y la Unión soviética que acabó en 1920 con la victoria polaca.

(r) Neville Chamberlain fue primer ministro de Inglaterra entre 1937 y 1940. Se le acusa de haber transigido ante Hitler en 1938 (el Pacto de Múnich) y de la «guerra falsa», como fueron conocidos los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial, en los que ingleses y franceses se contentaron con vigilar sus fortificaciones mientras Hitler derrotaba a Polonia. Con todo, la mala fama de Chamberlain se debe a las «Memorias» escritas posteriormente por Winston Churchill, en las que este último justificaba muchas de sus decisiones. Probablemente a Chamberlain le afectaba la muerte de varios de sus familiares durante la Primera Guerra Mundial.

(r) Una enorme línea fortificada construida entre 1928 y 1940 que cubría la frontera entre Francia y Alemania e iba desde Bélgica hasta Suiza). Contrariamente a lo que se suele decir, los alemanes no superaron esa línea. Sin embargo se considera un grave error porque los enormes fondos invertidos hicieron que el ejército francés no se modernizase, y le llevaron a adoptar una postura defensiva a ultranza.

Los aliados se hicieron con los planes del Fall Gelb cuando un oficial alemán contravino las órdenes y viajó con ellos en avión. El aparato se perdió y se estrelló en Bélgica en enero de 1940. Los alemanes supieron que los belgas (por entonces neutrales) habían entregado los documentos a los aliados y se vieron obligados a modificar sus planes.

El Plan Schlieffen fue ideado por el general alemán Alfred von a principios del siglo XX y estaba pensado para derrotar a Francia. En lugar de un ataque frontal propugnaba un rodeo por Bélgica. Sin embargo en 1914 fue pobremente ejecutado por Von Moltke, el sucesor de Von Schlieffen, y finalmente la ofensiva alemana fue detenida en la primera batalla del Marne. Además la invasión de la neutral Bélgica llevó a la intervención británica, lo que a la postre significó la derrota alemana.

(r) El mariscal Erich von Manstein fue considerado uno de los mejores estrategas del ejército alemán, aunque también se le ha acusado de colaborar con los nazis y ayudarlos a cometer atrocidades en la Unión Soviética. El Plan Manstein (o Sichelschnitt, golpe de hoz en alemán) implicaba la invasión de Holanda y Bélgica para simular que se repetía el antiguo Plan Schlieffen y así atraer a las reservas francesas e inglesas. Luego las divisiones acorazadas debían atacar a través de las Ardenas, una región de colinas boscosas que los aliados consideran impracticable. Tras sorprender a los aliados tenían que seguir hasta el mar para rodear a los ejércitos francés e inglés. Todo salió como lo planeado aunque varios dirigentes alemanes (como Hitler o los mariscales Von Brauchitsch o Von Rundstedt) titubearon y frenaron el avance germano, dando ocasión a los aliados de retirarse.

La retirada de Dunkerque fue un gran éxito de la Royal Navy al poder salvar a casi toda la fuerza británica expedicionaria en Francia, que había sido rodeada por los alemanes.

Los alemanes no atacaron la línea Maginot salvo a algunos fuertes de su extremo occidental, pero fue rodeada por las columnas acorazadas y el ejército que la defendía tuvo que rendirse sin apenas haber combatido.

Literalmente, «marina real». Es como se conoce habitualmente a la marina de guerra británica.

En su juventud Hitler fue un pintor fracasado, y durante toda su vida le interesó la arquitectura. En la realidad visitó París y sus principales monumentos tras la firma del armisticio con Francia.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Buscaglia »

Saludos.

Muy interesante. En realidad, la URSS se alía con la Alemania nazi como mal menor -y temporal- porque teme que esta se una a Francia y Gran Bretaña en una cruzada antibolchevique. Y Stalin actúa de forma fundada porque París y Londres le habían desairado en su acercamiento diplomático, de hecho Londres mandó a sondear a un burócrata de nivel medio cuando Stalin esperaba al Secretario de estado, Eden.

Leeré con mucho interés como dispones las piezas en el verano de 1940, en especial las piezas británica, italiana y norteamericana.
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Gracias por el interés. Primero habrá algunos capítulos introductorios, con pocos tiros. Luego...

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Prinzregent »

Muy interesante. Domper ¿Te molestaría que abriésemos un hilo aparte para las inevitables discusiones que se intuyen en el futuro acerca de lo que se haría, lo que no, porqué esto y porqué aquello?
“¿No es extraño?; los mismos que se ríen de los adivinos se toman en serio a los economistas”. Anónimo

“Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río”. Nikita Jruchev

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

Me alegra que publiques tu ucronía en EGC y no dudes en que te ayudaremos en todo lo que esté en nuestras manos... :dpm: De entrada el estilo narrativo me resulta no solo correcto sino también atractivo, y engancha desde los primeros párrafos.
Domper escribió: 04 Dic 2020La historia comenzó tras un debate con Eriol, un asiduo forista, que discutía sobre la «estrategia mediterránea», es decir, lo que hubiese podido ocurrir si los alemanes, en lugar de empecinarse en el verano de 1940 en el cruce del Canal de la Mancha, y luego decidiesen atacar a la URSS, se hubiesen dirigido contra el imperio británico.
La de vueltas que le hemos dado a la estrategia periférica de Eriol... Precisamente, no hará mucho, estuvimos debatiendo sobre una Campaña alemana en el Norte de África, donde se analizaba con detalle la capacidad de descarga de los puertos disponibles, aunque ahora no recuerdo el hilo en cuestión... Bueno, ya llegará el momento de buscarlo.
Domper escribió: 04 Dic 2020cuyos sus hombres y fábricas se pusieron al servicio del nuevo poder.
No te diría nada en un hilo, pero como esta es la versión definitiva, si no te molesta te hago de corrector para que elimines ese "sus".
Domper escribió: 04 Dic 2020Fue sustituido por un viejo político que desde finales de los años veinte estaba retirado: Winston Churchill.
Ojo, al iniciarse la guerra Churchill fue nombrado nuevamente Primer Lord del Almirantazgo...

Saludos.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Gracias. Vaya despiste. He pasado el corrector y lo he leído ni sé de veces, pero siguen saliendo gazapos.

De Churchill, ya sé que estaba en activo, pero se trata de un corto resumen. Aunque igual modifico ese detalle.

Lo del hilo aparte, lo que prefiráis. Como pensaba publicar capítulso completos, la discusión tampoco despista, algo que sí que pasa en los hilos aparte. Pero lo que se prefiera.

Saludos
Última edición por Domper el 04 Dic 2020, editado 1 vez en total.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

Da lo mismo las veces que leas y corrijas un texto, la primera vez que lo lees publicado, te encuentras con un gazapo... lo sé por experiencia.

Si vas a subir capítulos completos casi mejor continuar como hasta ahora, los dejas unos días para que podamos comentarlos y continuas con otro...

Saludos.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por minoru genda »

Magnífico trabajo Domper. Me he leído esta primera entrega de un tirón y ya estoy esperando por las siguientes :dpm:
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Tengo tanto sueño que no custito dracone pero tampoco se me cuela ninguno si lo veo
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por cv-6 »

Me gustó mucho esta historia y sus secuelas (aunque una de ellas no sé si estaba acabada) cuando las leí en otro foro. Sí hay un par de detallitos (aunque no sé si tienen alguna importancia) que no me acaban de cuadrar, pero no sé si vale la pena mencionarlos porque si esto es una nueva versión tal vez no aparezcan.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Los cambios son de detalle, así que agradeceré las correcciones. Si se no quiere desvelar la trama, podrían hacerse por MP. Agradezco muchísimo cualquier ayuda.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

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Capítulo 1. La visita a París

Un visitante inesperado


París, 26 de junio de 1940

Al principio del verano el sol calienta las calles vacías. Aun así, los parisienses se resisten a disfrutar del día, y los que no han huido ante los invasores están escondidos en sus casas. A pesar de lo avanzado de la mañana solo un visitante está en la calle. Es un hombre fornido, y sus decididos pasos muestran que goza de buena forma física. Viste de civil, pero el traje le sienta mal y se nota que no está acostumbrado a vestirlo. Un sombrero inclinado sobre la cara oculta parcialmente su incipiente calvicie, aunque permite apreciar la cicatriz que le cruza la cara. Es una cicatriz recta, limpia, de un tipo que pocas veces se ve en la Ciudad de la Luz, porque los duelos a sable no son tradición francesa sino de la aristocracia alemana . Nadie se cruza en el camino del visitante y nadie observa que su rostro muestra a la vez signos de preocupación y de determinación.

El visitante lleva un pequeño maletín y parece ir buscando algo. En una calle cercana a la Puerta de Italia encuentra una casa busca: como tantas otras francesas, es de paredes enfoscadas con aspecto severo, apenas alegradas por las ventanas de marcos verdes. El visitante no duda y golpea la puerta. Solo tras varios minutos de llamadas insistentes se abre una mirilla.

—¿Qué desea? –gritan desde dentro.

—¿Es el domicilio de Monsieur Lamotte ? —dice en francés con fuerte acento alemán.

—Yo no hablo con boches . Váyase.

El visitante no se arredra y vuelve a llamar—. Ábrame de una vez. Usted sabrá si prefiere hablar conmigo o con la Gestapo .

—Diga lo que tenga que decir —le gritan desde dentro.

—Preferiría no hacerlo en la puerta. Ya sabe, las paredes oyen.

—Pase dentro, diga lo que quiera, y lárguese.

Una persona le franquea la entrada. Es un francés que está en la treintena, pero parece prematuramente envejecido. Viste ropas ajadas, y al moverse arrastra la pierna derecha. Se apoya en un bastón con la mano izquierda, a la que le faltan dos dedos.

—¿Qué demonios quiere? —pregunta hoscamente el francés.

—Monsieur Lamotte, usted trabaja en la Ópera de París desde 1933 ¿no es así? —dice el visitante.

—Sí, trabajo en la Ópera ¿es ahora un crimen antialemán? —responde altaneramente el francés.

—Tranquilícese, por favor. No soy su enemigo. —El visitante calla unos segundos mientras espera a que se calme el francés, y luego sigue—. Monsieur Lamotte, he estado hojeando su expediente. La gendarmerie tuvo la deferencia de cederme sus archivos.

—Gendarmes, fascistas, nazis… poco se llevan —responde Lamotte.

—Siento disentir con usted —responde el visitante misterioso—. Los nazis son mucho peores. Usted no ha estado en Polonia.

Lamotte mira con curiosidad al intruso, pero al instante cambia su talante—. No siga. No quiero saber nada de lo que dice. Váyase inmediatamente de mi casa —replica.

El visitante ni se mueve—. Espere un momento, por favor. No soy un agente provocador de la Gestapo. Mire lo que le traigo —abre el maletín, que contiene varios cilindros envueltos en papel encerado— ¿Sabe qué es esto?

—¿Y por qué tendría que saberlo? —contesta Lamotte.

—Como le decía, he estado leyendo su expediente. Dice que usted solicitó una excedencia en 1936, y que no volvió hasta 1938.

—Tenía que cuidar a mi madre.

—¿Su madre vivía en España? Por favor, seamos serios. Sus padres murieron durante su infancia y usted no tiene familia. En 1936, tras conseguir la excedencia, viajó a España, me imagino que clandestinamente, pues no solicitó pasaporte. Llegó a Albacete y se enroló en el batallón Comunne de Paris de las Brigadas Internacionales . Combatió en las batallas de Brunete y de Belchite, donde fue herido. Tras recuperarse, desertó y volvió a Francia, reincorporándose a su puesto en la Ópera. No ha vuelto a relacionarse con sus antiguos camaradas.

—Si usted sabe tanto sobre mí, también sabrá que el hijo de puta de Marty me acusó de trotskista y quiso fusilarme. Pero sigo siendo socialista y no delataré a mis compañeros.

—No esperaba que lo hiciese, ni es el motivo de mi visita —dice el visitante—. Conozco una información que tal vez podría interesarle. Hitler va a visitar París.

—¿Ese cerdo fascista quiere reírse de nosotros?

—Usted puede conseguir que se ría de verdad. Porque uno de sus deseos es visitar el Teatro de la Ópera. Como buen brigadista, creo que usted sabrá usar esto —el alemán pone sobre la mesa el contenido del maletín: cartuchos de gelinita y dos bombas de mano Laffite .

—¿Tan cobardes son los alemanes que no saben ni matar a sus piojos?

El visitante no se inmuta tras el insulto—. Haga lo que quiera. Le estoy dando la ocasión de vengar a su país. También podría darle un chivatazo a la Gestapo, que enseguida se pasaría por su casa.

Lamotte contesta con poca seguridad—. Yo podría ir a la Gestapo y delatarle.

—¿Usted, delatarme a la Gestapo? ¿Qué caso harían a un antifascista? Además ¿Qué sabe usted de mí? Míreme ¿Cuántos alemanes hay como yo? —El visitante se ríe y entreabre su americana, mostrando una pistola automática—. Podría pegarle un tiro ahora mismo ¿Cree que la gendarmería investigaría mucho? ¿Cree que a la Gestapo le importaría un brigadista muerto? Pero voy a hacer otra cosa —le ofrece una de las Laffite—. Aquí tiene un recuerdo para Hitler ¿Querrá entregárselo de mi parte?


Durante el siglo XIX y parte del XX los duelos a sable fueron tradicionales entre los jóvenes estudiantes y aristócratas alemanes. No eran a muerte sino a primera sangre, y era frecuente que los nobles germanos luciesen cicatrices en la cara consecuencia de estos enfrentamientos.

Término despectivo con el que los franceses conocían a los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. También se les llamó «hunos» o «krauts».

La Geheime Staatspolizei (Policía Secreta del Estado), conocida como Gestapo, fue la policía secreta oficial de la Alemania nazi. En la realidad fue dirigida desde 1936 por Reinhard Heydrich hasta su muerte en el atentado de Praga de 1942.

Fuerzas voluntarias de origen multinacional que participaron en la guerra civil española, organizadas por la Tercera Internacional. Se agrupaban en unidades según la lengua y la procedencia. El batallón Comunne de Paris (por la revuelta de 1871) estuvo compuesto mayoritariamente por franceses.

(r) André Marty fue un revolucionario francés que en 1936 se convirtió en uno de los dirigentes de las Brigadas Internacionales. En España ordenó asesinar a muchos voluntarios por creerlos sospechosos de discrepar con el partido comunista. Fue llamado el «carnicero de Albacete». Albacete fue la base de las Brigadas Internacionales.

Los trotskistas eran los seguidores de Leon Trotsky, un revolucionario ruso rival de Stalin, que tuvo que exiliarse y que fue asesinado en México en 1940 por Ramón Mercader, un agente soviético de origen español. En la guerra civil español hubo un partido político de orientación trotskista, el P.O.U.M. (partido obrero de unificación marxista) que fue aniquilado por agentes comunistas. Con todo, la acusación de «trotskista» solía ser un pretexto para eliminar a posibles rivales de los dirigentes comunistas.

Un tipo de bomba de mano de origen francés (también conocida como «granada» por su aspecto) que fue empleada en la guerra civil española.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

Domper escribió: 06 Dic 2020 Los cambios son de detalle, así que agradeceré las correcciones. Si se no quiere desvelar la trama, podrían hacerse por MP. Agradezco muchísimo cualquier ayuda.

Saludos
Que CV-6 sea paciente y espere a que publiques los puntos que no le cuadran, de este modo no se desvela la trama y cuando llegue el momento todos podremos dar nuestra opinión y tú basarte en ellas para variar o no el relato...

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

¿El batallón Comunne de Paris estuvo en Brunete y Belchite? No estoy seguro, pero creo que en la primera en retaguardia y en la segunda no.
Era parte de la XI brigada internacional (inicialmente 9ª brigada movil) hasta la primavera de 1937 en que pasó a la XIV.

https://www.brigadasinternacionales.org ... e-paris-1/
https://www.brigadasinternacionales.org ... e-paris-2/
https://www.brigadasinternacionales.org ... omuna-iii/
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Buscaglia »

Saludos.

Emocionante. Y muy bien traída desde el punto literario e histórico la referencia al "carnicero de Albacete", al margen de que APV quizá tenga razón respecto al historial de las unidades.

Una cuestión respecto a las mentalidades. Lo de la marca en la cara es más señal de ciertas fraternidades universitarias alemanas y austríacas que de la aristocracia. Esas cicatrices -por ejemplo, las tenía Skorzenny- eran el rito de iniciación de ciertas fraternidades donde incluso había más burgueses que nobles. Esas heridas eran más raras en nobles que habían hecho la carrera militar porque en esos casos el duelo era por enemistad u ofensas y no estaba generalizado. Pero en la Universidad te tocaba intercambios espadazos en un sótano después de beber con los de tu curso (hay un ejemplo de ello en la excelente primera temporada de Charité) y la marca era la señal de que habías estado así media hora.
Según reza una antigua inscripción en la portada de la iglesia de Otxate, cuando el mundo era joven, solo habitaban la tierra y los océanos seres primordiales a los que no resultaba agradable contemplar. Extraños y deformes, procedentes del vacío y las estrellas. En una época aún arcana, estos seres primordiales se ocultaron más allá del tiempo, pero dejaron su semilla. Cthulhu engendró a los seres de la tierra; Dagón, a los marinos, y Derleta, a los lunares.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

La cicatriz era la Schmiss símbolo de haber realizado Mensur. Hay fotos de un buen número de oficiales alemanes con ella.

Zweig era bastante escéptico, sacrificarse un rato y sufrir una cicatriz implicaba pertenecer a una de esas corporaciones de estudiantes y que tuvieran en el futuro protección de los veteranos para hacer carrera en diversos sitios:

De la asociación de los Borusianos, de Bonn, partía el único camino seguro hacia la carrera diplomática alemana; de las corporaciones católicas de Austria, el camino hacia las buenas prebendas del partido socialcristiano en el poder, y la mayoría de esos ”héroes” sabían perfectamente que sus brazales de colores sustituirían en el futuro los estudios serios que ahora descuidaban y también que cuatro cicatrices en la frente podían llegar a ser un día mejor recomendación para un cargo que lo que estaba detrás de ella.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

En cualquier caso, esas cicatrices eran marcas que llevaban miembros de la "casta", y ese señor de la obra (que fue real) las ostentaba.

Del batallón internacional, he encontrado informes contradictorios (no lo revisé en su día, cierto). No tengo claro si estuvo o no en Brunete, pero sí en la segunda batalla de Belchite, parte de la ofensiva de Aragón.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Pues me haces dudar, pensaba que defendían Belchite en 1938 elementos de la XV brigada internacional, que fue la que la tomó en 1937.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Belchite sí, pero ese batallón participó en la batalla de Aragón y en los combates en esa zona.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

Perdón, ¿qué es una casa "busca*?
Domper escribió: 06 Dic 2020encuentra una casa busca
Saludos.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

"la casa que busca". El gazapo de guardia.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

No estaba seguro si era argot... Pues mira, un gazapo menos.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Una llamada telefónica

Berlín, 27 de junio de 1940. 10:40.

El verano berlinés es caluroso, pero no demasiado, y tiene la humedad precisa para que los jardines florezcan. Tras la gran victoria lograda sobre los franceses, los eternos enemigos, mujeres y niños han salido a pasear por las calles y los parques. Apenas se ven varones: los mayores trabajan en la industria, y los jóvenes han sido reclutados por el ejército. Tan solo transitan unos pocos uniformados. Malditos emboscados, piensan las mujeres que pasean a sus hijos mientras recuerdan a sus maridos o a sus hijos a los que la guerra ha alejado.

Sin embargo, la acera frente a lo que había sido un anexo del museo de Artes Decorativas está vacía, pues se había convertido en un lugar mucho más siniestro. Los berlineses evitan detenerse cuando transitan por la Prinz–Albrechtstrasse, pues ahí está la sede de la Oficina de Seguridad del Reich y de su infame brazo, la Geheime Staatspolizei o policía secreta, comúnmente conocida como Gestapo. Continuamente entran o salen personas enfundadas, bien en los uniformes negros de las Schutzstaffel, la guardia negra de Hitler conocida como SS , bien en gabardinas de cuero que desentonan con el caluroso día. Esa mañana hay más agitación de la habitual, y no llama la atención que un oficial de las SS salga del edificio de y se dirija al cercano hotel Prinz Albrecht . En la recepción exige la atención del encargado.

—Recepcionista, necesito hablar por teléfono urgentemente.

Atento, casi untuoso, el empleado atiende al oficial—. Como desee, Sturmbannführer ¿Necesitará un lugar privado?

—Se lo agradeceré —antes de pasar a una salita, el SS dice amenazadoramente—: Necesito hablar cuanto antes con la residencia del ministro de economía en Karinhall . No se entretenga. La suerte del Reich depende de esta llamada. También la suya.



—Reichsmarshall , por fin consigo hablar con usted.

Al otro lado de la línea, el número dos del partido nazi, el Reichsmarshall Hermann Wilhelm Goering , no parece estar de muy buen humor. Goering, sobre el que tantos chistes corren por la ciudad, es un personaje contradictorio que puede ser un prodigio de afabilidad, o un tipo altanero al que le molestan las llamadas intempestivas.

—¿Quién es usted? Espero que tenga buenos motivos para interrumpirme —dice Goering.

—Excelencia, soy el mayor Schellenberg .

—Schellenberg… Ah, ya le recuerdo. Es usted el protegido de Heydrich, el que atrapó a aquellos ingleses en Venlo —unos meses antes Schellenberg había tendido una trampa a unos agentes británicos en una localidad fronteriza de Holanda— ¿Qué desea?

—Mariscal, Hitler ha muerto durante su visita a París.

—¿Cómo? —Goering calla durante unos instantes antes de seguir— ¿Está usted seguro? Espero que no sea otra de sus añagazas.

—Mariscal, escúcheme, por favor. Todavía no sabemos exactamente qué ha ocurrido, pero mientras el Führer visitaba la Ópera en París se han producido varias explosiones. El edificio se ha incendiado y en parte se ha hundido. Han conseguido sacar a Hitler, pero estaba malherido y ha muerto antes de poder ser atendido.

Goering permanece unos segundos en silencio y luego dice—. ¿Explosiones dice? Tiene que ser un atentado ¿Se ha atrapado a los asesinos?

—Lamento no poder decirle mucho más. Aparte de lo que le he dicho, lo único que he podido saber es que la escolta de Hitler está sacando gente de sus casas para fusilarla en la calle.

—Le agradezco que me informe. Ahora mismo me dirigiré al Reichstag , pues soy el sucesor designado …

—Mariscal, le ruego que no me interrumpa, pues el tiempo apremia. En cuanto la noticia ha llegado a Berlín, Himmler ha enloquecido y ha despachado patrullas mixtas de Gestapo y de SS a los ministerios para tomar el control. A mí me ha encomendado enviar una columna para detenerle, con el pretexto de protegerle.

—Esa rata…

—Perdone, mariscal, pero es cuestión de minutos. He tenido que cumplir las órdenes de Himmler y ya han salido los SS con la orden de apresarle. Le sugiero que abandone Karinhall inmediatamente. Le recomendaría que se dirigiese al aeródromo de Tempelhof , donde está la escuela de paracaidistas. He enviado a la patrulla por Oranienburg, así que si usted rodea la ciudad por el Berlinerring en dirección sur, podrá adelantarse y llegar al aeródromo antes de una hora. Pero salga inmediatamente, se lo ruego.

—Gracias, mayor. Tendré en cuenta su gesto.


Las Schutzstaffel (literalmente, escuadras de protección), comúnmente conocidas como «SS» nacieron como escolta personal de Hitler y de otros dirigentes del partido nazi. Se expandieron tras la eliminación de las Sturmabteilung o «SA» (escuadras de asalto) en la «noche de los cuchillos largos», una purga interna del régimen nazi. Las SS estaban bajo las órdenes de Heinrich Himmler, y crecieron enormemente durante la guerra. Fueron las responsables de buena parte de las atrocidades cometidas por los alemanes.

Un establecimiento real situado en la Prinz-Albrechtstrasse (calle del Príncipe Alberto), que fue destruido durante la guerra. Posteriormente ha sido reconstruido.

Residencia de Hermann Goering, llamada así por su primera esposa.

Literalmente, mariscal del imperio.

(r) Goering había sido un as alemán de la Primera Guerra Mundial que se unió al partido nazi al acabar la guerra. Durante el «pustch» de Múnich de 1923 (intento de golpe de estado nazi) fue herido y tuvo que huir a Suecia, donde conoció a su futura esposa Karin. A causa de los dolores se hizo adicto a la morfina. Cuando Hitler llegó al poder se convirtió en su principal colaborador. Goering dirigió la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) y tuvo otros cargos, como ministro de Prusia y ministro de economía. Perdió mucho crédito a causa de las derrotas de la Luftwaffe. Fue juzgado en Núremberg y condenado a muerte, pero se suicidó horas antes de ser ahorcado. Fue ridiculizado por su amor al lujo, sus estrafalarios uniformes y su obesidad, pero en test hechos en 1946, antes de ser juzgado, resultó ser el más inteligente de los nazis, con un coeficiente intelectual cercano a la genialidad. Fue una figura muy controvertida: amante del lujo, acumuló una enorme colección de obras de arte, pero también protegió a los artistas. Le gustaba la caza pero obra suya fueron las primeras leyes de protección de la naturaleza de Alemania. Aunque protegió a varios judíos, fue uno de los organizadores del Holocausto.

(r) Walter Schellenberg fue un joven abogado que se unió a las SS y dirigió sus servicios de inteligencia. Muy inteligente, tendió una trampa a los espías británicos en Venlo (Holanda) que le dio gran fama. Tuvo fama de vividor, y fue famosa su relación con Coco Chanel. A pesar de su puesto y de ser un subordinado de Himmler, fue de los pocos nazis en cuyo juicio algunas de las víctimas testificaron a su favor. Con todo, casi con total seguridad supo lo que ocurría en los campos de exterminio.

Parlamento alemán.

Goering fue designado sucesor de Hitler y nunca se le llegó a retirar tal cargo. En 1945 intentó suceder a Hitler, que ordenó que se le apresase.

Uno de los aeropuertos de Berlín. En la actualidad sigue en uso.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Himmler no creo que tenga muchas fuerzas, aunque podría disponer de las adscritas a las diversas secciones de la Reichssicherheitshauptamt.

De las 4 divisiones SS (incompletas en aquella época):
-La Leibstandarte está en Metz.
-La Verfügungs por Paris.
-La Totenkopf en Francia (donde mostró sus habilidades en las masacres de La Paradis y Chasselay, aunque la Leibstandarte lo hizo en Wormhout).
-La Polizei en Prusia Oriental, es decir la más próxima a Berlin pero la menos capaz y menos fanática ya que servía para que los policías dependientes de Himmler evitaran servir en la Wehrmacht.

No se donde acabó la 1ª Fallschirmjäger Division tras las campañas francesa y noruega pero supongo que volvería a sus bases en Alemania.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

Sin Hitler, ¿no sería el momento de militares como Von Brauchitsch, Halder o Beck? Dado el personalismo del régimen nazi, con la desaparición del dictador ni Goering ni Himmler tenían fuerzas ni carisma para enfrentarse a la cúpula militar si esta decidía tomar las riendas del país...

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Ya veremos qué pasa.

Si eso hubiese ocurrido en 1936, probablemente ocurriese eso, pero en 1940 el régimen estaba bastante asentado, acababa de lograr una gran victoria (sí, la habían conseguido los militares, pero explícaselo a la gente), y la maquinaria del partido sigue funcionando… o no. Además, la Luftwaffe dirigida por Goering se había lucido, y estaba en el momento de mayor prestigio, aparte de ser el número 2 del régimen.

Así que veremos (dijo un ciego y nunca vio).

Saludos
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