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Siempre que he leído algo relacionado con la Campaña de Málaga me ha llamado la atención la casi total ausencia de menciones a combates, bajas, desgaste, destrucciones, etc., consecuencias éstas de toda actividad militar intensa. Los autores se detienen preferentemente en la descripción de la situación política y social en la capital malagueña, que casi todos coinciden en calificar como caótica. Es evidente que las fuerzas nacionalistas consiguieron una fácil victoria, pero ¿hasta qué punto los vencidos tenían medios de defensa? ¿Estaban prácticamente desarmados? ¿Favorecía el terreno el ataque? ¿Tenían los defensores fortificaciones dignas de tal nombre? ¿Era el atacante tan poderoso, como algunos han afirmado? En todo caso, ¿cuántas bajas produjo la campaña? Movido por estos interrogantes me he decidido a insistir algo más en el asunto.

El teatro de operaciones. La provincia de Málaga constituía una fortaleza natural de grandes posibilidades defensivas. Al norte estaba protegida por dos macizos del Sistema Bético, Sierra Nevada al este y la serranía de Ronda al oeste. Entre ellas había una casi ininterrumpida sucesión de sierras entre Antequera y Alhama. El terreno era "muy enrevesado, duro, abrupto, laberíntico y de trazado irregular, entreverado por algunos ríos de cuencas estrechas, retorcidas y de penosa travesía", en palabras de J.M. Martínez Bande. Las alturas en algunos puntos excedían los 1.800 metros ¡a sólo 10 kilómetros del mar! Una estrecha faja litoral llana facilitaría en teoría el avance para un atacante desde el oeste, sólo que tendría su flanco izquierdo bajo fuego enemigo desde las alturas próximas.
R. Salas Larrazábal ha resumido así la cuestión: "La defensa de Málaga era en extremo fácil. Rodeada de montañas sumamente agrestes, con unas carreteras, que incluso las costeras eran de trazado difícil. Sus accesos son escasos, compartimentados y de pasos abruptos".

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Fortificaciones. Según J.M. Martínez Bande, existían tres líneas defensivas, aunque alguna de ellas estaba sólo en proyecto. La primera era la línea de contacto existente desde el verano de 1936, terminada sólo en algunos puntos. La segunda, comenzada en otoño de 1936, se extendía en una línea que atravesaba las poblaciones de Fuengirola, Coín, Colmenar e Iznate. La tercera estaba en un radio de unos 15 kilómetros de la capital, aunque apenas iniciada. Aparte estaban las obras específicas que defendían los puertos de montaña y las fortificaciones en la misma ciudad de Málaga (trincheras y nidos de ametralladoras en numerosos edificios y vías de acceso).

J.M. Martínez Bande publica, por ejemplo, una fotografía de trincheras en Ventas de Zafarraya, con trazado de lo más ortodoxo, y otra de una obra de hormigón en el puerto de Alazores.

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Los defensores. De acuerdo con el sumario que se instruyó por las autoridades republicanas a causa de la pérdida de Málaga, los efectivos gubernamentales eran de 11.950 hombres, con 8.132 fusiles, 57 fusiles ametralladores, 16 cañones y 22 morteros. Por su parte, R. Salas Larrazábal ha localizado al menos 46 piezas de artillería, indicando que no eran todas. Además se recibieron como refuerzos una batería de 115, 6 blindados, una batería antiaérea de 7,62, ocho mil fusiles más, dos millones de cartuchos, 5 aviones bombarderos, 6 cazas de San Javier, una escuadrilla soviética completa, varios "katiuskas" de la escuadrilla de apoyo de la Marina, del soviético Proskurov, además de numerosos efectivos humanos. R. Salas Larrazábal concluye: "Se enviaron fuerzas sueltas equivalentes a dos brigadas completas, tres brigadas ya organizadas y armas para constituir otras tres más, o sea, ocho brigadas que sumadas a las que debían estar ya organizadas podían totalizar los efectivos de doce brigadas".

Los atacantes. Las fuerzas nacionales (solo españolas) formaban 15 unidades tipo batallón, 15 baterías, tres compañías de carros ligeros, una de autoametralladoras y otra de autos blindados. O sea, más o menos los efectivos de una división. Apoyo aéreo: un grupo de cazas Fiat de cuatro escuadrillas, una escuadrilla de bombarderos S-81 y una escuadrilla de reconocimiento de Ro-37. En total, en torno a 50 aviones (R. Salas Larrazábal).

Los italianos, recién llegados, eran las "tropas legionarias" de la Brigata Manzini, constituida por 15 banderas (batallones), tres compañías de carros de asalto, una compañía de motoametralladoras, un pelotón de carros blindados, varias secciones de ametralladoras antiaéreas y 13 baterías de todos los calibres. En total, unos 10.000 hombres.
Tanto entre españoles como italianos no había unidades de élite. Recordemos que al mismo tiempo tenía lugar la batalla del Jarama. Entre los españoles había varias centurias de Falange, unidades regulares, compañías de milicias y algunos tabores de marroquíes. Los italianos eran una fuerza de miembros de la "Milizia" fascista, veteranos de la guerra de Abisinia y oficiales de la reserva o separados del servicio, con excepción de los de Estado Mayor.

Omito deliberadamente mencionar a las fuerzas navales. Baste decir que los nacionales dominaron a placer y los republicanos se limitaron a hacer tres salidas de Cartagena que no llegaron a pasar del cabo de Gata.

Las acciones. El 14 de enero comienza la primera fase de la ofensiva nacional, protagonizada por las fuerzas españolas exclusivamente. El mismo día se rompe el frente en el flanco derecho. Estepona es ocupado sin dificultades. Si encuentran tropas enemigas atrincheradas, los nacionales las envuelven. Los republicanos se retiran a la orilla izquierda del río Guadalmansa. El día 15 se ocupa San Pedro de Alcántara. Los defensores, en desorden y desmoralizados, "particularmente por el castigo de tres aviones enemigos", se retiran hacia Marbella. El 16 prosigue el avance nacional. Se ocupa El Ángel. El general Martínez Monje, jefe del ejército republicano del Sur, comunica a sus superiores: "hoy solamente hemos tenido un muerto y dos heridos". El 17 los nacionales ocupan Marbella, a consecuencia de lo que se forma una bolsa entre esta localidad y Ronda, y la resistencia en este sector se derrumba. Los avances siguen hasta el 21. Fuertes lluvias interrumpen las acciones en este sector.

El 22 inician los nacionales el ataque en el flanco izquierdo, con Alhama como objetivo. Una columna nacional avanza 12 kilómetros, vence fácilmente y toma Alhama. El 23, 24 y 25 siguen avanzando a pesar del mal tiempo. A continuación el temporal interrumpe el avance.
El 2 de febrero reinician los nacionales el ataque en el flanco derecho. Los republicanos han tenido tiempo de reorganizarse y ofrecen más resistencia. Los nacionales consiguen tomar el Puerto del Viento y las cercanías de Istán. Los nacionales operan en una zona montañosa sin posibilidad apenas de maniobra. Los días 3 y 4 sigue el lento avance nacional. Fin de la primera fase.
El 5 de febrero comienza la segunda fase de la ofensiva, a lo largo de todo el perímetro defensivo y conjuntamente las fuerzas españolas e italianas. Estas últimas toman el puerto de Zafarraya, "no sin lucha empeñada", en palabras de J.M. Martínez Bande. Si embargo el pueblo del mismo nombre era ocupado sin encontrar apenas resistencia por una columna española. El avance es general, aunque en algunos puntos hay viva resistencia, en especial en zonas de abundantes fortificaciones. Sin embargo, la rotura del frente es total. Se han ocupado los tres puertos principales de la cordillera Bética. J.M. Martínez Bande indica que la rotura no ha sido fácil porque los nacionales han tenido relativa escasez de artillería, los aviones no han volado (mal tiempo) y las fortificaciones enemigas.
El día 6 los nacionales explotan el éxito. Se producen algunas resistencias y retrasos en el avance por destrucciones practicadas en algunas carreteras. El día 7 la resistencia republicana se derrumba completamente y el 8 los nacionales entran en Málaga.

Las bajas. No he conseguido información oficial de las bajas en ambos bandos. Ninguna en absoluto de las fuerzas españolas, ni nacionales ni republicanas. En cuanto a las italianas, tampoco conozco información fidedigna, pero sí algún indicio. En la toma del puerto de Zafarraya, donde se encontró la mayor resistencia, los italianos tuvieron cinco oficiales heridos, un sargento y cuatro de tropa muertos y 45 soldados heridos (J.M. Martínez Bande).

Por su parte, el autor J.L. Alcofar Nassaes, amparándose en testimonios de ex combatientes da estas bajas entre los italianos: Oficiales, 4 muertos, 2 heridos; tropa, 727 muertos y 422 heridos. (Recogido por J.M. Martínez Bande). Estas cifras me parecen inverosímiles, por las siguientes razones:
1- Hay una desproporción exagerada entre bajas de oficiales y de tropa.
2- La cifra de muertos prácticamente dobla a la de heridos, lo que es todavía más anómalo.
3- La resistencia enemiga más significativa fue, como he señalado, la del puerto de Zafarraya, donde apenas hubo 5 muertos y 50 heridos.
4- J.M. Martínez Bande ha indicado que la táctica italiana era la del avance rápido y el evitar bajas. Resulta irreal que los italianos tuvieran un 11,50% de bajas en el primer combate.

Por último, como curiosidad indicaré que en el artículo "Batalla de Málaga" de Wikipedia se indica que las bajas españolas (nacionales) fueron "mínimas" y las italianas 74 muertos, 221 heridos y 2 desaparecidos.

Foro de discusión:

http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=7&t=27043&p=1043639#p1043639

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