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Después de la Victoria de Cabo San Vicente contra la Flota Española del Almirante Córdoba, el Almirante Jervis confío a Nelson , ascendido a Contralmirante en febrero del 97, la misión de bloquear el puerto de Cádiz, incendiar los buques refugiados en él y bombardear la plaza. 

La valerosa defensa de Mazarredo echó por tierra estos planes. Nelson, convencido que perdía el tiempo frente a Cádiz empezó a concebir el proyecto de atacar Canarias. 

Al parecer, había recibidito la información de que 2 buques habían partido de Manila en Filipinas cargados con plata y valiosos productos con rumbo a España con escala obligada en Santa Cruz de Tenerife. Nelson a finales de junio ya tiene esbozado un plan para apoderarse del cargamento de los buques, lo que supone atacar la plaza de Santa Cruz de Tenerife. 

Existían 2 precedentes muy cercanos en el tiempo para pensar que se podría tener éxito. 

El 29 de Mayo, las Fragatas inglesas Minerve y Lively al mando del Capitán Hallowell, entran de madrugada en la bahía de Santa Cruz, abordan al bergantín francés La Mutine, cortan sus amarras y lo arrastran fuera del puerto. Dada la alarma en las defensas españolas, tienen que soltar su presa ante el violento cañoneo de los fuertes. 

Pero no es este el precedente que utiliza Nelson para convencer a Jervis, dudoso sobre el resultado de la aventura que le propone su subordinado. 

2 Meses antes, en Marzo, al amparo de una noche sin luna,6 botes de la fragata Terpsichore al mando del Capitán Richard Bowen, asaltan la fragata española Príncipe Fernando anclada en la bahía de Santa Cruz de Tenerife, y en total silencio, la sacan de su fondeadero. Los españoles se enteran ya con el hecho consumado. 

A primera vista parece que puede haber posibilidades de hacerse con un supuesto rico botín. Jervis da el permiso para la operación a Nelson. Se le confía a Nelson una División de 9 buques, con 1.600 hombres como fuerza de desembarco. Los buques totalizaban 393 cañones. 

FUERZAS BRITANICAS 

Mando: Contralmirante Horacio Nelson. Insignia en el Theseus. 

Navío: Theseus

Cañones: 74

Comandante: Capitán Willet Miller

Tropas de desembarco: 200 hombres 

Navío: Culloden

Cañones: 74

Comandante: Capitán Thomas Troubridge

Tropas de desembarco: 200 hombres 

Navío: Zealous

Cañones: 74

Comandante: Capitán Samuel Hood

Tropas de desembarco: 200 hombres 

Navío: Leander. En algunas fuentes figura como Fragata.

Cañones: 50

Comandante: Capitán Thompsom

Tropas de desembarco: 180 hombres 

Fragata: Seahorse

Cañones: 38

Comandante: Capitán Fremantle

Tropas de desembarco: 100 hombres 

Fragata: Emerald

Cañones: 36

Comandante: Capitán Waller

Tropas de desembarco: 100 hombres 

Fragata: Terpsichore 

Cañones: 32

Comandante: Capitán Bowen

Tropas de desembarco: 100 hombres 

Cuter: Fox

Cañones: Teniente Gibson

Comandante: Teniente Gibson

Tropas de desembarco: 180 hombres 

Bombarda: Rayo

Cañones: 1

Comandante: Teniente Compton. 

Destacamento de artillería de desembarco, Infanteria de Marina:

Subteniente Baynes, 95 hombres. 

Reserva Infantería de Marina, repartida entre los buques:

Capitán Oldfield, 250 hombres. 

La fuerza de desembarco totalizaba 1.600 hombres, de ellos 600 eran infantes de marina y el resto marineros de los navíos y fragatas. 

FUERZAS Y DEFENSAS ESPAÑOLAS 

El objetivo del ataque era el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, en la isla de Tenerife. Santa Cruz era solo un lugar, ni siquiera tenía Cabildo propio, iba conquistar ese derecho con la victoria sobre los británicos. Humilde puerto y aldeas de pescadores en el siglo XVI, sus habitantes eran tan pobres que comían pescado barato, el modesto chicharro, de ahí el nombre con que se conoce a sus habitantes hasta el día de hoy, Chicharreros, comedores de chicharros.

 Durante el siglo XVII va muy poco a poco creciendo la población y con él las defensas, pero es el siglo XVIII cuando el puerto y la localidad tendrían su despegue definitivo. Dos son las razones principales, la erupción del Teide de 1706 destruye el Puerto de Garachico, en el norte de Tenerife, hasta entonces el más activo de Canarias. Santa Cruz se queda sin competencia y para Garachico es la ruina, todo el comercio se traslada a Santa Cruz. El otro punto tiene lugar en 1723, el Comandante General traslada la sede del mando militar desde La Laguna a Santa Cruz. 

A lo largo del siglo XVIII se van completando las defensas del puerto con nuevos fuertes y baterias. En el momento del ataque de Nelson, la localidad es defendida por las siguientes fortificaciones: 

-Castillo de San Andres. Teniente Francisco Feo.4 cañones 43 artilleros. 

-Castillo de Paso Alto. Capitán Vicente Rosique.16 cañones, 2 morteros, 87 artilleros 

-Castillo de San Miguel. Alférez José Marrero.4 cañones, 27 artilleros 

-Batería de Santa Teresa. Cabo Manuel Afonso.3 cañones, 12 artilleros 

-Batería de Santiago. Sargento Juan Evangelista.4 cañones, 14 artilleros 

-Batería del Pilar. Sargento Francisco Calleros, 3 cañones, 12 artilleros 

-Batería de San Antonio. Capitán Patricio Madan.12 cañones, 30 artilleros 

-Castillo de San Pedro. Capitán Francisco Tolosa.5 cañones, 1 mortero, 30 artilleros.

-Batería del Muelle. Teniente Joaquín Ruiz.7 cañones, 42 artilleros 

-Castillo de San Cristobal. Sede de la Comandancia Militar.10 cañones, 35

Artilleros, Teniente Francisco Grandi. 

-Batería de la Concepción. Capitán Clemente Falcon.7 cañones, 3 morteros, 39 artilleros. 

-Batería de San Telmo. Capitán Sebastián Yanes, 3 cañones, 16 artilleros. 

-Batería de San Francisco. Teniente Domingo Perdomo.4 cañones y 16 artilleros.  

En total 91 piezas de artillería pero con solo 387 artilleros. La fuerza total disponible en la plaza era de 1.669 hombres: 

-Cazadores Provinciales, 110 

-Batallón de infantería de Canarias, 247 

-Banderas de la Habana y Cuba, 60 

-Milicias de los regimientos de la Orotava y La Laguna, 330 

-Artilleros Veteranos y de Milicias, 387 

-Rozadores de la Laguna, 245 

-Franceses de la Fragata Mutine, 110 

-Marineros y pilotos paisanos, 180 

De este conjunto un tanto abigarrado de unidades, la más valiosa de cara a la defensa era el batallón de infantería de Canarias. Era la única unidad de tropa veterana, es decir regular, junto con los artilleros, aun de estos la mitad eran milicianos. Los cazadores provinciales provenían de los regimientos de milicias de la isla. Con miembros de las compañías de cazadores se había formado esta unidad para reforzar a la tropa veterana. 

Las milicias de los regimientos de la Orotava y la Laguna, eran 2 compañías de cada uno de los regimientos de milicias respectivos. En Santa cruz de Tenerife, los regimientos de infantería de la Habana y de Cuba, de guarnición en la isla del Caribe, tenían sendas banderas de enganche con oficiales reclutadores. Los rozadores eran milicianos, pero ante la carencia de armas de fuego, faltaban fusiles, estaban armados con una especie de guadañas o rozas. Los franceses eran miembros de la tripulación de la fragata Mutine, fondeada en el puerto. 

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EL PLAN DE NELSON 

El 20 de julio de 1797, la Escuadra de Nelson descubrió en el horizonte el Teide. Nelson redacto el plan de ataque en la siguiente orden dirigida al Capitán Thomas Troubridge, designado jefe de las fuerzas de desembarco. 

A bordo del Teseo, nave almirante, 20 de julio de 1797:

Señor: Os encargo que toméis a vuestras órdenes el número de marineros y soldados anotados al margen, que estarán comandados por los Capitanes Hood, Freemantle, Brown, Miller y Waller. Los soldados llevaran por jefe al Capitán Odfiel y un destacamento de artillería con el subteniente Baynes. 

Con estas fuerzas, procurando no ser descubiertos y embarcando todas las tropas que puedan caber en los botes, efectuareis el desembarco por la parte nordeste de la bahía, cercana a una gran fortaleza que por allí se divisa. Asegurada la posición marcharan en masa en dirección a la plaza y batería principal del muelle o enviareis mi carta conminado a la rendición, la cual deberá ser aceptada o rechazada en el plazo que en ella fijo. 

Los botes de cada buque se mantendrán unidos, remolcándose recíprocamente, formando 6 divisiones que procuraran llegar a tierra al mismo tiempo. Inmediatamente rompa el fuego la plaza sobre los botes, contestaran los buques de la Escuadra sin interrupción hasta que el enemigo enarbole bandera de tregua. 

Las Fragatas fondearan lo más cerca que sea posible, luego que los botes se hayan aproximado a las baterías al noroeste del puerto. Desembarcadas las tropas se dirigirán sin pérdida de tiempo a la retaguardia de las baterías, hostilizándolas desde la altura que las domina. 

Los botes de los remos se forraran con bayeta o lona. Cada tripulación llevara 4 escalas de mano, martillos, cuñas y hachas y un carro de mano para la artillería. 

Dejo a vuestra discreción las medidas que han de tomarse para el más eficaz cumplimiento de mis órdenes, que solo tienen como objeto la toma de posesión de todos los cargamentos y tesoros que se encuentren en Tenerife. 

A las 10 de la mañana del día 22 de julio se produce el desembarco de 1.200 soldados y marineros ingleses al norte del Castillo de Paso Alto. 

La intención británica era avanzar hacia la elevación montañosa que domina el castillo, aun hoy se la denomina la Altura, siguiendo las órdenes dadas por Nelson. 

Aunque no se pudo evitar el desembarco, se enviaron rápidamente tropas de milicias junto con 4 cañones, subidos trabajosamente a brazo por un terreno de los más escabrosos. Estas tropas ocupan la altura, bloqueando el paso de los ingleses y dominando totalmente su posición, se producen algunas escaramuzas, teniendo los ingleses 3 muertos. 

Visto que el camino está bloqueado y que el terreno esta desprovisto de agua, Nelson ordena el repliegue hacia los buques a las 9 de la noche. 

El día 23 sorprende a los españoles con esta retirada, de la que no se habían percatado. La flota inglesa permanece frente a la ciudad, pero a las 3 de la tarde se aleja rumbo al suroeste. 

A primera vista parece que se aleja el peligro, y que los ingleses desisten de su empeño de atacar. El General Gutiérrez apuesta por que Nelson no va a renunciar tan fácilmente y que lanzara un ataque frontal sobre la localidad con objetivo en el castillo principal, tomado el cual la ciudad, de poco más de 7.000 habitantes, quedara a merced del enemigo. 

Se toman cuantas medidas defensivas se consideran oportunas para mejorar la defensa del centro de la línea. Una tendría una importancia especial, emplazar una pieza de artillería en una tronera batiendo las escaleras del muelle. Esto se realiza por sugerencia del Teniente de Artillería de las milicias canarias, Francisco Grandi y el cañón se llama, El Tigre. 

El día 24 aparece de nuevo la flota inglesa, suma 393 bocas de fuego, los defensores solo pueden oponer 91. A las 3 de la tarde largan anclas el grueso de la flota frente al Castillo de Paso Alto, una fragata se acerca y lanza 43 disparos contra el Castillo, que no causan daños apreciables, acción que responde con el fuego de sus piezas. 

A primera vista parece que los ingleses van a repetir su plan inicial, desembarcar por Paso Alto e intentar ocupar las alturas a su retaguardia. 

A bordo del Theseus, Nelson imparte las últimas órdenes, va atacar en el mismo centro de la línea española, a su lugar más fuerte, el Castillo principal que defiende el muelle, como su homónimo español ha entendido que es la clave para obtener la victoria. Esta tal su fe en conseguir la victoria, que contra la recomendación de sus oficiales, decide el mismo encabezar el ataque de la fuerza de desembarco, cosa que no estaba en sus planes iniciales, había designado a Troubridge, pero que dice mucho de su valentía y pundonor como militar, aunque fuera una imprudencia a todas luces, ya que era el comandante en jefe. 

En la noche del 24 de Julio, las lanchas inglesas, con unos 1.000 hombres a bordo, se acercan silenciosamente a la costa. No llevaban luz alguna y los remos estaban cubiertos con trapos para evitar ruidos. 

Aun así, su presencia fue delatada por los vigías españoles y dada la voz de alarma. El efecto sorpresa que buscaba Nelson quedo roto, todos los Castillos y Baterías de la Plaza comenzaron un violento cañoneo sobre las lanchas Inglesas y las tropas acudieron a los puestos de defensa. 

El desembarco había comenzado pasadas las dos de la mañana. Los Ingleses se apoderaron de la batería del muelle, inutilizando los cañones e intentaron a cercarse al Castillo Principal de San Cristóbal, sede del mando Militar de la Plaza. Al ser la zona de desembarco muy reducida, la acumulación de tropas inglesas favoreció el tiro de los defensores españoles, que alcanzaron a muchos de los atacantes. En el tiroteo resulto muerto en el acto el Capitán Richard Bowen, comandante de la Fragata de 32 cañones Terpsichore. 

Casi al mismo tiempo, un disparo afortunado por debajo de la línea de Flotación alcanzo al Cutter Fox, hundiéndose rápidamente con su Capitán Gibson, los 180 hombres que transportaba, víveres y municiones. 

A pesar de esta catástrofe, los ingleses proseguían, su avance, alentados por el propio Nelson, que llegaba en la segunda oleada de lanchas. Cuando se disponía a poner pie a tierra en el muelle Tinerfeño y sacaba su espada, la metralla de un de Cañón, la tradición dice que efectuada por el Tigre, colocado en una tronera por el Teniente de las Milicias Canarias Grandi el día anterior, le destrozo el brazo derecho. Nelson fue recogido por sus Ayudantes, y llevado a su buque Insignia, donde un Cirujano le amputo su brazo derecho. 

El Tigre era una pieza de Artillería de a 16 y disparaba balas de hierro de 7,300 gramos, con un calibre de 133mm, una longitud de anima de 2,74 metros y un peso sin cureña de 2.053 kilos. Había sido Fundido en la Fábrica de Artillería de Sevilla en 1768. 

Tenía y tiene grabados las siguientes inscripciones: 

¨¨Solano fecit Sevilla año de 1768¨¨ 

¨¨Violati Fulminati Regis¨¨ 

¨¨Carolus III DC Hispania Et ind Rex¨¨ 

También lleva esculpidas las Armas Reales. 

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El Tigre permaneció olvidado y arrumbado como un hierro viejo durante más de un siglo junto con otras piezas de Bronce. Por orden de la superioridad se decidió vender a la Chatarra aquellos viejos cañones inservibles. Por cura casualidad, en el momento en que iba a embarcar hacia las Palmas para ser vendido a un chatarrero, el Cónsul de Venezuela en Canarias, reparo en el Cañón y descubrió que se trataba del Famoso y Glorioso cañón que hizo que el Almirante Nelson aprendiera a escribir con la mano izquierda. Junto con el cañón Hércules, es la única pieza de Artillería que sobrevive de la gesta de 1797. 

Hoy se encuentra, como la pieza principal y más valiosa, del Museo Militar de Canarias en el Fuerte de Almeyda. 

El intento Británico de apoderarse del Castillo de San Cristóbal había terminado en fracaso. Algunas lanchas fueron arrastradas por la corriente hacia las playas al sur del Castillo y en esa zona desembocaron los ingleses. Aún era de noche y los Ingleses, desorientados y dispersos, formaron dos grupos que fueron cada uno por su cuenta. 

El que mandaba el Capitán Troubridge subió por una calles laterales y logro llegar a la parte superior de la Plaza Principal, hoy de la Candelaria, justo en la trasera del Castillo de San Cristóbal, donde permanecieron en silencio y ocultos, esperando a las fuerzas de Hood. Mientras, Troubridge envió al General Gutiérrez un mensajero exigiendo la rendición, a lo que se negó el General contestando que aun tenía hombres y Polvora para luchar por su Rey. 

El otro Grupo, al mando del Capitán Samuel Hood, se dirigió a la Plaza de la Iglesia con intención de girar y encontrarse con Toubridge en la Plaza Principal y atacar el Castillo por su retaguardia. Intento avanzar por las calles que unían ambas plazas, pero acosado por el tiroteo de las fuerzas Españolas, busco refugio en el cercano Convento de Santo Domingo, parapetándose en sus muros, pero quedando cercados por las Tropas Españolas. Ya amanecía, y ambos grupos Ingleses confiaban que les vinieran a auxiliar desde los buques de la Escuadra. 

Las lanchas donde venían las Tropas inglesas de socorro fueron cañoneadas por las baterías de la Plaza y obligadas a huir o hundidas. Las pocas que llegaron a la Playas, una o dos, fueron destrozadas por una muchedumbre de civiles, la mayoría mujeres y niños. Desde la Torre de la Iglesia del Convento, Hood pudo ver como la operación de refuerzo se había ido al traste. Sin lanchas tampoco era posible intentar una retirada, estaba entre la espada y la pared. 

En esas circunstancias, rodeado en el Convento por los españoles, sin poder enlazar con Toubridge y sin posibilidad de ser reforzado o escapar, Hood, no vio otra posibilidad que enviar al General Gutiérrez Bandera Blanca de Parlamento para iniciar las conversaciones sobre la Capitulación de sus fuerzas. 

Se le ha criticado al General Gutiérrez el haber sido demasiado generoso en las condiciones de la rendición Inglesa y no haber apretado más las tuercas a los británicos, de ser demasiado Caballeroso en una palabra. Lo cierto es que la rendición se firmó en el Castillo de San Cristóbal por parte de Hood y Troubridge en nombre de Nelson ante el General Gutiérrez el 25 de Julio de 1797, festividad de Santiago Apóstol, Patrón de España, en unas condiciones bastante honrosas y buenas para los Británicos. 

Las Tropas Inglesas formaron en el Plaza Principal con sus armas, banderas y Tambores y en el otro lado y de igual forma las Tropas Españolas. Tras presentar armas mutuamente a las respectivas banderas, los ingleses desfilaron ante las Tropas vencedoras y embarcaron en lanchas Españolas que les llevaron a sus barcos. 

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El Texto de la capitulación Británica dice lo siguiente: 

¨¨ Santa Cruz, Julio de 1797 

Las Tropas pertenecientes a Su Majestad Británica serán embarcadas con todas sus armas y pertrechos de toda especie, y llevaran sus botes si se han salvado, y se les franquearan los demás que necesiten. En consideración a lo cual, se obligan por su parte a que no molestaran a pueblo alguno ni a navío que se encuentre frente a él, de ninguna de las Islas Canarias. Los prisioneros se devolverán de ambas parte 

Dado por mi firma y sobre mi palabra de Honor

Samuel Hood 

Ratificado, Toubridge, Comandante de las Fuerzas Británicas 

Don Antonio Gutiérrez, Comandante General de las Islas Canarias.¨¨ 

En un documento aparte, Nelson se comprometía ante Gutiérrez a llevar el mismo hasta Cádiz una carta del General con la noticia de la derrota Inglesa.

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La Armada española en el siglo XVIII. Historia de un triunfo (Ilustrados) :  Torres Sánchez, Rafael: Amazon.es: Libros