BOMBAS V

Isaac Newton publicó en 1687 su obra Principios Matemáticos de Filosofía Natural. En ella plasmó los tres principios de la mecánica, siendo uno de ellos el que enuncia que “a toda acción se opone una reacción, igual y de sentido contrario”. Este sistema fue la base para crear la propulsión a chorro.

Lo necesario para impulsar cohetes.

Los comienzos

Luego de la Primera Guerra Mundial, hubo un creciente interés en Alemania por la idea de los viajes interplanetarios, que hasta ese momento se limitaba a teorías. A mediados de los años 20, un reputado científico alemán llamado Hermann Oberth publica unos libros que contribuyen a esta teoría, y a la posibilidad de construir cohetes para llevar a cabo los viajes, basándose en el principio de Newton ya enunciado anteriormente.

Tal auge adquirió esta teoría, que en las universidades teutonas se gestaron varias sociedades que congregaban especialistas en la materia. Una de ellas era la denominada “Verein fur Raumschiffarht” (Sociedad de Cohetes), que reunía a varios estudiantes del Instituto de Tecnología de Berlín, entre ellos a un joven llamado Wernher von Braun.

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Wernher von Braun

Pero los estudiantes no eran los únicos interesados en el tema de los cohetes: los militares también mostraron interés en ellos, a causa de las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles, pero no pensaron usarlos con fines pacíficos, sino como arma de guerra.

Los militares alemanes tenían a un oficial, el Hauptmann der Artillerie (Capitán de Artillería) Walter Dornberger (quien finalizaría la guerra con el rango de Generalmajor), quien había obtenido el título de Ingeniero en el Instituto de Tecnología de Berlín en 1930. Este visitó la Sociedad de Cohetes y trabó amistad con von Braun.

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Walter Dornberger

Mientras tanto, se desarrollaba el cohete propulsado por combustible líquido en Inglaterra, de la mano del profesor Robert Goddard. La pólvora era sustituida por un comburente y un combustible en estado líquido dándole más potencia y autonomía al cohete.

El proyecto

Aunque ya en los años ’20 se estuvo trabajando en un proyecto similar (dirigido por Paul Schmidt), fue con la llegada al poder de Hitler que los proyectos vieron luz. Aunque al principio no fueron muy tomadas en cuenta, al comenzar la Segunda Guerra Mundial se empezó a experimentar en este tipo de armas. La puntilla se la dieron los británicos, al derrotar a la hasta entonces todopoderosa Luftwaffe en la batalla de Inglaterra, y luego al comenzar aquellos los bombardeos incesantes a las ciudades alemanas.

Ya para 1942, y con semejante cuadro, el Estado Mayor decidió emplear los cohetes.

La bomba V-1

Esta bomba, cuyas siglas derivan de su nombre original (Vergeltungswaffe Einz o arma de la venganza 1), fue fabricada en unas instalaciones especiales del Ejército situadas en una isla del Báltico, Usedom, en la desembocadura del río Oder, lo suficientemente apartada para poder realizar las pruebas a salvo de miradas curiosas y donde se levantarán las instalaciones de la Heeres Anstalt Peenemünde (Instalaciones del Ejército de Peenemünde), de donde saldrían las principales armas secretas empleadas por las fuerzas alemanas. Contaban con Wehrner von Braun como director técnico del proyecto. Además, contaban con una vieja mina de yeso situada cerca de Nordhausen, donde trasladaron el proyecto luego de los bombardeos sufridos por la fábrica original.

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Peenemünde

Peenemünde, por su organización interna se encontraba sometido a la jurisdicción del Ministerio del Ejército, principal interesado en el desarrollo de las nuevas armas-cohetes y cuyos jerarcas habían gestionado ante el Führer los presupuestos necesarios para su construcción. Sin embargo, los jefes de la Luftwaffe pensaban que este tipo de armas, al ser utilizadas como elemento de combate aéreo, debían ser adjudicadas a sus centros de investigación y exigían una participación en los procesos de fabricación y puesta a punto de las mismas.

Para satisfacer sus demandas, el Alto Estado Mayor no dudó en concederles una parte de las instalaciones del HAP, donde se desarrollarían las diversas armas secretas alemanas, y que así quedaría dividido en dos zonas: Peenemunde Este, donde Wernher Von Braun se ocuparía de la dirección de todos los proyectos sobre cohetes para el Ejército, y Peenemunde Oeste, bajo las órdenes directas de Göring, donde se desarrollaría un prototipo de bomba volante, impulsada por un pequeño pulsoreactor (llamado PulseJet, y que partía de las ideas de Schmidt) que constituiría la primera novedad en el campo de las armas secretas alemanas. Este aparato, ideado por el técnico aeronáutico Gerhard Fieseler y desarrollado por Rober Lusser (quien trabajaba para Fieseler), recibiría primeramente esta denominación de Fi-103, para pasar más adelante a hacerse famoso bajo las siglas V-1.

Este artefacto puede considerarse en esencia, como un avión a reacción no tripulado. Su alcance era de 250 kilómetros, su longitud de casi ocho metros, y llevaba una tonelada de explosivos. En estas bombas, provistas de alas como los aviones comunes, el motor de propulsión a chorro, que exteriormente presentaba la forma de un tubo cilindro cónico, estaba instalado sobre la mitad posterior del cuerpo de la bomba. El combustible consistía en una mezcla de gasolina y oxígeno. La gasolina iba almacenada en el interior del cuerpo de la bomba y el oxígeno penetraba por válvulas de succión de aire y receptáculos' de aire comprimido. La mezcla combustible ardía con violencia en la cámara de combustión y los gases en expansión salían por el tubo de escape en la parte posterior. El proceso de entrada del aire y de salida de los gases se repetía hasta más de 200 veces por segundo e impulsaba al aparato hacia adelante. Las continuas explosiones ocasionaban el sonido característico del motor de las V-1, que se haría familiar entre la población inglesa. La bomba era lanzada verticalmente desde el suelo con una catapulta; al llegar a cierta altura cambiaba automáticamente de rumbo y se encaminaba hacia su objetivo.

Los vuelos de demostración efectuados a mediados de 1943 decidieron al Alto Mando a autorizar la producción en serie. Se establecieron cientos de catapultas a lo largo de la costa norte francesa, exactamente en el Pas de Calais, apuntando a las Islas Británicas. Tomando en cuenta que la distancia que separa a Francia de Inglaterra es de 200 Km., y que el alcance de las bombas era de 250 Km., se decidieron por ese sitio para ubicar los cohetes.

Los británicos lograron descubrir el proyecto, pero no pudieron impedirlo: el 13 de junio de 1944 se lanzó la primera de diez V-1 contra Londres. Luego de estas pruebas, las operaciones comenzaron el 15 de Junio de 1944 con el lanzamiento de 244 bombas contra Londres y 50 contra Southampton. 144 cruzaron el canal, 73 cayeron sobre Londres, algunas fueron derribadas mucha cayeron al sur del Támesis y unas cuantas en Southampton. Incluso una llegó a Norfolk. Como su velocidad no pasaba de los 600 kilómetros por hora, los aviones de caza y los cañones antiaéreos la derribaban con facilidad.

Bomba V-2

La bomba V-2 (Vergeltungswaffe Zwei), sin alas, que llevaba en su interior todo el combustible (una mezcla de oxígeno líquido y alcohol), podía volar por la estratosfera a una velocidad de 4.500 kilómetros por hora (muy superior al sonido), guiado por un sistema giroscópico que enviaba señales de corrección del curso a los planos de estabilización y a las toberas del chorro i impulsor. 

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Esquema Bomba V2

Utilizaba un motor cohete usando como combustible 75% de alcohol etílico con 25% de agua y oxígeno líquido. Los dos combustibles eran entregados a la cámara de combustión por dos bombas rotatorias movidas por una turbina de vapor. La turbina giraba a 5.000 r.p.m., por medio de dos combustibles auxiliares compuestos de 80% de peróxido de hidrógeno y 20% de una mezcla de 66% de permanganato de sodio con 33% de agua. El sistema generaba unos 25.000 Kg. de empuje al arrancar, que se incrementaba a 73.000 Kg. al alcanzar la máxima velocidad. El motor era capaz de empujar al cohete a 1.341 metros/segundo, alcanzando una altura máxima de 90 Km. con un rango de alrededor de 320 Km.

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La bomba V-2 (Vergeltungswaffe Zwei)

Para lanzar la bomba desde el suelo bastaba la fuerza desarrollada por el chorro de gases; un operador en tierra, por medio de mecanismos de control remoto, ponía en funcionamiento el motor y poco más tarde podía interrumpir del mismo modo el suministro de combustible, aunque la bomba llevaba mecanismos electrónicos y automáticos para efectuar esa y otras complicadas operaciones durante el vuelo. Al cesar el suministro de combustible, la bomba pasaba a ser un proyectil y como tal su trayectoria obedecía a las leyes de la balística. La fuerza de la gravedad actuando sobre la altura y la velocidad adquiridas obligaba a la bomba a descender y caía entonces sobre el blanco, con gran estruendo. Los efectos de la explosión se atenuaban considerablemente cuando el proyectil chocaba contra el suelo, debido a que se hundía a unos diez metros de profundidad.

La primera V-2 cayó sobre Chiswick, cerca de Londres, el 8 de septiembre de 1944, sin que sus habitantes se pudieran apercibir de lo que se les venía encima hasta sentir el estruendo de la explosión, que sería seguida del terrible estrépito producido al atravesar el artefacto la barrera del sonido y que sería escuchado en la ciudad unos segundos después del impacto. De estas armas cayeron más de 2.000 sobre Inglaterra, entre la fecha citada anteriormente y el 27 de marzo de 1945 en que cayó la última sobre Orpington, en Kent. El total de victimas producidas fue de 2.754 muertos y 6.523 heridos. También se emplearon las V-2 contra la ciudad de Amberes y contra las fuerzas aliadas de la región de Aquisgrán. Se supone que un gran número de artefactos explotaron en sus bases de lanzamiento o nunca alcanzaron sus blancos y se calcula que el número de aparatos fabricados por la industria alemana en el tiempo que les permitió la duración de la contienda, no sobrepasaría los 5.000. Si bien los daños causados por esta nueva arma fueron bastante más cuantiosos que los de su predecesora la V-1, no fueron suficientes para cambiar el curso de la guerra que ya había tomado un giro decisivo hacia la victoria aliada.

Epílogo

Concluida la Segunda Guerra Mundial, algunos cohetes V-2 fueron capturados como botín de guerra por los Aliados. De todos, el más beneficiado fue Estados Unidos, pues pudo trasladar a Wernher von Braun y a su equipo de científicos de Peenemünde a territorio estadounidense, y aprovechó sus conocimientos para estar un paso adelante en cohetes propulsados.

Fuentes:
Enciclopedia Ilustrada Cumbre. Tomo 2. México, 1958, pp. 193-194
http://exordio.com/1939-1945/militaris/armamento/v-1.html
http://www.astrocosmo.cl/biografi/b-i_newton.htm
http://exordio.com/1939-1945/personajes/vonbraun.html
http://www.urbin.de/konstrukteure/dornberger.htm
http://www.portierramaryaire.com/arts/secretas1_1.php

Hans Joachim Marseille

FORO DE DISCUSIÓN

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