Ahora que nubarrones oscuros asoman por el horizonte de este viejo regimiento, amenazando con su disolución, es oportuno revisar el origen de esta unidad, entonces “tercio”, una de las mas antiguas del mundo; 1567 es la fecha del nacimiento de la unidad.

Pero, ¿por qué una revisión? Para justificar esta necesidad he preferido las mas ilustres letras de una “rara avis” entre los historiadores españoles, Juan Luis Sánchez Martín. Director de la excepcional revista ya desaparecida “Researching & Dragona” , ha dedicado años y años al estudio de las fuentes originales en archivos de toda Europa, tratando, entre otras cosas, de reconstruir la genealogía regimental española. Tan magna labor, la ha realizado, hasta donde ha sido posible, encadenando las sucesiones de mando de los distintos Maestres de Campo (MdC)/Coroneles ya que , inicialmente, los tercios eran conocidos por el nombre de su MdC. Insistiendo en la necesidad de justificar una revisión, lo que implica errores en la historiografía clásica u “oficial”, dice Juan L. Sánchez:

 


“En España, al contrario que en Francia, Reino Unido, Alemania o Austria, no ha existido nunca mucho interés por los estudios regimentales. De hecho, no fue la curiosidad histórica la que dio lugar al primero de ellos, sino la necesidad de arbitrar un mecanismo que fijara clara y precisamente el distinto nivel jerárquico de las unidades entonces en servicio para regular sus preeminencias en las marchas, paradas, entradas en guardias y trincheras, acampadas, despliegues en línea, etc. La «veteranía es un grado» reza un viejo lema castrense que tiene un significado mucho más literal del que ahora le concedemos; pues bien, aquel factor, la veteranía o antigüedad, fue el preferido para establecer el primer sistema diferencial entre los cuerpos militares, hasta entonces regulado por privilegios históricos no siempre aceptados o mediante sorteos. El procedimiento fue lento, pues en 1722 se pidió a cada regimiento que aportara las pruebas documentales de su antigüedad, un proceso que no se cerró hasta 1737, cuando el entonces fiscal del Consejo de Guerra, Juan Antonio Samaniego, evaluaba la variopinta información suministrada por los interesados. Dicho informe, impreso en su tiempo y que el Ministerio de Defensa tuvo el acierto de reeditar en 1992, constituye la base racional del R.D. de 16.IV.1741, por el que se fijaron oficialmente las antigüedades de los regimientos entonces en activo. El problema es que, para fijar aquellas antigüedades, no se adoptó el criterio puramente historicista que habría consistido en reconocer a cada regimiento la fecha de su primera leva. En cambio, se prefirió y permitió que dicha antigüedad pudiese remontarse a la mayor probada por cualesquiera de las compañías, o elementos aún menores, presentes en su formación, admitiéndose el principio de que la antigüedad de una de las partes bastaba para conferirla al resto. Recapacitemos que ninguna de las establecidas por aquel procedimiento podría tenerse nunca por definitiva ya que, por grande que fuere una, siempre quedaba abierta la posibilidad de enhebrar otra aun mayor. Por mucho que complaciera al rey contemplar una nómina de unidades a su servicio cuyo rastro tendía a inmemorializarse, no creo que fuera ésta en sí misma la razón, sino más bien la de reservarse un papel arbitral en el proceso. En efecto, el mecanismo establecido posibilitaba hallar el mismo nexo común, y por tanto atribuir la misma antigüedad a numerosos regimientos, cuyas preeminencias quedaban a expensas de la cambiante voluntad real en lugar de inequívocamente fijadas. Lo cierto es que, desde una perspectiva histórica, aquella decisión contribuyó notablemente a lastrar y confundir la memoria de las unidades de mayor antigüedad y tradición militar en España, cuyos perniciosos efectos se manifiestan aun al dia de hoy”.

Las corrientes genealogistas clásicas se han basado en el estudio de Juan A. Samaniego, y han sido revalidadas en 1859 por el Conde de Clonard en su Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería Españolas. El trabajo de Samaniego no es sino un expediente administrativo formado por todos los documentos presentados por los regimientos con objeto de justificar la antigüedad pretendida por cada uno. Este trabajo se hace en una época en la que las antigüedades de los Coroneles venían determinadas por las antigüedades de los cuerpos que mandaban, una cuestión de honor; los jefes de cuerpo no querían escribir historia, solo obtener mayor honor para si y sus unidades. Justificadas en estas breves líneas la necesidad de revisión de historiales, es momento de pasar al mismo.

EL ORIGEN

El Emperador Carlos V comprobó personalmente la eficacia combativa de los infantes españoles en la exitosa campaña tunecina contra los piratas de Barbarroja del verano de 1535. Así que, en Nápoles, el 27 de marzo del año siguiente, 1536, y con el sonido de fondo de los tambores redoblando por una nueva guerra en Italia contra Francia, dicta la R.O. de constitución de un contingente permanente de infantería española en Lombardía, Sicilia y Nápoles; contingentes que ya son denominados tercios en la ordenanza de Génova de 15 de noviembre de ese año. Estos tres tercios de infantería española, las unidades permanentes mas antiguas del mundo , son reclamados por numerosos regimientos como sus orígenes legítimos. Esos tercios son:

 TERCIO DE NÁPOLES, , o Fijo de Nápoles, disuelto en 1707 al perder las posesiones italianas.
 TERCIO ORDINARIO DEL ESTADO MILÁN, , 1531, llamado Lombardía en 1631, en 1776 Príncipe, Milán en 1935 y que es el actual RILAT Príncipe nº 3.
 TERCIO FIJO DE SICILIA, después llamado Regimiento de África (en 1718) y continua su existencia hasta hoy día pero con el nombre de RIL Tercio Viejo de Sicilia nº 67.

Vemos que solamente dos regimientos de los existentes en la actualidad, pueden remontar su origen a estos tercios de Italia, las unidades mas antiguas del mundo. Tradicionalmente se ha creído que el Lombardía era el origen del Galicia; es un error. “Samaniego creía, como también muchos estudiosos posteriores, e incluso yo mismo lo acepté así en el pasado, que el Regimiento de Galicia se formó con elementos del Lombardía, antiguo Tercio del Estado de Milán, cuando en realidad no fue sino el sucesor del Tercio que Julián Romero, el de las hazañas, llevó con el duque de Alba a Flandes. Julián Romero fue MdC del Tercio de Sicilia, la primera unidad de aquel tipo creada en los ejércitos de España, el año 1530, que se llamaría AFRICA desde 1718 y al que la citada R.O. sólo le reconoce antigüedad desde 1559”. De este modo, su primer MdC no es el tradicionalmente admitido, Sancho Londoño, sino el ya mencionado Julián Romero. De los 70 tercios de infantería española que sirvieron en Flandes entre 1567 y 1702 (entonces cambiaron al pie de regimiento según el modelo francés) y los 9 de Italia desde 1532 a 1707 solo han perdurado hasta la actualidad los 4 siguientes, por orden de antigüedad:

­ RIL Tercio Viejo de Sicilia nº 67 ( ex Tercio Fijo de Sicilia)
­ RILAT Príncipe nº 3 (ex Tercio Ordinario del Estado Milán)
­ RCZM Galicia nº 64 (ex Tercio de Sicilia “Gemelo”) y
­ RIL Soria nº 9 (ex Tercio de Velasco, 1591),

de lo que se desprende la necesidad de revisión de los ordinales que realmente les corresponde, en función de su antigüedad, del 1 al 4 entre los actuales.

EN FLANDES

En 1567 estalla la revuelta en Flandes y la monarquía de los Austrias envía por el “Camino Español” al Duque de Alba con las tropas veteranas españolas de Italia. Y aunque estos tercios de Italia mandan todas o casi todas sus compañías, allí permanecen dichos tercios “fijos” (salvo el de Cerdeña) que sustituyen las compañías enviadas a Flandes con otras de nueva leva procedentes de España. Estas compañías “expedicionarias” generan nuevos tercios, pero no son ni el Sicilia ni el Lombardía ni el Nápoles, error que se ha perpetuado y servido a algunos para atribuirse las antigüedades de los “italianos”. Es aquí cuando y donde nace nuestro Galicia, en las 10 compañías “expedicionarias” del Sicilia, que son agrupadas bajo el mando del MdC Julián Romero. Los tercios son conocidos durante esta época por el nombre de sus MdC, cambiando con las sucesiones de mando, aspecto este que ha venido a complicar los estudios genealógicos, basados principalmente en el estudio de las patentes de mando de los MdC. La sucesión de mando resuelta por Juan L. Sánchez para el Galicia, durante el periodo con pie de tercio es la que sigue :

 1567, Julián Romero de Ibarrola (1518-1577)
 1577, Francisco de Aguilar (SgM a cargo).
 1579, Francisco de Valdés
 1580, Pedro de Paz
 1584, Juan del Águila y Arellano
 1588, Juan Manrique de Lara y Girón
 1590, Antonio de Zúñiga y Zúñiga
 1598, Carlos Coloma de Saa
 1599, Jerónimo de Monroy
 1601, Simao Antunes
 1623, Diego Luiz de Oliveira
 1625, Francisco de Medina Carranza
 1631, Jacinto de Velasco, III Conde de Salazar
 1632, Francisco de Zapata Osorio
 1636, Enrique de Alagón y Pimentel, VIII Conde de Sástago y I de Fuenclara.
 1640, Jerónimo de Aragón y Tagliavia
 1642, Juan de Velasco y Henin, V Conde de Salazar
 1642, Fernando de Quesada, I Conde de Garciez
 1646, Francisco D'eça y Sa (Francisco Deza)
 1654, Juan de Rocafull y Ladrón de Guevara
 1655, Diego Goñi de Peralta y Fernández
 1659, Francisco de Velasco, II Conde de Colmenar
 1661, Juan de Toledo y Portugal
 1668, Fernando de Moncada, Duque de Montalto
 1676, Diego de Covarrubias, Marq. de Covarrubias
 1684, Antonio Mariño de Andrade, Marq. de Mariño
 1697, Juan Antonio Hurtado de Amezaga y Unzaga (convertido a pie regimental en 1702 según el modelo frances).

La primera etapa en los Países Bajos dura 10 años, todos a las ordenes de Romero, hasta la salida acordada (Edicto Perpetuo) en agosto de 1577 de los tercios españoles. En esos años el tercio es conocido como Sicilia dado su origen, pero en la isla seguía existiendo el tercio al mando del MdC Diego Enríquez. Romero, retratado por el Greco en el cuadro expuesto en el Prado, Julián Romero el de las hazañas, es uno de los mas afamados MdC de entonces, como testimonia su postrera carta al Rey Felipe II: “Ha que sirvo a Vuestra Majestad cuarenta años la Navidad que viene, sin apartarme en todo este tiempo de la guerra y los cargos que me han encomendado y en ello he perdido tres hermanos, un yerno y un brazo y una pierna y un ojo y un oído [...] y ahora últimamente un hijo en el que yo tenía puestos mis ojos [...] y por otra parte ha de nueve años que me casé pensando en poder descansar y después acá no he estado un año entero en mi casa” . Durante este periodo destacan como hechos de armas del tercio las batallas de Jemmingen (1568) y Mook (1574).

Sin acabar el año que dejaron Flandes, 1577, regresa, en diciembre, a los Países Bajos (PP.BB.). Lo hace al mando interino de su SgM, Francisco de Aguilar, porque el MdC Romero murió cerca de Cremona en octubre. En los documentos administrativos consta como Tercio de Julián Romero, difunto, hasta la provisión de patente de MdC del tercio a Francisco de Valdés en 1580. Es en ese periodo de interinidad cuando se complica la historiografía relativa a la sucesión de mando, de tal modo que durante mucho tiempo se creyó que el “Galicia” se remontaba al “Lombardía” de Sancho Londoño. El mismo año que Valdés asume el mando, 1580, el tercio deshace el Camino y vuelve a Italia. Allí, por motivos disciplinarios, se le quita el mando del tercio y dándoselo a su SgM, Pedro de Paz, regresa a los PP.BB. a finales de julio del 1582 recorriendo el Camino Español en 40 días. Cuando en agosto del año siguiente muere el MdC Pedro de Paz ante los muros de Terramunda, le sucede en el mando el Capitán Juan del Águila que llevaba sirviendo en el tercio 20 años. Entrado el año siguiente el tercio participa y destaca en el sitio de Amberes. En 1585 el milagro de Empel salva al tercio que estaba sitiado por las aguas junto a otros tercios en la isla de Bommel. Preparando la invasión de Inglaterra es herido de gravedad en 1587 el MdC del Águila cuando asediaba el puerto de la Esclusa (Sluis). El herido marchó a España y no regresó. En España recibió el mando de otro tercio, que permanecería ocho años (del 90 al 98) en la Bretaña francesa apoyando a la Liga Católica, y que no debe ser confundido con el original de Romero. Le sustituye como MdC en el 88 y por dos años Juan Manrique de Lara y Girón quien a su vez es sustituido por un veterano del Sicilia y Sicilia Gemelo, Antonio de Zúñiga. Este había levado antes un tercio, el del Ducatón, en 1587, que fue reformado al poco de llegar a los PP.BB. Al mando de Antonio de Zúñiga interviene principalmente contra los protestantes franceses de Enrique IV durante las guerras de religión que asolaron Francia hasta 1598. El 4 de julio de 1597 pasa la patente de MdC a Carlos Coloma por promoción de Zúñiga, quien la retiene hasta ser promocionado en 1599 y marchar al Rosellón. El tercio pasa a Jerónimo de Monroy, con quién en el verano de 1600 lucha el tercio en la I Batalla de las Dunas, primera ocasión en que la infantería española sufre un importante revés en campo abierto.

EPILOGO

Hemos tratado hasta aquí el origen y primeros pasos durante el siglo XVI del tercio por las tierras conocidas genéricamente como Flandes (aunque Flandes es solo una de las 17 provincias que formaban los PP.BB.). Sin duda, el resto del historial de la unidad es importante y apasionante pero esta fuera de las intenciones del presente artículo. La unidad todavía permanecerá en Flandes hasta 1713, fecha en que regresa a España, donde en 1718 recibe el nombre “perpetuo” de Galicia. Estará presente y cumpliendo con su deber a lo largo de todos los acontecimientos importante de la Nación Española hasta nuestros días. Pero su futuro no esta asegurado. El actual proceso de reorganización del Ejército prevé su disolución en 2010. Le acompaña al regimiento en tan mal viaje otra unidad emblemática y aún mas antigua, el Príncipe nº 3. Es pretensión del autor, desde estas humildes líneas, invitar a la reflexión sobre la conveniencia de esta disolución de una de las instituciones de mas antigüedad del mundo. Igualmente quisiera hacer un llamamiento a las instancias correspondientes, el Instituto de Historia y Cultura Militar y la Inspección de Infantería, para realizar una revisión de la colección historiográfica tradicional basada en los estudios de Samaniego atendiendo a criterios mas rigurosos que los determinados por el mismo.


 

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