Imagen

En otros escenarios, la US Navy había tenido un mes relativamente tranquilo en Enero de 1862, mes para el que habían desaparecido un par de buques sureños de los que hemos referido anteriormente. Así, habían sido declarados ya inservibles por los confederados, retirados y desguazados de su fuerza de combate, en Virginia el vaporcito “Arrow”, anteriormente usado como embarcación de servicios de piquete y alarma. Y en Louisiana el velero “Morgan”, ex-cutter de la Revenue Marine, que parece que había sido ya retirado de primera línea para Octubre, (no intervino, como los otros ex-cutter, en la acción de Head of the Passes), y pasó al desguace al filo de Año Nuevo. Y también, en la zona de Bayou Teche, el velero “William B. King” y el pequeño transporte “Gossamer”, habían sido desmovilizados y devueltos a sus dueños.

El único cambio en las “alineaciones” de la US Navy en aquel principio de año fue en cambio el que cedió la goleta “Garland”, (una de las embarcaciones viejas que había adquirido para hundirlas cegando las bocas de los principales puertos sureños), al Ejército para que la empleara como depósito flotante en el Sound de Port Royal.

En el Golfo, el Comodoro Hollins se encontró aquel mes con el Secretario de Marina confederado Stephen Mallory, mirando por encima de su hombro y respirando junto a su oreja, indignado por lo que consideraba una absoluta falta de previsión de Hollins cara al futuro. Del propio Secretario de Marina, llegaron a manos de Hollins varias listas de buques que estaban surtos en New Orleans y debían a toda costa ser requisados y adquiridos por la CS Navy, para su conversión en cañoneros o sloops auxiliares, o alternativamente en blockade runners. (Y debemos admitir que, de no ser por la acción de Mallory, la resistencia confederada en el río Mississippi hubiese sido mucho menos dura).

Se ignora si también a instancias de Mallory, pues a mitad de mes Hollins creó un nuevo mando, el del río Tennessee, que puso bajo la autoridad del Comandante Isaac N. Brown. Era éste uno de los mejores elementos de la Marina Confederada, e iba también a resultar uno de los más desafortunados, porque una tras otra no cayeron sobre sus espaldas sino auténticas “misiones imposibles”, como ésta de defender el Tennessee, donde hasta el día de su designación, a menos de tres semanas del ataque de Grant, no se había armado un solo barco o levantado una sola obra defensiva fuera de Fort Henry. Característicamente, Brown se puso al trabajo con tal energía que, de haber llegado los unionistas sólo un mes más tarde, hubiesen encontrado una resistencia bastante más sólida.

Isaac N. Brown, CSN
Imagen

En tanto, de las mejores unidades de Hollins el “CSS Calhoun”, cañonero auxiliar de 508 Tn y entre sus 3 piezas había un peligroso “Rifle de 30 libras” cayó tontamente. En la noche del 23 de Enero, lo capturó por sorpresa en el Southwest Pass un abordaje de los botes de la goleta unionista “Samuel Rotan”, de 212 Tn, que navegaba semidesarmada como tender de la fragata de hélice “USS Colorado”. Tomado intacto, pronto se le vería en las filas de la Unión como “USS Calhoun”.

Imagen
“CSS&USS Calhoun”

Aquel mismo mes y en el Golfo, fue creado finalmente el West Gulf Blockading Squadron del ahora Flag Officer David Glasgow Farragut, con base en Ship Island. Entre sus fuerzas se encontraba la Flotilla de Bombardas del Capitán David Dixon Porter. En cuanto a las unidades de ésta fuerza, que originalmente iban a ser 25, terminaron requisándose sólo 23, que fueron las siguientes:

“Adolph Hugel”
“Alfred Houghton”“Arletta”
“Charles P Williams
“Dan Smith”
“George Mangham”
“Henry Janes”
“Horace Beals”
“John Griffith”
“Maria J. Carlton”
“Matthew Vassar”
“Norfolk Packet”
“Oliver H. Lee”
“Orvetta”
“Para”
“Racer”
“Rachel Seaman”
“Sarah Bruen”
“Sea Foam”
“Sidney C. Jones”
“Sophronia”
“Thomas A. Ward”
“William Bacon”



Cuatro de ellas no llegarían a incorporarse a la flotilla, y aún puede que una no llegara a recibir su mortero.

En el Atlántico libre, el Comodoro confederado Josiah Tattnall jugaba al escondite con su flotilla entre las islas de la boca del río Savannah, tratando de interceptar u obligar a replegarse a al menos una de las flotillas unionistas que frecuentaban aquellas aguas, creando y aprovisionando puestos de asedio en torno a Fort Pulawski. En tanto el Flag Officier unionista Samuel Francis Dupont realizaba desde mediados de Enero una serie de fintas y amagos de bombardeo en torno a la bahía de Charleston, situada más al Norte.

Estas acciones, la primera de las cuales se efectuó el 17 de Enero, encubría su verdadero propósito, que no era sino el de taponar los canales de salida de la bahía con aquellos veleros adquiridos el año anterior al efecto, (y convenientemente rellenos de piedras, por lo que a veces se hace referencia a ellos como la “Flota de Piedra”). El 23 de Enero se realizó la primera operación importante y para cuando a principios de Febrero se consideraron aquellas acciones terminadas, una veintena larga de buques de la Flota de Piedra habían ido a cerrar el paso en los accesos de la bahía de Charleston.

Pero pese a haber sido hundidos con bastante precisión, resultaron ineficaces. ¡Investigaciones posteriores parecieron dejar sentado que el fondo de los canales de la Bahía de Charleston era muy amenudo de arena movediza, capaz de engullir en pocos días el casco de aquellos buques! Entretanto, las acciones sólo sirvieron para dificultar la tarea de Samuel Dupont, obligándole a concentrar una proporción enorme de su fuerza en el Norte y dando oportunidad de que el Comodoro Tattnall hiciese su propio trabajo.

En efecto, el confederado logró rechazar una de las flotillas de aprovisionamiento unionistas, mandada precisamente por el segundo de Dupont, Capitán Charles H. Davis. Y aunque sólo lo lograra una vez, siendo rechazados sus otros intentos por Davis y John Rodgers, que mandaban las subsiguientes flotillas, logró lo que se proponía. En efecto, al quedar cortos de provisiones, medicinas y otros ítems en un paisaje tan malsano como el de la pantanosa Big Tybee Island, aún por sólo unos días, los unionistas que la ocupaban sufrieron un recrudecimiento de las fiebres típicas del lugar que tomaron aspecto epidémico.

Para colmo, los confederados tuvieron la fortuna de que el propio Brigadier Egbert Viele, que además del comandante local unionista era proveniente de Ingenieros, y el director de las obras que se realizaban contra Fort Pulawski, fuera de los más afectados, debiendo ser evacuado, con lo que dichas obras se empantanaron y desorganizaron, retrasándose mucho su conclusión.

Mas al Norte, la noticia naval del mes fue la salida de la flota unionista del Flag Officier Louis Malerherbes Goldsborough hacia los Sounds de North Carolina. Con 135 buques incluyendo la escolta lejana, superaba ampliamente a la flota de Port Royal en número, ya que no en tonelaje, pues estando destinada a operar en aguas angostas, casi todas sus unidades eran de un desplazamiento moderado.

El componente de combate para los Sounds contaba con 28 buques, sumando:

1)Una División de Cañoneras del Ejército de Tierra, mandada por el Capitán S. F. Hazard. (Embarcaciones pequeñas con nombres militares). “Chasseur”, “Hussar”, “Lancer”, “Picket”, “Pioneer”, “Ranger”, “Vidette” y “Zouave”. En total 8.

2)Una División Naval con los siguiente buques:

Buque de mando. “Philadelphia”, (semidesarmado, de palas y 500 Tn.)

Imagen
“USS Philadelphia”

Cañoneros de Palas: “Commodore Barney” (512 Tn), “Commodore Perry” (512 Tn), “Ceres” (150Tn), “Delaware” (357 Tn), “Hetzel” (200 Tn), “Hunchback” (517 TN), “Isaac N. Seymour” (133 Tn), “John L. Lockwood” (180 Tn), “Morse” (514 Tn), “Shawshenn” (180Tn), “Southfield” (750Tn) y “Underwriter” (341 Tn).
En total 12.

Cañoneros de Hélices: “Henry Brinker” (108 Tn), “Loisiana” (295 Tn), “Stars and Stripers” (407 Tn), “Valley City” (190 Tn), “Whitehead” (136 Tn) y “William G. Putnam” (149 Tn).
En total 6

Goleta armada: “Granite” (75 Tn)

Lo que sumaba un total de 28 buques de combate, 20 de la Marina y 8 del Ejército de Tierra.

En cuanto al componente terrestre de la expedición, bajo el mando del Brigadier Ambrose E. Burnside, era de al menos 12.000 hombres en cuatro brigadas mandadas por los Coroneles Jesse Lee Reno, John Grey Foster, John Grubb Parke y Thomas Williams.

Pero como ya hemos dicho en otro capítulo, estas fuerzas zarpadas de Hampton Roads el 11 de Enero y que comenzaron a alcanzar la boca del Hatteras Inlet al día siguiente, se encontraron con un tiempo infernal que hacía muy problemático internarse en el canal del estrecho. El 15 de Enero, el primer intento de cruzarlo se cerró desastrosamente, al encallar violentamente el primer buque en intentarlo, el transporte del Ejército “City of New York”, cargado de tropas.

El resto del día se pasó en el rescate de sus ocupantes, que resultó muy problemático pues entre otras cosas, con la tormenta y la sacudida sufrida al encallar, todos los botes de salvamento habían sido arrancados de sus pescantes perdiéndose en el mar. Hizo falta mucha habilidad y no pocas acciones de un valor desesperado, (como la de los tres voluntarios de la tripulación que en uno de esos botecillos casi sin quilla que se usan en los puertos, y que por casualidad estaba a bordo, lograron remar hasta otro buque, a través de un mar con olas de 5 metros que les hacían subir y bajar como una montaña rusa, para explicar en qué condiciones se hallaba el USAT “City of New York”), pero finalmente se logró rescatar a sus ocupantes antes del anochecer.

Y a tiempo, porque el amanecer del 16 mostró que el buque había sido despedazado por el oleaje durante la noche. Aquél día se intentó hacer cruzar unidades ligeras, con el resultado de que la primera, la cañonera del Ejército “Zouave”, fue también arrojada a los bajíos. Pero ésta, más pequeña que el transporte de la víspera, se deshizo rápidamente, con pérdida de toda la tripulación. A la vista de estos hechos, Goldsborough se resignó a permanecer costeando la zona hasta que mejorara el tiempo. No fue fácil, pues la tormenta soplaba hacia tierra. Pero el Flag Officer arbitró un sistema de mutua vigilancia y ayuda, y en adelante logró reflotar con cables de remolque lanzados con cohetes a cuantos buques embarrancaron aún, (lo que incluyó la gran fragata de paletas “Powhatan” y el sloop “Pocahontas”, de la escolta lejana), perdiéndose sólo otros dos transportes y con muy pocas pérdidas humanas.

No fue hasta el 28 de Enero que la tempestad amainó, 2 semanas después, y la flota pudo cruzar el Inlet, por supuesto para recalar de inmediato en el puerto amparado por Fort Hatteras. Desde luego, el retrasar aún más las operaciones previstas daría más tiempo al enemigo para prepararse, lo que no era bueno. Pero peor sería iniciarlas sin realizar algunas reparaciones en los buques y permitir a los hombres olvidar el agotamiento y el pánico que habían sufrido en su batalla contra el mar.

Poco más pasaría en el mar en Enero, sino que el 30 de aquél mes, jueves, el vapor británico “Rinaldo”, en que los enviados confederados Mason y Slidell habían partido a principio de mes de los Estados Unidos, alcanzó al fin puerto inglés, cerrando definitivamente el incidente del “Trent”. El gobierno de Su Majestad lo confirmó al día siguiente, dando por terminada la alerta de la Royal Navy y el boicot a las exportaciones provenientes de los Estados del Norte, y volviendo de forma oficial a la “neutralidad” anterior, por poco clara que ésta fuera.

Quedaba sin embargo aún mucha mala voluntad en el aire, como se iba a demostrar el siguiente lunes 3 de Febrero, al zarpar el blockade runner corsario confederado “CSS Nashville” de Sothampton, rumbo a la Confederación. El crucero unionista “USS Tuscarora” había sido por semanas ya su sombra, vigilando el puerto y repostando en él, con la idea de atacarlo en cuanto zarpara. Y las autoridades navales británicas, deseando que el buque confederado tuviera las mejores oportunidades para escapar, decidieron “carga la mano” un poco en el asunto.

Imagen
“CSS Nashville”

Así, invocando ciertas leyes de neutralidad que obligan a los no beligerantes a aceptar cierta responsabilidad sobre los mercantes de beligerantes durante las 24 horas siguientes a su salida de sus puertos, (así si un mercante beligerante sale de un puerto neutral en el que está acogido un buque de guerra enemigo suyo, el neutral está obligado a retener en el puerto a ese barco de guerra durante 24 horas, para dar al mercante una oportunidad de escapar si el otro le persigue), hicieron que el Capitán Robert B. Pegram, del “Nashville”, desarmara su buque. Y después, cuando el buque confederado partió, se ampararon en aquellas reglas, yendo incluso un poco más allá para darle la escolta del crucero británico “HMS Shannon”, que lo protegió durante todo el día 3, manteniendo al “Tuscarora” alejado, para dejarlo solo después de anochecer y muy mar adentro. Y como los británicos habían esperado el “Nashville”, amparado por las sombras de una larga noche de invierno y en un lugar del que ya podía tomar cualquier rumbo, despistó al unionista y se esfumó en alta mar.

Llegaría a alcanzar la Confederación a comienzos de Marzo, haciendo que se dispensara al Capitán Robert Pegram un recibimiento de héroe. Sin embargo, lo que había sido bueno para el “Nashville” resultó serlo menos para su compañero, el corsario “Sumter”, que se encontró con los tres principales navíos de la Unión en el Atlántico Oriental mosconeando en torno a Cádiz, donde además, las autoridades españolas se mostraban mucho menos complacientes que las inglesas de Southampton.

El motivo era lógico, Gran Bretaña y Francia deseaban dar facilidades a la Confederación y presionaban a todos sus aliados y clientes para que le fuesen discretamente favorables. España no sólo estaba entre ellos, sino que, siendo uno de los tres países más golpeados por la crisis de mitad de los años 50, estaba endeudada hasta las cejas con estas dos potencias y había de plegarse a sus deseos. Pero los españoles no olvidaban las pésimas intenciones confederadas hacia Cuba y los otros jirones restantes del antiguo Imperio Español en el Caribe, y bajo cuerda les encantaba plantear dificultades a los confederados.

Finalmente, el buque hizo una rápida escapada hasta Gibraltar, donde siempre acechado por los cruceros “USS Kearsarge” y “USS Tuscarora”, y el clipper armado “Ino”, sería a poco desarmado y vendido. (Aunque en realidad, la Unión se vio chasqueada una vez más, ya que en Diciembre de aquel mismo 1862 y bajo el nombre de “Gibraltar”, sería adquirido por la compañía Fraser-Trenholm, principal “tapadera” de la Marina Confederada en el Reino Unido y volvería a servir a los confederados como blockade runner).

En cuanto al Comandante del “Sumter”, Raphael Semmes, sus hazañas como corsarios habían sido tan del agrado del Capitán Bulloch, (como recordaremos, agente de compras y representante de la C.S. Navy en Gran Bretaña), que éste hizo pasar de Gibraltar a territorio inglés, prometiéndole el mando de uno de los dos cruceros corsarios que los astilleros británicos estaban terminando ya para la Confederación.

Como esto da por terminada la relación de las acciones de la “primera generación” de corsarios confederados, nacida en 1861, quizá sea éste el momento de agregar una lista de otros buques que no hemos citado, pero obtuvieron licencias de corso aquel año, si bien parece que ninguno de ellos llegaría a salir al mar una sola vez a ejercer el corso. De ellos podemos citar los siguientes:


VAPORES
“General N. S. Rensau”
“Governor A. Mouton”
“Monticello”
“Joseph Landis” (Requisado por el Comodoro Hollins en Enero para su fuerza de defensa)


VELEROS
“Express”
“Lamar”
“Matilda”
“Onward”
“Josephine”
“Rescue”
“Triton”


Para el 5 de Febrero, la fuerza de ataque del Flag Officer Goldsborough y el general Burnside se había repuesto lo suficiente para reanudar su empresa, y en tal fecha zarpó de Gull Island, internándose en el interior del Pamlico Sound con la intención de tomar los accesos hasta el entonces intocado Albemarle Sound, apoderándose de la isla de Roanoke, situada entre ambos. Llevaba unos 95 buques, incluyendo los 27 en que consistía su fuerza de combate tras la pérdida del “Zouave”, y cerca de 8.000 soldados de las brigadas de J. L. Reno, J. G. Foster y J. G. Parke, habiendo quedado el mando de Thomas Williams en Fort Hatteras.

Navegando con gran precaución, (pues los confederados habían hecho desaparecer todas las boyas que señalaban los canales y otras ayudas a la navegación), la flota se aproximó a la costa, donde los buques armados más ligeros llevaron a cabo un pequeño desembarco a la noche en una aldea costera, consiguiendo para la flota los servicios de un par de pilotos de la zona para guiarla. Y al día siguiente, entre el mal tiempo, niebla y navegando siempre atentos a la sonda de profundidad, alcanzaron Croatan Sound, único paso navegable para llegar al Albemarle Sound y situado entre Roanoke Island y la verdadera costa. (El Roanoke Sound, situado al otro lado de la isla y entre ésta y la barra, sólo aceptaba el paso de botes de mucho calado).

En el organigrama del Ejército Provisional Confederado, la defensa formaba parte de la zona subordinada al Brigadier Richard Caswell Gatlin, pero encontrándose bajo el mando casi independiente del Brigadier Henry Alexander Wise, viejo conocido maestro. Este disponía en la isla de los regimientos 31º y 8º de North Carolina, (Coroneles John V. Jordan y Henry M. Shaw, este tenía el mando local), al completo, y batallones de los 2º, 17º, 46º y 59º del mismo Estado, hasta un total de casi 2.500 hombres.

Junto a ella, en la parte de la barra en torno a la localidad de Nag’s Head, donde se encontraba el mando de Wise, había otro millar largo de hombres de la Wise’s Legion, virginianos y norcarolinos, con una importante fuerza de intervención inmediata mandada por el Coronel norcarolino George Burgwyn Anderson. El propio Wise, al que el clima invernal de la zona, menos frío que el de Virginia pero desapacible y enormemente lluvioso tenía continuamente enfermo, guardaba cama en Nag’s Head. Había podido reclutar mucho menos de lo que esperaba en aquella zona poco entusiásticamente confederada y se sentía muy pesimista.

Las obras defensivas no eran muy grandes pero estaban bastante astutamente dispuestas. Frente a la propia Nag’s Head, una batería ligera prevenía una posible incursión por sorpresa, en botes, por la “puerta trasera” que suponía el Roanoke Sound. Y en el canal principal, el Croatan Sound, hasta cinco baterías estaban solapadas sobre ambas orillas. En la de tierra, una pequeña batería cerraba el paso en el paraje llamado Robbs Fishing y otra mucho mayor, Fort Forest, frente a Weir’s Point. En la isla, se alzaban los más importantes Fort Bartow en Pork Point y Fort Huger en Weir’s Point, así como Fort Blanchard junto a éste último. Entre los tres sumaban tan sólo 26 cañones, pero todos pesados, e incluyendo tres pavorosos Whitworth rayados de 100 libras. Y además el canal estaba sembrado de barcos hundidos y otras obstrucciones, para obligar al buque que tratase de atravesarlo a cruzar por lugares perfectamente batidos por sus bocas de fuego.

Zoom in (real dimensions: 527 x 703)Imagen

Completada la flotilla de combate de William F. Lynch, ahora Capitán de la CS Navy, que para entonces contaba con 13 buques, aunque sólo 9 de ellos podían considerarse de combate. Eran los siguientes:

Vapores armados:
“Curley”
“Sea Bird” (en el que Lynch ondeaba su enseña)


Velero armado:
“Black Warrior”

Remolcadores armados:
“Appomattox” (ex“Empire”)
“Beaufort”
“Ellis”
“Fanny”
“Forrest” (ex“Edwards”)


Transportes-Tender:
“M. C. Etheridge” (114 Tn, vela)
“Cotton Plant” (86Tn, vapor)


Botes de vapor:
“Post Boy”
“Wilson”
“Raleigh”


Eran en general mucho más pequeños, y estaban peor armados que los buques unionistas, (sólo los dos vapores pasaban de 200 Tn, y de los remolcadores sólo el “Ellis” y el capturado “Fanny” de 100 Tn), pero intentarían realizar su aportación, asomándose para disparar desde detrás de Weir’s Point. Les servía de tender el “Etheridge” y los “Appomattox” y “Black Warrior” no estaban presentes el día 7.

Porque, efectivamente, la acción se inició el 7, en cuya mañana, aún con rachas de lluvia el tiempo mejoró un poco, llevándose las nieblas de días anteriores. Goldsborough organizó 17 de sus cañoneros navales en 3 columnas mandadas por los Tenientes Comandantes Reed Werden, A. Murray y Henry K. Davenport, comandantes respectivamente de los “Stars and Stripers”, “Louisiana” y “Hetzel”, para el ataque a los fuertes del Croatan Sound.

Y a su segundo en la zona, Comandante S. C. Rowan, con enseña en el “Sothfield” y apoyado por la División de Cañoneras del Ejército, debía encargarse de organizar y proteger la operación de desembarco de la tropa de Burnside en la lodosa Ashby Harbour. Y como quiera que todo pareciera según los informes recibidos, la acción se emprendió a las 11:15. (Tres cuartos de hora antes, un solitario cañonazo de Fort Huger había anunciado a los confederados que podía iniciarse en cualquier momento, por lo que no hubo lugar a la sorpresa).

Goldsborough, que no quería que el apresuramiento lo metiese en una trampa, estaba decidido a atacar las baterías enemigas una por una y en el mismo orden en que se presentaran ante él y centró primero el fuego sobre la pequeña batería de Robbs Fishing, que quedó fuera de combate hacia las 13:00, para volverse después contra Fort Bartow, y con creciente intensidad entre las 14:00 y las 15:00. A la vez y tras que el fuego del “USS Delaware” del Teniente Comandante S. P. Quackenbush, que le había sido cedido al efecto, tomara por detrás y obligara a retirarse a una batería de campaña confederada que se oponía. Rowan estaba haciendo descender la fuerza de Burnside en Asley Harbour. (No sin problemas, pues era un laberinto de tremedales y arenas movedizas).

Y de ésta forma, con la acción de Roanoke Island aumentando en intensidad y las timberclads de Grant remontando el río Tennessee, la ofensiva unionista que Thomas había prolongado en Logan’s Cross Roads y Grant iniciado en Fort Henry, entró entre el 7 y el 16 de Febrero, en un periodo de intensa actividad que iba a dar resultados sorprendentes