El desafío del Imperio Alemán a los USAHenry Luce, fundador y propietario del magazine Times, llamo al siglo XX “el siglo americano”. Dada la tumultuosa historia de este siglo y el papel de los Estados Unidos en ella, el termino de Luce es probablemente apropiado. A partir de entonces, y especialmente con la presidencia de T. Roosevelt, el slogan de la Doctrina Monroe “América para los americanos” tiene una modificación: de ahora en adelante será "América para los Norteamericanos", y con la política del Big Stick, o gran garrote, pasan a ser los cañoneros americanos los que periódicamente visiten las costas de las levantiscas naciones hispanoamericanas para tratar de llamarlas al orden.
No obstante es significativo que para el tiempo de que el interés en la adquisición por parte de los Estados Unidos de los derechos sobre la construcción del Canal de Panamá fueron manifiestas, las demostraciones de fuerza de Alemania en la región de Centroamérica y el Caribe devinieron en más frecuentes e importantes.

 Isla Margarita:
En 1901 el Secretario de Estado americano Hays fue informado que barcos alemanes habían estado inspeccionando la Isla Margarita en la costa venezolana y que Alemania estaba en negociaciones para la adquisición de la misma, así como que el Káiser estaba tratando en secreto la adquisición de dos puertos en las desoladas costas de Baja California “para su uso personal” , cosa que motivó declaraciones oficiales en contra por parte del gobierno americano.


Guatemala:
En 1902 el embajador alemán en Washington, Holleben, entregó al Departamento de Estado un documento en el que solicitaba a los USA que se uniera a las reclamaciones que realizarían Alemania e Inglaterra al gobierno de Guatemala para que asegurar que este pagara las deudas contraídas con dichas potencias. El Secretario de Estado Hay declinó la oferta, aunque no se opuso formalmente a que se efectuaran las reclamaciones aunque fuese mediante la “diplomacia de las cañoneras”, siempre y cuando las compensaciones no implicasen la adquisición de ninguna porción de territorio o interferencia en la forma de gobierno de Guatemala.

Haití:
En Septiembre de 1902, en uno de los frecuentes levantamientos en Haití, los sublevados contra el gobierno, a bordo del cañonero Crete a Pierrot (el único que componía la fuerza naval de aquel país) abordaron un vapor alemán en alta mar que transportaba armas para las fuerzas gubernamentales (otra muestra de injerencia en los asuntos internos de una nación del área). El Káiser Guillermo decidió despachar al cañonero Panther hacia Haití. Este interceptó en puerto al cañonero Crete a Pierrot y disparó un cañonazo de advertencia anunciando sus intenciones de hundir al barco haitiano. El capitán rebelde, Almirante Killick, que a la sazón estaba en tierra aquejado de una enfermedad, regresó a su barco y ordenó que desembarcaran sus oficiales y marineros. De acuerdo con el relato del embajador americano W. F. Powell, apilo varios contenedores de pólvora y queroseno, y la última cosa que se le vio hacer fue encender un cigarro, cómodamente sentado en una silla y vestido de uniforme de gala. El barco explotó y se incendió, al final se fue a pique ayudado por disparos del Panther. Al siguiente día recuperaron de las aguas el cuerpo ennegrecido de Killick. El Káiser satisfecho escribió: “Bravo Panther” en el margen del informe sobre el incidente.

Sello de correos haitiano sobre el incidente, emitido en 1943
Sello de correos haitiano sobre el incidente, emitido en 1943
Caricatura de la prensa de la época:
Caricatura de la prensa de la época

VENEZUELA 1902-1903:
En años anteriores a esta fecha en gobierno venezolano había acometido la construcción de un gran ferrocarril en el país, y para esto había pedido prestado grandes sumas de dinero a un banco alemán, el Berliner Discontogesellshaft, pero por causas de una guerra civil los pagos se habían demorado. A esto se sumaron unas reclamaciones de súbditos alemanes residentes en Venezuela que había sufrido grandes pérdidas monetarias en la susodicha guerra civil entre 1898 y 1900. El gobierno alemán trató infructuosamente de que el gobierno venezolano del presidente Cipriano Castro satisficiera estas deudas, al ver que no daban resultado las gestiones, anunció su intención de presentarle un ultimátum.
Los alemanes coordinaron la operación con Inglaterra, la cual también era acreedora de los venezolanos, y poco después Italia manifestó su deseo de unirse al ultimátum, Italia tenia pequeñas pero significativas inversiones en Venezuela, y cerca de 4000 italianos residían allí, era miembro de la Triple Alianza en aquellos años, y en ese momento su gobierno recibía un buen tratamiento por parte de Inglaterra. Pero sobre todo a quienes se cuidaron mucho de informar tanto Alemania como Inglaterra fue al gobierno de los Estados Unidos, invitándolo a sumarse a la expedición. Ya los tiempos habían cambiado, los USA habían mostrado su musculatura en la guerra contra España en 1898, y el presidente americano era en ese momento Teddy Roosevelt, gran defensor de la Doctrina Monroe, y estaba además en plena faena para lograr la construcción del Canal de Panamá. Las potencias europeas manifestaron a los americanos que solo perseguían en Venezuela ayudar a sus súbditos residentes allí, y bajo ninguna circunstancia ocupar o apropiarse de territorio venezolano. Los USA, si bien no se opusieron abiertamente a la operación, rehusaron unirse a ella, como ya habían hecho hace poco en el caso de una reclamación similar contra Guatemala. El rechazo del gobierno americano a esta aplicación de la fuerza contra un país de Sudamérica quedó en evidencia al realizar infructuosos esfuerzos diplomáticos para renegociar la deuda venezolana a través de la firma financiera Seligman & Co.
La alianza entre Inglaterra y Alemania no dejó de tener sus dificultades: los alemanes pensaban que los británicos por tal de no disgustarse con los americanos filtrarían información a Washington y que podrían dejarlos en la estacada y retirarse en medio de la operación, no obstante necesitaban las bases y carboneras inglesas en la zona y en ese tiempo los alemanes deseaban estrechar sus lazos con Inglaterra. Otro punto de desacuerdo fue la inclusión a última hora de Italia, con la cual los alemanes no estaban satisfechos, pero los ingleses presionaron, al parecer en agradecimiento a la cooperación italiana en China y en Somalia, o por lo menos así lo reflejaron los periódicos romanos en sus titulares: “Antes de ayer China, ayer el Mar Rojo y hoy Venezuela”. El plan de acción aprobado fue el sugerido por el vicealmirante británico Archivald Douglas, que proponía tomar primero la flota de cañoneros venezolana y retenerla hasta que las demandas fueran satisfechas. Esta flotilla era importante para el gobierno del presidente Castro para defender las costas de las incursiones rebeldes que aun se producían. Si no se obtenían resultados se procedería a bloquear los puertos. Los alemanes enviaron 4 barcos, por 8 los ingleses, los marinos alemanes en el área seguían en todo las órdenes de los ingleses. Los italianos enviaron una fuerza similar a la alemana que llegó el 16 de Diciembre.
Caricatura de la prensa de la época, que muestran a Inglaterra e Italia bailando al son de la música que toca el Káiser, en el asunto de Venezuela::

Finalmente el 7 de Diciembre fueron enviados los ultimátums. El 9, al no recibir respuesta, ingleses y alemanes impusieron un bloqueo no oficial y comenzaron a requisar los barcos de la marina venezolana “unos pocos viejos barcos tripulados mas por pescadores que por marinos”. Esta operación quedó terminada en 2 días. El presidente Castro pronunció inflamados discursos nacionalistas y llamó al pueblo a las armas. 200 ingleses y alemanes residentes en Caracas fueron arrestados. Temiendo por sus compatriotas, los aliados desembarcaron algunas tropas para evacuar a sus refugiados.
La escalada continuó: los alemanes, por tal de no destacar un barco para remolcar a Curazao a dos cañoneros venezolanos capturados (General Crespo y Totumo), procedieron a hundirlos sin contemplaciones. Los británicos por su parte, considerando un insulto a su bandera la captura por una turba enardecida de un vapor ingles en La Guayra, solicitaron una disculpa en el plazo de una hora, al no arribar esta los cañoneros ingles Charybdis y alemán Vineta bombardearon los fuertes Libertador y Vigía en Puerto Cabello. Castro volvió a la carga: “Esto no es solo un asalto al gobierno y al pueblo de Venezuela, es un asalto a la civilización misma! Las almas de los ilustres padres de la Patria se levantaran de sus tumbas, para inflamar de patriotismo a todos los venezolanos en esta solemne hora en que su legado está en juego!” En la protesta venezolana se proclamaba que contra las costumbres universales en estos casos no se dio tiempo para tomar medidas defensivas y como resultado se produjeron víctimas inocentes entre los presos que se encontraban en las fortalezas y entre los civiles de la población. Los británicos no se mostraron arrepentidos y dirigieron su bombardeo contra Puerto Cabello.
Presidente Cipriano Castro:

Presidente Cipriano Castro:


Cañonero venezolano “Bolívar”:

Cañonero venezolano “Bolívar”:


HMS Charibdys:

HMS Charibdys

Los europeos esperaban que el dictador Castro capitulara prontamente, pero sorpresivamente para estos lo que hizo fue enviar una nota a Washington apelando a su mediación en la disputa. La nota fue recibida el 13 de diciembre, el mismo día en que fue bombardeado Puerto Cabello. Los americanos, preocupados por la escalada de los acontecimientos en una situación que lejos de resolverse rápidamente parecía ir descontrolándose cada vez mas (por la terquedad de Cipriano Castro y por la impulsividad del Kaiser germano) , aceptaron la propuesta y reenviaron la solicitud al respecto del presidente Castro, fuertemente endosada, a Londres y Berlín. Los americanos estaban nerviosos por la posibilidad que ingleses y sobre todo alemanes pretendieran obtener concesiones territoriales a cambio de cancelar la deuda venezolana. El contraalmirante Henry Clay Taylor, Jefe del Bureau of Navigation había advertido a su presidente en un memorándum secreto: “Venezuela carece de dinero ... en pago no puede ofrecer nada más que territorio, o hipotecarse de tal forma que quedaría en total dependencia política de Alemania. Los Estados Unidos no pueden permitir ninguno de estos 2 casos, y sin embargo el derecho a la indemnización de Alemania es indiscutible. Los únicos cursos abiertos a Estados Unidos sería el pago de la indemnización, asegurándose que Venezuela se la reintegre posteriormente, o la guerra.”
Roosevelt estaba convencido que los bloqueadores fácilmente podían convertirse en invasores, y llegó a replicar a las manifestaciones del embajador imperial von Holleben de que no pretendían ocupar permanentemente ninguna porción del territorio venezolano, que Kiao-Chao no era una posesión permanente, pero un tratado permitía a Alemania retenerla por 99 años, y que él no estaba dispuesto a tener otro Kiao-Chao en las proximidades del Canal de Panamá.
Preocupados por la amenaza de arbitraje, los británicos comenzaron a dar largas al próximo paso, que era el bloqueo de los puertos venezolanos. Se produjeron diferencias entre los aliados sobre la aceptación del arbitraje, los británicos se mostraban proclives a aceptarlo aunque fuera parcialmente, mientras que los alemanes parecían rechazarlo. Para “ayudarlos” a decidirse, Roosevelt ordenó al almirante Dewey (el vencedor de Manila) que realizase unas “maniobras” navales masivas en aguas al sur de Puerto Rico, muy cerca del teatro de operaciones venezolano, que agruparon en estas aguas a la mayoría de los buques de guerra americanos. Al mismo tiempo empleaba un lenguaje muy diplomático y comedido con el Káiser Guillermo, comprendiendo que a un personaje tan irascible e inmaduro siempre tenía que dejarle una salida que dejara su honor a salvo. Un ejemplo típico de la política rooseveliana del “gran garrote” (“Habla suavemente pero carga con un gran garrote/ Speak softly and carry a big stick.").
El presidente Roosevelt tenía una idea clara sobre emperador de Alemania. Aunque los dos hombres no se habían conocido personalmente, Roosevelt sabía de lo peligroso que podría llegar a ser Guillermo. Roosevelt el germanista admiraba en el Káiser sus finas cualidades teutónicas, como de hecho también admiraba a Bismarck y a Helmuth von Moltke. Ambos hombres, el Kaiser Guillermo y el Presidente Roosevelt, tenían muchas similitudes: Sólo tres meses separaban sus fechas de nacimiento, Roosevelt era el mayor. Físicamente eran similares en su corpulencia, vitalidad, en la sonrisa fácil, en sus proezas de caza, y en su conquista de discapacidades sufridas de menores (en caso de TR, asma crónica, en el Káiser, una parálisis del brazo izquierdo). Tenían los mismos nervios rápidos, el encanto, el habla explosiva, la misma tendencia a moralizar. Ambos eran buenos en el intelecto y enciclopédicos en la memoria. Compartían una pasión por lo militar, en particular se identificaban con el poder marítimo.

Kaiser

TR en un safari en Africa:

Safari

Sin embargo, como TR señaló una vez, las similitudes superficiales entre los hombres (y entre las naciones) no hacen sino acentuar sus diferencias graves. En contraste con el sentido de acero de la dirección del presidente americano, el Kaiser era caprichoso, vano, romántico y hasta a menudo tonto, era xenófobo en general y antisemita en particular, y a menudo prorrumpía en gritos de "Ein Volk, ein Reich, ein Gott!" Sus ataques de ira eran tan violentos como para que los espectadores pensaran que estaba síquicamente enfermo. Lo que mas preocupaba en particular a Theodore Roosevelt era la inclinación hacia la fantasía de Guillermo: "Él me escribe pretendiendo que es un descendiente de Federico el Grande, … Al Káiser incluso le gusta vestirse como Frederick.”
TR entendió en todo momento que en una negociación con Guillermo debía tener muy presente la importancia de las formas. Era totalmente peligroso e irresponsable humillar a una persona como el Káiser en el Caribe. Si se retiraba, si es que llegaba a haber una retirada, debía parecer glamorosa en todo momento.
Al final el Emperador aceptó el arbitraje e incluso solicitó al presidente Roosevelt que personalmente se ocupara de la mediación.
En 1916 el ex-presidente Theodoro Roosevelt habló en público por primera vez de las circunstancias de esta crisis. El relato era típico de Roosevelt, repleto de bravuconería. Roosevelt afirmó que había presentado un ultimátum de 10 dias al Káiser Guillermo II para que aceptara el arbitraje americano en la cuestión venezolana, y añadía que no existían pruebas documentales directas en cuanto al ultimátum para no avergonzar al sumamente egoísta Káiser. Todo sonaba increíble. ¿Alardeaba el venerable viejo sobre un período glorioso de su pasado?
En 1946 Seward W. Livermore obtuvo los registros de movimientos de navíos de los Estados Unidos en el Caribe y también registros de los movimientos del personal alemán clave de la Embajada durante la duración de la crisis y los comparó con la versión de Theodoro Roosevelt. El resultado fue que todo concordaba. No hay nada en el récord que contradiga lo relatado por T. Roosevelt en 1916, por lo que al parecer fue verdad lo del ultimátum. Se ve que Alemania solo entendía el lenguaje de la fuerza.
El New York Times del 21 de diciembre de 1902 titulaba: “PRESIDENTE BUSCA UN DESCANSO; con toda su Familia se va a Rapidan, Va., para pasar el domingo. Su Salida de Washington Repentina y Callada” Debieron de haber sido unos días muy estresantes para que el enérgico y activo Presidente admitiera públicamente que necesitaba algún descanso. Algunos autores han calificado estos sucesos como la “Crisis de los misiles” de Theodore Roosevelt.
No obstante el bloqueo al final se estableció a fines de diciembre y se mantuvo mientras duraron las conversaciones en Washington. En este contexto se produjo a finales de Enero la acción más agresiva y controversial de toda la intervención: El cañonero alemán Panther intentó penetrar en el lago de Maracaibo, de aguas traicioneras para los grandes barcos bloqueadores, especialmente después de que los venezolanos hubieran removido todas las boyas, en busca de el ultimo y mejor cañonero venezolano que allí se había refugiado. En esta acción quedó encallado, y al parecer fue alcanzado por la artillería costera de sus enemigos, que contaban con varios cañones de campaña Krupp de 8 cm emplazados en el fuerte San Carlos. En la foto vemos uno de estos cañones, que en la actualidad está en la Escuela de Artillería de Caracas:
Cañones escuela artilleria caracas
Cañonero SMS Panther:
SMS Panther
Un jubiloso presidente Castro anunció a bombo y platillo esta acción como una victoria, tanto que fue intolerable para el comodoro alemán.
Pronto se incorporó el SMS Vineta con cañones más grandes y fue bombardeado el fuerte venezolano San Carlos, que quedó muy maltrecho. Para los alemanes fue una lección y un castigo a los venezolanos y dejar clara la superioridad militar germana, pero de cara a la opinión pública inglesa, americana y del resto del mundo fue un desastre en lo que a relaciones públicas se refiere, ya que lo que más se destacó en la prensa fue la prepotencia y obstinación alemana en un conflicto que ya se encontraba en vías de solución, reavivando las llamas anti germanas. Titulares como: “ataque sobre un fuerte de barro y a una colección de pescadores semidesnudos”, “dondequiera que veas un fuerte, bombardéalo”, etc... dejaron a los alemanes como los malos de la película, mientras que el bombardeo ingles a Puerto Cabello fue olvidado.

Portada de una revista francesa de la época, mostrando el bombardeo del fuerte San Carlos:
Portada
SMS Vineta:
SMS Vineta
Fuerte San Carlos, Maracaibo, en la actualidad:
Fuerte San Carlos

Al final se firmó el Protocolo de Washington, mediante el cual cada una de las potencias implicadas recibiría un pago inmediato de 5500 libras en efectivo, y el resto de la deuda se pagaría en plazos determinados, con el 30% de la recaudación de las aduanas venezolanas. El bloqueo cesó finalmente el 13 de febrero de 1903, poniéndose así fin a la crisis venezolana.
En realidad los ingleses tenían poco que ganar y mucho que perder en este asunto venezolano, y comenzaba a levantarse el clamor en la prensa en contra de enemistarse con los americanos por causa de Alemania (“El terrorífico león británico ha devenido en el gato mascota de los alemanes”), y al final se plegaron a las exigencias americanas. Los alemanes por su parte seguramente pretendían algo más que cobrar unas deudas, pero tuvieron que conformarse. T. Roosevelt expresó en 1916: “Alemania intentaba apoderarse de algún puerto venezolano y fortificarlo para convertirlo en una en una base militar con vistas a ejercer algún control sobre el Istmo panameño y sobre los asuntos sudamericanos en general”. Otro de los objetivos alemanes secundarios, que era fortalecer su alianza con Gran Bretaña lejos de cumplirse pareció resentirse en esta operación.
Doctrina
Algunos historiadores piensan por otra parte que Alemania solo estaba probando la Doctrina Monroe, a ver cuán elástica era y tanteando hasta donde podrían llegar en sus pretensiones expansionistas. Sus acciones tuvieron su clímax en este bloqueo a las costas venezolanas. Fuese lo que fuese, el gobierno americano encabezado por T. Roosevelt dejo un claro mensaje al respecto con su intervención en esta crisis venezolana.
Otros historiadores por su parte opinan que lo que realmente le paro las piernas al Káiser no fue el “gran garrote” de Teddy Roosevelt, sino la retirada de los británicos del pulso contra la Doctrina Monroe. Opinan que la política alemana lejos de ser agresiva fue más bien cautelosa y tímida en Venezuela. No obstante años después, en 1906 el capitán alemán Georg Hebbinghaus, oficial naval que trabajo en los planes contra los USA escribió: “Una declaración de guerra de Alemania contra los USA solo es posible si Inglaterra fuese nuestra aliada” . La Royal Navy era el “partido bisagra”, cuyo voto al decantarse por uno u otro contendiente sería decisivo. En este caso fue para los USA.
Como conclusión podemos decir que el bloqueo de los puertos venezolanos en 1902 fue sin duda la acción más agresiva del Imperio Alemán en este hemisferio, y reveló sus verdaderas intenciones expansionistas y oportunistas.

Theodor von Holleben, el embajador imperial en Washington, sufrió el clásico destino de los mensajeros que llevan malas noticias a los gobernantes autócratas: el triunfo de Roosevelt fue la desgracia del embajador. Fue culpado de subestimar al Presidente, desinformar al Emperador y casi provocar una guerra. Su único consuelo fue que la Wilhelmstrasse no citó estas razones en su destitución: para salvar la cara al Kaiser era necesario salvársela también a von Holleben. La discreta cooperación de la Casa Blanca hizo esto posible. Le fue dado un perentorio plazo de 2 semanas para finiquitar sus asuntos en los USA y el 5 de Enero de 1903 el Káiser canceló sus credenciales. Dejó el país sin decir adiós ni a Roosevelt o a John Hay. Ningún miembro del cuerpo diplomático u oficial alemán fue a despedirse del diplomático en desgracia.
No obstante, en su retiro de la vida pública en Alemania, recibió una carta del Presidente Americano, agradeciendo sus servicios. Murió 2 años después de estos acontecimientos.

Corolario de Roosevelt a la Doctrina Monroe:
Producto a este bloqueo de potencias europeas sobre Venezuela, Roosevelt lanzó lo que se conoce como su “Corolario” a la Doctrina Monroe. Podemos resumirlo de la manera siguiente: cuándo naciones no-americanas amenazaban con intervenir en las naciones americanas que no cumplían sus obligaciones legítimas, los Estados Unidos intervendrían en su lugar. Así preservó los requisitos de la Doctrina Monroe, manteniendo a las naciones no-americanas fuera de las Américas, pero hizo esto a costa de la soberanía latinoamericana, y puso a los USA en el sendero de la intervención norteamericana en los asuntos domésticos de naciones latinoamericanas soberanas.

Doctrina Monroe
Roosevelt aplicó su variante a la Doctrina Monroe por primera vez tomando las aduanas de la República Dominicana en 1904 para pagar a los acreedores extranjeros de esa nación. Sus acciones a la larga causaron que la mayor parte de la América Latina se llegara a convertir en antiamericana, los efectos de esto último se aprecian aún hoy en día.
No obstante la Armada de Estados Unidos había estado estudiando los problemas presentados por la Doctrina Monroe para el control de aguas Americanas y había concluido su área de influencia solo abarcaba el Caribe, que se podría controlar si se retenía en tiempos de la paz ciertos puntos de ventaja en la costa cubana (Guantánamo) y una base totalmente fortificada en aguas puertorriqueñas (Isla de Culebra, en la costa oriental de Puerto Rico). Más allá de estos límites, la defensa del continente sudamericano no se podría garantizar. Estirando lo más posible, podrían llegar tan sólo hasta la desembocadura del Amazonas en la costa atlántica, y no más. Así tenemos inmediatamente la explicación en cuanto a por qué los Estados Unidos básicamente nunca han intervenido directamente en Sudamérica.

Epilogo:

Expansionistas como el Canciller Bernhard von Bulow consideraban la Doctrina Monroe como retorica arrogante, como un insulto, casi como una amenaza. El secretario naval, Almirante Alfred von Tirpitz no mantenía en secreto su deseo de crear bases navales en el Caribe y en el Brasil, donde 300 000 alemanes tenían su hogar en aquel entonces. Pero la realidad se impuso.
Quizás en 1902 los USA todavía no habían alcanzado el poder militar, económico y diplomático suficiente para inforzar la Doctrina Monroe, pero la ausencia de potencias poderosas en su vecindario y el crecimiento de su poderío económico y militar favorecían la preeminencia americana en la región. Mientras el Imperio Alemán por el contrario temía la pesadilla de la alianza anglofrancesa, que sucedió efectivamente en 1904, y que luego se reforzaría con la incorporación de Rusia, ya tenía bastante el Reich en su vecindario como para ponerse a tantear si la Doctrina Monroe era un poder intangible o real.
Por consiguiente las relaciones entre Alemania y los USA fueron mejorando: Su majestad imperial, el príncipe Heinrich, hermano del Káiser, visitó New York a bordo del yate imperial SMS Hohenzollern, en visita oficial y con motivo de comprar un nuevo bote de regatas para Guillermo II, construido en este puerto americano, el Meteor III, y que fue bautizado por la hija del presidente Roosevelt. Un cable submarino de telégrafo fue tendido entre Alemania y los USA. Una colección de maquetas de arquitectura medieval alemana fue regalada por el Emperador a la Universidad de Harvard. Un escuadrón naval americano fue atendido cordialmente en una visita a Kiel, etc…

Foto del Presidente Roosevelt y el Principe Heinrich durante la visita antes mencionada:
Imagen

Esta mejora en las relaciones no impidió un último desafío alemán a los USA, justo antes del estallido de la 1º Guerra Mundial, conocido como el “Incidente del Ypiranga”. Las continuas revueltas y pronunciamientos militares en Méjico creaban una situación de inestabilidad en la frontera de este país con los USA, llegándose por parte del presidente Wilson a principios de 1914 a imponer un embargo de armas sobre los rebeldes y federales mejicanos. Esta medida fue rápidamente aceptada por Francia y Reino Unido, deseosas de no buscarse problemas con Norteamérica. En cambio Alemania decidió saltárselo, en un claro desafío a la Doctrina Monroe (algunos autores plantean que Alemania deseaba granjearse la buena voluntad de los gobernantes de Méjico para que estos no vendieran petróleo a Inglaterra, ya la vista puesta en el inminente conflicto militar en Europa). El gobierno de Huerta adquirió armas en Europa y estas fueron transportadas en el vapor alemán SS Ypiranga hacia puertos mejicanos. Informado Wilson ordenó la ocupación de las aduanas de Veracruz el 21 de abril de 1914, coincidiendo con la llegada del barco alemán, para tratar de impedirle el desembarco del cargamento, acción que lejos de ser aceptada pacíficamente por la población provocó combates en los que murieron muchos mejicanos, provocándole a los USA una grave situación tanto interna como internacional. El Ypiranga fue inicialmente interceptado por la US Navy, pero al no existir formalmente un estado de guerra entre Méjico y los USA, no podía existir un bloqueo formal a sus puertos, por tanto la detención del vapor alemán era a todas luces ilegal, por lo que fue liberado y procedió al vecino puerto de Coatzacoalcos, donde entregó las armas a los mejicanos, seguido por los vapores Bavaria y Dalia, también de la alemana Hamburg-Amerika Linie, con igual cargamento. En total se entregaron 20 000 fusiles, 200 ametralladoras y 15 000 cajas de munición.
Esta injerencia alemana desató la indignación de la opinión pública americana y los ataques de la prensa contra Alemania. El agregado naval alemán en Washington, Boy Edd escribió:
“Parece dudoso que tal acción fuera deseable desde el punto de vista de los intereses alemanes. No solo los círculos gubernamentales norteamericanos, sino también la opinión pública, ven con muy malos ojos el proceder de la línea naviera alemana. Especialmente en el ejército y la marina hay gran disgusto por el asunto del Ypiranga”

Enlaces a temas del foro Gran Capitan de interés para este articulo:
Margarita: Base naval alemana en el Mar Caribe, 1914...
viewtopic.php?f=86&t=16923&p=475082

Bibliografia:

The danger of dreams: German and American imperialism in Latin America Escrito por Nancy Mitchell

Forty Years of German-American Political Relations escrito por JEANNETTE KEIM
"A matter of extreme urgency": Theodore Roosevelt, Wilhelm II, and the Venezuela Crisis of 1902, Edmund Morris

La crisis de los misiles de Teodoro Roosevelt: Venezuela 1902 Héctor Luis Torres Clavell, Universidad Interamericana de Puerto Rico

El Bloqueo Naval de 1902-1903 Escrito por Delso E. López L. (FAV CLUB)
La guerra secreta en Mexico escrito por Friedrich Katz

Al recopilar informacion para este articulo, he desarrollado algunos temas relacionados que pondre en un anexo a este articulo, que espero poder publicar y que sea de vuestro agrado.


Parte 1 Flecha Roja


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