A continuación algunos temas desarrollados por mi sobre aspectos que llamaron mi atención mientras redactaba las dos partes anteriores. Aunque no mantengan continuidad en la escritura no son del todo independientes, ya que tienen una relacion causa-efecto, están relacionados en el tiempo, los personajes y los países, y espero que sean de vuestro agrado.
La travesía del OREGON

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Las catorce mil millas del viaje del USS OREGON constituyen una epopeya de la guerra hispanoamericana. Este viaje, realizado a todo vapor desde la costa oeste de los Estados Unidos, hacia el sur alrededor de América del norte, América central y Suramérica para incorporarse a la escuadrilla del Atlántico Norte a tiempo para el principio de la guerra, fue un acontecimiento de los más publicados de la guerra, y tuvo implicaciones nacionales e internacionales más allá de la guerra en sí misma.
El USS OREGON fue uno los primeros acorazados de Estados Unidos. Sus cañones de 13 pulgadas y los de sus gemelos, USS MASSACHUSETTS y USS INDIANA eran los más grandes de la flota de los E.E.U.U. Fue un nuevo y polémico tipo de barco. Oficialmente, OREGON era un "seagoing coast-line battleship." (acorazado de alta mar de defensa de la línea de la costa) , tuvo que ser llamado un acorazado costero de defensa puesto que había gran oposición en el congreso de Estados Unidos a desarrollar las armas ofensivas. Sin embargo, la mayoría de los planificadores navales y los algunos gubernamentales habían comprendido que la única manera para los E.E.U.U. de ampliarse económicamente era desarrollar una marina de guerra capaz de atacar a un enemigo en el mar o de llevar la guerra a las costas del enemigo. Las naves necesitaban un blindaje pesado, armamento pesado, buena velocidad y, muy importante, grandes depósitos de carbón para permitir una buena autonomía. El OREGON y sus gemelos contaban con todos estos requisitos.


Preparativos:

Después de la pérdida de USS MAINE en el puerto de La Habana, las tensiones se elevaron entre los Estados Unidos y España, fue determinado que el OREGON debía ser concentrado con las otras naves capitales de la Marina de guerra de los E.E.U.U., según lo sugerido por los trabajos altamente respetados del posteriormente ascendido a almirante Alfred Mahan. El OREGON, sin embargo, estaba en Bremerton, Estado de Washington, en la costa del oeste de los Estados Unidos. Lo necesitaban con el escuadrón del Atlántico Norte y la escuadrilla “volante” , en la vecindad de la Florida. ¡La distancia entre estas dos localizaciones era cuatro mil millas, formidables por tierra, pero por mar la distancia estaba más cercana a dieciséis mil millas! El Canal de Panamá todavía no había sido construido, así que la ruta más corta para OREGON era la del sur, a lo largo de la costa del oeste de los Estados Unidos, América central y de Suramérica. Tendría que viajar por el peligroso Estrecho de Magallanes, y después rumbo al norte a lo largo de los mismos continentes hasta alcanzar la Florida.
Había mucha duda de que el buque podría recorrer esa distancia entera sin averías que lo obligasen a realizar paradas mecánicas y otras desgracias. El viaje se hacía algo más difícil porque el OREGON estaría con frecuencia fuera de contacto con el gobierno de Estados Unidos. No estarían al corriente del estado de relaciones entre los E.E.U.U. y España. Su tripulación no sabría si la guerra había sido declarada, y por lo tanto no sabría cómo reaccionar si un barco español fuese avistado. No sabrían si los españoles lo cazaban o le tenderían una trampa.
Preparar al OREGON para esta odisea no fue una tarea pequeña. Su munición había sido descargada en San Francisco, y el carbón escaseaba en Bremerton debido a las demandas de la “Fiebre del Oro” de Klondike en Alaska. El barco fue finalmente carboneado y salió fuera del puerto de Bremerton el 3 de marzo de 1898, llegando en San Francisco el 6 de marzo. Aquí la tripulación trabajó contra reloj para cargar mas carbón y la munición. Las órdenes fueron recibidas para proceder hacia el Perú el 18 de marzo. En este punto el oficial en jefe del navío, capitán McCormick, cayó seriamente enfermo poco dias antes de que el OREGON comenzara su viaje. Fue substituido por el Capitán Charles Clark del monitor USS MONTEREY. Clark fue una opción estupenda para el comando del navío, como los acontecimientos subsecuentes demostrarían.

Estatua del Capitán Charles Clark:

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El viaje:

El 19 de marzo de 1898, el OREGON pasó el Golden Gate y levanto vapor fuera del puerto de San Francisco. Pronto navegaba a través de las aguas del Océano Pacífico a una velocidad de doce nudos. Sabiendo que el barco tenía una distancia inmensa que recorrer, y que podía ser forzado en batalla en o antes de su llegada a la Florida, el ingeniero principal Milligan hizo dos sugerencias importantes. Ambas fueron aceptadas por el capitán Clark. Milligan calculó que la reserva del agua dulce para las calderas se agotaría antes de que el buque tocara puerto para carbonear, ocasión en que se repondría también el agua para calderas. Sin embargo, si el OREGON fuera forzado a usar agua de mar en sus calderas, las calderas sufrirían una gran pérdida en eficiencia por los sedimentos de la sal del agua de mar acumulados en las calderas. Para estirar la provisión del agua dulce lo más lejos posible, Milligan sugirió utilizar también el suministro de agua para la tripulación y que los hombres fueran suministrados con agua de retorno de las calderas. Esto permitiría dar prioridad a las calderas. Esta medida era algo drástica cuando navegaban en las zonas tropicales. Sin embargo, Clark tomó la iniciativa ante los hombres, explicándoles la necesidad y razonando con ellos. Fue aceptado absolutamente por los hombres, aun cuando significó que estarían bebiendo el agua caliente, con una cantidad pequeña de agua fresca y de hielo proporcionados al equipo de la sala de calderas y del motor. La temperatura en la caldera y los cuartos de motores alcanzaron un promedio entre 110 y 150 grados Fahrenheit.
La segunda sugerencia fue acerca del carbón. El mejor carbón para el uso en las calderas era un carbón bituminoso “duro”. Este se quemaría con más calor y con menos basura, ceniza y humo que el carbón bituminoso “ suave”, y daría lugar a mayor velocidad con menos carbón y menos trabajo. El OREGON era bastante afortunado tener una cantidad, aunque limitada del mejor carbón del mundo procedente del País de Gales, “antracita” (realmente un carbón bituminoso duro, más que una antracita verdadera). El ingeniero principal sugirió que este carbón fuera reservado para su uso en batalla y que fuera almacenado en proximidad de los cuartos de la caldera. Esto significó que tuvo que ser movido desde las carboneras más alejadas en las cuales fue almacenado y colocada en reserva lista para ser usada en depósitos cerca de las calderas. Esto exigió un trabajo muy caluroso, polvoriento, y sudoroso para los marineros con el buque en alta mar. Clark comprendió que la velocidad seria una necesidad vital en el encuentro contra la flota española, y azuzó a sus hombres a terminar esta tarea difícil.

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Durante el trayecto de San Francisco al Callao, Clark tuvo otro problema: comenzó a salir humo desde uno de los bunkers del carbón. ¡Esto podría significar solamente una cosa - el carbón ardía! El fuego en el depósito del carbón, comenzado por la combustión espontánea del polvo de carbón era un problema común a bordo de todos los buques de vapor de este período; un problema acentuado por la práctica de usar los bunkers del carbón como armadura adicional alrededor de las áreas vitales de un buque de guerra - motores, cuartos de la caldera y polvorines. Un incendio desenfrenado de uno de estos bunkers podría calentar un polvorín al punto de hacerlo estallar. La tripulación del OREGON trabajó furiosamente en turnos de diez minutos durante 4 horas para cavar túneles a través del carbón hasta que el fuego fue localizado y extinguido. Durante este tiempo, el buque nunca retardó su marcha.
El OREGON toco puerto en Callao en abril 4, después de viajar una distancia de 4.112 millas en dieciséis días. La única relajación que experimentó la tripulación durante esta primera pata del viaje fue la ceremonia tradicional al rey Neptuno cuando el buque cruzó el ecuador. Sin embargo, durante la marcha, la banda de la nave realizo conciertos de tarde para entretener al equipo. En Callao, un puerto amigo, los tripulantes trabajaron furiosamente para cargar el carbón y depósitos de agua, con los centinelas adicionales colocados como proteccion contra cualquier simpatizante español que pudiera provocar un sabotaje. El buque fue carboneado por lanchas en la seguridad del centro del puerto en lugar de en los muelles.
Mientras estaba en el Callao, Clark fue informado por cable desde Washington que el barco español torpedero, el TEMERARIO había abandonado Montevideo, Uruguay, y podía estar al acecho del OREGON. El temor a los nuevos barcos torpederos se puso de manifiesto en esta ocasión, puesto que, por primera vez en historia, un barco pequeño con torpedos podría atacar a un buque grande y hundirlo empleando los torpedos recién inventados. La tripulación del OREGON fue advertida que tendría que estar en guardia contra un ataque del torpedero que podría ocurrir en cualquier momento y sin advertencia

El siguiente objetivo para el OREGON seria Río de Janeiro. Esta pata del viaje implicaría pasar por los Estrechos de Magallanes, siempre peligrosos. En los estrechos el OREGON sería más vulnerable a un ataque enemigo, puesto que había poco sitio para maniobrar. Este alcanzó la entrada a los estrechos en la tarde del día 15 de abril, muy tarde para comenzar el paso. La noche no era un buen momento para atravesar los estrechos temidos. Además, el OREGON se topo con “uno de los vendavales más severos de la estación” El buque cabeceaba pesadamente, con la cubierta y la superestructura azotada por grandes olas. El OREGON se dispuso a echar el ancla en la isla de Tamar. Con el miedo a encallar en la oscuridad, Clark, procuró sondear para determinar la profundidad del agua. Cuando eso falló, ordeno lanzar un ancla. Trescientos pies de la cadena de ancla cayeron hasta que los frenos de la cadena comenzaron a retardar la caída. Por suerte el ancla encontró eventualmente fondo. Una segunda ancla fue lanzada también.

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La mañana próxima, el OREGON comenzó el paso de los estrechos con la ayuda de un piloto chileno. Antes del 18 de abril, ya había pasado a través de la porción más traidora de los estrechos y toco tierra en Punta Arenas para un nuevo abastecimiento y mantenimiento estándar, partiendo de nuevo a las 21ras. Finalmente entraba en el Atlántico y estaba a la mitad del camino hacia su meta.

El OREGON en medio de la tormenta:
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El 30 de abril, el OREGON entro en el puerto de Río de Janeiro. Noticias de Washington aguardaban a Clark. Los Estados Unidos y España estaban en guerra, y el TEMERARIO seguía siendo una amenaza. Mientras, en el Estrecho de Magallanes, el OREGON se había reunido con el cañonero americano MARIETTA. En Río, se les reunió a su vez el crucero brasileño recientemente comprado NICTHEROY. Sus cañones dinamiteros nunca fueron instalados, siendo substituidos por armas más tradicionales. Este buque sería renombrado como BÚFALO. El MARIETTA y el NICTHEROY eran absolutamente lentos.
Los brasileños dieron la bienvenida a los americanos. De todas formas el OREGON ancló en medio del puerto por precaución. El carbón fue traído en lanchas a remolque y cargado a bordo del buque. Mientras tanto, la marina de guerra brasileña ayudó a los americanos colocando un crucero de patrulla fuera de la entrada del puerto, para combinar sus reflectores con los de las fortalezas para detectar cualquier buque español que procurara acceder al puerto. Pusieron centinelas en las lanchas a remolque del carbón puesto que capturaron a unos simpatizantes españoles con explosivos cerca.
Mientras que el OREGON estaba en Río le llegaron las noticias de la victoria de Dewey en la bahía de Manila. El resultado fue aún más espectacular cuando se supo que las fuerzas de Dewey no sufrieron ninguna baja. La tripulación del OREGON festejó las noticias. Para Clark, las noticias eran un alivio. Su yerno servía con la escuadra de Dewey.
También aguardando a Clark en Río estaban unos despachos secretos de la Secretaría de la marina de guerra. Ésta notificó al capitán del OREGON que cuatro cruceros acorazados españoles, y tres destructores torpederos salieron de Cabo Verde hacia el oeste. No era sabido a donde se dirigían… posiblemente hacia el OREGON. Varios mensajes se cruzaron entre Clark y Washington, sin embargo Clark decidió poner fin al intercambio. Primero, los mensajes causaron una cierta confusión con respecto a las órdenes primitivas del Oregón. En segundo lugar, Washington tenía muchas filtraciones de información Los periódicos estaban hambrientos de noticias sobre el paradero del Oregón y el mando español contaba con esa fuente de información. Clark terminó sus conversaciones abruptamente con el departamento indicando: “ no me obstaculicen con instrucciones. No estoy asustado, con esta nave, no le temo a la flota española entera. “
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El 4 de mayo, Clark y el OREGON abandonaron el puerto de Río de Janeiro, en compañía del MARIETTA. Convencido de que los barcos americanos marchaban hacia una muerte cierta, el gobierno brasileño envió un crucero acompañando a las naves americanas para asegurar que la acción fatal prevista no ocurriría en aguas brasileñas. A petición del gobierno brasileño, el NICTHEROY no salió en compañía del OREGON y el MARIETTA, y espero casi un día completo antes partir a reunirse con los barcos americanos que le esperaban.
Clark ahora tenía una flotilla pequeña que algunos consideraban que podía ayudar al OREGON si tenía que luchar. Clark lo dudaba. Él rápidamente se percató que los dos barcos más pequeños no podrían seguir la marcha del OREGON. El MARIETTA podría hacer diez nudos en un mar calmado, pero solamente ocho en un mar agitado. ¡El NICTHEROY podía hacer solamente siete nudos! El OREGON se protegería mejor con su propia velocidad que por los armas de los buques más pequeños. Ordenó separarse del OREGON al MARIETTA y al NICTHEROY proceder juntos, mientras que a bordo del OREGON, la tripulación se preparaba para la batalla. Se le notificó a los marineros que era posible que una fuerza española grande estaba a la caza del OREGON. Su cubierta se despejó para la acción. Su artesanía en madera fue quitada y lanzada al agua, incluyendo mucho del revestimiento de madera de caoba costoso de la cabina del piloto. El OREGON fue repintado de un gris de tiempo de guerra. El buque y su equipo ahora estaban preparados para la lucha, ya fuera como parte de la escuadrilla de Atlántico Norte de Sampson, o a solas.
El 8 de mayo, el OREGON entro en el puerto en Bahía, en Brasil, anunciando que el buque permanecería por varios días. En lugar de esto, para despistar a cualquier informador español, partió muy temprano al día siguiente. Antes de su salida secreta, Clark cablegrafió a Washington que “ el OREGON podría marchar a catorce nudos por hora y en una lucha podía batir o dejar dañada a la flota española. Con la actual cantidad de carbón a bordo está en buenas condiciones para un combate y podía alcanzar las Indias Occidentales. Si tomara mas carbón aquí podría alcanzar Key West; pero, en ese caso, el cinturón blindado, y la cubierta protectora estarían debajo de la línea de flotación”. Es decir si él tuviera que cargar bastante carbón para el largo recorrido para arribar directamente a Cayo Hueso, el peso del carbón colocaría mucha de su armadura defensiva debajo del agua donde no podría proteger al barco en una lucha. También, el peso agregado retardaría su velocidad.

El 14 de mayo, Clark sostuvo un encuentro breve pero interesante. El famoso marino Joshua Slocum, con su pequeño velero, SPRAY, estaba enfrascado en la primera circunnavegación a solas del mundo. Su trayectoria cruzó la trayectoria del Oregon. Fueron intercambiados información y los cumplidos básicos. Slocum, al enterarse que los Estados Unidos estaban en la guerra, en broma sugirió que los dos buques viajaran juntos “para la protección mutua.” Clark no se tomó ni el tiempo para de responder. El OREGON continuó a todo vapor hacia Bridgetown, Barbados.
El OREGON fue muy bien recibido en Barbados, en donde la población en general tenía aversión a España. Sin embargo, las leyes de la neutralidad se cumplieron terminantemente. Solo le fue permitido permanecer en puerto no más que veinticuatro horas y proporcionado solamente bastante carbón para alcanzar un puerto de los E.E.U.U. El cónsul americano en Bridgetown se las agenció para conseguir enviar un mensaje a través del cable antes que el censor interrumpiera la transmisión, indicando que el OREGON había llegado. De acuerdo con las leyes de neutralidad, se permitió al cónsul español enviar un comunicado oficial similar a su propio gobierno referente a la presencia del OREGON. Esto era particularmente peligroso puesto que los rumores situaban a la flota española a noventa millas.
Durante la noche, el OREGON abandono el puerto con todas las luces encendidas. Algunas millas fuera de puerto, apagó las luces, y tomó precipitadamente un curso radicalmente opuesto hacia la Florida. Clark tomó esta acción para confundir a cualquier simpatizante español que vigilara el curso que tomara el barco al salir del puerto.
El 24 de mayo de 1898, el OREGON llegaba al puerto de Júpiter, Florida. ¡había terminado su viaje de catorce mil millas en 66 días, un logro notable para la época!
El viaje fue considerado “sin precedente en historia de los buques acorazados”, y un “triunfo de la tecnología y de la marina americana…” lo que más sorprendía era que el OREGON y su tripulación estaban listos para la batalla sin necesitar ningunas reparaciones importantes. El Oregón había ganado su apodo de “McKinley\'s Bulldog “


El resultado:

La carrera del OREGON obtuvo varios resultados importantes. El más inmediato era que el buque estaba presente para servir con la escuadrilla de Atlántico Norte. Que lo hubiera logrado, con solamente problemas mecánicos de muy menor importancia, sorprendió a muchos observadores navales internacionales. Era obvio ahora que los Estados Unidos podrían producir un tipo de acorazado capaz de competir en el escenario internacional del diseño naval.
En segundo lugar, y posiblemente más importantemente, la odisea del OREGON demostró la necesidad de un canal a través de América Central para permitir que la marina de guerra americana pasara fácilmente entre los océanos sin tener que emprender el viaje enorme alrededor de Suramérica.

Traducido de la pagina web americana sobre la Guerra Hispanoamericana.


Canal de Panamá

En 1879, el gobierno de Colombia le dio autorización al ingeniero francés Ferdinand de Lesseps para comenzar la construcción de un canal interoceánico en el Istmo de Panamá. El proyecto de un canal sin esclusas, lo que implicaba una inmensa excavación, comenzó en 1881. Pronto se manifestaron sus dificultades, y éstas mas la insalubridad de la zona hicieron casi imposible la monumental obra.
En 1889 la compañía de Lesseps fue a la bancarrota, se reorganizó con el nombre de Nueva Compañía Francesa del Canal de Panamá, con unos pocos empleados encargados de encontrar algún comprador para el proyecto, ya que los inversores querían recuperar su dinero.

Acción de la compañía francesa del Canal de Panamá, durante mucho tiempo papel mojado:
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En 1898, siendo Teddy Roosevelt subsecretario de Marina, y en las circunstancias de la Guerra Hispanoamericana, ordenó al acorazado Oregón que se trasladara a aguas cubanas. El único problema es que el Oregón se encontraba en San Francisco, casi 20 000 km y un océano más allá. Le tomó 67 días en una travesía llena de peripecias bordeando el cono sur americano. ¿Cómo podrían los USA acercar sus dos costas? Muchas voces se alzaron pidiendo un canal a través del Istmo, entre ellas la más alta la de T. Roosevelt.
Tres años después, Roosevelt devino Presidente de la Unión, y uno de sus más grandes éxitos fue lograr que el Congreso aprobara la construcción del Canal. Percibiendo una oportunidad de oro, la compañía francesa ofreció prontamente vender sus derechos al Congreso por 100 millones de dólares. Pero muchos congresistas eran partidarios de la construcción del canal a través de los lagos de Nicaragua, dada la anterior experiencia francesa que ponía de manifiesto las dificultades de construir el mismo a través del Istmo panameño.

Posibles rutas para la construcción del Canal:
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Philippe Bunau-Varilla, un ingeniero francés que había invertido 400 000 dólares en el proyecto de Lesseps y estaba determinado a recuperar al menos algo de su perdida, comenzó a presionar vigorosamente a través de los “lobbys” en Washington a favor de la opción panameña: Ejemplo: repartió más de 13 000 folletos y postales y sellos de correos que mostraban los volcanes nicaragüenses en erupción entre congresistas, banqueros, políticos y navieros americanos, poniendo de manifiesto los peligros que estos representaban para la monumental obra.

Volcán Momotombo en un sello de Nicaragua de la época:
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Foto de Bunau Varilla como embajador de Panamá en Washington:
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Finalmente el Congreso votó la construcción del Canal en Panamá, y la compañía francesa aceptó la oferta a la baja de 40 millones de dólares. Pero entonces surgieron dificultades con Colombia, a cuya decisión estaba supeditado el acuerdo. En 1903 se firmó un tratado llamado Herrán-Hay por los nombres de los representantes americano y colombiano que lo firmaron, y que establecía el pago a Colombia de diez millones de dólares por la zona y su alquiler a perpetuidad por una considerable suma anual. Sorpresivamente este tratado fue rechazado por el senado colombiano cuando le fue enviado para su ratificación en Septiembre de 1903. Esto decepcionó y enfadó mucho a la opinión pública americana, a los tenedores de acciones de la empresa francesa y particularmente al presidente Roosevelt. Triple error.
Según el libro The Panama Canal, escrito por el político norteamericano y gran conocedor de la zona Duncan E. McKinlay, publicado en 1912, el gobierno colombiano al parecer quería expropiar los derechos de construcción que en su día fueron obtenidos previo pago por la compañía francesa, alegando incumplimiento, para volver a venderlos. Entre otros interesados los comerciantes alemanes afincados en Colombia presionaron para tratar de que estos derechos fuesen adquiridos por una compañía alemana. Bunau-Varilla en un libro que publicó en 1920 también se refiere a las presiones del Imperio Alemán sobre el gobierno colombiano, “guante de seda” en comparación con la mano dura utilizada contra Venezuela. En este libro acusa a Alemania de querer que Colombia le vendiese los derechos de construcción del Canal, además de muchas acusaciones de injerencia alemana en los asuntos internos de Colombia.
Los habitantes de las ciudades panameñas de Colon (Caribe) y Panamá (Pacífico) desde algún tiempo atrás mantenían un diferendo con el resto de Colombia porque deseaban independizarse. Bunau-Varilla rápidamente organizó una revolución, muchos panameños se unieron a su causa. Al parecer en todo momento mantuvo informado al presidente Roosevelt de la marcha de la conspiración. El 30 de Octubre de 1903 el cañonero USS Nashville se presentó en el puerto de Colón. Otro buque americano lo siguió dos días más tarde. El 3 de Noviembre, los panameños iniciaron la revuelta independentista en la ciudad de Panamá. Panamá se hallaba separada de Colombia por una selva prácticamente impenetrable, así que las fuerzas armadas colombianas debían ser trasladadas por mar. La cañonera colombiana Almirante Lezo fue despachada a Colón llevado 500 soldados del Batallón de Tiradores. Pero allí se toparon con que los marines del Nashville habían asegurado la estación del ferrocarril que atravesaba el istmo hasta ciudad Panamá (este ferrocarril, de propiedad americana, era el medio de transporte antecesor del Canal para unir los dos océanos) los directivos americanos se negaron a permitir a los soldados colombianos usar el ferrocarril, ya que no podían pagar los boletos!!!. Los barcos colombianos y americanos se apuntaron amenazadoramente con sus cañones, pero ninguno disparó. Colombia era demasiado débil para retar a los USA, y simplemente se retiraron tres días después de iniciada la revuelta. Las únicas víctimas de la independencia panameña fueron un inmigrante chino y un perro, muertos por una cañonera colombiana que disparó sus únicas seis granadas contra la ciudad de Panamá.

Foto del cañonero USS Nashville, veterano de la guerra Hispanoamericana: Realizó la primera captura de una presa, el vapor español Buenaventura, y su tripulación cortó el cable submarino del telégrafo en aguas de Cienfuegos, Cuba, lo que le valió a varios miembros de su tripulación ser galardonados con la Medalla de Honor del Congreso:
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Caricatura de la época, donde vemos a Teddy Roosevelt cavando el Canal, y paleando la tierra sobre Colombia, mientras muchos buques esperan ansiosos para poder cruzar.
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Los USA reconocieron a la nueva republica centroamericana el 6 de Noviembre de 1903, y Roosevelt se apresuró a firmar un nuevo tratado con las mismas condiciones ofrecidas anteriormente a Colombia sobre la construcción del canal con Baunau-Varilla, que actuaba como embajador de Panamá (algunos dicen que firmó sin siquiera consultar con los revolucionarios panameños). De todas formas Baunau-Varilla después fue ratificado en su cargo de embajador, y mantuvo siempre que además de defender los intereses panameños defendió también los de Francia, al impedir que Alemania se hiciera con los derechos de construcción del Canal, que actuó como un “autentico patriota francés”, afirmación que hizo buena durante la Primera Guerra Mundial, cuando se alistó en el ejército francés y perdió una pierna luchando contra sus viejos enemigos los alemanes.

Bandera diseñada por Bunau Varilla en los USA para la Republica Panameña, por suerte fue rechazada por los independentistas panameños:
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Bunau Varilla con el uniforme de coronel del ejército francés:
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Bandera actual de Panamá, mas bonita, no?
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Según el tratado los americanos controlarían una zona de 10 millas (16 km) de costa a costa por donde pasaría el canal, exceptuando las ciudades de Colon y Panamá, “necesaria y conveniente” para la construcción, mantenimiento, operación, salubridad y protección de la estratégica vía interoceánica. Finalmente en 1914, después de 10 años de obras y más de 27 000 obreros muertos en accidentes o por enfermedades, el primer barco atravesaba el Canal, a través de varias esclusas dimensionadas según la eslora y la manga del malogrado Titanic.

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El vapor SS Ancón, propiedad de la Panamá Railroad Steamship, bajo el mando del Comandante G.E. Sulkforth, inauguró oficialmente en 1914 el Canal de Panamá:
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Bibliografía:
The Panama Canal Escrito por Lesley A. DuTemple

Panamá y su separación de Colombia por Lemaitre Román



Rumbo a la Guerra:

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Durante los preliminares de la Gran Guerra, la opinión pública de los Estados Unidos creyó que se trataba de una de aquellas crisis entre las potencias que ya eran habituales desde hacía una década, no más peligrosa que la crisis de Tánger o Agadir. La idea de un conflicto parecía absurda y continuaba inalterable la convicción de que la tormenta habría de disiparse.
Cuando estalló la guerra, el primer sentimiento que despertó en los Estados Unidos fue una mezcla de consternación e indignación: parecía que Europa había enloquecido, la idea de un conflicto entre naciones civilizadas parecía a los norteamericanos una prueba de barbarie, e interpretaban la guerra como una lucha por el poder y la expansión, entre naciones igualmente culpables de sacrificar el derecho y la justicia a la ambición y al egoísmo. Al principio del conflicto los Estados Unidos fueron simplemente neutrales, el público norteamericano no se decidió por ninguno de los grupos de naciones antagónicos, tenían un sentimiento de superioridad moral y la satisfacción profunda de estar fuera de esa pesadilla monstruosa. Durante los primeros días de la guerra, mantuvo su atención en los buques alemanes que en su huida llegaban a Boston y otros puertos americanos, desembarcando allí a sus excitados pasajeros que contaban aventuras imaginarias sobre flotas inglesas que los perseguían. Se publicaban informes triviales pero emocionantes respecto a turistas y diplomáticos americanos sorprendidos por la guerra en balnearios y embajadas sitiados. Para el pueblo americano aquello no pasaba de un espectáculo que se desarrollaba ante sus ojos: la defensa de Lieja, la caída de Bruselas, la invasión de Francia que cada día se acercaba mas a Paris, concentraban y atraían cada vez más la atención.
Tan solo cuando la batalla del Marne se hubo reñido, y quedó claro que Francia se había salvado a sí misma y Alemania había perdido la primera partida, y la situación comenzó a estabilizarse, fue que comenzó a infiltrarse vagamente en la mente y conciencia norteamericanas una evaluación, una consideración sobre lo que implicaría para el mundo la victoria o la derrota de cualquiera de los dos bandos implicados.
La inmensa mayoría de la opinión pública seguía los consejos del presidente Wilson, que abogaba por la neutralidad y por mantenerse fuera del conflicto. A partir de ese momento se incrementó la batalla entre las simpatías rivales y la propaganda en los medios norteamericanos: Muchos norteamericanos se inclinaban a simpatizar por Alemania, a la cual veían como un estado al que su engrandecimiento económico y en todos los sentidos había despertado los celos de la Pérfida Albión. Se atendieron con cierta simpatía las explicaciones de Alemania de que se hallaba rodeada, amenazada, compelida a atacar primero en defensa propia por el peligro ruso. Sobrevivían la sospecha y la desconfianza que despertaba Inglaterra desde los tiempos de la Revolución, y no estaban convencidos por las afirmaciones de los ingleses sobre que su entrada en la guerra era un acto incomparable de devoción a la causa de la justicia, en cumplimiento de los compromisos adquiridos en un tratado y en defensa de los derechos de un pueblo pequeño. Por otra parte Rusia era vista como un símbolo de la tiranía y la opresión autócrata. Otro caso era el de Francia, la cual siempre despertó entusiasmo y afecto en recuerdo de la asociación franco americana en el periodo de la Revolución. El peligro que corría Francia y su hazaña casi milagrosa en el Marne influyó mucho en el pueblo norteamericano. Muchos jóvenes norteamericanos, siguiendo el ejemplo de Lafayette, cruzaron el Atlántico para alistarse el ejército o para servir en los hospitales de Francia. Sentimiento análogo se produjo en dirección al Canadá. La presencia de Francia en la campaña contra Alemania hizo cada vez más imposible que los Estados Unidos entraran en la guerra en otra forma que como oponentes del Káiser.
Cuando fue evidente que no se repetirían los hechos de 1870 y que Europa estaba empeñada en una guerra larga, se recrudeció la lucha de los propagandistas de ambos bandos: los ingleses, franceses y belgas exponían sus argumentos de forma individual y desorganizada, mientras que los propagandistas pro alemanes se mostraban mas unidos y sus argumentos eran los mismos en toda la nación, tratando de revivir el antiguo prejuicio contra Inglaterra y las antipatías irlandesas.
No obstante durante los primeros meses de la guerra la opinión del público americano se atrinchero cada vez con mayor firmeza tras el parapeto del aislamiento tradicional e insistió cada vez más inflexiblemente en una absoluta neutralidad. No había probabilidad de que los Estados Unidos entraran en la guerra por su propia voluntad o que aprobaran la conducta de alguno de los bandos contendientes. Quedaba la incógnita sobre que los métodos de una u otra alianza obligarían a los USA a tomar las armas.
El bloqueo llevado a cabo por Gran Bretaña no solamente en puertos alemanes sino también en puertos neutrales, obligaron a los USA a lanzar protesta tras protesta, las cuales solo fueron contestadas en parte por los ingleses citando precedentes del partido del Norte durante la Guerra Civil. Por otra parte la proclamación del bloqueo submarino por los germanos, ilegal e inhumano bajo todos los puntos de vista, despertó análoga indignación. El gobierno americano trató de compeler a las naciones beligerantes a que condujeran la guerra dentro de los límites del derecho internacional, en defensa de sus propios ciudadanos y de los derechos de los otros países neutrales, violados igualmente por la Entente y las Potencias Centrales.
Por ejemplo el 20 de Febrero de 1915 el Ministro de Relaciones exteriores de los USA envió una nota común a las potencias beligerantes sugiriendo un convenio razonable que restringiera la guerra naval dentro de unos límites que no perjudicaran a los neutrales (se oponía la fondeamiento de minas en alta mar y los ataques submarinos, y eliminar el uso de banderas neutrales. La nota fue rechazada por los Aliados de forma cortés pero inequívoca, y si bien Alemania se mostró dispuesta a entablar negociaciones, el hundimiento de un buque americano en el Pacífico que conducía trigo a Liverpool complicó notablemente la cosa.

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Los Aliados, alegando que Alemania había recurrido a métodos de guerra naval inhumanos y barbaros, justificaron el bloqueo que violaba los derechos norteamericanos; Alemania por su parte alegando que los americanos no se levantaban en armas para defender aquellos derechos, se proclamó libre para utilizar indiscriminadamente el arma submarina (proclama del 18 de Febrero de 1915), único recurso contra una potencia naval superior, pero que solo podía ser efectiva violando a su vez derechos de los neutrales, además de su propiedad y su vida. Los británicos podían al menos limitar el grado de sus violaciones: deteniendo los barcos sin destruirlos, confiscando el cargamento y pagando indemnizaciones para evitar pérdidas financieras a los neutrales, pero los alemanes solo podían hundir el buque neutral con cargamento, permitiendo en algunas ocasiones a su tripulación tomar los botes y quedar abandonada a un incierto destino sobre las olas.
Entonces el 7 de mayo se produjo el hundimiento del buque británico de pasajeros Lusitania, donde perecieron 114 norteamericanos, entre hombres, mujeres y niños. A partir de ese momento quedo claro en la opinión pública y la clase política norteamericana que no podía haber nuevos debates o exigencias a los británicos mientras Alemania no abandonaran la política de guerra submarina indiscriminada.

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Se sucedió un intercambio de notas entre los gobiernos americanos e Imperial, no obstante, la primera nota americana contenía la famosa frase “hay hombres demasiado orgullosos para luchar”, que al parecer se interpretó por los alemanes como “paz a cualquier precio” , continuaron los hundimientos de buques americanos y la nota de respuesta alemana culpó del hecho al gobierno británico, acusándolo de “usar la vida de ciudadanos norteamericanos para proteger un cargamento de municiones” y no desaprobaba ni repudiaba el acto. Esta nota aumento más la indignación entre la opinión pública.
El ministro de Relaciones exteriores norteamericano, Mr. Bryan, partidario de la paz a cualquier precio, renunció y fue sustituido por Mr. Lansing, quien contestó a la nota alemana planteando que la cuestión del Lusitania no era sobre los derechos, si no de humanidad, cuya violación no tiene ninguna justificación posible. Al final de un extenso intercambio de notas, durante el cual se perdieron más vidas norteamericanas en el mar, el gobierno alemán se comprometió a respetar las vidas de pasajeros y tripulantes de los buques interceptados fuera de la zona de guerra, con la condición de que los norteamericanos exigieran también el cumplimiento de la ley internacional a los aliados.
De esta forma se produjo una tregua de cerca de un año en la guerra submarina indiscriminada. La forma en que se consiguió hirió el orgullo nacional y perjudicó el prestigio norteamericano en el extranjero, donde los periódicos se burlaron de las “notas” del presidente Wilson y creyeron que no era demasiado “orgulloso”, sino cobarde para luchar. Otras opiniones expresan que lo que sucedió realmente fue que Alemania carecía del número suficiente de submarinos para hacer una efectiva campaña, que por otro lado podría provocar la entrada de los USA en la guerra. Inglaterra y los USA creyeron erróneamente que Alemania había abandonado la guerra submarina, para la que en realidad se estaba preparando. De momento se produjo una tregua positiva parta los Aliados.

El presidente Woodrow Wilson en una parada en Washington:
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En este periodo se produjeron debates en el Congreso y la prensa sobre si se debía impedir a los ciudadanos norteamericanos viajar en buques aliados, sobre si se debía prohibir la venta de armas, alimentos y otros materiales a los Aliados, cuestión sobre la que fueron determinantes los precedentes de la Guerra de Secesión, donde los ejércitos de la Unión habían recibido importantes materiales británicos y franceses. Por otro lado se consideró que Alemania, durante la reciente guerra anglo-boer había exportado muchas armas a los oponentes de Gran Bretaña.
También pesó la razón económica, el país vivió una “danza de los millones” producto al incremento sin precedentes de las exportaciones, criticada sinceramente por no pocos norteamericanos avergonzados esta ola de riqueza provocada por una guerra en tierras lejanas, y por muchos simpatizantes de Alemania, cuyo centro dirigente radicaba en la embajada imperial encabezada por el Conde von Bernstorff, el cual demostró ser muy hábil en la defensa de la causa germana por medio de la prensa, logrando atraer a grandes diarios, como los del grupo de William Randolph Hearst, (famoso por su intervención en la guerra hispanoamericana de 1898), cuya hostilidad hacia Gran Bretaña era manifiesta.

Johann Heinrich Graf von Bernstorff
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Se dice que desde la embajada alemana se tramaron sabotajes contra las fábricas de municiones, y la paralización de la producción mediante desordenes y huelgas, que provocó la expulsión de varios funcionarios. Se llegó a la expulsión del embajador austríaco por esta causa, sin embargo no a Bernstorff, al parecer por la paciente y resignada política presidencial de evitar la participación en la guerra.
En este marco el presidente Wilson, quizá imbuido por la creencia de que la misión de su país era restaurar la paz en el mundo, lanzó una propuesta de paz (18 de diciembre de 1916), a remolque de otra propuesta de los alemanes, a raíz de sus victorias en Rumanía en 1916, que no fue aceptada por los aliados. Fue un evento desafortunado, ya que se le acusó de robustecer el brazo de Alemania, y fue humillante que se considerara la propuesta norteamericana inspirada por el temor de la amenaza germana de reanudar la campaña submarina si no se aceptaban sus términos.
La intervención del Presidente no condujo a nada, lo más significativo de su propuesta fue pedir a los contendientes que definieran los objetivos por los que habían ido a la guerra (defensa de los derechos de las naciones pequeñas, etc…), cosa que al parecer habían olvidado para enfrascarse en una pura guerra de derrota total del contrario, y de publicar la idea de crear una Liga de las Naciones para solucionar por vía pacifica los futuros diferendos. Sin embargo ninguna frase, desde la de “demasiado orgullosos… “ produjo peor impresión en el extranjero y mayores críticas en el país que la de “paz sin victoria”. Quizá era lo lógico en el caso de que realmente los dirigentes de las naciones beligerantes desearan sinceramente detener el derramamiento de la sangre de sus hijos en los campos de Europa, pero al parecer este no era el caso. En el reciente libro de Ken Follet “La Caída de los Gigantes” expresa la idea (no se si será tomada de otro) de que era necesario continuar luchando hasta que hubiera un vencido que pagara todas las deudas financieras contraídas por ambos contendientes durante la guerra.
El Presidente tuvo que poner a un lado todas sus ideas, expectativas y esperanzas sobre la paz cuando el Gobierno Imperial de Alemania proclamó la reanudación de la campaña submarina sin restricciones el 31 de enero de 1917. En un discurso ante el Congreso el 3 de febrero anunció que a consecuencia de la ruptura por parte de Alemania de la promesa del 4 de mayo de 1916 sobre la guerra submarina, se suspendían todas las relaciones diplomáticas con dicha nación y se retiraban los embajadores. Era el paso previo a la guerra. Mientras el rechazo de parte de la opinión pública a la guerra se disipó definitivamente cuando el pueblo norteamericano supo a través de la prensa del caso del telegrama del Ministro de Relaciones Exteriores alemán Zimmermann cursado 6 semanas antes al gobierno de Méjico tratando de concertar una alianza con este y el Japón en contra de los USA. La recompensa a Méjico iba a ser la reconquista de los territorios de Nuevo Méjico, Texas y Arizona. Desde la matanza del Lusitania nada había despertado tan profundamente la indignación norteamericana. Ya nada podía evitar el conflicto contra una nación que excluía a los buques y ciudadanos norteamericanos del mar y que además incitaba a sus vecinos a atacarlos.

Imágenes del reclutamiento en los USA:
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Cuando se reunió con el Congreso el 2 de abril, el Presidente pronuncio las palabras que el país esperaba con impaciencia. Anuncio que “nuestros propósitos son vindicar los principios de paz y justicia en la vida del mundo… No tenemos contienda contra el pueblo alemán… No fue por su voluntad ni con su consentimiento o aprobación que el Gobierno alemán actuó al suscitar esta guerra.
Fue una guerra acordada como en los tiempos antiguos e infortunados en que los gobernantes no consultaban a sus pueblos, y se libraban y provocaban guerras en interés de dinastías y pequeños grupos de hombres ambiciosos acostumbrados a usa de sus compatriotas como prendas e instrumentos”
“No tenemos fines interesados que servir. No deseamos conquistas ni dominio. No buscamos indemnizaciones para nosotros ni compensación material para los sacrificios que haremos libremente…
Al dirigirme a vosotros.. he realizado un deber doloroso y cruel.. nos esperan muchos meses de dura prueba y sacrificio. Es cosa horrible llevar a la guerra a este pueblo grande y pacífico, a la más terrible y desastrosa de todas las guerras, en que la suerte de la civilización se haya en suspenso. Pero el Derecho es mas precioso que la Paz y combatiremos por los principios que nos son queridos: por la Democracia, la defensa de los derechos y libertades de las naciones pequeñas …”
A raíz del discurso del Presidente se presentó en el Senado y la Cámara de Representantes una moción declarando que existía el estado de guerra con Alemania, se aprobó el 5 de abril por 370 votos contra 50. Al día siguiente, el Presidente proclamó la guerra.

Campaña de reclutamiento para la marina:
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Grupo de españoles residentes en los USA inscribiéndose en el US Army:
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“solo se escogen los aptos”
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Bibliografía:
Historia de la Guerra del Mundo: Frank H. Simonds


Temas de nuestro foro relacionados por si los queréis visitar:

El telegrama Zimmermann: viewtopic.php?f=35&t=264&p=2189&hilit=zimmermann#p2189

El hundimiento del Lusitania
viewtopic.php?f=35&t=1832&hilit=lusitania


Theodore Roosevelt y la WWI:
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No sería completa la exposición del desenvolvimiento de la opinión americana con respecto a la guerra si no hiciéramos mención de la parte que desempeño TR en iluminar la mente de sus compatriotas.
La guerra encontró al coronel Roosevelt en su ocaso. La ruptura con su partido en 1912 y sus reveses electorales en 1916 lo habían apartado definitivamente de la vida pública.
Aquí una anécdota que nos dice mucho su carácter: Durante la campaña electoral el 14 de Octubre de 1912, en Milwaukee, Theodore Roosevelt se dirigía en un coche a pronunciar un discurso en un mitin, cuando se volvía a saludar a la multitud, recibió un disparo en el pecho de un revolver calibre .38 empuñado por John F. Schrank, inmigrante nacido en Bavaria (¡?) . La bala fue amortiguada por el manuscrito de su discurso de 90 minutos, y por el estuche de sus gafas, que portaba en el bolsillo del pecho. No obstante la bala penetró en su cuerpo y se alojó entre las costillas. Con su experiencia de cazador y soldado, TR comprendió que si no tosía sangre indicaba que ningún órgano importante estaría dañado. En esas condiciones insistió en dar su discurso y se mantuvo hablando por hora y media antes de consentir en ser llevado al hospital. Hasta el fin de su vida conservó alojada en su pecho la bala.

Radiografía de TR:
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Pagina del NYT con la noticia:
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En una época de opiniones confusas, de ceguera nacional, de conveniencia política, de teorías y concepciones insulares y utópicas, el comprendió que la causa de los Aliados era la causa de los Estados Unidos, percibiendo claramente que no habría disyuntiva para la entrada de su país en la guerra. Comprendió que cada retardo, cada acción conciliadora frente a la amenaza de Alemania, provocaba una nueva agresión. Como máximo exponente del viril espíritu nacional que caracterizó a su generación, comprendió el lenguaje de la fuerza y la firmeza. Atacó con impaciente energía por medio de la palabra y la pluma cada crimen y agresión alemán.
Estalló sobre él una tormenta de acusaciones de políticos y propagandistas pro alemanes, contra el hombre cuya hoja de servicios debería haberle puesto a salvo de semejantes perfidias. Hasta que los USA tomaron parte en la guerra, TR lidió su última batalla, cuando comenzó a apelar a sus compatriotas, estaban estos completamente ciegos y sordos a la verdad. Completamente solo, careciendo de un partido político afín, de prensa amiga, de un grupo organizado de adeptos, quebrantado físicamente, empeñose en una campaña hasta que su patria adoptó las ideas que él había aconsejado desde casi el principio de la guerra.
Después de la declaración de guerra, fue denegada al coronel Roosevelt su petición de conducir al frente a sus tropas. Probablemente sus condiciones de salud justificaban esta decisión del gobierno, pero no hay dudas para nadie que estudie su biografía, que esta constituyó una decepción que coronó una vida llena de acción, de grandes éxitos y de abrumadoras derrotas.
Vivió aun lo suficiente para ver a tres de sus hijos heridos en la línea de batalla, y uno a de ellos, su preferido Quentin, muerto en su aeroplano sobre los cielos de Francia. No murió hasta que Alemania estuvo vencida. El 6 de enero de 1919, en su hogar en New York, Theodore Roosevelt murió mientras dormía. El vicepresidente Marshall dijo: «La muerte tenía que llevárselo dormido, porque si Roosevelt hubiera estado despierto, habría habido una pelea».

Tumba de Quentin Roosevelt en Francia:
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Tropas americanas en Alemania disparan 21 salvas en honor al presidente Roosevelt, muerto en su casa de Oyster Bay, NY, USA dos días antes:
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Otro de sus hijos llegó a general, y estuvo presente en la playa Utah el dia D durante el desembarco de Normandía.

Bibliografía:
Historia de la Guerra del Mundo: Frank H. Simonds


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