ImagenAl calor de los recientes acontecimientos en Libia y la lucha contra la piratería en el Índico, creo que es apropiado recordar que más de doscientos años atrás, apenas recién creados, los Estados Unidos ya hubieron de luchar una batalla en el extranjero para proteger a sus ciudadanos y su comercio contra un enemigo no convencional: los piratas berberiscos del norte de África, en la que fue la primera guerra de los norteamericanos fuera de sus fronteras.
Los piratas del norte de África habían sido una amenaza durante cientos de años en el Mediterráneo, nuestro país, España, y su larga lucha contra estos desde la época medieval, puede dar fe de ello. A finales de los 1700´s barcos y tripulaciones piratas de los estados del norte de África: Trípoli, Túnez, Marruecos y Argel (la Costa de Berbería, región hoy conocida como Magreb) aun eran el azote del Mediterráneo. La captura de buques mercantes y la retención de sus tripulaciones como esclavos o para pedir un rescate, proveían a los gobernantes de estas naciones de riqueza y poder naval.
Los gobernantes más importantes durante esta época eran el Sultán de Marruecos, el Pachá o Dey de Argel, el Bey de Túnez y el Pachá de Trípoli, todos sujetos nominalmente al poder del sultán otomano, pero de facto gobernantes independientes.

 

 


Imagen
Antes de que los Estados Unidos obtuvieran su independencia en la revolución americana de 1775-1783, los marineros y buques mercantes norteamericanos habían sido protegidos de los estragos de los piratas del norte de África por la fuerza naval y diplomática de Gran Bretaña. Durante la Revolución, los barcos de los Estados Unidos estaban protegidos por la alianza de 1778 con Francia, que estipulaba que la nación francesa protegería a "los buques estadounidenses y sus mercancías en contra de toda violencia, insultos, ataques, o las depredaciones, por parte de los dichos Príncipes y Estados de Berbería o de sus súbditos”.

Al final de la Revolución Americana, en 1783, solo tres barcos componían la recién nacida Marina de los Estados Unidos. Para 1785, estos se habían vendido y el país se quedó sin ninguna defensa naval. Pero a medida que las exportaciones crecieron, también lo hizo el peligro de la piratería. Los piratas de la costa de Berbería del Norte de África, se aprovecharon de esta falta de protección para comenzar los ataques a barcos mercantes estadounidenses.

En 1784, un pirata marroquí apresó al bergantín americano Betsy. A pesar de que sus marineros no fueron esclavizados y fueron liberados después de algún tiempo junto con la nave, este incidente provocó un susto general entre los comerciantes americanos. Los Estados Unidos firmaron un tratado en 1786 con Marruecos. Aunque no se le acordó un tributo al sultán de Marruecos, se le pagaron 300.000 dólares en regalos.
Con Argelia y Trípoli fue más difícil de tratar. Continuaron con la piratería y esclavizando a las tripulaciones estadounidenses. Argel ya había capturado once barcos en esos días. En 1792, el Congreso votó a favor de comprar la paz al Dey de Argel por 40.000 dólares y pagar un tributo anual de 25.000 dólares para proteger a los barcos estadounidenses y a su comercio.

Un episodio absurdo en el año 1800 ponía de relieve la inutilidad de ceder a las demandas de los piratas: Cuando la fragata George Washington atracó en Argel con el objetivo de pagar el tributo, el Dey, para impresionar a su amo, el sultán de Turquía, ordenó al capitán estadounidense hacer un recado para él. El capitán del barco, William Bainbridge, se vio obligado a arriar la bandera de Estados Unidos e izar los colores de Argelia. El George Washington tuvo que transportar hasta Estambul un cargamento de tesoros, regalos, y hasta algunos leones para el sultán de Turquía.

Otro ejemplo: Yusuf, el Pachá de Trípoli, al ver la debilidad de los estadounidenses, decidió aumentar la demanda a los Estados Unidos. Entre las tonterías que ordenó como parte del tributo de América fueron varias armas de fuego adornadas con diamantes. Con motivo de la muerte de George Washington, el Pacha informó al presidente Adams que cuando fallecía un gran hombre de un Estado tributario era costumbre hacer un regalo en su nombre a la corona de Trípoli. Yusuf calculó el regalo por Washington en un valor de unos 10.000 dólares. Hasta ese grado de vasallaje pretendían los estados de Berbería someter a América.

A pesar de que en Norteamérica imperaba la creencia aislacionista de que una marina de guerra era una empresa “no democrática”, prevaleció el criterio más obvio de que era preferible contar con una fuerza naval para proteger el comercio, antes que pagar tributos o confiar en las flotas de cualquier otra nación (como Portugal) para proteger a los barcos mercantes norteamericanos. Finalmente fue aprobado un proyecto de ley que permitía al presidente "proveer, mediante compra o de lo contrario, equipar y contratar, cuatro barcos de cuarenta y cuatro cañones y dos barcos de treinta y seis cañones cada uno”. Una suma de $ 688,888.82 se le aprobó para la construcción de los barcos.

Imagen de la época que muestra la construcción de una fragata “para defender el comercio”
Zoom in (real dimensions: 640 x 555)Imagen
La negociaciones con el Dey de Argel finalmente tuvieron éxito, aceptó regalos por un valor estimado total de un millón de dólares: 525.000 dólares en dinero por el rescate de los marineros secuestrados, una fragata de 36 cañones, la Crescent, y además de 25.000 dólares de tributo anual. Al año siguiente los cautivos fueron puestos en libertad, aunque su número se había reducido en gran medida por el número de muertes en cautiverio. Sin embargo, el tratado había sido firmado el año anterior, y el dinero fue pagado por la cantidad original de marineros.

En ese momento, la construcción de las naves ordenada por el Congreso había terminado parcialmente. Con el fin de evitar gastar más dinero, y bajo la presión de los aislacionistas, el presidente George Washington solo permitió terminar dos de las fragatas de cuarenta y cuatro cañones y una fragata de treinta y seis cañones, bautizadas como Estados Unidos, Constitución, y Constellation. El gobierno de los Estados Unidos las había contratado a Gurney y Smith. Stephen Decatur, Jr. uno de los personajes destacados de esta narración, fue uno de los hombres que trabajaron en la construcción de estas naves, ya que era el negocio de su familia.

Las fragatas entonces fueron asignadas al Caribe, ya que habían surgido tensiones con la Francia Revolucionaria y con Inglaterra, en guerra en ese momento: ambas naciones apresaron muchos barcos mercantes americanos, lo que provocó una “cuasi guerra” con la Unión Americana. Decatur se desempeñó como oficial en varias de estas fragatas, así como William Bainbridge, antiguo marino mercante y otro de nuestros personajes. Esta situación provocada por Francia e Inglaterra acabó de decidir al gobierno de la Unión a crear una Marina de Guerra capaz de proteger su comercio, y el Congreso autorizó al presidente Adams a adquirir más barcos de guerra, casi todos fragatas de 22 cañones.
Thomas Jefferson, aunque al inicio no había estado de acuerdo con la creación de una Marina de Guerra, siempre se opuso al pago de tributos y rescates a los beys berberiscos, ya que pensaba que esto solo estimularía la piratería. Ya desde sus tiempos como embajador en Francia había tratado infructuosamente de crear una coalición con otras naciones europeas contra los piratas. Cuando Jefferson llegó a la presidencia en 1801 se negó a acceder a la demanda de un pago inmediato de 225.000 dólares y un pago anual de $ 25.000 a Trípoli. El pachá de Trípoli, Yusuf Karamanli, que reclamaba una fragata igual a la que le habían dado al Dey de Argel en 1796, declaró la guerra a los Estados Unidos. Entonces el presidente Jefferson envió a un escuadrón de buques de guerra al Mediterráneo, bajo el mando del comodoro Edward Preble.
Curioso billete de 2 dólares, con la efigie del Presidente Jefferson:
Imagen

La demostración de fuerza americana pronto convenció a Túnez y Argelia a mantenerse al margen, y los barcos americanos comenzaron el bloqueo de los bien defendidos puertos libios. La guerra se desarrolló sin mucho entusiasmo por casi dos años, hay que tener en cuenta que los americanos estaban muy lejos de sus bases, prácticamente no tenían ningún puerto amigo en el cual recalar, y eran frecuentes las tensiones con los ingleses en Malta. En Octubre de 1803 la fragata de EE.UU. Filadelfia (Capitán William Bainbridge) y la goleta Vixen arribaron a Trípoli, bajo las órdenes del nuevo comandante americano en el Mediterráneo, comodoro Edward Preble. El capitán Bainbridge envió al Vixen a buscar a los cruceros enemigos en alta mar, mientras mantenía su fragata cerca de Trípoli para mantener el bloqueo. El 31 de octubre el Filadelfia avistó un barco enemigo corriendo cerca de la costa y comenzó a perseguirlo. Al darse cuenta de que el agua se estaba convirtiendo en poco profunda, Bainbridge dio vuelta hacia el mar pero encalló en un arrecife desconocido.
Los tripolitanos rápidamente enviaron una gran fuerza de cañoneros para atacar a la encallada Filadelfia, que escoraba tan severamente que no podía usar sus armas sobre el enemigo. Aunque la tripulación de la fragata trabajó durante horas para aligerar el barco, tirando por la borda cañones, equipos y suministros y, finalmente, cortando el trinquete, no logró liberar la quilla. Sin defensa, y con refuerzos de Trípoli acercándose, Bainbridge finalmente entregó el barco y su tripulación.

Litografía de la época sobre la pérdida de la Filadelfia:
Imagen

El Filadelfia fue reflotado por sus captores y llevado al puerto de Trípoli. Esto representó no sólo una derrota humillante y una seria reducción de la fuerza en el Mediterráneo de la Marina de los EE.UU, sino también una seria amenaza para los buques de guerra estadounidenses y la navegación comercial en el mar Mediterráneo, ya que dotaba a los piratas berberiscos de una potente nave para continuar sus fechorías.

El comodoro Edward Preble estaba resuelto a destruirla para eliminar así el problema. La idea de recuperar la Filadelfia en el bien fortificado puerto de Trípoli ofrecía pocas posibilidades de éxito, pero su destrucción parecía factible, aun previendo fuertes pérdidas en el grupo de asalto. No hubo escasez de voluntarios para esta peligrosa misión. El teniente Stephen Decatur, oficial al mando de la goleta Enterprise, fue designado para dirigir la operación, que se llevaría a cabo utilizando un bergantín recientemente capturado, que pasó a llamarse apropiadamente Intrepid. Con un equipo formado por hombres del Enterprise y del buque insignia Constitución, además de un piloto de Sicilia que estaba familiarizado con el puerto de Trípoli, Decatur zarpó de Siracusa, el 3 de febrero de 1804. Las tormentas en el mar los demoraron durante casi dos semanas, con la gente soportando tanto condiciones de hacinamiento, como mala alimentación y un estado general de poca higiene en la embarcación.

El 16 de febrero Decatur se acercó a Trípoli, manteniendo a sus hombres debajo de la cubierta para mantener la apariencia del Intrepid como si fuese un buque de comercio local. Esa noche, navegando a la luz de la luna, se adentró en el puerto y, alegando que había perdido el ancla, solicitó permiso para amarrar junto a la Filadelfia. Le fue concedido, pero el engaño pronto fue descubierto y un grito de alarma sonó en la Filadelfia. Decatur inmediatamente ordenó a sus hombres el abordaje, lo que hicieron con tanta rapidez que los guardias de la fragata no tuvieron tiempo de organizar la resistencia. La mayoría saltó al agua y nadaron hasta la costa, mientras que los americanos rápidamente prepararon su presa para ser incendiada, con materias inflamables que traían a bordo del Intrepid. Menos de veinte minutos más tarde, el Filadelfia estaba ardiendo entre enormes llamaradas. Arrojándose por entre las llamas, los hombres llegaron al Intrepid y abandonaron el puerto, ahora bien iluminado, perseguidos por los disparos. La operación fue un éxito total: El Filadelfia ardió hasta la línea de flotación y se hundió, mientras que ninguno de los atacantes resultó muerto y herido sólo uno. En palabras del almirante británico Horacio Nelson, este fue "el acto más audaz y atrevido de la era".
Stephen Decatur se convirtió en un héroe nacional en los Estados Unidos y fue ascendido a capitán. Sin embargo, William Bainbridge, los oficiales de Filadelfia y sus 300 hombres permanecieron cautivos hasta que terminó la guerra en junio de 1805. Casualmente, uno de los barcos Marina de los EE.UU. que participan en la lucha contra los piratas en África en la actualidad es el USS Bainbridge, nombrado en su honor.


Imagen

Zoom in (real dimensions: 640 x 528)Imagen

Imagen


La acción de Decatur, no importa cuán audaz y atrevida, no alteró radicalmente la situación en el Mediterráneo. Trípoli estaba defendido por 25.000 soldados y 115 cañones en tierra, y 24 buques de guerra guardaban el puerto. Contra de ellos Preble solo podría enfrentar 1.060 hombres a bordo de siete barcos, de los cuales sólo el Constitución contaba con cañones pesados. Sin tropas para atacar el puerto, todo lo que Preble y sus hombres podían hacer era perturbar la economía del Pachá, al no permitir a los tripolitanos comerciar, ni a los piratas continuar con su trabajo, y obligarlos a permanecer a la defensiva.

El 3 de agosto, la escuadra Preble navegó hacia el puerto de Trípoli y bombardeó la ciudad. Los piratas se refugiaron detrás de las gruesas murallas, en alguna de las cuales habían había trabajado la cautiva tripulación del Filadelfia, bajo el látigo.

El bombardeo causó poco daño, pero Preble estaba satisfecho con el comportamiento de sus hombres, que habían atrapado a los piratas en su propio juego: atacando y apresando a las naves libias. El "pato gordo", como los piratas llamaban despectivamente a los barcos americanos, se había convertido en feroz halcón. Los corsarios tenían fama de ser invencibles en el combate cuerpo a cuerpo, pero este día fueron superados por los estadounidenses: Los marineros americanos liderados por hombres como el teniente John Trippe, superados en número tres a uno, mataron a 21 piratas y capturaron a quince en un solo encuentro. Trippe recibió 11 heridas antes de acabar con el capitán enemigo.
Decatur por su parte, también participó en este ataque dirigido contra el puerto de Trípoli el 3 de agosto de 1804. A lo largo de la batalla, capturó varios barcos, abordándolos y luchando en combate cuerpo a cuerpo. El hermano menor de Decatur, teniente James, se disponía a subir a un barco tripolitano que se había rendido, pero fue asesinado mientras abordaba. Cuando Decatur se enteró de la noticia, abandonó su propia presa y tomando once de sus hombres, buscó la nave en que murió su hermano. Al encontrarla, subió a bordo y retó a duelo a muerte a su capitán. Un marino de Trípoli atacó traicioneramente a Decatur por la espalda. Al ver esto, uno de sus hombres, Daniel Frazier, se interpuso y recibió el golpe mortal. Finalmente Decatur vengó a su hermano al matar a su asesino en este salvaje encuentro ante testigos. Tres barcos de guerra de Trípoli fueron capturados, y uno fue hundido este día. Como curiosidad podemos apuntar que los marinos americanos emplearon entre otras como arma de abordaje el hacha Tomahawk, heredada de los nativos americanos.
Imagen

Preble bombardeó cinco veces más Trípoli, dañando el palacio del Pachá y silenciando algunas baterías, pero sin tropas para realizar un desembarco, sus acciones eran básicamente inútiles. Un intento de destruir la flotilla enemiga que se refugiaba en el puerto bajo la protección de los cañones mediante un brulote (de nuevo el Intrepid) cargado con 100 barriles de pólvora y 150 bombas falló al explotar prematuramente, matando a toda su arriesgada tripulación de voluntarios, encabezados por el capitán Somers.

Imagen

Bandera de la regencia de Trípoli bajo la dinastía de los Karamanli:
Imagen

Su período de servicio terminó, y Preble regresó a casa con un triunfo modesto, aunque digno del elogio del Presidente, recibió una medalla de oro del Congreso, y murió de tuberculosis un año después. El Papa Pío VII, dijo que bajo las órdenes de Preble los estadounidenses "habían hecho más por la causa del cristianismo que lo que los países más poderosos de la cristiandad…"

El sucesor de Preble, el comodoro Samuel Barron, encabezó la más grande flotilla reunida bajo la bandera de Estados Unidos hasta ese momento: seis fragatas, siete bergantines y diez barcos de guerra más.

Acompañando a Barron en su buque insignia, viajaba William Eaton, ex cónsul americano en Túnez. Aprendiendo de la experiencia de Preble, Barron y Eaton sabían que Trípoli podría ser tomada solo si era atacada por tropas de tierra o si el clima político de la ciudad podría ser alterado. Eaton había planeado hacer ambas cosas. Su plan era fomentar una rebelión y suplantar al Pachá Yusuf con su hermano Hamet, el cual vivía exiliado en Alejandría, bajo la protección del Bey de Egipto. Ya se había entrevistado previamente con Hamet en Malta.

Para lograr su propósito Eaton tenía a su disposición 20.000 dólares en efectivo, el pequeño bergantín Argus, y un grupo de nueve hombres. Ocho eran infantes de marina de los Estados Unidos dirigidos por el teniente Presley O'Bannon. Este puñado de hombres protagonizó una increíble aventura poco recordada hoy.

Eaton y el títere Hamet se reunieron en Alejandría, Egipto, acordaron atacar el puerto de Derna, perteneciente a Yusuf. Derna era la segunda ciudad más grande en la Regencia de Trípoli y la capital de una de las provincias más prósperas, Cirenaica. En dicha ciudad Hamet tenía algún apoyo. Para evitar una agotadora marcha de 500 millas Eaton quería que el transporte de la fuerza estadounidense fuese por mar, pero Hamet insistió en que sus poco confiables seguidores podrían desaparecer si los estadounidenses no marchaban junto a ellos.

Prometiendo riquezas y saqueo después de la victoria, el "General" Eaton, como lo llamaba Hamet, reclutó probablemente el más extraño ejército que jamás ha marchado bajo la bandera de las estrellas y las barras. Los hombres eran en su mayoría árabes, mamelucos y bandidos de Levante, junto a un grupo de cristianos griegos y otros soldados de fortuna europeos. Había cerca de 600 en total, de los cuales solo 100 eran cristianos. El Argus abastecería al ejército durante su larga marcha, y sus pocos cañones proporcionarían a Eaton un apoyo naval mínimo.


La variopinta fuerza partió de Alejandría el 8 de marzo de 1805, a lo largo de una ruta que luego se haría famosa durante la Segunda Guerra Mundial: Dos de las paradas para descansar de Eaton fueron en Tobruk y El Alamein. El Ejército de Eaton, al igual que sus homólogos en el futuro se vio afectado por las tormentas de arena provocadas por el siroco, el viento del desierto, que convertía en oscuridad el mediodía.

Además en su épica marcha, Eaton tuvo que enfrentar motines de la caballería árabe, y el hambre, que provocó que algunos de los mercenarios quisieran renunciar, ya que el Argus había perdido el contacto con la marcha en Bomba, a 90 millas de Derna. Pero Eaton logró convencerlos de que se comieran un dromedario de carga y esperar un día o dos. Afortunadamente, el Argus reapareció el 16 de abril, seguido por el Hornet, con alimentos y municiones. Con el tiempo los $ 20.000 de Eaton se terminaron, y en ocasiones, tuvo que pedir dinero prestado a sus marines y mercenarios griegos para mantener la expedición.

Imagen

Después de unos días de descanso, Eaton reanudó su avance, y llegó a las afueras de Derna el 25 de abril. Muchos jefes locales salieron con sus hombres a unirse a Hamet, al cual reconocieron como legitimo gobernante de Trípoli, por ellos obtuvieron información vital sobre las fuerzas y armamento de la ciudad. A la demanda de Eaton para que entregara la ciudad, el capitán de las defensas de Derna respondió: "Mi cabeza o la suya!". Se decidió que Hamet y sus mamelucos atacarían el castillo del gobernador, mientras que Eaton y O'Bannon, con sus estadounidenses, y con los griegos y los otros cristianos, asaltarían la fortaleza del puerto. La artillería naval ayudaría mediante el bombardeo de los objetivos.

El 27 de Abril comenzó la batalla, con el fuego de los bergantines Argus, Nautilus y Hornet. Por la parte de tierra, Eaton solo tenía un cañón de campaña, que afortunadamente logró abrir un agujero en la pared de de la muralla y las casas de Derna. El ruido fue impresionante, el polvo voló, y en su entusiasmo los artilleros griegos hicieron estallar el cañón al disparar con el pisón aún en el tubo.

Pero los disparos del castillo del gobernador mantenían a raya a la fuerza de Hamet. Sabiendo que refuerzos del enemigo estaban en camino desde Trípoli, los atacantes tenían extrema necesidad de una rápida victoria. A las cuatro de la tarde, Eaton, que había sido herido en una muñeca, ordenó a O'Bannon dirigir a sus hombres en un asalto frontal a la fortaleza del puerto. Tras dos horas de lucha desesperada, finalmente O'Bannon y sus hombres expulsaron a los tripolitanos de la fortaleza y capturaron los cañones antes de que pudieran ser destruidos, cosa que posteriormente demostraría ser muy importante.

Imagen

O´Bannon izó la bandera estrellada sobre las baterías enemigas, y volvió los cañones contra el castillo del Bey, el cual no tardó en escapar con sus seguidores a reunirse con la fuerza de 1000 hombres, mucho de los cuales eran genízaros, que bajo el mando de Hassan Agá se aproximaban a Derna desde Trípoli. Los atacantes tuvieron un coste de catorce muertos, dos de ellos infantes de marina. De este modo ondeó por primera vez la bandera americana sobre un campo de batalla extranjero, y se produjo la captura de la primera ciudad en el Viejo Mundo por los estadounidenses.

Cuenta la tradición que Hamet quedó tan impresionado por la valentía de O'Bannon que le regaló su propia espada - un honor que todavía hoy dia se conmemora con la presentación de un sable "mameluco", grabado con la leyenda "las costas de Trípoli", a cada oficial de la infantería de marina de los EE.UU. en su graduación.

El 8 de Mayo llegaron frente a Derna las tropas de Hassan Agá, poniendo sitio a la ciudad. El 13 se lanzaron al asalto, pero fueron repelidas por la artillería capturada en las fortalezas, y desde los barcos. Al día siguiente volvieron a atacar, y al siguiente también, aunque siempre fueron rechazados. El sitio se prolongó durante todo el mes de Mayo, costando más bajas a los hombres de Eaton y Hamed que las que habían sufrido al tomarla. Los sitiadores también tenían problemas, a su Agá cada vez le costaba más hacer luchar a los berberiscos que lo acompañaban, entre los cuales habían muchas deserciones. Se dio el caso de que un jefe tribal se pasó con 150 hombres al bando de Hamed, con la condición de que lo protegiera contra la venganza del Pachá Yusuf. Dentro de la ciudad las provisiones escaseaban, y Eaton mandaba infructuosamente mensaje tras mensaje a Barron para que le diera un apoyo decisivo que condujera finalmente a la sustitución de Yusuf por su hermano Hamed.

En realidad Barron era partidario de una salida negociada, Yusuf Pachá en Trípoli se ponía cada vez más nervioso, le preocupaba la captura de Derna por su rival y hermano, y temía un ataque de la escuadra americana estacionada frente a sus costas, y a la vez tenía problemas con muchos de sus jefes subalternos, de los que sospechaba que algunos estuvieran de parte de Hamed, de hecho mantenía permanentemente a varios dentro de las murallas de su palacio, previniendo cualquier deserción. Finalmente se avino a una negociación, llevada por los cónsules danés y español en Trípoli a nombre de Yusuf, y por la parte americana Barron y un diplomático de apellido Lear, estos firmaron un pacto mediante el cual los tripolitanos liberarían a la tripulación del Filadelfia, y se comprometían a no atacar mas a los barcos mercantes americanos en el Mediterráneo, y los americanos pagaban a Yusuf Karamanli $60 000 y se comprometían a “disuadir” a Hamed Karamanli de sus pretensiones al trono de Tripoli. Yusuf a regañadientes consintió en liberar a la mujer e hijos de su hermano, los cuales permanecían retenidos en Trípoli. Creo sinceramente que los americanos podrían haber conseguido un trato más favorable, si hubieran perseverado en lo que unos años antes había dicho Bainbridge: “..el único tributo que debemos pagar será el que provenga de la boca de nuestros cañones..”.

Barron envió a Derna al Constitución, con las noticias de la paz firmada con Yusuf, estas nuevas cayeron como un jarro de agua fría sobre Eaton, cuando se lo comunicó a Hamet Karamanli, este le confesó que sus hombres serian capaces de matarlo si se enteraban, por lo que Eaton mantuvo en secreto sus nuevas órdenes, dijo que el Constitución había venido a Derna en misión de abastecimiento, y por la noche se embarcó con Hamet y sus allegados, los marines y los mercenarios cristianos, dejando los fuegos del campamento encendidos para que sus seguidores berberiscos y mamelucos no sospecharan sus intenciones. Cuando las tropas abandonadas se dieron cuenta de lo ocurrido, maldijeron a Eaton y a Hamet, recogieron sus posesiones y huyeron velozmente en sus caballos, por suerte los genízaros y demás tropas de Hassan Agá se habían retirado varias millas al interior cuando se percataron de la llegada del Constitución al puerto de Derna. Solo los infelices habitantes de la ciudad que habían confiado y apoyado a Hamet quedaron allí para enfrentar la furia de su hermano. Así terminó lo que tan gloriosamente había comenzado.


Así y todo, Jefferson fue pudo informar en su sexto mensaje anual al Congreso en diciembre de 1806 que: "Los estados de la costa de Berbería parecen generalmente dispuestos en la actualidad a respetar nuestra paz y amistad. "

A pesar de que Eaton fue recibido como un héroe en los Estados Unidos, estaba decepcionado y amargado por el tratado e indignado por el rescate pagado por la liberación de los rehenes. Se le había negado la victoria en Trípoli, e incumplidas la promesas a Hamet Karamanli. Para más INRI el gobierno le debía el dinero que había gastado en la expedición. William Eaton murió prematuramente a los 47 años en Brimfield, Massachusetts, olvidado, acosado por las deudas, la gota y el alcohol. Posteriormente la US Navy lo honró, bautizando con su nombre un destructor, el USS Eaton (510), que combatió en la 2º Guerra Mundial, Corea, y Vietnam. Estuvo presente en los sucesos de Bahía de Cochinos en 1961.


2º Guerra de Berbería:


Al estallar la guerra entre Estados Unidos y Gran Bretaña en 1812, la Royal Navy barrió del Mediterráneo a todos los barcos de guerra americanos, oportunidad que aprovecharon los Estados de la Costa de Berbería, incitados por los británicos, para retomar su práctica de apresar barcos mercantes americanos como acto de piratería, esclavizando y pidiendo rescate por sus tripulaciones. También fueron víctimas buques de otras naciones europeas, enfrascadas en ese momento en las guerras napoleónicas.

El Dey de Argel, Hadji Ali, había estado reclamando un tributo adicional, con base en el argumento de que su calendario sólo tenía 354 días en un año, y aunque la suma fue pagada, los barcos del Dey de Argel capturaron al bergantín americano Edwin y esclavizaron a su tripulación. Comandados por el Rais Hamida, hábil y temido corsario, asolaban las costas de Portugal y recibía tributos de esta nación, así como de España y de Estados Unidos.

Terminada la guerra con Inglaterra, el 3 de marzo de 1815, el Congreso de EE.UU. autorizó el despliegue de su poderío naval contra Argel. Stephen Decatur, investido comodoro, partió el 20 de mayo 1815 con una escuadra que comprendía a la fragata Guerriere, de 44 cañones como buque insignia, la Constellation, con 36 cañones, y la Macedonia, con 38 cañones, otros navíos menores como el Eperyie y Ontario, con 16 cañones, cada uno, y los bergantines Firefly, Spark y Flambeau, de 14 cañones cada uno. Al parecer el Dey de Argel fue avisado por los británicos de la proximidad de la escuadra americana, pero este no tomó ninguna medida al respecto, ni siquiera preparó la defensa de la ciudad.

El 17 de Junio la Guerriere interceptó la fragata argelina Mazouda, cerca del cabo de Gata, comandada por el famoso Hamida, quien impartía sus órdenes tendido en un diván sobre cubierta. Después de una corta batalla, en la que murió Hamida y 30 de sus hombres, la fragata fue capturada junto a mas de 400 tripulantes. Poco después fue capturado un bergantín argelino de 22 cañones. Ambas presas fueron enviadas a Cartagena.

El 28 de Junio, la escuadra americana apareció frente a Argel, e instó al sorprendido Dey Omar Pachá (Hadji Ali había sido asesinado en 1814) a aceptar los términos a través de los cuales podía obtener la paz: liberar a todos los esclavos, pagar una indemnización de $10 000 a los sobrevivientes del bergantín Edwin, y cesar para siempre todas sus demandas de tributo. Asustado por el despliegue de la flota de Decatur, el Dey manifestó que tal vez había habido un "malentendido" que le gustaría corregir con "el amable James Madison, el emperador de América”. El tratado fue prontamente firmado el 30 de Junio y en reciprocidad, los americanos devolvieron a los argelinos los barcos y prisioneros capturados, sin cobrar rescate por ellos.
Imagen
Zoom in (real dimensions: 640 x 595)Imagen

En Diciembre de 1814, el bergantín americano Abellino había penetrado en el Mediterráneo, en plena guerra contra los británicos, y había capturado varias presas, enviándolas para su venta a Túnez y Trípoli. Al enterarse los británicos, enviaron allí a sus barcos de guerra para recuperar las presas, cosa que fue consentida por los gobernantes de estas regencias. Los barcos fueron recapturados mientras estaban anclados bajo los cañones de las fortalezas de La Goleta y Trípoli, y sus tripulaciones de presa encarceladas, contraviniendo las leyes de neutralidad.
En consecuencia, Túnez y Trípoli fueron los siguientes en la lista de Decatur. Se dice que el Dey Mahmoud de Túnez, mientras se arreglaba la barba con un peine con incrustaciones de diamantes, se quejaba: "¿Por qué envían a estos jóvenes salvajes a tratar de la paz con los viejos poderes?" Sin embargo, pagó 46.000 dólares a los estadounidenses como indemnización con tal que se fueran. A su vez, Trípoli sintió la ira de Decatur, pagándole una indemnización de 25.000 dólares y liberando a varios esclavos daneses y napolitanos.
Decatur fue relevado del mando del escuadrón por el comodoro Bainbridge, quien continuó mostrando la bandera americana en el Mediterráneo. Regresó a los Estados Unidos, donde fue recibido como un héroe, y pasó a desempeñar un alto puesto en la Marina en Washington. Murió el 22 de Marzo de 1820, a la edad de 41 años, a resultas de las heridas recibidas en un polémico duelo contra el comodoro James Barron (hermano del también comodoro Samuel Barron, quien participó en los sucesos aquí narrados en el Mediterráneo). Su padrino fue William Bainbridge, el desafortunado comandante de la fragata Filadelfia, y mencionado al principio de este párrafo, del cual se dice que estaba celoso de la popularidad del más joven Decatur y que su comportamiento durante el duelo no fue el mejor.
Desde 1815 nunca más ningún barco americano fue atacado por estos poderes piráticos en el Mediterráneo. Cuatro presidentes de Estados Unidos: George Washington, John Adams, Thomas Jefferson y James Madison, habían pagado tributo a estos “viejos poderes”, se habían visto obligados a firmar contratos y tratados leoninos, sufrieron la toma de rehenes o la esclavitud de aproximadamente700 estadounidenses y la captura de 35 buques americanos, y millones de dólares fueron pagados como tributo y rescate para asegurar el trafico mercante y la liberación de los rehenes estadounidenses.
Pocos años después comenzó en Europa un movimiento liderado por Inglaterra en contra de la esclavitud, cosa que perjudicó grandemente la economía de estos estados berberiscos, ya profundamente tocada por la imposibilidad de practicar la piratería. Incapaces de encontrar otra fuente de ingresos, o de organizar algún tipo de sistema fiscal, languidecieron lentamente privados de sus dos fuentes fundamentales de ingresos: la piratería y la esclavitud, hasta que al comenzar la Era del Imperialismo a mediados del siglo XIX pasaron a estar bajo el control de las potencias europeas, ávidas de nuevas colonias y protectorados, que depusieron a los Pachas y a los Deys. Los Karamanli, que gobernaban Trípoli desde 1711, fueron expulsados del poder en 1835.

La Guerras de Berberia en la actualidad:


La fragata Constitución es uno de los pocos navíos de esta época que aún se conserva. Se puede admirar en el puerto de Charleston, Massachusets:

Imagen

Imagen

Zoom in (real dimensions: 640 x 533)Imagen



Residencia de Yusuf Karamanli en Trípoli (no se si se habrá visto afectada por el reciente conflicto en Libia)

Imagen



Tumbas de varios marinos americanos, muertos al estallar el brulote Intrepid en el puerto de Trípoli, actualmente están en un cementerio cristiano de Trípoli:

Imagen

Imagen

Imagen


Espada tipo “mameluco” de los oficiales de la Infantería de Marina americana en la actualidad. Su origen se remonta a la toma de Derna en estas guerras en la que participaron varios marines. También la primera estrofa del himno de los marines hace referencia a este hecho:

Imagen

Imagen

Imagen






Bibliografía:
THE STORY OF STEPHEN DECATUR de Elisabeth Wilson, 2004


The USS Essex And the Birth of the American Navy By FRANCES DIANE ROBOTTI and JAMES VESCOVI
DEPARTMENT OF THE NAVY -- NAVAL HISTORICAL CENTER
The United States Fought Wars Against North African Pirates in the Early 1800s By Robert McNamara.

The U.S. Wages War Against The Barbary States
To End International Blackmail and Terrorism
By Thomas Jewett

The Pictorial history of the united states of america from the discovery by ...
Escrito por John Frost


Si quieres debatir este articulo entra en su foro de discusión