La Segunda Guerra Mundial tiene una serie de características propias que la hacen única, como puede ser la movilización de efectivos, también los civiles, el uso de la propaganda, donde los aliados occidentales quisieron representar la lucha del bien, las democracias, contra el mal, los regímenes totalitarios, que encarnaban fundamentalmente Alemania e Italia, que solamente puede concluir con una rendición incondicional. Un conflicto en el que se generaliza el fenómeno de la resistencia y los “partisanos”, fundamentalmente en los Balcanes y grandes áreas de la URSS. Y una contienda donde se desarrollan armas nacidas durante la Primera Guerra Mundial, como la aviación o los carros de combate y que en el mar produce que tanto submarinos como portaaviones sean clave en el desarrollo de las operaciones.

En el aspecto naval la guerra supuso un verdadero conflicto global en que Armadas de una docena de naciones combatieron a lo largo y ancho del planeta. Fue un conflicto que para chinos y japoneses comenzó el 7 de julio de 1937, que en Europa hizo que las grandes potencias como Alemania, Francia y Gran Bretaña entrasen en guerra en septiembre de 1939, y en el que Estados Unidos participaría tras el bombardeo de Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941.

Imagen relacionada

La primera obra que abordó las operaciones navales en su conjunto fue la del almirante norteamericano Samuel Eliot Morison, autor de un monumental trabajo en quince volúmenes, publicado en 1962 y que había sido un encargo del presidente Roosevelt. Una versión reducida del mismo es el libro “The Two Ocean War”, aparecido al año siguiente. Morison era profesor de historia en la universidad de Harvad que sirvió como oficial en la marina de los Estados Unidos durante las dos guerras mundiales. En su opinión, como bien refleja el título de su obra, la Segunda Guerra Mundial se combatió principalmente en dos océanos. En el Atlántico contra los submarinos alemanes que atacaban a los convoyes de buques mercantes que suministraban a Inglaterra todo lo necesario para continuar con la guerra, y en el Pacífico, contra la Marina Imperial japonesa en combates que fueron desde Guadalcanal a Okinawa. Sin embargo, esta afirmación, hecha muy desde la óptica estadounidense no tiene en cuenta que en este conflicto participaron más de 70 países y al menos más de una docena de naciones que tuviese una Armada de cierta envergadura. Si bien es cierto es que la Marina más grande en este conflicto fue la norteamericana, también lo es que se combatió en el Caribe, el Mediterráneo, el Ártico, el Índico o el mar de Bering, entre otros. La magnitud de área de operaciones hizo que en muchas ocasiones los recursos que se tenían que utilizar en uno de los escenarios condicionaron de forma sustancial las operaciones de otro de ellos. Por esa causa la campaña naval ha de ser estudiada y comprendida en su conjunto. Por poner un ejemplo, en 1942 los aliados estaban combatiendo en el Atlántico contra los submarinos alemanes, en el Pacífico contra la flota japonesa, en el Ártico escoltando a los convoyes de suministro en dirección a la URSS, en el Mediterráneo asegurando la ruta entre Suez y Gibraltar o en el Índico defendiendo la India tras el ataque japonés a Ceilán.

Resultado de imagen de Harold Stark

La Marina estadounidense nombró en agosto de 1939 al almirante Harold Stark como Chief of Naval Operations, apenas un mes antes del inicio de la guerra en Europa. En noviembre de 1940, tras la caída de Francia, con Gran Bretaña todavía envuelta en la batalla de Inglaterra tras el desastre de Dunquerque, y con España planificando una movilización general para entrar en guerra, Stark elaboró un informe en el que alertaba sobre la gravedad de que una derrota británica supusiese que Estados Unidos quedase aislado. En su informe presentó cuatro líneas maestras de actuación:

  1. Una defensa a ultranza del hemisferio Occidental
  2. Mantenerse alerta ante un posible conflicto con Japón
  3. Ser capaces de mantener dos flotas operativas en ambos océanos y
  4. Fijar como objetivo principal el derrotar en primer lugar a Alemania en caso de guerra.

Este último punto fue el que condujo al desarrollo del plan Dog, aprobado por el presidente Roosevelt, dando prioridad al escenario europeo.

Hay que tener en cuenta que en 1940 la producción industrial alemana superaba a la suma de la francesa y británica, elemento que aumentó tras la captura germana de Francia, Bélgica y Holanda. En ese año Alemania suponía más de seis veces la capacidad de la industria nipona. Por eso parece lógico pensar que se optase por dar prioridad inicialmente a garantizar la superviviencia británica, que permitiría, a la larga, el poder invadir Europa para derrotar a Alemania.

Resultado de imagen de almirante Ernest King

Sin embargo, el almirante Ernest King tenía otra visión. Si bien consideraba que se debía de dar prioridad al teatro del Atlántico pensaba que se podía luchar simultáneamente en ambos escenarios. Así, en agosto de 1942, se envió a una división de Infantería de Marina a una remota isla en el Pacífico Sur, Guadalcanal. Los japoneses estaban construyendo un aeródromo, el cual, una vez finalizado, permitiría a los nipones cortar las rutas de navegación desde Hawai hasta Australia, aislando así a este país. King argumentó que el envío de esa división no era una acción ofensiva, más bien todo lo contrario, suponía una medida defensiva que buscaba el asegurar el tráfico marítimo aliado en la zona. El almirante era consciente de que esto no era así, pero también sabía que cualquier operación en el Pacífico significaba retirar efectivos y suministros del otro escenario bélico.

Los norteamericanos habían dividido el frente del Pacífico en dos áreas de mando. La zona Sur, donde estaba Guadalcanal y que incluía entre otros Australia o Filipinas estaba al mando del general MacArturh. La zona norte era responsabilidad del almirante Nimitz. La operación que recibió el pomposo nombre de Operación Watchtower y que los marines con su peculiar sentido del humor bautizaron como Operación Shoestring, en referencia a la enorme carestía de medios, se alargaría durante seis meses, desde agosto de 1942 hasta los primeros días de febrero de 1943. El inicio de la operación se saldó con un sonrojante fracaso de la Marina americano. Los japoneses, que operaban desde su base naval de Rabaul, organizaron una flota para interceptar a los transportes americanos y su escolta, que acababan de desembarcar a los marines. El combate, conocido como  la batalla de la isla de Savo, se saldó con cuatro cruceros pesados aliados hundidos.

Resultado de imagen de Savo battle wwii

Mientras tanto también se luchaba en el Mediterráneo, lo que demuestra que la guerra naval se producía de forma simultánea en diversos escenarios. Malta se encontraba en agosto de 1942 al borde del colapso. Si bien las fuerzas del Eje habían desechado la opción del asalto aeronaval a la isla, como fue el caso de Creta, sus esfuerzos se concentraron en una intensa campaña de bombardeo. Malta esa un punto clave en la ruta marítima del Mediterráneo que conectaba Gibraltar con el canal de Suez. Además, por su situación permitía a los aliados interferir la línea de suministros entre Italia y el Norte de África. Su pérdida supondría que las tropas del Eje desplegadas en ese escenario verían mejorada de forma significativa su capacidad operativa. La isla sufría racionamiento hacía meses, el gas se había prácticamente terminado, el combustible aéreo estaba bajo mínimos y en caso de terminarse supondría la absoluta indefensión de la isla y su rendición.

En esas circunstancias los británicos organizaron la operación Pedestal, un convoy de ayuda compuesto por 14 buques de carga, además de dos buques cisterna, uno de ello el SS Ohio, pieza clave es todo el dispositivo. Este barco, perteneciente a la empresa americana Texaco fue cedido a los británicos, que fueron los encargados de organizar su tripulación. Para proteger a tan decisiva carga los británicos desplegaron la mayor escolta naval que acompañó a un convoy en toda la Segunda Guerra Mundial: dos acorazados, cuatro portaaviones, siete cruceros, 32 destructores y buen cierto número de unidades menores. La epopeya del Ohio bien merecería un capítulo propio.

Resultado de imagen de operation pedestal

Continuará…

Foro de discusión:

https://elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=72&t=26677

Lectura recomendada:

SEGUNDA PARTE -->