En diciembre de 1942 Japón propuso a Alemania que estableciera una base de sumergibles en Malasia para operar en el Índico, un océano en el que hasta entonces las medidas antisubmarinas de los aliados eran escasas. Dönitz rechazó de plano la propuesta, estaba concentrado en ganar la batalla del Atlántico y no quiso desviar recursos hacia otro escenario. Pero en 1943, cuando los U-boot recibían un varapalo tras otro en el Atlántico, al Grossadmiral ya no le pareció tan inconveniente enviar algunas de sus unidades a operar en un ambiente menos hostil.

El 20 de febrero de 1943 Dönitz llevó ante Hitler varias propuestas navales concernientes a Japón. Deseaba crear una base naval en la Península Malaya desde la que los sumergibles pudieran atacar el tráfico mercante en el Índico. Y también proponía construir sumergibles de transporte capaces de afrontar la travesía hacia Malasia y regresar con materias primas estratégicas de los dominios japoneses: caucho, estaño, wolframio, quinina... Hasta entonces se había confiado en barcos de carga para romper el bloqueo, pero el desarrollo del radar y el aumento de efectivos aeronavales aliados en el Atlántico norte había convertido esa tarea en misión imposible. Dönitz quería emplear para ese cometido sumergibles en vez de barcos de superficie y propuso a Hitler la construcción de 200 sumergibles de tipo XX, expresamente concebidos para el transporte. Cada una de estas naves podría llevar 800 toneladas de carga, en comparación con las 150 ó 200 que podían contener los sumergibles de transporte existentes. Los tipo XX no sólo podrían incrementar sensiblemente la llegada de materiales estratégicos desde Asia, sino que abastecerían la base naval de Malasia con regularidad. Sin embargo, como tardarían unos meses en ser operativos, Dönitz también proponía tomar los diez mayores sumergibles italianos ubicados en la base francesa de Bordeaux y someterlos a seis semanas de obras en los astilleros para transformarlos en sumergibles de transporte. Su primera misión sería precisamente llevar a Malasia lo necesario para poner en funcionamiento la base de los U-boot y regresar a Europa con 150 toneladas cada uno de materiales estratégicos.

Estas propuestas fueron aceptadas por Hitler. La transformación de los sumergibles italianos se denominó Operación Aquila, y el envío de una flotilla de combate: Monsun, que en alemán significa Monzón.
Su base se situaría en Penang, en la Península Malaya.



El primer navío enviado a Asia en el marco de estas operaciones zarpó el 5 de abril, era el U-178, un sumergible de largo radio de acción del tipo IXD/2, al mando de Wilhelm Dommes, que debía dirigir los trabajos de creación de una base submarina en Penang y comandar después la flotilla que se radicase allí. Dommes se reveló como un gran organizador, pero sus esfuerzos se vieron asfixiados por una permanente falta de suministros desde Europa y por la relación difícil con los japoneses.

Más adelante Hitler canceló el proyecto de construir sumergibles tipo XX para destinar los recursos a la producción de sumergibles de combate tipo XXI, tan avanzados que ya suponían un modelo de transición hacia el submarino. Realmente los tipo XXI fueron la última esperanza para Alemania en la batalla del Atlántico, pero la falta de los tipo XX con los que mantener travesías regulares hacia Penang sería un severo lastre para la Operación Monsun y complicaría lo indecible el trabajo de Dommes.

En la imagen Wilhelm Dommes, aparece tras el traductor que habla con el capitán Ariizumi.



Para que los U-boot pudieran navegar hasta Malasia debían repostar al menos dos veces en alta mar. Los alemanes contaban para esto con dos barcos mercantes, el Charlotte Schliemann, en el Atlántico Sur, y el Brake, en el Índico.

En mayo zarparon de Bordeaux los sumergibles Comandante Cappellini y Reginaldo Giuliani, que llegaron a Penang sin incidencias dos meses después, eran los primeros sumergibles de transporte de la Operación Aquila. Conservaban su tripulación italiana. A cambio de estos buques a la Regia Marina se le entregaron diez flamantes U-boot del nuevo tipo VIIC, a pesar de que de los diez sumergibles cedidos por Italia para su transformación dos fueron hundidos por los aliados antes de que pudieran regresar a base de sus misiones anteriores.

También en mayo partió otro sumergible alemán, el U-511, que no se dirigía a Penang, sino directamente a Japón. Iba a ser entregado a los japoneses para que pudieran estudiarlo y copiar su tecnología. El 7 de agosto los tripulantes alemanes abandonaron su barco en el puerto de Kure, en Japón, y desde allí se trasladaron por otros medios a Penang, donde servirían para sustituir a las bajas que fueran produciéndose en la tripulación de otros submarinos.

En junio un sumergible italiano más zarpó de Bordeaux, el Luigi Torelli, que como los anteriores llegaría a Singapur sin incidencias dos meses después. Pero las primeras bajas en estas operaciones estaban a punto de producirse: el 19 de junio, a la altura de las Azores, el Agostino Barbarigo, otro sumergible italiano destinado a Malasia, fue avistado, atacado y hundido por un avión aliado. Y el siguiente sumergible de la operación Aquila, el Enrico Tazzoli, tampoco llegó a destino. En algún punto de su travesía hacia Singapur desapareció sin dejar rastro. Todavía hoy no se sabe qué sucedió con él.

En junio de 1943 comienza a enviarse desde Europa la primera oleada de once U-boots. O ideal habría sido enviarlos todos del tipo IXD/2 (2.150 toneladas, 24 torpedos) un sumergible diseñado para largas travesías, pero se enviaron dos de esta clase, los otros nueve eran de tipo IXC e IXC/40 (1540 toneladas, 22 torpedos).

El primero en zarpar fue el U-200, que partió de Noruega el 11 de junio. A pesar de ser del tipo IXD/2 no tuvo suerte, el 24 de junio, en pleno Atlántico norte, fue detectado por un avión de la RAF, un B-24 Liberator, que le arrojó dos cargas de profundidad provocando su hundimiento. Murieron los 68 hombres que iban a bordo, incluyendo siete miembros de la División Brandenburgo, las fuerzas especiales alemanas. La misión que los brandenburgos tenían en la Operación Monzón nos es desconocida.



Los siguientes nueve sumergibles en partir lo hicieron desde Francia y fueron los de tipo IXC e IXC/40, con una suerte variable. El 30 de junio partió el U-188, que llegó sin problemas a su destino.

El 3 de julio se hicieron a la mar simultáneamente cuatro sumergibles: el U-168 y el U-532 alcanzaron Penang, pero los otros dos fueron destruidos en el Atlántico, el U-509 por un Avenger del portaviones de escolta (escort carrier) USS Santee, y U-514 por un Liberator.

Los otros cuatro que partieron de Francia los días 6 y 8 de julio también corrieron una suerte dispar. El U-516 se destinó a servir de nodriza a sus compañeros y después regresar a Francia. La razón era que los tipo IXC e IXC/40 debido a su menor autonomía necesitaban ser abastecidos de combustible tres veces antes de llegas a Penang, con lo que no bastaban los barcos de superficie, el Charlotte Schliemann y el Brake. Se envió para eso al U-487, pero éste fue hundido en julio por los Avenger del USS Core y para sustituirlo como nodriza se destinó al U-516, que de esa manera tuvo que renunciar a formar parte de la flotilla Monzón.

Por otra parte al U-506, a la altura de Vigo, un B-24 Liberator americano le arrojó siete cargas de profundidad y lo envió al abismo. El U-533 llegó algo más lejos pero terminó igualmente mal, el 16 de octubre un Blenheim lo avistó en el Golfo de Omán, a la entrada del Golfo Pérsico, y lo destruyó con cargas de profundidad.

De los cuatro sumergibles que marcharon de Francia hacia Penang en julio sólo uno alcanzó su destino, el U-183.

Aún quedaba por partir el otro U-boot de tipo IXD/2, el U-847, que zarpó de Noruega el 29 de julio con tan mala fortuna que en el estrecho de Dinamarca chocó con un iceberg y tuvo que regresar a puerto a hacer reparaciones. Pero a la semana siguiente, cuando ya estaba en condiciones de volver a intentar la travesía hacia Asia, Dönitz lo destinó temporalmente a otra misión. Los sumergibles nodrizas alemanes estaban siendo aniquilados por los aliados y se necesitaba desesperadamente abastecer a los U-boot del Atlántico central. Por su envergadura el U-847 podía emplearse en esa tarea, se le acondicionó rápidamente y el 12 de agosto partió hacia el Caribe. Lo que Dönitz no sabía es que estaba perdiendo sus barcos nodriza debido a que Ultra descifraba los mensajes que estos cruzaban con los sumergibles a los iban a reabastecer de combustible, y el U-847 fue víctima de esto mismo. El 27 de agosto, mientras esperaba a un U-boot para el repostaje, fue atacado por los Avenger y Wildcat del portaviones de escolta USS Card, que lo torpedearon y lo enviaron al fondo con sus 62 tripulantes. De manera que el U-847 jamás llegó a incorporarse a la flotilla del Lejano Oriente.



Imagen: Un Wildcat del USS Santee. Los portaviones de escolta como el USS Santee o el USS Card fueron los peores enemigos de la flotilla Monzón.

De los once sumergibles de ataque enviados a Penang en junio y julio de 1943 sólo cuatro llegaron a su destino, y todos eran del tipo IXC/40. Había en Malasia un único sumergible del tipo IXD/2, el U-178, que había llevado al comandante de la flotilla, Wilhelm Dommes, pero su misión no era permanecer en el Índico, sino que debía regresar a Europa, hacia donde zarpó el 27 de noviembre.

Hasta este momento se habían perdido casi tantos sumergibles (7) como mercantes habían logrado hundir (9). El U-boot más exitoso era el U-533, que había echado a pique cinco mercantes, seguido del U-188 con tres presas, y el U-168 con otra.

En el otoño de 1943 la flotilla Monzón para operar en toda la vastedad del océano Índico contaba únicamente con cuatro sumergibles de combate, más los tres de transporte de la Operación Aquila.

El 8 de septiembre de 1943, cuando Italia firmó el armisticio con los aliados, se encontraban en Singapur los tres sumergibles italianos llegados ese verano. Habían cargado materiales estratégicos y estaban a punto de partir de regreso a Europa cuando llegaron las noticias del cese de Mussolini. De inmediato tropas japonesas ocuparon los barcos y tomaron a los italianos como prisioneros, sin ninguna resistencia por parte de estos. Puestos ante la disyuntiva de unirse a los alemanes en Penang o ser enviados a campos de prisioneros, la mayoría de los marinos italianos optaron por continuar luchando bajo la bandera alemana. A los barcos se les dotó de una tripulación mixta germano-italiana y se les cambió el nombre: el Luigi Torelli se convirtió en el UIT-23, el Comandante Cappellini en el UIT-24 y el Reginaldo Giuliani en el UIT-25.

En principio los sumergibles de transporte de la operación Aquila debían haberse dedicado a hacer una travesía constante entre Europa y Malasia, llevando hacia Alemania materiales estratégicos como caucho y estaño, y regresando a Penang con torpedos y piezas de recambio para los U-boot. Pero en la práctica no lograron cumplir esta misión. Resultaron ser demasiado vulnerables frente a los aliados. Ya se habían perdido dos en junio de 1943, el Barbarigo y el Tazzoli, y volverían a perderse otros dos en 1944. El UIT-23 fue torpedeado y hundido por el sumergible británico HMS Tallyhoo el 13 de febrero cerca de Singapur. Y el UIT-22, enviado desde Bordeaux para abastecer la base de Penang, fue avistado el 11 de marzo por hidroaviones Catalina que lograron hundirlo con cargas de profundidad antes de que llegara a su destino.

Ante estos nefastos resultados, el capitán Wilhelm Dommes destinó el UIT-24 y el UIT-25 a realizar transportes entre Singapur y Japón, dado que la flota mercante japonesa estaba siendo diezmada por los americanos.

Con tan exiguos efectivos, aunque los aliados contaban con muy escasos medios antisubmarinos en el océano Índico, lo que podía hacer la flotilla Monzón era poco significativo. Por lo que Dönitz ordenó el envío de una segunda oleada de sumergibles con destino a Penang tras el verano de 1943: tres potentes tipo IXD/2 y un tipo IXC.

Los resultados fueron desalentadores: ninguno de los tres sumergibles de mayor tamaño consiguió siquiera salir del Atlántico. El U-848 fue atacado el 5 de noviembre al suroeste de la isla de Ascensión por nada menos que tres Liberator y dos Mitchell americanos. La inmersión del buque no le libró de un auténtico diluvio de cargas de profundidad que lo destruyeron. El día 25 del mismo mes corrió igual suerte el U-849, aunque contra él se bastó un único Liberator americano, que lo hundió en el estuario del río Congo. Y menos de un mes después le llegó el turno al tercer sumergible del tipo IXD/2, el U-850, que a la altura de la isla de Madeira sufrió el ataque de los Avenger y los Wildcat del portaviones de escolta USS Bogue.

En los tres buques perdidos murieron sus 192 tripulantes.

Tan sólo el U-510, el más pequeño de los cuatro, tipo IXC, logró llegar a Malasia, lo que no suponía un refuerzo significativo para la flotilla Monzón.

Por si esta escasez de efectivos no fuera suficiente limitación para sus actividades, el fracaso de la Operación Aquila hizo que la base de Penang se quedara corta de torpedos. Como los sumergibles italianos de transporte no podían hacer la travesía a Europa, Dommes decidió enviar tres de sus sumergibles alemanes. Navegarían hasta Francia con materiales estratégicos y regresarían cargados de torpedos. Sin embargo la fortuna no fue su compañera. De los tres sumergibles enviados a Francia a principios de 1944 sólo uno alcanzó su destino, el U-188, que llegó a Bordeaux el 19 de junio, apenas dos semanas después del desembarco de Normandía, por lo que en vez de ser enviado de regreso a Malasia fue destinado a combatir contra la flota de invasión.

Los otros dos sumergibles enviados por Dommes tuvieron que regresar a Penang debido a la pérdida del buque nodriza Charlotte Schliemann. Éste se encontraban repostando al U-532 el 11 de febrero al sur de la isla Mauricio cuando fueron avistados por un catalina.

El hidroavión dio aviso a un destructor cercano, el HMS Relentless, que a 30 nudos alcanzó pronto a los alemanes. Varios torpedos del destructor alcanzaron al barco nodriza mientras el U-532 entraba en inmersión. Se sumergió todo lo posible y permaneció en silencio, tratando de engañar al destructor británico, pero éste no se dejó engañar y permaneció al acecho sin abandonar la zona. Sólo después de tres interminables días el HMS Relentless se marchó al fin, y el sumergible pudo volver a la superficie y poner rumbo de regreso a Penang. No había repostado suficiente combustible para continuar su camino hacia Europa.

La situación se agravó todavía más cuando a la pérdida del Charlotte Schliemann se sumó la de su otro barco nodriza, el Brake, al mes siguiente, al ser avistado el 12 de marzo por los aviones del HMS Buttler. Una victoria más de los portaaviones de escolta.
La perdida de los dos buques nodriza era un síntoma de que la presencia aeronaval aliada comenzaba a ser abrumadora también en el Índico. Sin embargo, la situación en el Atlántico resultaba tan angustiosa para los U-boot que Dönitz envió a lo largo de 1944 dieciocho sumergibles hacia Penang. Sólo la mitad, nueve, llegaron a su destino.

El U-177, del tipo IXD/2, que zarpó de Francia el 2 de enero fue hundido un mes después por un Liberator americano sin haber llegado siquiera a dejar el Atlántico.

El 12 de febrero zarpó de Noruega el U-1059, un sumergible de transporte del tipo VIIF con un vital cargamento de torpedos para la flotilla Monzón, pero fue interceptado y destruido a la altura de Cabo Verde por los aparatos del portaviones de escolta USS Block Island.



La suerte del U-801 es ilustrativa de la situación, partió de Francia el 26 de febrero y 18 días después, a la altura de Cabo Verde, resultó atacado por los Avenger del USS Block Island, y por los destructores USS Corry y USS Bronstein. También cayeron víctimas de los aviones aliados el U-860 y el U-863. El U-851 despareció en el Atlántico sin que se conozca la causa.

Otros estuvieron a punto de alcanzar la base de Penang pero casi a las puertas de su destino fueron torpedeados por sumergibles británicos apostados en aquellas aguas precisamente para interceptar unidades de la flotilla Monzón. Ese fue el final del U-859 y del U-198.

Otro que tampoco alcanzó Penang fue el U-852. El 3 de mayo fue atacado por seis Wellington y quedó muy dañado. El comandante, Heinz-Wilhelm Eck, sabiendo que ya no podría alcanzar su destino, puso rumbo a la cercana costa de Somalia con la intención de dejar a los tripulantes en tierra antes de hundir su propio buque para evitar la captura. Pero los británicos se le anticiparon y ya en la costa se apoderaron del sumergible antes de que los alemanes lo echaran a pique. Se trataba de un tipo IXD/2, y a bordo de él descubrieron un artefacto cuya existencia ni siquiera sospechaban: un helicóptero especialmente diseñado para operar desde sumergibles.

El Fa-330 “Bachstelze” era un helicóptero sin motor, de sólo 80 kilogramos de peso y con un diámetro de aspas de 8 metros. Permanecía sujeto a la torre del sumergible por un cable, de manera que tras un primer impulso a mano para mover las aspas ascendía por la fuerza del viento en contra, igual que una cometa. Todos los U-boot del tipo IXD/2 contaban con uno. Su tarea era la observación, podía ascender hasta 240 metros de altitud, siempre sujeto a la torre del sumergible por el cable, y el piloto-vigía se comunicaba por teléfono con el barco. Desde esta atalaya móvil el rango de observación de los IXD/2 podía llegar a tener un radio de 45 kilómetros, frente a los 10 km habituales.

El problema que presentaban era que se tardaba demasiado tiempo en recoger al piloto en caso de ataque aéreo. Por ese motivo no se emplearon nunca en el Atlántico Norte, donde había demasiadas patrullas aéreas enemigas, pero con el tiempo tampoco resultaron útiles en el Atlántico Sur ni en el Índico por la proliferación de portaviones de escolta.

Se construyeron en Alemania 200 de estos helicópteros Fa-330, y el único que cayó en manos de los aliados fue el del U-852.
Los aliados se quedaron sorprendidos de la sencillez del vehículo y comprendieron, al fin, porque a veces los sumergibles alemanes producían en las pantallas de radar ecos tan grandes: eran las aspas del helicóptero rotando.

El Fa-330 no sorprendió sólo a los aliados. Los japoneses también se habían sentido intrigados por el artefacto cuando lo habían visto en Penang, y aprovechando que Dommes siempre andaba falto de medios, consiguieron convencerlo para que les entregara uno de esos helicópteros a cambio de un avión de transporte.

El U-852 es recordado también por otro aspecto. El 13 de marzo, ya en el Índico, había hundido un mercante griego, el Peleus. Los marineros de ese barco pudieron subir a los botes salvavidas, pero el comandante del sumergible ordenó ametrallarlos hasta darlos a todos por muertos. Uno de los náufragos sobrevivió, sin embargo, y sobre la base de su testimonio se juzgó en Nuremberg, tras la guerra, se condenó a muerte a Heinz-Wilhelm Eck y a dos de sus oficiales. Fue el único comandante de U-boot condenado por crímenes de guerra.

De los sumergibles que sí alcanzaron Penang algunos no sobrevivieron mucho tiempo en aquellas aguas. El U-1062, un gran submarino de transporte, del tipo VIIF, con un vital cargamento de 39 torpedos, arribó a Penang y pudo entregar a Dommes su valiosa carga, pero en el viaje de regreso a Europa, transportando materiales estratégicos, fue hundido el 30 de septiembre por el destructor USS Fessenden (en la imagen).

El U-537 y el U-196, ambos llegados a Malasia en agosto, resultaron hundidos en su primer crucero por el Índico, uno el 9 de noviembre y el otro el 1 de diciembre.

Al U-168 lo cazó el sumergible holandés HrMs Zwaardvisch el 6 de octubre en el mar de Java.

Dos de los sumergibles que alcanzaron Malasia lograron regresar a Europa después con pequeños cargamentos de materiales estratégicos, el U-843 y el U-861. En tanto que otros permanecieron operando en el Índico el U-195, el U-219, y otros dos que merecen una mención especial por sus logros:

- el U-181, del capitán Kurt Freiweld, el más exitoso de todos los sumergibles de la flotilla Monzón, logró echar a pique 27 mercantes aliados, con un total de 138.779 toneladas, y el U-862, del capitán Heinrich Timm, el único sumergible alemán que operó en el Océano Pacífico. Llegó a tener a la vista el puerto australiano de Sidney, y en sus inmediaciones hundió el 25 de julio el mercante americano Robert J. Walker, de la clase Liberty. Durante su permanencia en la Flotilla Monzón logró hundir 7 barcos, y además consiguió el difícil éxito extra de derribar un Catalina cuando le estaba atacando.

Los meses de julio y agosto de 1944 fueron los de mayor efectividad de la flotilla Monzón contra los mercantes aliados en el Índico, pero la situación logística era tan precaria que en septiembre estaban todos los U-boat en puerto por falta de torpedos. Varios sumergibles fueron dedicados de manera permanente a labores de transporte, bien hacia Europa o bien para los japoneses: U-180, U-195, U-219 y U-234.

Todavía en 1945 dos sumergibles más partieron de Noruega, hacia Asia, aunque ninguno de los dos completó su viaje. El U-864, apenas cuatro días después de zarpar de Bergen, fue torpedeado y hundido por el sumergible HMS Venturer.

El U-234 tuvo una historia algo más rocambolesca, Partió de Noruega el 16 de abril de 1945 con un cargamento “especial” con destino no ha Malasia sino al mismo Japón. Transportaba dos oficiales de Inteligencia japoneses, varios ingenieros alemanes de alto nivel, planos de las más modernas armas secretas, un Me-262 desmontado, y 560 kg de uranio. Mucho se ha hablado del posible destino que los japoneses pensaban darle a ese mineral, pero lo cierto es que no constituía ningún peligro para los aliados. Se trataba de U238, un isótopo no fisible que para llegar a proporcionar material utilizable en un arma atómica debe someterse a un procesamiento para el que ni los alemanes, ni mucho menos los japoneses, disponían de la tecnología ni de las materias primas necesarias.

El 4 de mayo de 1945, todavía en el Atlántico Norte, el U-234 recibió, como todos los U-boot, la orden de Dönitz de cese el fuego, y su comandante decidió rendirse. La nave puso rumbo a Nueva York y los dos oficiales japoneses que llevaba a bordo se suicidaron ritualmente para no caer prisioneros.

En la imagen el U-234 se rinde al USS Sutton:



El último sumergible que perdió la flotilla Monzón fue el U-183, hundido el 23 de abril de 1945 en el mar de java por el submarino USS Besugo (no es traducción, se llamaba así).

Pocos días después, el 5 de mayo, llegaba la noticia de la rendición alemana. Los japoneses ofrecieron a los marinos alemanes continuar la lucha, como habían hecho los italianos de la Operación Aquila, pero Dommes y sus hombres optaron por claudicar. Fueron internados en Singapur y sus barcos dotados de tripulación japonesa: sólo quedaban cuatro sumergibles de ataque, el U-181 se convirtió en el I-501 de la Armada japonesa, el U-862 se designó I-502, el U-219 fue el I-505 y el U-195 se denominó I-506.

Los dos sumergibles de transporte supervivientes, el UIT-24 y UIT-25, originariamente italianos, fueron designados como I-503 y I-504. Son los únicos barcos que llegaron ondearon las tres banderas del Eje.

A Wilhelm Dommes y a los demás marinos de la Operación Monsun no les quedó ya nada que hacer más que esperar la rendición final de Tokio. En este último periodo de su permanencia en Malasia no recibieron buen trato de sus antiguos aliados japoneses, ni cuando pasaron a manos de los británicos se les dejó en libertad con prontitud. Fueron de los últimos prisioneros de guerra en poder regresar a Alemania. No llegaron a casa hasta abril de 1948.

El saldo de la Operación Monsun es totalmente negativo. No se contaba con buques adecuados para hacer la larga travesía intercontinental, no se recibieron suministros de manera regular, ni en la base de Penang hubo nunca suficiente personal técnico cualificado para el mantenimiento y las reparaciones de los sumergibles. No hubo coordinación con los japoneses, ni a nivel operativo, porque las doctrinas navales eran demasiado diferentes, ni a nivel logístico, porque la misma capacidad japonesa en ese campo era pobre. Y la superioridad aeronaval aliada resultó abrumadora a partir de 1943 sin que Dönitz llegara a comprender jamás en qué se estaba equivocando.

La Operación Monsun es un ejemplo de planificación deficiente, de pésima colaboración entre aliados y de dispersión de recursos en escenarios secundarios que no aportan nada al esfuerzo principal.



Fuentes:

http://uboat.net/ops/monsun.htm
http://www.uboataces.com/articles-fareast-boats3.shtml
http://www.uboataces.com/articles-fareast-boats4.shtml
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/pacificoGER.html
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/pacificoITA.html
http://www.geocities.com/dutcheastindies/u-boatindia.html


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