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Carlos V y el Atlántico

En el imperio español no se pone el sol. Aquella frase tan repetida se hizo común probablemente a mediados del siglo XVI. Se la suele interpretar de una manera bastante vulgar para dar a entender que el poder de España y de su monarca se extendía en todas las partes del orbe. En realidad, el dicho tiene un alcance muy distinto; pertenece a una visión providencialista de la historia. En el libro bíblico apócrifo de Daniel se encuentra la idea profética de cuatro monarquías que están destinadas a dominar sucesivamente el mundo. De ahí arranca la antigua teoría histórica que identifica estas cuatro monarquías con los imperios más importantes: asirio o caldeo, persa, macedonio y romano, teoría que forma parte integrante del ideario mítico del mundo occidental hasta por lo menos el siglo XVII1 . Estos imperios han venido ocupando sucesivamente la hegemonía política y cultural y se da la casualidad de que surgen al este y se suceden de este a oeste, hasta aquel finisterre que constituye la península ibérica.