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Las tropas italianas en la guerra civil española.


CANTO FLECHA NEGRA.
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Partimos de Roma contra los bárbaros de Moscú
que en España, hasta la tierra han revolucionado.

De las iglesias y de los niños hacen escarnio inhumano.
Flechas de Italia y de España estamos prontos a luchar.

La Flecha Negra que de Jarama a Bilbao
por Aragón a liberado Tortosa
De los montes hasta el mar sangre de héroes vertió
Roma imperial Fascista paz y trabajó llevó.

Augusto Giannotti, Mariscal mayor de la Brigada de Flechas negras.

Iº. - DE ROMA A MÁLAGA.
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Antecedentes.

En 1934 la España monárquica miraba hacía Mussolini como aliado fundamental en su lucha contra el orden republicano. Estos contactos cristalizaron cuando el Duce se comprometió a proporcionar a la Comunión Tradicionalista armamento y formación para sus futuros oficiales. Grupos de alrededor de un centenar de hombres comenzaron a llegar a Italia en el verano de ese año, destinados a recibir instrucción militar.

El 19 de Julio, recién llegado a Marruecos desde Canarias, el general Franco envía a Luis Bolín a Roma para gestionar la compra de armamento y equipo. Mussolini duda, pero los primeros envíos de material francés a la republica terminan por convencerle. Inmediatamente ordena el envío de 12 bombarderos " Savoia", que habían pertenecido a los escuadrones 55,57 y 58 de la Regia Aeronautica. Es decir, material en servicio en aquel mismo momento en el ejército italiano. No excedentes o contratos de producción futura.

Así, a las 05.30 del 30 de Julio, los 12 bombarderos despegaban de Cerdeña. Tras 6 horas de viaje, solo 9 de ellos alcanzarían el Marruecos Español. Allí los 45 tripulantes se alistan en la legión, dando comienzo a la intervención italiana en la guerra civil española. Solo hacia 3 años que Franco había considerado a Italia la principal amenaza para España.(1)


El avance sobre Madrid.

Tras la llegada de los bombarderos, Italia envió en septiembre cazas Fiat Cr-32 (Chirri) y aviones de asalto Romeo Ro-37. En octubre ya son 75 los pilotos italianos en servicio en el tercio, apoyados por unos 150 auxiliares. Al mismo tiempo, desembarcan en España por Galicia y Andalucía pequeñas expediciones de hombres y material, básicamente unos 15/30 carros Fiat-Ansaldo 13/35, en modalidad convencional y lanzallamas, igual que baterías de acompañamiento 65/17 mm y otros calibres, totalizando mas de 50 piezas.

El primer hecho de armas de las fuerzas italianas tuvo lugar durante la toma de San Sebastián, donde participan los carros ligeros desembarcados en Vigo. Mientras tanto, fuerzas desembarcadas en Cádiz son concentradas en Cáceres, donde son revistadas por Franco el 18 de Octubre y pasan al frente de Madrid, donde combaten con distinción apoyando a las distintas columnas africanas. Se trata de menos de 300 hombres, sobre todo técnicos y oficiales destinados a manejar el equipo y a instruir a sus auxiliares españoles. Se mantienen constantemente en el frente, fluyendo de una columna a otra, siendo empleados siempre en los puntos decisivos. El 26 de noviembre, ceden el material a tropas españolas y son retirados del fuego, destinados de nuevo a Andalucía para ayudar a las tareas de organización de las unidades italianas que van a prestar servicio en España.

Málaga.

Mantener la situación como hasta entonces, es decir, recibir solo material, instructores y especialistas que eventualmente participasen en los combates ( como haría la legión Cóndor en su faceta terrestre), era lo que deseaban los españoles. Pero Mussolini, por diversas razones de prestigio y de política interna, decidió el envío de milicianos fascistas ( no tropas regulares) para combatir como unidades independientes dentro del ejército nacionalista. Franco se opuso cuanto pudo a esta medida, y cuando la aceptó trató de limitarla siempre que pudo. Pero en última instancia, Italia era su principal proveedor de armamento. No podía desairar al Duce.

Mussolini estaba enfurecido por la llegada de las brigadas internacionales a España. A pesar de que entraba en contradicción con los intereses de su política exterior, no podía resistirse a combatir en defensa de un régimen afín y a ponerse a la cabeza de la resistencia contra el comunismo internacional. En su imaginación, la lucha entre la luz y las tinieblas estaba en sus manos. Veía a los nacionalistas como un puñado de generales anticuados y de soldados incapaces. Sus camisas negras ganarían solos la guerra y cambiarían el destino del mundo.

Así pues, el 22 de diciembre desembarca en Cádiz la primera expedición de camisas negras, cuando ya existen 4 brigadas internacionales organizadas en defensa de la republica. Rápidamente fueron llegando nuevas expediciones de voluntarios fascistas, que eventualmente serian integrados en unidades convencionales por oficiales de milicias y del ejército regular. Frente a los que llegarían después, en este momento se trata sobre todo de miembros del partido fascista. Veteranos en parte de la campaña de Abisinia, y con una gran proporción de auténticos voluntarios. Destinados a combatir en el frente de Madrid o en alguna de las ambiciosas campañas que los italianos preveían (2), la mayor parte de sus medios de locomoción no habían llegado aún, y el retraso en la organización de la unidad convenció a muchos de que lo más indicado sería emplear lo ya disponible ( 8.000 hombres de primera línea, y algunos más en servicios de retaguardia) en una operación que Queipo de Llano llevaba retrasando desde las primeras semanas de la guerra: La toma de Málaga.

A pesar de la obsesión de los italianos por montar una gran maniobra destinada a poner toda Andalucía y Murcia en manos de los nacionales, Queipo les contuvo para organizar un asalto coordinado, por etapas, sobre el saliente republicano. Sin organización ni equipo, las milicias malagueñas, mal organizadas y olvidadas por el gobierno republicano (3) cedieron rápidamente sirviendo a las tropas italo-españolas una victoria en bandeja.


Las brigadas mixtas de flechas.

Contando con un excedente de oficiales y técnicos italianos, el alto mando español acordó con el italiano la creación de unidades mixtas, en las que el 80% de los soldados y el 30% de los oficiales, serian españoles, cubriendo los italianos el resto de plazas. Estas unidades combatieron con independencia orgánica del CTV. Se las puede considerar un expediente sencillo para lograr material e instructores italianos, sin aumentar la cuenta de la deuda española. De hecho, todos los puestos superiores y técnicos estaban ocupados por militares de esa nacionalidad.

IIº- DE GUADALAJARA A SANTANDER.
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Organización del CTV

Tras la victoria de Málaga, enfervorizado y con el total de su material, el recién bautizado CTV (4) es organizado al norte de Madrid para participar en la batalla. Su retraso ha supuesto una pequeña crisis, rápidamente superada, ya que se esperaba emplearlo para descongestionar el presionado frente del Jarama. Para cuando los italianos llegan al frente la situación está controlada. Pasan entonces a plantearse objetivos más ambiciosos.

Es el momento de máxima presencia italiana en España, cuando sus efectivos militares podrían alcanzar los 35.000 hombres. No existe ninguna seguridad acerca de los efectivos totales, ni documentos oficiales que permitan disponer de un número exacto, así que hay que aceptar esta cifra aproximada. (5).

Las fuerzas se ponen al mando del General de División Mario Roatta, hasta entonces jefe del servicio de inteligencia militar (S.I.M), y se organizan en divisiones, grupos de banderas, y banderas. Los nombres son meramente convencionales, siendo las banderas el equivalente de batallones, y las divisiones, de brigadas, ya que la más importante, la 4ª no llega a los 8.000 hombres y la 3ª solo tiene unos 6.000 soldados.

Así pues, cada división de voluntarios ( nada que ver con las del ejercito nacional), estaba formada por 3 grupos de banderas de 3 banderas cada uno. Cada bandera tenía 4 compañías, 3 de fusileros y una de máquinas con unos 600 hombres por bandera. Es decir, imitaba la organización terciaria del ejército italiano de la época. Era una organización muy “ligera”, que demostraría todas sus deficiencias en la S.G.M, pero que en España aún podía considerarse adecuada, a pesar de la superioridad aplastante de los carros soviéticos sobre los italianos.

En este momento aún usaban cascos modelo “Adrián”, de la PGM, que fueron sustituidos a partir de finales de 1937 por el nuevo modelo. En general el equipo disponible, aunque no moderno, era abundante. Comparados con las unidades nativas de uno y otro ejército, el contraste era notable.

Guadalajara.

Podríamos resumir esta batalla dejando claro que el frente italiano estaba, al final de la batalla y pese a su derrota, más avanzado que cuando comenzó la ofensiva, y que los italianos solo perdieron menos de 3.000 hombres entre muertos y heridos, así como unos 300 prisioneros. Esto sobre una base de más de 30.000 soldados.

Nadie puede dudar que constituyó una derrota, pero no tuvo las características de debacle que se le han venido atribuyendo por la mayoría de los autores de ambos bandos(6). Más aún dadas las espantosas condiciones metereologicas, y la desprotección absoluta de los flancos por los italianos en su avance, sorprende que las consecuencias no fuesen mas graves. Fue un avance mal planeado, peor dirigido y sobre todo, basado en apreciaciones erróneas sobre el enemigo. Todas las bravatas y las ilusiones de Mussolini se ahogaron en el barro.

Composición del CTV durante la batalla de Guadalajara.

1ª División: Dio Lo Vuole. ( Solo parcialmente motorizada). Grl. Rossi.

2ª División: Fiamme Nere. ( Ídem). Grl. Coppi. Bajo su mando estaban los 2 grupos de banderas independientes, llamados indistintamente y sin propiedad, Grupo o División, XXIII de Marzo ( por la fecha de fundación del partido fascista, e inicio de la era del mismo nombre).

3ª División: Penne Nere. ( Totalmente motorizada). Grl. Nuvoloni.

4ª División: Voluntarii Littorio. ( La mejor dotada de vehículos). Grl. Annibale Bergonzoli (7). Organizada en la ciudad fascista de Littorio, era la única en la que los voluntarios procedían mayoritariamente del ejército, y no de las milicias del partido. En ocasiones llega a calificársela como división del “ Regio Essercito”, lo que técnicamente no es correcto. De todas formas, tenía fama de “regular”, y era la mejor valorada por el cuartel general de Salamanca.

Además de esto, una agrupación de blindados con 4 cias, artillería de cuerpo de ejército hasta un numero cercano a las 200 piezas y las unidades correspondientes de servicios e ingenieros.

La derrota ante los republicanos dio lugar a una amplia reestructuración de la unidad italiana, en la que los elementos menos combativos fueron devueltos a Italia. Aunque el grado de voluntarios fue alto, no puede olvidarse que un buen número de los soldados eran milicianos sin entrenamiento militar especifico, formados en unidades poco cohesionadas. Igualmente, existían en número notable voluntarios desengañados, algunos de los cuales alegarían haber sido engañados o directamente forzados. De todas formas, la mayor parte de estos testimonios procede de prisioneros que trataban de congraciarse con sus captores, y de la época posterior a la caída del fascismo. En el sentido contrario, tampoco era la Italia fascista el lugar indicado para expresarse con libertad.

Vizcaya.

Mientras el CTV se reorganizaba, la brigada de Flechas Negras combatía en el norte. El excesivo entusiasmo de los mandos italianos volvió a conducir a una situación critica cuando uno de sus batallones fue copado en Bermeo. Por suerte, el resto de la brigada apoyada por los bous nacionales pudo romper el cerco. La agrupación XXIII de Marzo, en proceso de re-estructuración participó en la batalla solo algunos días, volviendo luego a la retaguardia de las brigadas de Navarra.

Santander.

Mussolini había dado una consigna a sus tropas: “ O vincere o non si torna”. Pero lo cierto es que ya se había procedido a la repatriación de heridos y elementos poco combativos. Era políticamente importante para él lograr una gran victoria que borrase la vergüenza de Guadalajara, y sobre todo, la publicidad negativa que había recaído sobre las tropas fascistas. Por eso, aunque no se consideraban necesarios tras la caída de Vizcaya, se reservó al C.T.V “ una de las acciones principales”. Tras su reorganización, el C.T.V contaba con los siguientes elementos, bajo el mando del general de C.E Ettore Bastico (8).

-División Llamas Negras: Frusci.
-División XXIII de Marzo: Francisci. Organizada ahora sobre el esquema regular del Regio Essercito.
-División de asalto Littorio: Bergonzoli.

Más un destacamento Celere, dividido en apoyo de las divisiones, artillería y servicios.

La brigada mixta de flechas negras seguiría operando desde la costa, mientras que el C.T.V fue destacado al sur de Cantabria para participar en una ambiciosa maniobra de envolvimiento. Tras una difícil ruptura, las fuerzas italianas avanzaron rápidamente hacia Santander. El frente se rompe el 16 por Reinosa, y el 26 el C.T.V entra en la capital cantabra. A pesar de su importante motorización se ve obligado a compartir la primacía de la conquista con las brigadas de Navarra que avanzaban a pie.

Mussolini ha logrado su victoria, así que el C.T.V es retirado de la campaña del Norte, reservándose para operaciones más importantes y decisivas.



IIIº- DE ARAGÓN AL MAR LATINO.
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La Brigada de Flechas azules.

Con solo un 5% de tropa italiana y compuesta mayoritariamente por reclutas extremeños recibe su bautismo de fuego en Peñarroya y Llerena. Pasa después al frente de Aragón, donde se une a su hermana, la brigada de Flechas negras. Se formará una División de Flechas bajo el mando del general Roatta, que se ha visto postergado a causa de su derrota en Guadalajara.

El Cuerpo de Ejército Legionario.

Tras todo tipo de discusiones entre el E.M nacional y Mussolini, fruto del desconocimiento de este y sus asesores de la realidad militar en España, se acuerda la participación del C.T.V en la ofensiva de Aragón. Mussolini cambia de opinión sobre el conflicto español casi cada día: Franco está perdido, la victoria está al alcance de la mano, hay que sacar al C.T.V, hay que reforzarlo...Una política dubitativa y contradictoria que explica por si sola muchas de las susceptibilidades del mando nacionalista hacia sus aliados latinos..

El C.T.V es rebautizado como Cuerpo de Ejército Legionario, dentro de la reorganización general del Ejercito Nacional, y puesto bajo el mando del General de Brigada Berti, quedando como sigue:

-División de Asalto Littorio: Bergonzoli.
-División Llamas Negras-XXIII de Marzo.( Y Camisas Negras): Francisci. Fruto de la agrupación de los mejores elementos de las tres anteriores.
-División de Flechas: Roatta.

Es decir, ya solo quedan 2 divisiones italianas en España, y un pequeño elemento en la división mixta. Teniendo en cuenta que solo en la ofensiva de Aragón participan 24 divisiones nacionales, el componente italiano se ha vuelto minúsculo en el ejercito nacionalista. No obstante, el equipo, la instrucción y la oficialidad siguen siendo predominantemente italianos en las unidades de flechas. De ahí que toda la infantería emplee equipo italiano, como el rifle italiano Parravicino-Carcano 1891 en lugar del Mauser de ordenanza. ( Con el problema logístico que esto implica)

La ofensiva de Aragón.

Las divisiones italianas combatieron de un modo excelente, pero el merito de ser los primeros en llegar al “mar latino” fue a parar a las divisiones de Navarra. Hay que decir en descargo de los italianos que combatieron en un frente geográficamente difícil y frente a las mejores tropas de la republica, las de Líster. Han combatido unos 36.000 hombres en el C.E Legionario, pero casi un tercio de esas fuerzas son españolas.

Levante y el Ebro.

Las tropas italianas participaron de modo marginal en la ofensiva sobre Levante, aunque la posibilidad de tomar Valencia había hecho volar de nuevo la imaginación de Mussolini.(9). Las firmes defensas de la capital republicana retardaron el avance y lo hicieron detenerse completamente cuando hubo que hacer frente a la ofensiva republicana del Ebro. (10). La batalla del Ebro volvió a despertar los viejos temores de Mussolini sobre una derrota en España(11). El C.T.V había tenido ya mas de 2.000 muertos y 370 prisioneros (ampliamente publicitados por los republicanos), así que se negoció con Franco la reorganización y fortalecimiento del C.T.V o su repatriación. Naturalmente lo que se pretendía era dejar a Franco la responsabilidad del regreso de las tropas, ya que el general nunca había dejado de presionar a favor de la retirada del C.T.V. De ese modo Mussolini podía salvar las apariencias, cumplir con el comité de no-intervención y desengancharse de una guerra que ya duraba demasiado y que no tenía visos de terminar.

Así pues, el 20 de Octubre de 1938 una gran expedición de 10.000 veteranos llega a Nápoles. Son recibidos por el rey-emperador y Ciano, con ausencia de Mussolini, que no soporta ser eclipsado por el monarca. Como contrapartida, la republica tiene que renunciar a sus brigadas internacionales.


IVº- DE CATALUÑA A ROMA.
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El Cuerpo de Ejército Legionario en Octubre de 1938.

Mussolini no quiere dar la impresión de que abandona a Franco, así que se deja una sola división en territorio español, quedando también bajo el mando italiano las tropas de las divisiones de Flechas por motivos políticos.

Comandante en Jefe: General de División Gambara.
-División de Asalto Littorio: Bitossi. ( Solo 2 regimientos, constituida con la antigua Littorio y el XXIII de Marzo).
-División de Flechas Negras: Babini.
-División de Flechas Azules: La Ferla.
-División de Flechas Verdes: Battisti.

En total apenas 26.000 hombres, y eso teniendo en cuenta que las divisiones de Flechas son españolas al 90%. El proceso de “militarización” de las fuerzas italianas también se ha completado. Cuentan incluso con unidades regulares de Bersaglieri y batallones de arditi. Los profesionales ya ostentan el dominio total de la expedición ahora que Mussolini se ha aburrido de ella.

A pesar de la fama de “motorizado” del C.T.V hay que recordar que sus unidades de exploración estaban compuestas por algunos motoristas, pero mas frecuentemente por unidades de caballería italianas y españolas. Algo lógico si tenemos en cuenta que sus medios acorazados serían considerados en cualquier otro ejército moderno como simples vehículos de exploración.

La batalla de Cataluña.

El C.T.V combate en el centro del dispositivo nacional durante el avance sobre Barcelona. No se trata de ningún puesto de honor como han afirmado algunos, sino todo lo contrario. Lejos de la costa está lejos de Barcelona. Aunque nuevamente los hombres de Lister les hacen pagar un durísimo precio (12), el Cuerpo Legionario actúa como nunca. Tal vez por eso, aumentan las susceptibilidades y los roces con los otros C.E que tratan de avanzar lo más posible en una carrera por superar al resto de fuerzas. No obstante, tal vez por no herir a los franceses mas de lo necesario, por disimular la presencia de las tropas italianas o por que ya no necesita transigir con estos, Franco no permite que el C.T.V entre en la capital catalana.

Madrid.

Ya que se evita la cercanía de los italianos a la frontera francesa por motivos políticos, estos son desviados a la zona centro para participar en la proyectada ofensiva final. Ocupa Aranjuez, y derrumbado el frente republicano, ocupa Albacete y Alicante sin lucha. La ofensiva de la victoria es un paseo triunfal.

“ Es una nueva y formidable victoria del fascismo, acaso la mas grande hasta ahora”.
Conde Ciano.

Epilogo en Roma.

Reunidos en Cádiz, los soldados italianos regresan a su país en compañía de un destacamento de oficiales y falangistas españoles al mando de Serrano Suñer. Recibidos en Nápoles por el rey y Ciano, se destaca una comisión para cumplimentar a Mussolini. Era el único modo de concluir la aventura del C.T.V, ante el hombre que lo había hecho posible frente a la oposición total de políticos y militares. Así, soldados de la división flechas negras desfilan por Roma. Según Bueno, el Teniente Lafuente al mando de una compañía española distinguió entre el público a S.M d. Alfonso XIII. Sin dudarlo, rindió honores al antiguo monarca, siendo esta la última ocasión en que recibió el saludo de soldados españoles.


Vº- CIFRAS.
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Aunque existe un baile de cifras muy notable en cuanto a la participación de la infantería italiana en el conflicto español, podemos afirmar en términos generales que hubo un continuo aumento hasta Guadalajara, y luego un constante retroceso hasta el 1 de abril del 39.

Guadalajara: 36.000.
Santander: 29.000
Aragón: 26.000
Octubre de 1938: 12.000

Sin entrar en especulaciones, la cifra de soldados italianos en España iría de 50.000 a 60.000. El mismo número tiene una clara intencionalidad política. ¿ Hubo más italianos que brigadistas internacionales?.

En cuanto a bajas, el C.T.V tuvo 4.000 muertos. La mayoría están enterrados en la torre-osario de San Antonio, Zaragoza, y el resto en la Basílica-Osario del puerto del Escudo, en la CC.AA de Cantabria. Como ejemplo comparativo, con una fuerza parecida ( 40.000 hombres), España solo pudo mantener una división en el frente del Este durante la S.G.M y sufrió por ello 5.000 bajas mortales. Italia mantuvo un C.E completo, pero con divisiones del tamaño de brigadas y rotando mucho menos al personal combatiente.

En las divisiones se mezclaban los rangos de la milicia fascista con los del ejercito italiano, y ambos tenían que trasladarse a la organización española. Es decir, un organigrama independiente como el de las Waffen SS con nombres de resonancia mítica: Centurión, Cónsul, Cabo manipulo...

En un primer momento todos los combatientes fueron voluntarios, aunque en muchos casos se tratase de voluntarios “interesados”, es decir, gente ansiosa de ascender en la administración, hacer meritos ante el partido, justificar sus puestos...Lo que si puede afirmarse es que ni el gobierno ni el partido fascista coaccionaron a nadie, aunque hay que reconocer que un buen número de combatientes no tenía ni la menor idea de lo que era España y su guerra...ya que nadie podía saberlo en aquel momento. La moral del C.T.V fue decreciendo a medida que la guerra avanzaba y los soldados no recibían la más mínima noticia acerca de la repatriación. Muchos habían imaginado una campaña rápida y victoriosa al estilo de Abisinia, y se encontraron sirviendo mas de 18 meses en filas. El peso que tuvo esta situación sobre su moral fue aplastante, aunque el C.T.V era regularmente destinado a retaguardia para descansar...con las consiguientes acusaciones de cobardía por parte de sus camaradas de armas españoles.

Notas.

1- De hecho el primer plan operativo realizado por Franco como comandante de las Baleares estaba destinado a rechazar una invasión italiana.

2- A saber: Salir de Burgos, romper el cerco sobre Zaragoza y cortar la zona republicana llegando al mar en Valencia, tomando la capital republicana. En resumen: ganar solos la guerra en 3 meses. También cercar Madrid rodeándolo ( algo que probarían en Guadalajara).

3- Por ejemplo, los republicanos de Málaga no tenían una sola pieza anti-carro, ni ningún tipo de apoyo naval, siendo el apoyo aéreo y la defensa antiaérea despreciables. Por parte nacional, se empleaba contra ellos toda la flota y la sección mejor armada y equipada de su ejercito: Los camisas negras.

4- Hasta el nombre refleja el absoluto desprecio de Mussolini por el comité de no-intervención. Solo hubiese faltado llamarlo “italiano”. Mussolini se negaba a integrar a sus tropas en unidades mixtas bajo mando español, incluso aunque eso supusiese destacar llamativamente la presencia de sus tropas, que, en palabras de la propaganda oficial: “ Burlaban las fronteras y el control policial para unirse a la lucha de sus hermanos españoles”. Existe igualmente cierta confusión sobre el significado de la “C” del acrónimo. Alcofar Nassaes es categórico en su afirmación: Commando. Posiblemente la lectura “Cuerpo”, proceda de las tablas de organización nacionales, donde una unidad formada por “divisiones” tenía que ser forzosamente un Cuerpo de ejército integrado en uno de sus Ejércitos. De hecho es así como suele constar: “ Cuerpo de Ejército Voluntario”. De hecho, algunas brigadas de Navarra tenían el tamaño de divisiones....pero “tenían” que ser brigadas mientras dependiesen de la división orgánica de Burgos.


5- Martínez Bande habla de 35.222, lo que resulta muy ajustado pero razonable ya que la mayor parte de historiadores, sin citar fuentes concretas, traza una cifra que va de los 30.000 a los 40.000. Ni siquiera Ciano parece aportar en sus memorias datos fiables. De todas formas es factible que en toda la guerra, contando la rotación de unidades, podamos hablar de casi 70.000 voluntarios fascistas.

6- La prepotencia italiana también debió contribuir a exacerbar los juicios negativos por parte de los nacionales y de los alemanes, al tiempo que la propaganda de la internacional comunista y de los anti-fascistas la convertían en la primera derrota del fascismo, y en el glorioso triunfo de las fuerzas “democráticas”. En todo caso, demostró que la “guerra celere” no estaba a la altura del equipo militar italiano, escaso e inadecuado. Cada nación, o mejor dicho, cada bloque, extrajo las enseñanzas que le pareció oportuno de esta actuación: Los nacionales y los alemanes, que conocían las carencias materiales de los italianos, y les despreciaban como soldados, ni se tomaron la molestia de estudiar el suceso. Los franceses y los rusos, y en menor medida los ingleses, lo tomaron como una demostración de que las modernas teorías sobre la guerra mecanizada ( aunque sería mejor decir motorizada) habían demostrado su falta de validez sobre el campo de batalla. ( Hugh Thomas). “ Avante, Avante...con el requeté delante”.

7- Es este el mismo Barba Eléctrica, apodo que al parecer le dio Mussolini, que se comportaría con distinción durante la derrota italiana de 1940 en Libia. Defendió Bardía y Tobruk durante la retirada, hasta que fue capturado en Bengasi. Fue el general mejor considerado del CTV, y podía tener a gala que había recibido varías heridas en Abisinia y en España.

8- El famoso “Bombástico” de Rommel, ridiculizado constantemente en sus escritos. Ya había mandado una “ XXIII de Marzo”, la 1ª división de Camisas Negras en Abisinia, y se pensó en el como reorganizador del C.T.V tras Guadalajara. En 1941 fue nombrado Gobernador de Libia y SUPERASI, Comandante en Jefe de las fuerzas armadas de África. Encargado sobre todo de los asuntos logísticas ( que no resolvió precisamente), tuvo muy poca influencia sobre la actuación de Rommel en el campo de batalla. En 1942 se le ascendió a Mariscal para “endulzar” el hecho de que Rommel pasó a recibir ordenes directamente del Cuartel General de Italia.

9- Realizar un desembarco en la costa, rodear Valencia... El propio Ciano nos describe a Mussolini jugando con un mapa y banderitas como un niño con sus soldados de plomo. Desarrollaba planes imposibles que rechazaba después por planes aún más peregrinos.

10- La batalla del Ebro es para los italianos el avance hacia el mediterráneo realizado a orillas de este río. Algunos autores defienden que Franco no empleó a los italianos en el Ebro ya que existía la posibilidad de una invasión francesa en apoyo de la republica para evitar el cerco de las potencias fascistas. Esta teoría se apoya en las presuntas presiones del gobierno francés al nacionalista para evitar la ocupación de Cataluña, y que desaparecieron tras el arreglo de Munich. En contra permanece el hecho de que las fuerzas italianas se reservaban invariablemente para operaciones móviles.

11- Mussolini ya veía derrotados a los nacionales, y Ciano ya pensaba en una guerra de 4 años más y una paz de compromiso al final. Italia quería desentenderse rápidamente de sus compromisos con un bando al que no veían como victorioso... ¡ A finales de 1938!. Incluso veían perdidos sus créditos por valor de 4.000 millones de liras, y su política internacional fracasada.

12- Un cabo de la sección especial de la 9º brigada de la 11ª división republicana, Celestino García Moreno destruye 3 carros con granadas y hace huir al resto de los 15 tanques italianos que iniciaron el asalto.