Stair an Eire. Beidh siad linn go deo (Historia de Irlanda)

Hemos de remontarnos al año 1.171 y al desembarco de las tropas inglesas en Waterfod. Aquí empieza la dominación británica en la isla de Irlanda. Aunque gobernada por los señores normandos, éstos pronto adoptaron el idioma y las costumbres irlandesas aliándose con los irlandeses durante los siglos sucesivos.

En 1536 mientras que galeses escoceses y galeses aceptan el protestantismo iniciado por Enrique VIII y continuado por su hijo Eduardo VI, los irlandeses se mantienen firmemente católicos. Protestantes ingleses y escoceses fueron enviados al norte de Irlanda como colonos. Las leyes por las que se regía la isla discriminaban toda fe católica, y la necesidad de tener la aprobación del Privy Council inglés para sus nuevos proyectos de ley, y, en general, para todo. Esto no mejoró al ser Jacobo II de Inglaterra, el último rey católico depuesto por el parlamento y reemplazado por Guillermo de Orange.

En el año 1.800 el parlamento aprueba el Acta de Unión del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Aunque esto es posible gracias al soborno masivo de los miembros del parlamento con tierras, títulos y todo lo posible. Las ventajas que esta firma suponían para Irlanda consistían en la abolición de las leyes penales discriminativas y la presencia de 100 comunes irlandeses en el parlamento británico. Aunque el rey Jorge III intentó incluso bloquear estas concesiones. Afortunadamente, se logró la emancipación bajo el liderazgo de Daniel O´conell que intentó sin éxito instaurar un gobierno irlandés independiente.

En un país en el que la agricultura consistía la base de la economía, y la base de la agricultura el cultivo de la patata, la plaga que en 1.846 se extendió por toda la isla diezmó la población en dos millones y medio de personas. Curiosamente, Inglaterra seguía una política de laissez-faire, promovida por el ministro Robert Peel, que creía en el no intervensionismo económico, y mientras que individuos anónimos intentaban recaudar fondos para ayudar en aquélla barbarie, la reina Victoria mandó un equivalente a 100.000 dólares. Curiosa ayuda para un territorio que consideraban suyo.
Los campesinos irlandeses se sentían que las tierras de sus antepasados habían sido robadas por los ingleses, que viviendo en Inglaterra, las relegaban al abandono y al olvido.

Irlanda vivió el mayor éxodo migratorio de su historia. La emigración a Estados Unidos fue masiva. Todavía hoy recuerdan esta época en la que tuvieron que abandonar su país sumido en la miseria y emigrar hacia destinos desconocidos. Quizá por eso son un país abierto. Porque no olvidan.
Así llegaba Irlanda a finales del siglo XIX. La población reducida a casi la mitad de lo que era a mediados de siglo. Sentimiento de abandono por parte de los ingleses, y al mismo tiempo de presencia intimidatoria. El sentimiento nacionalista, siempre presente, era ahora una fuerza imparable entre los jóvenes irlandeses.

Dos niños crecían en Irlanda.
Eamon de Valera, nacido en Nueva York de madre irlandesa y padre hispanocubano. Su familia se traslada a Irlanda cuando él tenía dos años. Educado por su familia materna crece en el condado de Limerick.





Eamon de Valera (en el centro)


Michael Collins nacido cerca de Clonakilty en el West-Cork. Sus padres eran granjeros, no ricos, pero tenían 145 acres de tierra, lo que en la época les daba una posición acomodada.
Dos jóvenes que crecían sintiendo el nacionalismo irlandés, sintiendo el legado de sus padres y en el caso de de Valera de su madre, y su familia materna. Miembros del Gaelic Athletic League y Collins del Irish Republican Brotherhood



Michael Collins


El paso a la lucha armada es cuestión de tiempo. En 1916 junto a Padraig Pearse y James Connolly toman parte en el Easter Week en la oficina general de correos en Dublín. Collins era el segundo al mando. Después de una semana de lucha, Pearse da la orden de rendición.
Fue un golpe militarmente desastroso, pero políticamente explosivo. Había nacido el IRA. El pueblo irlandés tenía conciencia de que vivían una guerra, de que estaban luchando por la libertad de Irlanda.
Son todos apresados y enviados a prisión. De Valera es sentenciado a pena de muerte. Los motivos por los que se libró de ella todavía son controvertidos. Estaba en una celda diferente a la de los demás. Era americano. La comunidad irlandesa americana presionó todo lo que pudo. Los ingleses tuvieron miedo de represalias políticas. Le commutaron la pena por la de cadena perpetua.
Collins vuelve a Irlanda en diciembre de ese mismo año y de Valera sale libre en la Amnistía de 1917.

El Sinn Fein era un partido monárquico y minoritario al que el gobierno inglés acusa injustamente de apoyar esta rebelión. Esto, paradójicamente, da una fuerza insospechada a este partido, convirtiéndose en republicano, y Collins como uno de sus principales líderes. En las elecciones de 1918 consigue 73 de los 105 escaños. Pero se niegan a ir al Parlamento inglés y se reúnen en la Mansión House de Dublín. Es el Dail Eireann o Parlamento Revolucionario irlandés. De Valera es arrestado y enviado a la Lincoln Gaol de donde escapa gracias a Collins y a su amigo Harry Boland.
De Valera viaja a América para recaudar fondos para el Sinn Fein y su causa, y durante todo este tiempo Collins se juega la vida en repetidas ocasiones visitando a la mujer y los niños de de Valera. El gobierno inglés ofrecía una recompensa de 10.000 libras esterlinas a quien diera información que contribuyera a su detención.
La guerra sigue. Implacable, cruel, devastadora. El 21 de Noviembre, los “Doce Apóstoles” escuadrón creado por Collins asesina a 14 oficiales británicos. En represalia, las fuerzas especiales inglesas, los Black and Tans, matan a doce personas que veían un partido de fútbol en Croke Park. Uno de los muertos era un jugador. Es el primer bloody sunday.

El IRA se quedaba sin armas, y los ingleses sufrían las críticas de la opinión pública. Empezaban rumores sobre negociaciones de paz.
En septiembre de 1921 de Valera es nombrado presidente de la República y empiezan las negociaciones. Curiosamente, en ves de ir él a Londres, manda a Arthur Griffith y a Collins. Collins se niega alegando que él es un soldado, no un político, pero sigue siendo el designado, con poder para actuar en nombre de de Valera.
El tratado que ofrece Inglaterra significa perder Irlanda del Norte, formar parte de la Mancomunidad británica y reconocer a Jorge V como soberano de la isla.
Michael Collins aceptó este tratado. ¿Por qué? Quizá pensó que era un principio. Creyó que era imposible recuperar la región el Ulster y que no tenía sentido seguir muriendo por algo imposible. Quizá pensó en su generación diezmada, en los jóvenes irlandeses muertos, en su país. En que podrían llamarse República Irlandesa. Pero firmó el tratado diciendo que firmaba su sentencia de muerte.

De Valera se opuso desde el primer momento. Y fue algo innegociable. Se creó el Free State o Estado Libre irlandés, con Michael Collins como comandante en jefe. Vio con dolor como en su país ahora empezaba una guerra civil. Ya no estaban cayendo ingleses, sino irlandeses. Sus compañeros. Soñaron juntos por lo mismo. Y ahora se estaban matando entre ellos.

Intentó de toda forma humana posible que esta lucha no siguiera adelante. Se negó a atacar Four Courts, donde los Irregulars, así llamados las fuerzas anti-tratado volaron más de mil años de expedientes irlandeses. Y la presión fue tal que el mismo Curchill le dijo que si él no lo atacaba, él mismo mandaría tropas para hacerlo.

El doce de agosto de 1922 moría Arthur Griffith. El dolor de ver a lo que les había llevado la firma del tratado y la misma situación pudo con él. Moría de puro agotamiento físico que se tradujo en una hemorragia masiva.

Ocho días más tarde Collins no quiso hacer caso a los que le aconsejaron que no fuera a visitar sus tropas en Cork. “No me matarán en mi casa”, dijo. Se equivocaba. Lo mataron muy cerca de allí en una emboscada en la que curiosamente, sólo murió él. Aún hoy no se sabe si fue alguien de los Irregulars, o alguien de su propio grupo. Miles de irlandeses le presentaron sus respetos y siguieron el cortejo fúnebre por las calles de Dublín hasta el cementerio de Glasnevin




Incluso siendo comandante en jefe del Free State, ayudaba al IRA. El pueblo irlandés lo sigue venerando hoy día con un sentimiento que habla por sí mismo. Hay quienes no lo comprenden, y quienes lo siguen sin comprender. Hay quienes prefieren una República Irlandesa de tres regiones que la posibilidad de perderla para siempre. Pero todos le dedican su respeto.

Sigamos adelante. Paran las acciones armadas. El IRA no entrega las armas pero abandona la lucha. De Valera sigue la suya particular como lo que es, un político. Dimite de la presidencia del Sinn Féin negándose a aceptar la Constitución del Estado Libre. En marzo de 1926 funda su propio partido, el Fianna Fail ( soldados del destino). Ganó electores rápidamente, pero se negó a dar el Juramento de Lealtad, llamado el Juramento de lealtad a la Corona por sus opositores, en realidad era un juramento al Estado Libre. Enfrentado entre permanecer fuera de la política para siempre si no lo prestaba, decide hacerlo en 1927. En las elecciones de 1932 consigue 72 escaños.

Enseguida intenta suprimir el juramento y retener las rentas que se debían al Reino Unido, recibiendo como venganza sanciones económicas a las exportaciones irlandesas. Esto sumió una vez más al pueblo irlandés en la miseria.
Convoca elecciones generales al siguiente año, ganando 77 escaños y la mayoría. Las sigue ganando hasta 1944.
Llega la II Guerra Mundial. Aliarse con Alemania supone una invasión por parte de Inglaterra. Aliarse con Inglaterra supone mayor confusión política en su país. Mantiene la neutralidad. Pero con ciertas peculiaridades:

- Los partes meteorológicos provistos por Irlanda sobre las condiciones del tiempo en el Atlántico ayudan a la sincronización del día D
- Muchos pilotos aliados “escapan accidentalmente” a Irlanda del Norte
- 45.000 hombres se unen a las fuerzas aliadas

Creyó asegurar la unidad política con esta medida. Después de la victoria aliada Churchill le criticó duramente, pero la réplica de de Valera le hizo ganar todavía más respeto y simpatía en su país
Pero su partido se debilitaba. Ganado en 1948 por la otra fuerza política irlandesa, el Fianna Gail (familia de irlandeses), sigue luchando por recuperar Irlanda del Norte. No tarda más que dos años en recuperar la presidencia en la que sigue hasta 1973. Moría al año siguiente siendo enterrado en el mismo cementerio dublinés que Michael Collins.
Pese a ser uno de los políticos más influyentes de la historia de Irlanda, sigue sumido en una profunda controversia. Algunos le acusan de sumir a Irlanda en el conservadurismo católico y de que sus faltas superan a sus aciertos. Pero su partido sigue hoy día ganando las elecciones irlandesas.

Y mientras tanto¿ qué pasaba en Irlanda del Norte? Insurrecciones armadas frustradas, escisiones internas en el IRA, que entonces estaba debilitadísimo. Pero el gobierno inglés encarcelaba gente inocente acusándoles de pertenencia al IRA, o de apoyo al mismo.
El 30 de Enero de 1972 más de 15.000 personas se manifestaban pacíficamente en contra de estas detenciones en la ciudad de Derry. La fuerza paracaidista británica, una de las más fuertes del ejército inglés respondió con tiros a lanzamientos de piedras. Murieron trece personas y resultaron heridas más de 30, una de las cuales murió días más tarde. Era el “Bloody Sunday” de 1972. Esto aumentó considerablemente el número de reclutamientos del IRA y el apoyo a la lucha armada.



Bloody Sunday Memorial




Mural dedicado a los caidos en el Bloody Sunday


En 1978 Gerry Adams, nacido en la circunscripción de Belfast Oeste, miembro de una familia católica activista y aliado al partido en 1964 se convierte en vicepresidente del mismo. Era considerado más radical que el líder sureño Ruarí Ó Brádaigh, y esto da lugar a nuevas escisiones internas. El Sinn Féin se negaba a ocupar sus escaños en el Parlamento inglés. Esto era llamado absentismo. Las opiniones sobre seguir con él o abandonarlo eran la razón de dichas incisiones. Pese a todo, Gerry Adams mantiene su liderazgo.
Pero a principios de los ochenta nuevos acontecimientos tienen repercusión internacional.


Robert George Sands, “Bobby Sands”, es un miembro activo del IRA encarcelado por posesión de armas utilizadas en atentar contra la vida de policías británicos. Es conducido a la prisión de Maze. Allí empieza una de las luchas más significativas de la Historia. Se niega a vestir el uniforme de dicha prisión, a realizar trabajos presidiarios, reivindica el derecho a que fueran tratados y denominados como presos políticos. El Sinn Féin aprovecha el clima creado y lo presenta a las elecciones a la circunscripción de Fermanagh & South Tyrone al parlamento británico. Es elegido el 9 de abril junto a Ciaran Doherty. Pero siguió luchando por lo que reivindicaba continuando con su huelga de hambre muriendo un més más tarde. Era mayo de 1981. Se convirtió en el símbolo de la resistencia a la ocupación británica.



Mural de Bobby Sands en Belfast


Pero Adams y sus compañeros defienden el abandono de la lucha armada y seguir por la vía política. El Sinn Féin pasa a ser un partido organizado profesionalmente. Adams participa en conversaciones secretas con cualquiera que le ayude a llegar a un acuerdo.
El IRA proclama una tregua en 1994, pero la lentitud en los avances en conseguir cualquier tipo de negociación les hace volver otra vez a la violencia.


Se consigue un alto el fuego con las negociaciones del Acuerdo de Belfast, o “Acuerdo de Viernes Santo” llamado así popularmente por firmarse en este día en 1998. Fue aprobado por el gobierno británico y por el gobierno irlandés y por Irlanda del Sur e Irlanda del Norte en sendos referéndums.

En dicho acuerdo se recogen entre otros puntos:

- Establecimiento de una Asamblea Legislativa en Irlanda del Norte
- Desarme de los grupos paramilitares
- Liberación de los presos paramilitares pertenecientes a las organizaciones que respeten el alto el fuego
- Reconocimiento oficial del idioma irlandés en Irlanda del Norte
- El derecho a llamarse y denominarse irlandeses


También Gerry Adams recibió críticas por parte de sus oponentes, acusado de “venderse”, porque al fin y al cabo, seguían formando parte del Reino Unido, pero él creyó que este acuerdo suponía una Irlanda Unida, o que era el mejor camino para ello, sin necesidad de más violencia. Y con él, todos los irlandeses residentes en el Norte de Irlanda, que votaron libremente en el referéndum. A día de hoy, Gerry Adams dirige el Sinn Féin en toda Irlanda.



Gerry Adams


Irlanda es un país curioso. Los irlandeses son personas amables y tranquilas. Es un país abierto cualquier irlandés recuerda cuando en la época de la Hambruna, ellos tuvieron que dejarlo todo e irse lejos. A veces me pregunto cómo han podido tener una historia tan sangrienta, cómo han podido verse envueltos en lo peor que le puede pasar a un país, una guerra civil. Pero puedo entenderlo, luchaban por su libertad, por su identidad, por su isla.
Hoy no quieren oir hablar de grupos terroristas ni de guerras. Se reúnen, beben Guinness, tocan el violín, el tambor irlandés, el flautín irlandés y la gaita irlandesa. Y el arpa celta. En cualquier pueblo de Irlanda un grupo de amigos se reúne todas las semanas para tocar una música maravillosa.
Pero hay que ir a los pueblos del Oeste para escuchar irlandés. En una población de cuatro millones de personas, existen cincuenta escuelas en las que la educación es en irlandés. Sus vecinos se llevan alrededor del 70% de la producción irlandesa y alrededor de un millón de irlandeses trabajan en el Reino Unido.
El centro de Belfast ofrece una ciudad moderna y sin vestigios de luchas pasadas. Pero sólo a veinte minutos caminando desde el centro uno puede tomar una calle que le lleva a Irlanda u otra que le lleva a Inglaterra. Por lo menos ya no hay presencia militar en ninguna de las calles. Uno puede pasear y ver los murales, los monumentos y pensar que forman parte del pasado. Terrible, doloroso, injusto. Pero no del futuro. No morirán más jóvenes de 27 años en huelgas de hambre. Los niños reirán libres. No es lo que Bobby Sands soñó, ni por lo que murió. Quizá esté más modificado de lo que a él y a otros muchos les hubiera gustado, pero el pueblo irlandés ha preferido dejar de ver morir a sus hijos y a sus hermanos. Slàn ( Adiós y que llegues sano y salvo a casa).


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