Natural de Zaragoza, había nacido en el barrio de San Pablo el 9 de noviembre de 1739.Hijo de Juan y María Martinez, Cerezo fue miembro de una familia infanzona y mediano hacendado. En muchas fuentes aparece como labrador y como comisario de aguas del Canal Imperial.

Cuando era joven había formado parte en 1766 de los conocidos como broqueleros que reprimieron el levantamiento del pueblo zaragozano contra el marqués de Avilés, intendente del Reino, motivado por las carestías en el suministro del pan. Citado en la Relación individual y verídica del suceso acontecido en zaragoza el día 6 de abril de 1766, escrita por Tomás Sebastián y Latre, donde recoge los 118 ciudadanos que reprimieron el motín.

Aquel levantamiento se conoció como "motín de los broqueleros", cuando en realidad fueron ellos quienes se encargaron de reprimir a los amotinados. Mariano Cerezo era, en ese momento, según se recoge en la relación Sebastián y Latre, un joven de veintidós años, soltero y de profesión labrador residente en el barrio de San Pablo.

El nombre de broqueleros les viene por haber usado para la represión de los amotinados cuchillos, espadas, carabinas y broqueles, que eran unos escudos redondos para protección personal, siendo premiados por su participación con el derecho a usar un escudo con un broquel, como se puede ver en el escudo todavía existente en la calle Villacampa de la ciudad de Zaragoza y como puede apreciarse en la lámina realizada por Gálvez y Brámbila, llevando un broquel en la mano izquierda y una espada en la mano derecha al frente de sus escopeteros.

 

Durante los sucesos de mayo que motivaron el levantamiento de la ciudad de Zaragoza el día 24, una vez conocida la marcha de la familia real hacia Bayona y los sucesos del 2 de mayo en Madrid, Mariano Cerezo formaba parte del grupo de medianos agricultores que participaría en los movimientos iniciales, entre otras personas su hermano y Jorge Ibor, conocido como el Tío Jorge, ciudadanos que tenían una gran influencia sobre la población.

Tras la organización de la Junta encargada de la defensa de la ciudad, Mariano Cerezo fue nombrado comandante de las compañías de escopeteros de la parroquia de San Pablo, por Decreto de Palafox el 20 de junio de 1808. Los escopeteros a sus órdenes y a las del Padre Sas, fueron una importante fuerza móvil que acudían a los lugares más comprometidos a cerras las brechas abiertas por las tropas francesas, gran parte de los escopeteros caídos en combate se encuentran enterrados en el fosal de la parroquia de San Pablo.

Mariano Cerezo lideró la defensa del castillo de la Aljafería durante el primer Sitio, palacio que defendió con varias compañías de parroquianos de San Pablo y una compañía de cazadores de la Legión Portuguesa, que había desertado del ejército francés. Tenía como encargado en clase de oficial a Lucas de Velasco, y en la de ayudante al subteniente de infantería Juan Antonio Viruete.

Entre los dos Sitios ayudó a trasladar a los franceses que había detenidos en Zaragoza, en una columna que partió el 25 de noviembre de 1808 hasta el castillo de Alcañiz, al mando del brigadier Antonio Torres. En la citada lámina de Gálvez y Brámbila viene recogido como uno de los paisanos que destacaron en la defensa de la ciudad, y en la que se indica, que era un labrador de la parroquia de San Pablo y capitán de una de las compañías del barrio de San Pablo, además de Gobernador del castillo de la Aljafería. En la lámina se puede leer:
Quando estos(los franceses)penetraban en la Ciudad este valeroso Aragonés salía por las noches armado de su espada y broquel haciendo prodigios de valor en las calles donde eran más el peligro y la refriega".

Fue nombrado miembro de la Junta Suprema de Gobierno de la ciudad, y en su condición participó junto con su presidente, Pedro María Ric, regente de la Audiencia, en las negociaciones para rendir la ciudad, realizadas el 20 de febrero de 1809 en la Casa Blanca, junto al Canal Imperial de Aragón, donde tenían su cuartel general los franceses.
La Junta Suprema que rindió la ciudad fue habilitada por el mariscal Lannes el 22 de febrero de 1809 para encargarse de preparar la entrada del vencedor en la destruida ciudad el siguiente cinco de marzo, para celebrar la victoria con diversos actos en el templo del Pilar, e incluso celebrando un banquete.

Murió Mariano Cerezo en su ciudad de Zaragoza con sesenta y cinco años, pocos días después de rendirse la ciudad a los franceses, el 13 de marzo de 1809, a consecuenci de la epidemia de tífus que sufría la ciudad.

En la calle Boggiero, esquina con la calle que lleva su nombre, en pleno barrio de San Pablo, se encuentra la casa donde vivió, y en recuerdo y consideración a su labor realizada durante los Sitios, la Comisión Ejecutiva del I Centenario de los Sitios quiso honrar su memoria con una lápida, que el tres de agosto de 1908 se inauguró en la citada calle Boggiero, colocada en la fachada de la casa donde nació y vivió, siendo inaugurada con la asistencia del entonces alcalde de la ciudad don Francisco J. Aznaréz, con la presencia de Luis Cerezo, descendiente de Mariano Cerezo, además de destacados miembros de la parroquia de San Pablo y abundante público.
Su texto dice:
A D. MARIANO CEREZO EMINENTE PATRICIO DEFENSOR HERÓICO DE ZARAGOZA ESPEJO DE PATRIOTISMO EN EL GLORIOSO ALZAMIENTO DE 24 DE MAYO DE 1808 DEDICAN ESTA MEMORIA CON OCASIÓN DEL I CENTENARIO DE LOS SITIOS LA PATRIA Y CIUDAD AGRADECIDOS.



Hombre respetado por todos, consumió casi todo su capital en el mantenimiento de los paisanos armados bajo sus órdenes como gobernador de la Aljafería, además de ayudar a las familias necesitadas durante ambos Sitios, enterrado en el cementerio provisional del huerto del convento de Santo Domingo, sólo pudo legar a sus descendentes "honradez y pobreza", como años más tarde escribiría el general palafox sobre Mariano Cerezo.


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